lunes, 30 de noviembre de 2020

Oportunidad excepcional

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- La felicidad y la dicha

2.- Educación para la muerte

3.-El Espiritismo en la Literatura

4.- Ciencia y Espiritismo

5.-Oportunidad excepcional

     Frase de William Shakespeare




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                     LA FELICIDAD Y LA DICHA

922. La dicha terrena es relativa a la situación de cada cual. Lo que para la felicidad de uno es suficiente, constituye para otro un motivo de desventura. No obstante ello, ¿existe una medida de la felicidad que sea común a todos los hombres?
- En lo que concierne a la vida material, es poseer lo necesario. Y para la vida moral, es la conciencia limpia y la fe en el porvenir...


923. Lo que para uno sería superfluo, ¿no pasa a ser necesario para otros, y viceversa, según su situación?
- Sí, con arreglo a vuestras ideas materiales, prejuicios, ambición y todos vuestros ridículos defectos, por los que os hará justicia el porvenir cuando comprendáis la verdad. A no dudarlo, aquel que tenía cincuenta mil libras de renta y se encuentra reducido a diez se considera muy infortunado, porque ya no puede seguir figurando en sociedad, mantener lo que llama él su categoría, poseer corceles y lacayos, satisfacer todas sus pasiones y demás. Cree, pues, carecer de lo necesario. Pero, hablando con franqueza, ¿piensas tú que haya que tenerle lástima, cuando al lado de él los hay que mueren de inanición y de frío y no tienen un abrigo para apoyar la cabeza? El que es sensato, para conceptuarse dichoso mira hacia abajo y nunca hacia arriba, si no es que lo está haciendo para elevar su alma a lo infinito..


EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC.

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EDUCACIÓN PARA LA MUERTE

J. Herculano Pires

 

Para los materialistas, el título “Educación para la Muerte” significa “Educación para la Nada”. Sin embargo, para aquel, que entrevé la inmortalidad del alma, Este título se torna grandioso, pues comprende que la muerte, solo es el término de una experiencia material y el retorno a la vida libre del Espíritu.

 

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Voy a acostarme para dormir, mas puedo morir durante el sueño. Estoy bien, no tengo ningún motivo especial, para pensar en la muerte, en este momento. Ni para desearla. Mas la muerte, no es una opción, ni una posibilidad. Es una certeza.

Cuando el Jurado de Atenas condenó a Sócrates a la muerte, al contrario de premiarlo, su mujer corrió afligida hacia la prisión, gritándole: “Sócrates, los jueces te condenaron a la muerte”. El filósofo respondió calmadamente: “Ellos también ya están condenados”. La mujer insistió en su desespero: “Pero es una sentencia injusta” Y él le preguntó: ¿Preferirías que fuese justa?

La serenidad de Sócrates era el producto de un proceso educacional: “La Educación para la Muerte”.

Las religiones nos preparan bien o mal, para la otra vida. Y después que morimos, encomiendan nuestro cadáver a los dioses, como si él no fuese precisamente, aquello que dejamos en La Tierra al morir, el fardo inútil que no sirve para más nada.

Quien primero se preocupó por la “Psicología de la Muerte” y de la “Educación para la Muerte”, en nuestro tiempo, fue Allan Kardec.

El realizó una pesquisa psicológica ejemplar, sobre el fenómeno de la muerte. Por años consecutivos habló al respecto, con los espíritus de los muertos. Y, considerando al sueño como hermano o primo de la muerte, investigó también, a los espíritus de personas vivas durante el sueño. Esto, porque según verificó, los que duermen, salen del cuerpo durante el sueño.

Algunos salen y no vuelven; mueren.

Llegó con anticipación de más de un siglo, a esta conclusión y a las que las ciencias actuales también llegaran, con la misma tranquilidad de Sócrates, a la conclusión de Victor Hugo: “Morir no es morir, sino solo mudarse”.

Las religiones podrían haber prestado un gran servicio a la Humanidad, si hubiesen colocado el problema de la muerte, en términos naturales. Mas, nacidas de la magia, amamantadas por la mitología, solo lograron complicar las cosas.

La mudanza simple de que habló Víctor Hugo, se transformó, en las manos de los clérigos y teólogos, en un pasaje dantesco por la selva  de la Divina Comedia.

