jueves, 31 de diciembre de 2020

La cura de la Obsesión

 



 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Espiritismo: Propuesta moral y filosófica

2.- Medicina y Espiritualidad en sintonía

3.- Recuerdos de una vida antes de la vida

4.- La cura de la Obsesión






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Espiritismo: Apuesta Moral Y Filosófica 

 Si estudiamos con racionalidad y consciencia, percibimos que el Espiritismo es una apuesta moral y filosófica antes que religiosa… El espírita que no haya comprendido esto necesita más tiempo de estudio y reflexión, porque es un detalle muy importante, tanto para nosotros como para los que nos escuchan en nuestra vida de relación… 

     Así como Jesús no habló (y menos fundó) una religión cristiana y/o católica, Kardec no codificó ninguna religión (cosa que percibimos con claridad al estudiar la codificación y no hallar una sola referencia a una “religión espírita”). 

    Cada cual puede vivenciar el Espiritismo según le late o comprende una vez pasado por el filtro de la cultura y sociedad que le es propia, pero, por coherencia doctrinaria, será siempre mucho mejor ajustarse al mensaje original y no a los añadidos personales de cada país o grupo social que, sin pretenderlo, proyecta modismos culturales, estereotipos, etc que el mensaje original no presenta. 

Escrito por Carlos G. para Zona Espírita

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Medicina y espiritualidad en 


sintonía

                             

    El período de aislamiento también es una rara oportunidad para la reflexión. Pasamos más tiempo con nosotros mismos, planteando numerosas preguntas existenciales. cual es el significado de mi vida? ¿Cómo podemos conectarnos con algo más grande? Somos humanos y estamos naturalmente inclinados a resolver estos acertijos. Y esa propensión tiene un nombre: espiritualidad.

    El tema, aunque conectado, no debe confundirse con la religiosidad. Si bien la experiencia de una religión implica necesariamente la sistematización de una doctrina grupal, la espiritualidad está relacionada con el significado y el propósito de la experiencia, justificando y dando significado a partir de aspectos del espíritu.

    Y, si hablamos de la vida, no podemos desconectar la espiritualidad de otros puntos de la vida diaria, ni siquiera de aquellos que tienen la ciencia en su núcleo. Este es el caso de la medicina. Varios avances han creado un modelo centrado en la curación impulsada por la tecnología, y esta evolución ha sido fundamental para prolongar nuestra existencia. Sin embargo, muchos profesionales han comenzado a centrar toda su atención en el cuerpo y descuidar las perspectivas psicológica, espiritual, social y ecológica de las enfermedades.

    En las últimas décadas, los servicios de salud han buscado el equilibrio, reconociendo la espiritualidad como algo profundamente ligado a la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también revisó este concepto y definió, hace más de 20 años, que “la salud es un estado dinámico de completo bienestar físico, mental, espiritual y social, y no meramente la ausencia de enfermedad o dolencia. ”. Pero, ¿es esto ya una realidad en la formación y práctica de nuestros médicos?

    En medio de una pandemia histórica, con tanto riesgo y presión sobre la salud mundial, no podemos dejarlo solo. Los estudios sugieren que las personas con prácticas espirituales regulares tienden a vivir más tiempo. Y sin embargo: puede aliviar el estrés ofreciendo apoyo social y fortaleciendo los valores personales y comprensivos. Los pacientes pueden usar sus creencias para lidiar con el dolor, son optimistas y tienen una mejor calidad de vida. Uniendo ciencia, conocimiento y espiritualidad, ciertamente saldremos más fuertes de este gran desafío y, cuando la vida vuelva a la normalidad, tendremos una práctica médica aún más humana y de calidad.

Por Adriana Arent, ginecóloga de Fertilitat. Publicado en Zero Hora el 6 de mayo de 2020

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Recuerdos de una vida antes de la vida

 La investigación científica sobre la reencarnación llevada a cabo por el Dr. Ian Stevenson, Profesor de Psiquiatría de la Es- cuela de Medicina en la Universidad de Virginia, es la más brillante. Específicamente, él ha investigado lo que se conoce como ‘recuerdo espontáneo de vidas pasadas’.

A través de un número de años el Dr. Stevenson ha entrevistado a más de cuatro mil niños en Estados Unidos, Inglaterra, Tailandia, Burma, Turquía, Líbano, Canadá, India y otros lugares, quienes afirman recordar un número de incidentes de sus vidas pasadas.

