INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Interesante reflexión
2.- Espiritismo, Ouija y la invocación de los Espíritus
3.- En el camino
4.- Miedos inexplicables
5.- Causa de los males y aflicciones en la vida
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Interesante reflexión...
Mateo 15-11,18: "No es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. Lo que sale de la boca viene de dentro del corazón...".
( Aportación de Jose Manuel Fernandez)
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ESPIRITISMO, OUIJA Y LA INVOCACIÓN DE LOS ESPÍRITUS
Cuando se toca el tema del Espiritismo y la Mediumnidad, se habla mucho de la ouija; unos a favor, otros en contra, y otros ni saben lo qué es.
Creemos que debemos informar acerca de este tema que, siendo un instrumento neutro, ha causado y causa muchos problemas. Son muchas las personas que sienten deseos, curiosidad y necesidad de usar este medio, creyendo así que pueden con toda seguridad ponerse en contacto con los Espíritus; bien sea para saber de ellos; familiares, amigos, etc. Otros por la curiosidad de comprobar si realmente un Espíritu puede mover una pieza de ese instrumento y así, poder entrar en contacto con ellos, el contacto entre: encarnados y desencarnados. Muchos sólo buscan el entretenimiento y la diversión. También los hay que desearían utilizar a los Espíritus para que les digan el futuro y la solución de sus problemas. Así podríamos mencionar muchos casos que sabemos que se han dado y se dan.
Siendo la ouija un instrumento neutro, igual puede servir para el mal, como para el bien. Según su uso, según la intención de los que la usan, el resultado puede ser útil o más negativo. Sin conocimiento de la vida en el Mundo Espiritual, ni cómo actúan los Espíritus, ni las intenciones perjudiciales de muchos de ellos, la ouija se convierte en un instrumento peligroso, porque una vez abierta la puerta de su uso, sólo se cerrará cuando a los Espíritus les parezca bien, con lo que de aquí se puede deducir que muchos acaben con obsesión, suicidio o, perturbaciones serias.
Muchos Espíritus del mal, burlones, ligeros e ignorantes no cesan de buscar el medio de contactar con nosotros, así que usando este medio, les abrimos la puerta para que se sientan a sus anchas mintiéndonos, burlándose y mistificándonos, por nuestra ignorancia, vanidad, imprudencia etc. Una vez entrado en contacto con los encarnados, les gusta acompañarlos y seguir su forma de vida, por lo que es difícil desembarazarse de su presencia.
Lo que empezó como un juego o, simplemente, como un medio de hablar con los muertos, puede acabar mal. Los Espíritus Buenos, no se prestan a este juego o intercambio mediúmnico, sabiendo que quienes lo usan, casi todos, carecen de conocimiento, instrucción y experiencia, al margen de la moral necesaria para tratar con los Espíritus del Bien, que por cierto, no están a nuestro servicio para las interrogaciones caprichosas de los encarnados.
También hay que tener en cuenta que se necesita, al menos, un médium para que se pueda producir el fenómeno de la comunicación con los Espíritus; sin este requisito el empleo de la ouija será mero animismo, que también puede perjudicar a los que la usan. Pedimos reflexión y seriedad a la hora de querer establecer contacto con la Vida Mayor.
Si no hay un motivo serio, útil o urgente, no se debe buscar este contacto, así como sólo se debe hacer en una reunión mediúmnica, dirigida por expertos trabajadores espíritas y, por los Guías del Centro o Grupo, que crean posible o beneficioso ese contacto.
El objetivo del intercambio con el Mundo Espiritual, a través de sus Mensajeros, utilizando mediumnidad y médiums, es ayudar a los Espíritus que sufren, que se encuentran desamparados, confusos; sin saber qué les ocurre y el porqué de su confusión. Muchos vagan por años sin encontrar la luz del arrepentimiento y la luz que ilumina el Alma. Todo esto y mucho más, supone un trabajo de esfuerzo en la disciplina, el orden, la seriedad y la caridad, en los trabajos de mediumnidad. Vibrar en el mismo tono, elevar el pensamiento y olvidarnos de nosotros, para pensar en otros más necesitados.
