domingo, 31 de octubre de 2010

Modos de ayudar en el proceso de la desencarnación

¿ Cómo se podría ayudar a un moribundo?.-




Para facilitar su tránsito al otro mundo ,se le puede ayudar sobretodo tranquilizándole y procurando hablar mucho con él ,si está consciente, y animándole para que venza los temores que pueda sentir, tratando de que lo afronte con esperanza y sin miedos.

También se les ayuda mediante pensamientos de Amor u oraciones que,como ya se ha dicho, son vibraciones que en un estado de semidesprendimiento del cuerpo, el Ser en proceso de desencarnación, es capaz de percibirlas y sentirlas como un bálsamo tranquilizante que le ayuda en el proceso; claro está, que esto es así siempre y cuando sea llegado su momento final; si no es así, estos pensamientos u oraciones, en vez de ayudarle a morir, le pueden ayudar a sanar o mejorar fortaleciendo los lazos vitales del enfermo.

Se le puede ayudar mucho, actuando paralelamente a como lo hacen los Seres espirituales encargados de ayudar en la desencarnación, pero este proceso que describo se debe reservar a personas con experiencia en aplicar pases magnéticos , siendo fundamental que mientras lo hacenincentiven sentimientos de Amor , fraternidad y de ayuda hacia la persona sobre la que sus manos se deslizan. Los pases magnéticos, mas que un acto mecánico, funcionan como acto de Amor y solidaridad.


No se trata de acelerar o de ralentizar el proceso, sino de aliviar y suavizar el tránsito del que se va, ofreciéndonos como meros colaboradores a los Seres espirituales que realmente son los que llevan a cabo el proceso natural de la desencarnación. Lo único que aportaríamos en este caso es el fluido magnético, poniéndolo a disposición de los espíritus que llevan a cabo esta función tan natural como importante para el alma humana cuando regresa como espíritu al plano que le corresponde según su nivel vibratorio.

El proceso sería aproximadamente así: Sentados junto al moribundo, a la cabecera de su cama, le tranquilizamos con palabras de cariño, acomodándole la cabeza entre nuestras manos que actuan como un regazo acogedor. Después pasamos a colocar las manos sobre la frente del enfermo, iniciando seguidamente un servicio completo y silencioso de magnetización con pases longitudinales

Son tres las zonas o regiones orgánicas fundamentales sobre las que hay que centrar las energías de los pases magnéticos:

- El Centro Vegetativo ligado al vientre, sede de las manifestaciones fisiológicas.

- El Centro Emocional, que es la zona de sentimientos y deseos, situado sobre el tórax.

- El Centro Mental ,que es el mas importante y está situado en el cerebro.

Siguiendo este orden, se debe tratar en primer lugar, el Centro Vegetativo, insensibilizando el nervio Vago que es antagonista del Simpático, y cuyos efectos intenta anular, manteniendo así el equilibrio en un funcionamiento normal.. De este modo se facilita el desligamiento energético de las vísceras. El nervio Vago, también llamado neumogástrico, en realidad constituye un haz de nervios mixtos, compuestos de fibras sensitivas y de fibras motoras, que parten desde el bulbo raquídeo en la nuca, descendiendo por los laterales del cuello por donde penetran hasta el pecho y el vientre, terminando en el estómago y en el plexo solar. Estos nervios se ramifican y distribuyen por la laringe, el esófago,los bronquios, el corazón,estómago e hígado.

Con estos pases longitudinales se actúa como ayuda para neutralizar o paralizar el sistema nervioso Simpático, si así procede que sea en cada caso particular.

Después se pasa a operar sobre el plexo solar, con lo que se ayuda a aflojar los lazos de unión con las fuerzas físicas.

Por último, se pasará a actuar sobre el cerebro, en donde en el momento de la desencarnación una especie de llama de color violeta dorada, que solamente podría ser vista por una persona con capacidad de videncia psíquica, se separa elevándose por encima de su cabeza, y pasa a flotar en el ambiente sobre el cadáver al que apenas le une una débil cinta brillante. Esta cinta es de energía vital y conocida como cordón plateado que solamente desde el plano espiritual pueden desligar definitivamente estos Espíritus especializados en el proceso desencarnatorio.

Independientemente de que tratemos de ayudar de una forma o de otra, es muy importante siempre que se pueda, el rezar y orar junto con el enfermo o moribundo, y si no puede ser así, hacerlo siempre por él. En esta oración sentida, debemos rogar sobre todo para que saque de esta experiencia que es su muerte orgánica, el mayor beneficio para su alma, y pedir que le sean desligados lo antes posible, los lazos de energía vital que le mantienen todavía sujeto a su organismo físico.

- Jose Luis-

El Amor y sus consecuencias


El amor ha sido una palabra muy usada desde hace milenios, ya que los sentimientos y emociones acompañan al ser humano, aunque éste sea muy primitivo. Puede sentir el amor, el afecto, etc., de forma rudimentaria, pero la ha sentido en todos los tiempos.


Pero, ¿Qué es el amor? ¿Es bueno o es malo el amor?

Hay muchas formas de amar y no todas son buenas. Podríamos citar qué es el amor bueno y qué es el amor malo: “aunque amor malo no existe”, sino una forma de enfocar negativamente un sentimiento bueno.

El amor bueno es cuando cuidamos y educamos a nuestros hijos, sabiendo que es un tesoro divino; cuando les enseñamos a ser libres y a no tener miedos. Cuando les respetamos como personas y espíritus individuales que son. Cuando les observamos, pero no le vigilamos. Cuando les enseñamos respeto, viendo en nosotros el primer ejemplo.

El amor malo es cuando olvidamos que nuestros hijos no son una posesión exclusiva nuestra. Es malo cuando les sobreprotegemos o descuidamos su educación y no les enseñamos valores morales. Es el amor malo, cuando compramos el cariño de nuestros hijos, dándoles todos los caprichos que ellos piden o exigen. Cuando les consentimos actitudes negativas, viendo que son una copia de nuestras propias actitudes.

El amor bueno con nuestra pareja es aprender a conocerle/a y de esa forma respetar sus defectos, manías, gustos etc. Es bueno cuando le aceptamos tal como es. Cuando respetamos todos los demás aspectos, además del sentimental. Cuando conseguimos ser amigos, compañeros de camino y pareja, sin chantajes emocionales, con la buena intención de perdonarle y comprenderle, mirándonos hacia dentro nosotros mismos. Es decirle de vez en cuando… ¡Te quiero, te quiero por lo que eres y como eres; por ser tú mismo!

El amor malo hacia nuestra pareja son los celos, la posesión, el miedo a estar solo/a, y por esa razón somos capaces de dejarnos manipular, maltratar o humillar, sin querer reconocer que nuestros miedos nos dominan. El amor malo es el que amenaza, el que domina, el que siempre espera recibir, sin dar; el que se impone. El amor malo entre una pareja es la manía de querer cambiar siempre a nuestra pareja; dentro de nosotros/as, decimos: bueno, ahora es así, pero cuando vivamos juntos, yo le haré ¡cambiar! ¡Mentira! Nos estamos engañando al no querer ver tal como es nuestra pareja, y él o ella, no va a cambiar porque le presionemos, a veces, es peor, por el orgullo que nos esclaviza.

El amor bueno es aquel que sin palabras hace. Y el que lo hace es porque lo siente, porque su filosofía de vida o religión le ha enseñado a amar de forma incondicional. Porque tenemos que comprende que todos tenemos defectos, grandes miedos, grande complejos o traumas; vivimos a la defensiva, esquivando golpes muchas veces imaginarios, pero el buen amor se reconoce cuando nos calma, nos consuela, cuando no nos exige nada que no podamos hacer, cuando privándonos de algo, nos sentimos bien y contentos. Cuando viendo sonreír a una persona enferma, aprendemos una gran lección: a reír nosotros también cuando nos lleguen los momentos difíciles, si es que llegan.

El amor malo hacia nuestros semejantes se llama EGOÍSMO y ORGULLO. Cuando, siendo espíritas que, supuestamente, sabemos más de “amor”, “caridad” y “comprensión”, decimos que nos tenemos que amar y perdonar, de boca para fuera. Cuando no somos capaces de privarnos de alguna cosa y poder así apadrinar a un niño necesitado, o hacer cualquier otra cosa buena que suponga esfuerzo o voluntad; pero, eso sí, seguiremos hablando de amor. De haz lo que yo digo y no lo que yo hago. Porque el ser humano es un gran estratega; ¡habla mucho y hace poco!

El amor bueno de un amigo o amiga, es aquel que, sabiendo como somos de imperfectos, nos acepta sin más. Aquel que cuando ve que vamos a cometer un error nos previene con cariño, sin ninguna actitud de superioridad. El amor bueno es cuando puedes abrirle el corazón a tu amigo o amiga, sabiendo que te oirá, te entenderá, pero nunca te va a decir lo que tú quieres escuchar, sino aquello que él o ella piensa que tú necesitas. El amor bueno entre amigos es dar sin esperar nada a cambio, por el placer de dar o compartir.

El amor malo entre amigos es aquel que te exige, el que te presiona para que seas como ellos quieren que seamos, sin aceptarnos tal como somos. El amor malo de un amigo o amiga, es el que hiere cuando no tolera ni consuela; cuando, sabiendo lo mal que lo puedas estar pasando, es incapaz de pronunciar una palabra afectuosa, cuando nuestra viga nos impide ver la paja en el ojo ajeno.

El amor malo hacia nosotros es cuando no respetamos el cuerpo que Dios nos ha prestado, y lo envenenamos con el tabaco y, peor aun, cuando sabiendo que es un suicidio lento, se sigue fumando, bebiendo y haciendo otras barbaridades. El amor malo para con nosotros es el instinto de auto-destrucción, muchas veces por traer con nosotros un gran sentimiento de culpa o inferioridad, y utilizar medios como el alcohol, las drogas, el mal uso del sexo y sus aberraciones. La sensualidad enfermiza. Cuando comemos a reventar, llenando nuestro cuerpo de grasas y toxinas. Cuando nos destruimos por dentro, con pensamientos pesimistas, victimistas, degradantes, que enferman el organismo. Cuando, en general, no le cuidamos, pensando que de algo hay que morir, pero cuando esa hora llega, la agonía y la angustia nos sobrepasan y sentimos arrepentimiento de aquello que hicimos mal con nuestro cuerpo.

El amor bueno hacia nosotros mismos es aquel que, sabiendo que este cuerpo no nos pertenece, lo cuidamos lo mejor que podemos. Es el que aprendió de la Ciencia que nuestra mente puede enfermar el organismo, somatizándolo en diversas enfermedades, y cuida de tener en orden su casa mental; se esfuerza en tener buenos pensamientos, una vida ordenada y sana. El amor bueno para con nosotros mismos, es el respeto que nos debemos, para poder respetar a los otros; es la lucha por vencer los miedos; es la necesidad de ser auténticos, mostrando, no lo que queremos que los demás vean en nosotros, sino lo que somos en realidad. El amor bueno es aprender a querernos más, y nos queremos más, cuando sabemos más de nosotros y, al aceptarnos como somos, buscamos la forma de superarnos.

