INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Guardianas del hogar
2.- Carta de un muerto
3.- Mediumnidad gratuita.
4.- Las comunicaciones espirituales
5.- ¿Se puede admitir racionalmente la existencia de lo Paranormal?
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GUARDIANAS DEL HOGAR
El matrimonio es uno de los más importantes compromisos que se puede contraer, dentro del programa a realizar, cuando se encarna en la Tierra. Es un acuerdo que se adquiere voluntariamente entre dos espíritus que lo ven bueno para su desarrollo, en función de las necesidades que tienen. Estos acuerdos sirven para rectificar conductas inapropiadas en el pasado o para construir un porvenir mejor. También sirve para aumentar las capacidades positivas, para contribuir a la solidaridad real entre ellos y todos aquellos que se comprometieron a bajar en su círculo familiar.
El matrimonio debe ser la unión de dos almas, de sendos sexos, dispuestas a trabajar la una por la otra con generosidad y amor, consiguiendo que ese amor sea, en una de sus vertientes, una buena amistad, y en otra un sincero respeto, construyendo unas raíces fuertes que garanticen el éxito de la unión conyugal. De lo contrario, se puede transformar en indiferencia e insatisfacción, abocándolo a la falta de comunicación y al fracaso.
En el libro de Proverbios 14:1 nos encontramos: “La mujer sabia edifica su hogar; mas la necia con sus manos la derriba”.
Dentro del matrimonio, sin lugar a dudas el rol más complejo y difícil es el de la esposa, pues ella tiene la responsabilidad de cubrir todas las necesidades de los miembros de su familia, lo que supone en muchas ocasiones renunciar a sí misma para ayudar a su esposo e hijos, porque tiene la exigencia de estar infatigablemente pendiente, atenta y preocupada por cada aspecto de la vida familiar.
Esa entrega que generosamente ofrece la esposa hace que el engranaje de la familia funcione con suavidad y sin fisuras. Por lo tanto, el cometido de la esposa es transitar con sabiduría creando un hogar íntimo en un ambiente de amor, respeto, comprensión, dialogo, de alicientes, aprobación y valorización al esposo.
Es responsabilidad de la esposa administrar el hogar en su actividad diaria, crear un ambiente de comodidad, refugio, serenidad y, sobre todo, estar pendiente de lo que necesitan los hijos, sin olvidarnos del marido. Es importante que él también sienta la protección y los cuidados de su mujer, dando a cada miembro de la familia el lugar que le corresponde dentro de la misma.
Tener siempre dispuestos pequeños gestos de dulzura y de amor que ayuden a que los lazos de unión entre sus miembros se fortalezcan. Entender que la armonía y felicidad del hogar precisa de la dedicación desinteresada de la mujer, a quien se le confía la dirección de esa pequeña sinfonía para que sus notas queden armonizadas.
Si la familia es la piedra angular de toda una sociedad, el matrimonio es el pilar de la familia; donde los hijos se deben desarrollar en un ambiente propicio para sacar lo mejor de sí. Es el punto de partida de una sociedad equilibrada, que tiene como tarea principal la transmisión de la vida. La pareja debe a esos hijos ayudarlos a crecer mediante la educación, la protección y sobre todo el amor. El futuro de la sociedad pasa a través de la familia.
Con la entrada de la mujer en el mundo laboral y la llamada igualdad de derechos, se han ido diluyendo las líneas que distinguían los derechos y deberes asignados a los hombres y las mujeres, a lo largo de la historia. Habiéndose borrado en la práctica esas líneas, siendo así que los deberes que antes eran de los hombres, la mujer los han hecho suyos con rapidez; no así los hombres, que no han querido aceptar en igual medida los deberes que tienen las mujeres.
Este desequilibrio provoca, en más ocasiones de las debidas, frustración, descontento y enfado entre los esposos, pues si no quedan aclarados los papeles de cada uno dentro de la pareja, la convivencia se puede volver áspera, incluso puede hacer naufragar el matrimonio. Por eso deben tener una comunicación clara y precisa para establecer los roles que deberán ser aceptados por los dos.
