miércoles, 11 de noviembre de 2020

Educación filial

    INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Entrevista en el Más Allá

2.- Mundos regeneradores

3.- La fe divina

4.- Máximas extraídas de la enseñanza de los espíritus

5.- Educación filial



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        ENTREVISTA EN EL MÁS ALLÁ

MARILYN MONROE en un diálogo profundo con el periodista y escritor Humberto de Campos.

Ambos desencarnados dejaron su comunicación a través del médium,

FRANCISCO CÁNDIDO XAVIER


  Transcribimos aquí algunos párrafos del mismo :


 Humberto de Campos, famoso periodista y escritor desencarnó el 5 de diciembre de 1934 en Brasil.  Después de tres meses de su desencarnación volvió a escribir desde el más allá 
 utilizando el seudónimo de hermano X como consecuencia de problemas familiares surgidos después de su muerte.  El médium fue Francisco Cándido Xavier, también desencarnado desde el año 2.002 .

Humberto Entrevistó en el más allá a distintos personajes desencarnados, entre ellos a la actriz norteamericana Marilyn Monroe, desencarnada en Los Ángeles el día 5 de agosto de 1962, quien esclarece lo que ocurrió después de su muerte.

 Siete años después de su desencarnación,  Marilyn comenta a Humberto de Campos:

 

M- “Diga a las mujeres que no se engañen con respecto a la belleza y a la fortuna, independencia y éxito... Todo eso otorga la fama, pero la fama es un trapecio, en el cual raros son los seres que dan espectáculos de grandeza moral, incesantemente, en el circo cotidiano.”

H. C. -Señorita Monroe – estoy encantado, oyendo sus conceptos – y debo aseverar, que tengo mucha estima hacia su persona y que el suicidio no le alteró la lucidez.

M.- El tema del suicidio no es verdadero en la manera que ha sido comentado- Acentuó ella sonriendo.

Los vivos hablan a cerca de los muertos sobre lo primero que se les viene a la cabeza, sin que los muertos le puedan dar la respuesta debida ignorando que ellos mismos, los vivos, se encontrarán, más tarde, delante de esa misma situación...

La desencarnación (muerte) me alcanzó a través de un tremendo proceso de obsesión. En verdad, en esa época, me encontraba bajo una profunda depresión. Desde niña sufrí muchos altibajos, en materia de sentimientos, por no saber gobernar mi propia libertad... Después de noches horribles, en las cuales me sentía desvariar, por falta de orientación, de fe, ingerí, casi semi inconsciente, los elementos mortales que me expulsaron del cuerpo, suponiendo que estaba ingiriendo unas sencillas pastillas para conciliar el sueño...

H. C.-  ¿Consiguió dormir durante esa gran transición?

M.- De ningún modo. Cuando el ama de llaves golpeó la puerta del cuarto, inquieta, al ver la luz encendida, desperté súbitamente de la somnolencia a la que me confiara, sintiéndome dos personas al mismo tiempo... Grité horrorizada, sin poder de inmediato lograr identificarme porque lograba moverme y hablar, estando de esa otra forma, liberada de la vestimenta carnal... Infelizmente para mí, la habitación estaba llena de malhechores desencarnados, que más tarde vine a enterarme, me dilapidaban las energías. Acompañe con indescriptible angustia , lo que enfrentó después mi cuerpo inerte.....

H. C.- ¿Le sería posible, tratar de explicarnos por que tuvo que experimentar esa aguda percepción, justamente en el instante de la muerte, siendo que estaba anestesiada y reposando?

M.- Efectivamente, no tenía la intención de dejar de existir, pero en el fondo estaba sometida a un suicidio indirecto. Malgasté mis fuerzas en nombre del arte, me entregué a excesos que me quitaron las oportunidades de elevación.

 ( Aportación de Juan Carlos Mariani )

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                     “Mundos Regeneradores”

                                           (Instrucciones de los Espíritus)                  


    "Entre esas estrellas que resplandecen en la bóveda azulada del firmamento, ¡cuántos mundos habrá, como el vuestro, destinados por el Señor a la expiación y la prueba! Con todo, también los hay más miserables, y mejores, así como los hay transitorios, que podemos denominar regeneradores. 

