domingo, 5 de diciembre de 2021

-¿ Qué es la Vida ?

    INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Alteridad ( Tolerancia activa)

2.- La pluralidad de los mundos

3.- De ultratumba

4.-¿ Qué es la Vida ?


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ALTERIDAD (TOLERANCIA ACTIVA) 

 

                                                        

 Una palabra que en estos últimos años viene ganando espacios, en algunas áreas del pensamiento humano, es alteridad.

Es el VALOR, por excelencia.

Es el mas importante mecanismo para el crecimiento del hombre como ser social, que puede llevarlo a interactuar pacífica y benéficamente, con todo que lo esta a su alrededor.

Es, sin duda, el vehículo capaz de conducir la humanidad, en la tan esperada nueva era.

En la cuestión 621 del “Libro de los Espíritus”, Kardec pregunta donde están escritas las leyes de Dios, obteniendo la siguiente respuesta: “En la conciencia”.

Reflexionando sobre las implicaciones de la práctica de la alteridad por los seres humanos, se puede afirmar que este es un valor que está escrito en nuestras conciencias y que solamente ahora empieza a ser descubierto, cuando ya se pueden vislumbrar algunos tenues focos de claridad, que indicaran la aurora de uno nuevo tempo.

Su significado refleja una nueva mentalidad, aquella que deberá vigorizarse en la civilización, que ciertamente, irá a transformar  la Tierra, en un mundo de regeneración, porque se refiere a la aceptación de las diferencias. También significa la no-indiferencia, el amar,  el ser responsable por el otro, el aprender con los diferentes, aceptando y respetándolos en sus diferencias.

A propósito; debemos aceptar que todos los seres humanos, somos diferentes unos de los otros.

La postura de alteridad nos lleva a ver todos con buenos ojos, recordando las palabras de Jesús: “Si tus ojos fueren buenos, todo tu cuerpo será luminoso; pero si, tus ojos fueren malos, todo tu cuerpo estará en tinieblas.”

Conforme el Profesor Luiz Signates, “La alteridad es una "estrategia" fundada en la ética de la fraternidad y de la paz; un indicativo de como actuar delante de los conflictos del mundo, inclusive con los nuestros, a fin de que podamos construir un mundo de regeneración, por representar en su profundidad, a las leyes cósmicas de convivir entre los seres.

Con relación al Espiritismo, se puede decir que ella llegó como una reflexión para mostrarnos un camino de relación  con  el movimiento espirita.

La persona que vive la alteridad, pasa a ser más fraterna en todos los sentidos, dejando de criticar, juzgar, agredir...

Las actitudes de no-crítica, no-agresión y no-juzgamiento, eliminan la paz consigo mismo, con la humanidad, y con la vida.

Ahí podrás contestar diciendo, que actitudes como esa, tornan a criatura en alienada.

Pero hay gran diferencia entre analizar con vistas al propio aprendizaje y el instinto de ayudar, en caso de que sea viable.  

Juzgar, criticar, envía una vibración negativa para el errado, sea él una persona, una institución o una nación.

Por ejemplo, si ves alguien caminando sobre el césped de un parque para disminuir camino: piensas: ¡Que criatura más maleducada!

En el acto de criticar íntimamente la actitud de aquella persona,  estas generando una vibración negativa, o sea, una “psicoenergia” pesada. Parte de ella queda contigo; su generador, y otra parte alcanza a la persona que pisó el césped, para cortar camino.

Por otro lado, si apenas registras el acto errado, pero respectando la diferencia del otro, en el criticarlo, estará haciendo un bien a si mismo y dejando de hacer mal a lo otro.

Pero digamos que, actuando con alteridad, o sea, sintiéndose también responsable por él, tú entiendes que debes hablarle, alertándolo del error que está cometiendo. Hazlo afectuosamente, en  forma de no humillarlo.

Encontrando la mejor manera de ser, junto aquella persona, una presencia benéfica, y en caso de que sea inviable este alerta, podrás emitirle una vibración fraterna, junto con la idea de que no debe pisar el césped.

