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Dr.Bezerra de Menezes |
Terminado el III Congreso Espírita Brasileño, Bezerra de Menezes nos dejó el siguiente mensaje a través de Divaldo Pereira Franco :
" Estamos ahora en un nuevo periodo, estos días marcan una fecha muy especial, la fecha del cambio de mundo de pruebas y expiaciones hacia mundo de regeneración.
La gran noche que se abatía sobre la Tierra lentamente cede lugar al amanecer de bendiciones. Retroceder ya no es posible. Firmasteis, hijas e hijos del alma el compromiso con Jesús, antes de entrar en la indumentaria carnal, de servirlo con abnegación y devoción.
Prometisteis que le seríais fieles incluso que os fuese exigido el sacrificio. Alargándose los horizontes de este amanecer que viaja hacia la plenitud del día, alegrémonos juntos, los espíritus desencarnados y vosotros que transitáis por el mundo de sombras. Pero más allá del júbilo que a todos nos domina tengamos en mente las graves responsabilidades que nos exornan la existencia en el cuerpo o fuera de él. Deberemos revivir los días inolvidables de la época del martirologio, seremos convidados no solamente al aplauso, al entusiasmo, al júbilo, sino también al testimonio, al testimonio silencioso en los paisajes internos del alma. El testimonio por amor a aquellos que no nos aman, el testimonio de abnegación en el sentido de ayudar a aquellos que todavía se complacen en generar dificultades intentando inútilmente obstaculizar la marcha del progreso.
Iniciada la gran transición llegaremos al clímax y así como el planeta experimenta sus cambios físicos y geológicos, los cambios morales serán improrrogables.
Que seamos nosotros, aquellos espíritus espíritas quienes demostremos la grandeza del amor de Jesús en nuestras vidas.
Que otros reclamen, que otros se quejen, que otros debatan, pero que nosotros guardemos en los pliegues del alma el compromiso de amar y amar siempre, trayendo a Jesús de vuelta con toda la fuerza de aquellos días que son lejanos y que están muy cerca. Jesús, hijos e hijas queridos, nos espera.
Que sea nuestro escudo el AMOR, nuestras herramientas el AMOR y nuestra vida un HIMNO DE AMOR.
Son los deseos que pedimos, los espíritus espíritas aquí presentes y que me sugirieron representarlos ante vosotros.
Con mucho cariño, el servidor humildísimo y paternal de siempre.
- Bezerra -
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EL ALMA DEL MUNDO
Cuando consiga superar graves problemas en su relación, no se detenga en el recuerdo de los momentos difíciles, sino en la alegría de haber atravesado una prueba más en su vida. Cuando salga de un largo tratamiento de salud, no piense en el sufrimiento que fue necesario enfrentar, si no en la bendición de Dios que permitió la curación.
Lleve en su memoria, para el resto de su vida, las cosas buenas que surgieron en las dificultades. Ellas serán una prueba de su capacidad, y le darán confianza ante cualquier obstáculo.
Unos querían un empleo mejor; otros, solo un empleo.
Unos querían una comida más abundante y variada; otros sólo una comida.
Unos querían una vida más amena; otros solamente vivir.
Unos querían padres más esclarecidos; otros, tener padres.
Unos querían tener los ojos claros; otros poder ver.
Unos querían tener una bonita voz; otros poder hablar.
Unos querían silencio; otros poder oír.
Unos querían zapatos nuevos; otros, tener pies.
Unos querían un auto; otros, poder andar.
Unos querían lo superfluo; otros solo lo necesario.
Hay dos tipos de sabiduría: la inferior y la superior. La sabiduría inferior es dada por cuanto una persona sabe, y la superior es dada por cuanto ella tiene conciencia de lo que no sabe. Tenga la sabiduría superior. Sea un eterno aprendiz en la escuela de la vida. La sabiduría superior tolera; la inferior juzga.
La superior alivia; la inferior culpa.
La superior perdona; la inferior condena.
¡ Hay cosas que el corazón solo habla para quien sabe escuchar !.
- Autor anónimo-
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La enfermedad no es una causa, es una consecuencia procedente de las energías negativas que circulan por nuestro organismo espiritual y material. El control de las energías es hecho a través de los pensamientos y de los sentimientos, así que, poseemos energías que nos causan enfermedades porque somos indisciplinados mental y emocionalmente. En el libro “En los Dominios de la Mediumnidad”, André Luiz explica que “así como el cuerpo físico puede ingerir alimentos venenosos que le intoxican los tejidos, también el organismo periespiritual absorbe elementos que le degradan, con reflejos sobre las células materiales.”
Tipos de enfermedades
Podemos clasificar las enfermedades en 3 tipos: físicas, espirituales y atraídas o simbióticas. Las enfermedades físicas son disturbios provocados por algún accidente, exceso de esfuerzo o alimentación exagerada, entre otros, que provocan que uno o más órganos no trabajaren como deberían, creando una indisposición orgánica.
Las enfermedades espirituales son aquellas procedentes de nuestras vibraciones. La acumulación de energía nociva en nuestro periespíritu genera una auto-intoxicación fluídica. Cuando estas energías bajan para el organismo físico, crean un campo energético propicio para la instalación de enfermedades que afectan todos los órganos vitales, como corazón, hígado, pulmones, estómago, etc., atrayendo un camino de sufrimiento.