( Trabajo aportado por Isi )

ALLAN KARDEC

Frío y cerebral, así describieron algunos de sus contemporáneos al educador francés Hippolyte Rivail; y, sin embargo, bajo el nombre de Allan Kardec sería el fundador del espiritismo, y millones de personas le seguirían.

Hippolyte Léon Denizard Rivail, más conocido hoy bajo el seudónimo de «Allan Kardec», nació en Lyon, Francia, en 1804. Su padre, un distinguido jurista y juez local, quería darle la mejor educación posible, de modo que a los 10 años lo envió al Instituto Yverdon en Suiza, fundado y dirigido por J.H. Pestalozzi (1746-1827), el hombre que logró revolucionar la educación europea.

Convencido de que la intuición es la fuente de todo conocimiento, Pestalozzi estimulaba a sus discípulos para que se desarrollaran como individuos, al tiempo que les sometía a un programa extensísimo que comprendía 10 horas diarias de lecciones sobre todos los aspectos de las artes y de las ciencias. Aquellos que, como Rivail, procedían de familias católicas, recibían también instrucción religiosa.

Rivail permaneció seis años en Yverdon y esta estancia influenció profundamente el curso de su vida. Pronto decidió convertirse en profesor, para difundir los trabajos de Pestalozzi en Francia, y abrió su propia escuela en París en 1826. Para entonces ya había publicado el primero de lo que sería un total de 22 libros de texto sobre gramática francesa, matemáticas y reforma educativa. También inició una serie de cursos gratuitos sobre ciencias, que mantuvo durante 10 años. Lo hizo sin perder tiempo, y pronto observó que, mientras los mensajes recibidos en las sesiones eran a menudo frívolos, invariablemente adquirían un tono serio cuando se

Unos Comienzos Modestos

Obligado a cerrar su escuela en 1834 por motivos económicos, Rivail tuvo que trabajar como contable para mantener a su familia, aunque continuó dando clases particulares gratuitas en su casa, y, a principios de la década de 1850, durante la que su carrera sufriría un cambio radical, era un educador conocido, progresista y librepensador. Anna Blackwell, que tradujo algunos de sus libros al inglés, le recordaba «más parecido a un alemán que a un francés». Era, decía, un hombre enérgico y perseverante, pero frío y cerebral, incrédulo por naturaleza y por formación, y un razonador agudo y lógico. Llevaba una vida tranquila y modesta y era muy trabajador; nadie veía en él al futuro fundador de una nueva filosofía religiosa.

Pero en 1848, en los Estados Unidos, habían sucedido unos hechos que iban a cambiar toda la filosofía de Rivail y a influenciar la de millones de otras personas. En el hogar de la familia Fox, en Hydesville, Nueva York, las mesas se movían solas y se oían misteriosos golpecitos, que aparentemente provenían de los «espíritus» de los muertos. Esto significó el surgimiento del movimiento espiritualista, que iba a hacer furor en París, así como en otras ciudades europeas. Al cabo de poco tiempo, y en palabras de un periodista de la época, no hubo ninguna mesa entre Montmartre y los Campos Elíseos que no se hubiera puesto patas arriba.

Rivail, a pesar de que sentía interés por todos los temas, se mostró al principio muy escéptico. En unos de sus primeros libros había escrito: «Si se han estudiado las ciencias, hay que reírse ante la credulidad supersticiosa de los ignorantes y no es posible creer en fantasmas», y cuando, en 1854, un amigo le dijo que las mesas no sólo saltaban, sino que transmitían mensajes de los muertos, Rivail replicó: «Sólo lo creeré cuando lo vea.»
No parece que estuviera ansioso por verlo, porque hasta el año siguiente no asistió a una sesión, donde presenció una demostración de «escritura en cesta», una forma primitiva de escritura automática, en la que las manos de los asistentes se colocaban dentro de una cesta, a través de la cual era conducido un lápiz. «Pude darme cuenta -recordó más adelante-, de que había algo serio tras aquella aparente trivialidad..., como la revelación de una nueva ley, que decidí investigar a fondo.» cuando comprobó que se dirigían a él personalmente. Su amigo, el autor teatral Victorien Sardou, le pidió que revisase unos libros de notas tomadas por el grupo con el que él había estudiado los fenómenos espiritualistas durante cinco años. Rivail quedó impresionado por «la sabiduría y la caridad que emanaban de las comunicaciones serias», y emprendió una intensa serie de sesiones con una medium llamada Japhet, en las que propuso una serie de preguntas para que los espíritus las contestaran, cosa que hicieron.

El año siguiente, publicó más de 500 preguntas, respuestas y comentarios personales bajo el título de Le livre des esprits (El libro de los espíritus), que revisó y aumentó tres años más tarde. Se publicó bajo el nombre de Allan Kardec, un nombre tomado de la ascendencia bretona de Rivail, y que al parecer fue elegido por los propios espíritus. Así, Rivail se convirtió en Kardec, y cuando murió en 1869 había escrito o, como él prefería decir, había «compilado y ordenado», cinco libros y dos monografías, insistiendo en que el contenido principal no provenía de su trabajo, sino del de numerosos espíritus «avanzados» que se comunicaban a través de diferentes mediums.

Sus obras principales fueron: El libro de los espíritus (1857 y 1860), El libro de los mediums (1861), El Evangelio según el espiritismo (1864) -publicado en España en 1978-, Cielo e infierno (1865) y Génesis (1867). También fundó, editó y escribió gran parte de la revista Revue Spirite, hasta su muerte en 1869.

A pesar de su fe inconmovible en la comunicación con los espíritus de los muertos, la filosofía de Kardec no formaba parte de la corriente espiritualista sino que era, según sus palabras, espiritista. La diferencia era crucial para los seguidores de ambas filosofías, y les condujo por caminos muy distintos.

Lo Visible y Lo Invisible

La premisa básica del espiritismo es que hay dos mundos: el  visible y el invisible, que contienen seres materiales e «incorpóreos», respectivamente. El espíritu es una sustancia formada por materia «quintaesenciada» que está fuera del alcance de nuestros cinco sentidos normales, que se une con el cuerpo físico mediante un cuerpo intermedio, semimaterial, llamado «periespíritu». Al nacer, tomamos formas temporales, materiales, y cuando éstas son destruidas por la muerte física, el espíritu permanece, para reaparecer quizá en otra reencarnación. Nuestro propósito es evolucionar hacia la perfección, y nos reencarnamos tan a menudo como sea necesario para lograrlo. Todos somos la suma de aquello que hemos sido, lo que hemos hecho o pensado en vidas anteriores, y todo el proceso, según Kardec, no es milagroso ni sobrenatural, sino que es el resultado de leyes naturales e inmutables.

Mientras que el espiritualismo, tal como lo veía Kardec, simplemente manifestaba una creencia en algo más allá de la materia, el espiritismo trataba de la «relación del mundo material con los espíritus», entidades reales que están siempre en contacto con nosotros. Kardec nunca pretendió que fuese una nueva religión, sino una filosofía racional basada en hechos demostrados repetidamente que recuperaba el sentido original de todas las religiones. No pretendía, como alegaban sus críticos, sustituir al cristianismo. «La moral del espiritismo no es diferente de la de Jesús», escribió, añadiendo que, tal como la enseñanza de Jesús recuperó las de Moisés, el espiritismo era una recuperación de principios cristianos básicos que habían sido abandonados por la mayoría de las iglesias establecidas. «¿Por qué -preguntaba- se practican tan poco las enseñanzas morales de Cristo? ¿Y por qué aquellos que proclaman la sublimidad de las mismas son los primeros en transgredir la primera de sus leyes, la de la caridad universal?»

Los libros de Kardec forman el estudio más claro y extenso del mundo invisible escrito hasta el momento. Es interesante compararlos con los escritos de Emanuel Swedenborg y los de Andrew Jackson Davies «el vidente de Poughkeepsie», cuyo Principios de la naturaleza se publicó en 1847. Aunque los tres profundizaron en un mismo campo, Kardec es el único que no era ni un medium ni un místico, sino un recopilador de escritos salidos de otras manos. Su propia contribución a estos libros se limita a comentarios sobre el material recibido, y en éstos se presenta como un hombre razonable e inteligente. Como él mismo decía: «estudié los hechos con cuidado y perseverancia, los coordiné y deduje de ellos sus consecuencias».

Kardec fue uno de los primeros investigadores psíquicos serios, y encontró tiempo además para estudiar fenómenos paranormales de muchos tipos en toda Francia. Veinte años antes de la fundación de la Sociedad para la Investigación Psíquica, publicó relatos detallados, en la Revue Spirite y en El libro de los mediums, de varios casos excelentes que a menudo olvidan los historiadores. Escribió extensamente sobre el medium Jean Hillaire, el curandero Jacob el Zuavo, la posesión masiva de la ciudad de Morzine y varios ejemplos de lo que ahora llamamos actividad poltergeist. Mantuvo correspondencia con Douglas. Home, el psíquico inglés, a quien admiraba mucho, y fue testigo de multitud de fenómenos paranormales, llegando a ver una mesa de 100 kg balancearse en un ángulo de 45º sobre una sola pata. Pero le interesaban menos estos fenómenos que sus implicaciones.

Sus libros se han seguido publicando en varias lenguas, y sus ideas han tenido una influencia considerable en diversos países, especialmente en Brasil, donde el movimiento espiritista pronto ganó respetabilidad gracias sobre todo al apoyo del doctor y estadista Adolfo Bezerra de Meneses. Hoy, las estadísticas estiman que más de 20 millones de brasileños practican el espiritismo y, de acuerdo con la insistencia de Kardec en la caridad como su deber primordial, han llevado a cabo algunas de las obras sociales más importantes del mundo.  Brasil posee ahora grandes hospitales que combinan el tratamiento médico y el espiritual, orfelinatos, centros de enseñanza para mediums y curanderos y lugares de reunión públicos donde se imparte gratuitamente consejo y cuidados a todo aquel que lo solicita. En uno de ellos, en el centro de São Paulo, 200 mediums voluntarios atienden cada día a 1000 personas. Se han vendido varios millones de ejemplares de los libros de Kardec y de otros inspirados por éstos, y el retrato de Kardec ha aparecido tres veces en los sellos brasileños.
Este honor habría quizá molestado al hombre que escribió, en la «Conclusión» de El libro de los espíritus:

¿En qué consiste el trabajo especial y característico del espiritismo moderno? En hacer un todo coherente de lo que hasta ahora ha estado esparcido; en explicar, en términos claros y precisos, lo que hasta ahora ha estado oscurecido por el lenguaje alegórico: en eliminar los productos de la superstición y de la ignorancia de las creencias humanas, dejando sólo lo que es real y verdadero. Ésta es su misión.

Los hechos del espiritismo, concluía, habían dado el golpe final al materialismo y «mostrado los resultados inevitables del mal y, en consecuencia, la necesidad del bien» mientras que en lo que respecta a la vida futura, ya no se trataba de «una vaga imaginación, una simple esperanza, sino de un hecho».

Causa Y Efecto

Todo efecto inteligente, argumentaba, debe tener una causa inteligente, y había evidencia más que suficiente en favor de la realidad de la comunicación con los «muertos». Pero esto no quería decir que hubiera que aceptar todo lo que éstos dijeran o escribieran. «No faltan escritores en el mundo invisible -decía-,pero, como en la Tierra, escasean los buenos.» Algunos espíritus, comentó, «saben menos que nosotros en la Tierra». El investigador debía ser «crítico y lógico».

