INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- El verdadero espírita
2.- Clasificación de los casos investigados de Reencarnación
3.- El Bien y el Mal: Fuerzas antagónicas.
4.-Desarrollo de la Mediumnidad
5.- Espiritismo, Ciencia y Religión universal
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EL VERDADERO ESPÍRITA
El verdadero espírita, en toda la acepción de la palabra, no existe, porque para ser espírita, tal como la filosofía lo exige, se requieren dotes que muy pocos pueden llegar a tener, toda vez que quien más y quien menos, somos espíritus atrasados, de mayor o menor grado de elevación, que estamos en el planeta Tierra purgando nuestras faltas anteriores, pagando deudas atrasadas, o aquilatando méritos para subir, para ascender en la escala del progreso espiritual y eterno.
Pero no porque sea difícil llegar a ser un verdadero espírita, debemos desalentarnos, ni dejar de aspirar a serlo, porque todos los seres han tenido que pasar por etapas e innumerables existencias para elevarse; y convencidos, los que nos llamamos espíritas de progreso indefinido y eterno, de que solo basta querer para lograrlo, obligación nuestra es poner los medios para ser cada día mejores y tratar de adelantar intelectual y moralmente, para subir los peldaños de esa escala que de nosotros depende ir alcanzando, día a día, con nuestro propio esfuerzo y nuestra fuerza de voluntad.
¿Qué se necesita para lograr el título de espírita verdadero?.
Primero y ante todo. conocer y comprender la filosofía espírita, y eso se logra estudiando y leyendo, penetrándose de lo que ella nos explica, y después tratando en lo posible de poner en práctica lo que hemos estudiado y comprendido.
Y conste que todo se reduce a conocerse a sí mismo para regenerarse, a querer al prójimo más que a sí mismo, y a no hacer a otro aquello que no queramos para nosotros, porque el verdadero espírita será aquel que venza a las pasiones, modere sus costumbres, sea firme en sus propósitos del bien y trate cada día de examinar su conciencia para que su corazón pueda tranquilo, a impulsos del amor puro y espiritual.
Es preciso, pues, vencerse a sí mismo, no satisfaciendo sino solo y exclusivamente los deseos altruistas que nos eleven sobre los demás.
Tener resignación y conformidad completa, cualquiera que sea la situación en la que nos veamos; no hacer daño a nadie, absolutamente, ni con el pensamiento ni de palabra o de obra; perdonar de corazón las ofensas e injurias que recibamos; ser humildes sin abyección, ser sobrios sin mezquindad, ser generosos en demasía; no juzgar los actos ajenos, sino los propios; no criticar ni murmurar de nada ni de nadie; ejercer la caridad sin ostentación ni interés alguno; amar al ideal como se ama a la salud y a la vida;cumplir todos los deberes que pesen sobre nosotros, con amor, dulzura y exactitud, y ser para los demás lo que quisiéramos que ellos fueren con nosotros.
Jesús, pues, hasta el presente, ha sido el tipo único, conocido, del verdadero espírita, y por eso a Jesús debemos imitar los que nos llamamos espiritistas, puesto que Él fue, como nosotros, un espíritu imperfecto antes de llegar a ser lo más perfecto que apareció en su último paso por la Tierra.
He aquí por qué somos tan pocos los espíritas, a pesar de ser muchos, incontables, los que así nos llamamos, porque el espírita que aspira a serlo de verdad, no ofende ni se incomoda, no se lastima por los defectos de los demás, ama a todo el mundo, perdona siempre, socorre al necesitado, ayuda a quien de él necesita, sin esperar nada a cambio y sin esperar que se le reclame y protege todo lo que se relaciona con su creencia; borra poco a poco todo lo falso, lo malo y los errores que tuvo, y rompe con las creencias fanáticas y falsas, sin contemplación alguna; no sanciona ningún acto que esté en contra de la verdad, de la justicia, del amor y del perdón.
Es pacífico y respetuoso con quien está a más bajo nivel en conocimientos y con amor trata de levantarle y ayudarle a salir de cualquier error en que se halle y en el que él estuvo; y por amor al ideal llega hasta el sacrificio, si fuese necesario, porque si este le causa males morales o materiales, el sufrimiento que experimente por ello, es el crisol en donde se depura su alma, más y más cada día, y la depuración del espíritu es sola y exclusivamente lo que nos hace ascender, subir, obtener mayores grados de virtud, de moral, de adelanto y perfección.