Cuando nos habituamos a criticar todo, observando los otros con una óptica sin alteridad, nuestro foco queda dirigido a ellos en tonos negativos, vigilando la forma como se conducen en los menores detalles, y por supuesto, nos colocamos nosotros mismos como parámetro en esta medición de errores, en estos juicios continuos los  ejercemos con relación a todos y para con todos.

 Este hecho nos lleva a desarrollar de forma continua una vibración pesada y antagónica en relación a los demás, porque siempre iremos a encontrar en ellos, lo que calificamos como errado.

Además de esto, estaremos también desenvolviendo nuestra vanidad, al comparar con nosotros  a aquellos que consideramos errados, sin hablar que esta “psicoenergia” negativa, que generamos, podrá inducirlo más aun, a la práctica de las acciones que en él condenamos.

Efectivamente, actuará sobre él como factor inductor.

Pero, si desenvolvemos la alteridad, respectando, la manera de ser de los otros, en sus errores, equívocos y hasta en sus maldades, recordando que todos somos seres en distintas fajas evolutivas, nos tornamos mas ligeros, más acordes con la vida, mas alegres y también mas saludables.

Y si entendemos y aplicamos verdaderamente la alteridad, haremos una plegaria por el que estamos observando en error y les enviaremos vibraciones positivas, inductoras de acciones más correctas.

Otro ejemplo que puede ser citado, es lo que ocurre en algunos centros y grupos espiritas que alían sus prácticas al modelo salvacionista, de  La Iglesia, idolatrando espíritus encarnados y desencarnados, en donde los cánticos hacen parte de lo que muchos compañeros de forma burlesca llaman de "misa espirita”. Pero, si observarnos tal fenómeno con un enfoque de elevada comprensión, podremos entender que hay un infinito número de personas que se abren para el conocimiento espirita, pero sus contenidos psicológicos reencarnatórios, todavía si encuentran saturados de catolicismo o protestantismo.

Son personas que se sienten mejor, en este tipo de conexión con el alto; que consiguen mayor sintonía con las fuerzas más elevadas, por las vías que más fuertemente les hablan al corazón. Será que estas personas, de acuerdo con su propio madurar, no acabaron migrando para un grado de entendimiento, más coherente con la esencia del Espiritismo.

La naturaleza no da saltos y precisamos respetar esta ley, tanto para nosotros cuanto para los otros.

En los medios espiritas, urge adoptar la alteridad como bandera; aprender a  posicionar siempre influenciados por los valores y, en vez de dividirnos en nombre de la “pureza doctrinaria”, ¿por que no sumarnos en nombre del amor?

Pero hay un punto importante a ser percibido en su totalidad y de forma no distorsionada.

Dice respecto a la crítica. Como el ser humano y gran parte de la humanidad, tienen la tendencia de saltar de uno extremo para el otro, es bien probable que muchos espiritas, al abrazaren las ideas de la alteridad, caigan en estos extremos y pasen a adoptar por omisión o convivencia como siendo posicionamientos de alteridad.

Ocurre que ejercer a facultad de la crítica, es hacer parte del crecimiento del ser humano. Solamente que hay dos tipos de crítica, una es saludable y la otra no.

En la crítica saludable observamos, analizamos, buscamos entender los “porqués”, confrontando todo con lo que sabemos y lo que entendemos. Tratando de que sea lo mejor y lo mas correcto. Siempre con la intención del aprendizaje y tratando hacer una ruta para nosotros y que seamos  los mejores modelos.

Podremos también realizar estos análisis, viendo la mejor  forma de colaborar, para que sean corregidos o minimizados cualquier error que encontremos en nuestras apreciaciones.

Si accedemos a este tipo de crítica, con los valores que nos da la alteridad, habremos encontrado la mejor manera de ayudar, de ser presencias benéficas donde estemos, y de que esta ayuda no sea solamente a través de una plegaria o de una vibración positiva.

Esto equivale a una atmósfera interna de buena voluntad, de mirar todo y a todos con buenos ojos, a desarrollar una vibración positiva. Esto es benéfico para quien actúa de esta forma, para los que lo circundan  interfiriendo  de forma positiva con las propias circunstancias.

