domingo, 30 de agosto de 2020

Reuniones espíritas

       INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Reencarnación

2.- Percepciones físicas de los Espíritus

3.- El problema de las drogas

4.- Reuniones espíritas



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                    REENCARNACIÓN

 ¿Cómo puedo yo, un hombre viejo, regresar al vientre de mi madre? Preguntó el doctor de la ley judaica, Nicodemo, cuando Jesús de Nazaret le indicó que era necesario nacer de nuevo, del “agua y del Espíritu”. Esa pregunta continúa siendo realizada hoy día, ante la ley de las vidas sucesivas, reencarnación o palingenesia.

       El hombre apenas aprecia su aspecto orgánico. Por eso, no entiende cómo ese complejo celular, ese telar de nervios, huesos y tejidos pueda, como en el mito del Fénix, resurgir de las cenizas para constituir un nuevo ser. De ahí el mito de la resurrección, que sería el vivir otra vez, después de muerto, con el mismo cuerpo; milagrosamente reconstituido, después de descompuesto, reestructurado, vivificado y vitalizado, después de la diseminación de los elementos. Tal vez esto esté relacionado con una reminiscencia profunda que garantiza al Espíritu, en su inconsciente profundo, la certeza de que vivió y vivirá muchas veces en la Tierra.

         Reafirmamos que esa visión estática, identificando al Ser con el cuerpo, ha sido divulgada como condición natural para la mayoría. Por eso el sentir espiritual, la extrapolación del Espíritu, ha sido lenta y arduamente conquistada por la inteligencia y por la observación de los hechos.

 La ley de reencarnación es generosamente presentada, por algunos, como la panacea para las inquietantes cuestiones humanas. Es vista por otros como el instrumento punitivo por excelencia, sea porque la simple encarnación es un ultraje para el Espíritu, sea porque en el sufrimiento de la carne, el mal sería expurgado, la expiación se completaría. Para otros, en fin, no pasa de un argumento teórico engendrado para ajustar las realidades y desigualdades a un modelo de Justicia Divina. 

Si la comunicación de los Espíritus, a través de la mediumnidad en las pesquisas psíquicas, lleva inexorablemente a la comprobación de la Inmortalidad, resolviendo el problema del “después”, ¿cómo encontrar pruebas aceptables para la preexistencia, el “antes”?

 Las dificultades para una investigación convencional son muy grandes. Una de las formas es, sin dudas, el propio testimonio de los Espíritus. Pero lo que se ha hecho en ese campo es investigar las informaciones de niños que, en condiciones específicas, afirman recordar otras vidas, dando detalles precisos sobre el modo de vivir, familiares, lugares y demás datos. 

Algunos investigadores, y es bueno que esto se diga, han mezclado las cosas y presentado hipótesis que no encajan con las percepciones espíritas. Algunos parecen establecer una dicotomía completa entre el cuerpo y el Espíritu afirmando, por ejemplo, que un Espíritu recién desencarnado podría apropiarse de un cadáver reciente, “reencarnando” en este. Esa operación es, para el Espiritismo, imposible y no puede ser confundida con la reencarnación. En verdad es una fantasía, una completa ficción. La ligación sinérgica cuerpo-Espíritu es única y la desencarnación ocurre siempre por la desagregación del cuerpo, lo que haría ficticia la posibilidad de la utilización de un organismo muerto por otro Espíritu. Sin embargo las pruebas de la evidencia reencarnatoria son muchas, sea por la antigüedad del concepto, sea por las ideas innatas, por el carácter personal, único, que cada uno posee, como marca individual, por encima de los acondicionamientos del ambiente, de la herencia biológica y de las presiones educativas. 

Aquello que los materialistas llaman constitución y los religiosos dicen ser designios de Dios, modelando el carácter de las personas en cada vida terrena, no es otra cosa que, en la concepción Espírita de la reencarnación, mas que la expresión de la individualidad del Espíritu vivido, al expresarse en su regreso a las agitaciones de la vida corporal. 

Es cierto que las corrientes religiosas y espiritualistas creen que el hombre posee un alma y aceptan la inmortalidad. Sin embargo, la mayoría se rehúsa a aceptar la reencarnación. Probablemente juzgan que sería añadir complicaciones excesivas a su frágil estructura. Además, están aferradas al modelo punitivo y fatalista. Retrotraer la existencia del Espíritu hacia antes de la cuna, sería promover profundos cambios en todo el edificio conceptual que han levantado. Se les hace más fácil decir que todo comienza en la cuna. En este punto se unen religiosos y materialistas. Los primeros creen en algo espiritual. Los segundos sólo creen en el organismo. Pero ambas hipótesis hacen silencio ante las evidencias que determinan las diferencias entre los individuos. 

Las iglesias son reticentes al examen de esas diferencias en las cualidades personales. Se las atribuyen a los misteriosos designios de Dios, aunque los sacerdotes más sensibles bajen la cabeza, apenados por la impotencia de obtener respuestas satisfactorias y muchos se enfocan en las cuestiones de asistencia social como compensación. Por lo menos ayudan a resolver algunos aspectos de la injusticia humana. Los materialistas se contentan con inventar condiciones de “constitución”, esto es, las personas son así, nacen así, reaccionan así, porque son constituidas por mecanismos que las hacen de esa forma. En otras palabras, se tiene suerte si están bien constituidas. Si no la tuviesen, si tuviesen mala suerte… 

Conforme avanzan las investigaciones genéticas, la ciencia penetra en un área extraordinaria. Si es cierto que esa incursión en el centro vital lleva a controles y alteraciones, por obra de técnicas quirúrgicas o medicamentos, también es real que crece la certeza de que los prodigiosos mecanismos de transmisión de la herencia biológica no descansan exclusivamente en elementos del acaso, en la mecánica celular. Se revela claramente la existencia de un elemento conductor, de una voluntad que controla los flujos y reflujos genéticos, dando dirección, estableciendo caminos específicos. 

El modelo psíquico, extracorpóreo, es, en última instancia, el Espíritu que a través de los conductos mentales interfiere, espontáneamente, en el proceso para marcar su individualidad. El rol modelador del Espíritu en el proceso reencarnatorio no significa que él lo desencadene. La reencarnación es una actividad biopsíquica. Por un lado tenemos toda la estructura de la herencia física, siguiendo sus propias leyes. Del otro lado, la interferencia de un elemento inteligente, autónomo, que se inserta en el proceso, ya sea para sufrirlo como para modificarlo. Por otra parte, la simple presencia del Ser Inteligente es, por sí misma, un elemento de modificación del medio. Se descubrirá que las células no son inmunes a la influencia mental. Todo lo contrario, ciertas combinaciones cromosómicas se derivan, en cuanto a su especificidad, de esa dirección consciente o inconsciente. La pregunta de cómo puede un cuerpo viejo regresar al vientre materno centraliza al Ser en el organismo y hace de éste el centro de la vida. No obstante la concepción Espírita nos muestra que el cuerpo físico es un accidente, un segmento transitorio en la vida del Espíritu.