Por eso son tan contados los espíritas verdaderos, porque todo esto cuesta, sí, cuesta muchísimo, cuanto más atrasado es el ser que vislumbra por la doctrina espírita el más allá que nos espera y al que irremisiblemente tendremos que ir paulatinamente por la fuerza de la ley grandiosa de la evolución y del progreso.
- Editorial Revista Fraternidad Cristiana Espírita, nº 30-
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Clasificación de los casos investigados de Reencarnación
Con los casos de “Memoria Extracerebral” investigados por la Ciencia y que según parece, en su momento se consideraron comprobados y evidentes, esta los clasificó en tres grandes grupos que supusieron otras tantas vías de estudio:
El primero de ellos es el de las llamadas “Evidencias directas”; el segundo es el de las “Evidencias indirectas”, y el tercero el de las “Evidencias Experimentales”.
Las “Evidencias directas” están constituidas por los casos de “recuerdos espontáneos” de vidas anteriores, que se dan sobre todo en niños pequeños, y los casos de información de otras existencias obtenidos a través de mediumnidades o de clarividencias.
Las “Evidencias Indirectas”, son las constituidas por los casos de “marcas de nacimiento”, que son señales o cicatrices con las que nacen a este mundo, y que no se sabe científicamente por qué se producen, pero sorprendentemente existen muchos casos de recuerdos espontáneos que presentan también marcas de nacimiento, y que al relatar como fue su muerte en una vida anterior, se corresponden con las cicatrices de una herida similar y en el mismo sitio a la de la causa de muerte relatada . El Espiritismo lo explica porque el periespíritu funciona como un organizador o molde biológico, capaz de plasmar en el nuevo cuerpecito en formación, las características de toda su estructura energética, entre las que se incluyen las grabadas de modo traumático durante su vida anterior.
También son evidencias indirectas los casos conocidos como “Dejá vu” . Este es un término francés que viene a significar “ya visto” y es un fenómeno frecuente por el que algunas personas tienen la clara sensación de haber visto o vivido anteriormente en un escenario que pisan por primera vez en su vida actual, liberando recuerdos ocultos en las mas profundas capas del subconsciente. A veces la presencia de personas u objetos determinados, es el desencadenante que libera los recuerdos ocultos. Esto suele ser debido a que el subconsciente identifica un lugar conocido por haber vivido alguna vez en él, o bien un lugar en el que nunca vivió, pero que le recuerda a otro conocido donde sí que vivió. Ante este fenómeno del Dejá vú, psicólogos y parapsicólogos han dado muchas explicaciones, pero después de analizar muchos casos y muchas hipótesis, la de la reencarnación es la que mas suele justificarlo.
Asimismo pertenecen a las “pruebas indirectas,” los casos de “niños prodigio”, y el problema que presentan ciertas “manías”, “complejos” y “fobias” inexplicables que aparecen a veces sin causa aparente.
Las llamadas “ Evidencias Experimentales” son las formadas por casos obtenidos de regresiones hipnóticas, terapia de vidas pasadas (TVP), y alteración de estados de conciencia.
El estudio experimental de la Ciencia en el campo de la Metapsíquica y posteriormente, de la Parapsicología, se viene desarrollando desde hace más de 130 años.
La Psicología académica , como Ciencia contagiada en parte por el materialismo que domina a la Ciencia en general, desde hace tiempo anda a vueltas con la hipótesis de la herencia genética como única explicación.
Las Evidencias Experimentales, además de ser las obtenidas bajo hipnosis retrocediendo en los recuerdos hasta vidas anteriores, también son las logradas bajo un estado alterado de conciencia. En todos los casos, los detalles a tener en cuenta son los relativos a la descripción de climas, costumbres, sucesos históricos de la época, vestidos, nombres y fechas.
Es de señalar que solamente un cinco por ciento de los casos de reencarnación estudiados se pueden considerar totalmente probados y evidentes. No obstante, este porcentaje es más que suficiente para demostrar lo mismo que si los casos investigados hubiesen resultado positivos en un ciento por ciento.