Kardec murió mucho antes de la edad de oro de la psicología

francesa y de la primera psiquiatría, en la que pioneros como Janet, Charcot y Bernheim proporcionaron un enfoque más clínico para estudiar las anormalidades hasta entonces inexplicadas de la experiencia humana (muchas de las cuales continúan siendo aún hoy un misterio). Se puede creer que, a pesar de su honestidad e inteligencia, fue simplemente engañado por astutos falsos mediums. Pero no parece probable, por dos razones principales. Primera, los fenómenos que explicó y las conclusiones a las que llegó fueron esencialmente las mismas que las de otros investigadores, algunos de ellos grandes científicos, como Robert Hare en los Estados Unidos o Alfred Russell Wallace y más adelante sir William Crookes, en Inglaterra, quienes hubieron de modificar sus creencias a causa de lo que habían presenciado.

Segunda, tal como insistía el propio Kardec, lo importante era lo que decían los mensajes mejores de los espíritus, no el fenómeno en sí. El mensaje, de hecho, y no el medium era lo importante. «Pueden reírse de las mesas que se mueven, pero nunca se reirán de la filosofía, la sabiduría y la caridad que emanan de las comunicaciones serias.»

Como era de esperar, Kardec no fue muy apreciado por la Iglesia Católica, que incluyó su obra en el Index librorum prohibitorum en 1866, pero aun así él replicaba a menudo con todo detalle a las críticas. Una vez agradeció a un sacerdote haberle atacado «educadamente y en un francés más o menos correcto», y cuando en 1861 quemaron un montón de obras suyas en Barcelona, comentó simplemente, «pueden quemar libros, pero no ideas».

sábado, 30 de octubre de 2010

Reflexiones sobre la muerte

Si nos paramos a meditar lo que es la vida y la muerte, podemos llegar a la comprensión de que la muerte no es mas que un espejismo o ilusión más como casi todo lo que nos rodéa en el mundo material.

Voy a tratar de aclarar esta afirmación. Este suceso natural que nos afecta a todos los seres vivos de la Naturaleza, considerado en su mas amplio sentido, no existe en realidad ; se trata solamente de una apariencia física en la que muere solo la parte material del Ser humano, la que los humanos vemos y palpamos, pero no el Ser en sí mismo, pues el Ser no es materia, solo energía, y la energía no puede morir, si acaso se transforma. Entonces, en realidad el ser querido no murió, no desapareció; si acaso solo su forma física y material con las que se desenvolvía entre nosotros.

La muerte, sin embargo, es causa de dolor y tristeza en las personas que aman al ser querido que ha fallecido, pues con el Amor se suelen mezclar con los apegos, y el dolor natural que sienten los que quedan, mas que por la muerte del que se ha ido, es por la pérdida del mismo, al que saben que ya no volverán a ver en este mundo; por eso se dice que algo se muere en el alma cuando alguien querido se nos va, y este algo lo notamos por la sensación de nostalgia que nos queda a los vivos tras esa separación natural.

La muerte sabemos que solamente supone un cambio en la modalidad de Vida del Ser, porque realmente nada muere: el Ser, como todo en la Naturaleza, experimenta a lo largo de su historia continuos cambios en sus formas de existir. La Vida del Ser es eterna y en su transformación evolutiva ascendente, atraviesa múltiples etapas, fases y modalidades.

Hay quien argumenta en contra de la inmortalidad del alma humana, afirmando que el Ser humano ,como todo en la Naturaleza, se destruye y disuelve tras su muerte; sin embargo, ni tan siquiera el cuerpo de materia podríamos afirmar que muere, porque el cuerpo por sí solo no esningún Ser que pueda finalizar. Si lo pensamos fríamente, veremos que , al fin y al cabo, el cuerpo carnal es tan solo una extraordinaria máquina formada por millones de células con vitalidad. Para morir o finalizar algo, primero tiene existir por sí mismo como entidad propia, y el único Ser o Entidad que en realidad existe en el cuerpo carnal, es el Espíritu, y cuando por el proceso de la muerte abandona el cuerpo, este deja de funcionar al desvitalizarse sus células y disgregarse para su reintegración en la Naturaleza, pero insisto: no mueren los cuerpos, porque el cuerpo por si solo no es nadie ni es nada, tan solo un montón de carne y huesos sin fundamento de existencia por sí solos, tal vez por eso se desintegran tras el fenómeno de la muerte, y la Naturaleza dispone que se reintegren al reino mineral las sales minerales que componían las piezas orgánicas, de donde un día fueron tomadas a través de la alimentación de ese cuerpo que acompañó al espíritu durante su andadura humana.

En la medida en que la Humanidad vaya teniendo mas claro este tema tabú de la muerte, tan importante y transcendente, el temor a la misma se irá perdiendo

El experimentar nostalgia por la separación de los Seres queridos es humanamente normal y natural , porque las separaciones de seres queridos siempre duelen, pero no así la desesperación, porque el conocimiento espiritual o la fe religiosa nos deben aportar la seguridad y la certeza de que antes o después habrá un reencuentro con el Ser que se fue primero .

” En el instante de la muerte a algunos espíritus les resulta fácil separarse de su cuerpo físico. Otros necesitan que los ayuden activamente para la transición. Algunos muy materialistas tienen un periespíritu muy pesado y les será más difícil separarse de su cuerpo físico ya inservible”.


( Mensaje común de diversos espíritus )
 
- Jose Luis -

La luz bajo del Celemín


    "NO ESCONDER LA LUZ DEBAJO DEL CELEMIN"


La fe no se impone, pero si se adquiere, y no hay nadie a quien se impida el poseerla, aun entre los más refractarios. “Muchos dicen quisiéramos creer, pero no podemos” diciendo esto tapan sus oídos, sin embargo las pruebas abundan a su alrededor ¿Por qué rehúsan verlas? En unos es la indiferencia, en otros el miedo a verse obligado a cambiar sus costumbres; en la mayor parte es el orgullo que rehúsa conocer un poder superior, porque les es imposible inclinarse ante el.


Para tener fe es preciso tener una base, y esta base es la inteligencia perfecta de lo que se debe creer; para creer no basta “ver” es necesario sobre todo comprender”.

La fe ciega no es de este siglo, la que hoy en día abunda es la fe razonada, la que se apoya en los hechos y en la lógica, que no deja a tras ninguna oscuridad; se cree porque se está cierto, y no se está cierto hasta que no se ha comprendido; esta es la razón por la que es inalterable, “porque no hay fe inalterable sino la que puede mirar frente a frente a la razón en todas las edades de la humanidad.

Se encontraba Jesús con sus discípulos, cuando estos le dijeron: ¿Por qué hablas por parábolas? Y les respondió y les dijo: porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; más a ellos no les es dado. Porque al que tiene se le dará y tendrá más, más el que no tiene aun lo que tiene se le quitará – Por eso les hablo por parábolas. Porque viendo no lo ven, y oyendo no oyen ni entienden. – Y se cumple con ellos la profecía de Isaías que dice: y viendo, veréis y no veréis – Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y cierran sus ojos, para que no vean de los ojos, y oigan de las orejas, y del corazón entiendan, y se conviertan, y los sane. (San Mateo, Cáp. XIII, V del 10 al 15)

Todo objetivo en la vida lleva un proceso, no empezamos la construcción de una casa por el tejado, esto aria fracasar la construcción. El hombre, creado simple e ignorante, en su niñez, no puede realizar, ni entender muchas cosas. Jesús cuando vino a la Tierra sabia muy bien que no todos lo entenderían por eso hablaba por parábolas y se le oía decir que aquel que tuviera oídos para oír oyera y el que tuviera ojos para ver viera.

Toda enseñanza debe ser proporcionada a la inteligencia de aquel a quien se dirige, hay gente que ante la imposibilidad de comprender, se desilusionan y se apartan.

Un ejemplo lo tenemos cuando nos hablan de la buena temática de un libro, de su lectura interesante, y lo compramos, y cuando lo empezamos a leer, vemos que su vocabulario es desconocido para nosotros, muchas de sus palabras no sabemos su significado, y sus ideas pasando desapercibidas para nuestro corto entender, dejándolo relegado al olvido, pues no nos dice nada.

Un niño al principio no se interesa por la vida en si, pero poco a poco a medida que va creciendo, va despertando y toma conocimiento de si mismo, va adquiriendo deberes y funciones de las cuales deberá rendir cuentas ante Dios y el hombre.

En lo referente a Dios el hombre poco a poco a medida que progresa espiritualmente va aumentando su patrimonio espiritual, esto le exige un poco de si mismo, y al tomar esos conocimientos se engrandecen sus posibilidades para conocer un poco mejor a Dios.

Cuando ya lo vamos conociendo y tenemos fe en el, es cuando desarrollamos la vista y los oídos y “es entonces cuando no debemos poner la antorcha debajo del celemín”

Dios ha permitido conocer las cosas al hombre poco a poco, pues toda enseñanza debe ser proporcionada a la inteligencia de quien es dirigida.

Dios en previsión, solo revela gradualmente, cuando la humanidad está en disposición de recibirlas pero no debajo del celemín.

¡El mundo no ha progresado sino a costa de luchas y sufrimientos. Todas las nuevas descubiertas, todas las grandes verdades, todos los grandes hombres no han conseguido ejercer su misión en nuestro planeta sino con grandes sacrificios y después de una lucha terrible contra el espíritu de la ignorancia, que ensombrece todas las camadas sociales!.

Recorriendo atentamente las paginas del Evangelio, vemos la lucha incesante que Jesús sustentó contra el espíritu del sistema que componía, no solo la clase sacerdotal, más también la clase doctoral de su tiempo.

En los hechos de los Apóstoles, se  hallan narradas las persecuciones que sufrieron los discípulos del Maestro, que enfrentaron, grandes luchas con los “sabios” de aquella época.

Mas no fueron solo ellos los que se sacrificaron en este mundo en donde los grandes son los depositarios de las creencias avanzadas.

Cada acto de luz que vibra en la mansión de las tinieblas agita a los ignorantes sistemáticos, así como los rayos del Sol alborotan a los murciélagos y a las lechuzas que solo se complacen con la noche.

Muchos ocultan las verdades con el deseo de dominar, estos son los que ponen la luz debajo del celemín. Son las doctrinas que han llenado sus creencias de misterios cuyo examen prohíben; esas religiones van quedado rezagadas, mientras la inteligencia y la ciencia han seguido caminando; el vulgo se ha vuelto adulto y ha querido penetrar en el fondo de las cosas, y entonces ha sido cuando ha expulsado de su fe lo que era contrario a la observación.

El árbol secular de las ideas sistemáticas y preconcebidas de nuestros abuelos no puede caer con un ligero soplo, así como el árbol de los bosques no cae al primer golpe del hacha; es preciso muchos “golpes” y gran trabajo para arrasar la floresta inculta de las concepciones humanas. Y el progreso no se hace de una vez, viene paulatinamente, gradualmente, presentándonos con sus generosas dadivas, para que, ofreciendo a unos pocos sus inestimables dones, nos tornemos efectivos en el trabajo y en el estudio, fuente principal de todo entendimiento humano.