 El cuerpo muere, se disipa, se disgrega. El Espíritu permanece, vive, continúa. Esta simple proposición resuelve la cuestión. En cada nacimiento se desencadena un proceso totalmente nuevo, el Espíritu se inserta, como el comandante que asume su puesto en la dirección del navío. Él no es el navío, pero lo ordena, lo dirige. Dirá: “es mi navío” y como en las viejas tradiciones marítimas, se hundirá con él. El Espíritu es externo al cuerpo, pero se integra, se relaciona, vive en simbiosis con él y completa un juego sinérgico total, a través del Periespíritu. 

Muchos podrían decir que esa explicación complica el asunto y parece fantástica. ¿Pero qué tiene de fantástico? Dicen eso porque desconocen las múltiples relaciones que acontecen a cada instante en nuestro complejo orgánico. Si todo lo que compone el cosmos cerebral, por ejemplo, le fuese explicado a una persona, para justificar desde simplemente levantar un dedo hasta las actividades superiores del pensar, del sentir, quedaría anonadada con la complejidad y la velocidad de las respuestas y el funcionamiento del sistema nervioso en general; naturalmente, si todo pudiese ser explicado, ya que muchas de las acciones inteligentes permanecen aún vedadas al conocimiento científico. Ante esa maraña de estímulos, respuestas, acción y reacción, la explicación Espírita no es solo clara, sino la más simple. Ella contempla la unión de un Ser integral, con inteligencia y sentimiento, capaz de crear, construir, hacer, hablar, de pensar y, simultáneamente, con un cuerpo físico estructurado según leyes biológicas más o menos conocidas. Entre estos, un cuerpo sutil, el Periespíritu. Todo esto compone al hombre. 

El cuerpo somático pasa a través de una inevitable transformación: nace, crece, madura, entra en decadencia y muere. Es un ciclo vital conocido, vivido, sentido. Es el binomio nacimiento-muerte. Empero, aunque claramente vivenciado en el día a día, permanece un sentimiento de continuidad, una importante distinción entre el Espíritu y el cuerpo, aun durante toda la encarnación. El cuerpo envejece; el Espíritu percibe esto a través de la presión social, por un lado y por el debilitamiento físico por el otro. No obstante, la mente se desvincula de ese proceso; ella lo contempla y sufre, pero permanece íntegra en sí misma. Se percata que la carne del cuerpo se marchita y, curiosamente, se percibe ella misma manteniendo el mismo hilo de individualidad y las mismas aspiraciones de personalidad creada en la vivencia actual. Eso prueba que la vida corpórea es un medio, un instrumento temporero, necesario el desarrollo del Espíritu. Sería trillado preguntar por qué es así y no de otra manera, ya que se trata de un hecho concreto. No obstante, si analizáramos la vivencia de ese Ser, en el tiempo y en el espacio, convendríamos en que ese mecanismo de nacimiento-muerte, desde el punto de vista de la Inmortalidad, se hace indispensable. Esto quedó evidenciado cuando analizamos el progreso del Espíritu en los reinos inferiores de la naturaleza. Vimos que la unión del Principio Espiritual al elemento material, para la formación de organismos unicelulares, inicialmente, y después para la formación de organismos cada vez más complejos, fue la vía natural para el aprendizaje, la formación de reflejos y automatización de funciones. Acompañamos al Principio Espiritual, paso a paso, naciendo, muriendo y renaciendo automáticamente, sin vida moral, sin una conciencia de sí, sino viviendo bajo el imperio de los impulsos de la vida. En eso se configura el principio de la reencarnación en sí mismo, esto es, un proceso biológico, de ascendientes psíquicos o espirituales. Es un instrumento perteneciente a los mecanismos de la vida. Compone el cuadro vivencial como parte importante, fundamental, porque es el propulsor de la evolución. Es a través de ese choque traumático que el Principio Espiritual pierde, digámosle así, su ignorancia y simplicidad inicial, comenzando el aprendizaje, el adiestramiento, para posteriormente asumir la razón, establecer la primacía de la voluntad y, como consecuencia, la responsabilidad moral. 

Con esto queremos decir que la reencarnación no guarda en sí misma un sentido de punición moral, no está ligada invariablemente a necesidades de rescate, lo cual es una concepción común en algunos lugares. Esa concepción se deriva, como se deduce, de la visión teológica inculcada en el pensamiento en general según la cual todos estamos pagando el pecado de vivir. En otras palabras, según el Espiritismo, el Espíritu reencarna porque vive y no porque pecó. Esa premisa es de gran alcance por abrir una perspectiva sana para el entendimiento del proceso de la vida y de la presencia de Dios en el Universo. 

Como sabemos, las teologías son, de modo general, ordenaciones punitivas, autoritarias y arbitrarias reflejando una visión cruel de la vida. Además de establecer una corte celestial de privilegiados, masacran al hombre con el peso de pecados originales, condenaciones irremediables, rótulos de pecador innato, como persona esencialmente corrupta. Toda la prédica de la salvación parte, pues, de la idea de que la mayoría es pecadora y está perdida. Las ideas del pecado y las condenaciones moralistas son un fuerte discurso autoritario, una manipulación de poder y una confesión de impotencia frente a las realidades de la existencia. No ha sido posible para las teologías entender por qué el hombre yerra. Ellas siempre se mostraron irritables y descontroladas frente a los errores humanos. Sin tener las condiciones o aislándose de un análisis de la realidad, sobre fundamentos no orgánicos e inmediatistas, se mostraron impotentes para penetrar la naturaleza espiritual del hombre, fuera del panorama limitado de una visión temporal. 

Si, según piensan los teólogos, el hombre nace como un alma creada por Dios en el momento de la concepción, si ese Dios es perfecto, si la sociedad siempre fue, por lo menos nominalmente, dirigida por sacerdotes e iglesias, todo error, desvío y actitudes pecadoras serían el fruto de seducciones externas, de entidades demoníacas, debido a la caída en el orgullo y otros factores. Luego, sería lícito condenar a los infieles al fuego terreno de las hogueras inquisitoriales y al fuego eterno del infierno. Tarea cumplida, las iglesias y sacerdotes pensaron tener el dominio de las mentes y de los corazones…

 Desde el punto de vista de la Inmortalidad dinámica, se comprende la razón de los errores humanos. Casi siempre se trata de una condición resultante del grado de crecimiento de cada uno. No es, como podría aparentar a primera vista, una sanción general del mal. El mal es siempre el mal y es definido por el Espiritismo como una condición pasajera, superable. El errar es una variable común, de acuerdo con el nivel alcanzado, pero no elimina la responsabilidad de cada uno en su práctica. Según el Espiritismo, la Ley de Dios, de equilibrio y amor, está inscrita en el Espíritu y esto es así por la vivencia de la ley de causa y efecto, desde el período pre-humano. De un modo general el individuo sabe, aunque inconscientemente, los límites de lo cierto y lo errado y de su derecho en relación a los derechos del otro. De ahí resulta la responsabilidad. 

