lunes, 21 de diciembre de 2020

Imágenes que "sangran" o "lloran", ¿fraude o milagro?

 ¡¡ GLORIA A DIOS EN EL CIELO, Y EN LA TIERRA PAZ           A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD !!

                                                                            


                      ¡ FELIZ  NAVIDAD !



    INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Por qué trabajo en la divulgación espírita

2.- Mediumnidad de efectos físicos

3.- Los buenos espíritas, ¿Qué espírita soy?

4.- El escéptico Profesor

5.- Imágenes que lloran o sangran, ¿Fraude o milagro?


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Por qué trabajo en la divulgación espírita

   Alguien me preguntó el por qué publico tanta información sobre conocimientos espíritas y espiritualistas. Me cuestionó que si no comprendía que muchas gente ni se interesaba por leer lo publicado. Si a lo mejor no tenía sentido hablar de temas que no interesan apenas. Que muchos ni se enteran de lo que publico y los que lo saben permanecen indiferentes. Empeñarme en seguir con esta labor, según esa persona, no tenía mucho sentido, mientras  sin embargo me podía dedicar a una actividad remunerada o productiva....

 Por unos instantes me quedé asimilando esos planteamientos, y después le dije a esta persona: "Te voy a explicar algunas reflexiones y razones que me motivan a mi, como a otras muchas personas para dedicarnos a divulgar la Doctrina Espírita y el Conocimiento Espiritual.... 

 Después del estudio de los diversos temas y del propio esclarecimiento, del análisis, y de la asistencia de nuestro Señor Jesucristo y de los hermanos Seres de Luz que nos inspiran, llegamos a las siguientes conclusiones:

 1,- Que nuestra existencia tiene un propósito y un cometido que cuando se realiza le da sentido a nuestras vidas, lo cual nos aporta una satisfacción íntima.

2.- Que todos nosotros- particularmente los espíritas-, tenemos  un compromiso asumido en estado espiritual desde antes de renacer en este mundo. ( Recordemos el mensaje del Dr. Bezerra de Menezes): "Amaros e instruiros" y  nosotros los espíritas asumimos un compromiso con nuestro Señor Jesucristo, el de "Trabajar en su campo"...

3.- Que nuestra existencia tiene un matiz profundo en el sentido de que podamos ayudarnos a nosotros mismos, ayudando a los demás...

4.- Que el altruismo enseñado por Jesucristo tiene sentido y una razón: Construir el noble ideal espiritual de nuestra verdadera existencia....

5.- Yo personalmente, y creo que todos los espíritas, consideramos que tenemos un tesoro que nos ha valido y nos valdrá mucho para siempre, y es este gran conocimiento espiritual, pero un conocimiento que  se nos ha dejado en préstamo y usufructo, pero con la condición de compartirlo con los demás. Nadie tiene derecho de ocultar o esconder un tesoro espiritual tan grande, que se nos ha dejado con un elevado propósito.

6.- Y por si lo anterior fuera poco, he de añadir que en mi caso particular, hace unos años, estuve un tiempo hospitalizado por una enfermedad muy grave en la que se temía por mi vida. Salí de ella, pero desde entonces he tenido el presentimiento de que se me concedió una prorroga de vida, pero con un propósito: Precisamente este, el de hacer lo que estoy haciendo, compartir gratuitamente lo que se con quien lo quiera aprovechar, y así será hasta que Dios determine el final de esta prórroga.

7.- Además de que sensación de perder el tiempo con esta labor no remunerada, no tengo en absoluto, pues siento que el valor espiritual de mis trabajos, está muy por encima de cualquier otra labor remunerada que pudiera desempeñar.