En la crítica saludable, podremos dialogar con tranquilidad, debatir nuestros puntos de vista, cambiar ideas, estar abiertos para aprender con los demás, en fin, participar activamente de las situaciones, siempre mirando el bien general.

Esto nos torna seres benéficos para nosotros mismos y para los otros, tanto en nuestro hogar, cuanto en el ambiente profesional, en la sociedad, en nuestra comunidad.

En el tipo de crítica no-saludable, desenvolvemos un ambiente interno pesado, siempre dispuesto a encontrar errores en torno de nosotros.

Posturas así son generadoras de carga energética pesada, disgregadora, además de fomentar orgullo y vanidad en quien las vivencia.

Pero, si percibirnos que estábamos haciendo críticas o comentarios negativos sobre alguien, podremos anular los efectos dañinos, que tales actitudes puedan generar, tanto en el criticado como en nosotros, pasando a buscar los valores de quien estábamos apuntando con nuestros pensamientos o palabras.

También es digno de hacer notar el hecho, de que en los medios espiritas, es mucho más fácil desenvolvernos en un estado de crítica negativa con relación a las religiones y a las otras ciencias y filosofías; por  el universo de conocimientos transcendentales que el Espiritismo nos proporciona.

Este tipo de procedimiento es también generador de orgullo. Pero una postura de alteridad es niveladora, ayudando a eliminar el orgullo, por propiciar entendimientos más amplios, por lo cual podremos percibir la importancia de todos las demás ciencias, filosofías y religiones en la evolución de la humanidad.

En verdad, la alteridad, en su esencia, debe manifestarse  como una postura ética o un conocimiento interior, bajo las directrices que construye nuestro pensamiento y emociones, dentro de un entendimiento más pleno sobre el ser humano y de la propia vida.

Así, lanzando una mirada mas sincera y mas libre sobre las circunstancias, aquellos que por cualquier motivo consideremos inferiores a nosotros, podremos verlos de forma algo semejante a como los espíritus superiores nos ven a nosotros.

Ellos no se incomodan ni si sorprenden con nuestras inferioridades, puesto que nuestras flaquezas no encuentran eco en su interior. Este tipo de percepción representa un gesto  de luz, que abre las puertas para el desenvolvimiento del amor pleno.

Es también un camino para la verdadera humildad.

Por estas consideraciones, es posible percibir la importancia de la alteridad en los medios espiritas como una postura de vanguardia, señalando un modelo de convivencia para el nuevo tiempo, en un mundo de regeneración.

Así, mucho mejor que pelear por cuestiones fútiles doctrinarias o modelos unificados de prácticas, es preferible abrazarnos fraternalmente, respectando nuestras diferencias, aceitando nuestras divergencias y juntos trabajar más intensamente por la difusión de los principios espiritas y por el bien del ser humano.

Y que viva el amor, en todas sus manifestaciones.

 Cuando, un día, los valores de la alteridad y del amor hicieren parte de la vivencia de las personas, el mundo todo va percibir que la vida es bella y vale la pena vivirla.

 

(Texto extraído del libro La Transición está pidiendo cambios,

de Sara Nousiainen y Simone Ivo Sousa) Traducido por Cassio

 Readaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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        LA PLURALIDAD DE LOS MUNDOS 


 
En El Libro de los Espíritus, Allan Kardec plantea los grandes principios del espiritismo tal y como fueron enseñados por el más allá, entre ellos la existencia de Dios, causa primera de todas las cosas, la evolución intelectual y moral del espíritu que pasa por la reencarnación y la pluralidad de los mundos habitados con diferentes grados de avance.

 Para la época de este espiritismo inicial, Camille Flammarion descubre El Libro de los Espíritus en 1861, luego conoce a Allan Kardec y participa en numerosas sesiones de mesas especialmente con el editor Didier, Théophile Gautier y Victorien Sardou. Ese mismo año 1861, redacta su obra La pluralidad de los mundos habitados que será publicada en 1862.