El individuo tiene la posibilidad de errar, pero es responsable. Hablamos de error y responsabilidad porque, como hemos dicho previamente, a partir del nivel hominal, con el uso de la razón, el Espíritu percibe que ya no puede simplemente actuar por impulsos. Frente a él y con los mismos derechos naturales se encuentra otra persona. Esa relación establece límites, impone dignidad. Al romper esos límites y despreciar esa dignidad se accionan mecanismos de causa y efecto, acción y reacción, inaugurando la vida moral. 

Tomado del libro “Una Nueva Visión del Hombre y del Mundo” del autor brasileño Jaci Regis. Traducido al español por José E. Arroyo, con la aprobación del Instituto Cultural Kardecista de Santos, Brasil. Traducción publicada en la revista A la Luz del Espiritismo. Publicación Oficial de la Escuela Espírita Allan Kardec. Puerto Rico. Año 2. Nº8. Octubre 2016

. Por Jaci Regis | Zona Espírita

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      PERCEPCIONES FÍSICAS DE LOS                                     ESPÍRITUS

Al decir que los Espíritus son inaccesibles a las impresiones de nuestra materia, queremos hablar de Espíritus muy elevados, cuya envoltura etérea no tiene analogía en nuestro mundo. No sucede lo mismo con los de periespíritu más denso, que perciben nuestros sonidos y nuestros olores, aunque no lo hagan por una parte de su individualidad, como cuando vivían. Se podría decir que las vibraciones moleculares se hacen sentir en todo el ser, llegando así a su sensorium commune, que es el propio Espíritu, aunque de un modo diferente y puede ser también con una impresión diferente, lo que produce una modificación en la percepción. Oyen el sonido de nuestra voz, sin embargo, nos comprenden sin el auxilio de la palabra, por la sola transmisión del pensamiento. Esto viene en apoyo de lo que dijimos: esa penetración es tanto más fácil cuanto más desmaterializado está el Espíritu. En cuanto a la vista, es independiente de nuestra luz. La facultad de ver es un atributo esencial de nuestra alma; para ella no hay obscuridad y se presenta más vasta y penetrante en los que están más purificados. El alma o Espíritu tiene, pues, en sí misma la facultad de todas las percepciones. Durante la vida corporal están limitadas por la tosquedad de sus órganos y en la extracorporal disminuyen a medida que se hace menos compacta la envoltura semimaterial. 
    Esta envoltura tomada del medio ambiente, varía según la naturaleza de los mundos. Al pasar de un mundo a otro, los Espíritus cambian de envoltura como nosotros de vestido, al pasar del invierno al verano, o del polo al ecuador. Cuando los Espíritus más elevados vienen a visitarnos, revisten, pues, el periespíritu terrestre, realizándose entonces sus percepciones como las de los Espíritus vulgares; pero todos ellos, tanto los inferiores como los superiores, no oyen ni sienten sino lo que quieren. Sin tener órganos sensitivos, pueden a su gusto hacer que sus percepciones sean activas o nulas y solo se ven obligados a oír los consejos de los buenos Espíritus. La vista es siempre activa en ellos, pero pueden hacerse invisibles los unos a los otros. Según la categoría que ocupen, pueden ocultarse a los que le son inferiores; pero no a los superiores. En los momentos subsiguientes a la muerte, la vista del Espíritu está siempre turbada y confusa y se aclara a medida que se desprende y puede adquirir la misma lucidez que durante la vida, independientemente de su penetración a través de los cuerpos que son opacos para nosotros. En cuanto a la extensión a través del espacio infinito, así en el futuro como en el pasado, depende del grado de pureza y elevación del Espíritu.
    Toda esta teoría, se dirá, no es muy tranquilizadora. Pensábamos que una vez desprovistos de nuestra grosera envoltura, instrumento de nuestros dolores, no sufriríamos más y nos informáis que aún sufriremos, y sea de una manera o de otra, siempre es sufrimiento.
    ¡Ah! Sí, aún podemos sufrir y mucho y por mucho tiempo; pero, también podemos dejar de sufrir, hasta desde el momento en que dejamos la vida corporal.
    Los sufrimientos de este mundo, son a veces independientes de nosotros, pero en muchas ocasiones son consecuencia de nuestra voluntad. Remontando a su origen se verá que en su mayor parte son consecuencia de causas que podríamos evitar. ¿Cuántos males y cuántas enfermedades no debe el hombre a sus excesos, a su ambición, a sus pasiones? El hombre que siempre haya vivido sobriamente, sin abusar de nada, sencillo en sus gustos, modesto en sus deseos, se ahorraría muchas tribulaciones. Lo mismo sucede al Espíritu, cuyos sufrimientos son siempre producto del modo como ha vivido en la Tierra. Sin duda, no padecerá de gota y reumatismo, pero tendrá otros sufrimientos que no serán menores. Vimos que estos sufrimientos son el resultado de los lazos que aún existen entre el Espíritu y la materia, y que cuanto más se libera de la influencia de la materia, cuanto más se desmaterializa, menos sensaciones penosas sufre. Por tanto,depende de él liberarse de esa influencia desde esta vida. Tiene su libre albedrío, y, por consiguiente, la facultad de escoger entre hacer y no hacer. Que domine sus pasiones animales; que no sienta odio, ni envidia, ni celos, ni orgullo; que no se deje dominar por el egoísmo; que purifique su alma con buenos sentimientos; que haga el bien y dé a las cosas de este mundo la importancia que se merecen; entonces, aun estando encarnado, ya estará purificado, liberado de la materia y cuando abandone su cuerpo no tendrá que soportar más su influencia.
     Ningún recuerdo doloroso, ninguna impresión desagradable,   de los sufrimientos físicos que experimentó, porque éstos habrán afectado al cuerpo y no al Espíritu. Se sentirá feliz de haberse librado de ellos y la tranquilidad de conciencia lo emancipará de todo sufrimiento moral. Interrogamos a millares de Espíritus, que pertenecieron a todas las categorías de la sociedad terrena, a todas las posiciones sociales, los estudiamos en todos los períodos de su vida espírita, a partir del momento en que dejaron el cuerpo; los seguimos paso a paso en la vida de ultratumba, para observar los cambios que se operaban en ellos, así en sus ideas como en sus sensaciones, y bajo este aspecto no son los hombres vulgares los que nos han proporcionado los puntos de estudio menos preciosos. Y siempre constatamos que los sufrimientos tenían relación con la conducta, cuyas consecuencias soportaban y que esa nueva existencia era origen de inefable felicidad para los que siguieron el buen camino. Se deduce de esto que los que sufren, sufren porque así lo quisieron y sólo de ellos mismos pueden quejarse, tanto en este como en el otro mundo.
- El Libro de los Espíritus- Allan Kardec
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El espiritu protector puede permitir, también, el auxilio de Espíritus simpáticos. Estos se sienten atraídos por el médium, por afectos particulares, por una cierta semejanza de gustos y de sentimientos. Normalmente, la duración de sus relaciones es circunstancial.
Allan Kardec, De la Intervención de los Espíritus.
El Libro de los Espíritus, preg. 514
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         EL PROBLEMA DE LAS DROGAS
     Las drogas son un grave problema  y de los más serios en la sociedad.  las drogas son sustancias que al ser introducidas en el organismo vivo, puede modificar una o más de las funciones de éste, alteran el estado psíquico y a veces físico, que se caracteriza por cambiar el comportamiento y por otras reacciones que comprenden siempre un impulso irreprimible alº tomar la droga en forma continuada o periódica.