En las civilizaciones agrarias y pastorales, gracias a su contacto permanente con los procesos naturales, la muerte era encarada sin complicaciones.

Los rituales suntuosos, los ceremoniales y sacramentos, surgieron con el desarrollo de la civilización, en el zarpe de la imaginación creadora. La mudanza se revistió de exigencias antinaturales, complicándose con la burocracia de los pasaportes, las recomendaciones, el tránsito sombrío en la barca de Caronte, los procesos de juicios, seguidos de condenaciones tenebrosas y así por delante.

Más tarde, para satisfacer el deseo de sobre vivencia, surgió la monstruosa arquitectura de la muerte, con mausoleos, pirámides, momificaciones, que permitían la ilusión del cuerpo conservado y de la permanencia ficticia, del muerto sobre la tierra y  los gusanos.

Morir, ya no era morir, sino metamorfosearse, volverse momia en los sarcófagos o terror maléfico en los misterios de la noche. Las momias, por lo menos, tendrían utilidad posterior, como vemos en la Historia de la Medicina, sirviendo para los efectos curadores del polvo de momia. Y cuando las momias se acabaron, no encontrándose ninguna para remedio, surgieron los fabricantes de momias falsas, que suplían la falta del polvo milagroso.

Jesús enseñó y probó que la muerte se resuelve en la Pascua de la resurrección, que ninguno muere, que todos tenemos el cuerpo espiritual y viviremos más allá del túmulo, como vivos más vivos, que los encarnados.

Pablo de Tarso, proclamó que el cuerpo espiritual, es el cuerpo de la resurrección (Cáp. 12 de la primera Epístola a los Corintios), mas la permanente imagen del Cristo crucificado, de las procesiones absurdas del Señor Muerto – herejía clamorosa –, las ceremonias de la Vía-Sacra y las imágenes aterradoras del Infierno Cristiano – más impío y brutal que los Infiernos del Paganismo – marcados a fuego en la mente humana a través de dos milenios, aplastan y envilecen al alma supersticiosa de los hombres.

En vano el Cristo enseñó, que las monedas de César solo valen en la Tierra. Hace dos mil años estas monedas impuras vienen siendo aceptadas por Dios, para el rescate de las almas condenadas.

¿Quién podría, en sana consciencia, creer hoy en día en una Justicia Divina, que funciona con el mismo combustible, de la Justicia Terrena?

Es curioso señalar, que en nuestro tiempo, solo nos preocupamos de la Educación para la Vida. Nos olvidamos de que vivimos para morir. La muerte es nuestro fin inevitable. Mientras tanto, llegamos generalmente a ella, sin la menor preparación.

 Tomado del libro, “Educación para La Muerte”

De Herculano Pires

 Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta


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   EL ESPIRITISMO EN LA LITERATURA                             

                                                                        


“En el medio donde vivo se tiene la intuición de todo y las varias lenguas que han hablado las razas humanas, antes y después de la dispersión de Babel, nos son familiares. Las palabras son la sombra de la idea y nosotros poseemos la idea misma en su estado esencial” – (Teófilo Gautier. Espírita. Valencia: Pascual Aguilar, c. 1880, p. 99) 

    La representación del mundo de los espíritus a lo largo de la historia de la cultura ha existido siempre, tanto en la literatura como en las artes plásticas, puesto que la mediumnidad ha acompañado al hombre en todas las épocas. 

    Escritores inspirados como Dante Alighieri (Divina Commedia), Daniel Defoe (The Serious Reflections during the life and surprising adventures of Robinson Crusoe, with his vision of the angelick world, 1720) o los poemas de William Blake, son sólo una muestra. No obstante, la influencia del Espiritismo, como ciencia, filosofía y moral, en la literatura es palpable desde que en 1857 apareciera la primera edición de El libro de los espíritus, obra acerca de la inmortalidad del alma, la naturaleza de los espíritus y sus relaciones con los hombres, las leyes morales, obtenida de la espiritualidad superior y codificada por Allan Kardec (1804-1869). 

