miércoles, 29 de septiembre de 2021

La Fe

   INQUIDTUDES ESPÍRITAS

1.- La Fe

2.- ¿ Antes de regresar a este mundo, elegimos a nuestros padres?

3.- Angustia, Conciencia y Reencarnación

4.- Quiero ir al Cielo


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                                                              LA FE

                                                                                


Una cosa es la creencia y otra es la fe. La creencia puede surgir de una convicción racional de nuestra mente, pero la fe en Dios es un  atributo del alma  que va mas allá del razonamiento; es mas bien un sentimiento elevado que percibe los  atributos Divinos dentro de la propia alma.

 La fe puede ser en muchas cosas: En uno mismo cuando se tiene seguridad completa de lo que se conoce de nuestras capacidades y de lo que nos limita. También podemos hablar de fé religiosa cuando se cree  firmemente en los particulares dogmas de cada religión; así se dice fé católica, fé bahái, fé musulmana, etc.

 La fé  es  un poder  verdadero  que  puede superar  las propias fuerzas físicas y mentales; un poder capaz de envolvernos y  transformarnos   de modo extraordinario. La  Fé en Dios y en Lo Superior nos causa una fuerza o  un estado capaz de superarlo todo.

  Para  sustentar y aumentar  la  fe en lo Superior, es mediante  la oración, pues esta  clama una respuesta del Padre y esto alimenta  la Fé con el sentimiento del Amor Divino en el alma. La oración  no es   un pensamiento en forma de palabras, sino un  sentimiento abstracto, un ansia de que el Amor de Dios penetre abundantemente en el alma. Este  ansia es más rápida que el pensamiento y las oraciones de esta clase llegan  hasta el Padre que siempre las escucha y responde.

  Cuando Jesucristo habló de la Fé en un sentido espiritual,  afirmó que la Fe es capaz de

 transportar  montañas, refiriéndose a  que con ella se pueden superar las dificultades de la vida que se interponen en nuestro camino del progreso. La Fe  genera perseverancia y energía necesarias para vencer los obstáculos de esas “montañas”.  Es como una fuerza que nace del alma , con  la certeza de la existencia de la Sabiduría y la Justicia Divinas, que se manifiestan espontáneamente y de forma natural en la propia vida.

            Quien tiene Fé, tiene total confianza en Dios porque sabe que él por si mismo es solo un instrumento de Su Voluntad, y que nada puede sin El. La Fe  no se impone, sino que se siente en cuanto a lo que son verdades espirituales transcendentes y de carácter universal.

            La creencia otorga una fé que puede ser razonada o ciega; esta última tiene el peligro de que al no razonar ni examinar nada, acepta igualmente lo falso  como  lo verdadero, llegando a sostenerla solo por el fanatismo.

            La Fe  pura, fuera de la fe  de las sectas religiosas ,es la  auténtica Fe en Dios y en los conceptos elevados transcendentes  y  aparece como algo innato en algunas personas  que  se traduce como una seguridad absoluta en la real existencia de Dios, Amor,  Justicia y  Misericordia . Esto es señal de que ya han venido a este mundo preparados a sostenerla, y es una prueba más de que la  evolución espiritual existe y de que  la reencarnación es una realidad. Sin embargo es importante precisar que la auténtica Fe  en Dios y en lo que sabemos de conocimiento espiritual, debe ir acompañada de acciones, obras, posturas y comportamientos, que corroboren y confirmen esa fe, pues la fe  sin obras es fe muerta y de nada vale, y estas acciones u obras no son otra cosa que la Caridad en sus diversos aspectos y formas..

- Autoría desconocida-

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¿ Antes de regresar a este mundo, elegimos a nuestros  padres ?

     Se podría afirmar que en muchos casos hubo en el plano espiritual un acuerdo previo a la reencarnación,  entre  los Espíritus que en este mundo  después serán  sus padres,  con su futuro hijo.

     Al  igual que  con el asesoramiento y consejo de los Guías espirituales,  elegimos a la familia que nos acompañará,  dentro de esa familia también se suelen escoger a los padres si el nivel evolutivo y de comprensión que tenemos  nos  permite estas elecciones, lo  cual  nos hace  mas responsables para con nuestros actos en la vida humana . Esto  sucede  así  a partir de cierto grado evolutivo y dependiendo del propósito de la reencarnación que se planifica para cada Espíritu.

    Sin embargo otras muchas veces son los lazos establecidos por la ley de Causa y Efecto los que nos llevan a adquirir ese compromiso que es el de una elección  casi obligada. Cuando  durante los primeros pasos de la andadura evolutiva del Ser espiritual,  el  nivel  nivel  de desarrollo intelectual y moral  aún es insuficiente para  poder elegir por sí mismo  adecuadamente,  los padres  así como la familia y el entorno , son elegidos convenientemente  por los Guías  espirituales del Ser reencarnante.

      Este detalle de la elección de los padres, se debería conocer  mas comúnmente en este mundo nuestro actual, en el que  a veces  los hijos acusan injustamente a los padres o incluso a Dios por haberlos traído a este mundo sin su permiso.  Y esto en realidad no es así, pues  generalmente los Seres espirituales vienen a este mundo por propio impulso, porque lo desean y  porque lo necesitan, y además son ellos mismos quienes previamente eligieron a su familia y a sus padres. Además  los  padres también planificaron sus propias vidas desde antes de nacer ellos mismos, y  muchas veces lo hicieron  comprometiéndose a  recibir un día como progenitores  al Ser que más tarde  acogerán como hijo, y con el que tal vez tienen  lazos con arreglo a la Ley de Causa y Efecto desde existencias  en donde se relacionaron bajo otros papeles familiares o sociales diferentes, en un pasado lejano o remoto. Ese hijo a su vez  asesorado por sus Guías Espirituales, también planificó  libremente  su  nueva existencia humana al lado de esos padres que lo acogen..

- Jose Luis -

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   ANGUSTIA, CONCIENCIA Y REENCARNACIÓN

La palabra angustia proviene del latín  angustia  y significa estrechez, espacio reducido, carencia, carencia. Miedo vago o indeterminado, sin objeto real o real. Es un miedo intempestivo e invasor que nos asfixia (angere, en latín, significa apretar, estrangular) o sumergirnos.

En la filosofía existencialista, la palabra “angustia” tomó el significado de “inquietud metafísica” en medio de los tormentos personales del hombre. En el concepto sartreano, “es en la angustia que el hombre toma conciencia de su libertad (…) en la angustia que la libertad está en su ser, poniéndose en cuestión” [1].

Los materialistas inútiles creen que el ser humano es un ser imperfecto, abierto e inacabado. Según Heidegger, “la angustia es una característica fundamental de la existencia humana. Cuando el hombre despierta a la conciencia de la vida, se da cuenta de que no tiene sentido ni propósito ”. [dos]

Alejándonos de este materialismo decrépito, entendemos que por el principio de la reencarnación las raíces intensas de la angustia a menudo se entrelazan en el transcurso de vidas pasadas, construidas sobre la culpa del Espíritu, que reconoce el error y el miedo a ser descubierto. Por tanto, es un estado mórbido que hay que combatir en su causalidad.