La mujer que trabaja fuera de casa, y más la que tiene ambición por ascender a puestos superiores, le tiene que dedicar muchas horas a su trabajo. Si el día tiene las horas que tiene, ¿cuánto tiempo le dedica a ser esposa y madre?, que son los trabajos intransferibles en la vida de una mujer. Puede darse el caso que haya convenido con su pareja de qué forma quedan cubiertos los huecos que ella deja. Pero tarde o temprano afectará al hogar el exceso de trabajo que abarca la mujer.
Con esto no quiero decir que la mujer deba quedarse en casa, sino que debe tener prioridades; debe saber equilibrar los diferentes papeles que desarrolla en la vida, y hay papeles que no se pueden delegar en su totalidad en los hombres, pues ellos no pueden ser Madres ni tienen las capacidades de la esposa; esos dos papeles son inevitablemente de las mujeres, porque así lo dispuso la Providencia Divina.
Al bajar como mujer se nos dota de unas características concretas para poder hacer uso de ellas en cuanto las necesitemos; esas cualidades, entre otras, son: El amor, la afectividad, fijarse en los detalles, la paciencia, la perseverancia, la delicadeza, la intuición, la compasión, la disposición a ayudar, etc.
Todos esos atributos, cuando toma la decisión de compartir su vida con alguien y formar una familia, se despliegan sin esfuerzo, constantemente, siendo una ayuda muy útil para que prosperen las responsabilidades asumidas conscientemente.
Entre otras cosas debe adaptarse a los cambios que le vendrán, y no siempre serán buenos, ya que la vida nos presenta las situaciones que necesitamos para evolucionar, y que no suelen ser las que queremos; ante esto, mejor desarrollar la paciencia, saber controlarse. A cualquier esposa le viene bien mantener la calma si no quiere que su hogar, ante cualquier alteración que se le presente, pueda resentirse.
Usar la prudencia a la hora de hacerse respetar por los hijos, ya sea por medio de órdenes o negociando; esto último depende de la edad de los hijos, pues cuando se van haciendo mayores la flexibilidad, la confianza, la comunicación son cualidades muy importantes. Un papel indispensable que debe fomentar es la de mediadora entre los integrantes de la familia cuando surge algún escollo entre ellos.
Es necesario que la mujer tenga confianza en sí misma y sepa desarrollar esas admirables cualidades morales de las que esta dotada, que entre otras particularidades son el olvido de sí misma, el sentimiento de los deberes y de las responsabilidades con las que se ha comprometido, que tanto le pueden ayudar en esa misión mediadora.
El mes que viene seguiremos reflexionando sobre la importancia de este rol dentro del matrimonio.
Gloria Quel- Amor, Paz y Caridad
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CARTA DE UN MUERTO(Hermano X- Psicografía de Chico Xavier)
Los médiums modernos, porque los apóstoles poseían también la mediumnidad, han recibido igualmente de Dios un don gratuito: el de ser los intérpretes de los Espíritus para la instrucción de los hombres, para mostrarles el camino del bien y conducirles a la fe, y no para vender palabras que no les pertenecen, porque no son producto de su concepción, ni de sus investigaciones, ni de su trabajo personal.*
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO
ALLAN KARDEC
Sabemos que todo vibra é irradia en el universo, porque todo es vida, fuerza, luz. La naturaleza, en sus menores átomos, está penetrada de una energía infinita, manantial de todos los fenómenos. Así también, cada espíritu libre ó encarnado, tiene, según su estado de adelanto y de pureza, una radiación cada vez más intensa, más rápida, más luminosa.
La ley de las atracciones y de las correspondencias rige todas las cosas; las vibraciones, al atraer vibraciones similares, aproximan y unen los corazones, las almas, los pensamientos.