- Jose Luis Martín-
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EL BIEN Y EL MAL:FUERZAS ANTAGÓNICAS
En nuestro interior pujan constantemente dos fuerzas antagónicas intentando manifestarse: el bien y el mal. Son dos conceptos muy difíciles de definir, pues están muy influenciados por los valores morales establecidos por la familia, la educación y las creencias sociales. Esa lucha interior terminará definiendo el estado de nuestra afectividad, decantándose por aquella que más alimentemos en nuestro diario vivir con nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. Las acciones de bien generan más bien y las del mal mayor mal, porque se buscan por simple afinidad y se incentivan entre sí. Pero es precisamente la naturaleza que más domine en mí la que va a dar el resultado bueno o malo de mi vida.
La cualidad interna que mejor define qué es el bien y qué es el mal es nuestra conciencia. Su intervención es fundamental para alcanzar la felicidad, ya que esta solo se manifiesta dentro del bien. Si no confundimos la felicidad con la satisfacción efímera que da la consecución de nuestros deseos egoístas, esta también puede ser una buena guía de orientación que podemos tener en cuenta.
En el fondo todos sabemos lo que está mal, ya que la conciencia actúa independientemente de nuestros intereses, por lo que muchas veces nos negamos a escucharla sometiéndola a un estado de letargo con la finalidad de no tener determinados remordimientos por nuestras actitudes y comportamientos equivocados. Resulta más fácil acallar nuestra conciencia que cambiar nuestras actitudes y comportamientos.
No obstante, como hay que aprovechar su manifestación por la transcendencia de su orientación, necesitamos de esos minutos diarios de meditación que hemos comentado con anterioridad porque en ese verdadero reencuentro con nuestro interior, si es sincero y vivido con nobleza, iremos identificando los errores más importantes de nuestra vida, teniendo en cuenta que estos son los verdaderos generadores de todas nuestras desdichas e insatisfacciones. Pero aprender a escuchar esa voz no es suficiente, porque la parte más importantes es actuar en consecuencia con ella.
Muy resumidamente podemos decir que el mal tiene como eje central el egoísmo, porque continuamente está alimentando la maldad del ser humano, generando conflictos que desunen y sufrimientos que desarmonizan. Ese egoísmo es la causa fundamental de los males del ser humano y, aunque no lo parezca, sus consecuencias son tan dañinas para unos como para otros. Cuando pensamos mal de los demás nos hacemos daño a nosotros mismos, ya que al hacerlo estamos introduciendo ideas negativas en nuestro interior que nos perjudican mucho más de lo que imaginamos.
Por contra, el bien está definido por la armonía y la unión con todas aquellas cualidades que gravitan en torno al amor. Pensar en tratar a los demás como a nosotros nos gustaría que nos trataran, con comprensión, afecto y respeto, buscando el bien, es la expresión del mismo. El amor altruista no dice a esta persona sí pero a ésta no, porque no es selectivo; es un sentimiento expansivo, un estado de conciencia que conduce al bien por la propia naturaleza del ser.
Vivir y hacer el mal. La maldad continuamente nos está poniendo a prueba, pues cuando se nos daña, la reacción más primitiva, la instintiva, nos lanza a responder con una acción análoga a la recibida. Se tiende a responder al odio con más odio, a la venganza con más venganza, a la crítica malintencionada con crítica más feroz, cuando este es uno de los errores más dañinos porque entramos en una espiral de actos recíprocos de la que resulta muy difícil salir. Alguien debe poner fin a esa cadena de desatinos. ¿Por qué no ser nosotros?
Que exista la maldad no justifica, en absoluto, que yo me comporte con maldad. Si lo hago quiere decir que mi interior está más inclinado hacia ese comportamiento, porque no olvidemos nunca que lo que nos atrae es lo igual, no lo diferente, lo que quiere decir que estoy en sintonía con lo que recibo. Y en este caso, mi gran lucha en la vida ha de ser la de vencer esa tendencia para que no termine arrastrando todos mis actos.
Vivir con actitudes egoístas nos une a personas egoístas que tienen nuestro mismo comportamiento, con lo que conseguimos que el egoísmo de unos y otros se intensifique, haciendo nuestra vida mucho más difícil y desdichada, pues nunca podremos satisfacer nuestros deseos rodeados de personas cuyo eje central de comportamiento es el egoísmo. Cuando cada uno solo mira por sí mismo nadie piensa en satisfacer a los demás, pues ese es un principio emocional que no cabe en una persona que solo vive para sí misma.