    Años más tarde, formando parte de la Revue Spirite de agosto de 1869, se editó un opúsculo denominado Catalogue raisonné des ouvrages pouvant servir à fonder une bibliothèque spirite, obra póstuma de Kardec que revela su importante compromiso pedagógico y señala nuevamente al libro como vehículo esencial de formación del individuo para su progreso intelectual y moral. En este catálogo bibliográfico, Kardec proponía una serie de títulos para conformar el fondo inicial de la biblioteca que debería tener todo centro de estudio de la doctrina espírita. Dicho repertorio es por tanto un documento que, además de seleccionar obras en distintos campos del saber, filosofía, historia, ciencias, etc., recoge numerosas referencias de la literatura producida en fecha contemporánea a los inicios de la divulgación del Espiritismo. Entre ellas encontramos obras de Honoré de Balzac (Seraphitus Seraphita y Ursue Mirouet, herederas del conocimiento de Swedenborg), Charles Dickens (Crishtmas Carol), Alexandre Dumas (Madame de Chamblay), Armand Durantin (La legende de l’homme éternel, 1863), Theophile Gautier (Avatar 1857, y sobre todo su última novela, Spirite, 1866, que narra la historia del amor más allá de la vida), George Sand (Consuelo, La comtesse de Rudolstadt , Spiridion, Mademoiselle de la Quintine, etc.). 

    Como es lógico, en este repertorio bibliográfico predomina la literatura francesa en este momento inicial, sin embargo, el Espiritismo se difundió muy rápidamente por toda Europa y a continuación por América, a través de España y Portugal. Se deberán sumar las obras de otros autores posteriores que declararon su adhesión al Espiritismo como Victor Hugo, en Francia, o Sir Arthur Conan Doyle en Inglaterra. También encontramos referencias de interés en obras de León Tolstoi y en conferencias y artículos de Valle-Inclán, en las Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer y en la poesía de Amalia Domingo Soler, Salvador Sellés y Màrius Torres en España, por poner sólo algunos ejemplos.

 En Inglaterra la literatura relacionada con los espíritus es prolífica. En la época victoriana era costumbre común pasar la velada de Nochebuena sentados al calor de la lumbre escuchando y contando historias de aparecidos, siguiendo la tradición oral. 

    Charles Dickens (1812- 1870) fue el autor más popular de su tiempo, con novelas inolvidables pertenecientes al realismo social y especialmente destacables sus cuentos de Navidad. Sorprenden la soltura y naturalidad al hablar de los espíritus, en obras memorables como A Crishtmas Carol, donde aparecen los espíritus del pasado, del presente y del futuro para dar una lección de ética del comportamiento en sentimientos fraternos y universales. Sin embargo, Dickens mantenía una postura ambivalente y hasta contraria en obras como The haunted house, quedando de manifiesto, tanto en Dickens como en otros autores, que la inspiración* suele estar por encima de la propia opinión del autor. De sumo interés es el caso de su última novela The mistery of Edwin Drood, que debía ser publicada en 12 entregas mensuales. Dickens se encontraba escribiéndola cuando murió en 1871, quedando inacabada. Un año más tarde, el joven tipógrafo norteamericano Thomas P. James, médium de escasa formación, escribió al dictado la continuación y finalización de la obra, con el estilo inconfundible de Dickens, confirmado por numerosos críticos literarios. 

    Otro autor inglés a destacar es Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930), el
creador del personaje de Sherlock Holmes, un hombre reflexivo que fue además presidente del Colegio Británico de Ciencia Psíquica y presidente de la Alianza Espiritista de Londres. Pese a que en numerosas biografías de este autor se silencia, fue el autor de The History of Spiritualism (1926), un trabajo de investigación que recoge estudios acerca de Swedenborg, Irving, Davis, el caso de Hydesville, las hermanas Fox, sir William Crookes etc. En el prefacio de esta importante obra de recopilación histórica del Espiritismo dice “ese movimiento que muchos consideramos como el más importante de la historia del mundo desde el episodio de Jesucristo” (Arthur Conan Doyle, Historia del Espiritismo. Sus hechos y sus doctrinas. Madrid: Eyras, 1983, p. 5), puesto que en la base del Espiritismo se encuentra la moral de comportamiento transmitida por Jesús hace ya dos milenios. 
    En Rusia, en las obras de Leon Tolstoi (1828-1910) encontramos referencias a sesiones mediúmnicas como divertimento de las clases cultas, en Anna Karenina y en Resurrección. Parece que en realidad Tolstoi no había conocido el profundo mensaje de la espiritualidad a través de las obras de Allan Kardec, sino que se limitaba a constatar el fenómeno de las mesas giratorias, divulgado en el siglo XIX simplemente para llamar la atención de la existencia de la vida espiritual. Con todo, en Tolstoi sí encontramos un profundo misticismo y la asimilación del mensaje de amor incondicional de Jesús de Nazaret. En España, la corriente espiritualista se percibe en la mayor parte de las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, donde el mundo no visible tiene una importante presencia. En artículos de Valle-Inclán también. 
   En la poesía es donde encontramos las mejores muestras de literatura claramente espírita. Además de Ramos de Violetas y Cuentos Espiritistas, de Amalia Domingo Soler, la gran dama del Espiritismo español, destacamos a dos poetas: Màrius Torres, médico y poeta republicano, nieto e hijo de espiritistas, que murió prematuramente en 1942, y Salvador Sellés, el poeta alicantino que escribía “El hombre no vive solamente en la Tierra. Sus ideas, sus sentimientos, se pierden como la esencia de las flores, en el Cielo. La verdad de la existencia de un Dios infinito, eterno, la encuentra el hombre lo mismo en las maravillas de su alma, que en las maravillas de su naturaleza”