 - Jose Luis Martín-

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     Mediumnidad de Efectos Físicos

Los denominados fenómenos de efectos físicos siempre han existido desde los tiempos más remotos de la historia del hombre. En casi todas las civilizaciones de la antigüedad se registraron relatos, leyendas y tradiciones alusivos a las manifestaciones de los espíritus mediante efectos materiales y objetivos, tales como ruidos, golpes, movimientos y traslación de objetos, levitación de objetos y personas, mesas giratorias y parlantes, materializaciones y muchos otros semejantes. Estos fenómenos o manifestaciones se caracterizan por la no intervención de un agente físico visible o conocido, ya sea de origen humano o instrumental, siendo atribuidos, por lo tanto, a fuerzas invisibles, ocultas o desconocidas como fantasmas, duendes, dioses, demonios, espíritus, poderes psíquicos, energías, etc., según la religión, doctrina o ideología imperante en el medio o la época en que se produjeron.

Durante mucho tiempo estos fenómenos permanecieron dentro del dominio de lo mágico, lo misterioso, lo sobrenatural o lo milagroso. Fue aproximadamente a partir del siglo XVII cuando fueron objeto del interés y el estudio de algunos hombres de ciencia que, en forma racional e imparcial, se dieron a la tarea de observarlos, estudiarlos y analizarlos objetivamente, al principio en forma incipiente y empírica. Ya a partir del siglo XIX fueron estudiados en forma metódica y organizada dentro de todo un proceso de investigación específica en la búsqueda de sus causas, efectos y consecuencias. Correspondió al pedagogo francés Hipollyte León Denizard Rivail -más conocido como Allan Kardec- dedicarse de lleno a la investigación científica de la fenomenología mediúmnica a partir de 1854, empezando por la observación y estudio del fenómeno de las denomina-das mesas giratorias, parlantes y danzantes, y posteriormente a las manifestaciones mediúmnicas de tipo inteligente como son las comunicaciones de los espíritus mediante la psicografía y la psicofonía, a través de los sensitivos denominados médiums o mediadores entre los espíritus y los hombres.

El 18 de abril de 1857 Allan Kardec publicó en la ciudad de París El Libro de los Espíritus como piedra angular y obra fundamental del Espiritismo, conteniendo “los principios de la Doctrina Espírita sobre la inmortalidad del alma, la naturaleza de los espíritus y sus relaciones con los hombres, las leyes morales, la vida presente, la vida futura y el provenir de la humanidad, según la enseñanza dada por los espíritus superiores, con la ayuda de diferentes médiums, recopilada y puesta en orden por Allan Kardec”.

En enero de 1861 Allan Kardec publicó su segunda obra: “El Libro de los Médiums, guía de los médiums y de los evocado-res, conteniendo la enseñanza especial de los espíritus sobre la teoría de todos los géneros de manifestaciones, los medios de comunicarse con el mundo invisible, el desarrollo de la mediumnidad, las dificultades y los escollos que se pueden encontrar en la práctica del Espiritismo, continuación de El Libro de Los Espíritus”. Este libro constituye todo un compendio profundo y completo sobre la gran diversidad de facultades mediúmnicas y su clasificación, los distintos tipos de médiums y las diversas formas de manifestación de los espíritus, incluyendo la variedad de los fenómenos de efectos físicos:

Movimientos y suspensión de objetos -Mesas giratorias y danzantes

Trasporte y lanzamiento de objetos, ruidos y golpes - Poltergeist

Mesas parlantes – Mensajes por código de golpes Levitaciones

Aportes - Aparición de objetos en recintos cerrados

Materializaciones de espíritus - Ectoplamías

Escritura directa - Pneumatografía

Voz directa - Pneumatofonía

Las explicaciones de los Espíritus Superiores dadas a Allan Kardec, así como sus propias investigaciones sobre estos fenómenos, condujeron a establecer la existencia de un determinado fluido o energía vital contenida en el organismo del ser humano, especialmente en los médiums de efectos físicos, cuyas características de sustancia energética, plasmática y moldeable le permitían ser el elemento intermediario para la producción de este tipo de fenómenos. Posteriormente esta sustancia recibiría el nombre de “ectoplasma” por el investigador francés Charles Richet (1890 -1950), término que después se generalizó. Para que los fenómenos de efectos físicos se produzcan se requiere una serie de condiciones indispensables: a) espíritus con la intención y disposición para manifestarse; b) médium de efectos físicos en condiciones adecuadas; c) cantidad apropiada y suficiente de ectoplasma; d) determinadas condiciones ambientales requeridas para la producción de los fenómenos.