Los procedimientos de investigación científica incluyen re- visión y análisis de documentos (cuando son relevantes), cartas, registros de autopsia, certificados de nacimiento y defunción, registros de hospital, fotografías, reportes de periódico y otros similares.

Los registros médicos son especialmente importantes cuando un niño afirma haber sido asesinado en una vida pasada; como Stevenson ha podido encontrar en los casos de muerte violenta, el niño puede tener una marca de nacimiento en el lugar donde fue acuchillado, o disparado, o cualquiera que haya sido la causa de la muerte.

Un ejemplo de uno de los casos de marca de nacimiento del Dr. Stevenson es el de Ravi Shankar.

Ravi Shankar, el renombrado músico de sitar de la India, tuvo un interesante vislumbre de su pasado espiritual afirmando, vehementemente acordarse de una existencia anterior. Con la edad de 2 años y medio comenzó a llamar a sus divertidos padres que estaban en su “otra casa” donde el viviera.

A la edad de seis años, Ravi comenzó a narrar interesantes detalles de esa existencia suya pasada. Afirmaba haber sido asesinado por dos parientes debido a cuestiones de herencia y negocios familiares. Según esas impresiones suyas, ellos le decapitaron con una navaja de afeitar.

El periodista Lynn Picknett, investigó las reivindicaciones del célebre músico y descubrió que un niño de 6 años había sido realmente asesinado en el domicilio descrito por Ravi. Tal niño había fallecido seis meses antes de su nacimiento.

Ravi siempre temblaba cuando veía un barbero o un lavandero, especialmente a un lavandero que él presentía que era el que lo mató. En 1955 Sri Jageshwar Prasad, el padre de Ashol Kkumar, conocido familiarmente como Munna, el niño de 6 años asesinado, fue para visitar a Ravi después que el rumor de que era Munna (su hijo) se corrió por todo lado. Al entrar el padre a la casa Ravi inmediatamente lo reconoció como su padre en la otra vida, también identifico su reloj que Munna le había dado a su padre como regalo en vida pasada.

Picknett escribió. “La coincidencia más extraña de todo es que Ravi Shankar vino al mundo con una marca de nacimiento alrededor del cuello impresionantemente parecida a un tajo de la navaja de afeitar”.

Ravi Shankar es conocido en todo el mundo por la serie- dad y espiritualidad de su trabajo. El caso en cuestión no parece ni siquiera un poco tratarse de autopromoción. Por el contrario, si así fuese, no habría nada de místico o sublime en revelarse como victima de una navaja de afeitar como consecuencia de una intriga familiar.

Por eso en el presente caso, no hay como citar las palabras de Allan Kardec en su obra ¿Qué es el espiritismo?: “La reencarnación no es un sistema imaginado para la satisfacción de las necesidades de un ideal, ni una opinión personal; es o no un hecho. Si está demostrado que ciertos efectos existentes son materialmente imposibles sin la reencarnación, es preciso que admitamos que ellos son la consecuencia de esta. Luego, si está en la naturaleza, no puede ser anulada por una opinión contraria.

- Joaquín Huete- ( De la Rev. de la FEE)


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       LA CURA DE LA OBSESIÓN

               Lo que más sufrimos


Manuel Philomeno de Miranda
Espíritu Autor



   La cura de la obsesión es un trabajo milenario sobre la tierra. Por eso mismo no es atributo ni obligación de un único obrero erradicarla del camino de los hombres.

Es muy diáfana la línea divisoria entre la salud y el equilibrio mental.

Una ligera excitación, alguna situación depresiva, una ansiedad o un momento de aflicción, la escasez de recursos financieros, la imposibilidad social, la falta de trabajo digno, entre otros muchos factores, pueden llevar al hombre  a cambiar su salud mental enajenándolo de forma temporal, pudiendo luego retornar a la posición normal de salud.

Los problemas de orden emocional y psicológico comúnmente son los que conducen al trastorno de la conducta psíquica.

Además de los factores que disponen a la locura, entre lo que se ubica en el karma del Espíritu,  hace que muchos individuos se encuentren en plena frontera de la obsesión espiritual que los induce a dar el paso al frente, arrojándolos al angosto camino de la alineación de comportamiento grave y de difícil recuperación…

 Los idolatras del sexo, los violentos, los exagerados. Los adictos a vicios de cualquier naturaleza, los pesimistas, los envidiosos, los amargados, los sospechosos incondicionales, los celosos, los obsesos, con los que con mayor facilidad trasponen los límites de la salud mental.

La obsesión es una frontera peligrosa para la locura irreversible.