Nuestras codicias, nuestros malos deseos, crean en torno nuestro una atmósfera fluídica malsana, favorable á la acción de las influencias del mismo orden, mientras que las aspiraciones elevadas atraen las vibraciones poderosas, las radiaciones de las esferas superiores.
Tal es el principio de la evolución; el ser, posee la facultad de acumularse las fuerzas misteriosas de la naturaleza para elevarse con su auxilio y remontarse, de grado en grado, hacia la causa de las causas, hacia la fuente inagotable origen de toda vida.
La escala ascensional comprende planos sucesivos y superpuestos; en cada uno de ellos los seres están dotados del mismo estado vibratorio; de medios de percepción análogos que les permiten reconocerse unos á otros, en tanto que continúan invisibles, y aún muchas veces incognoscibles para ellos, los seres de los planos superiores, á consecuencia de su estado vibratorio más rápido y de sus condiciones de vida más sutiles y más perfectas.
Esto es lo que sucede entre los espíritus según sus diferentes grados de purificación, y lo mismo entre nosotros respecto á ellos. Pero, así como se pude ensanchar el campo de la visión humana con ayuda de los instrumentos de óptica, así mismo se puede aumentar ó disminuir el número de vibraciones hasta conseguir un estado intermedio, en que los modos de existencia de dos planos distintos, se combinen y entren en relación.
Para comunicar con nosotros, el espíritu tiene que disminuir la intensidad de sus vibraciones y activar al mismo tiempo, las nuestras. el hombre puede ayudarse con su voluntad; el punto que debe alcanzarse constituye para él el estado de mediúmnidad. Sabemos que la mediúmnidad, en la mayor parte de aplicaciones, es la propiedad que poseen ciertas personas de exteriorizarse á diversos grados, de desprenderse de su envoltura carnal, y de dar mayor amplitud á sus vibraciones psíquicas. Por su parte, el espíritu á quien la muerte .ha libertado, se envuelve en materia sutil y amortigua sus propias radiaciones para ponerse al unísono con el médium, Aquí son necesarias cifras explicativas. Admitamos, á ejemplo de algunos sabios, que las vibraciones normales del cerebro humano sean de número de 1,000 por segundo. En el estado de trance ó de desprendimiento, la envoltura fluídica del médium vibra con mayor energía y sus radiaciones llegan á la cifra de I,500 por segundo. Si el espíritu, libre en el espacio, vibra al mismo tiempo bajo la influencia de 2,000 vibraciones, le será posible, mediante una materialización parcial, rebajar este número á 1,500. Desde entonces, los dos organismos vibran simpáticamente y pueden establecerse relaciones, el mensaje del espíritu será percibido y transmitido por el médium en estado de trance.
Esta armonización de las incorporaciones tanta precisión y limpieza. En los demás estados de mediumnidad, el pensamiento del espíritu podrá comunicarse, igualmente, por medio de vibraciones correspondientes, aunque menos intensas que las vibraciones iniciales, así como una nota se repite de octavas en octavas, desde la clave más alta de la vibración armónica hasta la más baja.
En el hombre, la inteligencia y el desarrollo de cerebro están en correlación íntima. La una no puede manifestarse sin el otro. A medida que el se asciende en la escala humana, desde el más salvaje al más civilizado, la frente crece, el cráneo se ensancha, al mismo tiempo que la inteligencia se desenvuelve. Cuando el desarrollo exterior ha alcanzado su apogeo, el pensamiento aumenta el poder intenso del cerebro multiplicando sus líneas y trazando surcos. Dibuja estrías, circunvoluciones innumerables, eleva cimas. Hace del cerebro un mundo maravilloso y complicado, hasta el punto de que el examen de este Órgano, en el cual vibran aún las impresiones de la vida que acaba de huir, es uno de los espectáculos más cautivadores para el fisiólogo.
