miércoles, 30 de agosto de 2023

El Libro de la Paciencia

  INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- ¡ Buenos días !

2.- La Beneficencia

3.- El Libro de la Paciencia

4.- Reflexiones sobre las publicaciones de los comunicados.


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                                         ¡ BUENOS DÍAS !

  Hoy, un nuevo día acontece para tí.
Una nueva oportunidad de abrir los ojos y reencontrar tu mundo, tus colores, tus compañeros,  tu respiración y tu comportamiento, a tu dirección....
   Procura estar atento a tu momento, a aquello que vivirás.
   Cuida de tí; entra en contacto con tu luz divina y agradece por estar participando de un día más.
    Ama, danza, celebra. Vive tu día como si fuese el único.
    Estate atento: En este día llegará el momento en que el aprendizaje te será dado y tienes que estar presente, por el contrario, más de una vez puedes perder la oportunidad. Absorbe las buenas cosas que te lleguen y descarta aquellas que tuvieren intención de esclavizar tu corazón.
    Mira siempre a donde la luz brilla y en ella estará tu alegría y tu serenidad.
    Cuando llegue el anochecer, deja que tus estrellas puedan estar presentes, iluminando tu cielo interior y descansa.
   Dios te cuidará para que nuevamente despiertes a un nuevo día.

(Publicado el 27 de Abril por Aparecida Martins)


                                   
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                                             LA BENEFICENCIA               

Beneficencia. Esta misma palabra ya nos indica un significado que tiene que ver con “beneficio”, un beneficio dado a los demás y por ende, a nosotros mismos, pues la Ley de Consecuencias nunca deja de funcionar, tanto en lo malo como en lo bueno.

La beneficencia supone la práctica de la caridad, pero sin embargo, muchas veces  se ha confundido el concepto de caridad con el de limosna. Dar limosna no siempre es caridad, pues cuando con este acto se puede humillar a quien recibe nuestro donativo, o cuando se hace por dejar  bien nuestra imagen ante los demás o incluso por engañar a nuestra propia conciencia, para hacernos sentir bien por ello y hasta creernos merecedores de una recompensa futura. Eso no es caridad, o si lo es resulta bastante desnaturalizada y con bastante menos valor que cuando conseguimos comprender y practicar la caridad verdadera, en su pureza, con total altruismo y desinterés.

Es tan simple y a veces tan complicado como cuando solo se quiere beneficiar  sin herir a nadie, y esto se hace por amor o por compasión, que son la puerta de entrada a la beneficencia caritativa.

La beneficencia conlleva el desinterés por lo material, el amor, el altruismo, y en definitiva, el Amor con mayúsculas;  un amor reflejo del Amor Divino al que todos tenemos acceso cuando depuramos nuestra alma de las cosas mundanas así como de los egoísmos, pues cualquier  egoísmo, sea en la modalidad que sea, es el gran oponente de cualquier caridad o de  la beneficencia para con el prójimo.

Somos todos en general, todavía muy egoístas en tantas ocasiones; aun cuando comprendemos estas cosas. ¡ Pero qué difícil es despojar el alma de las pasiones que nos atan a este mundo y no nos dejan libertad para actuar y ser como en el fondo quisiéramos, tal y como lo comprendemos ya¡ ; ¡ Cuanto camino nos queda aún por andar y que pequeños somos todavía espiritualmente hablando!.

Nos falta Amor, deseo de practicar la beneficencia, disposición al bien y a la caridad, cuando hacemos discriminación en nuestras simpatías hacia las personas que juzgamos con un nivel superior con respecto a otras, ya sea en lo moral, lo social, lo económico, lo cultural, etc. Por ello, aunque lo más fácil es dejarnos llevar por la ley de afinidad y por la admiración, simpatizándonos e inclinándonos para  ayudar o atender  mayormente a los que sintonizan con nosotros, debiéramos comprender que precisamente aquellos que sentimos más diferentes o alejados de nuestras posturas, son precisamente aquellos que más necesitan de nuestra benevolencia y caridad, debiéndolos mirar con simpatía, porque atendiendo con cariño a esta clase de personas, hay que pensar que ellas están en el camino de nuestra vida precisamente para ayudarnos a evolucionar, y muchas veces cuando se les presta atención y cariño, descubrimos en ellos cualidades y valores de los que nosotros mismos carecemos.

Que cada uno sea caritativo y benevolente con los demás hasta donde realmente le sea posible.

Que no juzguemos a los demás con severidad, porque de ese mismo modo seremos juzgados, al ver la paja en el ojo ajeno antes que la viga en el nuestro. Esto significa tapar sus defectos o errores, en vez de señalarlos Recordemos que según dijo el Maestro Jesús, con la vara que midamos a los demás, seremos medidos nosotros mismos.

 Que cuando demos algo material, lo hagamos del modo como nos indicó Jesús: que nuestra mano izquierda no conozca lo que hizo la derecha; esto es, sin ostentación de ninguna clase, de modo que a ser posible, solo Dios y nosotros conozcamos el hecho, que deberá pasar lo más desapercibido posible para los demás, y en especial para quien nuestra acción  beneficia de algún modo. 

Que cuando demos de lo material, no sea de lo que nos sobra, sino incluso de lo que nos falta a nosotros mismos, aunque esto es difícil de llevar a la práctica, pues muchas veces  los intereses materiales, personales  o familiares hacen contrapunto con lo que  en el fondo nos dicta la conciencia en cuanto y como nos debiéramos de entregar, o en cual debería ser la medida de nuestra generosidad. 

 No debemos olvidar que cuando nacemos en este mundo no venimos con nada material salvo el propio cuerpo , y que cuando nos vayamos  lo haremos también  sin llevarnos nada, salvo la conciencia de los propios actos de la vida. Por lo  tanto debemos considerar las cosas materiales  que poseemos, entre las que se incluye el dinero,  como algo que no es nuestro, sino solo un préstamo que nos hace Dios para que se lo administremos, beneficiando con él a otros hermanos que lo puedan necesitar más que nosotros mismos y que moralmente tienen tanto derecho a él como nosotros. Cuando regresemos al mundo espiritual, solo llevaremos como equipaje valioso, la conciencia del bien hecho con estas cosas que vamos a dejar en la Tierra porque ya no nos pertenecerán más, ni tan siquiera nuestro propio cuerpo físico. 