Todo un día ha de ser revelado, el hombre conforme crece va descubriendo y el verdadero sentido de las cosas va despojando de el la inexperiencia a cerca de ellas. Todos los misterios van desarrollando su significado y si el se esfuerza y crece, avanza y asciende a mundos más evolucionados, porque adquirió la predisponibilidad para ello. Pese a que la Tierra aun este en tinieblas.

Jesús no se expresaba con parábolas sino respectos a las partes, hasta cierto punto ininteligibles, de su doctrina. Él hizo de la caridad al prójimo y de la humildad la condición expresa para la salvación, esto es perfectamente claro, explicito y sin ambigüedad.

Es una regla de conducta que el mundo debía comprender, para poderla practicar, es lo esencial para la multitud ignorante a la que se limitaba a decirle: “Esto es lo que debes hacer para alcanzar el reino de Dios en los cielos. Pero a sus discípulos; Jesús les desarrollaba sus pensamientos, estos al estar más adelantados, moral e intelectualmente lo comprendían. El los pudo iniciar en las verdades abstractas; por esto dijo: “A los que tienen se les dará más” el que ha recibido es el que posee el sentido de la palabra divina; ha recibido porque ha procurado hacerse digno, y el Señor, con su amor misericordioso, anima los esfuerzos que se dirigen al bien. Estos esfuerzos, sostenidos y perseverantes atraen las gracias del Señor; es un imán que atrae a El las mejoras progresivas y las gracias abundantes que nos hacen fuertes para subir el monte santo, en cuya cúspide está el descanso después del trabajo.

¿Cómo ha sido la vida de los grandes hombres que nos han legado el bienestar que ahora poseemos? Hay está la historia, de cuyas paginas no se podrá excluir una sola letra, y que demuestra cuanto puede el espíritu de clase, a los conservadores de rutina unidos a los poderes conjugados del papado.

Un sabio contemporáneo, hablando de Allan Kardec dijo: “Aquel que se adelanto cien años a sus contemporáneos, precisa de más de cien años para ser comprendido”

Esta verdad se refleja en todas las épocas históricas.

Antes de Cristo, Sócrates había sido consumido por la cicuta, por causa de su doctrina, percusora del Cristianismo. ¡Y después Cristo, cuantos suplicios inflingieron a los Apóstoles , en la rama de la Ciencia, de la Religión! Es casi incalculable el número de mártires que pasaron por el azote de la persecución.

¡La verdad termina siempre por triunfar, y cuando ella comienza a iluminar, los obstáculos consiguen sino retardarle la marcha, más llegado el término, viene la Victoria!

¿Cuanto tiempo le llevo al magnetismo de luchas hasta que los sabios le abrieron las puertas de las academias?

Mas los hechos se imponen y la verdad consigue triunfar en las luchas que le imponen sus perseguidores. Esas luchas , esas persecuciones, esos trabajos que sufrieron las grandes verdades y sus defensores, se han repetido en relación al Espiritismo y a sus seguidores.

Unos lo tachan de diabólico, otros dicen que produce locura; otro que es contrario a la religión. Son miles de bocas hablando sin oídos para oír y sin ojos para ver, bocas ignorantes hablando de lo que no conocen ni estudiaron.

Son atacadores contrarios a las nuevas ideas, que viene a descubrír los errores, a despojar al árbol secular de la ignorancia, causa  de todos los sufrimientos en la Tierra.

En la antigüedad, como hoy en día, la luz no puede soportada por las tinieblas. El argumento demoníaco está aún muy valorizado por los sectarios. Mas están próximos los tiempos en que la verdad dominará, guiando a los hombres para sus destinos inmortales.

“Se quitará al que nada tiene, o que tiene poco”

Esto es figurado. Dios no retira a sus criaturas el bien que se ha dignado hacerles. ¡Hombres ciegos y sordos! Abrid vuestras inteligencias y vuestros corazones, mirad por vuestro espíritu, orad por vuestra alma y no interpretéis de una manera tan grosera e injusta las palabras de aquel que ha hecho resplandecer a vuestros ojos la justicia del Señor. No es Dios el que quita al que ha recibido , sino el mismo espíritu que, indolente, no sabe conservar lo que tiene y aumentar fecundándolo, el óbolo caído en su corazón.

El que no cultiva el campo que ha heredado de su padre, ve cubrir este campo, de malas hierbas. ¿Es acaso el padre el que le vuelve a tomar las cosechas que no ha querido plantar? si ha dejado perder el grano destinado al campo para fructificar por falta de cuidado ¿Debe acusar a su padre? ¿Si no produce nada? en vez de acusar a aquel que todo lo había preparado para el, que acuse al verdadero autor de sus miserias, y entonces, arrepentido y activo, se ponga a la obra con buen animo; que rompa la tierra ingrata con el esfuerzo de su voluntad; que la trabaje hasta el corazón con la agua del arrepentimiento y de la esperanza, que plante el grano que tendrá elegido, bueno entre los malos, que lo rocié con su amor y con su caridad y Dios, el Dios del Amor, dará al que ya ha recibido. Entonces verá sus esfuerzos coronados de éxito, y un grano producirá ciento y otro mil.

Jesús dejó muchos puntos sin aclarar a sus apóstoles, cuya completa inteligencia estaba reservada a tiempos ulteriores. Estos son los puntos que han dado lugar a interpretaciones tan diversas, hasta que la ciencia por un lado y el espiritismo por otro han hecho comprender su verdadero sentido.

Jesús para grabar mejor en el animo de sus discípulos la necesidad del estudio de toda Religión y de toda Filosofía en sus fases evolutivas del saber humano, comparando todos los hechos y teorías que de ellos resaltan y la Historia registra, con un tesoro, que un padre de familia posee y donde existen monedas nuevas y monedas viejas, bienes antiguos , más de valor , y bienes de adquisición reciente, constituyendo todo el mismo tesoro.

Hay muchas cosas viejas que no se pueden despreciar, así como muchas cosas nuevas que no podemos dejar al  margen, sin perjudicar nuestro tesoro.

La Religión es axial. Ella no consiste solo en las adquisiciones del pasado, sino en la recepción de los hechos e ideas presentes y futuras, que la enriquecen.

La Religión de Jesús es una religión de progreso, de evolución, y , no de paralización.

El propio Cristo dijo: Muchas cosas tengo para deciros, más no podéis soportar ahora; sin embargo; cuando venga el espíritu de Verdad, el os guiará en todas las verdades; os ara recordar todo cuanto os tengo dicho, y os anunciará de las cosas que están por venir (Juan, XVI, 12, 13)

Aquellos que limitan la Religión a un artículo de fe o a un dogma, desvirtuaron sus principios, paralizan la marcha, extinguen, finalmente, la llama sagrada que debe siempre arder al impulso de renovados combustibles.

En las Ciencias, en las Artes, en las industrias el hombre progresa no solo manteniendo los viejos conocimientos que no son sino elementos primordiales para nuevas formas que ellos se adaptan, como también por las nuevas adquisiciones con las que engrandecen su saber.

Lo mismo se da en la Religión. La religión primitiva, revelada a Abrahán, no prescribía ordenación, más se limitaba a enseñar al hombre la existencia de Dios Único, ilimitado en atributos, Creador de todo cuanto existe.

A esta siguió la doctrina del Sinai, que, confirmando la primera Revelación, amplio sus dictámenes, con las prescripciones morales observadas en el Decálogo. Entre tanto, la religión no paralizo hay su manantial, que se engrandecía constantemente, pues la fuente viva de la Revelación obra sin cesar. Y así como la Revelación Abraanica se siguió la Revelación Mosaica, y a esta sucedió la revelación Cristiana.

Casi 2000 años después de Moisés, vino el Revelador vivo de la Doctrina del Amor, que, lejos de revocar la Ley, afirmó que venia a dar cumplimiento.

Todo lo que procede del Amor prevalece y prevalecerá eternamente: es “palabra que no pasa”. Todo lo que no es del Amor, no puede formar parte de la Ley y pasará, así como pasa la hierba y como pasa todo lo que no es permanente.

El “escriba instruido en el Reino de los Cielos” sabe muy bien que en el gran tesoro de la Religión hay monedas viejas y monedas nuevas de Amor, que constituyen su riqueza; por eso, para beneficiar a sus hijos, tira de ese tesoro las monedas que necesita y con las cuales enriquece a los que con el están sujetos.

No hay religión cristalizada: la verdadera religión es progresiva. A los viejos conocimientos se adhieren otros nuevos, a la medida que, por nuestro esfuerzo, nos preparamos para recibirlos. Esa medida, a su turno, se dilata con nuestra buena voluntad, por el estudio, por la investigación y por medio de la oración, que nos pone en relación con los Espíritus Superiores encargados de auxiliar nuestra evolución espiritual.

El espiritismo ha hecho luz sobre muchos puntos oscuros, sin embargo, no lo hace inconsideradamente. Los espíritus proceden en sus instrucciones con una admirable prudencia; solo sucesiva y gradualmente han abordado las diferentes partes conocidas de la doctrina y del mismo modo será reveladas las otras medidas cuando llegue el tiempo de hacerla salir de la oscuridad. Si hubiera presentado completa al principio, solo hubiera siso accesible a un reducido número, hubiera asustado a los que no estaban preparados, y esto habría sido un obstáculo para su propagación. Si pues si los espíritus no lo dicen aun todo ostensiblemente, no es porque  haya en la doctrina misterios reservados a los privilegiados, ni que pongan la antorcha debajo del celemín, sino por que cada cosa ha de venir a su tiempo oportuno. Dejan que una idea madure y se propague antes de presentar otra y que preparen su captación los acontecimientos.

Fue por eso que Jesús dijo a sus discípulos en el capitulo XVI, 12, 13, “Tengo aun mucho que deciros, más no lo podéis soportar ahora, cuando viniera, sin embargo, el espíritu de la Verdad, el os guiará en toda la verdad, porque no hablará de si mismo, más dirá lo que ha oído y os anunciará las cosas que están por venir.

Este trecho es característico y plenamente demostrable de lo que afirmamos: la Religión es fuente viva, que arroja incesantemente agua pura y cristalina. Y así como las revelaciones no cesan: como complementos a la Revelación de las Revelaciones, que es la Revelación Espirita , como complemento de la Revelación mesiánica , vino a traer a los hombres, nuevos conocimientos filosóficos, nuevos conocimientos científicos, nuevos conocimientos religiosos, todos oriundos de esa fuente, cuyo manantial se han mostrado inagotables a través de los siglos.

Y el “escriba Instruido en el reino de los Cielos” sabe muy bien de eso: por ese motivo, y también porque, cauteloso, no deja de adquirir conocimientos con los cuales enriquece su tesoro, de el quita cosas nuevas o viejas como hace el buen padre de familia, para instruir a los que le son queridos.

Ojalá  todos los que estamos aquí, podamos retener la luz en el alma, para que nada de lo que se nos ha dado, quede relegado al olvido, por no trabajar dentro de los deberes asumidos con la Divinidad.



Trabajo realizado por Merchita

Miembro fundador del centro espirita Amor Fraterno- Alcázar de San Juan -Ciudad Real, España

Alma y Espíritu

Estos dos conceptos y definiciones a veces no se tienen muy claros y se suelen confundir, aunque en realidad son dos denominaciones que se refieren a una misma realidad.