Por eso, el origen de la angustia depresiva tiene su apoyo en el periespíritu y, en rigor, no tiene raíces causales en la estructura carnal. El cuerpo físico solo refleja el estado de ánimo. El conflicto del paciente se remonta a causas pasadas, posiblemente remotas, con reverberaciones en el presente a través del psicosoma.

Certificamos que las muertes traumáticas prematuras (accidentes, suicidios, homicidios) en quienes tienen una gran reserva de fluido vital, imponen fuertes impresiones e impactos vibracionales en la compleja estructura psicosomática, formando un poderoso cliché mental en el espíritu al momento de la muerte.

En la siguiente reencarnación de este espíritu, el amortiguamiento biológico del cuerpo carnal puede no ser suficiente para neutralizar los traumas registrados, en forma de destellos, desde los últimos momentos de la vida anterior. Esta distonía vibratoria tiende a reaparecer, manteniendo la identidad cronológica entre reencarnaciones. Los destellos impresionan a las neuronas sensoriales del SNC (sistema nervioso central) y desencadenan síntomas psíquicos angustiantes a través de neurotransmisores cerebrales.

Obviamente, el uso de drogas puede establecer una armonía química en el cerebro, mejorando el estado de ánimo de dichos espíritus; sin embargo, simplemente se ocupan del efecto, ya que los medicamentos no curan la ansiedad depresiva en sus causas intrínsecas; solo restablecen el tránsito físico de los mensajes neuronales, mejorando el funcionamiento neuroquímico del SNC.

Si los médicos suelen fracasar en el tratamiento de la mayoría de las enfermedades fisiopsíquicas, es que solo se ocupan del cuerpo biológico, sin acercarse a los traumas que los pacientes tienen en el alma construidos sobre vidas anteriores.

Jesús nos envió como legado uno de los más grandes tratados de psicología de la Historia: la Codificación Espírita, cuyos preceptos traen a la memoria humana la certeza de que a pesar de los látigos visiblemente destructivos de la angustia, el hombre necesita mantenerse en pie, audaz, marchando con paso firme hacia el encuentro de la metas supremos de la vida, afrontar los obstáculos como instrumento necesario que Dios nos envía a todos.

Jorge Hessen

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¡QUIERO IR AL CIELO!

Amalia Domingo Soler
Libro: La luz del futuro

Siempre he sido amante de la verdad, y como en las visitas de pésame se miente tanto, nunca he acudido a ver a mis amigos en los primeros momentos de llorar al ser amado, sino después del duelo oficial, cuando en torno de la viuda afligida, o de la madre desolada no ha habido una caterva de seres indiferentes que llevan el luto en el traje y la alegría o la indiferencia en el alma.
Por eso, cuando Clementina perdió a su esposo, no fui a verla hasta que se quedó sola con sus hijos y sus recuerdos; Clementina estaba inconsolable. Yo, que ya tenía algunas nociones del Espiritismo, traté de hacerle comprender que tras la tumba germinaba la vida; pero Clementina se reía amargamente de mis palabras, diciéndome con triste ironía: -Los que se van, no vuelven, esos son cuentos de viejas y leyendas de ilusos; el Espiritismo es otra de las muchas farsas del mundo.
 Una noche que estábamos hablando sobre si los muertos se comunicaban o no, entró el doctor Sánchez, amigo íntimo que fue del esposo de Clementina, a quien ella respetaba muchísimo, por su preclaro talento, oyó nuestra charla, y sonriéndose bondadosamente, dijo en tono festivo: -Señoras: escucho con gusto su discusión sobre muertos y espíritus.
 Y exclamó Clementina: -Figúrese usted qué disparate sostiene Amalia, asegura que los muertos se comunican. Si tal cosa sucediera, ya hubiera venido mi Pepe a decirme: “¡Clementina, no llores, que aquí estoy yo!” El doctor la miró fijamente, y volviéndose a mí, me preguntó: -¿Es usted espiritista?
 -Quiero serlo. -Yo también. -¡Usted!... –gritó Clementina en el colmo del asombro. -Sí, yo; ¿Por qué te admiras? -¿Usted, tan formal y tan sabio?...
Mi Pepe decía que no había en el mundo dos hombres como usted. -Tu marido me miraba con los ojos del cariño, y éste es el cristal de más aumento que se conoce; pero dejando a un lado mi suficiencia, lo que yo puedo decirte es que hay muertos que se comunican; no diré que sean todos, pero yo he tenido pruebas innegables de la comunicación de los espíritus.
 -Explíquese, por Dios; cuénteme… ¡Ay, si yo pudiese hablar con mi Pepe!...
 -Si te hablo así, es para demostrar que es muy aventurado decir sin conocimiento de causa: tal cosa no puede ser. Creer a ciegas, denota sobra de ignorancia, y negar porque sí, escasez de entendimiento. Dudar es de sabios; creer, es de tontos; negar, es de locos. -¡Ah!, no; si usted me asegura que hay muertos que se comunican, lo creeré; me merece toda la confianza.
 -Lo que voy a contarte no es para convencerte de si es verdad o no la comunicación de los espíritus; por otra parte, creyendo ciegamente en mí, correrías peligro de engañarte, Clementina, el hombre puede abdicar de todos sus derechos, hacer donación de todos sus bienes, pero no de su criterio, ni de su corazón. Ahora escucha:

A los dieciocho años me enamoré de Lidia, hermosa criatura, de la que podía decirse como dice Campoamor: 
“Es tan bella esa mujer, que bien se puede decir: sólo por verla…, nacer; después de verla…, morir.” 
Durante un año, viví en el paraíso. Lidia me quería con delirio, y vivíamos el uno para el otro. Andrés, mi hermano mayor, que estaba viajando, al volver y al ver a Lidia, quedó prendado de su belleza y de su bondad; pero supo ocultar su admiración y arregló las cosas de manera que mi padre me hiciera marchar a Sevilla, para acompañar a un hermano suyo, Deán de la Catedral, que estaba enfermo. Aprovechándose de mi ausencia, mi hermano interceptó nuestras cartas, y dijo a Lidia que yo estaba resuelto a seguir la carrera eclesiástica, por cuya causa me había reunido con mi tío el Deán. Así pudo Andrés lograr que le concediera su mano, aunque no su corazón.
 Mi madre, cuyas ilusiones se cifraban en que yo fuera sacerdote, creyendo la infeliz, en su ignorancia, que así me abría las puertas del cielo, ayudó a mi hermano en su inicua obra. Se hizo  el casamiento sin yo saberlo; los novios se fueron a viajar, y mi madre vino a Sevilla, a prepararme para recibir el fatal golpe. Creía yo en el amor de Lidia con tanta fe, la creía tan buena… tan santa… tan pura… que cuando mi madre, después de decirme que Dios me llamaba para ser uno de sus ministros, me participó el casamiento de Lidia con mi hermano, perdí la razón, de cuyas resultas estuve más de dos años demente.
 Al recobrar la lucidez de mi inteligencia, supe que Lidia había muerto a los diez meses de casada. Mi pobre madre, arrepentida de su obra, se convirtió en mi ángel tutelar: no me abandonó ni un segundo mientras estuve loco, ni después de recobrar el juicio, e hizo bien, porque yo conservaba tal odio a mi hermano, que hubiera sido un segundo Caín sin remordimiento alguno.
Mi madre había ayudado a mi desgracia; pero empleó después todo su cariño en reparar el mal hecho. Viendo que rechazaba yo el sacerdocio eclesiástico, ella misma se encargó de buscarme esposa, y me casé con una joven muy buena, a la cual hablé con toda franqueza, porque la imagen de Lidia no se borraba de mi mente.
Me conformé a todo, y me casé por transigir, por complacer a mi madre y por ver si teniendo hijos vivía mejor. Tuve mucha suerte, pues mi compañera ha sido discretísima. Su dulzura y su conformidad consiguieron despertar en mi alma un hondo afecto, que era menos que amor y más que amistad.
Cinco hijos, dos mujeres y tres varones, inundaron mi casa de muñecas y caballos, y entre mi madre, mi esposa y mis hijos, para el mundo he sido un hombre feliz, mientras que me he creído desgraciado.
Mi hermano mayor se estableció en la Habana, desde donde sostenía correspondencia con mi madre. Así pasaron dieciséis años. Por fin, una mañana ella entró en mi despacho, llorando; se sentó a mi lado, cogió mis manos entre las suyas y me dijo: -Felipe, tu hermano Andrés se ha casado nuevamente. Quiere volver a su país; quiere que tú le perdones; quiere que yo sea la madrina de su primer hijo. Si él pecó, bastante castigo ha tenido. El rencor es propio de almas ruines, y como tú eres bueno, no me podrás negar lo que voy a pedirte. Reflexiona que cuanto mayor es la ofensa, es más grande el que perdona. Tu hermano te escribe: lee. Y me entregó una carta de Andrés, escrita con la mayor humildad, acompañada de algunas líneas muy expresivas de su esposa.
Por un momento se me representó mi juventud, mi perdida felicidad, la perfidia de mi hermano; pero la entrada de una de mis hijas, que vino a referirme sus cuitas con motivo de haberle roto su hermano una muñeca, hizo olvidarme de mi agitación, y al sentarla en mis rodillas miré a mi pobre madre, que me suplicaba con sus ojos, y le dije: -No puedo negarle a usted nada, madre mía. Cuando venga Andrés, iré con toda la familia al muelle, y nada le diré de lo pasado.
¿Está usted contenta? La pobre me abrazó y me besó como si yo fuese un chiquillo: parecía loca de alegría. Un mes después llegó mi hermano a Sevilla, acompañado de su esposa. Fuimos a recibirle. Cuando le vi, no le conocí: parecía un viejo setentón, y eso que aún no contaba cincuenta años. Yo, en cambio, tenía más de cuarenta, y nadie me echaba treinta.
 Al verle, me convencí de que en la culpa va la penitencia. Nos abrazamos fraternalmente. Mi  madre, emocionada, nos estrechó a ambos en su seno, exclamando: -¡Ahora ya no me importa morir! La esposa de mi hermano a todos nos fue muy simpática: era uno de esos seres vividores que se granjea el cariño de todos. Formamos todos una sola familia. Mi cuñada Anita intimó mucho con mi mujer; mi hermano se convirtió en abuelo de mis hijos, y tanto los mimó, que al preguntarles quién era Dios, decían que su tío Andrés.
Al ver aquel cuadro, me sentí conmovido, y decía para mí: Este hombre que hoy es la alegría de mi casa, fue ayer mi desgracia, la causa de mi locura y del perjurio de Lidia. ¡Pobre niña!... ¡Tan buena… tan hermosa!...
Seis meses después, se verificó el parto de Anita, que tuvo una niña preciosa: mi madre y yo fuimos padrinos. Se le puso por nombre Consuelo. Desde el nacimiento de aquella niña me sentí feliz, sin explicarme la causa entonces; el inmenso vacío de mi corazón se llenó por completo con las inocentes caricias de la niñita mimada de todos.
Entre Consuelo y yo se estableció un cariño tal, que ni ella quería estar con nadie más que conmigo, ni yo gozaba con nada, sino teniéndola en mis brazos y llenándola de caricias y de besos. Seis años, fui completamente feliz. Lo que turbaba mi dicha era que mi sobrina aún no tenía dos años cuando ya me decía: “¡Tío, quiero ir al cielo!” Frase  que repetía con frecuencia, especialmente cuando por las noches fijaba su expresiva mirada en las estrellas. De pequeña se crió robusta; pero al ir creciendo enflaqueció y se puso pálida. Sus grandes ojos adquirieron una expresión melancólica, y cuando comenzó a andar diríase que dejó de ser niña, convirtiéndose en mujer. Yo, como médico, adivinaba el germen de una enfermedad incurable. La hice pasar largas temporadas en el campo, al pie de la sierra, y prolongué sus días en la Tierra cuanto la ciencia puede prolongarlos. Dábamos largos paseos por la tarde, y aun me parece verla con su vestido blanco y sus largas trenzas, pues tenía un cabello hermosísimo, que nunca permití se lo cortaran.
Al regresar a casa solía detenerse mirando al espacio, a la vez que con la mayor dulzura me decía: -Tío, quiero ir allá… Y señalaba el horizonte. -¿Pero no estás bien aquí? –Le replicaba yo-; ¿No te queremos todos mucho?... ¿Qué deseas? Dímelo y te lo daré. -No te enfades –añadía ella cariñosamente-, yo no te puedo decir qué me falta, ni qué deseo… pero… ¡Quiero ir al cielo! Y como una luz que se apaga, se fue acabando la vida de Consuelo.
Predijo la hora de su muerte, sin equivocarse ni en un segundo; quiso que toda la familia rodeara su lecho; llamó a su padre y a mí, nos juntó las manos, y con una voz dulcísima que aún vibra en mis oídos, nos dijo: -¡No me lloréis, porque me voy al cielo!... Y quedó muerta con la suavidad de un pájaro que dobla la cabecita. Sus padres se resignaron, pero yo estuve próximo a perder por segunda vez la razón. No podía acostumbrarme a su ausencia. Iba frecuentemente a visitar su sepultura, cuando un año después oí hablar de Espiritismo, y sin decir nada a mi familia, asistí a una sesión espiritista.
 Evoqué mentalmente al Espíritu de Consuelo, y los médiums empezaron a escribir. Una joven, al terminar, dijo sonriéndose: -No entiendo lo que he escrito: no responde a las preguntas que se han hecho; es una comunicación de carácter íntimo, y hay un nombre desconocido. -¿Qué nombre es ese? –Pregunté con emoción. -Lidia. Al oír aquel nombre, no sé lo que experimenté; pero arrebaté a la joven el papel que tenía en la mano, y salí de la habitación llorando a lágrima viva. Dos amigos me siguieron, me calmaron, y cuando estuve tranquilo, uno de ellos me leyó la comunicación, y tantas veces la leí después, que quedó grabada en mi memoria. Decía así: “¡Pobre alma enferma! ¡Calma tu impaciencia! Para que salieras de ese mundo limpio de pecado, volví a la Tierra. ¡Ya has perdonado!... Y perdonadas te serán tus culpas en el cielo, donde te espera el Espíritu de tu Lidia”. No puedo describir la conmoción que experimenté: comprendí perfectamente que Lidia y Consuelo eran un mismo Ser. Entonces comprendí y me di explicación racional del ciego amor que yo había sentido por Consuelo.
 Sin necesidad de asistir a más sesiones, me convencí de que los muertos viven, y comprendí que estaba tan debilitado mi cerebro, que no le convenía recibir fuertes emociones. Pero desde entonces soy en secreto un convencido espiritista.