El desprecio por la vida, la búsqueda del aniquilamiento resultante de filosofías apresuradas, sin estructura lógica ni ética, son responsables por el progresivo consumo de tóxicos de cualquier naturaleza.

Existen muchas causas y muchos factores. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el fenómeno de la drogadicción no es exclusivo de un grupo o estrato social, económico o cultural determinado. El consumo de drogas afecta a toda la sociedad en su conjunto.

En general, el uso de drogas corresponde a un afán de huir de la realidad. Las drogas proporcionan una vía de escape, un alivio temporal a los problemas personales, familiares o sociales. También son una puerta de salida frente al vacío existencial presente en el interior de la persona, el cual la lleva a volcarse en búsqueda de salidas ilusorias que llenen dicho vacío.

Muchos hogares están desarmonizados porque la base de sus problemas reside  en el uso  de las drogas por parte de sus jóvenes.

Un hogar desestructurado, es un joven desorientado. Los jóvenes  que no tienen rumbo fijo, que están desorientados y que no encuentran la paz  que necesitan, normalmente se refugia en los tóxicos,  estos al principio les alivia, pero  al fin terminan encarcelados, sin poder pasar de la dosis que para ellos pasa a ser lo más necesario, aquello sin lo cual no pueden vivir.

Los padres son los que suelen sufrir las consecuencias, ellos han de soportar todas las excentricidades que los hijos muestran, para eso necesitan orientación, porque si no se les van de las manos, se convierten en hijos perdidos, sin salvación.

Han de tratarlos con cariño, pero deben hacerlo también con energía.

Ni disciplina férrea ni excesos de libertad.

El dialogo es el alimento del amor.

El apoyo de la familia para el joven toxicómano, a través del Evangelio en el Hogar, es factor decisivo en su tratamiento. No adelanta nada mandarlo sólo al centro espírita, para recibir pases, o llamar a los médiums a la casa, para transmitirlos. La familia necesita ir junto con él al Centro y estar al lado de él en las oraciones en casa.

Los Benefactores Espirituales poco pueden hacer, cuando la familia no participa, incluso porque la prueba no es sólo del joven, ¡sino todos los que conviven con él!

La realización del Evangelio en el Hogar, por lo menos una vez a la semana, sea cual fuera la condición religiosa de la familia del joven dependiente de la droga, es indispensable.

El uso de las drogas es muy antiguo, variando los motivos de acuerdo con el estado evolutivo de cada pueblo, no obstante, siempre de resultados negativos. Religiosos y anacoretas, guerreros y filósofos, pobres y ricos en diferentes periodos de la Historia se valieron de las sustancias vegetales y emanaciones químicas, de resinas y de raíces para alcanzar los deseos emocionales que no conseguían por los métodos normales, o para abrir las puertas del entendimiento para los viajes místicos, el aumento del valor, el olvido…

El egoísmo es responsable por la inconformidad y por la prepotencia, por la voluptuosidad de los sentidos y por la indiferencia hacia el prójimo. El hombre sufre de perplejidades que lo atemorizan, desconfiando de todo y de todos, se entrega a los excesos, huyendo de la responsabilidad a través de las drogas.

Los padres que no dialogan con los hijos, orientándolos para la vida, prácticamente los empujan al vicio.

Es necesario que los padres sean amigos de sus hijos, muchas veces ocultarles los problemas, es darle ocasión y libertad para buscar otras ocupaciones. En cambio si  hablamos con ellos, exponiendo nuestras inquietudes, el se sentirá inclinado a poner de su parte para ayudarnos.

También debemos sentarnos, con ellos, para  decirles nuestras alegrías, para pedirles consejos,  para dar un paseo y decirle las cosas que nos gustan, los sueños que aún están por realizar, y que sigues soñando con ellos, quizás sin pasar nunca de eso, de sueños, pero que no pierdes la esperanza, cuando ellos vean que los suyos tampoco se realizan, sabrán tomar tu misma actitud, el ejemplo en casa lo es todo. 

Los padres que son amigos de los hijos no tienen nada que temer.

“Ciertos padres, es verdad, menosprecian sus deberes y no son para los hijos lo que deberían ser; pero cabe a Dios castigarlos y no sus hijos; no cabe a estos censurarlos, porque tal vez ellos mismos merecen que fuese así.”

La falta de comunicación real entre padres e hijos hace que éstos se distancien poco a poco del entorno familiar, al no encontrar allí respuesta a sus problemas. La falta de dedicación de los padres a la educación de los hijos o el deficiente control por un excesivo liberalismo en la educación, son, sin duda, factores generales relacionados con la educación que devienen en una inadecuada formación de los jóvenes. Otras pautas incorrectas de educación son: actitudes de sobreprotección o actitudes rígidas. Estos factores desencadenantes suponen que se produzca falta de diálogo en la familia, manteniéndose en muchos casos actitudes ambiguas frente a las drogas, que se produzcan diversos tipos de carencias afectivas y un clima que no favorece el crecimiento personal, con falta de independencia y de capacidad para afrontar situaciones problemáticas.

No se trata simplemente de prohibir la droga, ni de controlar su distribución. Aunque estas cosas son necesarias, el problema de la drogadicción tiene sus raíces en la sociedad misma. Es por ello que es necesario un compromiso de la sociedad en su conjunto. Padres, maestros, medios de comunicación, instituciones, etc., deben comprometerse a construir una sociedad nueva, donde sean promovidos los valores auténticos, especialmente los espirituales. De no hacerlo así, todas las estrategias de prevención serán inútiles, pues el problema de fondo seguirá existiendo.