Y sobre todo, pedir a Dios que nos de lucidez y fuerza espiritual para ser capaces de actuar según los dictados de nuestro corazón y nuestra conciencia, que en el camino de este conocimiento espiritual verdadero, conforme avanzamos más en él, cada vez crece más y se hace mayor, haciéndose también mayor nuestra propia  conciencia en cuanto a la dimensión y trascendencia de nuestros actos, y por lo tanto  en cuanto a nuestra responsabilidad espiritual ante el Padre. 

Ya por último, propongo tras estas consideraciones, que todos nos marquemos unos objetivos y unas metas: Vamos a esforzarnos más en conquistar y en depurar aspectos como la generosidad, el altruismo, la humildad y en definitiva, la Caridad. 

. José Luis Martín-

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                        EL LIBRO DE LA PACIENCIA

Leamos el libro de la paciencia y de la resignación. Sus hojas son como la esperanza y los caracteres inscritos en sus páginas son lindos como si fuesen confeccionados con pequeñas gotas estelíferas, asemejándose a las lágrimas salvadoras.

Sus lecciones son útiles y provechosas.

Nos enseña todo cuanto puede ennoblecer a la esposa, a la hermana y a la madre querida, ellas preparan el corazón de la mujer que tiene una fuerza misteriosamente prodigiosa para vencer los sufrimientos que arrebatan a los espíritus de los barrizales de la tierra para los paisajes deslumbrantes del firmamento constelado.

Seamos, pues, resignados en los designios de Dios y humildes ante las pruebas de la tierra.

No podemos transforma r todo de un momento para otro, sin embargo, con la voluntad Divina, conseguiremos vencer.

Donde no podamos más descenderá de los cielos la fuerza necesaria para darnos esperanza y amparo.



Por el espíritu Margarita – del libro “Aceptación y Vida de Francisco Cándido Xavier.

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REFLEXIONES SOBRE LAS PUBLICACIONES DE  LOS COMUNICADOS

                                                                           


Por Anderson Santiago

 

Kardec relata en  Obras Póstumas  que uno de los primeros resultados de sus observaciones  fue percibir que los Espíritus  no poseían  ni soberana sabiduría,  ni soberana ciencia, como   rezaba en la cultura popular.  Ellos  no eran nada  más que las almas  de los hombres  que vivieron aquí.  Es por esto  que afirma que “esta verdad,  reconocida desde el principio,  le preservó del peligro de creer en la infalibilidad de ellos y lo libró de formular  teorías prematuras sobre los dictados  de  uno o de algunos. “ 

Fue esta la postura adoptada por el codificador  durante  los quince años en que estuvo envuelto  con los asuntos espiritas. Una postura sensata, madura y que merece ser copiada en los días de hoy. ¿Y en cuantos centros espiritas podemos observar tal postura en los días actuales? ¡Muy pocos! ¿En tiempo de las vacas gordas, como las actuales, donde las obras espiritas (y hasta las que se hacen pasar  por espiritas…)  ganan espacio   en la prensa  y en el mercado de la editorial, cuantos editores van a perder el tiempo en analizar criteriosamente una obra, sea un romance, sea  una obra de contenido doctrinario de  forma tan minuciosa que puedan descubrir   si el punto no está  correcto?   Una vez más,  pocos, muy pocos. La mayoría no se preocupan por estos criterios, ya que el tipo de papel utilizado en la impresión de la obra de arte que se imprimirá en la portada, el autor de "prestigio" para firmar el prefacio [normalmente un médium,  ya que un mero  encarnado que se disponga a estudiar y comentar el Espiritismo normalmente  no es tan respetado como el “mensajero de los espíritus”] y la posibilidad  del libro de alcanzar muchas ediciones es lo más importante. No importa que el contenido del libro sea absurdo o dudoso, la polémica también trae lucros, piensan ellos. Y en esto,  la calidad también se ve.

Con todo, cuando se hace un trabajo criterioso, muchos equívocos pueden ser evitados  y muchas informaciones erradas dejan de ser publicadas.   Y mire que no son pocas las obras que podrían ser atribuida a Espíritus pseudosabios. Y esto es hasta interesante de ver. Existen obras que todo el mundo sabe que no concuerdan  con los principios más básicos del Espiritismo, entre tanto,  ellas son publicadas sin una referencia siquiera,  ni una nota corrigiendo tal o cual opinión.  Y es justamente esto lo que Kardec comenta cuando afirma que :

[…]  No habrá ningún inconveniente con esas especies de comunicaciones, si las hacen acompañar de comentarios, ya sea para refutar errores, o para recordar  que son la expresión de una opinión individual, de la cual no se asume responsabilidad; podrían  incluso tener  un lado  instructivo, mostrando las aberraciones de ideas  a las que pueden entregarse algunos espíritus. Pero,  publicarlas  pura y simplemente es presentarlas como  una expresión de la verdad y garantizar la autenticidad de las asignaturas que el buen sentido no puede admitir; ese es  el inconveniente” 

¿Mas, quien osa hoy corregir a los iluminados que psicografian teorías mucho más allá de nuestra comprensión? ¿Quién osa criticar (en el verdadero sentido etimológico de la palabra que es  “evaluar cualitativamente algo o a alguien?)  Estas obras corren el riesgo de morir  en el ostracismo, en la ignorancia, en el  olvido.  Felizmente aun existen aquellos que no desean solamente divulgar el Espiritismo y vivirlo en su aspecto moral (a un mismo superficialmente), sino que por encima de todo, existen  aquellos que desean razonarlo. Es a estos que debemos  obras como Piedra y la   cizaña,  Investigación sobre  la Mediúmnidad y Diversidad de los Carismas.

Ell propio Codificador  nos incita a denunciar sin duda  las  obras sospechosas, por el bien de la doctrina.  Y esto por el simple hecho  de que si los espíritus poseen,  más allá de él libre albedrio,  las opiniones   sobre los hombres y las cosas  de  este  y del otro mundo,   se comprende que existan textos  que deben ser evitados no solo por conveniencia, sino  por prudencia pura y simple. Esta  cuestión  lleva a Kardec a afirmar que en el interés de la Doctrina conviene hacer una selección muy severa, eliminando todo cuanto pueda producir una mala impresión.

Por otro lado, existen alguna obras que aun siendo instructivas,  relatan situaciones y ambientes del  mundo espiritual de forma analógica, comparativa y que si  no fueran debidamente analizadas  y comentadas  podrían ser tomadas como realidad. Es esto  lo que lleva a  José Herculano  Pires a afirmar  que las “obras mediúmnicas psicografiadas,  que describen  con exceso minucias de la vida  en el plano espiritual deben ser encaradas con reserva por los espiritas estudiosos”, entretanto,  más allá   de estas precauciones, otras deben ser observadas,  principalmente aquella que se refiere a la participación de los médiums en la elección de  las comunicaciones  o incluso en la publicación de las mismas.