Clementina escuchó atentamente tan interesante relato y le sirvió de gran consuelo. Estudió luego las obras de Allan Kardec, y formó un grupo familiar, dirigido por el doctor Sánchez, el cual, siempre que tomaba el lápiz para ensayarse en la mediumnidad, trazaba las mismas palabras: “¡Quiero ir al cielo!”  

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" Dudar es de sabios; creer es de tontos; negar es de locos."

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martes, 28 de septiembre de 2021

Abuso sexual y aborto

       INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Espiritualizándonos: La Muerte o Desencarnación

2.- El Guía espiritual

3.- Abuso sexual y aborto

4.- ¿ El proceso reencarnatorio, es igual para todos los Espíritus?





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                 ESPIRITUALIZANDONOS
                             

           TEMA: LA MUERTE O DESENCARNACION

 
1)¿QUÉ  HACE EL ALMA EN EL MOMENTO DE LA MUERTE ?

Vuelve a ser Espíritu, es decir entra de nuevo en el mundo de los espíritus que había abandonado momentáneamente
 
2) EL ESPÍRITU DE LA PERSONA QUE HA MUERTO ¿PUEDE SENTIR EL SENTIMIENTO DE DOLOR DE SU FAMILIA?
Más de lo que te imaginas, y los comentarios negativos  lo hacen sufrir incansablemente, así como la resignación de sus seres queridos  y la oración, le da luz y fortaleza para el despertar en la nueva vida.
 
3) CUANDO LLORAMOS NUESTROS SERES QUERIDOS DESENCARNADOS ¿LE ESTAMOS CAUSANDO SUFRIMIENTO A SU ESPÍRITU?
Le causamos sufrimiento cuando renegamos de Dios, cuando hay  apegos egoístas, cuando se asume una actitud lúgubre, porque ven en nosotros falta de valor ante  las pruebas; por lo tanto, el llanto es algo natural.

4) EL ESPÍRITU DESENCARNADO ¿PUEDE VER SU  CUERPO Y OTROS PORMENORES?
Puede ver todo el panorama que se desarrolla allí, principalmente  los verdaderos sentimientos e intereses de sus familiares y amigos, y por lo general  asisten al  entierro de su despojos mortal.
 
5) ¿NADA SE LLEVA EL ALMA CONSIGO DE ESTE MUNDO?
Nada más que el recuerdo y el deseo de ir a otro mundo mejor. Ese recuerdo está lleno de dulzura  o de amargura,  según el uso que  se ha hecho de la vida.
 
6) ¿QUÉ SUCEDE AL ESPÍRITU CUANDO MUERE DE FORMA VIOLENTA Y   CUANDO MUERE  DE FORMA NATURAL?
En las muertes violentas o accidentales, algunos se sienten desorientados, aturdidos, deambulan alrededor de su cuerpo y  por algún tiempo están confundidos. En la natural,  si ha sido resignado, hay  más calma, pero esta tranquilidad no la da la forma como se muere, sino la elevación moral y el bien que se haya hecho.

7) ¿UN ESPÍRITU PUEDE SENTIR ODIO O DESEOS DE VENGANZA CONTRA AQUEL  QUE SEGÓ  SU VIDA?
En algunos se puede dar estas situaciones, inclusive, se  dan proceso  obsesivo contra su verdugo, y que puede llevarlo al suicidio, otros suelen perdonar dejando la justicia en manos de Dios.
 
8) LA  PERSONA QUE FUE  APEGADA AL DINERO, A LAS PASIONES, A LOS VICIOS, AL PODER  ETC, ¿AL LLEGAR AL PLANO ESPIRITUAL ¿SIGUE CON ESAS TENDENCIAS?
Sí, y en muchos casos suelen verlos en  casa, sentirlos dormir al lado de sus seres queridos, permanecer al lado de sus propiedades etc, pues no comprenden que han desencarnado  y quedan apegados a los suyos.
 
9) EN  EL ÚLTIMO INSTANTE  DE MORIR LA PERSONA SE ARREPIENTE DE TODOS SUS PECADOS ¿SU ESPÍRITU VA PARA EL CIELO?
El arrepentimiento no corrige nuestros errores; pero  permite que DIOS, en su infinita misericordia brinde  la oportunidad de venir en una nueva existencia a espiar sus faltas, viviendo  y  sufriendo en carne propia, todo el mal que le hizo a los demás.
 
10) ¿NOS  VOLVEMOS A ENCONTRAR CON  NUESTROS SERES QUERIDOS EN EL MAS ALLÁ?
Siempre y cuando se haya hecho méritos, de lo contrario no es posible, siendo esto una amarga prueba para él Espíritu.
 
11) ¿EXISTEN ESPÍRITUS QUE NOS GUÍAN EN EL PLANO ESPIRITUAL?
Sí, y solemos llamarlos ángel  guardián o espíritu guía, que desde la espiritualidad hacen un  papel similar al de los  papás.
 
12) ¿QUÉ  SIENTE UN ESPÍRITU EN EL  PLANO ESPIRITUAL, CUANDO ACTUO  BIEN  EN  LA  TIERRA ?
Se siente libre, feliz, fortalecido y con incesantes deseos de seguir trabajando por el despertar de la humanidad, ascienden a planos superiores donde se vivencia plenamente el amor y la felicidad.
 
13) ANTES DE REENCARNAR ¿PODEMOS PROGRAMAR CUANTOS AÑOS VAMOS A VIVIR?
Sí, inclusive escogemos la profesión, la familia, las enfermedades, las y pruebas, de acuerdo a nuestras necesidades evolutivas. Podemos cumplir o fallar el programa, dependiendo de nuestra voluntad.

14) ¿POR QUÉ A VECES SE MANIFIESTA O APARECE EL ESPÍRITU DE UN FAMILIAR   O UNA PERSONA FALLECIDA?
Por varias causas:
-Para dar testimonio  que en el plano espiritual la vida continúa.
-Por deudas o cargos de conciencia que no lo dejan descansar en paz
-Por una obsesión, que puede ejercer un Espíritu vengativo etc.
 
15) ¿QUÉ HECHOS DEMUESTRAN QUE YA HEMOS TENIDO OTRAS EXISTENCIAS, Y QUE EN EL  MÁS  ALLÁ  LA VIDA SIGUE?
-Las apariciones de seres queridos antes o después de fallecidos.
-Las terapias regresivas a otras existencias realizadas por grandes psiquiatras, como el norteamericano Brian weiss
-las reminiscencias o recuerdos de existencia pasadas, que se da principalmente en los niños.
-Las tendencias, las fobias, las depresiones, los odios, sin causa aparente
-Los  sueños con personas ya fallecidas
-Las comunicaciones mediúmnicas que se dan en los Centros Espíritas, donde familiares ya fallecidos, dejan sus mensajes para alivio de sus dolientes.
 