Parece muy fuerte decir que hay personas que viven y hacen el mal, pero es una realidad que podemos constatar por nosotros mismos. El mal existe y lucha para derrotar al bien, porque hay personas que tienen esa maldad y la manifiestan mediante pensamientos, sentimientos y actos que expresan los deseos del mal. Conviene cuidarse mucho de determinados ambientes nocivos y muy dañinos para no caer incautamente en sus tupidas redes.
Vigilar la propia conducta, sabiendo corregir las anomalías del carácter en relación a una mejor convivencia, es una cualidad que se consigue mediante el propio esfuerzo de mejora. La justificación, defensa y descargo de mis propios actos perjudiciales no consiguen más que disfrazar la verdadera autenticidad de los mismos. Así es muy difícil salir de esos estados de preocupaciones y sufrimientos. ¿Qué vida queremos para nosotros?
Creemos que nuestros actos solo afectan a los demás cuando en realidad los primeros afectados somos nosotros. Y este es un error que cometemos habitualmente, porque si fuésemos conscientes de ello, tendríamos mucho más cuidado con nuestro proceder y evitaríamos muchos de los males que nos aquejan.
Vivir y hacer el bien. Hay una fuerza superior en la vida que rige y equilibra todo el universo y cuanto existe en él: el bien. Esta es la base sobre la que mejor podemos organizar la estructura de nuestra existencia y la que mejores resultados nos va a dar siempre. De hecho, si analizamos los inicios de la vida en nuestro planeta veremos que esta se pudo formar a través del principio de la unión, porque tuvieron que alinearse y unirse todos los elementos necesarios para su manifestación, elementos que hasta entonces se encontraban separados y dispersos, dejándonos la enseñanza de que la base de la vida es la unión y no la separación.
Para vivir el bien hay que hacer el bien, esta es una máxima que no podemos olvidar, siendo la actitud, el comportamiento y nuestras obras lo que lo define. Pensar en él, en su existencia, es importante, pero lo realmente transcendente es nuestra vivencia interior y nuestra forma de ser. Nuestro legado a las generaciones futuras son nuestras obras.
El bien nos estimula a mejorar la vida de los demás, teniendo en cuenta que mejorar la vida de alguien es mejorar la sociedad y la nuestra propia, haciendo que nos sintamos mucho mejor. Lo que hacen los demás nos afecta, de igual forma que lo que hacemos nosotros afecta a ellos; lo que quiere decir que los actos individuales siempre afectan al conjunto. Esta es la prueba de que las vidas van unidas entre sí y que el bien nos influye a todos por igual, aunque luego seamos nosotros los que decidimos vibrar en uno u otro estado.
No se trata de ser perfectos sino de mejorar dentro de nuestras posibilidades, ayudando con ello a mejorar la propia sociedad. Nuestra personalidad no se construye de hoy para mañana, pero sí se va definiendo pensamiento a pensamiento, por lo que sí debemos esforzarnos para que estos vayan buscando el bienestar común. De esta forma vamos alimentado nuestra naturaleza interior con la esencia del bien y mejorando continuamente.
La lucha entre el mal y el bien. La lucha que continuamente ejerce el mal contra el bien y que el bien mantiene para alejar el mal y derrotarle son realidades que nadie puede negar. Basta con observar nuestro propio interior y el de los demás para comprender que está latente en todos nosotros. Aunque nuestra naturaleza se expresa con una mayor tendencia hacia un lado o hacia otro, la lucha interna que a diario mantenemos terminará decantando nuestros actos hacia el bien o hacia el mal. ¿En qué parte queremos estar?
El momento más idóneo para inclinar la balanza de esa tendencia interior es precisamente en sus inicios, antes de que se haga fuerte mediante la intervención de nuestros pensamientos y sentimientos, pues cuando ha cogido energía ya resulta muy difícil de cambiar. Por eso influye tanto nuestra predisposición, porque representa el primer impulso hacia la acción, y cuando está inclinada hacia el mal es necesario el freno de la reflexión y la comprensión de las consecuencias de nuestros actos para poder equilibrarla y terminar viviendo dentro del bien.
Venimos comprobando que no es sencillo modificar nuestra naturaleza interior, pero la finalidad de nuestra vida consiste fundamentalmente en decantarnos hacia el bien, en todos sus sentidos y manifestaciones, pues podremos comprobar cómo ese estado de equilibrio y paz es el único capaz de permitirnos alcanzar nuestra plenitud y felicidad, ya que dentro del mal solo existen las vivencias contrarias.