El Espiritismo define al espíritu como el elemento animador y organizador de la materia, o el principio inteligente del Universo.

En los seres humanos, el espíritu es la energía que nos mueve y con la que pensamos, sentimos, etc; viene a ser nuestro Ser o Yo y supone nuestra realidad esencial que conforma nuestra individualidad con sus expresiones intelectuales, emotivas y volitivas; es el principio indestructible que mantiene la conciencia y que coexiste junto al organismo corporal, quedando como simple espectador de los cambios que se van sucediendo en el cuerpo físico al paso del tiempo .

Del Ser humano se puede decir que tiene una doble naturaleza: la animal , por la que posee un cuerpo y unos órganos que proceden de la materia semejante a la misma naturaleza carnal de los animales , y la espiritual, a la que se deben las facultades sensitivas, intelectuales, volitivas y morales.

Existe además junto al Espíritu un elemento intermedio entre el espíritu y la materia, indispensable para que el espíritu pueda estar unido al cuerpo físico y para que el pensamiento del espíritu se transmita a los órganos físicos : este elemento es el Perispíritu o Cuerpo Espiritual, que acompaña y moldea al Ser espiritual, dándole forma y límites en el espacio o dimensión en la que habita. La palabra espíritu, es el vocablo utilizado para referirse al mas íntimo Yo del Ser Humano; este Yo que somos todos, es pura energía psíquica que se manifiesta como ser individual, consciente y pensante con sentimientos y con voluntad propia; es la “Chispa Divína” o Ego que existe en nosotros.


Allán Kardec define ambos conceptos diferenciando el Alma como un Ser inmaterial distinto e individual, unido a un cuerpo de materia carnal que le sirve de envoltura, o sea, que es el propio Espíritu cuando está encarnado dando vida a un ser humano. De este modo define los dos conceptos referidos a una misma cosa, según se encuentre encarnado o desencarnado.

Las Almas o Espíritus humanos son energía individualizada y circunscrita en un cuerpo fluídico de naturaleza intermedia entre la energía sutil del espíritu, y la solidez de la materia física (lo que Kardec llama Periespíritu), con el que forma una unidad.. Estos cuerpos espirituales contienen la misma forma y la misma apariencia del cuerpo físico, al cual moldea y acompaña durante su desarrollo desde el estado embrionario, y después durante el resto de su vida humana , siendo la causa de la cohesión celular de la materia viva.

Todos en realidad y en esencia, somos Espíritus. Esencialmente somos Energía psíquica pensante y sintiente, con voluntad propia , que nos hallamos en pleno proceso evolutivo o de cambio hacia grados más elevados de desarrollo y perfección, y esta energía conforma en nosotros una unidad de Conciencia individualizada ( también conocida como el Ego).

No es que los humanos tengamos un alma,sino que en esencia somos un alma que tenemos un cuerpo material y esto es lo que nos hace capaces de evolucionar experimentando y asimilando experiencias dentro de un proceso de aprendizaje y desarrollo continuo.

Como ya se ha dicho, el espíritu se hace humano cuando finalmente se individualiza a partir de su evolución en las especies animales que ya están en la cúspide de la máxima evolución psíquica susceptible de ser alcanzada en esa escala evolutiva, en donde formaba parte del alma grupal de la especie, de la que después como humano aún conserva vestigios procedentes de su anterior etapa en el reino animal . Su etapa hominal comienza cuando esa alma animal muy evolucionada, comienza a tener conciencia de su propio Yo .

El Espíritu humano aunque parcialmente libre en muchos momentos de su existencia humana, vive la mayor parte de su tiempo como encerrado en la materia , en donde solamente es a través de los sentidos corporales como puede comunicarse con el mundo exterior

Los Espíritus libres de la materia carnal poseen ciertas facultades para nosotros extraordinarias, tal como el poderse trasladar en el espacio instantáneamente solo por acción de su pensamiento y voluntad, de modo que pueden ver , oír , sentir y percibir , no ya solamente por los órganos sensoriales como sucede en los seres humanos, sino a través de todo su Cuerpo Espiritual. Esto permite que sus percepciones sean mas claras que las nuestras , así como el poder comunicarse entre sí sin palabras debido a que sus pensamientos son formas de energía que se reflejan en su cuerpo espiritual, de modo similar a como una imagen se refleja en un espejo . Los conceptos de espacio y de tiempo, para ellos son muy diferentes a los que tenemos los Seres encarnados.

Los Espíritus de orden superior están libres de inclinaciones y atracciones físicas; no así los de orden inferior que permanecen aún sujetos a las pasiones y sensaciones de la materia, sufriendo muchas veces por las carencias de las sensaciones que la materia les podía brindar.

El Alma o espíritu encarnado, a veces ha sido confundida con su cuerpo fluídico por las diversas escuelas esotéricas, religiones y filosofías, por lo que es también conocida como Periespíritu, Psicosoma, Cuerpo Astral, Cuerpo Emocional, etc.

Así como el cuerpo físico está formado por elementos materiales de la Tierra, el cuerpo espiritual o alma lo está por la substancia o energía tomada por el Ser en el mundo psíquico o espiritual.

Según afirman ciertas Escuelas Esotéricas, el Periespíritu o Cuerpo Astral, se mantiene ligado al cuerpo físico mediante otro cuerpo o campo de energía vital que impregna íntimamente las células y órganos del cuerpo físico ; esta energía vital reside en los fluídos orgánicos, sobre todo en la sangre, y desde que el Ser nace en este mundo como Ser humano, este Ser( alma) con su periespíritu tarda siete años aproximadamente en acoplarse totalmente a las energías orgánicas y vitales de su cuerpo físico. Esto supone que el alma durante la primera infancia, está más desligadaa la materia que acompaña, que después de esa edad a partir de la cual se consolida y estabiliza más con la materia de su cuerpo físico.


El periespíritu actúa  y se liga en el cuerpo físico mediante el Cuerpo Vital o campo de energía vital debido a que el  periespíritu actúa como un campo magnético que mantiene la estabilidad de la vida orgánica mediante la cohesión celular y el mantenimiento de las energías vitales. También actúa el periespíritu como agente moldeador del cuerpo al que mantiene la estructura y los rasgos físicos a lo largo de toda la vida como Ser humano, a pesar de que durante toda la vida humana, el cuerpo físico mantiene una renovación celular constante y el paso del tiempo lo cambia y deteriora.

- Jose Luis-


“ Los conocimientos parapsicológicos demuestran ,entre otras cosas, que la concepción hasta hoy oficial de que un alma es pura y simplemente una función cerebral, es falsa”.

- Karl Gruber -

viernes, 29 de octubre de 2010

Bilocación y desdoblamiento

¿ Qué es la Bilocación y el Desdoblamiento ?.-




La Bilocación es el fenómeno por el que una persona aparece visible en dos lugares diferentes , que pueden ser distantes, al mismo tiempo. Este fenómeno es debido a que el espíritu de una persona, de modo voluntario y consciente, o bien involuntario e inconsciente, es capaz de alejarse de su cuerpo carnal, que aparece durmiendo o totalmente abstraido en un lugar, mientras aparece simultáneamente en otro u otros lugares mas o menos distantes, con su “cuerpo astral” que a su vez puede encontrarse materializado , hasta el punto de presentar un aspecto de solidez, idéntico al del cuerpo físico.

La presencia simultánea en mas de un lugar diferente, se explica porque el ser espiritual es como un foco de energía luminosa, que irradia a donde quiere plasmarse y hasta materializarse. En este raro fenómeno existe siempre un desprendimiento espiritual, pero la prueba de su veracidad estriba en el recuerdo vivido, aportado y comprobado de detalles y objetos reconocidos en el lugar ( o lugares) a donde “se desplazó”.


Durante el desdoblamiento ( más vulgarmente conocido como “viaje astral”), a veces se puede producir una bilocación , o sea una materialización visible de su “doble etéreo” y la persona que lo experimenta después relata como sintió la salida de su cuerpo, y se percibió a sí mismo como algo fuera del mismo, pero al que se sentía atraído en algún modo ( a veces describen como un cordel luminoso y extraordinariamente elástico que actúa como lazo de unión durante esos momentos entre él y su cuerpo).


El desdoblamiento también es conocido popularmente como “viaje astral”, por la descripción de lugares remotos, que a veces se encuentran diseminados por el cosmos, en donde a veces llegan estas visitas o desplazamientos, mientras que , a modo de diferenciación, en la bilocación en la que el espiritu desplazado se materializa, esta salida fuera del cuerpo es más limitada o cercana en cuanto a espacio físico, y en donde siempre aparece la persona ( o su “doble etéreo”) en un lugar donde puede ser observado en el momento de su aparición.


Ambos fenómenos que tienen tantos puntos en común, vienen a evidenciar que realmente existe algo dentro de nosotros, lo llamen espíritu o lo llamen mente, que es susceptible de manejarse a sí mismo con voluntad propia y  que  es capaz de actuar  por sí mismo independientemente fuera y lejos del cuerpo físico, constituyendo por tanto una fuerte evidencia de que la supervivencia y existencia del Ente o Ser que todos somos, no es solo una teoría o una creencia, sino una gran y trascendente realidad.


-Jose Luis-

Atención a los niños

La expresión de Jesús: “Dejad que los niños vengan a mi…..” encierra una llamada para que los niños sean educados e instruidos en la Doctrina cristiana ya que es en el periodo infantil donde se muestra el más apropiado para la asimilación de principios.


Allan Kardec en El Libro de los Espíritus nos instruye que los niños nacen entre nosotros, traen gustos, inclinaciones y sentimientos muy diferentes de los de nuestro ambiente, estos han sido adquiridos en existencias anteriores, y si Dios en la infancia les da la apariencia de candidez e ingenuidad, es precisamente para que los padres nos encariñemos con ellos, pues precisan de todo el amor y dedicación para dar un paso más en su evolución espiritual.

El objetivo de la reencarnación es ese, el de proporcionar a los Espíritus nuevas oportunidades de progreso, de perfeccionamiento. En la niñez se es más maleable y accesible a consejos y enseñanzas, a los encargados de su evolución, una vez pasada la época infantil, se tornan más difíciles y alcanzada la mayoría de edad, si la educación no se ha hecho en el hogar, el proceso violento en la rudas pruebas puede hacer volver su patrimonio nocivo del pasado y reincidir en las mismas caídas, si les faltó la luz interior de los sagrados principios educativos.

Los padres deben darse cuenta de la gran responsabilidad que tienen de conducir a sus hijos hacia Dios. Cualquiera que sea la religión que procesen, las luces del Evangelio a de iluminarles los pasos, para que no se hundan con el error y alcancen el ambicionado puerto de la felicidad.

Debe nutrirse el corazón infantil con la creencia, con la bondad, con la esperanza y con la fe en Dios. Actuar contrariamente a esas normas es abrir para el pecador de ayer la misma puerta larga hacia los excesos de toda clase.

Los padres espiritistas deben comprender esa característica de sus obligaciones sagradas entendiendo que el hogar no se hace para la contemplación egoísta de la especie, y si, para santuario donde, a veces se exige la renuncia y el sacrificio de una existencia entera.

