viernes, 13 de noviembre de 2020

Comunicado de ultratumba

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Encarnación y Evolución

2.- Sobre las apariciones

3.- Singular testamento

4.- Los unos por los otros

5.- Comunicado de Ultratumba



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REENCARNACIÓN Y EVOLUCIÓN

    SIN LA REENCARNACIÓN, DIOS HABRÍA FRACASADO EN LA CREACIÓN DEL HOMBRE
       
Todos nosotros evolucionamos en el descubrimiento de la verdad. En la década de 1940, solo el 2 % de la población brasileña creía en la reencarnación. Hoy son cerca del 80 %, independientemente de su religión.

      Los líderes religiosos rechazan  la reencarnación, tal como acontece con la mediunidad, porque esto les es prejudicial. Pero están los que creen en ella, privadamente.  Y es que cada vez más, las personas están saliendo del armario y se declaran reencarnacionistas. 

El fenómeno de la reencarnación es bíblico y tiene el respaldo de varios segmentos da ciencia espiritualista, como acontece con  la Psicologia Transpersonal, que es más acogedora, militando en áreas también científicas desconocidas de la ciencia materialista, que las reniega porque las desconoce. Por eso, esa ciencia materialista está coja. Es lamentable que las autoridades religiosas cristianas prefieren estar  de la mano  con esa ciencia a unirse con la ciencia espiritualista reencarnacionista. También los científicos de la física cuántica, se inclinan no solamente para  la aceptación de las vidas sucesivas, sino igualmente para con otras ideas religiosas orientales, antíguas y también bíblicas. Y es por el obstinado apego a las doctrinas antibíblicas y antirracionales, por lo que el cristianismo está en crisis.

Se pregonan doctrinas en las que se hace lo contrario de lo que se cree. ¿Hasta cuando esto va a continuar así?

La reencarnación está en la Bíblia. La mayor parte de los teólogos y de los exégetas de la actualidad ya reconocen esta realidad.  Pero aún hay una minoría de autores protestantes y evangélicos, que hacen verdaderos malabarismos lingüísticos, intentando dar en vano, a los textos, interpretaciones contrarias a la reencarnación. Vamos a ver, entre muchos, algunos ejemplos bíblicos reencarnacionistas. En el anuncio del nacimiento de Juan el Bautista a su padre Zacarías, un ángel le dice que Juan iria por delante de Jesús con el espíritu y el poder de Elías.(Lucas 1,17). Pregunto: ¿Por qué con el espíritul y el poder de Elías y  no con el Espíritu y el poder de Dios?. Otro pasaje: "Es que voy a enviaros a Elías, el profeta, antes de que venga el día del Señor... (Malaquías 3,23). Juan el Bautista es Elías. Dicho de otro modo, el espíritu de Elías reencarnó en el cuerpo de Juan el Bautista, el Precursor de Jesús.
En nota de rodapié, en la Biblia  TEB,ediciones Loyola, se lee:  "En la literatura judáica contemporánea de los inicios, la persona de Elías ocupa un gran espacio como precursor del Mesías. Jesús afirmó que esta función fue cumplida por Juan Bautista".
En cierta  ocasión, los discípulos preguntaron a Jesús lo que quiso decir al afirmar que Elías vendría primero. Y el Maestro afirmó que Elías ya vino y no le reconocieron. El texto evangélico termina así: "Entonces los discípulos entendieron que Jesús les había hablado de Juan el Bautista". (Mateo 17,9 a 13). En otro texto, Jesús, hablando ahora del  mismo Juan Bautista, dice: "Y si lo queréis reconocer, el mismo es Elías, que estaba por venir. Quien tenga oídos (para oír), que oiga".(Mateo 11,7 a 15) Quien intente negar que Juan Bautista es la reencarnación de Elías, no es un estudioso serio de la Bíblia.
    Y la misericordia de Dios dejaría de ser infinita, si no existiese la reencarnación. En una parábola sobre la salvación, el Excelso Maestro enseña lo difícil que es pasar por la puerta estrecha. ¿ Quien se juzga ya pudiendo pasar por ella?.  ¿Sin la reencarnación, quién pues se salvaría?. Sin ella, Dios habría fracasado en su proyecto de creación del hombre.