Los fenómenos de efectos físicos fueron utilizados por los Espíritus Superiores para llamar la atención de los hombres hacia las realidades espirituales, la vida en el mundo espiritual y la posibilidad de comunicación entre los dos planos de vida; una vez captada la atención de los investigadores y de los observadores, los Espíritus Superiores procedieron a revelar al hombre las verdades de orden espiritual.

-Álvaro Vélez Pareja-

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                                Los buenos espiritas 

               ¿Qué ESPIRITA…SOY?

4. El Espiritismo bien comprendido, pero, sobre todo, bien sentido, conduce forzosamente a los resultados expresados más arriba, que caracterizan al verdadero espiritista como al verdadero cristiano, siendo los dos una misma cosa. El espiritismo no viene a crear una moral nueva; facilita a los hombres la inteligencia y la práctica de la de Cristo, dando una fe sólida e ilustrada a los que dudan o vacilan.
Pero muchos de los que creen en las manifestaciones no comprenden ni sus consecuencias, ni su objeto moral; o, si los comprenden, no se las aplican a sí mismos.

¿En qué consiste esto? ¿Es un defecto de precisión de la doctrina? No, porque no contiene ni alegorías ni figuras que puedan dar lugar a falsas interpretaciones; su esencia es la misma caridad, y esto es lo que constituye su fuerza, porque se dirige a la inteligencia. Nada tiene de misterioso, y sus iniciados no están en posesión de ningún secreto oculto para el vulgo.

Para comprenderla, ¿es precisa una inteligencia privilegiada? No, porque se ven hombres de una capacidad notoria que no la comprenden, mientras que las inteligencias vulgares, y aun de jóvenes apenas salidos de la adolescencia, comprenden sus matices Más delicados con admirable precisión. Esto depende de que la parte de algún modo "material" de la ciencia, sólo requiere vista para observar, mientras que la parte "esencial" requiere cierto grado de sensibilidad que se puede llamar la "madurez del Sentido moral", madurez independiente de la edad y del grado de instrucción, porque es inherente al desarrollo, en  un sentido especial, del espíritu encarnado. En los unos, los Lazos de la materia son aún muy tenaces para permitir al espíritu desprenderse de las cosas de la tierra; la niebla que los rodea les quita la vista del infinito; por esto no dejan Fácilmente ni sus gustos, ni sus costumbres, ni comprenden nada mejor de lo que ellos poseen; la creencia en los espíritus es para ellos un simple hecho, pero modifica muy Poco o nada sus tendencias instintivas; en una palabra, sólo ven un rayo de luz insuficiente para conducirles y darles una aspiración poderosa y capaz de vencer sus inclinaciones. Se fijan en los fenómenos más que en la moral, que les parece venal y monótona; piden sin cesar a los espíritus que les inicien en nuevos misterios, sin preguntar si se han hecho dignos de entrar en los secretos del Criador.

Estos son los espiritistas imperfectos, de los cuales algunos se quedan en el camino o se alejan de sus hermanos en creencias, porque retroceden ante la obligación de reformarse, o reservan sus simpatías para los que participan de sus debilidades o de sus prevenciones.
Sin embargo, la acepción del principio de la doctrina es el primer paso que les hará el segundo más fácil en otra existencia. El que puede con razón calificarse de verdadero y sincero espiritista está en un grado superior de adelantamiento moral; el espíritu, que domina más completamente la materia, le da una percepción más clara del porvenir; los principios de la doctrina hacen vibrar en él las fibras que permanecen mudas en los primeros; en una palabra, "tienen el corazón enternecido"; su fe es también a toda prueba. 