 Para las personas que ya han caído en el abuso de drogas, no bastan los simples tratamientos médicos, dado que existen otros problemas del individuo que están detrás del hecho de su drogadicción. Es necesario, junto con el tratamiento médico de desintoxicación propiamente dicho, un tratamiento de rehabilitación que haga que la persona redescubra su valor y su identidad más profunda. Este tratamiento no será posible sin la participación del individuo, sin su voluntad de cambiar. El apoyo de la familia y una adecuada asistencia espiritual son también fundamentales para la rehabilitación.

El drogadicto ha de recuperar la  confianza en sí mismo, y desear efectivamente curarse, adquirir confianza  en Dios y en sí mismo.

Reconquistar su autoestima. Sentirse a gusto consigo mismo y confiar en aquellos que quieren su bien.

El que se encuentra, internado  en alguna casa de recuperación, sometido a un tratamiento para desintoxicarse del uso de drogas, su paciencia en la aceptación del  tratamiento es factor fundamental, muy importante para su buen éxito, recordando aquellas palabras de Jesús “Ayúdate, que el cielo te ayudará”. Respetando las normas disciplinarias del lugar donde se encuentra, pues la rebeldía  solo complicará más su situación. Evite las discusiones, y si siente la necesidad de desahogarse con alguien,  que llame al médico que lo atiende, o al psicólogo o al enfermero de su confianza y que abra su corazón.

El espiritismo,  es un bálsamo reparador para las heridas, para los estados depresivos y obsesivos, alucinatorios del alma enferma, y recomienda la  aplicación de los pases, recibidos con respeto y fe. Todo pasara, y más pronto para aquellos que desean resarcir de esas situaciones tan  enfermizas.

 Según Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo, el verdadero espírita es aquel que lucha por su transformación moral y se esfuerza para domar sus inclinaciones.

No es por tanto, porque se sienta imperfecto, lleno de errores, que tú no puedas ser espírita. Pablo de Tarso, que ya citamos en los capítulos precedentes, decía traer “un espino en la carne” y ni por eso dejó de ser uno de los mayores discípulos de Cristo. María de Magdala, que fue una meretriz, al conocer el Evangelio, se transformó en la mensajera de la Resurrección. Fue a ella que Jesús, renacido, apareció en primer lugar, antes incluso que a sus apóstoles.

Todos los que estamos en la Tierra estamos luchando, los que partieron al otro lado de la vida, también continúan luchando. Jesús lucha hoy por la espiritualización de las criaturas.

Incluso que considere que se ha equivocado mucho, usted puede ser espírita, desenvolver su mediúmnidad, esclarecerse y hacerse un buen médium pesista, por ejemplo. ¡¿Cuantos usaban droga en su juventud y hoy, recuperados, son respetables padres de familia y dirigen obras asistenciales de reconocido valor?!

No se olvide de que cuanto mayor fuera su lucha, mayor será su mérito.

Y una de las cosas que recomienda el Espiritismo para que el drogadicto y los que lo rodean puedan ser asistidos, es la realización del Evangelio en el Hogar que es una de las mejores terapias para el joven drogado.

Conseguir que él participe del Evangelio es más que importante: es esencial.

A falta de líderes nobles, con significativas excepciones, caen  en las redes  bien urdidas por los falsos líderes carismáticos de naturaleza meramente personal. Son escasas las inteligencias inclinadas hacia el bien común y dedicadas a los valores más nobles de la vida, que atraigan la atención haciéndose ejemplos  dignos de ser imitados, frente  a las justas alegrías  y venturas que propicien y disfruten.

Esos individuos podrían trabajar con ahínco para la cura de los canceres sociales, ennobleciendo a la entidades educacionales y domésticas responsables por la preparación y cultivo de mentes en formación.

El progreso tecnológico se convierte, a menudo, en una amenaza, en un monstruo devorador, si no es moderado en sus límites y en el tiempo apropiado. La automatización sustituye al hombre en muchos menesteres y la ociosidad y el desempleo enferma el sistema nervoso de los que se detienen y atormentan a quienes se esfuerzan en el trabajo.

“Los hombres se separan, distanciados por la lucha que emprenden; se unen por la necesidad del juego de los placeres y en esa dualidad de la conducta, la carencia afectiva y la soledad, instalan sus arsenales de miedo, de rebeldía y dolor, que propician la fuga hacia las drogas. Huyen de un estado o situación, buscando inconscientemente alguna cosa; algo; seguridad, auxilio, amistad,  cosa que los tóxicos no le pueden dar.

Es imprescindible que el hombre se valorice, extrayendo de él  los valores que yacen en su interior, manifestación de Dios que el no ha sabido extraer ni buscar, por estar guardados muy íntimamente, como desafió final para su salvación del caos.

Es necesaria una vida sana, conforme la moral de Cristo. , la educación en libertad con responsabilidad; la valoración del trabajo como método digno de afirmación de la criatura humana; la orientación moral más segura  en el hogar en la escuela, mediante los ejemplos  de los educadores y de los padres; la necesidad de vivir  con moderación, enseñar que nadie se encuentra  en plenitud y demostrar esa verdad  a través de los hechos diarios con los que se evitaran  sueños y curiosidades, lujo y ansia de disipaciones  por parte de los niños y jóvenes; la orientación adecuada  a las personalidades psicópatas desde temprano; los ambientes  sanos y las lecturas  edificantes, considerándose que no toda la humanidad puede ser encuadrada  en la literatura sórdida de la “contra cultura”, de los libros groseros, violentos  y escritos con fines mercenarios, en razón de las altas dosis  de extravagancia y vulgaridad de los que son portadores.  Junto a estas terapias básicas, añadir el ejercicio de la disciplina de los hábitos, mejor entendimiento entre los padres y maestros, una mayor convivencia de estos con los hijos y alumnos, el despertar y cultivo de ideales entre los jóvenes…

“Y el despertar espiritual de la vida, que demuestra la preexistencia del alma al cuerpo y su supervivencia después de la muerte. Cuanto más materialista sea la comunidad, mas se manifiesta extenuada, desequilibrada y sus miembros consumidores de drogas y sexo negligente, sufren más altas cargas de violencia, de agresividad, que conducen  a elevados índices de homicidio, de suicidio y de corrupción.

El Espiritismo posee recursos psicoterapéuticos valiosos como medio preventivo y tratamiento en el uso de las drogas y otros vicios. Con su filosofía estructurada en la realidad del espíritu, la educación tiene primacía  en todos los intentos  y las técnicas del conocimiento  de las causas de la vida ofrecen  resistencia y dan fuerza para una conducta sana.