Al principio, es sutil y transparente; luego, se agrava en razón de la tendencia negativa con que la recibe el infractor de los Soberanos Códigos de la Vida.

Da origen a diversas enfermedades, la principio imaginarias, que recibe por vía telepática, las cuales se pueden transformar en males orgánicos con derivaciones insospechadas a voluntad del agente que induce a la victima  que lo hospeda, a situaciones lamentables.

En la tierra, hay mucha más obsesión propagándose de lo que nadie puede imaginar y creer.

En este mundo que es de intercambio mental, vivo y pulsante, cada ser sintoniza  con otros equivalentes, prevaleciendo, entretanto, las especies más pesadas de vibraciones negativas, que perturban gravemente la riqueza psíquica, social y moral de los hombres que en el habitan.

No obstante, la vigilancia del amor de Jesucristo actúa en forma positiva, al trabajar con eficiencia, a fin de modificar los dolorosos cuadros de la actualidad, y dar así  surgimiento a un nuevo periodo de salud y de paz.

En este contexto, el Espiritismo – que es el más eficaz y sencillo tratado de Higiene Mental – desempeña un importante papel, como el de prevenir al hombre de los males que él genera para si mismo y que puede evitar, como también, le facilita los recursos para superar la problemática obsesiva, al mismo tiempo, apoya y enriquece a los nobles profesionales y misioneros de la Psicología, de la Psiquiatría, del Psicoanálisis…

La adquisición de la paz es el resultado de luchas y esfuerzos que nos disciplinan, condicionándonos los  hábitos saludables, con los cuales entramos en armonía con  la vida.

La mente es el espejo que refleja los estados íntimos, las conquistas logradas y las que están por conseguir.

Dinamo generador de recursos psicofísicos, dirigido por el Espíritu que se vale de la constitución cerebral, en los paisajes mentales fácilmente se expresan los múltiples estados de la personalidad, que encadenan éxitos o fracasos, que se exteriorizan en formas depresivas, ansiosas, traumáticas, neurasténicas y otras, que dan origen a enfermedades psíquicas de variada y compleja enumeración.

Frente a esos estados enfermizos, se abren anchas brechas que permiten y estimulan las parasitosis espirituales que degeneran en síndromes obsesivos que muchas veces se prolongan hasta convertirse en subyugaciones de curso irreversible.

a)     Recepción de la idea perturbadora
     Viviendo en un permanente intercambio, consciente o inconsciente, los espíritus – tanto encarnados como desencarnados – participamos de las vivencias en el cuerpo y fuera del.

No solos por los procesos de venganza personal, en los cuales los enemigos se buscan para provocarse males y cobranzas injustificables, como también, por factores de distintos motivos, se asimilan ideas y pensamientos a través de la simple  sintonía de la propia onda en que se sitúan las mentes.

Abordada por vibraciones negativas, la mente ociosa o indisciplinada, viciada o rebelde, registra la interferencia y en virtud de no ajustarse a un programa educativo de la voluntad, recibe el impulso de la idea, permitiéndose aceptar la sugestión perturbadora que alberga y se fortalece bajo la natural adaptación de los complejos y traumas de los comportamientos pesimistas que son peculiares a cada uno.

Aceptada la persuasión, se establece un vínculo con las sombras como forma de intercambio psíquico.

b) Intercambio mental.
Una vez fijada la idea infeliz, los archivos del inconsciente desbordan las impresiones angustiosas que duermen almacenadas, confundiéndose en la conciencia con las informaciones actuales, al mismo tiempo que se encuentra en desorden por la influencia de la parasitosis externa que se adueña del campo expuesto, sin defensas.

Por un natural proceso selectivo y teniendo en cuenta las tendencias, las preferencias emocionales e intelectuales del paciente, la obligación impuesta produce una mejor aceptación de los recuerdos perniciosos, que sirven de vehículo y acceso al pensamiento del invasor.

La polivalencia mental, en casos de esta naturaleza, tiende a la idea fija, que produce los cuadros de la fascinación torturante y finalmente los de la subyugación de difícil reversibilidad.

La obsesión simple es una parasitosis común en casi todos los individuos, cuando se la considera la natural comunicación psíquico vigente en todas partes del Universo.
Al tener en cuenta la infinita variedad de las posiciones vibratorias en las que se detienen los hombres, estos sufren, cuando intervienen en esas fajas, al sintonizar a través de un proceso normal, con los otros comensales hay situados.
Si son portadores de aspiraciones nobles, en donde se instalen, consiguen mayor impulso para el crecimiento.
Al permanecer en la construcción del bien, difícilmente serán objeto de las influencias perversas o criminales procedentes de las regiones inferiores.
A pesar de eso no quedan indemnes a la agresión temporaria o permanente de la que se liberan frente a los objetivos morales que persiguen, gracias a los cuales vibran en una escala psíquica más elevada.