 Como astrónomo, Flammarion tiene su propia concepción de un Universo inconmensurable que no puede imaginar ausente de toda forma de vida. En una época en que el conocimiento en materia de astronomía era todavía sucinto, ya él se planteaba una vida extraterrestre. Si hay una idea determinante en la tesis de Flammarion, es que, anticipado a su tiempo, supone que las estrellas lejanas son soles alrededor de los cuales gravitan planetas. Imagina pues en la mecánica celeste, una multitud de sistemas gravitacionales que son más o menos semejantes a nuestro sistema solar. Si bien esta idea entra en una cierta lógica de lo que era imaginable, no es por ello menos innovadora y se adelanta a futuros descubrimientos. 

Hasta una época todavía reciente, la mayoría de los astrónomos no se pronunciaba en cuanto a la eventualidad de sistemas gravitacionales alrededor de estrellas de las que no se sabía si algunas tenían o no propiedades idénticas a las de nuestro sol. Fue necesario esperar hasta 1995 para que, después del descubrimiento de un primer exoplaneta, el 51 Pegaso, se considerara la existencia de otros sistemas planetarios en el Universo.

 Finalmente la intuición de Camille Flammarion era confirmada, y desde entonces se han descubierto regularmente nuevos exoplanetas cuyo número es al día de hoy (4 de abril de 2014) de 1.780. Estando ya probada la idea, uno imagina que existen centenares de miles de planetas de los cuales algunos, naturalmente, podrían estar habitados, lo que confirmaría la segunda afirmación de Camille Flammarion, evocando “la pluralidad de los mundos habitados”.

 Está también la afirmación espírita que encuentra toda su dimensión, cuando la astronomía, siglo y medio más tarde, nos lleva cada vez más hacia esa probabilidad. Lo que era impensable en un tiempo se ha convertido en por lo probable de hoy, pero para el espírita eso no es sino la confirmación de una certeza adquirida hace mucho tiempo. 

En este campo como en otros, el espiritismo aparece como precursor de ideas nuevas que la ciencia deberá verificar más tarde: por ejemplo, el estudio de las NDE***  lleva más o menos a lo que ya se sabía, y los estudios referentes a los niños que se acuerdan de su vida anterior confirman el principio de la reencarnación, igual que ciertas regresiones bajo hipnosis. Respecto a los exoplanetas que se supone que eventualmente serían habitables, una vez más la ciencia astronómica es reductora al formular esta hipótesis, pero con la siguiente restricción: se observa a los planetas que tendrían algunas similitudes con la Tierra, suponiendo que la vida no ha podido eclosionar sino bajo ciertas condiciones. No se quiere considerar que pueda haber formas de vida, en mundos totalmente diferentes unos de otros y, por qué no, vidas posibles en condiciones distintas a nivel de estructuras, temperaturas y atmósferas. 

Los grandes principios espíritas 

Todo Espíritu procede de la divinidad, impulsado por la fuerza causal y por tanto creado en un tiempo dado, creado “simple e ignorante” según la fórmula de Allan Kardec. Y es por un instinto natural a mezclarse con la materialidad, que encarna en un mundo que calificaremos de primitivo, un mundo en el cual el espíritu descubrirá progresivamente a la vez su existencia propia y la de sus congéneres. Así, en el Universo hay planetas inferiores a la Tierra y que corresponden a las necesidades evolutivas de los seres más primitivos que perciben su propia identidad en una colectividad todavía hostil. 

Después de algunas vidas en esos mundos, rápidamente se efectúa un paso hacia mundos más elaborados como la Tierra, allí donde los bajos instintos todavía siguen muy presentes. El Espíritu cumple allí un ciclo de vidas, y cuando la necesidad se hace sentir, mientras vive en el más allá, es llamado entonces a reencarnar en un mundo superior a la Tierra donde podrá cumplir otro ciclo de vidas, luego considerar un mundo todavía más elevado, y así sucesivamente hasta alcanzar un estado de perfección que lleva al fin de las reencarnaciones; se trata entonces del estado de Espíritu puro que participará de la creación divina e infinita. 