Necesitamos alcanzar la liberación de todas las ataduras invisibles que están frenando nuestro progreso y nuestra plenitud. El odio, la rebeldía, así como todas aquellas actitudes mentales improcedentes, están representando un claro escollo que dificultan de forma notoria ese desarrollo personal que estamos buscando y que nos está generando tantas preocupaciones. La imaginación del temor con sus secuelas de indecisión, dudas, titubeos, e incluso fanatismos de diversa índole, crean un mundo imaginario cuyas redes dificultan nuestro desarrollo. La rebeldía en sus expresiones de incomprensión, belicosidad, sublevación e indisciplina, sesgan la lucidez de la mente y enredan la sensatez, sumiéndonos en un pozo oscuro del que resulta difícil salir. Y los desequilibrios generadores de disturbios psíquicos, incorrecciones y desestabilizaciones impiden la comprensión de lo real e imperecedero, entreteniéndonos en lo más superficial y perecedero.
El amor es el bálsamo de la vida y el camino de la autorrealización. El bien es el único camino que conduce a la plenitud y la felicidad que tanto anhelamos. Esta es una de esas realidades que podemos comprobar por nosotros mismos. Después de un acto de maldad, ¿cómo nos sentimos? ¿Y después de uno de bien?
Antonio Gómez Sánchez-(Amor,Paz y Caridad)
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DESARROLLO DE LA
MEDIUMNIDAD
Todo tipo de mediumnidad despierta en el momento preciso, según el programa a desarrollar establecido para el progreso de la persona en cuestión. A partir de ese despertar comienza el desarrollo de la facultad que llevan a cabo los espíritus protectores. El proceso de desarrollo de la facultad, hasta el momento en que debe empezar a trabajar, no es igual en todas las personas, sino que varía mucho, dependiendo del grado de evolución espiritual alcanzado en las diversas existencias y de las condiciones y circunstancias en que se encuentra una vez en la materia. Cuanto más evolucionado está el espíritu, el desarrollo es más rápido y prácticamente imperceptible para el médium. A menor evolución mayor es el trabajo a realizar por parte de los protectores y por lo tanto más lento.
No obstante, es importante destacar que el estado anímico del futuro médium, su predisposición hacia el desarrollo de su mediúmnidad, el comportamiento y la línea de conducta que lleve, influyen en Desarrollo de la Mediúmnidad gran manera, dándole una gran facilidad a los espíritus protectores para que se desenvuelvan lo mejor posible y adelanten el desarrollo de la facultad y no tengan ningún problema. Por contra, si dicho médium no ofrece estas condiciones, si está en rebeldía ante el desarrollo de su facultad, si rechaza el trabajo de los protectores, si en definitiva no se presta al desarrollo que ha de capacitarle para ser por fin un médium, se verá rodeado de un ambiente negativo que ocupará el espacio de los protectores, los cuales se encontrarán bastante imposibilitados para hacerle el desarrollo, con lo cual esta persona sufrirá los efectos de esas malas compañías a las cuales les dio paso cuando cerró la puerta a los protectores, el desarrollo seguirá su curso pero mucho más lento y embarazoso.
En estas circunstancias, en las que muchos médiums en proceso de desarrollo se ven envueltos, es cuando ocurren los trastornos psíquicos de todo tipo, mareos, desmayos, pérdida de la personalidad, etc. Todos estos desequilibrios están motivados por la influencia perturbadora que ejercen las malas compañías espirituales en los médiums en proceso de desarrollo que no supieron valorar la ayuda de sus protectores y que se dejan llevar por la comodidad despreocupándose de su condición de médium.
El desarrollo de la mediúmnidad es una especie de cursillo preparatorio que nos capacita para poder ejercer más adelante una profesión. Por tanto, mientras no acaba este cursillo hemos de poner el máximo interés en llevar una línea de moralidad que permita a los espíritus protectores realizar su trabajo lo mejor posible. Una línea moral siempre en alerta mantiene alejadas a las “malas compañías espirituales” y permite que los protectores lleven el control que necesitan en el desarrollo de la mediúmnidad. De este modo, éste no se ve interrumpido ni entorpecido por ningún tipo de molestias o trastornos generados por influencias negativas.