     Cada torbellino planetario, al desplazarse en el espacio alrededor de un centro común, lleva consigo sus mundos primitivos, de destierro, de prueba, de regeneración y de felicidad. Se os ha hablado de esos mundos en los que es situada el alma recién nacida, cuando aún ignora el bien y el mal, pero con la posibilidad de marchar hacia Dios, dueña de sí misma, en posesión de su libre albedrío. Se os ha dicho también cuán amplias son las facultades de que ha sido dotada el alma para practicar el bien. Sin embargo, por desgracia, hay almas que sucumben, y dado que Dios no quiere aniquilarlas, les permite ir a esos mundos en los que, de encarnación en encarnación, se purifican y se regeneran, para regresar dignas de la gloria a la que están destinadas. 

    Los mundos regeneradores sirven de transición entre los mundos de expiación y los mundos felices. El alma que se arrepiente encuentra en ellos la calma y el reposo, mientras concluye su purificación. No cabe duda de que en esos mundos el hombre aún se encuentra sujeto a las leyes que rigen la materia. La humanidad experimenta sensaciones y deseos como los vuestros, pero está liberada de las pasiones desordenadas de las que sois esclavos. En ella ya no existe el orgullo que hace callar al corazón, la envidia que lo tortura y el odio que lo ahoga. La palabra amor está escrita en todas las frentes. Una equidad plena rige las relaciones sociales. Todos reconocen a Dios y procuran dirigirse a Él mediante el cumplimiento de sus leyes. Con todo, en esos mundos aún no existe la perfecta felicidad, sino la aurora de la felicidad. 

    El hombre todavía es de carne y, por eso mismo, está sujeto a vicisitudes de las cuales sólo están eximidos los seres completamente desmaterializados. Aún tiene que sufrir pruebas, pero sin las punzantes angustias de la expiación. Esos mundos, comparados con la Tierra, son muy felices, y muchos de vosotros estaríais satisfechos de quedaros allí, porque representan la calma después de la tempestad, la convalecencia después de una cruel enfermedad. En ellos, el hombre, menos absorbido por las cosas materiales, entrevé mejor que vosotros el porvenir; comprende que hay otros goces que el Señor promete a los que se hacen merecedores de ellos, cuando la muerte haya segado de nuevo sus cuerpos para darles la verdadera vida. Entonces, el alma libre sobrevolará todos los horizontes. Ya no tendrá sentidos materiales y groseros, sino los sentidos de un periespíritu puro y celestial, que aspira las emanaciones de Dios en los aromas del amor y la caridad que brotan de su seno. 

    No obstante, por desgracia, en esos mundos el hombre todavía es falible, y el espíritu del mal no ha perdido completamente su dominio. No avanzar equivale a retroceder, y si el hombre no se mantiene firme en el camino del bien, puede volver a caer en los mundos de expiación, donde lo esperan nuevas y más terribles pruebas.

     Contemplad, pues, esa bóveda azulada, por la noche, a la hora del descanso y la oración. Entonces, ante esas innumerables esferas que brillan sobre vuestras cabezas, preguntaos cuáles son las que conducen a Dios, y rogadle que un mundo regenerado os abra su seno después de la expiación en la Tierra. (San Agustín. París, 1862.)

 Mensaje mediúmnico extraído del libro El Evangelio según el Espiritismo, codificado por Allan Kardec

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                                                      LA FE DIVINA

     Nadie consigue saltarse los peldaños de la evolución espiritual. De la fe ciega no tenemos condiciones de proyectarnos hacia la fe divina, eludiendo el escalón de la fe racional. Es necesario aprender, conquistar, desarrollar y primorear la fe esclarecida en el altar del espíritu.

  En nuestro progreso espiritual no podemos afirmarnos exclusivamente en la fe razonada. Ella no es toda la fe que corresponde conquistar al espírita. Podemos poseer la fe racional y quedar estacionados en la intelectualidad brillante, en el racionalismo vacío, en la cultura sin utilidad, en la verdad teórica sin amor, en la luz de la creencia sin la caridad practicada. El conocimiento superior que ilumina y enriquece el cerebro, por más primoroso y grandioso que sea, no podrá paralizarse en la brillantez de la creencia intelectual.  Debemos partir con seriedad y determinación en busca de la implantación consciente y esclarecida de la fe divina en nuestros corazones.