En esto tenemos una prueba de que el pensamiento trabajo y moldea el cerebro y de que hay entre ellos una íntima relación. El cerebro es el instrumento admirable, la clave de donde el pensamiento hace brotar todas las armonías de la inteligencia y del sentimiento. Pero, ¿cómo ejerce su acción sobre la materia cerebral? Pero el movimiento el pensamiento imprime á las moléculas del cerebro movimientos vibratorios de variada intensidad.
Ya lo hemos visto, todo en la naturaleza se resume en vibraciones, perceptibles para nosotros siempre que están en armonía con nuestro propio organismo, pero que nos escapan tan luego como son demasiado rápidas ó demasiado lentas. Nuestra facultad de visión y de audición es muy limitada; pero más allá del término que nos traza, las fuerzas de la naturaleza continúan vibrando con una rapidez vertiginosa sin que nosotros podamos percibirlo. Pues bien; lo mismo que los sonidos y la luz, los sentimientos y las ideas se expresan en vibraciones que se propagan, por la extensión, con intensidades diversas. Los pensamientos de odio y de ira, los tiernos llamamientos del amor, el lamento del desgraciado, los gritos de la pasión, los arranques de entusiasmo, van á través del espacio diciendo á todos la historia de cada uno y la historia de la humanidad. Las vibraciones de los cerebros pensantes, de hombres ó de espíritus, se cruzan y se entrecruzan hasta lo infinito sin confundirse jamás. En torno nuestro, en todas partes, en la atmósfera, giran y pasan como ríos sin fin, corrientes de ideas, oleadas de pensamientos que impresionan á los sensitivos y son á menudo causa de perturbación y de error en las manifestaciones.
Decimos hombres ó espíritus. En efecto, lo que el cerebro humano emite bajo forma de vibraciones, el cerebro fluídico del espíritu lo irradia en forma de ondas más extensas, de radiaciones que vibran con un ritmo más amplio y más potente, porque las moléculas fluídicas, más flexibles, más maleables que los átomos del cerebro físico, obedecen mejor á la acción de la voluntad.
Sin embargo, ese cerebro mortal, estos poderes dormitan ó vibran débilmente y alcanzan en los espíritus su máximun de energía. Una comparación nos hace comprender mejor este fenómeno.
Esta comparación, se encuentra en un bloque de hielo donde se hallan contenidas en estado latente todas las potencialidades que mantienen unidos los cristales de que se compone. Sometiendo el bloque á la acción del calor, desprenderéis de él fuerzas que irán en aumento hasta que llegando al estado de vapor, haya recobrado y manifestado todas las energías que en él se contenían. Nuestro cerebro puede compararse á ese bloque de hielo, vibrando débilmente bajo la acción limitada del calor, y el del espíritu al vapor que se ha hecho invisible porque vibra é irradia con demasiada rapidez para que nuestros sentidos puedan percibirlo.
La diferencia de los estados se complica con la variedad de las impresiones. Bajo la influencia de os sentimientos que los animan, desde la tranquilidad del estudio hasta los tormentos de la pasión, las almas y los cerebros vibran á diversos grados siguiendo diferentes rapideces; la armonía no puede establecerse entre ellos sino cuando sus ondas vibratorias se igualan como sucede con los diapasones idénticos ó en las placas del teléfono. Un cerebro de impulsiones lentas y débiles no puede armonizarse con otro cuyos átomos están animados por un movimiento casi vertiginoso.
Así, pues, en las comunicaciones espiritistas, la dificultad consiste en poner de acuerdo vibraciones y pensamientos diferentes. En la combinación de las fuerzas psíquicas y de los pensamientos entre. El médium y los experimentadores, por una parte, entre éstos y los espíritus por otra, reside toda la ley de las manifestaciones.
Las condiciones de experimentación son favorables cuando el médium y los asistentes constituyen un grupo armónico, es decir, cuando piensan y vibran al unísono. Por lo contrario, cuando los pensamientos emitidos, cuando las fuerzas irradiadas divergen, se contrarrestan, se anulan recíprocamente. El médium, entre estas corrientes contrarias, experimenta una turbación, un malestar indefinible; llega, á veces, hasta sentirse paralizado, aniquilado. En este caso, para que se produzca el menor fenómeno, se necesita una poderosa intervención oculta.