La oración, el pase, la magnetización del agua, la adoctrinación del individuo son medicina muy saludable para obtener la desobsesión y el socorro espiritual a estos enfermos, que no debemos olvidar , merecen todo nuestro respeto, atendiéndoles con cariño y tratando de dignificarlos, instalándolos  para su recuperación, al mismo tiempo que le apliquemos los recursos espiritas  y evangélicos de resultados saludables.

Trabajo extraído del libro: En las fronteras de la Locura, de Divaldo Pereira Franco

Realizado por Merchita

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                    REUNIONES ESPÍRITAS
Una de las primeras condiciones es la homogeneidad, sin la cual no podría haber comunión de pensamientos. Una reunión no puede ser ni estable ni seria si no hay afinidad entre aquellos que la componen, y no puede haber afinidad entre personas que tienen ideas divergentes y que se hacen una oposición sorda, si no es abierta. Lejos de nosotros decir, con eso, que se deba sofocar la discusión, ya que, al contrario, recomendamos el examen escrupuloso de todas las comunicaciones y de todos los fenómenos. Está, pues, bien entendido que cada uno puede y debe emitir su opinión, pero hay personas que discuten para imponer su opinión y no para esclarecerse. 
Es contra el espíritu de oposición sistemática que nos levantamos; contra las ideas preconcebidas que no ceden incluso ante la evidencia. Tales personas son, indudablemente, una causa de confusión que se debe evitar. Las reuniones espíritas están, bajo ese aspecto, en condiciones excepcionales: lo que requieren, por encima de todo, es el recogimiento. Ahora bien, ¿Cómo estar recogido si se está, a cada instante, distraído por una polémica acrimoniosa; si reina, entre los asistentes, un sentimiento de aspereza, y cuando se siente, alrededor de sí, a seres que se saben hostiles, en el rostro de quienes se leen el sarcasmo y el desdén por todo lo que no está completamente conforme a su opinión? 
Por Allan Kardec Texto extraído del artículo titulado “Organización del Espiritismo” publicado en la Revista Espírita – Periódico de Estudios Psicológicos, diciembre de 1861
 Allan Kardec sobre las reuniones espíritas. [Revue Spirite] | Zona Espírita
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El fenómeno OVNI-Estraterrestres (2ª P arte)

     INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- El fenómeno OVNI-Extraterrestres (2ª Parte)

2.-Ante las necesidades educativas de los médiums incipientes

3.- Albert Einstein creia en Dios 

4.-Respuesta a una pregunta




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EL FENÓMENO OVNI-EXTRATERRESTRES (2ª Parte)

´´´´// .... (Viene del anterior publicado)                     


.....          Sin embargo otras tantas veces no aparecen como una realidad física, sino que parecen pertenecer a mundos de la dimensión espiritual. Esta clase de ovnis parecen ser  aquellos que aparecen y desaparecen instantáneamente de la vista de testigos; no son fotografiados tan frecuentemente como los “físicos” y presentan unos contornos blandos y poco definidos en sus formas; además suelen aparecer por el cielo como luces indefinidas vagando sin un rumbo claro , brillan extraordinariamente y nunca emiten ningún sonido. En este caso no se trata de  presencia real de ovnis propiamente dicha, sino de  Entidades espirituales Superiores, que a veces acceden a nuestra dimensión y se  transportan por el universo  físico  al igual que los verdaderos Ovnis, que con su tecnología, posiblemente utilizan campos magnéticos  como fuentes de energía y agujeros negros como vías de tránsito estelar. En sus desplazamientos por la órbita terrestre utilizan las energías de las redes magnéticas de la Tierra , que se distribuyen a modo de meridianos y paralelos. Debido a que estas redes magnéticas son como guías fijas, tienen lugares ordinarios en donde efectúan mayormente sus maniobras de aproximación y aterrizaje que solo podrían variar en la medida en que lo hiciese el eje de la Tierra (como así está aconteciendo en la actualidad).

       Es muy curioso haber observado en ocasiones  Ovnis que parecen estar a mitad de camino entre la realidad física y la espiritual, pues tras ser avistados, fotografiados, y captados en pantallas de radar, luego desaparecen subitamente sin dejar rastros de su presencia física y “real” del instante anterior;  de modo que se hacen presentes y sólidos fisicamente y  despues ante las miradas asombradas de los testigos del avistamiento, se esfuman de inmediato a voluntad.

      


      Debido a los casos de ovnis y extraterrestres  procedentes de otra dimensión espiritual, muchas veces ( debido a alguna visión de ellos en la zona, algunos días previos al acontecimiento “sobrenatural”), se les ha relacionado con “apariciones marianas” o por el contrario “demoniacas”, así como con grandes milagros históricos, relacionados con imágenes sagradas, apariciones Marianas, etc. Y hasta han habido eclesiásticos que los han relacionado directamente con “el demonio”, como si es que un personaje dedicado al mal , cuando existiese, pudiera ser atraído por la presencia de un elevado Ser dedicado al bien, como lo es la madre de Jesús. Entre otras cosas los que esto han llegado a afirmar han ignorado que existen unas leyes cósmicas de Vibración y de Afinidad, así como de Evolución, que no permiten que Seres de baja condición espiritual y evolutiva, interfieran  en mundos y ambientes de superior evolución moral y espiritual.

    Tengo la impresión de que los extraterrestres, para no espantar a los humanos, han seguido de cerca pero sin intervenir directamente, las manifestaciones tumultuosas del fervor popular despertado con las apariciones de la  “Virgen María”. Si en vez de ello, a esas masas enfervorecidas  por la fe religiosa y por lo extraordinario del milagro que es la  aparición de un Ser espiritual de esa categoría, y que les induce a volver sus rostros hacia Dios y esforzarse en una mejora espiritual e íntima, si no hubiesen mantenido esa postura de respeto máximo ante la Aparición Espiritual y les hubiesen dicho a la fervorosa multitud  fría y llanamente, “no somos ángeles, ni vírgenes; solo somos hermanos extraterrestres que estamos aquí para vigilar, observar vuestro desarollo y advertiros que no arraséis  más vuestro planeta Tierra, y para que estéis seguros de que  existe la evolución del espíritu; sabed que si nosotros hemos llegado hasta aquí, también vosotros llegareis algún día”..... 


    Nos podemos imaginar el terror, la carrera  en desbandada y el espanto que esa sinceridad provocaría  en la mayoría- de conceptos religiosos establecidos-,unos efectos totalmente  contrarios al propósito de su presencia en nuestro mundo.

Y es que la imaginación belicosa del ser humano, ha hecho estragos en la realidad que conlleva la presencia extraterrestre, pues la “Ciencia-ficción” siempre los ha presentado como conquistadores crueles y belicosos, a semejanza con lo que somos nosotros, lo cual queda desmentido por el dato de la extraordinaria antigüedad de su presencia cerca de los seres humanos.