16) ¿EXISTE EL CIELO Y EL INFIERNO  EN EL MÁS ALLÁ?
Como estado físico no, lo que existen  son estados del alma, que  manifiestan su angustia o felicidad de acuerdo a su comportamiento. Inclusive, aquí mismo en la Tierra cada uno vive su propio infierno o su propio paraíso.

17) ¿QUÉ  ES LA REENCARNACIÓN?
Es la unión del Espíritu al cuerpo en existencias sucesivas, se inicia en el momento de la fecundación al unirse el espermatozoide y el óvulo.
 
18) ¿CÓMO SE LLAMA LA DOCTRINA QUE  ESTUDIA TODOS LOS CONCEPTOS ENUNCIADOS ANTERIORMENTE?
Recibe el nombre de DOCTRINA ESPÍRITA O ESPIRITISMO CRISTIANO,  nació en Francia en 1857 con la publicación El Libro de los Espíritus, y hoy en día se ha extendido por todo el mundo.
 
19) ¿QUÉ ES EL ESPIRITISMO?
Es la ciencia que estudia el origen, evolución y destino de los Espíritus, dándonos una visión más exacta sobre la vida en el  plano espiritual, las leyes que lo rigen y su relación con el plano encarnado. Tiene 3 aspectos: científico, filosófico y moral. Su principal objetivo es la transformación moral del hombre. Contrario al concepto vulgar de la gente, nos da a conocer sus verdaderos principios y fundamentos: DIOS  causa de todo lo que existe, Jesús el modelo y guía de la humanidad
 
20) ¿QUÉ REVELA EL ESPIRITISMO?
Revela conceptos nuevos y profundos con respecto a Dios, el universo, a los hombres, a los Espíritus y a las leyes que rigen  la vida. ¿Qué somos? ¿De dónde venimos? ¿Para dónde vamos? ¿Cuál es la razón del dolor y el sufrimiento en la Tierra ? ¿Qué hay en el Más Allá? Etc.
 
21 ) ¿ QUÉ NO ES ESPIRITISMO ?
    No es una religión o secta seudo- religiosa. No tiene dogmas de fe, iglesia, ritos, sacerdotes o pastores. No reconoce libros sagrados o maestros infalibles. No admite en su ceno prácticas como la brujería, el vudú, la magia, la adivinación, los baños, el tabaco, las cartas, ni muchas supersticiones propias del atraso cultural y de los sincretismos etno-religiosos.
     No hay profesionales del espiritismo, ningún espírita vive del espiritismo, es una tarea gratuita, solo con el deseo de servir y orientar. Respeta todas las religiones o doctrinas, trabajando por la confraternización, la unión y la paz entre los hombres.
   El esclarecimiento nos permite salir de la ignorancia, y por esfuerzo propio vamos  despertando hacia la espiritualidad, en conquista de la  felicidad.

 Centro Espírita “Luces”- Barrancabermeja ( Colombia)

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                                            EL GUIA ESPIRITUAL


                                

Ya sea que se le llame guía espiritual, ángel de la guarda o hasta ser de luz, esta entidad ejerce sobre nosotros una suerte de fascinación y nos hacemos muchas preguntas respecto a ella.
 Un día u otro, la vida nos lleva a pensar en él y queremos saber más. Impalpables, invisibles, inaccesibles, imaginados unas veces como querubines, aureolados o alados, otras más aterradores en forma de djinns, gnomos o genios según los países y las tradiciones, estos seres parecen compartir nuestra vida desde la noche de los tiempos. Todavía hoy, ¿no se dice del recién nacido que es un angelito? ¿No se evoca, cuando se escapa de una catástrofe, la protección de una buena estrella o de un ángel guardián? 
    Para algunos, los ángeles son entidades intermedias entre Dios y los hombres. No pueden reencarnar y vivir como seres humanos. Y a la inversa, un ser humano no podrá convertirse nunca en un ángel. ¿Quiénes son ellos realmente, y qué relaciones tienen con el hombre? ¿Cuál es su papel? ¿Cómo puede uno encontrarse con ellos? Y qué pasa durante nuestra desencarnación, ¿siguen ellos guiándonos en el más allá? Es lo que vamos a descubrir juntos a la luz de la filosofía espírita. 

EL GUÍA A TRAVÉS DE LA HISTORIA,. El guía espiritual es un espíritu que nos acompaña y nos aconseja a todo lo largo de nuestra vida. Con frecuencia es denominado “ángel de la guarda” por las diferentes corrientes religiosas o espirituales. 
   En el judaísmo, los ángeles guiaron a Abrahán y ayudaron a Moisés a ir hacia la Tierra Prometida. Los hebreos creían que para un hombre era imposible ver a Dios frente a frente sin morir. Por interés de credibilidad, reemplazaron entonces todos los pasajes donde el hombre veía a Dios, por pasajes donde el hombre se encontraba con un ángel enviado por Dios. Para los cristianos, fue el arcángel Gabriel quien anunció a María que engendraría a Jesús. Fueron igualmente los ángeles quienes hicieron rodar la piedra que sellaba la tumba del Cristo y le acompañaron al cielo. 
    La Biblia no menciona nunca explícitamente el término “guardián”. Los ángeles están representados en pinturas en todas las mezquitas y escuchan las oraciones de los fieles. El arcángel Gabriel, el mismo que se le apareció a María, inspiró a Mahoma en la escritura del Corán. En el hinduismo y el budismo se encuentran igualmente personajes angelicales. Sin embargo, ellos superan las divisiones entre las grandes religiones y quieren ser guías. Generalmente son representados bajo una forma humana. Son los mensajeros de Dios que aparecen en diversos lugares. 
    Etimológicamente, la palabra ángel significa “mensajero”. En la Edad Media, fueron los artistas quienes volvieron casi obligatorias las alas, para mostrar que desafiaban las leyes de la gravedad y que flotaban en el aire. Eso permitía igualmente diferenciarlos de los seres vivientes. En la misma época, los teólogos, queriendo ordenar el mundo de los ángeles, crearon el concepto de los nueve coros de ángeles, ordenados en círculos concéntricos alrededor del mundo de Dios. En el centro se encuentran los serafines, incorruptibles, cuya esencia es el amor, vienen luego los querubines cuya esencia es el saber y por fin, en la periferia, cerca del mal y de los hombres, que son los pecadores de este mundo cósmico, se encuentran los arcángeles y los ángeles.
     Hasta el siglo XIV, se pensaba que había un ángel para todo, las estaciones, los planetas, la poesía… Varios hechos notables participaron en la declinación de la creencia en los ángeles protectores, tales como la peste negra en los años 1347 a 1352 que diezmó cerca de la mitad de la población europea mientras ésta veía a los ángeles como protectores. Y a lo largo del Renacimiento, con el desarrollo de los conocimientos del sistema solar (Copérnico) y de las ciencias en general, surgió la duda. 
    Sin embargo, a través la historia pueden encontrarse rastros de su presencia. Juana de Arco afirmaba haber oído voces celestiales de las santas Catalina y Margarita y del arcángel san Miguel que le pedían ser piadosa, liberar al reino de Francia del invasor y conducir al delfín al trono. 
    La leyenda dice que George Washington vio un ángel que le contó la historia de su país. Los ángeles formaban parte de su fe y de sus creencias. Durante la primera guerra mundial, numerosos soldados dieron testimonio de haber visto ángeles a su lado en los momentos más duros. 