Cuando la armonía es completa entre las fuerzas emanadas de los asistentes, cuando los pensamientos convergen hacia un mismo fin, se presenta otra dificultad. Esta unión de fuerzas y de voluntades puede ser suficiente para provocar efectos físicos y aun fenómenos intelectuales que, con sobrada frecuencia, son atribuidos á la intervención de personalidades invisibles. He aquí, porque es prudente no creer en esta intervención sino cuando esté fundada en hechos precisos.
Muchas personas se asombran y vacilan ante las primeras dificultades que encuentran en sus tentativas para comunicar con los espíritus. Se preguntan por qué su intervención es cosa tan rara, tan poco concluyente, y por qué la humanidad entera no está familiarizada con un hecho de tanta importancia. Otras personas, prosiguiendo sus investigaciones, obtienen pruebas satisfactorias y se convierten en adeptos convencidos. Sin embargo, todavía objetan que los seres del espacio que les son especialmente queridos, parientes y amigos difuntos, á pesar de sus deseos ardientes y de sus llamamientos reiterados, no les han dado nunca el menor testimonio de su presencia, y esta decepción les deja un resto de duda, de incertidumbre penosa.
Ahora bien, todo experimentador ilustrado se explicará fácilmente la causa de que esas esperanzas hayan sido frustradas. Vuestro deseo de comunicar con un espíritu y un deseo igual por parte de éste, no bastan. Es menester, además, que otras condiciones determinadas por la ley de las vibraciones, se hallen reunidas. Sin la armonía de las vibraciones, no puede haber cambio de pensamientos.
Vuestro amigo invisible oye vuestros llamamientos y procura responderos. Sabe que para poder comunicar con vosotros, es necesario que vuestro cerebro físico y su cerebro fluídico vibren al unísono. Esta es la primera dificultad. Su pensamiento evoluciona con demasiado rapidez para que vos otros podáis percibirlo. Su primer cuidado será, pues, moderar sus vibraciones. Para esto será necesario un estudio más ó menos prolongado, y las probabilidades de éxito variarán según las aptitudes y la experiencia del operador. Si nada consigue, toda comunicación directa será imposible, y tendrá que confiar á un espíritu más fuerte y más hábil la transmisión de sus mensajes. Esto es lo que sucede frecuentemente en las manifestaciones. Creéis recibir el pensamiento directo de vuestro amigo, cuando no os llega sino con el auxilio de un intermediario espiritual. De ahí nacen ciertas obscuridades ó inexactitudes, imputables al transmisor y que os dejan perplejos, mientras que la comunicación, en su conjunto, presenta todos los caracteres de la autenticidad.
En la hipótesis de que vuestro amigo del otro mundo posea las facultades necesarias, tendrá que buscar un médium cuyo cerebro, por sus movimientos vibratorios, sea capaz de armonizarse con el suyo. Pero la variedad es tau grande entre los cerebros como entre las voces y los rostros, la identidad absoluta no existe. El espíritu tendrá que contentarse con el instrumento menos impropio para el resultado que se propone. Una vez hallado el instrumento, procurará desarrollar sus cualidades sugestivas. Podrá ser que lo logre en poco tiempo, pero, á veces, se necesitarán meces y años para llevar al médium al grado de sensibilidad necesario.
O bien vosotros mismos podéis ser los médium, los sensitivos. Si tenéis conciencia de vuestras facultades, si os prestáis a la acción del espíritu, llegaréis ciertamente al objeto que él quiere alcanzar. Para esto se necesitara á la vez paciencia, y perseverancia, continuidad y regularidad de esfuerzos. Estas cualidades ¿y las tendréis? ¿vuestra fuerza de voluntad será siempre igual, tendrá siempre la misma tensión? Si procedéis con incoherencia, hoy con ardor, mañana débilmente, de tal manera que, las vibraciones de vuestro celebro varíen en proporciones considerables, no tendréis porque admiraros de la diferencia, ni aún de la nulidad de los resultados.