Tratemos el auxilio de religiosos, profesores, filósofos y psicólogos, con el fin de que la excesiva agresividad filial no alcance las líneas de la perversidad o de la delincuencia para con los padres y tampoco la excesiva autoridad de los padres haga violentar a los hijos.

Padres e hijos son, originalmente, conciencias libres, como libres hijos de Dios ellos están empeñados en la difícil tarea del auto perfeccionamiento, rescate de debitos, reajuste y evolución.

Los padres deben pedir fuerzas para esa difícil tarea, y al mismo tiempo encomendar a sus hijos a su ángel de la guarda para que siempre valla con ellos, los oriente, les de fuerzas para sobrellevar sus cargas, pedirles que alejen de ellos los espíritus inferiores que pudieran inducirlos al mal, y dadles animo para resistir sus sugestiones y el valor para sufrir con paciencia y resignación las pruebas que le esperan en la Tierra.

Amigos que habéis llegado a la función de padres, mirar con detenimiento todos los deberes a los que estáis obligados en esa labor tan importante, pensad que atender a vuestros hijos, y a vuestra familia es la primera obligación en vuestras vidas, pues si no lo hacéis por mucho que os esmeréis en otras funciones, habréis dejado de cumplir la primera que os ha sido encomendada dentro de la sociedad el ser o tratar de ser un buen padre, o una buena madre.

El nido familiar es la escuela donde un padre debe tratar de enseñar a sus alumnos que son sus hijos, y debe hacerlo predicando con el ejemplo, relegar a terceros esta sublime misión, siempre que valla en consonancia con la suya es bueno, pero cuando por abandono y despreocupación, por informalidad ante los compromisos dejamos relegados al olvido y al descuido esta sublime tarea, siempre terminamos con el dolor del fracaso, viendo por ello un culpable muy notorio( el padre que no supo ejercer de padre) entonces es como el maestro que deja la escuela y desprovisto a sus alumnos de enseñanza alguna, un día habrá de responder por su deslealtad e ignorancia.

Trabajo realizado por Merchita
Extraído del libro “La vida en familia “de Chico Xavier y de mi sentir e inspiración

¿La Parapsicología reconoce la existencia del ser espiritual?

Charles Richet
Después de aparecer el Espiritismo en 1.857 de la mano de Allan Kardec, se creó en Londres la “Sociedad de Investigaciones Psíquicas”, a la que han pertenecido prestigiosos y numerosos hombres de Ciencia. Su objeto era el estudio de la fenomenología paranormal sin partir de teorías previas.


Posteriormente, en 1.905 el Dr. Charles Richet propuso para esta Ciencia el nombre de Metapsíquica. Mas tarde fundó en París el “Instituto Metapsíquico Internacional” junto al Dr.Gustavo Geley y posteriormente, en el año 1.930 el Dr. J.B.Rhine de la Universidad de Duke, adoptó y popularizó el vocablo de Parapsicología. Se abrió entonces una nueva etapa en el estudio e investigación del Ser espiritual y las energías psíquicas con las que se manifiesta, con lo cual se corroboraba lo que tantos grandes filósofos y pensadores sostuvieron en su época. Mas recientemente a la Parapsicología también se le han dado otros nombres, tal como Psicotrónica, Psicobiología o Psicobiofísica, con unas mayores implicaciones físicas que psicológicas, tal como actualmente propugna la corriente materialista.La Parapsicología es una Ciencia que nos lleva al estudio profundo de casos y hechos que constituyen pruebas irrefutables para unos, y siempre dudosas para otros, pero siempre buscando las explicaciones anímicas a las causas fenoménicas, antes que las espiríticas, y sin embargo ambas posibilidades se refieren a la misma realidad: el alma, que unos disfrazan con la palabra mente, psiquismo, etc. La diferencia estriba en que en lo anímico es la propia mente del sujeto la que actúa como algo normal y natural, mientras lo espirítico se refiere a mentes o espíritus ajenos al sujeto, lo que se aparta o se mira de reojo como algo fantasioso o anticientífico.


La Parapsicología en su aspiración de formar parte de la Ciencia oficial , no podía ser menos “científica” que las otras ramas de la Ciencia, por lo que desde su nacimiento como rama desgajada de la “Metapsiquica” que estudiaba los fenómenos tratados por el Espiritismo, “cerró filas” en torno a la postura cientifista, rechazando cualquier idea o explicación espiritualista, y adoptando para toda clase de fenomenología, explicaciones mentalistas por mas enrevesadas que fueren, y esto a pesar de tener que barajar los conceptos de la energía humana inteligente, a la que consideran como un producto de la materia .

Para la Ciencia , el Ente espiritual humano continúa sin ser un principio demostrado y no reconocido, pero al menos sí que lo admiten actualmente como una hipótesis legítima sobre la que continúan investigando. Sin embargo sí es aceptada la realidad “mental” e individual del sujeto, capaz de actuar fuera del mismo, como algo natural aunque extraordinario.

Hay muchas investigaciones y muchas respuestas, pero lo importante es que la Ciencia Oficial y moderna, en sus ramas de Psiquiatría, Psicología y Parapsicología, se acercan constantemente, paso a paso a la confirmación de la realidad existencial del ente inmaterial o espíritu humano, que desde antiguo ha sido sostenido solamente por la fe, pero que modernamente va adquiriendo, cada vez más, el respaldo de las demostraciones científicas.

En el campo de las investigaciones, hay grandes investigadores de carácter científico que llevan a cabo con escrupulosidad sus métodos de aplicación del Psicoanálisis, la investigación de “Recuerdos Espontáneos” , y la llamada “Terapia de Vidas Pasadas”. Estos métodos, técnicas y sistemas de investigación, son llevados a cabo con el apoyo de la Ciencia Estadística para poder valorar y comparar así los resultados obtenidos

-Jose Luis-

“ La Verdad es un prisma de muchas caras, y el error consiste en contemplar sólo algunas y figurarse que se contemplan todas

- Giuseppe Mazzini (1.805-1.872)-

jueves, 28 de octubre de 2010

La cremación

¿El espíritu desencarnado sufre cuando su cuerpo es quemado? ¿Cuáles son los motivos que están haciendo cada vez más un número mayor de personas a optar por la cremación? ¿Qué aconseja el Espiritismo?


Cuando se estudia el comportamiento de la Humanidad a lo largo de los milenios, se observa la nítida preocupación del hombre con su futuro después de la muerte. Un individuo es declarado oficialmente muerto en el momento que cesan sus funciones vitales. Como cada grupo recibe la herencia social y religiosa de las tradiciones cultivadas por las generaciones anteriores, cabe a los miembros del grupo que el individuo pertenece cumplir los ritos tradicionales hasta la instalación definitiva del cuerpo en su morada.

La Inhumación es el ritual más practicado. Consiste en el entierro del cadáver en un nicho, generalmente en el cementerio de la comunidad. La cremación, es el acto de quemar el cadáver reduciéndolo a cenizas colocadas en una urna y enseguida sepultadas o esparcidas en un lugar previamente determinado. Sin embargo, conocida y practicada desde la más remota antigüedad por los pueblos primitivos de la Tierra no es muy utilizada.

El fuego pasó a ser utilizado por el hombre en la Edad de Piedra Fragmentada y, por su pureza y actividad, era considerado por los Antiguos como el más noble de los elementos, aquel que más se aproximaba a la Divinidad. Con la eclosión de la religiosidad, el ser humano fue descubriendo que había algo entre el Cielo y la Tierra y el fuego pasó a ser utilizado en rituales religiosos.

Predominaba la creencia que al quemar el cadáver, con él serían quemados todos sus defectos y al mismo tiempo el alma se liberaría definitivamente del cuerpo, llegando al cielo purificada y no volvería a la Tierra en forma de “apariciones” asustando a los vivos.

La cremación tuvo como base la fuerza purificadora del fuego. En los últimos tiempos, en todo el continente europeo han sido encontradas vasijas del Periodo Neolítico (Edad de la Piedra Pulida), llenas de cenizas de los individuos. Esos indicios revelan que la cremación ya era practicada en los principios de la Civilización de la Tierra.

Con el paso de los siglos la cremación se fue volviendo una práctica consagrada en el oriente (India, Japón, etc.), regiones de Grecia y la Antigua Roma donde vivían civilizaciones adelantadas que utilizaban el proceso gracias a los “status”. Entre los pueblos ibéricos se hizo un rito generalizado, precedido de músicas, bailes y hasta banquetes. Con estas ceremonias se esperaba obtener actitudes benévolas de los dioses, buscando conducir las almas al Reino de los Muertos y allí cuando llegara sería recibida y cuidada con cariño.

La evolución natural de la Humanidad y el ciclo iniciado con Jesús hace 2000 años modelando una nueva mentalidad, influenciaban sensiblemente en las costumbres culturales y religiosas de los pueblos. Con la expansión del cristianismo, en el intento de molificar la fe, se fueron estableciendo dogmas, entre ellos, el de la Resurrección. Jesús, como descendiente de una de las doce tribus de Judá, fue sepultado conforme las tradiciones de la Ley Mosaica. La Iglesia proclamó como Dogma de fe que el Mesías resucitó en cuerpo y alma.

Con excepción de los países orientales donde la práctica es normal, el rito de la cremación quedó olvidado hasta el año 1876, cuando en Washington, en los Estados Unidos, en el intento de verificar el proceso, fue establecido el primer horno crematorio de los días actuales, provocando polémicas y controversias, sobre todo de la Iglesia que se posicionó contra la destrucción voluntaria del cadáver.

Sólo a partir de 1963, mediante la propagación del proceso en diversos países del planeta, el Vaticano a través del Papa Pablo VI presentó una abertura, pero no posicionándose claramente cuando se expresó que no prohibía la cremación, pero recomendaba a los cristianos, piadosa y tradicional costumbre de la sepultura. La Iglesia tuvo sus razones para defender la Inhumación. Probar plenamente la cremación sería negar el dogma por ella establecido.

En esa secuencia histórica se observa que en la cultura religiosa de todos los pueblos siempre flotó una nebulosa noción de espiritualidad y en ella la preocupación del hombre con su destino después de la muerte. Hasta que a mediados del siglo XIX, el francés Allan Kardec, codificador de la doctrina espírita, lanzó una nueva luz en los horizontes mentales del hombre cuando entreveía un mundo de inteligencias incorpóreas.

Los espíritus son los seres inteligentes de la Creación que habitan ese mundo. Simples e ignorantes en su punto de partida, caminan para el progreso indefinido reencarnando sucesivamente. En la encarnación, la unión entre el periespíritu y el cuerpo es hecha a través de un cordón fluídico. Siendo la existencia terrena una fase temporal, después del cumplimiento de la misión moral, con la muerte del cuerpo físico, el espíritu vuelve a su lugar de origen conservando la individualidad.

Los lazos que unen el espíritu al cuerpo se deshacen lentamente. De una forma general todos sienten esa transición que se convierte en un periodo de perturbaciones variando de acuerdo con el estadio evolutivo de cada uno. Para algunos se presenta como un bálsamo de liberación, en cuanto que para otros son momentos de terribles convulsiones. El desligamiento sólo ocurre cuando el lazo fluídico se rompe definitivamente.