Por consiguiente, según este principio espírita, existen entonces planetas habitables y habitados en todo el Universo, planetas que están en diferentes grados de evolución. Y esos mismos planetas sufren también un desarrollo evolutivo en su propia estructura, así como por la evolución global de sus habitantes. Y partiendo de este principio, la Tierra, al igual que otros mundos, está llamada a una evolución global que la puede conducir a la etapa de planeta superior. Ese desarrollo no se plantea sino en períodos de tiempo muy largos, y con la condición, igualmente, de que el planeta en cuestión no derive hacia su propia destrucción.

 El fenómeno OVNI 

Si existe una prueba suplementaria de la pluralidad de los mundos, es la de las diversas manifestaciones extraterrestres que se han reseñado en todos los períodos de la historia humana. Desde hace más de sesenta años, se han catalogado numerosos testimonios y todos los estudios serios realizados han conducido a la convicción de que hay fuerzas inteligentes circulando en las proximidades de la Tierra, incluso que aterrizan y establecen contactos. Y en testimonios más precisos, se observan humanoides de diferentes formas y tallas, sin dejar ninguna duda en cuanto a la existencia de seres extraterrestres que vienen a visitarnos. 

Es entonces cuando los ufólogos se plantean una multitud de preguntas: ¿cómo es posible el desplazamiento intersideral? ¿Son estos seres de la misma naturaleza que nosotros? ¿Buscan colonizarnos? ¿Son mejores que nosotros, o tendrían a veces intenciones dudosas? ¿Cuál es el propósito de sus visitas? Etc. Respecto a las formas de desplazamiento, un simple razonamiento dentro de una lógica humana nos haría decir que es incomprensible.

 Cuando se sabe que la estrella  más cercana a nuestro sistema solar (*) está a cuatro años luz de nosotros, que otras en la galaxia, estarán a decenas, centenas e incluso miles de años luz, (**) entonces, ¿ cómo podrían suponerse posibles esos desplazamientos? Imaginando que se encontraran las posibilidades técnicas de desplazarse a la velocidad de la luz, lo que es altamente improbable en lo que concierne al humano, pero supongamos. Sabiendo igualmente, es lo que se dice, que esta velocidad sería la última posibilidad puesto que es insuperable (nada podría ir más rápido que la luz), necesitaríamos entonces cien años para llegar a un planeta ubicado a cien años luz, lo que, por otra parte, no es una distancia extraordinaria a la escala de nuestra galaxia.

 Entonces, considerando los datos que corresponden a los límites de nuestros razonamientos. ¡Es imposible! Ciertos ufólogos imaginan que existirían otras dimensiones espacio-temporales susceptibles de crear de alguna manera puertas, trampas o atajos, que permitieran franquear las inconmensurables distancias transitando por otras dimensiones. Esta tesis es muy interesante, y nosotros la completaremos con un dato espírita: otros mundos más evolucionados que el nuestro poseen tecnologías que nos superan, que se aplican a las condiciones de materialidad más etéreas y, elemento esencial, la fuerza del pensamiento es utilizada permitiendo superar los obstáculos de la materia y del espacio. 

Por la fuerza del pensamiento, la propulsión se encuentra trascendida, permitiendo sobrepasar toda forma de límites. De lo cual podemos tener una pequeña idea en la Tierra, a través de ciertos fenómenos como la levitación o la teletransportación de un objeto que puede perder momentáneamente su materialidad para encontrarse en otro lugar materializado de nuevo. 

Por ejemplo, un espíritu desencarnado ya no se desplaza según una velocidad, él está en otra dimensión, y si se acerca a nuestras vibraciones materiales, puede desplazarse instantáneamente de un extremo a otro de la Tierra, incluso hasta a otro mundo por el simple proceso de su voluntad que lo transporta a donde desea. Igualmente, para espíritus encarnados que viven en estructuras de materia más etéreas que las nuestras, la fuerza del pensamiento puede ser un motor, un dínamo-psiquismo que anulará los obstáculos materiales, al punto de propulsar un aparato a velocidades vertiginosas, e incluso transportarlo casi instantáneamente de un lugar a otro. He allí en realidad una buena parte del secreto del viaje intersideral. 