Puede suceder que, sintiéndose incapaz de activar suficientemente, durante el estado de vigilia, las vibraciones de vuestro cerebro, vuestro amigo invisible recurra á la trance y procure, mediante el sueño, aceros inconsciente. Entonces vuestro espíritu se exterioriza; sus radiaciones se acrecientan, se extienden; la transmisión se hace posible; expresáis el pensamiento del espíritu. Pero, al despertar, no conservaréis ningún recuerdo, y serán los demás los que os enteren de lo que vuestra boca ha proferido.
Todos estos fenómenos están regidos por leyes rigurosas; cualesquiera que sean vuestras facultades, vuestros deseos, si no podéis satisfacerlos, vuestros parientes, vuestros amigos difuntos y todas las legiones invisibles procurarían en vano influir sobre vosotros. Pero he aquí personas desconocidas, hombres ó mujeres, que la casualidad parece poner en vuestro camino. Nada saben de estas cosas. Pueden no tener la menor, idea de la ciencia del Más Allá, y sin embargo, poseen un organismo que vibra armónicamente con el pensamiento de vuestros deudos, de vuestro hermano, de vuestra madre, y por su mediación, podéis tener con ellos conversaciones verdaderamente íntimas. A título de ejemplo, puedo citar el hecho siguiente. En medio de una conversación, se puede llegar a dormir con un sueño espontáneo y en estado de duerme vela y sin buscarlo podéis estar en contacto con algún ser espiritual que fuera de nuestra dimensión se acerca a saludarnos podéis sentir con gran sorpresa como se manifiesta, dando las más irrecusables pruebas de identidad, y con una efusión llena de ternura, que expresa las sensaciones, las emociones profundas que nunca habéis experimentado desde la hora de la separación de aquel ser querido pero ¡cuidado!. Sin buscar la situación ni provocarla pues solo se comunicaran estos familiares ya difuntos si tienen permiso de arriba por eso no podemos forzar la situación ya que seres indeseables haciéndose pasar por ellos nos pueden confundir o confundir al médium.
Del conjunto de los estudios sobre las vibraciones armónicas de los cerebros, se desprende una certeza. Esta es que, por la orientación y la persistencia de nuestros pensamientos, podemos modificar las influencias que nos rodean y ponernos en relación con fuerzas é inteligencias similares. Este hecho no es solamente exacto respecto á los sensitivos y á los médium; lo es también para todo ser pensante. Las influencias del Más Allá pueden irradiar sobre nosotros, sin que haya comunicación consciente con los seres que lo pueblan. No hay necesidad de creer en la existencia del mundo de los espíritus, ni de querer conocerle para sentir sus efectos. La ley de las atracciones es ineludible, y todo en el hombre, está sometido á ella. Por lo tanto, la crítica que se dirige á los espiritistas solo y exclusivamente á ellos, por sus prácticas, las fuerzas maléficas del universo, se desvanecen ante el hombre dependiendo de recibir las inspiraciones más diversas, desde las más sublimes hasta las más groseras. Nuestro estado mental es como una brecha por la cual pueden penetrar en nosotros amigos y enemigos. Los sensuales atraen á sí espíritus sensuales que se asocian á sus deseos, á sus actos, acrecentando su intensidad; los criminales llaman a los espíritus del asesinato que les impulsan más adelante en la senda del mal. El inventor es ayudado por los buscadores del Más Allá. El orador percibe imágenes que fijará en formas de lenguaje propias para conmover á las multitudes. El pensador, el músico, el poeta, recibirán las vibraciones de las esferas donde se rinde Culto á lo bello y a lo verdadero; almas poderosas les traerán los tesoros de la inspiración, el soplo que pasa por las frentes soñadores y comunica el talento y el genio.