El primero es como el músico que se conmueve por ciertos acordes, mientras el otro sólo comprende los sonidos. "Se reconoce el  verdadero espiritista por su transformación moral y por los esfuerzos que hace para dominar sus malas inclinaciones", mientras el uno se complace en un horizonte limitado, el otro, que comprende alguna cosa mejor, se esfuerza en ir más allá y lo consigue siempre cuando para ello tiene una firme voluntad.

Texto tomado del libro EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO/ /ALLAN KARDEC
(Trabajo tomado de "Sublime espírita")

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El escéptico profesor


                                                         


 

“Vislumbré, entre aquellas aparentes futilidades y fenómenos, una cosa seria, la revelación de una nueva ley que me llevó a investigar a fondo. Había un efecto que necesariamente derivaba de una causa”. 

Allán Kardec

La presencia del escéptico profesor Hypolite Denizart Rivail en la casa de la Sra. De Plainmeson el 18 de Mayo de 1855, para presenciar una sesión del “espectáculo de las   


mesas parlantes” que causaba furor en esa época en Europa y Estados Unidos, fue el comienzo de una etapa que cambiaría para siempre la vida del insigne Rivail.

Con una vida dedicada al estudio, fue discípulo de   Pestalozzi, Director de la Escuela de la Academia de París y miembro de honor de distintas Sociedades Científicas entre las que destacaban la Academia de Ciencias de Francia, la Sociedad de Educación Nacional, la Sociedad de Ciencias Naturales de Francia, la Sociedad Francesa de Estadística, la Sociedad Gramatical francesa y el Instituto de Lenguas y el Instituto histórico, entre otras, Rivail también se interesó en su juventud por el estudio del sonambulismo, la hipnosis y el poder curativo de los fluidos magnéticos.

Escéptico por su carácter científico, seguía al pie de la letra dos principios del método científico de la época: “observar y descubrir“. Por ello no fue extraño que, después de presenciar la primera sesión en casa de la Sra. De Plainmeson, su conclusión fuera la siguiente: “No basta que las mesas giren o se eleven en el aire, cuando me prueben que una mesa tiene cerebro para pensar y nervios para sentir, podré creer en eso”. Este, y no otro, era el auténtico carácter eminentemente científico y escéptico del profesor Rivail.

No obstante, hubo algo que dejó confuso al eminente pensador y que lo llevó a cuestionarse sus principios. Ese algo no fueron los fenómenos que presenciaba en sucesivas sesiones con distintos médiums a las que acudió; lo que intrigó a Rivail fueron las “respuestas inteligentes” que a determinadas preguntas eran dadas por el vocabulario a base de golpes de las mesas parlantes, y la escritura mecánica (neumatografía) mediante el auxilio de una cesta con un lápiz y un papel en blanco y sin intervención de ningún médium. 

La inteligencia en las respuestas a preguntas desconocidas de antemano, y que él mismo pudo preguntar y comprobar, dejaba entrever una causa inteligente en la producción del fenómeno, lo que le llevó a investigar y a preguntarse lo siguiente:

¿Hay o no una fuerza inteligente? Esta es la cuestión ¿Y si esta fuerza existe, que es?¿Cual es su naturaleza y su origen? ¿Está más allá de la humanidad?

La inquietud y curiosidad de Rivail tomó más fuerza cuando pudo conocer a las hermanas Baudín, de pocos años de edad, que mediante neumatografía escribían bellísimas páginas literarias y poéticas inéditas, atribuidas a inteligencias extrañas y otras conocidas como el dramaturgo Fréderic Soulié. Carolin Baudin tenía apenas siete años cuando este dramaturgo murió. Rivail comprobaba luego las obras y las firmas de los mensajes con las del dramaturgo fallecido y quedaba impresionado por las semejanzas. 