La solidaridad de los mundos 

Cuanto más evoluciona el espíritu, más aprende el sentido del amor y por tanto de la solidaridad. Igualmente, cuanto más evoluciona un planeta, más se desarrolla en el sentido de ese amor que le hace sobrepasar sus propias fronteras. Y es así como los mundos superiores interactúan entre ellos de manera natural ya sea por desplazamiento intersideral o por telepatía. Y dentro de esta solidaridad, los mundos superiores desean venir en ayuda de los mundos todavía inferiores como el nuestro. Es lo que siempre ha tenido lugar en la Tierra, confirmado por los múltiples rastros estudiados por los arqueólogos siempre maravillados ante las enigmáticas construcciones que no se podrían reproducir ni siquiera con nuestras técnicas modernas. 

Existe pues esa ley de solidaridad universal de la cual da testimonio la historia de la Tierra. Pero, aquellos que eran considerados a menudo como dioses venidos del cielo, desde hace mucho tiempo ya son objeto de rechazo, engendran temor, engendran igualmente una respuesta cuando se trata de los ejércitos del aire que, a cargo de la vigilancia del cielo, persiguen todo lo que se mueve, todo lo que es sospechoso, y que eventualmente podría ser un aparato humano enemigo. Y cuando se comprueba que no es humano, se persigue el objeto, por si acaso estuviéramos tratando con un enemigo del espacio. Eso es tanto como decir que los visitantes del espacio no son bienvenidos. Sobre todo porque según ciertos ufólogos, sus manifestaciones serían mucho más frecuentes en zonas sensibles, es decir, donde están instaladas bases militares secretas, bases de armamentos nucleares, etc.

 Entonces, ¿vigilancia? Después de todo, ¿por qué no? pero de todos modos eso no sería sino a partir de nobles intenciones, en el entendido de que todos los peligros a menudo son bastante evidentes. Consideremos lo que los norteamericanos llamaban su programa “Guerra de las estrellas”, pensemos en todas esas ojivas nucleares que se han multiplicado en una desmesura demencial y están dirigidas hacia el enemigo potencial, dentro de un principio de disuasión y correlación de fuerzas, sin pensar que en caso de error humano o de accidente, los peligros serían considerables. Entonces sí, ¿por qué no suponer una vigilancia por parte de extraterrestres que tendrían algunas inquietudes respecto a la suerte de la humanidad…?

 De mundo en mundo

Prolongando los principios del espiritismo, se sabe que en la evolución, los humanos que han terminado su ciclo terrenal, reencarnan en mundos superiores. Quizás haya uno, o varios, de esos mundos donde han reencarnado muchos humanos. Teniendo en un planeta más etéreo una relativa memoria consciente de sus anterioridades, pueden guardar entonces conscientemente ciertas inquietudes respecto a la Tierra, y dentro de la solidaridad de los mundos, velar a su manera por su antiguo planeta y, ¿por qué no? manifestarse a seres humanos que habrían conocido en otras vidas. Es allí donde se encuentra el punto de unión entre la reencarnación y la pluralidad de los mundos. 

Esta pluralidad se vuelve más lógica cuando se sabe que los extraterrestres no son forzosamente extraños, sino espíritus amigos, encarnados en otra parte pero que recuerdan. Ni extraños, ni enemigos, los seres venidos de otra parte no son otros que nosotros mismos, son otros espíritus encarnados de la misma naturaleza que nosotros, con la única diferencia de que su evolución los ha conducido un poco más lejos, por el camino evolutivo que conduce a Dios. Somos todos hijos del Universo, todos somos extraterrestres, aunque sólo sea por el hecho de haber vivido en mundos inferiores antes de encarnar en la Tierra. Y volveremos a ser extraterrestres cuando seamos llamados a perfeccionar nuestra evolución en mundos superiores. 

Notas:____ (*) Es la Próxima del Centauro, una de las tres estrellas que forman el sistema Alfa del Centauro, situado a una distancia de alrededor de 4,22 años luz del sistema solar.