No obstante, si se interesan en situaciones de vulgaridad y de placer, de falta de piedad o de pereza, de vicio o desorden, reciben mayor influjo de ondas mentales  equivalentes, cayendo en los abismos de la emoción aturdida del desequilibrio…

Esos pacientes, llevan al lecho, antes del reposo físico las angustias preocupantes, las ambiciones desenfrenadas, las pasiones inquietantes, deteniéndole en reflexiones que las vitalizan, viviéndolas a través de la mente, cuando no encuentran los medios de disfrutarlas físicamente… al desdoblarse bajo la acción del suelo, se encuentran con los afines – encarnados, o no – con los cuales se identifican y reciben amplias cargas de falsas necesidades o dando oportunidad a los estados anhelados que más los perturban y afligen.

Cuando despiertan, con la mente atribulada, torpe, dominados por el cansancio físico y psíquico, encuentran dificultad para concretar los compromisos y las lecciones edificantes de la vida.

En esa posición – con la idea obsesiva fija y la acción viciosa establecida – se produce el intercambio mental.

Ya no se trata del pensamiento que busca acogida, sino de la actividad que intenta el intercambio, manteniendo el dialogo, la discusión, el análisis  de los asuntos  pautados – siempre de naturaleza perjudicial y que a una persona  sana, le causaría repulsión instintiva, pero que el paciente se complace en cultivar -, motivos estos que originan el predominio del parasito espiritual, que poco a poco se acerca más psíquicamente a la casa mental y a la voluntad de su semejante.

c) Reflejos de la interferencia.

Como efecto natural, surgen los síndromes  de la inquietud: las desconfianzas, los estados de inseguridad personal, las enfermedades de poca importancia, los fracasos en torno al obseso que aumenta las angustias, dando así lugar a la incertidumbre y a la más amplia perturbación interior.

Genera una psicoesfera perniciosa alrededor de si mismo mediante la eliminación de fluidos dañinos de los que es víctima y los absorbe en forma más condensada; por negarse a escuchar temas saludables, participar en convivencias amenas, leer paginas edificantes, auxiliar al prójimo, y renovarse mediante la oración.

Conforme la constitución temperamental, que es un factor de relevante importancia, se hace apático, tiende a la depresión, se sumerge en la melancolía por el mensaje telepático deprimente y de los formatos mentales pesimistas que se filtran del archivo de la inconsciencia. Por el contrario, si es dotado de constitución nerviosa excitada, se vuelve agresivo, violento, en actitudes discordantes – estalla por niñerías, de las cuales luego se arrepiente – exponiendo el aparato psíquico y los nervios a altas cargas de energías que daña los sensores y los conductores nerviosos, con prejuicios singulares para la organización fisio – psíquica.

En ese periodo, se pueden percibir los estereotipos de la obsesión, que se revelan con facilidad por las actitudes insólitas, por el comportamiento ambivalente – equilibrio y distonía, depresión y excitación – que perturban al individuo.

A los hábitos saludables se suceden a las reacciones intempestivas señaladas como exóticas, la pérdida de los conceptos de criterio y valor  que juntos, dan lugar a extrañas y contradictorias formas de conducta.

La línea del equilibrio psíquico es muy tenue y delicada.

Las interferencias de cualquier naturaleza en la faja de la movilización de la personalidad, casi siempre producen disturbios, que empujan al individuo a procedimientos irregulares al principio, que después se establecen como delineamientos  neuróticos.
La acción fluídica de los desencarnados, por la flexibilidad y la obstinación  de estos, cuando son ignorantes, envidiosos, perversos, por su insistencia interfieren en el mecanismo del huésped, lo que complica el cuadro con la persuasión inteligente, en telepatía perjudicial, que facilita la simbiosis con el anfitrión.

En esa fase, y antes que el paciente asuma la  interferencia de que es víctima, la terapia espirita se transforma en resultado positivo, liberador.

No obstante, lo ideal es la actitud noble frente a la vida, que funciona como psicoterapia preventiva y que constituye el sistema para el optimismo y la paz.

OBSESIÓN POR FASCINACIÓN

Establecidos los lazos de la comunión, el proceso continúa y ajustando los conectores del canal obsesivo con el receptor, que a partir de ese instante comparte sus ideas con las ideas que le son insufladas.