Las preguntas se acumulaban en la mente de Rivail, y mientras tanto continuaba con su escepticismo, buscando las respuestas mediante su pensamiento lógico. ¿Dónde se captaban esas informaciones o respuestas, en el inconsciente de los vivos o en el más allá, en mensajes atribuidos a los muertos? ¿Estarían los muertos, vivos?

Acostumbrado a no dar por cierto nada sin la sanción de la lógica, la razón, la observación y experimentación, Rivail se preguntaba, cada vez con más fuerza e intensidad, el origen o la causa de tales fenómenos inteligentes,… Y seguía investigando. Nuevas evidencias llegaron a través de varios episodios que terminaron por convencerle de que detrás de un efecto inteligente se encuentra siempre una causa inteligente.

No obstante, su espíritu científico le llevaba a dudar y cuestionar todo, y por ello no afirmaba ni negaba nada, a pesar de haber llegado a la conclusión y convicción de que los fenómenos y experiencias que observaba, comparaba, analizaba, juzgaba y sometía al riguroso examen de la lógica y el razonamiento eran ciertamente producidos por inteligencias que no podía definir ni describir. ¿Quiénes o qué eran? Bajo el principio de rechazar 10 verdades antes que aceptar una sola mentira, todo dio un giro inesperado cuando encontró la respuesta que tanto buscaba de forma sorprendente, tomando él mismo, directamente, las riendas del cuestionamiento a esas inteligencias.

Muy pronto Rivail se convirtió en el intermediario con los comunicantes del más allá, dirigiendo y conduciendo él mismo los diálogos y las preguntas que se les hacían. Después de cada respuesta, el profesor iba poco a poco aclarando sus dudas, afirmando entonces: “el simple hecho de comprobar la comunicación de los espíritus, dijeran lo que dijesen, ya era una prueba de la existencia del mundo invisible”. Así pues, el problema era la muerte y su solución; la vida en otros planos invisibles a los simples mortales.

No obstante, a pesar de la certeza de la comunicación con los mal llamados muertos o inmortales, todavía quedaban grandes cuestiones sin respuestas que poco a poco el profesor Rivail iba preguntando. La primera de ellas, y no por ello menos importante, era averiguar cómo se producía el fenómeno de la comunicación, es decir, ¿cómo un ser inmaterial puede actuar sobre la materia inerte (mesas, papel, etc.)? Respuesta: A través de la combinación de dos fluidos, el del médium y el del espíritu o inteligencia que producía el fenómeno. La conclusión fue evidente y confirmada tiempo después: el “fluido universal” sería la materia prima, agente y vehículo de todos los fenómenos espíritas.

El escepticismo iba desapareciendo ante la lógica rigurosa, la observación, la experimentación y las respuestas que iba recibiendo. 

Y una nueva fase llegó a la vida de Rivail que no sólo transformó  su concepción del mundo y su sentido de la vida, sino que le predispuso a aceptar un trabajo que él ignoraba y que convirtió a Rivail en un hombre nuevo, adoptando un seudónimo (Allán Kardec) para concretar la misión que se le presentaba como codificador y organizador de las enseñanzas que el mundo espiritual superior trasladaba a la Tierra. En ello tuvo una importancia manifiesta el llamado “Espíritu de Verdad”, que se le presentó como su orientador y guía en este desafío que el eminente profesor debería afrontar.

Antonio Lledó Flor Amor, Paz y Caridad

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  Imágenes que “sangran” o lloran, ¿ fraude o  milagro ?



        Todo lo que existe en el universo, obedece a unas leyes naturales que les hacen existir y funcionar de determinada forma. El ser humano desde este pequeñísimo planeta que habitamos y que llamamos Tierra, conoce algunas de estas leyes, pero sin duda aún estamos lejos de conocerlas todas y menos aún en profundidad.