EL GUÍA Y LA FILOSOFÍA ESPÍRITA .- Gracias a los contactos con el más allá desde el siglo XIX, se comprende entonces que lo que se llamaba “ángeles de la guarda” son de hecho los espíritus de personas difuntas. 
   Allan Kardec en El Libro de los Espíritus, escrito en 1857, dedica todo un capítulo a los ángeles guardianes, espíritus protectores que llamamos “guías”.        Vamos a descubrir quiénes son realmente los guías y cuál es su función. Ya sea en El Libro de los Espíritus u hoy en día a través de los mensajes recibidos, podemos decir que la protección es una ley indispensable para todos, estemos encarnados o desencarnados. 
    El espíritu que guía es más evolucionado que su protegido, tanto en el plano moral como en el intelectual. Pero es ante todo alguien a quien hemos conocido en el curso de nuestras diversas reencarnaciones y con quien tenemos afinidades (un pariente, un amigo de ruta o de combate…). Nos es cercano, nos ama. Es el espíritu que espera por nosotros, que nos ve vivir y nos acompaña a todo lo largo de nuestra vida. ¿Tenemos siempre el mismo guía? La regla no es absoluta. Podemos tener un guía durante cierto tiempo y luego cambiar. El guía puede ser el mismo a lo largo de toda nuestra encarnación y si es necesario durante varias vidas. Por múltiples razones, el espíritu también puede suspender su función de guía. Puede necesitar reencarnar para su propia evolución o para cumplir otra misión en el más allá, lo cual no le permitirá asumir más su papel. Entonces, otro guía tomará su lugar. 
     .Palabras de un espíritu que responde a la pregunta: ¿Qué es el guía? “… un espíritu que ve a su protegido en todos los instantes de su existencia, un espíritu que lo sigue, un espíritu que lo conduce, un espíritu que sugiere el camino que precisaría seguir, un espíritu que se regocija, un espíritu que llora, un espíritu que transita todos los sentimientos de su protegido porque le acompaña sin cesar y sin descanso…” 

EL ENCUENTRO CON EL GUÍA.- Cada vez que un guía puede manifestarse a su protegido, lo hace no sólo con alegría y felicidad sino sobre todo con amor, diciendo por ejemplo: “Soy tu guía y soy feliz por ello. Compartamos juntos este sentimiento de ser, de durar y de dar, pues tenemos un largo camino y un trabajo que cumplir. Te protejo, te amo y te sigo…” 
     Además de la sesión espírita, hay otras circunstancias que permiten el encuentro con nuestro guía sin que nos demos cuenta. La más corriente, aunque natural e indispensable para nuestro equilibrio, es lo que se llama “la desincorporación nocturna”. Durante nuestro sueño, nuestro espíritu va a abandonar el cuerpo, gracias al periespíritu, para ir al encuentro del más allá y más particularmente al encuentro del guía. Para comprender bien el fenómeno de la desincorporación nocturna, escuchemos las explicaciones del espíritu: “… El sueño es una pequeña muerte cotidiana que permite a cada uno captar las energías espirituales para comprender mejor la vida física. Así pues, cada noche, los espíritus humanos parten hacia el más allá al encuentro de sus guías y de numerosos desencarnados. Aunque el recuerdo de este viaje sea ocultado por las barreras del inconsciente, los conocimientos y los estados espirituales adquiridos tienen una influencia cierta sobre el comportamiento del individuo…” 
     Numerosas personas dan testimonio de haber sido advertidas de un peligro por una señal o una voz interior. Y a menudo, hacen referencia a su ángel guardián. El propio Allan Kardec, da 26 testimonios en El Libro de los Médiums de haber sido alertado por golpecitos cuando trabajaba en un libro. Al día siguiente, tuvo la oportunidad de hacer la pregunta durante una sesión mediúmnica  y el espíritu guía le respondió que efectivamente, él buscaba hacerle comprender que cometía errores en su trabajo y le indicó cuáles.                
    Durante una NDE o EMI (experiencia de muerte inminente), numerosas personas dan testimonio, después de haber sido reanimadas de un coma profundo o de una muerte clínica, de haber encontrado a un ser de luz al que con frecuencia relacionan con su guía. Manifiestan haber sentido un gran calor, un amor inmenso y una sensación de paz y serenidad frente a este ser. No siempre es fácil descubrir la presencia del guía, ya sea durante nuestras desincorporaciones, por el sueño o por diversas señales. Sin embargo, no habría que pensar que el guía decide por el protegido. Él sigue, cuida y trata de insuflar buenas decisiones. Sin embargo, no siempre está seguro de ser escuchado. Eso depende de la receptividad, de la conciencia y del estado de ánimo del protegido. Ciertos guías quizás nunca entran en contacto con sus protegidos. Demasiado apegados a las dificultades de vivir, ya sea debido a su situación personal (malestar, depresión…), ya sea a un contexto desfavorable (guerra, hambre, violencia social…) o por inferioridad espiritual. Otros, a pesar de una relativa consciencia y contactos regulares con sus guías, permanecerán sordos a los consejos y con frecuencia se dejarán arrastrar a la fatalidad y la renuncia por un orgullo demasiado pronunciado. 

EL PAPEL DEL GUÍA AL MOMENTO DE LA MUERTE Y EN EL MÁS ALLÁ El papel del guía no se detiene con nuestra muerte; los espíritus nos explican que cuando desencarnamos y llegamos al más allá al final del túnel, nuestro guía está allí para recibirnos: “… De manera general, es pues el guía quien va a recibir en el rellano del más allá al espíritu que acaba de desencarnar. Esa acogida es tranquilizadora, se hace para impulsar progresivamente al recién llegado hacia las esferas de lo invisible, para acostumbrarlo a su solo habitáculo periespiritual, para acostumbrarlo a esta inmaterialidad…”

Precisemos que esto se refiere a los espíritus que han pasado el túnel sin conocer la turbación. Muchas personas que dejan la Tierra y su envoltura carnal conocen el sentimiento de turbación de manera más o menos fuerte. En efecto, las muertes brutales (accidente, asesinato, suicidio…), ocasionan una profunda turbación. La psicología del espíritu, su carácter, sus faltas, sus creencias religiosas, su forma de percibir la muerte y su nivel de evolución, llevan igualmente a un estado de turbación. Veamos el caso de un espíritu que ha conocido la turbación y de alguna manera se siente perdido en el más allá y le cuesta trabajo comprender lo que ve: “… Es un espíritu que cuando ha llegado al más allá parece perdido. Es un espíritu que, en el punto de partida, ha errado un poco por los lugares de su última vida. Es como si hubiera sido ayudado. Lo veo como empujado y encontrarse un poco atontado (las cadenas fluídicas han sido establecidas). Ahora lo veo delante de mí. Parece bien. Dice gracias. Me dice que es ayudado por su guía que no lo abandona jamás. Me hace pensar en un niño pequeño refugiado en los brazos protectores de una persona afectuosa. Es un espíritu que aún no es capaz de hacer elecciones. Es guiado en su totalidad”
Después de la acogida en el más allá, el guía conserva su función y permanece cerca de su protegido. Le permitirá comprender su nueva condición de espíritu y le hará descubrir el más allá. Juntos, guía y protegido harán una suerte de balance sobre la vida que acaba de pasar, sin juicio pero de manera objetiva y sincera. 