 El hombre blanco cuando llegó a las Américas, también fue confundido por los pueblos nativos, con dioses  que venían del otro lado del mar con sus armaduras metálicas relucientes y sus cascos ( una reminiscencia en sus recuerdos ancestrales del pasado); si se hubiesen presentado simplemente como seres humanos sin toda esa parafernalia tan maravillosa como extraña, posiblemente hubiesen sido atacados de inmediato por aquel asombrado pueblo indígena que los vio llegar.

         En cualquier caso, los Ovnis, con  su sola presencia siempre han hecho pensar al Ser humano: ¿Quienes son?; ¿Cómo han llegado a tener esos medios técnicos que les han permitido su presencia aquí? ;¿Por qué no nos conquistan?; ¿Por qué  existen ellos en sus mundos con esos medios técnicos tan sofisticados, mientras  nosotros tenemos que estar en este mundo atrasado que en vez de un Paraíso es un “valle de lágrimas” en donde la tecnología parece que se ha desarrollado finalmente, pero como para amenazar nuestra propia supervivencia?.

De unos años a esta parte se han observado fluctuaciones de la presencia ovni en diversos lugares del planeta, tal como Sudamérica, Asia, la India, Australia, así como también en  territorios de Norteamérica que suelen coincidir con zonas en donde están algunas reservas indias (ellos fueron sus dioses) y curiosamente, sobre zonas de conflictos bélicos, silos de armamento etc, y se han manifestado en oleadas que han saltado a los medios de comunicación y al conocimiento popular, mientras otras veces han habido  “treguas” en esta presencia ovni que han hecho llegar casi a olvidarlos. El motivo podría  ser explicado como que esto se ha producido así a causa de un reagrupamiento estratégicamente ordenado  sobre diversas zonas y áreas en las que el ser humano tiene una mayor concentración de fuerza nuclear y armamentística, a fin de controlar la desactivación o el uso de los mismos, si llegara el caso, (como ya ha sucedido alguna vez; no olvidemos que existe en la Tierra un potencial de armamento nuclear suficiente como para destruirla por completo cientos de veces). Coincide también esta presencia ovni con la natural expectación que debe causar en los mundos de origen de esas naves, el modo en como se vaya produciendo el paso o transformación de este mundo que todavía lo es de  “expiación y pruebas”, hacia un nuevo “mundo de regeneración”, pues si ocurriese un acontecimiento destructivo global, ello supondría un  salto jnvolutivo del planeta contrario a la natural marcha progresiva de toda la Creación, que podría afectar en cadena  a otros mundos, lo cual no podrán permitir nuestros hermanos extraterrestres vigilantes,

FIN DE LA SEGUNDA PARTE

- Jose Luis Martín

                                   “Las máquinas voladoras Vimana tenían forma de esfera y navegaban en el aire”…“Los hombres que iban en el Vimana podían así recorrer grandes distancias en un tiempo maravillosamente breve. Los Vimana se conducían conforme a la voluntad del piloto, volando de abajo arriba,hacia delante o hacia atrás…”

 -Ramayana (2º poéma épico del Mahabarata indio que trata del nacimiento de Rama)-

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ANTE LAS NECESIDADES EDUCATIVAS  DE LOS MÉDIUMS  INCIPIENTES

El médium necesitado de educar sus facultades mediúmnicas debe comprender que, en la fase inicial, es natural el surgimiento de un clima psicológico inconstante, de altibajos porque la "mediumnidad, propiciando la interferencia de los desencarnados en la vida humana, al principio genera estados peculiares, en el área de la emotividad así como en los estados fisiológicos.
Porque más fácilmente se registran las presencias de seres negativos o perniciosos, la irradiación de sus energías produce esos estados anómalos, desagradables, que pueden ser confundidos con otros problemas patológicos".
Divaldo Pereira Franco. Educación de las Fuerzas Mediúmnicas. Médiums y Mediumnidades. Por el Espíritu Vianna de Carvalho.

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         ALBERT EINSTEIN CREÍA EN DIOS

Reinaldo Andrade

 El científico más famoso del siglo XX, cuando estuvo por cumplir los 71 años, llegando a sus últimos días de vida, en la cama de un hospital, realizaba anotaciones inclusive en las sábanas, donde a través de cálculos matemáticos intentaba encontrar una fórmula de la física que resumiera toda la existencia del universo y de la vida, que se llamaría TST (Teoría Sobre Todo), o como él decía: conocer la «Mente de Dios».

Entretanto esta obsesión en querer probar la existencia de Dios en los últimos días de su vida, lo estaba llevando al ridículo frente a sus colegas científicos y físicos que no aceptaban su teoría, puesto que chocaba con la Mecánica Cuántica.

Esta ciencia prevé la imprevisibilidad de los movimientos de las partículas subatómicas. Según los cuánticos teóricos todo lo que existe en la actualidad es por la existencia de la casualidad, es decir, el mero acaso de la Naturaleza, además, según estos científicos, todo se resume en un lance de juego de dados, la ley de las probabilidades. ¿Cuáles son las posibilidades de sacar un seis? Sin embargo, el gran genio no creía en el acaso, en ese momento pronunció la frase que pasaría a la Historia: «DIOS NO JUEGA A LOS DADOS».

Detrás de cada órbita de los planetas, de cada estrella, de cada galaxia, de cada molécula, de cada átomo, en fin de cada ser, existe una INTELIGENCIA Suprema capaz de mover e interactuar en todo lo que existe, inclusive la propia vida, que se llama Dios.

A mediados de 1928 terminó su teoría y el 30 de enero de 1929 la publicó en la ciudad de Nueva York, EE.UU.; sin embargo, después comenzó a retroceder, y acabó siendo humillado públicamente por los científicos de la mecánica cuántica, que ya lo consideraban desactualizado y ultrapasado, enemigo de la teoría, que fuera de su propia creación.

¿Por qué un genio como él se arriesgaría tanto en querer probar la existencia de Dios a través de una fórmula matemática? ¿Por qué quería leer la mente de Dios? ¿Cuál era la autoridad que tendría para ello?

En 1905 cuando estaba en el auge de su carrera, Einstein realizó uno de los mayores descubrimientos científicos en la Física, dedujo que la masa y la energía eran equivalentes, se correspondían, es decir que cuanto mayor fuese la masa mayor sería la cantidad de energía suministrada, dos aspectos de la misma cosa, así formuló una de las más famosas fórmulas de la ciencia: E=MC2 más conocida como fórmula de la Destrucción, debido a la creación de la bomba atómica, pero también conocida como la fórmula de la Creación, debido a la creación del inicio del Universo, hace 14 mil millones de años, el Big Bang. Así puede explicar que el sol, estrella de quinta magnitud y de inmensa energía se mantiene hace millones de años de existencia, por una pequeña cantidad de energía que se propaga de la fisión y destrucción de los átomos en su interior.