 (**) Nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene una extensión del orden de los 80.000 años luz. Cuenta con algunos centenares de miles de millones de estrellas.

 *** Las NDE (Near Death Experience) o EMI (Experiencias de Muerte Inminente) Por Jacques Peccatte – Traducción de Ruth Neumann Publicado en la revista Le Journal Spirite en Español. La Revista del Círculo Espírita Allan Kardec de Nancy (Francia). Nº 97 Julio – Septiembre de 2014.Escrito por Jacques Peccatte Presidente del Cercle Spirite Allan Kardec de Nancy (Francia) Redactor Jefe de Le Journal Spirite. 

 ( Trabajo publicado anteriormente y tomado de Zona Espírita)

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                                                 DE ULTRATUMBA

                         


"Cuando os sentís abandonados por la providencia, soléis pensar que Dios no se acuerda de vosotros, y Dios, hermanos míos, no es quien se aparta de vosotros; sois vosotros los que  abandonáis a Dios; y como os alejáis de Él, que es la Luz de las almas, sentís necesariamente que las tinieblas y el frío invaden vuestro espíritu.

 Si pertenecéis a esa pequeña minoría que siente la intervención Divina en los sucesos que constituyen la trama de la vida, entonces decís en vuestro fuero interno: "He pecado y Dios me abandona porque he practicado el mal. Pero por lo regular no os fijáis precisamente en aquellas acciones en que os habéis faltado a vosotros mismos y a la ley de caridad, porque tenéis tan errada la idea de justicia, del bien, de la caridad, que solo encontráis reprochables cierto género de acciones, que quizás y sin quizás, son la que más trastornan el orden y la ley de la conciencia, porque en su origen no tuvieron por estímulo ni la premeditación ni el conocimiento que constituyen la responsabilidad de los hechos.

Yo, hermanos míos, que procuro vuestra elevación; que lamento vuestro continuo errar, y que deseo el perfeccionamiento de mis hermanos terrestres, os quiero advertir de aquellas acciones y omisiones que con tanta lenidad mira el hombre, y en las que más se aparta de los preceptos Evangélicos y del deber de la conciencia.

Vosotros buscáis todo provecho para la Tierra; por eso no omitís ni el sacrificio ni la diligencia, para servir al rico, al magnate, a aquel de quien podéis esperar recompensa de vuestros <obsequios o la satisfacción  de vuestra vanidad; en cambio, la más mínima parte del tiempo que os sobra, de la diligencia que nada os cuesta, de las migajas que sobran en vuestra mesa, cuando se trata de un desheredado, de uno de aquellos que no pueden recompensar ni premiar, ni halagar vuestro orgullo, lo estimáis como sacrificio de sumo valor, o cuando menos, lo consideráis, muy satisfechos, como el cumplimiento pleno del deber de caridad que os hace dignos de las recompensas de lo Alto.

Ahora, escuchad lo que Cristo recomienda a los suyos, a los cristianos: "Cuando deis banquetes- dice el Salvador- no convidéis a vuestra mesa a aquellos que de nada carecen, porque ellos os pueden convidar a su vez; llamad a vuestra mesa a los pobres, a los estropeados, que nada pueden hacer en provecho vuestro, y vuestro Padre os otorgará a su vez un asiento en su gloria". Servid hermanos míos a los que lo necesiten; trabajad en provecho de los que nada pueden hacer en obsequio vuestro, y vuestro Padre os otorgará a su vez un asiento en su gloria". Servid, hermanos míos a los que necesiten; alimentad y socorred a los que de todo carecen. que Dios está muy cerca de aquellos a quienes el mundo vuelve las espaldas.

Si solo buscáis la conveniencia, el interés de las cosas terrenales, que hoy son y mañana pasan, ¿ cómo queréis que os otorgue protección?. Si no sois verdaderamente misericordiosos, ¿ cómo podéis esperar misericordia ?. Si sois duros, injustos, indiferentes, ¿ cómo podéis pedir protección, caridad para vuestras miserias, luz para vuestras tinieblas, consuelo para vuestros dolores ?.