EL PAPEL DEL GUÍA EN EL MOMENTO DE LA REENCARNACIÓN.- Luego llega el momento de pensar en la reencarnación. Sobre los consejos del guía, elegiremos el momento, el lugar y eventualmente la misión de nuestra próxima reencarnación. En el más allá, el espíritu vive liberado de las coacciones de la materia y tomar la decisión de reencarnar no es trivial. Pueden sobrevenir temores y angustias. Es por ello que es muy importante para salir bien de su futura reencarnación, escuchar los consejos de su guía. Un espíritu que reencarne demasiado rápido y sin escuchar los consejos de su protector podría conocer “un accidente de reencarnación” que podría traducirse, por ejemplo, en un hándicap físico o en un malestar psicológico. 

CONCLUSIÓN.- Es importante tomar consciencia de que muy cerca de ustedes, hay un amigo seguro y abnegado, que cuida, que sostiene, que ayuda y que ama. Piensen entonces en él, aunque no conozcan su nombre, eso no es lo más importante; él sentirá el llamado y tratará de responder. En la noche, justo antes de dormir, piensen en él para facilitar el contacto durante la desincorporación nocturna. Ábranse a su amor y harán de su guía, un guía feliz.
 
Por Frédérique Minadakis 
Traducción del francés al español publicada en la edición castellana de Le Journal Spirite. La Revue du Centre Spirite Allan Kardec de Nancy. Julio – Agosto – Septiembre de 2020

Art. tomado. de Zona Espírita

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                             ABUSO SEXUAL Y  ABORTO

   
No existen actos perversos que hayan sido planificados por la Espiritualidad Superior. Sería una miopía intelectual sin límites, la idea de que alguien debe reencarnar, para ser violentado sexualmente.

En diversas ocasiones, cuando hicimos conferencias sobre la reencarnación o sobre el aborto. una vez concluidas las mismas, recibimos preguntas sobre la dolorosa y delicada circunstancia que envuelve la violencia sexual. Al propiciar esas preguntas en forma escrita hacia nosotros, era principalmente este aspecto el cuestionado. Aunque este particular es potencialmente desagradable, no podemos ignorarlo dentro del contexto de nuestra situación planetaria.

  La gran discusión que surge, es sobre la legitimidad o no del aborto, en el caso de un embarazo producto de violencia física. Una vez más, tomamos partido en relación al aspecto legal de la cuestión, absteniéndonos de mayores comentarios, puesto que los pueblos ya tuvieron innumerables leyes y constituciones, y otras tantas que tendrán.

   Abordemos este tema desde el punto de vista trascendental y de la reencarnación, teniendo en cuenta que por lo menos son tres, los espíritus relacionados con este asunto. También, en relación a los aspectos de ética médica a los que estamos sujetos, por fuerza de la profesión que en esta encarnación ejercemos, recordamos que es precisamente esa ética la que difiere en cada país del planeta. En una escala de cero a diez, tendremos todo tipo de calificaciones, según cada nación y continente donde nos detengamos.

   Inicialmente, nos corresponde aclarar que el libre albedrío es el mayor patrimonio que nosotros, espíritus humanos, recibimos dentro de nuestra posición evolutiva. Este no legaliza actitudes, pero ofrece a las criaturas la oportunidad de decidir y responsabilizarse por las consecuencias de sus actos.

   Otra premisa que debemos establecer es aquella de mayor o menor repercusión de nuestros actos frente a la Ley Universal, en relación ala nivel de esclarecimiento que tengamos.

   Es importante también subrayar que no existen actos perversos que hayan sido planeados por la espiritualidad superior, como decíamos antes. Sería una miopía intelectual sin límite de que alguien reencarnaría para ser violentado. La concepción de un Dios punitivo y vengativo, no tiene más cabida en el diccionario de los religiosos esclarecidos sobre la vida espiritual. Dios es una fuente inagotable de Amor. Es la Ley mayor que todo lo rige, coordinadora de las leyes naturales.

    ¿Cómo concebir la violencia física?, ¿Cómo enmarcar la omnipresencia divina en todas las situaciones y sufrimientos con los que convivimos?, ¿Dios estaría ausente ante esas circunstancias?, ¿ O estaría presente?-

   ¿Quién es la víctima?

  Al reencarnar, cada uno traemos nuestro pasado impreso. indeleblemente, en sí mismo. Ya hicimos referencia, en otros escritos, a los núcleos energéticos que traemos grabados en el inconsciente pretérito.

   Siendo Espíritus, y debido a los innumerables viajes que recorrimos, representados en las múltiples vidas, poseemos en nuestro "pasaporte" muchísimos sellos de las posadas en donde aprendimos en el pasado. Hoy la suma de esas experiencias , se traduce en un manantial energético que se irradia constantemente, de nuestro interior a la superficie.

  Igual pasa con la "víctima". La joven que hoy se presenta de modo diferente, trae, de su pasado, profundas marcas de actitudes perjudiciales con sus hermanos; actitudes de desequilibrio que son grabadas en sí misma. Algunas de ellas participan, intelectualmente, de verdaderas emboscadas, tratando de atender, de forma dolorosa, la intimidad sexual de las criaturas. Otras, fueron ejecutoras directas de crímenes en ese área, con la autoridad de que estaban investidas. En fin, son muchas las situaciones que generan la desarmonía energética que pulsa en los archivos vibratorios de tales personajes, constantemente.

   Por la Ley Universal de la sintonía de vibraciones, aunque aparentemente, la apariencia de la persona no revele su pasado, podrá, en un momento determinado, ser atraída a una circunstancia similar a la que perpetró en otros tiempos.

  Es claro que el constante trabajo de la familia, en términos de educación y amor, así como el esfuerzo personal de la cr4iatura, sumado a la labor incansable de los protectores espirituales, puede alejar tales situaciones. No existe finalidad.  Existen solo tendencias y predisposición, factores por los que siempre estarán dependiendo en mayor o menor medida las circunstancias de los involucrados en el proceso.

  Recordemos también, que los familiares que sufrieron en diversos grados, las repercusiones derivadas del crimen, son ahora nuevos personajes del teatro de la vida, pero también fueron actores de la misma obra en el pasado.

   El agresor, que muchas veces sorprende al elegir a su víctima, realmente, en su desequilibrio patológico entró en su sintonía con ella. La ley de la gravedad existe. No es buena ni mala; simplemente existe. Si lanzamos una piedra a lo alto y esperamos que caiga, fatalmente seremos alcanzados por ella. No se trata de un castigo divino; la ley de la gravedad es una ley universal, que cumple, automáticamente, su función. Lo mismo sucede con la ley de Acción y Reacción, y con la ley de Sintonía energética.