En el siglo XVI, Isaac Newton presentó la Ley de la Gravedad, no obstante Einstein complementó que los cuerpos pesados como planetas, estrellas y galaxias podían curvar y deformar el espacio y el tiempo a su alrededor, así como la luz. Así, estableció la teoría que el tiempo no sería el mismo para todo el Universo, sería relativo, por ello la Teoría de la Relatividad, probó que el paso del tiempo es relativo y no una constante, como todos pensaban antiguamente – que el tiempo era inmutable, sin importar en qué lugar del universo se encontraba un reloj. Fue una completa revolución para el siglo XX.

En 1921 recibió el premio Nobel no solamente por los descubrimientos antes descritos, sino por las partículas individuales que forman la luz, que las llamó Fotones, prorrogando antes las ondas uniformes y continuas. Este descubrimiento fundaría otra ciencia llamada la Mecánica Cuántica, la cual resumiría todas las partículas subatómicas en todo el Universo (QUARKS).

Sin embargo, comenzaba una gran pesadilla, la imposibilidad de medir la velocidad de las partículas, la cual quedaría conocida como Imprevisibilidad, algo que Einstein no aceptaría hasta el momento de su muerte. Esta teoría se confirma en la ley de las probabilidades; un ejemplo es el lanzar una moneda al aire, ella tiene dos posibilidades de presentar cara o escudo, esto es 50% de probabilidades. Pero hay quien cree que no, que depende de cómo sea lanzada la moneda: altura, peso, fricción del aire, etc. Los transistores y las actuales computadoras son basados en esta ciencia (Mecánica Cuántica)

En 1939, en la víspera de la Segunda Guerra Mundial, su colega el físico Leo Szilard lo localizó en Nueva York donde apresuradamente le habló del descubrimiento de un acelerador de neutrones, el cual podía romper el núcleo del átomo de Uranio, generando dos átomos menores, desintegrándolos y liberando energía, comparable a la colisión del satélite Luna con el planeta Tierra.

Incentivado por el alumno, el magnífico científico escribió una carta al presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, solicitando inmediatamente la producción de la bomba atómica, antes que los alemanes nazistas lo hicieren. Aunque en julio de 1945 los alemanes se rindieron a las fuerzas aliadas, Japón no había cedido. En agosto de 1945, fue lanzada la primera bomba atómica en la ciudad de Hiroshima, Japón, la bomba demoró 43 segundos en caer, después de impactar en su blanco, el primer neutrón fue liberado desatando la explosión en cadena.

La masa de Uranio era de 0,6 gramos la cual en un segundo diezmó una población de 70 mil habitantes.

Nota: un gramo de Uranio puede generar la misma energía que 100 millones de toneladas de carbón quemado.

Después de esa tragedia, Einstein no se perdonó hasta el fin de sus días. Einstein creía que todos los fenómenos de la naturaleza eran previsibles porque Dios creó el universo. Para él, Dios era como el jardinero que planta y recoge todas las flores de su jardín, fue a partir de este pensamiento que el noble científico comenzó a intentar explicar a Dios (El Plano Divino) por la propia ciencia. Sus colegas se dividieron, se alejaron, se distanciaron de aquel que antes lo llamaban el Profesor.

Falleció el l8 de abril de 1955, preocupado con su obra inacabada de la «Teoría Sobre Todo», que actualmente la Física vino a concluir su investigación a través de la «Teoría de las Cuerdas» que descubrió que el Universo está compuesto de Cuerdas Vibrantes, asemejándose a una Sinfonía Cósmica, la cual rige todas las leyes del Universo y Albert Einstein quería llamar DIOS. Su sueño se concretó, inclusive después de su muerte.

Cuando estudiaba en el colegio por innumerables veces vi la foto de Albert Einstein en todos los lugares y también escuché hablar mucho de sus profundos descubrimientos en el área de las ciencias. Su foto era tan famosa como la de las estrellas del cine de Hollywood; sin embargo mi admiración fue aún mayor cuando supe que él mismo abdicó a toda su fama y amistad, e incluso volviéndose víctima del ridículo para estudiar e intentar explicar la existencia de Dios.

A Albert Einstein y a todos los hombres que de alguna manera contribuyeron con la ciencia y divulgación de la existencia de Dios, mi profundo reconocimiento y mi más digna admiración.

 Texto enviado por João Alberto Fiorini

Revista Espírita

 Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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      EN RESPUESTA A UNA PREGUNTA….
   Un amigo me cuestionó por qué publicaba tanto material (espírita)... Que si no entendía que a lo mejor mucha de esa gente ni se interesaba puesto que ni siquiera le daban (G+). No tiene sentido hablar de algo que al final son unos cuantos que con pereza y recelo le daban (G+). Un comentario que haga uno es un gesto desproporcionado,(1 comentario entre miles de indiferentes, un comentario entre 100 (G+1) que para qué y por qué hacer esto... según mi amigo no tiene sentido, mientras podría dedicarme a un trabajo productivo y bien remunerado económicamente... 
  Me he quedado callado, por un momento....Breve reflexión...
   Y después le expliqué a mi amigo... te expondré unas cuantas razones,que me motivan a mi y a unos hermanos y hermanas que se han dedicado a esparcir la Doctrina Espírita...
A través del estudio, del esclarecimiento.del análisis, de la piadosa asistencia de Nuestro Señor Jesucristo, llegamos a las siguientes conclusiones:
1) Que nuestra existencia tiene un cometido, un sentido,un propósito...
2) Que todos nosotros (todos y todas, en especial los espíritas), tenemos unos compromisos asumidos en estado espiritual,(recordar mensaje del Doctor Adolfo Bezerra de Menezes)... "Amaos e instruíos" y nosotros los espíritas asumimos un compromiso con nuestro Señor Jesucristo; Trabajar en su huerto"- 
3) Que nuestra existencia tiene un matiz profundo en el sendo que podamos ayudarnos a nosotros mismos, ayudando a nuestros hermanos
 y hermanas
4) Que el altruísmo enseñado por nuestro Señor Jesucristo tiene sentido y una razón...(construir el noble ideal espiritual, nuestra verdadera existencia...
  Tuve el enorme placer de hablarle de : ...

Alexander Aksakof

»Por tanto, no puedo lamentarme de haber dedicado mi vida a la consecución de este fin, aunque haya sido inducido a ello por voces impopulares e ilusorias, según la ciencia ortodoxa, pero que yo bien sé que son más reales que esta ciencia. Y si he tenido éxito, por mi parte, al aportar aunque sólo sea una piedra al levantamiento del templo del Espíritu (que la Humanidad, fiel a su voz interior, edifica con tanto trabajo a través de los siglos), esa será para mí la única y más alta recompensa a que puedo aspirar. 

Tomado del libro: (Animismo y espiritismo) Alexander Aksakof.

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