      La cuestión es que ante aquellos fenómenos cuyas  leyes y causas ignoramos, les  hemos puesto  la etiqueta de “ sobrenaturales” o “milagrosos”,  pretendiendo así  diferenciar  lo que  comprendemos como natural y lo  que no  lo  parece por escapar a la razón de los seres humanos Y  es que   una cosa es lo frecuente y  otra lo natural. Este fenómeno, como todos, no es  frecuente, pero ello  no significa que  no sea absolutamente natural, aunque el proceso de cómo se produce  sea ignorado por el ser humano.

     Dios, que es el Principio Perfecto e Inmutable de toda la Creación, no puede haber hecho una Creación perfecta,  regida por unas leyes  naturales perfectas, y al mismo tiempo estar dispuesto a romperlas, violarlas o rectificarlas  en determinados casos para impresionar al ser humano que habita este insignificante planeta. Así todo lo que es etiquetado como “sobrenatural”, o por encima de lo que es natural, sencillamente no puede existir por ilógico. Todo cuanto existe es  natural con  unas leyes que conocemos o que aun con nuestra avanzada ciencia, todavía   no conocemos.

      En esta clase de fenómeno, bastante frecuente  por diversas partes del mundo, lo primero que deseo resaltar es precisamente que no se trata de un hecho milagroso  o sobrenatural relacionado con la religión , puesto que el que  ante  unos hechos semejantes  no se conozca cuales son sus causas, no significa que no  estén regidas también  por  unas  leyes que no escapan a la Naturaleza, aunque estas leyes  por ser de  índole espiritual  no se hayan investigado aún lo suficiente y escapen todavía  al  conocimiento científico humano.

       También es frecuente en esta clase de hechos, el fraude con fines puramente lucrativos, incentivando y explotando  la credulidad y la buena fe de las personas  dispuestas y deseosas de que el milagro sea real y se reproduzca  reafirmando  sus creencias, fortaleciendo su fe, sin  tener en cuenta el dinero que de sus bolsillos saldrá, unas veces como peregrinos-turistas y otras  como compradores de “souvenirs” y recuerdos  del “milagro” que se produjo con  tal  o cual imagen religiosa  protagonista del fenómeno en  determinado lugar. Por eso, ante “fenómenos” de esta clase lo primero que se requiere es hacer una investigación seria que permita descartar el truco de magia o predistigitación, así como el fraude o engaño.

         En los casos que se tenga que descartar el fraude, tal vez  se esté ante una  variedad del  fenómeno de “Aportes” que explicaría el mecanismo de como se produce; así se produciría en primera instancia una  desmaterialización de esos fluidos humanos, procedentes de algún lugar y persona remotos, a través de unos mecanismos desconocidos; una vez desmaterializados estos líquidos orgánicos, podrían, por la fuerza mental de un Ser espiritual superior, ser  trasladados hasta el lugar del "milagro", y allí de nuevo ser materializados por la misma voluntad espiritual superior durante un tiempo más o menos limitado, pero que a veces también puede ser bastante prolongado. Es de tener en cuenta que ciertos Seres del plano espiritual, cuando ya han alcanzado cierto nivel  evolutivo bastante elevado en comparación al del ser humano de la Tierra, posiblemente tengan unos conocimientos y dominen unas energías o unas técnicas con la materia  que nosotros  todavía  ni imaginamos.

       Otra posibilidad para explicarlo, sería al considerar que este fenómeno  podría tener mucho que ver con  una ideoplastia causada por la imagen mental  subconsciente de alguna persona que la  ha visto o imaginado antes.  La ideoplastia supone la rara capacidad de la mente de poder  plasmar en forma material las imágenes obtenidas o creadas por ella. Esto ya no es de extrañar por nadie, pues es popularmente sabido que la mente es capaz de irradiar una poderosa energía que puede actuar sobre las materias.

          El fenómeno  es de carácter mediúmnico, pues siempre cerca del mismo hay alguna persona sensitiva o con la facultad  correspondiente, que aun sin saberlo ella misma, lo causa  o facilita a través de  la  energía psíquica que  proyecta  su  mediumnidad.