“Mientras el médium imperfecto se enorgullece  por los nombres ilustres,  frecuentemente las más de las veces apócrifos,  que llevan las comunicaciones   que él recibe,  y se considera  interprete privilegiado de las fuerzas  celestes,  el buen médium no se cree jamás  bastante digno de tal valor, teniendo siempre una sana desconfianza de la calidad de aquello que recibe  no  confiando en su propio juicio;  no siendo sino un instrumento pasivo, que comprende que, si lo que recibe es bueno,  no puede hacer de eso un merito personal, ni tampoco puede ser responsable si es malo,  y que sería ridículo creer en la identidad absoluta de los Espíritus que se manifiestan por el; deja la cuestión para ser juzgada por terceros desinteresados, sin que su amor propio  sufra con el juzgamiento desfavorable como la del actor que no es capaz de resistir la censura  infringida a lo que él es el interprete.  Su carácter distintivo  es la simplicidad  y la modestia; es feliz con la facultad que posee, pero no para envanecerse de ella, sino  porque le ofrece  un medio de ser útil, lo que hace voluntariamente cuando le surge ocasión, sin jamás   entristecerse si no es colocado en primer plano”. 

Estas reflexiones me remiten, inevitablemente, a la asustadora cantidad de médiums dueños de editoras, que fundan centros y graficas para publicar sus libros cuando ellos no son aceptados  con buenos ojos por sus compañeros de  ideal.  Mas  no son solos ellos, ¿Cuántos guardarían por más de veinte años una psicografia, y los insistentes convites de los Espíritu autores (del tamaño de un libro)  por no creer  que ella debería ser publicada en aquel momento? Muchos médiums  apenas terminan  de psicografiar  y ya procuran a alguien de nombre para el prefacio  de la obra que ni finalizada está, como comentó cierta vez  el médium Divaldo Franco. Infelizmente son pocos los que asumen  una postura idéntica   a la de Yvonne Pereira  en el famoso caso del Espíritu Beletrista ( Para más información, ver la obra Desvasando lo Invisible)

Y es por esto que hoy vemos a tanta gente que apenas admira el Espiritismo, tantas cabezas “pensantes”  que se acostumbran a vivir como  lagartijas, moviendo la cabeza para todo lo que los Espíritus dicen, atestando su ignorancia  de todo lo que dice al respecto  el Espiritismo.  ¡Es  ahí donde se dice  que él está fascinado!  Conozco el caso de una señora que jura ser la encarnación  de varios espíritus famosos, por ella psicografia  un médium famoso,  ya desencarnado, pero que demuestra claras señales de una asustadora fascinación. ¿Imaginad si ella psicografiara libros? No es de extrañar  que Kardec se  preocupara por la publicación de  comunicaciones espiritas, de una forma general.  No por casualidad, también insistimos en revisar las advertencias  hechas por Herculano Pires sobre la importancia de una seria y solida formación doctrinaria para las futuras generaciones espiritas. Y para finalizar estas reflexiones, como dijo cierta vez el Codificador:

“En materia de publicidad, por tanto, toda circunspección es poca  y no se calcularía con bastante cuidado el efecto que tal vez produjese  sobre el lector. En resumen, es un grave error creerse  obligado a publicar todo cuanto dictan los Espíritus,  porque,  si los hay buenos y esclarecidos, también los hay malos e ignorantes. Importa hacer una selección muy rigurosa  de sus comunicaciones y suprimir  todo cuanto sea, inútil, insignificante, falso o susceptible de producir mala impresión. Es preciso sembrar, sin duda, pero sembrar  la buena simiente en el tiempo oportuno”. 

Traducido al español por: M. C. R .

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sábado, 26 de agosto de 2023

Clasificación de la Mediumnidad

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- El Periespíritu

2.- Desencarnación y Más Allá

3.- El Orgullo

4.- Clasificación de la Mediumnidad


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                                    EL PERIESPÍRITU

                                    


El periespíritu no es el reflejo del cuerpo físico, sino que, al contrario este se construye sobre la base de aquél, como si se adaptara a un molde que conserva la forma humana y cuyos rasgos peculiares se identifican con la apariencia mostrada por cada persona, en su última encarnación.

En la dimensión espiritual, en la que ingresa todo ser humano después de su desencarnación, el espíritu  se descubre dotado de un cuerpo similar al que tuvo en su reciente experiencia terrena: es su cuerpo periespiritual que al guardar su misma apariencia, le identifica y lo hace un ser concreto, definido y reconocible

- Jon Aizpúrua-


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DESENCARNACIÓN Y MÁS ALLÁ


¿QUE OCURRE CUANDO DESENCARNAMOS? ¿ADONDE VA A PARAR NUESTRA ALMA O ESPÍRITU? *¿ AL CIELO? ¿AL INFIERNO CON SU DEMONIO Y SU FUEGO ETERNO?*
 Reflexión.

- UNA DE LAS INQUIETUDES DE LAS PERSONAS A LA HORA DE LA DESENCARNACIÓN, ES ADONDE IRÁ A PARAR SU ALMA O ESPÍRITU.

- ¿A DONDE VA EL ALMA DESPUES DE SU DESENCARNACIÓN?

     Los espiritas sabemos que el cielo y el infierno no existen, las religiones nosdicen que si el hombre es bueno, su alma va a cielo, pero... todos los hombres buenos, no son igual de buenos, los hay unos que son más buenos que otros, entonces, el que es mucho más bueno que el otro que también es bueno pero no tanto, los dos están en el mismo sítio, entonces de que sirve ser más bueno?
     Los que son malos, las religiones dicen que Dios los condena eternamente al infierno para siempre ,(eternidad de las penas). 
     Según este planteamiento, Dios no sería todo bondad y amor, llevando a las personas ETERNAMENTE AL INFIERNO, sin darles ninguna oportunidad de arrepentirse, hacer el bien y MEJORAR.
     Los espiritas sabemos que todo este cuento del cielo y el infierno no es cierto, pero entonces, ¿ ADONDE VAN A PARAR LAS ALMAS DE LOS ESPÍRITUS QUE DESENCARNAN?

- Una errónea idea entre las personas que no conocen la doctrina Espírita, es la de creer que cuando una persona desencarna, se convierte en un buen espíritu y adquiere toda la perfección y sabiduría. 

NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD.
      
     El espíritu que desencarna, continua conservando las mismas características, la misma evolución moral, baja o elevada, las mismas buenas cualidades o imperfecciones y la misma sabiduría o ignorancia que tenía cuando desencarno. 
    Luego, con el tiempo, el espíritu, puede ir progresando y evolucionando, según su trabajo interno y voluntad.
    El alma o espíritu, se encuentra en la dimensión que le corresponde, según el daño o el bien que haya hecho, según la pureza de su espíritu, en definitiva, SEGÚN SU EVOLUCIÓN MORAL.
    Allí se encontrará, con sus afines, si tiene malos sentimientos y en vida a hecho el mal, si a dañado a otros seres, estará junto a seres como él, seres con maldad, de baja elevación moral al igual que él. 
    Si por el contrario, si el ser que desencarnó, tiene buenos sentimientos y ha practicado el bién, estará junto a sus afines, al igual que él, seres evolucionados espiritualmente. 
   Allí encontrará a seres muy queridos, que estén en similar evolución que él, seres queridos, tanto de esta, como de otras encarnaciones.

Ángeles C.M

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                                                El orgullo

Disertación moral dictada por san Luis a la señorita Ermance Dufaux. (19 y 26 de enero de 1858)

Un soberbio poseía algunos acres de buena tierra; estaba envanecido con las pesadas espigas que cubrían su campo, y sólo tenía una mirada de desdén para con el campo estéril del humilde. Éste se levantaba con el canto del gallo y pasaba todo el día curvado sobre el suelo ingrato; recogía pacientemente las piedras y las arrojaba al borde del camino; removía profundamente la tierra y extirpaba penosamente las zarzas que la cubrían.

Ahora bien, su sudor fecundó el campo, que se convirtió en un puro trigal. Entretanto, la cizaña crecía en el campo del soberbio y sofocaba al trigo, mientras que el dueño se vanagloriaba de su fecundidad y miraba con ojos de piedad los esfuerzos silenciosos del humilde. En verdad os digo que el orgullo es semejante a la cizaña que sofoca al buen grano. Aquel de vosotros que se crea más que su hermano y que se vanaglorie de sí mismo es insensato; pero es sabio el que trabaja en sí mismo como el humilde en su campo, sin envanecerse de su obra.
II
Había un hombre rico y poderoso que tenía el favor del príncipe; vivía en el palacio, y numerosos sirvientes se apresuraban en sus pasos para satisfacer sus deseos.
Un día en que su jauría asechaba a un ciervo en las profundidades de un bosque, percibió a un pobre leñador que caminaba penosamente bajo el peso de un haz de leña; lo llamó y le dijo:

– ¡Vil esclavo! ¿Por qué caminas sin inclinarte ante mí? Soy igual a tu señor: mi voz decide en los consejos de paz o de guerra, y los grandes del reino se curvan ante mí. Debes saber que soy sabio entre los sabios, poderoso entre los poderosos, grande entre los grandes, y mi rango es obra de mis manos.

– ¡Señor! – respondió el pobre hombre –, tuve recelo que mi humilde saludo fuese una ofensa para vos. Soy pobre y el único bien que tengo son mis brazos, pero no deseo vuestras engañosas grandezas. Duermo mi propio sueño, y no temo como vos que el placer del señor me haga caer en mi oscuridad.

Ahora bien, el príncipe se cansó del orgullo del soberbio; los grandes humillados se irguieron sobre él, y fue precipitado de lo alto de su poder, como la hoja seca que el viento barre de la cima de una montaña; pero el humilde continuó pacíficamente su rudo trabajo, sin acongojarse por el día de mañana.
III
¡Soberbio, humíllate, porque la mano del Señor doblegará tu orgullo hasta el polvo! ¡Escucha! Has nacido donde el destino te ha colocado; has salido débil y desnudo del seno de tu madre, como el último de los hombres. Entonces, ¿por qué levantas tu frente más alto que la de tus semejantes, tú, que has nacido como ellos para el dolor y para la muerte?

¡Escucha! Tus riquezas y grandezas – vanidades de la nada – escaparán de tus manos cuando llegue el gran día, como las aguas impetuosas del torrente que el sol seca. No llevarás de tu riqueza sino las tablas del ataúd, y los títulos grabados en tu lápida sepulcral serán palabras sin sentido.

¡Escucha! El perro del sepulturero jugará con tus huesos, que serán mezclados con los del mendigo, y tu polvo se confundirá con el suyo, porque un día ambos seréis polvo. Entonces maldecirás los dones que has recibido, viendo al mendigo revestirse de su gloria, y llorarás tu orgullo. Humíllate, soberbio, porque la mano del Señor doblegará tu orgullo hasta el polvo.

– San Luis, ¿por qué nos hablas por parábolas?
– Resp. El Espíritu humano ama el misterio; la lección se graba mejor en el corazón cuando se la ha buscado.

– Parecería que hoy la instrucción nos debe ser dada de una manera más directa, y sin que haya necesidad de alegoría.
– Resp. La encontraréis en el desarrollo. Deseo ser leído, y la moral tiene necesidad de estar disfrazada bajo el atractivo del placer.

Allan Kardec
Revista Espirita 1858

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CLASIFICACIÓN DE LA MEDIUMNIDAD

   Aunque la mediumnidad es de esencia única, Posee un extraordinario polimorfismo y se presenta en muy variadas situaciones y categorías .

Desde el punto de vista de las reacciones del médium, las variaciones individuales de sus tonalidades perceptivas y la profundidad del trance, la facultad puede ser :

Consciente: Ocurre cuando el trance es superficial y no ha alcanzado mucha profundidad, el médium sabe lo que está ocurriendo y al terminar la manifestación recuerda todos sus detalles. Muchas veces sufre un drama íntimo, se siente confundido y duda sobre el origen de los mensajes, ya que no está seguro de si provienen de un espíritu o de su propio ser interior, y la duda también se apodera de quienes le acompañan.

Una dosis razonable de preocupación por el animismo contribuye a que esté vigilante, pero tal preocupación no debe convertirse en desconfianza, pues se creará en el médium un estado psicológico que bloquea la sintonía con los espíritus.

Los médiums se encuentran en diversos grados: unos más dúctiles, más desarrollados, filtran mejor la comunicación, mientras otros menos pulidos, la interfieren o contrarían. Solo la educación del médium, su moralización y la práctica irán corrigiendo las formas defectuosas.