Delante de la Nueva Revelación presentada por la doctrina de los espíritus y teniendo en consideración la perturbación que envuelve el periodo de transición, se preguntó: ¿incinerado el cuerpo cómo es la situación del espíritu? Consultado, el mundo espiritual se expresó así: “Es un proceso legítimo. Como espíritu y cuerpo físico estuvieron unidos mucho tiempo, permanecen hilos de sensibilidad que precisan ser respetados. Esas palabras revelan que aunque el cuerpo muerto no transmita ninguna sensación física al espíritu, sin embargo, la impresión de lo ocurrido es percibida por este, teniendo la posibilidad de surgir traumas psíquicos. Se recomienda a los adeptos de la doctrina espírita que desean optar por el proceso de incineración prolongue el acto en un tiempo de 72 horas, después de la desencarnación.

Aunque la Inhumación continúe siendo el proceso más utilizado, la milenaria cremación, por mucho tiempo olvidada, volvió a ser practicada en los tiempos modernos. Este procedimiento se viene difundiendo ampliamente hasta en función de la falta de espacio en las grandes ciudades. Con el crecimiento de la población las áreas que antes eran destinadas para ser un cementerio se volvieron escasas.

Adeptos de todas las sectas están optando por la operación de la incineración. Sus partidarios se fundan en diversas consideraciones. Para algunos está ligada a factores sanitarios, porque algunos cementerios pueden estar causando serio daño al medio ambiente y a la calidad de la vida de la población, en cuanto que para muchos usuarios de la cremación el proceso disminuye  los encargos básicos económicos, entre ellos, la manutención de la tumba.

Actualmente Brasil cuenta con cuatro áreas de cremación y está en fase de expansión. El área de la Vila Alpina, en la ciudad de San Pablo, fue fundada en 1974. Es la primera área de cremación del país y cuenta con cuatro hornos importados de Inglaterra. Pertenece a la Prefectura Municipal y lleva el nombre de su idealizador, Dr. Jayme Augusto Lopes. Las otras tres áreas son particulares y están localizadas en la ciudad de Santos, en el Estado de Río de Janeiro y en Estado de Río Grande del Sur.

Según la Ley, la cremación sólo será efectuada después de pasar 24 horas, contadas a partir del fallecimiento y, que sean atendidas las exigencias prescritas. La prueba relativa a la manifestación del fallecido en ser incinerado debe estar expresada en una Declaración de documento público o particular.

Las cenizas resultantes de la cremación del cuerpo serán recogidas en una urna individual y la familia dará el destino que el fallecido determinó. Muchos países ya cuentan con Jardines Memorables y edificios llamados “Columbarios”, con unas cajas para ser depositadas las urnas con las cenizas de los fallecidos pudiendo ser visitadas por los parientes.

Kardec, el codificador dijo: “El hombre no tiene miedo de la muerte sino de la transición”.

A la medida que hubiera madurez y comprensión para la extensión de la vida, el ser humano sabrá valorar cada momento de la vida terrena y dedicará al cuerpo el debido valor que él merece. A través del cuerpo, el espíritu se iluminará.  Se rescata el pasado, se vive el presente y se prepara el futuro. En la desencarnación es restituida la libertad relativa al espíritu en cuanto el cuerpo permanece en la Tierra con otros bienes materiales.

El espíritu preexistente y sobreviviente al cuerpo. Tanto inhumación como cremación son formas de acomodar el cadáver. Expresan el libre albedrío de cada uno. Los procesos destruyen el cuerpo. Para optar por la cremación es necesario tener un cierto desapego a los lazos materiales e incluso con la inhumación, en el caso que el espíritu no estuviese debidamente preparado moralmente, menos dolorosa será la separación.
Este es un tema controvertido que cada cual puede considerar de muy diversas formas.
( Art. aportado por Encarni )


  El artículo me parece muy bueno y solamente quisiera aportar algún dato o consideración sobre el mismo. Los que imbuidos por el dogma religioso, consideran que la cremación es una falta de respeto al cuerpo, no deben haber visto jamás un cadáver en descomposición; es algo terrible e impresionante y precisamente por gratitud a este vehículo para la existencia humana como lo es el cuerpo físico, creo que es más adecuado evitarle ese asqueroso y terrible proceso. El fuego en su papel de agente purificador, no hace sino adelantar en pocas horas lo que la naturaleza dentro de la tumba tarda años en terminar con el mismo resultado de disgregar la materia carnal que se reintegra de nuevo en la Naturaleza de donde procede.

   Por otra parte, el dogma de la resurección de Jesús, supone el pasar por alto que este resucitó en su cuerpo espiritual, no carnal. Prueba de ello es que como en numerosas ocasiones relatan los Evangelios, este se apareció varias veces a sus discípulos, unas veces materializado y otras no. Así por ejemplo, vemos que quienes le conocían muy bien en vida, no le conocieron cuando  después de encontrar su tumba vacía, hablaron con un jóven extraño sobre este hecho, y no reconocideron en él a Jesús hasta que este no quiso ser reconocido al cambiar su aspecto aparente de jóven extraño, por el del amado Maestro resucitado. La materia no aparece o desaparece salvo en trucos de mago prestidigitador; el cuerpo espiritual sí puede hacerlo y así ha sucedido no solo con Jesús, sino en muchos otros casos documentados que  forman historia en las diversas religiones, en la Parapsicología por hombres de Ciencia y , por supuesto, dentro de la historia de los fenómenos espíritas.

   En conclusión, creo que en efecto, hay que dejar un prudencial tiempo al espíritu para que complete el preoceso de desencarnación tras la muerte del cuerpo, y este tiempo, según la revelación espírita, es de una media de tres días. Pero después, por higiene, por espacio, por salubridad para los vivos y sobre todo por agradecimiento a ese cuerpo que durante unos años fué nuestro vehículo en la Tierra, es más lógico hacer con él como dijo Budda: " Cuando el cuerpo queda frio y rígido como la madera, debe ser quemado como la madera".

   Un saludo a todos y mi enhorabuena al autor del artículo sobre la cremación.
 
  - Jose Luis-

miércoles, 27 de octubre de 2010

Muertes violentas o accidentales



¿ Cómo es la experiencia de las muertes por violencia o accidentes ?




.En los casos de muertes por accidentes, o de forma violenta, las condiciones son algo diferentes. En estos casos la vida orgánica se detiene bruscamente, mientras que la separación del espíritu se opera de forma lenta y gradual, sobre todo cuando no hay una total destrucción del cuerpo físico

En estos casos las fuerzas orgánicas no se extinguen gradualmente como en los casos de enfermedades largas o vejez, sino que como los lazos que unen alma y cuerpo son numerosos y fuertes, a pesar de que la muerte sea instantánea, la completa y total muerte o desintegración de las fuerzas vitales que unen cuerpo y alma , supone, a pesar de la muerte clínica que se pueda apreciar, un proceso mas lento y gradual que comienza precisamente en el momento de la muerte física instantánea y su duración depende del nivel de vitalidad orgánica, así como de la clase de deuda kármica (de la que hablamos en el capítulo correspondiente), del Ser humano así fallecido.


En esta clase de muertes imprevistas, por violencia o accidentes, a veces los lazos vitales que mantienen unido al espíritu con su cuerpo físico, son desligados del mismo momentos antes del accidente, y entonces el Ser no sufre ningún choque psíquico brusco y traumático por su repentina desencarnación, siendo el Ser apartado rapidamente del lugar, normalmente en estado de adormecimiento o turbación profunda, para despertar posteriormente de modo gradual, siendo esclarecido sobre su nueva situación.

Las muertes repentinas o violentas que se presentan cuando la vida orgánica está en todo su vigor, producen en el Alma una sensación dolorosa y la sumen en una prolongada turbación. Si su estado espiritual está desequilibrado por una vida desequilibrada y llena de egoismo y materialidad, pueden ser presa durante mucho tiempo de sensaciones horrribles , quedando en un estado de víctimas obsesadas a merced de seres del bajo astral, de los que mas adelante hablaremos.

A veces los Seres fallecidos accidentalmente de modo imprevisto , permanecen mucho tiempo despiertos en el ambiente físico de este mundo, y con frecuencia ignoran lo que les ha sucedido y cual es su situación real, creyéndose aún vivos aunque en un estado de cierta confusión o turbación mental , percibiendo mezcladas escenas del nuevo plano de Vida en que se encuentran sin comprenderlo, y escenas del escenario físico que todavía no han abandonado. Y de este modo algunos pueden permanecer así mucho tiempo en este mundo sin comprender su situación; son los que cuando su periespíritu se condensa en la materia y se hace mas o menos visible o producen efectos físicos que delatan su presencia real, se les ha denominado “espectros “ o “fantasmas”, y así permanecen hasta el día en que les llega su “autoiluminación”, esto es, la comprensión y aceptación de quienes son , donde están y a donde deber partir, en cuyo momento elevan el pensamiento a Dios y piden ayuda, recibiendo la misma por Seres del plano espiritual que les ayudan y guían en su nueva forma de vida.

Un caso aparte es cuando el desencarnado de forma violenta e imprevista es un niño de corta edad. En estos casos su espíritu queda desligado inmediatamente de la materia y su incorporación al mundo espiritual es como un inmediato regreso al hogar de origen.

- Jose Luis -

Los llamados "muertos",relatan su experiencia mortal

¿En los relatos mediúmnicos cómo se cuenta la experiencia de la muerte?.


En el supremo momento de la muerte y en los que le suceden, el Ser no pierde la total conciencia de sí mismo.

En muchos casos, percibieron primeramente como un gran zumbido o calambre en lo más íntimo de su cerebro. Después notaron que se soltaban definitivamente los hilos que aún les sujetaban al cuerpo físico que abandonaban y se sintieron llenos de paz y dicha

Este abandono del cuerpo se produce generalmente a través de la cabeza en personas frías y calculadoras (por el chacra Coronario) ; es en este caso cuando suelen percibir un sonido fuerte y doloroso a modo de zumbido en lo más profundo del cerebro. Sin embargo la salida del cuerpo en los casos de personas muy emotivas, sienten que es desde el pecho ( chacra Cardiaco).

Curiosamente ,en el siglo XV se debía de conocer algo de estos detalles , pues tenemos un cuadro de “El Bosco”, titulado “La subida al Empíreo”, donde se describe pictóricamente el detalle del túnel.Cuando abandonaron el cuerpo, se sintieron deslizar a veces de forma lenta y otras de forma vertiginosa a través de un oscuro túnel en cuyo final vieron una gran Luz blanca, no deslumbrante, y en medio de ella divisaron familia y amigos que desencarnaron tiempo antes que él y que parecen esperarle. Un Ser luminoso sale a recibirle y siente la pregunta en sí mismo sobre si ha cumplido correctamente los objetivos de su vida; entonces es cuando ante sí mismo pasan vertiginosamente las secuencias de su vida física y comprende los posibles errores y la necesidad de repararlos. El Ser Luminoso que encuentran suele ser su Guía Espiritual, que les muestra amablemente vertiginosas imágenes sobre lo que ha sido su vida y las consecuencias de los actos buenos o malos que cometieron o dejaron de cometer. Por ejemplo, si la persona que se autojuzga hizo daño a otra, llega a sentir su tristeza, dolor o pesar, o si la acción fue de Amor y de bien, percibe los sentimientos de amor y felicidad que causó en la otra persona.