Es importante dar a conocer que no es preciso que los médiums en proceso de desarrollo acudan a ningún lugar para desarrollarse tal y como se ha venido haciendo. Es popularmente conocido que cuando en una persona empezaba a despertar una facultad espiritual, enseguida se le llevaba a una casa o grupo en donde se les hacía el desarrollo a través de una mediúmnidad. Debemos aclarar que no eran estas personas quienes hacen dicho desarrollo, sino que ayudan, eso sí, por su condición de mediúmnidad, siendo los protectores quienes hacen el desarrollo. Actualmente esta situación ha cambiado por completo.
¿Por qué ha cambiado? Principalmente, porque en la actualidad es muy elevado el número de hermanos de elevación que hay para ayudar y muchas las facultades psíquicas que van apareciendo, y por el contrario, son muy pocas las personas capacitadas para efectuar la ayuda tal y como se hacía antiguamente. Por esta razón, el proceso de desarrollo de los médiums, lo llevan a cabo los propios protectores directamente, los cuales han pedido el permiso del Padre y han obtenido más fuerza para poder efectuarlo. De este modo, al mismo tiempo que es el propio protector quien dirige el desarrollo del médium como mejor le conviene, se asegura de que éste no tropiece con ningún sitio en donde recoja, en lugar de ayuda e ideas claras, confusión y entorpecimiento, puesto que hemos podido comprobar que muchos de estos grupos en donde se realiza esta función están anclados en el tiempo y en lugar de ayudar, aunque no tengan mala voluntad, entorpecen ya que no están debidamente orientados ni asistidos por entidades espirituales positivas.
Hay muchas personas que cuando descubren que están en proceso de desarrollo de una facultad mediúmnica se asustan ante el temor de tener que ponerse en manos de personas desconocidas y de las que en muchos casos no tienen buenas referencias. Esta es una situación a la que se ha llegado debido a que con el paso de los años muchas cosas que en principio se practicaban bien, ahora no se ejercen igual, y existe una gran descreencia y temor motivados por el mal ejemplo ofrecido, al margen del comercio que gira en torno a estos hechos y de otras circunstancias desagradables que han sucedido. De ahí que de arriba se haya dado solución a estos hechos prescindiendo de que el futuro médium inexperto y sin conocimiento se vea envuelto en los abusos y errores que cometen con su persona.
Queda entonces una pregunta en el aire: ¿Cómo sabe el médium que su desarrollo ha terminado? Pues bien, esta es una incógnita que no ha de preocuparle porque los protectores tienen los suficientes medios para anunciárselo. Si hay cerca del médium alguna persona capacitada para comunicárselo dejarán que sea ésta quien lo haga, y si no es así, ellos mismos lo harán haciéndoseles visibles o por algún otro modo que más conveniente vean. Será entonces cuando se da por terminado el desarrollo y el médium podrá comenzar a realizar su misión según las instrucciones que su protector le haya dado. Por último nos queda recomendar a los médiums neófitos que al comenzar a realizar su trabajo han de tener mucha prudencia y humildad, han de tener en cuenta que carecen de experiencia y que los espíritus burlones intentarán confundirlo y engañarle, por ello, en el comienzo de su trabajo no han de darle demasiada importancia al fruto que se consiga, sino considerarlo más bien como período de aprendizaje y de sintonización con su protector.
Si el médium comienza con buen paso y no se deja llevar preso por la vanidad y el orgullo, sabrá rechazar las falsas comunicaciones y esto le llevará a establecer vínculos vigorosos con su protector que no permitirá en ningún momento interferencias de entidades negativas cuando sea él quien deba comunicar. Esto es sobre todo muy a destacar para los médiums psicógrafos y de incorporación cuya mediúmnidad es intuitiva, los cuales son muy susceptibles de recibir falsas comunicaciones, las cuales muchas veces son permitidas por el espíritu protector como campo de aprendizaje para el médium, que debe aprender a distinguir entre las buenas y las falsas comunicaciones.
Extraído del libro “La Mediúmnidad concepto básicos”
Grupo Villena.(Amor,Paz y Caridad)
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ESPIRITISMO,
CIENCIA Y RELIGION UNIVERSAL
El Espiritismo, siendo una doctrina
abierta y progresiva, nos da las claves necesarias para llegar a ver un día
reconciliadas a la Ciencia y a las religiones en su esencia fundamental, cual
son las enseñanzas morales, que tienen
por objetivo esencial desarrollar el espíritu de las sociedades humanas,
siguiendo las enseñanzas y ejemplos del Maestro Jesús en el caso de las
llamadas religiones cristianas. Y es que
el Espiritismo, nada teme de los avances demostrados por la Ciencia, ni a los
conceptos o dogmas sostenidos por las religiones, porque el Espiritismo,
siempre está abierto a admitir lo que Ciencia y Filosofía puedan demostrar, y
no teme a las verdades de las religiones, cuando su fe está dispuesto a
mantenerla afrontando cara a cara la
razón y la verdad, en todas las épocas de la humanidad, tal como afirmó Kardec.