- José Reis Chaves -
       
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             SOBRE LAS APARICIONES

     Las apariciones propiamente dichas tienen lugar en estado de vigilia, y cuando uno goza de plena y entera libertad de sus facultades. Generalmente se presentan bajo una forma vaporosa y diáfana, algunas veces vaga e indecisa; a menudo es en el primer  momento una luz blanquecina cuyos contornos se dibujan poco a poco. Otras veces las formas son acentuadas con claridad y se distinguen las menores trazos del rostro, al punto de poder hacer de ellas una descripción muy precisa. Los ademanes y el aspecto son parecidos a los del Espíritu cuando vivía.

Pudiendo tomar todas las apariencias, el Espíritu se presenta bajo aquella que mejor puede hacerle conocer si tal es su deseo.

De este modo, aun cuando el Espíritu no tenga ningún defecto corporal, se manifestará estropeado, cojo, jorobado, herido, con cicatrices, si esto es necesario para justificar su identidad. Esopo, por ejemplo, como Espíritu no es deforme; pero si se le evoca, aunque Esopo hubiera tenido después muchas existencias aparecerá feo y jorobado, con el traje tradicional. Una cosa notable es que a menos de circunstancias particulares, las partes menos dibujadas son los miembros inferiores; mientras que la cabeza, el tronco, los brazos y las manos, se presentan siempre claramente.

Tampoco casi nunca se les ve andar, sino deslizarse como sombras. En cuanto al traje, ordinariamente se compone de un ropaje terminando en largos pliegues flotantes; la apariencia de los Espíritus que no han conservado nada de las cosas terrestres, es al menos con una cabellera ondulante y graciosa; pero los Espíritus vulgares, aquellos que se han conocido, tienen generalmente el traje que tenían en el último periodo de su existencia. 

Muchas veces tienen atributos característicos de su elevación, como una aureola o alas para aquellos que puedan considerarlos como ángeles mientras que otros llevan los que recuerdan sus ocupaciones terrestres; de este modo un guerrero podrá aparecerse con su armadura, un sabio con sus libros, un asesino con un puñal, etc.

Los Espíritus superiores tienen una figura bella, noble y serena;mientras que los  más inferiores tienen algo de feroz y bestial, y algunas veces llevan aún las señales de los crímenes que han cometido o de los suplicios que han sufrido. La cuestión del traje y de todos estos objetos accesorios puede que sea la que más admira; volveremos a ella en un capítulo especial, porque tiene relación con otros hechos más importantes.

103. Hemos dicho que la aparición tiene algo de vaporoso; en ciertos casos se podría compararla a la imagen reflejada en un espejo sin alinde, y que a pesar de su limpieza no impide ver al través los objetos que están por detrás. Así, es generalmente, como los distinguen los médiums videntes; los ven ir y venir, entrar y salir de una habitación, circular entre los grupos de los vivos,teniendo el aire, al menos por lo que respecta a los Espíritus
vulgares, de tomar una parte activa en todo lo que se hace alrededor de ellos, de interesarse y escuchar lo que se dice. Frecuentemente se les ve acercarse a una persona, sugerirle ideas, influirla,consolarla si son buenos, ridiculizarla si son malignos, mostrarse tristes o contentos de los resultados que obtienen; sucede, en una palabra, lo mismo que en el mundo corporal. Tal es el mundo oculto que nos rodea, en medio del cual vivimos sin que lo apercibamos, así como vivimos sin tampoco apercibirlo en medio de  miríadas de seres del mundo microscópico. El microscopio nos ha revelado el mundo de lo infinitamente pequeño que no sospechábamos; el Espiritismo, ayudado por los médiums, nos ha revelado el mundo de los Espíritus, que es también una de las fuerzas activas de la Naturaleza. Con ayuda de los médiums videntes hemos podido estudiar el mundo invisible, iniciarnos en sus costumbres, como un pueblo de ciegos podría estudiar el mundo visible, ayudado de algunos hombres que gozasen de la vista. (Véase el capítulo XIV, De los médiums el artículo concerniente a los médiums videntes).

104. El Espíritu que quiere o puede aparecer, reviste algunas veces una forma más clara todavía, teniendo todas las apariencias de un cuerpo sólido, hasta el punto de producir una ilusión completa y hacer creer que se tiene delante de sí un ser corporal.