Las imágenes de su vida las ven retrospectivamente, esto es, comenzando por lo acontecido al final de la misma y como “viajando” hacia atrás en el tiempo, hasta el principio. De este modo el Ser Espiritual se convierte en juez de sí mismo al verse tal y como es en realidad , y sentir las consecuencias de los actos y omisiones que se protagonizaron en la vida humana.

Una de las funciones que tiene este autojuicio final, es la de fijar el carácter espiritual que tendremos como nuevas personas en el futuro de nuestras existencias humanas.

La revisión de la vida posiblemente suceda durante el trasvase de recuerdos y emociones entre el cerebro físico que se abandona, y el del “cuerpo espiritual” con el que sigue existiendo el Ser tras la muerte; por este motivo no se pierden nada de las vivencias y experiencias de cada vida, debido a que quedan finalmente grabadas en el cerebro espiritual que las lleva inconscientemente consigo , así como la influencia en el carácter y temperamento que tendrán durante otras existencias humanas . Así vemos como con la muerte no se pierde nada de lo adquirido como humano en esa finalizada existencia, sino que el Ser puede continuar con absoluta normalidad su camino evolutivo.

Después de este autojuicio, los que abandonan el cuerpo en estado de lucidez mental, entran mas tarde como en un estado de somnolencia que es como un sueño reparador de sus energías psíquicas que necesitan para seguir desenvolviéndose en su nueva forma de vida. Este sueño o sopor es similar al del feto cuando está en el claustro materno, dentro de un necesario proceso de preparación, acopiando las energías necesarias para afrontar su nueva forma de vida.

Cuando despiertan de este sueño, suelen estar aún algo confundidos, hasta que se reconocen y toman conciencia de sí mismos y comprenden que no están muertos, comprobando con sorpresa su cuerpo impalpable y luminoso con las mismas formas y semejanzas al dejado en este mundo.

Se sorprenden también al comprobar que pueden atravesar los cuerpos físicos sin la menor dificultad , así como que se pueden trasladar instantáneamente al lugar donde les lleva su pensamiento o deseo.

En muchos casos permanecen lúcidos tras la muerte y en las primeras horas que siguen al fallecimiento, se suelen preocupar por hacerse notar por su familia y amigos, por lo que durante algunos días después de su muerte, suelen visitarlos con frecuencia intentando infructuosamente casi siempre, contactar con ellos, pero finalmente siempre terminan pasando por el necesario sueño reparador.

Durante ese sueño pueden recibir influencias perturbadoras que le dificulten el normal despertar. Así, se pueden sentir atraídos como por un imán al plano físico; este es el caso de las emociones intensas de quienes les recuerdan con nostalgia y lloros, con apegos u odios, así como en el caso de los que se han ido con una inquietud fuerte o alguna cosa que dejaron pendiente en este mundo. Estos lloros y lamentos de los “vivos” que quedaron aquí, son factores muy perturbadores para ellos, en cuanto a que son vibraciones de un tono psíquico que les origina un estado de ansiedad, inquietud y desasosiego que les atrae hacia los ambientes terrenales, atrasando así su normal despertar y desenvolvimiento en el mundo espiritual.

A veces quedan como por un tiempo como flotando en el ambiente físico, pudiendo ver su propio cadáver como algo que ya no les pertenece ni les interesa. Otros están muy apegados a la vida en este mundo y a su cuerpo, y se abrazan a él como tratando de no perderlo, pasándolo mal hasta que finalmente se dan cuenta de que ya no les pertenece.También es frecuente que asistan a su propio entierro y funeral, comprobando como nadie nota su presencia, y cuando finalmente se cansa de intentar llamar la atención de los que quedaron aquí, pero sin éxito, trata de alejarse a otro lugar desconocido para él con la ayuda de algún otro Ser espiritual que le pueda ayudar.


Durante el tiempo que permanecen apegados a lo físico, suelen sentirse tristes por el aislamiento de la gente en medio de un ambiente extraño donde nadie les reconoce, y cuando alguna vez son percibidos por alguna persona viva, a veces son objeto de insanas curiosidades, miedos y temores por parte de estos, que les llaman espectros, fantasmas, etc; y lo que es peor: intentan ayudarles o alejarles con rituales extraños y ceremonias ridículas, tratándoles como si su paso por la muerte los hubiera transformado en “demonios malignos”.

Por lo dicho, tengamos bastante claro que por el bien de nuestros Seres queridos, no debemos lamentar exageradamente su pérdida; la postura mas adecuada es la de rechazar pensamientos deprimentes o nostálgicos, y dedicarles los mejores recuerdos ,pensamientos y deseos para su mejor y mas fácil adaptación a la nueva vida a la que acceden. Estos pensamientos de afecto ,gratitud y ayuda, actúan como magnetizadores y tranquilizadores para el Ser fallecido, facilitando así el que los lazos que todavía pueda retener su Periespíritu con la materia , se aflojen y se suelten mas facilmente.

- Jose Luis -

“ Morir es nacer como nacer es morir.Nada viene de la nada ni nada va a la nada”
- Kilogo -

martes, 26 de octubre de 2010

Temor a la muerte


Dra. Elizabeht Kubbler Ross

La experiencia de la muerte, ¿es dolorosa, o causa sufrimiento?




La muerte es un fenómeno natural que dura un instante, por lo que este momento considerado en sí mismo, ni es doloroso ni causa sufrimiento alguno; por el contrario la separación y el abandono del cuerpo físico suele provocar al Ser espiritual una gran sensación de alivio y paz , aunque sin embargo a veces resulta traumatizante en los casos en que esa separación es lenta y costosa debido a causas kármicas negativas , de las que hablaremos en el capítulo correspondiente, porque las sensaciones de sufrimiento y dolor del cuerpo físico del moribundo las continúa percibiendo como un eco que queda por un tiempo en el periespíritu, aunque de forma atenuada hasta cierto punto, en tanto que se mantengan los lazos de energía vital que unen al organismo físico con el propio Ser espiritual.

Las sensaciones que anteceden y que siguen al momento de la muerte, deben ser muy variadas según cada caso, y dependen del carácter, de los méritos morales y de la elevación y evolución de cada espíritu.

La separación del cuerpo casi siempre es lenta y gradual. Comienza a veces antes del último aliento, y termina cuando ya se han soltado todos los lazos fluídicos y vitales que le mantienen ligado al organismo físico.

Según lo investigado por la Dra. Kubbler Ross. Médico estadounidense, y los investigadores en temas paranormales, los franceses Alain Sotto y Varinia Oberto, , tras analizar cientos de casos e incluso de interrogar a enfermos terminales que día a día han aceptado colaborar en este informe, se ha encontrado una semejanza común en las actitudes presentadas ante la muerte inmediata. Esta unidad de comportamientos permite establecer siete etapas sucesivas que son como un tiempo de preparación gradual para la desencarnación:Primera: el Choque Tanático , en la que el enfermo se entera de su próxima muerte, llegando a obsesionarse con la idéa y buscando cualquier salida o distracción para no tener que pensar. Comienza a sentir la soledad ante la indiferencia o la impotencia de los que le rodean y por poco tiempo la confusión le paraliza o ralentiza su capacidad de pensar o decidir.Segunda: la Negativa, en la que toma conciencia clara de su estado y sale del anterior estado de choque. Lucha y hace los últimos esfuerzos para no ser el protagonista de su situación, de modo que actúa, consultando con otros médicos, curanderos y medicinas buscando alguna razón de esperanza., pero poco a poco se va dando cuenta de que no puede escapar a su destino.


Tercera: Llega la etapa de la Ira y la rebeldía, al sentir como se va alejando poco a poco del mundo de los vivos, sintiendo que es una injusticia que él se tenga que marchar y el mundo siga igual cuando él ya no esté. Muestra una actitud agresiva que nace de la soledad que siente internamente ante lo que le llega sin remedio.

Cuarta: La fase de la depresión, en la que ya no se deja engañar por la comedia de los que le rodean intentando animarle; esta depresión se ve agrabada en ocasiones por preocupaciones morales o materiales.Es un periodo largo en relación a los demás, en el que decrece su interés por casi todo.

Quinta: La etapa del regateo, en la que interrumpe el estado depresivo con una conciencia clara de que tiene que luchar con la muerte como sea, e intenta de alguna frorma negociar con ella o con Dios, alguna prorroga en su vida.

Sexta: Etapa de la aceptación, en la que después de haber intentado escabullirse de la muerte por todos los medios, se enfrenta cara a cara con ella y la acepta finalmente; otros la esperan con curiosidad por ver lo que hay después. Los vivos y sus problemas, ya no les importan. Esta aceptación no significa que se hayan rendido en su voluntad de vivir, sino que es la de aceptar el que van a pasar un nuevo y desconocido umbral de percepción .

Esto no significa que todas las personas pasen invariablemente por todas y cada una de estas etapas; esto es solo un muestreo de las fases que suele experimentar el enfermo Terminal, de modo que pueden ser todas y cada una de ellas, o bien solo algunas.

La agonía en sus diferentes etapas no es una progresiva decadencia de la conciencia, sino por el contrario, supone la progresión de la misma, transpasando sucesivos umbrales hacia percepciones nuevas que no conocía hasta entonces.

Durante las horas o minutos previos a la muerte, el moribundo suele experimentar fenómenos de apariciones, visiones y manifestaciones auditivas. Se siente rodeado de los que han venido a acompañarle en el tránsito. La esperanza es el factor común que mantienen la mayoría hasta el final en su conciencia.

Séptima: la Decatexis, en donde el cuerpo que aún vive, permanece con la conciencia abstraida progresivamente con respecto al entorno, pareciendo absorta en lo que percibe de otra dimensión. Al llegar a esta fase se corta definitivamente la comunicación con los vivos, cesa cualquier dolor físico que tuviesen, y se sumen en un estado de conciencia lejano. En esta fase es cuando más ayuda necesita el moribundo; ya no se le puede ayudar físicamente, pero es una ayuda no dejarle solo, hablándole hasta el último suspiro; a partir de aquí es el momento de guardar con él una terapia de respetuoso silencio, y de ponerse a disposición de los familiares para lo que requieran.

Para unos la muerte es un proceso lento y doloroso , como sucede frecuentemente a los espíritus rebeldes que se niegan a dejar este mundo y que se aferran a la vida porque no creen mas que en el horror de la nada y el vacío, mientras que para otros no es mas que como un dulce sueño con un agradable despertar. En este caso el desprendimiento suele ser rápido, y el tránsito fácil , mas aún si el Ser se ha despegado ya con antelación de las cosas de este mundo. Por el contrario para el espíritu apegado a este mundo, la lucha y la agonía se suelen prolongar angustiosamente porque no se han preparado para afrontar este obligado trance.

Los últimos instantes de la vida pertenecen totalmente al que se va. Se puede observar al llegar este final, como sus percepciones y sensaciones , las ha transferido a otro lugar o espacio impenetrable a nuestros ojos. Solamente para quienes le acompañan, queda la actitud de un respetuoso silencio y de una oración sincera.

- José Luis Martín-

“La Tanatofobia es un transtorno neurótico bastante común en Occidente y que representa un gran temor a la muerte, incluso obsesivo y no de fácil superación”
- Ramiro Calle -