En los casos ciertamente mediúmnicos, las ideas de fondo pertenecen al espíritu, pero las formas verbales son moldeadas por el médium, por su grado de cultura, lo cual es motivo de numerosas interferencias.

La intuición y la inspiración son las categorías típicas de la mediumnidad consciente.

Semiconsciente.- El médium se da cuenta parcialmente de la situación, ya que no pierde totalmente el conocimiento y al final tiene recuerdos fragmentados de lo sucedido. La mente del médium interfiere poco en las comunicaciones,  causando apenas leves distorsiones.

Inconsciente,. El trance es pleno y ha alcanzado su profundidad total. El espíritu que se manifiesta domina los centros nerviosos del médium, a quien ha adormecido casi por completo.

Corrientemente a la mediumnidad inconsciente se le llama mediumnidad de incorporación, lo cual es bastante impropio, porque sugiere la "salida" del espíritu del médium y una "ocupación" de su cuerpo por parte del ser espiritual comunicante, cuando en verdad de lo que se trata es del control magnético que este ejerce sobre el sistema nervioso del médium, aletargando temporalmente su consciencia y su raciocinio crítico, en una relación donde se produce también la influencia del periespíritu del espíritu, hacia el periespíritu del médium.

Como son mínimas las interferencias, la mediumnidad inconsciente es la de mayor fidelidad y preserva el sentido y la forma original de los mensajes, permitiendo las mejores identificaciones, como acontece en los fenómenos de transfiguración, en el que las facciones del rostro del médium se modifican y se asemejan a las del espíritu, y en las modalidades de xenoglosia y xenografía, en las que los mensajes son transmitidos en idiomas desconocidos del médium.

De acuerdo con las particularidades que adoptan los fenómenos, la mediumnidad se clasifica en dos categorías: la de efectos intelectuales y la de efectos físicos, aunque debe precisarse que no es del todo exacto marcar una frontera que las coloque como compartimentos estancos, porque casi siempre se encuentran entremezcladas. Como bien decía Gustavo Geley, la mediumnidad, a pesar de sus diversas manifestaciones, es de esencia única.

-Jon Aizpúrua-

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viernes, 25 de agosto de 2023

Desdoblamiento involuntario pero consciente

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Tramas del destino (2 de 2)

2.- Reflexiones sobre el reino animal

3.- Pruebas

4.- Desdoblamiento involuntario pero consciente

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Tramas del destino

 ( 2 de 2)

Mercedes Cruz Reyes

(Viene del anterior)


Cuando resolvemos cambiar interiormente y dejamos caer la venda de los ojos que nos ciega moralmente, damos inicio a la liberación. El Maestro, al socorrer a todos los que  lo buscaban, los incitaba al cambio en su comportamiento, a que se fijaran en el amor, evitando caer en peores acciones que aquellas de las cuales procuraban libertarse.

Le hombre se beneficia del Auxilio Divino, disminuyendo sus aflicciones en este o en aquel campo, pero solamente se liberara de los errores cuando rescate por la redención del dolor o por la ascensión en el amor, mediante el bien que haga en concordancia con la reparación que lo exija. Es indispensable, por tanto, crecer en la realización ennoblecida, con el fin de poder mantenerse en paz por la ruta evolutiva.

El Egoísmo, sin duda alguna, es la sórdida mazmorra de los orgullosos, que la prefieren hasta cuando la alucinación  los vence, y solamente en guiñapos se dejan retirar de los lugares en los que los aprisionan sus propios pensamientos.

El sufrimiento consigue unir a las criaturas que experimentan su impositivo, hermanándolas. Les da una visión de profundidad en torno de la vida, y la llena de resignación, de digna tranquilidad que se convierte en victoria personal sobre las vicisitudes. El pan que restaura las fuerzas del que sufre, debe ser preparado con el fermento del optimismo, con el fin de que pueda nutrir interiormente.

Los hermanos infelices del Mas Allá del túmulo envisten a sus victimas y a aquellos que les extienden manos amigas, provocando problemas en sus hogares, en el trabajo, en la calle, etc... Con esta actuación tratan de descorazonar el ánimo de esos abnegados agentes de la caridad y del amor.

Les lanzan dardos mentales con los cuales pretenden minar su fortaleza interior; les inspiran desanimo, y enturbian la psicoesfera en que se desenvuelven los lidiadores de la solidaridad; echan mano de personas frívolas que les sirven de instrumentos dóciles; despiertan sentimientos contradictorios; estimulan pasiones... hacen todo lo que les es posible para imponer las dudas, por crear áreas de luchas, imponiendo, cuando pueden, sucesión de hechos desagradables.

Programan conversaciones enfermizas y tele comandan comentarios deprimentes como por ejemplo:” todo aquel que se envuelve con la practica del bien, solamente recibirá la ingratitud” “mientras se trabaja practicando la caridad, las cosas van para tras” “aunque se trate de ayudar con dedicación, no se recibe ayuda” “los malos progresan y los buenos interesados en la mejoría y en el progreso de sus hermanos, sufren incomprensiblemente...

Algunos trabajadores poco adiestrados en el culto de los deberes de ennoblecimiento, acogen esas ideas perturbadoras, dejándose desanimar o intoxicándose con la rebeldía que de ellas se desprende. No les pasa por la mente, que todos mantenemos vínculos de sombra con la retaguardia, y que únicamente nos sucederá lo que debemos o lo que nuestra insensatez engendra.

Nadie marcha en la vida a merced del acaso, sujeto a sucesos de dolor y de sombra sin que las merezca, es fácil comprender que los acreedores por el esfuerzo personal al servicio edificante reciben mayor cuota de ayuda, en concordancia con la enseñanza evangélica de que “mas recibe aquel que más da”

 Abnegados Mensajeros alientan a los que con ellos sintonizan; los resguardan del mal, induciéndolos a la perseverancia en el trabajo de auto iluminación, le sustentan la fe; promueven encuentros circunstanciales edificantes; los conducen a las Esferas de Luz y a las Escuelas de Sabiduría, cuando tienen su desprendimiento parcial durante el sueño físico; les dan informaciones preciosas; irrigan la mente que se fertiliza con ideas elevadas, y proporciona euforia interior... No les apartan los problemas ni las luchas, porque saben que, a través de ellas, es como más se purifican y se elevan...

La tierra es una preciosa Escuela, todo se convierte en enseñanza, a cuya conquista deben dirigir todos los valores posibles.