   La formación de la fe razonada sin la conquista de nuestra propia iluminación y del ejercicio del amor desinteresado, se tornará en aquella fe que conoce pero que en la práctica es inocua y fría, ostensiva e inútil. Logrando adquirir la luz de la fe razonada, necesitamos emprender la conquista y alojamiento eterno de la fulgurante luz de la fe divina en los departamentos de nuestra alma.

   La fe razonada esclarece e ilumina el camino de la existencia. La fe divina fortalece y da poder para la ardua jornada de elevación espiritual.

   La primera sabe, la segunda realiza.

   La primera enseña, la segunda ejemplifica.

   La primera verbaliza, la  segunda ama.

   La primera predica, la segunda da testimonio.

   La primera conquista la convicción inalterable, la segunda demuestra fidelidad a Dios.

   La primera teoriza con belleza, acerca de la existencia de Dios, la segunda comprueba el amor de Dios amando al prójimo con abnegación.

   La primera entiende el fenómeno complejo de la vida, la segunda ama y enfrenta la lucha y la dureza de la existencia humana, con buen ánimo, valor y esperanza.

  La primera descubre la luz del conocimiento superior, la segunda siembra e implanta la luz del amor de Jesús. La primera avanza y penetra en el horizonte iluminado del conocimiento doctrinario y moral, la segunda se desprende y avanza en el horizonte espiritual para servir con alegría y devoción.

  Solo se razona con el cerebro, solo se ama con el corazón. El cerebro piensa, analiza, compara, calcula, memoriza, cataloga; el corazón desea, siente, sensibiliza, emociona, actúa, produce, ejemplifica.

  La razón esclarecida es la fuerza de la fe racional. El corazón, convertido al amor incondicional, es la fuerza de la fe divina.

Saber y Amar son funciones muy distintas dentro de las sublimes potencialidades del espíritu que a todos nosotros corresponderá cuidar, cultivar y desarrollar de forma incesante. Solamente la fe divina en el corazón del auténtico discípulo, posibilitará la conquista por el esfuerzo del espíritu de los valores eternos, de los tesoros del espíritu y de las virtudes del Cielo.

 La fe que esclarece la inteligencia, ilumina la conciencia y educa el corazón, acciona las energías del Ser para la práctica del bien, de la buena conducta moral, amando y ayudando a los hombres en sus luchas y dolores, ignorancia e imperfecciones, flaquezas y fracasos, elevándolos a un nivel superior de vida.  Allan Kardec nos esclarece así: "Divina inspiración de Dios, despierta la fe en todos los nobles instintos que conducen al hombre de bien; es la base de la regeneración. Es necesario que esta base sea fuerte y duradera, porque si la menor duda la hace vacilar, ¿qué será del edificio que construyáis encima?" El Evangelio según el Espiritismo, Cáp. XIX, item 11. "La fe, madre de la esperanza y de la caridad".

( Continuará )

- Walter Barcelós- Uberaba (Brasil)


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Máximas extraídas de la enseñanza de los espíritus

<>Aquel que pide a Dios el perdón de sus faltas no lo obtiene sino cambiando de conducta. Las buenas acciones son la mejor de las plegarias, porque los actos valen más que las palabras.
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Libro El Espiritismo en su más simple expresión

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          Educación Filial


adolescentes   Dentro de la planificación familiar que podemos aventurarnos a precisar para la nueva humanidad, existe un factor importantísimo dentro de la misma y que merece especial atención. Nos estamos refiriendo a la educación de los hijos, aspecto éste vital para una buena organización familiar que posteriormente tendrá su repercusión en el contexto general de la sociedad.

Si nos paramos a pensar por un momento en la educación actual que nuestros hijos reciben, podemos darnos cuenta que el mayor tiempo de la misma se dedica fundamentalmente a una instrucción de tipo intelectual, dejando en un segundo plano aquellas orientaciones de tipo humano y ética comportamental que tanto se echan de menos en una sociedad como la actual, donde los valores humanos sufren una franca decadencia.

Este aspecto, que a primera vista puede parecer secundario, no lo es tal en cuanto al contenido real y profundo que puede ofrecer a cada persona. No olvidemos que la realización en la vida no es exclusivamente material sino que hay otros factores como el comportamiento, la compostura, la corrección, el saber estar, la educación propiamente dicha y la consecución de aquellos fines transcendentes que hacen que un hombre se sienta plenamente realizado en la vida.