En algunos casos, en fin, y bajo el imperio de ciertas circunstancias, la tangibilidad puede venir a ser real, esto es, que se puede tocar, palpar, y sentir la misma resistencia, el mismo calor que de parte de un cuerpo vivo y sólido, lo que no le impide desvanecerse con la rapidez del rayo. Entonces ya no es por los ojos como se hace constar la presencia, sino por el tacto. Si se podía atribuir a la ilusión o a una especie de fascinación la aparición simplemente visual, la duda no puede tener lugar cuando se puede coger, palpar, y más aún cuando la misma aparición os coge y os estrecha. Los hechos de apariciones tangibles son los más raros; pero los que se han verificado en estos últimos tiempos por la influencia de médiums poderosos y que tienen toda la autenticidad de testigos irrecusables, prueban y explican lo que la historia confirma en lo referente a personas que se han mostrado después de su muerte con todas las apariencias de la realidad. 
Por los demás, como hemos dicho, por extraordinarios que sean semejantes fenómenos,todo lo maravilloso desaparece cuando se conoce la manera como se producen, y se comprende que, lejos de ser una derogación de las leyes de la naturaleza, no son otra cosa que una nueva aplicación de las mismas.

105. Por su naturaleza y en su estado normal el periespíritu es invisible, así como hay una porción de fluidos que sabemos que existen y que, sin embargo, no hemos visto jamás; pero pueden también, lo mismo que ciertos fluidos, sufrir modificaciones que le hagan perceptible a la vista, ya sea por una especie de condensación, ya por un cambio en la disposición molecular; entonces nos aparece bajo una forma vaporosa. La condensación (no es necesario tomar esta palabra a letra; sólo la empleamos a falta de otra y a título de comparación), la condensación, decimos, puede ser tal que el periespíritu adquiere las propiedades de un cuerpo sólido y tangible; pero puede instantáneamente volver a tomar su estado etéreo e invisible. Podemos darnos cuenta de este efecto por el del vapor, que puede pasar de la invisibilidad al estado nebuloso, luego líquido, luego sólido y viceversa. Estos diferentes estados del periespíritu son el resultado de la voluntad del Espíritu y no de una causa física exterior como en nuestros gases. Cuando nos aparece, es porque pone su periespíritu en el estado necesario para hacerle visible; para esto solamente su voluntad no basta, porque la modificación del periespíritu se opera por su combinación con el fluido propio del médium; pero esta combinación no es siempre posible, lo que explica por que la visibilidad de los Espíritus no es general. Así, no basta que el Espíritu quiera mostrarse; no basta tampoco que una persona quiera verle; es preciso que los dos fluidos puedan combinarse, que haya entre ellos una especie de afinidad; puede ser también que la emisión del fluido de la persona sea bastante abundante para operar la transformación del periespíritu y probablemente otras condiciones que nos son desconocidas; y por último, es necesario que el Espíritu tenga el permiso de hacerse ver a tal persona, lo cual no siempre se le concede o sólo se le permite en ciertas circunstancias o por motivos que no podemos apreciar.

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.

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        SINGULAR TESTAMENTO



                                                               



Todo movimiento importante en la historia, desde el momento en que su fundador desaparece del escenario del mundo, es objeto por parte de sus seguidores de instantes de incertidumbre y dudas sobre el rumbo a seguir. La codificación de Allán Kardec soportó igualmente estas contingencias; empero, aunque aparecieron diferencias en la dirección de los objetivos y en los propósitos que sus más allegados pusieron de manifiesto, la posteridad fue testigo inmaculado de la grandiosidad de la obra del maestro de Lyon.

Adelantándose a los posibles imprevistos y consciente de que su partida podría producirse en cualquier momento, Kardec dejó señalados los rumbos a seguir por parte del movimiento espiritista y de las Sociedades Espíritas en todo el mundo. También puso por escrito las normas adecuadas de relación entre los seguidores y las instituciones espiritas, advirtiendo así mismo de los peligros, inconvenientes y riesgos que pudieran producirse si no se usaba el método racional que él había legado en la base de la nueva filosofía.

Y a todo ello añadió la importancia de no desvirtuar el mensaje principal de la doctrina espírita en cuanto a sus postulados principales, ya que como repitió en numerosas ocasiones: “La fuerza del espiritismo se halla en su filosofía”. Junto a esto dejó también bien claro que la nueva doctrina iría evolucionando en paralelo siempre junto a la ciencia, y que si una nueva verdad científica demostrase algún error del espiritismo, este último se corregirá sobre ese punto y aceptará la evidencia de la ciencia.

Con esta actitud dejó bien claro cuál era su pensamiento respecto a la nueva doctrina, de qué manera debería continuarse con la labor por él iniciada, precisando también que la doctrina espírita era obra de los espíritus y no suya, y por eso mismo, los inmortales continuarían ampliando y favoreciendo nuevos postulados y contenidos adaptados a los tiempos que hubieran de llegar, usando a aquellos intermediarios (médiums) más adecuados para esta importante labor de evolución y progreso de la obra espiritista.