El odio, los celos, la envidia, el despecho que intoxica la vida por largos años, no pueden, en forma lógica, desaparecer de los paneles mentales y de los sentimientos morales de quien les dio cabida insensatamente.

“El odio, en particular, azuza los instintos y hace de aquel que lo siente, un extraviado. Y termina siempre por calcinar a aquel que lo genera y que lo conserva, tal como el escorpión sucumbe victima del veneno que carga consigo y que un día cualquiera se aplica.

El Espiritista no esta exento de enemigos desencarnados y debe hacer esfuerzos espirituales, con el fin de dulcificarlos y aplacar su ira, mediante los ejemplos de renovación y de humildad, de elevación por el trabajo noble y el aprendizaje de las técnicas iluminativas y saludables. Participando de las conversaciones edificantes y de los estudios espiritistas cristianos, pueden inducir a los que odian y persiguen, a que participen de sus múltiples actividades; a que escuchando los conceptos liberadores, cambien su comportamiento, logrando su propia edificación espiritual.

A través de la oración y de la practica de la caridad, cada uno crea una psicoesfera favorable a si mismo, que actúa sobre sus perseguidores como un clima bienhechor de terapia eficaz.

No son pocos los envidiosos, los celosos, y los perversos que, en estado espiritual, se complacen en destilar su ponzoña enfermiza en los hombres honestos, a los que combaten por motivos obvios, deseando complacerse ante los sufrimientos que les imponen.

El amor es el único antídoto eficiente para cualquier mal. “De la misma forma que la muerte del desafecto no lava la honra del ofendido, aunque los duelistas supongan lo contrario, un enemigo desencarnado es muchas veces peor que cuando estaba encarnado. Lograr la paz con los enemigos mientras se esta en el camino con ellos, es una buena medida de urgencia.

“Es ideal, por tanto, no tener enemigos, no estar contra nadie, no revelarse... Si alguien no nos quiere bien, el problema es suyo, pero si damos un motivo para que eso ocurra, el problema es ya nuestro.

El sufrimiento, la soledad, no son penas impuestas por la Divinidad, y si constituyen correctivos salvadores, en los cuales la criatura se arma para realizar, o actos elevados. Las espinas de la corona del martirio, al clavarse en los tejidos del alma, se convierten en resinas balsámicas que rehacen de dentro para fuera.

“El Espiritismo es la prueba cabal del amor de Nuestro Padre hacia los hombres en agonía, vencidos todavía por el egoísmo. Es la simbólica “Escalera de Jacob” para quien desea abandonar los pantanos de los errores elevándose a los cielos de la felicidad ni siquiera soñada.

El tiempo nos dirá más tarde lo que en el momento actual no puede, no debe aclarar.

La caridad ha de ser la gimnasia preferida del Espíritu, con el fin de mantener las formas del espíritu en ritmo de amor tanto en el pensamiento como en la voluntad.

La reencarnación en si misma, constituye una misericordia del Señor, que no desea la muerte del pecador, y si su redención. En consecuencia, todas las facultades de que el hombre se encuentra investido, son fortunas que le cabe multiplicar, valorándolas por el buen uso que les da. Exigen cuidados, educación y disciplina, mediante cuyo ejercicio mas se acrecientan. Relegadas al abandono, favorece la parasitosis síquica de imprevisibles resultados, que dan margen a procesos obsesivos de gran porte, generando perturbaciones y desdichas en torno del individuo.

“Pacificados en Cristo” y recordando sus palabras “ Amad a vuestros enemigos” procuremos apaciguar con nuestra actitud cariñosa, transformando el odio en amor, y tengamos esperanza y alegría para vivir.

El divino Maestro nos visitara y las sombras de la noche moral insistente, se diluye ante la claridad que nos visita.

En todos los trámites de dolor e inquietud, Jesús es nuestra seguridad y nuestro apoyo.

Siempre disfrutamos la dicha de disfrutar de Su presencia.

En el nuevo día, Jesús, sigue con nosotros, con el fin de que no lo nublemos con las tiniebla obstinadas que todavía perdura EN NOSOTROS, POR NUESTRA CULPA.

Si no podemos alcanzar por ahora las cimas doradas, seguiremos intentando alcanzar la ascensión que nos ha destinado. Pidamos fuerzas para que podamos embellecer las escarpas, con el fin de mejorar el paisaje para los que vienen, valerosos, después de nosotros...

Si no logramos el éxito, por nuestra improvisión, procuremos por lo menos, la sabiduría que nos impide la complicidad con el crimen.

Aprendamos a valorizar el tiempo, aplicándolo con elevación. No permitamos horas vacías, a fin de que la ociosidad no nos entorpezca el carácter.

Hemos vivido en fugas incesantes, tengamos ahora el coraje y la valentía para avanzar nuestro espíritu, robustecidos con la fe y dóciles por el amor.

 

PROCUREMOS OBRAR SIEMPRE SEGÚN LA VOLUNTAD DEL PADRE Y NO SEGÚN LA NUESTRA, PORQUE ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA QUE TODOS ANHELAMOS.

 

Trabajo realizado por Mercedes Cruz, extraído de “TRAMAS DEL  DESTINO” DE DIVALDO PEREIRA FRANCO


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REFLEXIONES SOBRE EL REINO ANIMAL

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Reflexiones sobre el reino animal

Fijémonos un momento en la foto anterior: un gato abrazando a un periquito. De primeras, puede parecer que el felino acaba de capturar al ave y se dispone a un rico festín. Pero no; una vez más, las apariencias engañan. Esta imagen es un fotograma de un video que circula por Internet en el que se ve al gato jugueteando con el pájaro; lo abraza, lo lame; y éste no solo no hace ademán de huir, antes al contrario, es el periquito el que se acerca al felino, lo picotea en la cabeza, y el gato lo coge y juguetea con aquel, el cual se deja querer.

¿Qué está pasando aquí? ¿Es esto una transgresión de las leyes naturales? Porque está claro que en la Naturaleza está escrito que el gato debe cazar para comer, y sus presas más habituales son los ratones y las pequeñas aves. Entonces, ¿qué? Puede suceder que, simplemente, ambos animales son domésticos y han convivido juntos desde cachorros. Están acostumbrados a la cohabitación y nunca habrá ningún problema. ¿O sí podría haberlo? ¿Qué sucedería si los dueños de las mascotas se olvidasen de alimentar al gato? ¿Estamos completamente seguros de que el mamífero no dejará de ver al pájaro como compañero de juegos y su percepción cambie a la de alimento? Porque esto es lo natural: el gato caza para vivir y el pájaro huye para evitar que se lo coman. Es su instinto, de los dos. Es lo que anima al Mundo Animal a seguir adelante. Y el instinto es la forma de conducta que Dios ha puesto en los animales para su tránsito por este mundo que compartimos con ellos.