          El ignorar la realidad espiritual o el no creer en  estas cosas, parece ser que está de moda en nuestros días, y se prefiere creer que estas cosas son imposibles y que en la realidad solo son fantasía o fraude. Para los escépticos que se atrincheran detrás de un racionalismo exagerado, los relatos e incluso fotografías de cuadros de Vírgenes o de Santos, o de sus estatuas de  madera o escayola que sudan o lloran sangre, no  son otra cosa que leyendas supersticiosas inaceptables o trucos para engañar a crédulos. Pero sin embargo han existido y aún existen  muchas pruebas de que estos fenómenos a veces  suceden realmente.

     En la  historia podemos encontrar numerosos casos  de manifestación de este fenómeno. Citamos algunos de ellos: 

         En la época en que san Francisco Javier estaba predicando en el Lejano Oriente, creando nuevas misiones de una isla a otra, una talla gótica de un Cristo, comenzó a sangrar en el  castillo donde este santo nació (Navarra).  Coincidiendo con la fecha de la muerte de este santo en diciembre de 1551, la talla comenzó a sudar sangre a las nueve de la noche, y después se siguió repitiendo este “prodigio” todos los viernes a esa  misma hora. Estos hechos se repitieron hasta bien entrado el siglo XVII.

         Cerca de un pueblecito llamado Ampuero (Santander), hay una talla del Santo Cristo de la Agonía que desde 1919 mueve los ojos y suda sangre casi a diario. Existe un libro de registros en la parroquia en donde se encuentra, lleno de firmas de personas que han pasado por allí y han sido testigos del “milagro”.

         En la iglesia de Porto das Caxias (Brasil), existe un crucifijo de 300 años de antigüedad que empezó a sangrar en 1968. Por la fe que despertó, se registraron muchas curas milagrosas, y la sangre fue analizada y reconocida como auténtica y de origen humano.

         En la iglesia de San Ignacio en Roma, un crucifijo sangró en 1959, conservándose fotografías y testimonios de este hecho....

         En el año 1979 una estatua  de bronce que representaba una mujer japonesa, lloró diez días antes del accidente nuclear de Pensilvania; anteriormente lloró la noche del 6 de agosto de 1945, coincidiendo con  el desastre de la bomba nuclear que destruyó Hiroshima

         Recientemente , pocos años atrás, fue muy popular en todos los medios de comunicación, el caso de una imagen de una Virgen,  que procedía de Medjugorge (Yugoeslavia), y que estando instalada en el jardín de una familia de Civitavecchia (Roma), lloró sangre  y lágrimas delante de numerosos testigos, e incluso  en las manos del obispo que se resistía a aceptar la realidad del caso, durante el trayecto cuando la trasladaba a analizar, certificando los resultados  de estos análisis la autenticidad de los fluidos  humanos  emitidos.

      Durante los años 50  un médico italiano llamado Piero Casoli,  estudió durante mucho tiempo todos estos casos, y finalmente llegó a la conclusión de que esta clase de fenómeno ocurría, solamente en Italia, un promedio de  dos veces al año.

      Estos fenómenos, de los que existen registrados tal vez cientos de ellos,  no solamente han ocurrido en estatuas e imágenes religiosas, sino en otros elementos religiosos,tal como las “hostias “ de la comunión católica cuando han aparecido manchadas de sangre fresca, como por ejemplo cuenta la tradición  que sucedió  en el Santuario de Sta. María la Real del Cebrero (Lugo), en el siglo  IX .

        Indudablemente se  adivina una finalidad común en los motivos de la existencia de estos fenómenos y su  repetida manifestación, cual es el promover  la fe religiosa  y el arrebato de elevar la mirada al cielo y cambiar las vidas de  miles  de  personas  que con el fervor religioso transforman  para  bien sus hábitos y costumbres.


- Jose Luis Martín-


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