Así, de un plano á otro, el espíritu responde a los llamamientos del espíritu. Todos los planos espirituales están ligados entre sí. Los instintos de odio, de crueldad, de libertinaje, atraen á los espíritus del abismo. La frivolidad atrae á los espíritus ligeros, pero la oración del hombre de bien, su llamamiento á los espíritus celestes, se eleva y repercute de nota en nota, en ascendente escala, hasta las más altas esferas, al mismo tiempo que, de las regiones profundas del infinito, descienden sobre él las ondas vibratorias, los efluvios del pensamiento eterno que le penetran de una corriente de fuerza y de vida. El universo entero vibra bajo el pensamiento de Dios.
- Mercedes Cruz-
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¿Se puede admitir racionalmente la existencia
de lo paranormal?
Cada cual es muy libre de aceptar o de rechazar lo que quiera, pero generalmente el rechazo a estos temas, siempre tiene como causa temores ocultos y prejuicios infundados, que inclinan hacia la postura más sencilla o cómoda del "no querer saber nada", o la del escepticismo, que lo niega todo sistemáticamente.
A mediados del siglo XIX, se produjo una especie de revolución psíquica y también moral, en donde toda la fenomenología paranormal de tipo físico y mediúmnico, despertó abundantemente por muchos lugares de la Tierra, y su popularidad encontró amplio eco en los medios de comunicación que, escépticos al principio por temor y por incapacidad de comprender lo que esto podía significar para el ser humano, adoptaron la fácil opción de negarlos,simplemente, o de burlarse de ellos, tratando de ver nada más que fraudes por doquier, (que los hubieron también), pero mostrando en el fondo de sus posiciones, un temor irracional ante lo desconocido.
Posteriormente se han dado a conocer los resultados de numerosas investigaciones en este área, efectuadas en prestigiosas Universidades por diversos lugares del mundo. Los resultados y conclusiones de estas pruebas y estudios constatan que en todos los seres vivos actúan unas funciones psíquicas especiales, llamadas ultra-sensoriales o paranormales, porque van más allá de los sentidos físicos considerados normales y de las funciones biológicas normales.
Con frecuencia, en estos temas se roza el carácter de lo subjetivo, pero sin embargo se puede creer en la realidad y objetividad de estos fenómenos aun sin haberlos presenciado nunca, del mismo modo que por ejemplo, podemos creer en la realidad de la existencia del Polo Norte, aunque nunca hayamos ido allí para confirmarlo.
La curiosidad que generalmente suscitan estos temas, es la puerta de entrada al despertar de otras conciencias e inquietudes de índole intelectual, espiritual y moral. Sin el acicate de esta natural curiosidad por saber y conocer, el ser humano
avanzaría mucho más lentamente en todos los aspectos.
Para admitir esta realidad, no es imprescindible haber sido testigo directo de alguno de ellos; sin embargo creo que resulta bastante creíble quien sin ningún interés ni motivo de ninguna clase, afirma haber sido alguna vez testigo o incluso
protagonista de algún fenómeno extraño o inexplicable, deduciendo en consecuencia, que además de nuestra realidad física y material, también existe otra realidad o dimensión, para nosotros intangible e inmaterial.
Quien nunca haya experimentado, ni visto, ni oído, ni vivido nada, puede estar seguro de que no es cuestión del azar, o de la suerte, sino que tal vez sea porque esta
experiencia, que no deja de ser una llamada de atención, no le ha sido precisa para su despertar espiritual, o tal vez no le ha llegado el momento de tener que "meter la mano en la llaga", como Santo Tomás. No obstante, ello no significa que cualquier inesperado día no podamos ser testigos de lo insólito....
- Jose Luis Martín-
“La credulidad es el atributo de los ignorantes; la decidida
incredulidad, el de los sabios a medias; pero la duda metódica es de los hombres instruidos”
- Albert Camus -
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