Hechas estas consideraciones, ¿cabría pensar que Nuestro Señor altera las propias leyes que Él mismo ha instaurado? Esto no cabe en cualquier inteligencia medianamente desarrollada. Luego, debe haber algo que va más allá de nuestro precario entendimiento. Aun así, voy a reflexionar sobre el asunto y atreverme a emitir un juicio de valor, a sabiendas de que muy probablemente me equivoque. Allá va mi opinión:

Creo que Dios permite a veces estos comportamientos «anómalos», «antinaturales», como una enseñanza para nosotros, los beligerantes humanos; si dos especies de animales, naturalmente antagónicos, son capaces de convivir en armonía, los pueblos de la Tierra también podrían hacerlo, a pesar de sus distintas razas, distintos credos y diferentes formas de entender la vida.

 Amor, Paz y Caridad

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                          PRUEBAS

Dios no ha hecho las pruebas superiores a las fuerzas del que las pide; no permite sino las que se puedan cumplir; si no se llena el objeto, no es la posibilidad la que le falta, sino la voluntad, porque ¿cuántos hay que en lugar de resistir a las malas tentaciones, se entregan y complacen en ellas? Para estos están reservados los llantos y el crujir de dientes en sus existencias posteriores; pero admirad la bondad de Dios, que nunca cierra la puerta al arrepentimiento. Llega un día en que el culpable se cansa de sufrir o en que su orgullo al fin se ha dominado, y entonces es cuando Dios abre sus brazos paternales al hijo pródigo que se echa a sus pies. "Las grandes pruebas, escuchadme bien, son casi siempre indicio de un fin de sufrimientos y de un perfeccionamiento del espíritu, cuando son aceptadas por amor a Dios".
    Este es un momento supremo, y entonces es cuando sobre todo conviene no desfallecer murmurando, si no se quiere perder el fruto y tener que empezar otra vez. En lugar de quejaros, dad gracias a Dios, que os ofrece la ocasión de vencer para daros el premio de la victoria. Entonces, cuando al salir del torbellino del mundo terrestre entréis en el de los espíritus, seréis allí aclamado como el soldado que sale victorioso de la pelea.
     De todas las pruebas, las más poderosas son las que afectan al corazón; hay quien soporta con valor la miseria y las privaciones materiales y sucumbe bajo el peso de la tristeza doméstica, mortificado por la ingratitud de los suyos. ¡Oh! esto es una aguda agonía! Pero,    ¿ quién puede mejor, en estas circunstancias, reanimar el valor moral, sino el conocimiento de las causas del mal y la certeza de que, si hay grandes trastornos, no hay desesperaciones eternas, porque Dios no puede querer que su criatura sufra siempre? ¿Qué cosa hay más consoladora y que dé más valor, que el pensamiento de que depende de sí mismo y de sus propios esfuerzos abreviar el sufrimiento, destruyendo en sí las causas del mal? Pero, para esto, es preciso no concretar las miradas a la Tierra y no ver sólo una existencia; es preciso elevarse, dominar el infinito del pasado y del porvenir; entonces la gran justicia de Dios se revela a vuestras miradas y esperáis con paciencia, porque os explicáis lo que os parecen monstruosidades en la Tierra; las heridas que recibís en ella sólo os parecen rasguños. Con este golpe de vista echado al conjunto, los lazos de familia aparecen bajo su verdadera luz; éstos no son ya los lazos frágiles de la materia que reúnen sus miembros, sino lazos duraderos del espíritu que se perpetúan y consolidan purificándose, en lugar de romperse con la encarnación.
     Los espíritus a quienes la semejanza de gustos, la identidad del progreso moral y el afecto conducen a reunirse, forman familias; estos mismos espíritus en sus emigraciones terrestres, se buscan para agruparse como lo hacen en el espacio; de aquí nacen las familias unidas y homogéneas, y si en sus peregrinaciones se separan momentáneamente, se encuentran después felices por su nuevo progreso. Pero como no deben trabajar sólo para sí, Dios permite que los espíritus menos adelantados vengan a encarnarse entre ellos, para tomar consejos y buenos ejemplos en provecho de su adelantamiento; algunas veces ponen la disensión entre ellos; pero esta es la prueba, esta es la tarea. Acogedles, pues, como a hermanos, ayudadles, y más tarde, en el mundo de los espíritus, la familia se felicitará por haber salvado del naufragio a los que a su vez podrán salvar a otros. (San Agustín. París, 1862).

EL EVANGÉLIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.

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DESDOBLAMIENTO INVOLUNTARIO

PERO CONSCIENTE

Gabriel Delanne

 

El sujeto es un joven de unos treinta años,      artista grabador de gran talento.(1)

1 Dr. Gibier, Analyse des Choses.

“Hace pocos días —me dijo— regresaba a mi casa, por la noche, hacia las diez, cuando me sobrecogió un sentimiento de laxitud extraño que no me expliqué. Decidido, sin embargo, a no acostarme en seguida, encendí la luz y la dejé sobre la mesa de noche, cerca de mi cama. Tomé un cigarro y lo encendí, di algunas chupadas y me tendí en una butaca.

“En el momento en que me tendí, recostándome para apoyar la cabeza sobre el cojín, sentí que los objetos que me rodeaban daban vueltas; experimenté como un aturdimiento, una sensación de vacío; luego, bruscamente, me encontré transportado en mitad del cuarto. Sorprendido de aquel desplazamiento del que no había tenido conciencia, miré en derredor mío y mi asombro creció considerablemente al verme separado de mi cuerpo.

“Ante todo, me hallé tendido apaciblemente, sin rigidez; sólo mi mano izquierda se encontraba elevada sobre mí, con el codo apoyado y sujetando en la mano el cigarro encendido, cuyo resplandor se veía en la penumbra producida por la pantalla de mi lámpara. La primera idea que se me ocurrió fue la de que, sin duda, me había dormido y que lo que experimentaba era el resultado de un sueño. No obstante, me confesé que jamás había tenido uno semejante, ni que tanto se asemejase a la realidad como aquel. Diré más.

Tuve la impresión de que nunca había estado tanto en la realidad. Así, dándome cuenta de que no podía tratarse de un sueño, el segundo pensamiento que se presentó de súbito a mi mente fue que yo estaba muerto. Y, al mismo tiempo, recordé haber oído decir que hay espíritus y me imaginé que me había convertido en uno de ellos.