 Por Lola García Artículo publicado en la Revista Espírita de la Federación Espírita Española nº1 julio de 2011

 ( Tomado de Zona Espírita)


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                  CIENCIA Y ESPIRITISMO              

    La revista ESTOE publicó en abril de 2004, un artículo titulado "Saber del otro mundo", mostrando como ciencia y religión, que históricamente venían caminando separadas, se estánvimiento dando la mano en busca de respuestas sobre el ser humano y su dimensión física y espiritual. El reportaje presenta un perfil de ese movimiento que envuelve instituciones religiosas y laboratorios, en los que académicos se inclinan cada vez más, al estudio de fenómenos espirituales y sus efectos en lo cotidiano. El texto también revela el surgimiento de establecimientos volcados al estudio de ese tipo de conocimientos, como facultades que funcionan en base a la filosofía espírita, una de ellas, incluso virtual, la Uniespíritu, creada con el apoyo de la Casa de André Luiz, de Sao Paulo y que cuenta ya con más de 2500 inscritos. "Vamos a estudiar el mundo espiritual y el material, usando el método científico; los conocimientos deben ser popularizados"-  explicó a la revista el presidente de la Asociación Médico-Espírita de Sao Paulo, Sergio Felipe de Oliveira, coordinador del proyecto.

   En la capital federal, también son desarrollados trabajos semejantes. La Universidad de Brasilia, en su Núcleo de Estudios de Fenómenos Paranormales, investiga la acción de la bioenergía, estudiando la inteligencia psíquica, entendida como capacidad intelectual ligada a la mediumnidad, telepatía, clarividencia y poder de curación. "Queremos saber por qué la fuerza del pensamiento desorganiza la configuración de los átomos de los metales, y si ella puede ser identificada y calculada, como se hace con la energía eléctrica, que no conocemos por entero, pero en la que todos creen que existe y usan",- esclarece el físico agnóstico. con Doctorado en la Universidad de Oxford-Estados Unidos-, Álvaro Luiz Tronconi. Mientras tanto, en Paraná, dos Facultades ya están funcionando, teniendo como base la filosofía espírita.

   El reportaje concluye con una declaración del Presidente de la Federación Espírita del Estado de Sao Paulo, Avildo Flotavante, que dice ver como una señal de madurez, el hecho de los científicos se abran a la investigación de lo imponderable. Sin embargo, Flavante alertó sobre el riesgo que el academicismo del conocimiento espírita podría traer: "El diploma puede abrir espacio para una jerarquía y un profesionalismo, que no están en las bases de la Doctrina". Según él, solo la FEESP posee a día de la fecha, más de siete mil alumnos, que como en las demás Casas Espíritas, tienen acceso gratuito a cursos sobre Espiritismo. "Son médicos, jueces, etc, y otros sin ninguna formación. Una convivencia importante, porque la sabiduría pertenece al espíritu. No depende solo del status que se tiene en esta vida"- defiende.