   Si ya lanzamos la piedra hacia arriba, solo nos queda abrir la sombrilla de la caridad para reducir el impacto de la energía que movilizamos en el pasado.

  Por lo tanto, sobre el asunto que tratamos, la violencia sucede, y la gestación se presenta como una sorpresa desagradable, ¿ cómo orientar a la víctima?. Identificados los dos protagonistas de la gestación, hablemos ahora de la entidad que reencarna.

  En ciertas ocasiones, el ser que se sumerge en la carne, en tan dolorosas circunstancias, es alguien que vibra en la misma frecuencia de desequilibrio. Un espíritu, que por el odio se une magnéticamente al aura de su víctima, pidiéndole cuentas por los sufrimientos que le causó en el pasado, se ve preso en las redes energéticas del organismo biológico que se forma. El proceso obsesivo que se venía desenvolviendo ya lo fijó periféricamente a la trama periespiritual materna, y ahora, definitivamente, se adhiere al cuerpo físico.

  A pesar del momento cruel, la Ley mayor aprovecha para retirar al perseguidor y adormecerlo. Despertará, posiblemente, envuelto en los brazos maternos, tal vez su antíguo verdugo, a quien aprenderá a perdonar y posiblemente a amar, en función del olvido de lo ocurrido en el pasado.

  Muchos de nosotros, que hablamos sobre el aborto, o hasta aquellos que lo defienden, tal vez nunca hayamos asistido a su ejecución.

   Recordemos nuevamente, que en ninguna hipótesis, no fue programa la violación, y que esta, en ninguna circunstancia es justificable. Sin embargo, existiendo el crimen, la Espiritualidad siempre hará lo mejor posible  para que del mal pueda resultar algún  bien. Pero muchas veces, la embarazada, presionada por su familia, opta por interrumpir la gestación del embarazo indeseado.


En muchos países, donde la legislación lo permite, hasta el quinto o sexto mes de desarrollo fetal, o incluso más allá en caso de violación, se observa una imagen tétrica: fragmentos de brazos y piernas, manos y delicados deditos ensangrentados, tirados en los frios baldes de la indiferencia. Fetos, muchas veces retirados enteros, por cesárea, son colocados sobre bandejas, donde por la inmadurez pulmonar, respiran irregularmente hasta morir.

  Somos contrarios al drama y a esos recursos chocantes que se exhiben en documentales e imágenes y que hieren la sensibilidad de las personas. Son proyecciones que combaten el aborto mediante el impacto y la agresión a las personas. La falta de argumentos y de conocimiento espiritual del proceso desencadenado, es lo que hace emplear esos métodos agresivos de exposición. Una mejor visión de la situación espiritual, puede dispensar esos recursos de los que se sirven ciertas corrientes religiosas, por desconocer la pre-existencia del alma.
    El Espiritu sometido a la violencia del aborto, sufre intensamente en el proceso, según su grado de madurez espiritual.  Ante de la Ley Divina, sabemos que el Espíritu reencarnado no debe recibir agresiones arbitrarias frente a la violencia cometida por otro. Violencia que genera violencia: un ciclo triste que precisa ser roto por un acto de amor a un pequeño ser que, muchas veces, aspiraba a tener una oportunidad de evolución.

  El aborto provocado suele causar profundos traumas en todos los implicados, hasta el punto de exacerbar la dolorosa situación kármica de la constelación familiar. Nadie es madre o hijo de otro por casualidad; siempre hay un sabio mecanismo de la ley que trata de corregir o armonizar los sufrimientos.

   También hay Espíritus afines y benefactores que, tratando de amparar a la futura madre, optan por reencarnar, valiéndose de la situación que se ha producido. La víctima de violación podrá tener al lado la intensa luz de alguien, que podrá ser su amparo y consuelo en la vejez. Aquel hermano, lleno de ternura en su corazón, con proyectos de dedicación y altruismo, aprovecha el momento creado por el  crimen para donar directamente, en la vida material, todo su trabajo para aquel que ama. Renace como su hijo. En este caso,la eliminación del embarazo a causa del aborto provocado, anula la ayuda laboriosa que el Espíritu protector lamentará haber perdido.

  Por lo expuesto, la interrupción de la gestación, aunque sea como consecuencia de una violencia, es siempre una actitud arbitraria que solamente ampliará el sufrimiento de los familiares.
   Si la joven fuese emocionalmente incapaz de afrontar los requisitos de la maternidad, la adopción, realizada preferentemente por personas con vínculos cercanos, deberá ser el remedio indicado. Si no hubiese otra posibilidad, psíquicamente aceptable, de recibirlo entre los familiares, debe encaminarse el trámite de la adopción para quien reciba aquella criatura con el amor necesario en su proceso redentor educativo. Solo el tiempo será capaz de cicatrizar las heridas del alma.

- Dr. Ricardo di Bernardi-

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¿ El proceso reencarnatrorio  es igual para todos los Espíritus?

 

         El proceso de la reencarnación, en principio es igual para todos los Espíritus, pero en los casos de reencarnación de Seres ubicados en los planos espirituales inferiores, este trabajo es mucho mas complejo y difícil de realizar por parte de los Espíritus especializados en ello, que tienen la delicadísima misión de acondicionar el periespíritu del Ser espiritual antes de que se intente acoplar a una materia. Esto se comprende mejor cuando se considera que en estos casos, el cuerpo de energía que es el periespíritu con su correspondiente espíritu, se llega a encontrar en un estado de turbación, irritabilidad, terror, o simplemente, un estado de choque emocional, en donde las energías que lo envuelven y le configuran hasta las fibras más íntimas, se encuentran alteradas, desajustadas y desequilibradas, lo cual hace necesario esta especial preparación previa de acondicionamiento periespiritual antes de iniciar la fase reencarnatoria.

     Al Ser espiritual de estas características la reencarnación le supone en casi todos los casos, un descanso o un paréntesis en una situación de sufrimiento en el plano espiritual, que les llega a  resultar insuperable, de modo que una vez dispuesto y convencido para iniciar una nueva fase en la materia, previamente lo tratan de adoctrinar en la necesidad de afrontar su misión en una nueva vida en un mundo físico, así como también  queda informado de las pruebas difíciles o de aprendizaje que tiene necesidad de afrontar, haciéndole comprender que su reencarnación le supone una maravillosa oportunidad que Dios le otorga para poder elevarse por encima de sus miserias superándose a sí mismo,e  intentando despertar su ilusión y su deseo de esforzarse afrontando una nueva etapa en el plano físico y así poder abandonar los estadíos  espirituales inferiores o de sufrimiento en que se encuentra, pero si su ensombrecido estado le lleva a una posición de rebeldía ante lo que le ofrecen, negándose tercamente a aceptarlo, aunque el respeto al libre albedrío es una constante, llega su situación al  límite en que les deben obligar  a tomar  una decisión, que a veces la llevan a cabo en una primera etapa de inconsciencia, pero que al final les es imprescindible para salir de su estancamiento y ostracismo. Esto es algo así como el que se niega reiteradamente a meterse en la piscina porque no sabe nadar, pero mientras  no le da alguien un empujón para hacerle caer en ella, no hay forma de que aprenda.

 . Jose Luis-

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