A medida que el campo mental de la victima cede terreno, está no solo asimila la influencia telepática, sino también las actitudes y maneras de ser de su huésped.

En ese intervalo la persona pierde la noción del ridículo y de las medidas habituales que caracterizan el discernimiento, acatando sugerencias que incorpora, aceptando inspiraciones como criterios, que a todos se presentan como disparates y que a ella se son perfectamente lógicos.

Por conocer las imperfecciones morales, el carácter y la conducta de aquellos a los que perturban, los Espíritus les inspiran e imponen las ideas  absurdas con el objetivo de aislar al paciente de los recursos y personas que los pueden auxiliar.

Les inspiran el orgullo de misiones especiales, disfrazados de humildad y paciencia erróneas, que los vuelven falsamente místicos o rebeldes cuando se sienten descubiertos por la razón y perspicacia de las personas lúcidas y conocedoras de esas técnicas infelices, creyendo que son formadores y apóstoles encargados de cambiar las estructuras de la vida al arbitrio de la irresponsabilidad y presunción.

Mientras se debaten en el desorden de la fascinación de la que se convierten en presa fácil, se desligan de las últimas defensas y aflojan las compuertas de los diques de la lógica, dando con esto, oportunidad al episodio más complejo de la turbación mental.

Puede deducirse, entonces, las dificultades que el problema sugiere e impone, por no poder contar con el auxilio del obseso.

En toda obsesión, como en cualquier sufrimiento, están como ejemplo los recursos débito-crédito del individuo. No hay duda de que la disposición con que este se revista, contribuirá mucho y decisivamente para los resultados del intento, liberador o angustioso, conforme el empeño que emplee.
El dolor nace de la falta de respeto al orden establecido, como el odio es el fruto del egoísmo. Del personalismo amargado.

No existe persona alguna que esté destinada al sufrimiento, la desidia o el mal.
El hombre, al desprenderse de los recursos defensivos, cae en la agresión que lo acorrala  o enferma.

Los esfuerzos que emprende junto a las acciones que ejecuta, se constituyen en una coraza contra el mal, conquistas que deberá alcanzar para elevarlo a las fajas vibratorias propias que lo defienden y liberan.

Por eso mismo, la fascinación procede de la indolencia moral y mental del paciente y exacerba sus valores negativos, los que son hábilmente instigados por su antagonista espiritual.

Por lógica consecuencia, los intentos para  la liberación se presentan más complejos, exigiendo por lo tanto, abnegación, esfuerzo y asistencia continua.

OBSESIÓN POR SUBYUGACIÓN

En cada caso de alineación obsesiva se encuentran razones hostiles que caracterizan, específicamente, el proceso. Por eso mismo, a pesar del que el origen son las faltas morales del enfermo y el agente, la Entidad desencarnada, los móviles influyentes y predominantes varían de acuerdo a cada persona.

La terapéutica, aunque generalmente es la misma, lo resultados varían según los pacientes, sus fichas cármicas y los esfuerzos que estos emprenden para desenmarañar la trama en que se envuelven.

En el panel de las obsesiones, a medida que se agrava el cuadro de la interferencia, la voluntad del huésped pierde el control del comando personal, en razón directa con la que el invasor asume el gobierno.

Es más grave cuando se trata de un espíritu lucido, técnica e intelectualmente, que se adueña de los centros cerebrales con la imposición de una liberación bien concentrada en los móviles que persigue, manipulando con habilidad los dispositivos mentales y físicos del perturbado.

De esta forma, la subyugación puede ser física, psíquica o fisio-psíquica, simultáneamente.

La primera, no significa la perdida de la lucidez intelectual, porque la acción se produce directamente sobre los centros motores y obliga al individuo, no obstante se niegue a obedecer, a ceder a la violencia que lo oprime. En este caso, pueden irrumpir  enfermedades orgánicas, al crearse condiciones celulares propias para la contaminación por virus y bacterias  o también  bajo  la vigorosa y continua acción fluidica, destruyendo los tejidos fisiológicos o perturbando tanto el anabolismo como el catabolismo, manifestándose en disturbios del metabolismo general, con singulares perjuicios físicos…

En el segundo caso, el paciente dominado mentalmente, cae en un estado de pasividad, muchas veces bajo tortura emocional, que llega a perder por completo la lucidez, aunque no afecta al Espíritu encarnado propiamente dicho, que experimenta  la imposición penosa por medio de la cual depura la irresponsabilidad y los delitos pasados. De esta manera pierde temporaria o definidamente, durante su actual reencarnación, el área de la conciencia, sin poder expresarse libremente.