Para que todo esto pueda darse en la nueva sociedad, hay que plantear ya las bases de educación que los hijos podrán recibir a fin de integrarse plenamente en el conglomerado social sin sufrir las marginaciones y diferencias que actualmente existen en nuestra sociedad. Por ello, se hace necesario profundizar en una educación adaptada al tipo de sociedad que se pretende instaurar. Ante esta reflexión podemos volver la vista atrás y comprender que, como ya hemos mencionado en artículos anteriores, la sociedad del futuro será fundamentalmente una sociedad donde prive lo espiritual por encima de lo material. Este hecho nos da a entender que primordialmente la educación de nuestros hijos deberá ir dirigida en este sentido. Habrá que conceder en primer lugar la preferencia a la realización humana, de forma tal que al propio tiempo que se asimilen los conocimientos técnicos y científicos precisos para nuestro desenvolvimiento material, se inicien y se profundicen en las características que educacionalmente tengamos que poner a disposición de nuestros hijos. Porque tampoco debemos olvidar que los espíritus que encarnen en este nuevo ciclo planetario vendrán ya con una preparación espiritual y material adecuada; esto quiere decir que les será mucho más fácil adaptarse a este nuevo tipo de sociedad y por lo tanto, la enseñanza que reciban deberá ir por encima de todo encaminada hacia su progreso y evolución espiritual.

Los conocimientos espirituales precisos y necesarios para su realización en la vida los traerán innatos, de tal forma que ideas y conceptos como las leyes espirituales, la reencarnación, la evolución, etc. serán plenamente asimilados por ellos sin causar en modo alguno la extrañeza y el temor que todavía infunden estas ideas a muchas personas de nuestra sociedad actual. El planteamiento de vida será, desde el momento de su nacimiento, totalmente diferente, puesto que irá encaminado hacia el mismo punto: el progreso. Y éste será mucho más fácil, rápido y seguro porque no contarán con los entorpecimientos y obstáculos de un mundo de expiación y prueba.

Dentro de este análisis, es preciso desarrollar también un punto importante de la educación familiar que los padres habrán de realizar hacia sus hijos. Si bien su meta será encaminarlos al progreso, y el ambiente familiar estará presidido por las leyes evangélicas del Amor enseñado por Jesús, no podemos olvidar que la integración del niño y el joven a la sociedad será mucho mayor que la actual, puesto que a pesar de que la iniciativa personal será amplia, el factor dela convivencia será también muy importante; tan importante que contribuirá de forma decisiva a ultimar la educación familiar recibida.

La enseñanza, pues, ofrecerá dos niveles ampliamente diferenciados pero a su vez encaminados a un mismo fin. Por un lado el conocimiento de la Vida y las leyes que la rigen material y espiritualmente, y por otro lado la potenciación del conocimiento humano a todos los niveles, en las ciencias, las letras y las artes; dedicando especial atención al conocimiento humano, la personalidad y las características que enmarcan la misión espiritual que cada persona trae a la Tierra. Además de contar con estas premisas de importante aprendizaje, existirá una enseñanza paulatina y constante que vendrá dada por las relaciones humanas, es decir, el contacto, la convivencia, la relación fraterna entre los miembros de esa sociedad ofrecerá un amplio campo de estudio y aplicación para la persona. De tal manera será, que las relaciones sociales pasarán a ocupar un puesto importante en la educación general de esta nueva humanidad.

Pero cuando hablamos de relación social, nos estamos refiriendo a esa fraternidad, cariño y trabajo en equipo que será la pieza básica de la nueva sociedad. Un trabajo en equipo que prescindirá de las ambiciones y personalismos actuales que quieren destacar y acaparar poder, un trabajo en equipo responsable por parte de todos sus miembros y en el total y absoluto beneficio de la comunidad.

Cada cual aportará sus cualidades, eliminando aquellas actitudes equivocadas de envidia, recelos y rencores que actualmente se evidencian claramente en nuestra deshumanizada sociedad.

La educación corrige las cualidades que nos dio la naturaleza, y la cultura fortalece el ánimo; cuando faltan los principios morales, los vicios degradan nuestras naturales prendas. Horacio 65 A.C.

A.LL.F- Revista «Amor, paz y caridad»

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