Todo lo que sabía sobre este asunto se desarrolló extensamente, en menos tiempo que es preciso para pensarlo, delante de mi vista interior. Recuerdo muy bien que me sobrecogía una especie de angustia y de pesar por las cosas inacabadas; la vida se me representó como una fórmula... “Me aproximé a mí, o más bien a mi cuerpo, o a lo que yo creía era mi cadáver.

Un espectáculo, que de momento no comprendí, llamó mi atención; me vi respirando; pero, además, vi el interior de mi pecho; mi corazón latía débilmente, pero con regularidad.

En aquel momento comprendí que debía tener un síncope, como los que no recuerdan lo que les ha sobrevenido durante su desvanecimiento. Y entonces temí no acordarme de lo que me estaba ocurriendo, al recobrar los sentidos. “Sintiéndome un poco tranquilizado, dirigí la mirada a mi alrededor, preguntándome cuánto tiempo iba a durar aquello; luego no me ocupé más de mi cuerpo, del otro yo, que descansaba en la butaca.

Miré mi lámpara, que continuaba ardiendo silenciosamente, y me hice la siguiente reflexión: que estaba muy cerca  de mi cama y podía comunicar el fuego a las cortinas; cogí la llave de la mecha para apagarla, pero, nueva sorpresa para mí; sentía perfectamente la llave con su muelle; percibía, por decirlo así, todas sus moléculas, pero en vano la hacía girar mis dedos; éstos sólo ejecutaban el movimiento, era inútil ejercer presión sobre la llave.

“Me examiné entonces a mí mismo, y vi que aunque mi mano pudiese pasar a través de mí, sentía bien el cuerpo, que me pareció, si mi memoria sobre este punto no me es infiel, como revestido de blanco.

Después me coloqué delante del espejo, frente a la chimenea. En lugar de ver mi imagen reflejada en el cristal, me di cuenta de que mi vista parecía extenderse a voluntad, y la pared, después la parte posterior de los cuadros y de los muebles de casa de mi vecino, y seguidamente el interior de su aposento, aparecieron a mi vista.

Me di cuenta de la falta de luz en aquellas piezas en las que, sin embargo, veía, y distinguí muy claramente como un rayo de claridad que, partiendo de mi epigastrio, iluminaba los objetos. “Me vino la idea de penetrar en casa de mi vecino, a quien, por otra parte, no conocía, y que estaba ausente de París en aquel momento. Apenas tuve deseos de visitar la primera pieza, cuando me encontré transportado, ¿cómo? No lo sé, pero me parece que debí atravesar la pared con la misma facilidad que mi vista la penetraba.

En una palabra; estaba en casa de mi vecino por primera vez en mi vida. Inspeccioné los cuadros, me grabé su aspecto en la memoria, y me dirigí hacia la biblioteca, en la cual observé, muy particularmente, varios títulos de obras colocadas en la misma hilera a la altura de mis ojos.

“Para cambiar de lugar, no tenía más que quererlo, y sin esfuerzo, me encontraba en el sitio adonde quería ir. “A partir de aquel momento, mis recuerdos son muy confusos;

 “Lo que puedo añadir, para terminar, es que me desperté a las cinco de la mañana, rígido, frío, sobre el sofá y teniendo aún el cigarro sin terminar entre los dedos. La lámpara estaba apagada; se había hacinado el tubo.

 Me metí en la cama, sin poder dormir, y me sentí agitado por un escalofrío. Por fin me vino el sueño; cuando me desperté era pleno día: “Mediante una inocente estratagema, induje a mi portero a ver la habitación de mi vecino, y subiendo con él pude ver los cuadros en su sitio, lo mismo que los muebles, así como los libros que había observado atentamente; todo lo que yo había visto la noche precedente. “Me guardé bien de hablar de esto a nadie, por el temor de pasar por loco o alucinado.”

Este relato es eminentemente instructivo. Primero prueba que esta exteriorización del alma no es resultado de una alucinación o recuerdo de un sueño, porque la visión de la habitación vecina, que el grabador no conocía, y en la cual ha penetrado por primera vez durante este estado particular es perfectamente real. En segundo lugar, comprobamos que el alma, cuando está desprendida del cuerpo, posee una forma definida y el poder de pasar a través de los obstáculos materiales, sin experimentar resistencia, bastando su voluntad para transportarla al lugar en que desea encontrarse. En tercer lugar, tiene una vista más penetrante que en el estado normal, puesto que el joven veía latir su razón a través de su pecho.(1)

(1) ¿No es comparable esta visión a la de los sonámbulos? ¿Y no tenemos razón al atribuirla al alma?

La conservación del recuerdo de los acontecimientos sobrevenidos durante el desdoblamiento es en este caso muy clara; pero puede ser mucho menos viva, y entonces el agente, al despertarse, no sabrá si ha soñado, o si su alma ha abandonado su envoltura física; en fin, lo más frecuente es que el espíritu olvide, al entrar de nuevo en su cuerpo, lo que ha pasado durante el desprendimiento.

Hay que guardarse bien de deducir —como se hace demasiado frecuentemente— que esta salida es una manifestación inconsciente del alma; la verdad es que es sencillamente la memoria de este fenómeno la que ha desaparecido; pero mientras se ejecutaba, el alma tenía perfecto conocimiento de él.

Hagamos una última observación a propósito de la imposibilidad para el joven grabador de dar vueltas a la llave de su lámpara, por más que percibía, por decirlo así, su textura íntima. Esta impotencia, que es común a todos los espíritus, depende de la rarefacción del periespíritu; pero puede suceder también que, gracias a un influjo de energía tomado del cuerpo material, la envoltura fluídica adquiera un grado suficiente de sustancialidad para obrar sobre objetos materiales.

La aparición de la madre de Elena tenía esta sustancialidad. Parangonando este relato con el de Cromwell Varley, se comprueba claramente que el alma desprendida del cuerpo goza de las ventajas de la vida espiritual. No son teorías; es la comprobación pura y simple de los hechos. Hasta ahora las apariciones, llamadas telepáticas, de que acabamos de hablar, no han revelado nada acerca de su naturaleza íntima; salvo los movimientos que ejecutan y las puertas que parecen abrir y cerrar a voluntad, se las tomaría por seres verdaderamente inmateriales. 

Gabriel Delanne
Extraído del libro "Alma inmortal"
 

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta


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