Por ello, la sorpresa que produjo en su momento la apertura del testamento del Maestro Kardec por su esposa y ante los mas importantes colaboradores y amigos no sería tal hoy mismo. El texto del legado se titulaba y comenzaba así:

¿ES EL ESPIRITISMO UNA RELIGIÓN?

En cuanto al debate acerca de la religión, todo quedó sustanciado con la explicación del Maestro en la que dejaba claramente escrito y repetido que, desde el punto de vista filosófico, el espiritismo podría ser considerado como una religión al intentar que el hombre se transforme moralmente y regrese a Dios (El termino latino de religión: re-ligare, “volver a unir”). Pero desde el concepto sociológico del término, nunca el espiritismo podría ser una religión al no tener cultos, jerarquías o rituales que caracterizan a todas las religiones.

Como podemos comprobar, ya en aquellos primeros tiempos de la codificación espírita el debate estaba servido y de plena actualidad. Por ello, para no confundir y marcar el camino recto al respecto, el Maestro Kardec, sabedor de la importancia de esta aclaración en cuanto al futuro del movimiento y para evitar así controversias inútiles, lo colocó en primer lugar respecto a las providencias que los seguidores de la nueva doctrina debían contemplar. Su respuesta fue la siguiente:

“Una religión organizada exige cultos, jerarquías, ceremonias, privilegios y casta sacerdotal. El Espiritismo debe ser siempre enfrentado y aceptado como una doctrina filosófica y moral“.

  Y a ello añadía aclaraciones respecto a la relación entre los espíritas y la función principal de cada reunión espírita, afirmando: “la relación entre espíritas no debe incluir contratos materiales ni prácticas obligatorias, siendo así que toda reunión espirita debe estar presidida por un sentimiento espiritual, humanitario y moral que no es otro que la caridad”.

Ya en Diciembre de 1868, en la Revista Espírita, Kardec sentó las bases de lo que él denominó como “Constitución Transitoria del Espiritimo”, preparando así su retirada del movimiento con la suficiente previsión y clarividencia, algo que demostró a lo largo de todo el tiempo al adelantarse a los acontecimientos venideros. En esos momentos, su máxima preocupación era centrar el futuro del movimiento en base a una idea: Unidad.

Y para ello elaboró y puso por escrito algunas premisas para evitar la división del movimiento después de su muerte. Elaboró su estrategia en base a tres puntos que detallamos a continuación.

1º) Respetar los principios básicos de la doctrina, sin dar lugar a ambigüedades o interpretaciones contradictorias.

2º) Actuar en el círculo de las ideas prácticas, sin seguir principios considerados como quimeras, que pudieran apartar del espiritismo a los “hombres positivos” (*).

3º) Progresar conforme a los descubrimientos de nuevas leyes de la naturaleza, asimilando todas las ideas reconocidas como justas: “Con este carácter esencialmente progresivo, el Espiritismo jamás será sobrepasado. Esta es una de las principales garantías de su perpetuidad”.

Como podemos inferir de la lectura anterior, nuevamente la lucidez del profesor se ponía de manifiesto para dejar en su propio testamento las bases de continuidad de la doctrina de los espíritus de forma nítida, esclarecedora y concluyente.

Así pues, no solo tomó providencias respecto al futuro de la doctrina y la continuidad del movimiento, sino que tampoco hizo acopio de ningún nombre destinado a sucederle al frente del movimiento. Como hombre de finales del siglo XIX recibió influencias del pensamiento asambleario de la época y con el lenguaje propio de entonces, hablaba de un Comité Central que debería regir los destinos de la doctrina, no dando más que una autoridad representativa al presidente de dicho comité.

Aquel encargado de representar al Espiritismo lo haría en función de las decisiones consensuadas por todos los que ayudaban y aportaban sus esfuerzos y recursos. Y por tanto, no habría nadie representando un papel de autoridad superior o jerarquía. La propia doctrina regularía los compromisos de los individuos para con ella, en función de la “autoridad moral” de los mismos.

Por ello, las instituciones espíritas no debían confundirse con la doctrina, pues su función sería elaborar los programas de divulgación y desarrollo que la propia doctrina propugna, donde prevalezcan la caridad, la divulgación, el combate contra el materialismo y el desarrollo y transformación moral de los miembros de cada institución. La mejor institución espírita sería aquella que ofreciera, por parte de sus miembros, el ejemplo mayor de servicio y desarrollo del bien al prójimo, bajo los postulados del espiritismo.