Un incesante aturdimiento lo domina, la visión, la audición, así como los demás sentidos, se confunden con la realidad objetiva al imperio de las vibraciones y fajas que registra en forma desordenada en la esfera física y en la espiritual.

El Espíritu encarnado se mueve en un laberinto que lo atemoriza, sujeto a un adversario obstinado que lo maltrata, lo aterroriza con crueles amenazas, en un firme parasitosis en la desconcertada casa mental.

Finalmente, se apodera, simultáneamente, de los centros del comando motor y domina físicamente a la victima, la que queda inerte, subyugada cometiendo atrocidades sin nombre.

En los procesos obsesivos, sin dejar de repetirlo, están involucradas en la Ley las personas que constituyen el grupo familiar y social del paciente, situado ahí por la necesidad evolutiva y de rescate para todos.

No pueden evadirse a la responsabilidad los que fueron cómplices o coautores  de los delitos, cuando los infractores más comprometidos son alcanzados por la innegable justicia. Reunidos o enlazados por el parentesco  sanguíneo o  a través  de circunstancias de afectividad y de afinidad, forman los grupos a los cuales se les prevé de los recursos reeducativos en el intento de progreso.

La cruz de la obsesión es un peso que cae siempre sobre los hombros de las conciencias comprometidas.

TERAPIA DE LA OBSESIÓN
Conforme se presente el cuadro de alineación, también varían los recursos terapéuticos.

Se sabe que el agente es un ser que piensa y actúa movido por una razón que le parece justa, cualquier política de engaño aparente de la honestidad se vuelve ineficaz, aumentando la hostilidad y la tenacidad del perseguidor.
El principal motivo, debe ser concentrar todas las atenciones en el enfermo desencarnado, tratándolo con bondad y respeto, aunque no se éste de acuerdo con lo que hace.

La principal urgencia es la de conquistar al agente infeliz para la intima renovación, por cuanto la mala acción siempre procede de quien no esta bien, por más que este oculte o disimule los sentimientos y su propio estado.

Debe evitarse la discusión inútil, revestirse de real humildad que refleje el interés amoroso por el bienestar del otro, quien acabará por envolverse en ondas de confianza y armonía con los que se beneficiara, cuando cambie de actitud en relación a los propósitos mantenidos hasta entonces.

Al mismo tiempo, debe educarse al paciente a la luz del evangelio, insistiendo con afabilidad por su transformación moral y creando a su alrededor condiciones psíquicas armónicas, con las que se restablecerá emocionalmente y esto le estimulará a contribuir con la parte que le corresponde.

Atraerlo a la práctica de acciones dignificantes y de beneficencia, con las que se granjeara simpatías y vibraciones positivas, lo fortalecerán y modificaran su campo psíquico.

Asimismo, estimularle el habito de la oración y de la lectura edificante, al mismo tiempo, formarle el carácter que debe tornarse maleable al bien y resistente al vicio.
Las mentes viciosas se impregnan de vibraciones y parásitos extraños, desvariados por el desarrollo de los excesos perniciosos.

Junto a esta psicoterapia, es necesario la aplicación de los recursos fluidicos, ya sea a través  del pase, del agua magnetizada o mediante la oración intercesora con la que se vitalizan los núcleos generadores de fuerzas, estimulantes de la salud, con el poder para desconectar los plugs de las respectivas matrices, de modo que el deudor se rehabilite ante la Conciencia Cósmica por la aplicación de los valores y servicios dignificantes.

No ocurren milagros en estas situaciones ni en otras de cualquier naturaleza. El acontecimiento milagroso, cuando parece acontecer, es el resultado de una acción muy bien programada, cuyos efectos son registrados y las causas no son necesariamente por el momento, conocidas.
Toda persona que desee contribuir en la esfera del socorro desobsesivo, no debe descuidar su conducta intima ni sus ligaciones con el Plano Espiritual Superior, de donde fluyen los recursos suavizantes y saludables para el cometido del amor.

Al recordad a Jesús, delante de los obsesos y de los obsesores, busquemos Su ayuda e inspiración en la condición elevada que Él ocupa como “Señor de los Espíritus”

   Trabajo extraído del libro:

EN LAS FRONTERAS DE LA LOCURA
   De: Divaldo Franco.  Por el espíritu Manuel Filomeno de Miranda


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