Con mi más profundo respeto hacia todas las
personas religiosas, lo sean de la confesión que sean, he mencionado aquí a las religiones
cristianas, porque las enseñanzas del Maestro Jesús de Nazaret- el Cristo de
nuestro planeta-, contienen cuantos principios éticos y morales se puedan
encontrar en todas las demás religiones “no cristianas”.
Estos principios e
implantaciones morales cristianas son en
tantísimos casos, sentimientos que han llegado a formar parte de nuestra
personalidad y nuestra forma común de pensar y de sentir, y por eso,
constituyen, no otra religión humana más, sino un sentimiento religioso natural, profundo e innato que forma parte de
la personalidad humana en general, al aceptar en su corazón una fe y reconocimiento espiritual, así como unos principios éticos y morales, que no se oponen a la razón ni a la
Ciencia, porque los fundamentos de origen del Espiritismo se han alcanzado con
el carácter y el método de una verdadera
Ciencia.
Me refiero a lo que se conoce como
“Espiritismo Cristiano”, porque aun la parte del Espiritismo llamado “laico”
para diferenciarse de los que pretenden hacer de él una religión, defiende y
asume los principios de moral cristiana.
El Espiritismo adopta, como ya he
explicado, los principios religiosos, éticos y morales de otras religiones,
porque en esencia todas contienen los mismos principios morales que sustenta
también el cristianismo.
Cuando
el Espiritismo se extienda y se generalice más por la Tierra, lo que de hecho
está ya sucediendo porque así está planificado desde el Mundo Espiritual, y este
sea popularizado y aceptado como el sentir religioso natural y universal de
todos los seres humanos, acabará siendo
admitido y aceptado por la Ciencia oficial, todavía de carácter materialista, pues ésta , con sus
investigaciones y avances irá confirmando muchas de las cuestiones que se
plasmaron- hace ya casi dos siglos-,en la Codificación Espírita, y así se podrá
comprobar que Ciencia y Espiritualidad, forman ambas
vertientes de la Verdad Una y siendo verdades, no se podrán contradecir, sino
sustentarse mutuamente.
A las religiones cristianas, bajo la
orientación espírita, les supondrá tener un extraordinario enriquecimiento
doctrinario, pues habrán adoptado las verdades espíritas, soltando de paso el
lastre de tantos siglos cargados de dogmas y liturgias irracionales, y de paso
este puede ser el lazo que vuelva a reunir a todas las religiones como una sola.
Esa situación conllevará una profunda
transformación moral y social del ser humano que por primera vez en la historia
en este planeta, comenzará a sentirse como parte de un todo, como miembro de una gran familia humana que se agrupa entre los encarnados y los
desencarnados. De este modo, de cara al futuro nada tendremos que temer en
cuanto a nuestros conceptos religiosos, de cuantas verdades confirmen el avance de las
Ciencias, porque dar la espalda o rechazar estas verdades una vez comprobadas,
supondría volver a caer en la sinrazón y el dogmatismo irracional que ha sido
causa de la barrera hasta hoy existente entre Ciencia y Religión, que no han
sabido caminar juntas y unidas en busca de la Verdad y del progreso espiritual y humano.
Esta pretensión de monopolizar la verdad por
parte de la Ciencia y de las religiones, ha sido la barrera que ha mantenido y
aún mantiene separado lo que debería haber estado unido y complementado, como dos aspectos fundamentales de la Verdad Una, confirmados por una Filosofía racional y lógica.
Así con el desarrollo de la Ciencia y
del Espiritismo, los conceptos científicos, avalados por la Filosofía racional y
el aspecto Moral que se desprende de la citada filosofía, vendrán a
ser los tres pilares sobre los que se apoyará en el futuro la Religión
Universal, pues la Verdad auténtica, jamás podrá desmentir a la Verdad
auténtica, y esta, antes o después, siempre termina por triunfar sobre cualquier
sombra del error y de la mentira.
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