(Boletín SEI- Río de Janeiro- mayo 2004)

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OPORTUNIDAD EXCEPCIONAL

El escalón evolutivo que habrá pasado nues­tro planeta tras el inminente cambio de ciclo, nos permitirá el acercamiento a otras humani­dades de nuestra misma condición e incluso más avanzadas; un acercamiento que ahora nos está prohibido porque nuestra evolución en este plane­ta es todavía muy baja y podríamos perjudicar a otros mundos.
Pero entonces, cuando nuestro planeta esté desarrollando únicamente las facetas de la nueva humanidad, con todo lo que ello conlleva, no existirá peligro alguno en ese acercamiento, no habrá ningún carácter belicoso o colonizador por parte de los habitantes de la Tierra, y por ello el contacto, el intercambio y la ayuda con otras civilizaciones de otros mundos será fluido, cons­tante y dirigido a nuestro progreso y aprendiza­je.
Iremos a sus mundos como ellos vendrán al nuestro y la total y absoluta confianza favorece­rá intercambios de toda índole: culturales, cien­tíficos y tecnológicos, sociales y fundamental­mente espirituales.
Son aspectos que todavía hoy escapan a nuestra razón porque nos cuesta comprenderlos, pero si reflexionamos un poquito acerca de la creación divina, de la forma como se manifiestan sus leyes y de la importancia de la cadena de la evolución, lo veremos totalmente lógico y comprensible.
Podemos poner un ejemplo, una comparación clara que nos ayude a comprenderlo: al igual que en el contacto con el mundo espiritual, aquellos seres de mayor elevación se pueden acercar a nosotros y transmitirnos su amor y sus consejos cuando nosotros estamos en buena sintonía espiri­tual, así mismo ocurrirá con otras humanidades más avanzadas que la nuestra; mientras no alcance­mos ese grado de amor suficiente que nos capacite el paso a la nueva humanidad, no nos será permiti­do ese contacto, pues no estaremos en la sintonía y condiciones espirituales precisas para poder admitirlo y superarlo.
Imaginemos por un momento los enormes bene­ficios que puede reportar para una civilización como la nuestra tener acceso a conocimientos y avances de civilizaciones que pueden llevar­nos 500, 1.000 o incluso 10.000 años de adelanto. Las ventajas que esto puede suponer para nuestro progreso personal y colectivo serán inmejorables y son tan difíciles de entender, aquí y ahora, que por el momento sólo nos atrevemos a mencionar­las sin poder detallar ninguna.
Pensemos pues, la extraordinaria oportuni­dad que se nos ha concedido al venir a la Tierra en estos momentos y facilitarnos el camino para poder merecer un sitio en la nueva humanidad, que está más cerca de lo que muchas veces pensa­mos, y que en definitiva debemos de intentar llevar ya dentro de nosotros como un mensaje de esperanza de un mundo mejor, que hemos de saber transmitir y ofrecer de corazón a todos nuestros semejantes.
Quizás sea ésta una de las misiones a las que nos hemos comprometido antes de encarnar, y si no cumplimos con ella por negligencia o comodidad, será un error importante que recaerá sobre nuestra conciencia, y que ineludiblemente hará defraudar la confianza que depositaron en nosotros aquellos que nos enviaron para realizar este trabajo.
Seamos consecuentes con estas ideas que mantenemos, trabajemos con ahínco con nuestros semejantes sin importarnos incomprensiones, into­lerancias ni desánimos, porque la gran satisfac­ción espiritual que podemos conseguir si hacemos las cosas bien, será el haber respondido con éxito a la palabra dada ante nuestro Padre antes de encarnar. Una palabra y un compromiso que nuestro espíritu recuerda incesantemente, ya que supone para él la mayor y más importante responsa­bilidad que ha adquirido durante muchos siglos de su evolución.
Por ello, no defraudemos a quien nos envió ni tampoco a nosotros mismos; cuando estamos en esta empresa es porque tenemos condiciones para llevarla hacia adelante, sino no hubiéramos veni­do con este compromiso de Paz, de Esperanza y de Equilibrio que hemos de saber ofrecer al mundo, para hacer brotar la luz en las conciencias de los hombres y facilitarles su ascenso evolutivo a través de la comprensión de las leyes divinas.
Antonio Lledo Flor
 Amor, paz y caridad

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"Hay en el cielo y en la Tierra más cosas de las que puede enseñar vuestra sabiduría aprendida en las escuelas."
SHAKESPEARE

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