 ¡ Ah !, Pensad en vosotros mismos, os ruego, antes de elevar vuestras súplicas al Padre".

- Angel- (Espíritu)

( Tomado de la Rev. Fraternidad Cristiana Espírita nº 40)

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                        ¿Qué es la Vida?

 

Este concepto  resulta muy complejo considerar  en su aspecto transcendente.

 La vida que nos anima, se podría definir como  una energía  dinámica   que se manifiesta en  todos los seres del Universo, y  permanece en continuo movimiento y transformación, tal como podemos apreciar por la gran cantidad de mutaciones genéticas que se dan espontáneamente en todos los seres de la Naturaleza, y que son seleccionadas sabiamente dentro de la misma, por  sus propios engranajes de dependencia de unos seres  con respecto a otros. 

 Esta energía es  indestructible en sí misma, aunque lo sean las formas materiales en las que se manifiesta.

 Las formas físicas son solamente un medio fundamental y pasajero  en la evolución del Ser, por lo que su perfección o desarrollo evolutivo,  suele  reflejar  el grado de evolución del Ser o Energía que las anima.

   Con respecto al Ser humano, la vida se manifiesta tanto en su parte física corporal, como  en  el psiquismo o alma que lo anima, y esta no muere con el cuerpo físico, porque como digo, la vida del Ser espiritual en sí misma es pura energía que no se destruye sino que se va transformando y continúa existiendo como individualidad, perfeccionándose y  manifestándose en la materia a través de su propio cuerpo energético  con el que se desenvuelve en esa otra dimensión de la vida  que llamamos “Mas Allá”.

 La forma como se desarrolla cada existencia  del Ser espiritual en la Tierra, es el resultado  inevitable de las existencias pasadas,  del mismo modo que la vida  futura también será consecuencia de nuestras acciones presentes.

 La energía de la vida en su natural dinámica  empuja a la personalidad de cada uno hacia una constante acción o actividad para poder desarrollar todas las facultades humanas y espirituales, evolucionando y perfeccionándose continuamente.  De esto se puede deducir que nunca nos debemos rebelar contra las circunstancias y problemas que se nos plantean en la vida humana, sino que debiéramos aceptarlos como un reto cotidiano,o como una nueva prueba que debemos tratar de superar adecuadamente y aprender de ellos, porque siempre estas circunstancias problemáticas, en realidad son  oportunidades que se nos brindan en la vida para que ejercitemos y desarrollemos nuestras facultades de inteligencia y voluntad.   Las dificultades y pruebas  que enfrentamos en la vida son al Espíritu lo que el entrenamiento para el deportista: actividades indispensables para el desarrollo y el buen estado de forma espiritual que le capacite para ir evolucionando y alcanzando cada vez mayores marcas de perfección.

 Cada  existencia humana es siempre una maravillosa oportunidad para hacer crecer nuestro Ser, depurando el Yo interno, o el Yo superior, por lo que  se debe aprovechar al máximo, procurando aprender siempre de las situaciones que se presenten y de las experiencias que nos brinde el día a día,  aplicando el conocimiento de las leyes que rigen la vida y el destino de los Seres humanos. Para esto es muy importante el ejercicio de la meditación, sobre todo al final del día.

 Los  términos que en general componen incesantemente la continua  acción de la Vida humana en una rotación permanente,  son el nacer en el mundo material, vivir  luchando y aprendiendo en als circunstancias que marquen el destino de cada uno y morir naturalmente, renaciendo después como una vuelta para  recomenzar de nuevo y seguir aprendiendo y avanzando hacia la perfección.. 

 Con respecto al conjunto de  la Humanidad en general, debemos considerar que  este mundo  es una Unidad de Vida y de existencia en el Universo, por lo  que  entre  todos  los Seres humanos  formamos esa Unidad, por lo cual nuestra unión  y fraternidad de los unos con los otros, debe de ser total.  Tal vez Buda se refería a eso precisamente, cuando afirmó que el dolor de un Ser humano era dolor para todos.

- Jose Luis Martín-

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