Las energías nocivas que provocan las enfermedades espirituales pueden tener su origen de reencarnaciones anteriores, que se mantuvieron en el periespíritu enfermo y mientras no son drenadas. En cada reencarnación, ya al nacer o hasta en la vida intrauterina misma, podemos traer los efectos de las energías nocivas presentes en nuestro periespíritu, que se agravan en la medida que acumulamos más energía negativa en la reencarnación actual. Mientras persistan las energías nocivas en el periespíritu la curación no se completará.
Las enfermedades atraídas o simbióticas son aquellas que llegan por medio de una sintonía con fluidos negativos. Lo que una criatura colérica, vibrando siempre maldades y pestilencia, puede atraer es justamente cosas malas.
Esa atracción genera una simbiosis energética en las personas que, por las vías fluídicas, causan en ellas la percepción de que la enfermedad está en su organismo, pero en realidad lo está en el espíritu imantado energéticamente a ellas, provocándoles la sensación de que la enfermedad está en ellas. Pasan a sentir todos los síntomas que el espíritu siente. La persona va al medico y él nada encuentra.
André Luiz afirma que “si la mente encarnada no consigue aún disciplinar y dominar sus emociones y alimenta pasiones (odio, envidia, ideas de venganza), ella entrará en sintonía con los hermanos del plano espiritual que emitirán fluidos maléficos para impregnar el periespíritu del encarnado, intoxicándolo con esas emisiones mentales y pudiendo llevarlo a la enfermedad.
Vivimos hoy en una sociedad de profunda inversión de valores. El valor del ser humano reside en tener, hacer y parecer, en detrimento del Ser. Esa inversión de valores está generando una crisis existencial jamás vista en otros tiempos. Debido a esa fragmentación del ser humano, éste se ha vuelto un “Tener Humano”.
Para la sociedad atormentada en la cual vivimos, los valores materiales vienen en primer lugar. Esa búsqueda por una vida puramente materialista ha producido lo que la medicina y la psicología moderna denominan las enfermedades del sentido: depresión, suicidio, alcoholismo, abuso de las drogas, enfermedades degenerativas, etc. Son pedidos de auxilio de una sociedad atormentada, carente de valores espirituales propios de la criatura humana.
Artículo de la Revista Electrónica Cristiana Espiritual
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¿Qué se puede deducir de la existencia de los fenómenos Paranormales?
La principal deducción que se obtiene de
la realidad de todos estos fenómenos, es que existe otra dimensión diferente de la
nuestra, que es física, así como de la
existencia y continuidad del Espíritu humano tras la muerte de la persona, en
esa otra dimensión, la espiritual, en donde ha quedado constatado que continúa
existiendo el Ser tras su muerte. A todos estos fenómenos, que al no conocer
su origen dentro de la Naturaleza, se les ha llamado "sobrenaturales",
sin considerar que en el orden natural donde todo existe, no puede haber nada que
este fuera de este orden natural, por lo que lo sobrenatural propiamente dicho,
no existe.
Sin embargo si que podemos deducir que después de nuestra muerte, seguimos existiendo
o algo de nosotros, imponderable, sigue existiendo de forma diferente a como existimos ahora, y
esto es precisamente lo que desde
siempre han intuido los pueblos, creando religiones, con sus brujos, chamanes, y profetas que trataban de demostrarlo
mediante sus mediaciones y sortilegios.
La fenomenología nos lleva a comprender que
somos algo más que materia; sabemos que esta
queda en la sepultura y se disgrega con el paso del tiempo, pero sin embargo, no sucede
así con la energía psíquica que es
nuestro "Yo", con su fuerza de voluntad, inteligencia, mente, y sentimientos: el espíritu en
definitiva.
Los fenómenos también vienen a ser una llamada de atención para que
el hombre piense y razone sobre el por qué y el para qué de los mismos, y comprenda que tras la existencia humana,
que siempre es efímera por larga que parezca, después prosigue en una forma de
vida diferente, existiendo en otra dimensión, a la que llamamos
dimensión espiritual o planos
espirituales.
Los
fenómenos paranormales no son un “invento moderno”, pues estos siempre
existieron como algo normal y cotidiano entre los primeros núcleos humanos, y
más tarde fueron tenidos como milagros por las religiones, simplemente a causa
del desconocimiento de las leyes físicas o naturales de otra índole que
intervenían en ellos. Este es por ejemplo el caso de
las apariciones de fallecidos, de dioses o demonios, los fenómenos de
Polstergeist, etc.. Por si mismos, todos estos fenómenos evidencian que los
Seres humanos somos mucho más que un cuerpo de carne y huesos que se debate y
deambula sin mucho sentido en su camino por este mundo,
ignorando el sentido existencial de nuestras vidas, a pesar de que nos
vanagloriamos de nuestra superior inteligencia.
Realmente hay una realidad impalpable e
invisible que nos rodea; que no la vemos, pero no por ello es menos real.
En síntesis, vamos a fijarnos en
cual es la causa o el “ motor” de estos fenómenos. Si nos fijamos en los
clasificados como “anímicos”, llegamos a la conclusión de que tras ellos hay
una fuerza inteligente y libre, a la que llamamos alma, que actúa a través de
la propia mente del sujeto dotado psíquicamente, o sea de su Espíritu. Y si nos
referimos a los "fenómenos mediúmnicos", es esa fuerza inteligente imponderable, la que en ese caso se manifiesta o la que los
origina, y que se denomina espíritu, para
diferenciarlo del alma, que es la misma entidad, pero cuando es parte de la persona
física o material. En el caso de los fenómenos mediúmnicos, no es el alma del
médium o persona dotada psíquicamente el que interviene, sino una Entidad desencarnada, independiente, o Espíritu desencarnado, que se manifiesta
a través de un médium.
- Jose Luis Martín-
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