Otras muchas providencias tomó Allán Kardec en su testamento para asegurar la continuidad de la doctrina; no obstante, las mencionadas arriba son, a nuestro humilde entender, las que mayor trascendencia alcanzaron.

 Antonio Lledó Flor Amor, Paz y Caridad

(*) Cuando Kardec se refiere a hombres positivos hace referencia a aquellos que usan la razón y la lógica en su visión del mundo, aunque no tengan creencias espirituales o se declaren ateos. Como dejó escrito en más de una ocasión, “es más fácil convencer a los ateos de la existencia del espíritu que a los fanáticos religiosos que solo usan el dogma y la fe ciega.”


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           Los unos por los otros


La foto de un niño de cuatro años junto a un Papá Noel, ambos arrodillados, rezando, conmovió a muchos, en la Navidad de 2015. El momento capturado por la lente motivó varias acciones en las redes sociales. Es lo que llaman viral, un virus del bien, podemos decir. El niño, el pequeño Preston Barnette, en una cita con el Papá Noel del centro comercial, en Estados Unidos, en lugar de pedir juguetes, como era de esperar, deseó que su regalo de Navidad fuera la salud de un bebecito enfermo, al que ni siquiera conocía en persona.

La fotografía capturó el momento en que ambos, arrodillados, rezaron por la recuperación del recién nacido, enfermo terminal, en una UCI neonatal. Preston se enteró del estado del bebé a través de su abuela, que mantiene un grupo de oración en una red social. No tuvo ninguna duda que eso era lo que le pediría a Papá Noel cuando lo encontrase: que el bebé quedase bien. La abuela comentó que él se conmovió tanto, cuando vio la foto del niño hospitalizado, que quiso hacer algo por él. Y lo hizo.

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Hay tantas cosas que podemos hacer por los otros… El germen de la bondad, del altruismo, vive dentro de cada uno de nosotros, sin excepción. Algunos tardamos más en encontrarlo, pero podemos decir que el florecimiento del bien en nuestro corazón es inevitable, es de la Ley, es del Universo.

Cuando alguien empieza a pensar también en el otro, empieza a ver al prójimo en su jornada, viéndolo como un igual, un hermano del camino, empieza a percibir maravillas en el mundo. La ley del amor y de la caridad no propone el abandono de sí mismo, es decir, una desvalorización de quienes somos, de nuestros deseos o sueños. No, eso es una comprensión equivocada. Lo que propone el amor es: considera también al otro; considera que el otro es importante, que tiene el derecho a ser feliz de la misma forma que tú. Esas perspectivas, por sí solas, pueden cambiar totalmente nuestras relaciones sociales y familiares.

El amor dice que debemos hacer más los unos por los otros, aunque ese hacer sea una oración sencilla por alguien que sufre a la distancia. La oración es fuerza, es acción positiva, no es solo una petición lanzada al aire, como un globo que soltamos al viento sin saber qué dirección tomará. Que podamos orar los unos por los otros en tiempos difíciles, de prueba, de infelicidad y también de alegría. Eso mismo, de alegría también. Quien vive buenos momentos en su existencia, fruto de conquistas, victorias, celebraciones, también necesita de nuestras oraciones. Es la oración pidiendo protección, enviando buenas vibraciones, que actúan como escudo ante cualquier tipo de adversidad. Finalmente, es la antítesis de la envidia que, en su naturaleza perturbada, no puede soportar ver la felicidad en el otro.

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Los unos por los otros.

¿Qué podemos hacer los unos por los otros? Mucho más de lo que imaginamos. Miremos a nuestro alrededor y percibamos lo útiles que podemos ser. Abracemos esa simple causa, de las pequeñas acciones y disfrutemos de una felicidad sin igual en lo más profundo de nuestros corazones.

Redacción del Momento Espírita.


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 COMUNICADO DE ULTRATUMBA
                              


" Esforzaos en que vuestro espíritu sea siempre un templo vivo donde repose y resplandezca la Divinidad.
  Apagad en vosotros el fuego impuro de todas las pasiones terrestres que turben vuestra paz y la santidad de vuestros propósitos.
   Que la ira, el orgullo y la intolerancia,no se enciendan jamás en vuestros corazones.
    Para esto, habéis de vivir todos los días de vuestra peregrinación, como si el día presente fuese la víspera de aquel en el que hubieseis de arribar a las regiones de la verdad "
- Ángel-
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