Este objetivo casi nunca se consigue a través de la ouija y de sus usuarios ignorantes de sus consecuencias. Si bien se usó en tiempos pasados, siendo su objetivo útil, hoy en día no hace falta su práctica, ya que hay otros medios más rápidos y eficaces, como la psicofonía, o bien la psicografía. Por lo tanto dejemos de buscar por curiosidad o deseos vanos el contacto con los Espíritus, ya que muchos son invocados y sufren al no serles concedido el permiso para comunicar, por no ser beneficioso para ese ser. Utilicemos la lógica, la razón y, sobre todo, la caridad. Desechemos el uso de la ouija e informemos a otros de sus peligros e inutilidades.
Publicado originalmente en la lista de correo de Zona Espírita, agosto de 2004
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En el camino
¿No debías tú igualmente tener compasión de tus compañeros, como yo también tuve misericordia de ti? ( Evangelio de Mateo- 18, 33).
En este mundo todos estamos sumidos en un proceso de perfección continua e infinita, que constituye una muestra de la obra de Dios de la cual formamos parte, por lo tanto no podemos aislarnos de la Humanidad porque la humanidad toda constituye una unidad de conjunto y porque es en su seno en donde todos estamos inmersos en ese mismo proceso.
La cooperación entre los humanos es una necesidad natural e indispensable que Dios nos hizo sentir y comprender desde los albores de la Humanidad. No estamos nunca solos. Siempre hay cerca alguien a quien acudir para poderle ayudar o para pedir su ayuda.
Todos somos hermanos y compañeros en el camino de la vida, con independencia de las ideologías y creencias de cada uno, y cualquiera que sea el papel que se desempeñe, como padre, amigo, hijo, hermano, vecino, compañero o extraño, pues por encima de todo estos son los papeles que a todos nos toca vivir e interpretar en el escenario de la vida; así llegamos a comprender que en cuanto a la relación humana, todos procedemos de un mismo y único Origen: Dios. Somos hijos de un mismo Padre Universal que nos ama a todos infinitamente y nos atrae poco a poco a Su lado a través del camino de la Evolución espiritual, incentivándonos para crecer en Amor y en Sabiduría.
Dios nos podría haber hecho directamente
seres grandes y dichosos, pero si la humanidad no tuviésemos que escalar golpe
a golpe y paso a paso, el duro ascenso evolutivo, jamás podríamos apreciar el
valor de lo conquistado y la dicha ante el resultado final de nuestro esfuerzo
individual, pues solo se valora y aprecia lo que cuesta nuestro esfuerzo,
empeño y tesón, mientras que lo que se nos regala o nos encontramos sin ningún
esfuerzo ni mérito por nuestra parte, no sabremos nunca de la verdadera
dimensión de su valor. Por eso, debemos dar gracias al Padre por habernos hecho
tan pequeños , porque así podremos sentir la dicha originada
por nuestro esfuerzo cuando
consigamos crecer; gracias por habernos hecho tan imperfectos, pero tan
perfectibles, para gozar algún día del mérito de nuestro valor para haber
logrado llegar a ese estado de perfección que nos aproxime cada vez más a
nuestro Padre Celestial.
A veces tenemos en la senda de la vida la prueba de un hermano o un compañero molesto o indeseable. Llegado este caso que constituye a veces una prueba complicada, deberemos ser conscientes y procurar tener toda la paciencia necesaria y la disposición de ayudarle y enseñarle siempre, sobre todo con la fuerza del ejemplo práctico del día a día. Por eso no debemos hacer críticas negativas de nadie, porque de ese modo no le ayudaremos, sino que con las vibraciones nefastas de las críticas negativas, les perjudicaremos. Mejor siempre debemos tratar de ver su lado positivo y ensalzarlo, porque de ese modo le estamos incentivando para aumentarlo. Esta actitud santifica los lazos de convivencia en el Amor y la Fraternidad, tal como nos enseñó Jesús.
Si la tarea de convivencia es difícil o dura, por lo que nos molestan los defectos de los demás, recordemos las veces que en nuestro pasado nosotros también hemos sido tantas veces con los demás, molestos, culpables o causantes de dolor y sin embargo Dios siempre nos perdonó y nos dio nuevas oportunidades redentoras para aprender las lecciones que nos brinda la vida.
Cada ser humano que cada día se nos cruza en el camino, debe considerarse como una bendición de Dios por la oportunidad que se nos presenta para poder activar los sentimientos de fraternidad y de solidaridad, así como de desarrollar virtudes tales como la paciencia y la caridad.
Siempre ante las dificultades de la convivencia, desavenencias e incomprensiones, debemos ser pacientes y misericordiosos tal como Jesús lo fue y, me atrevería a afirmar que lo sigue siendo para toda la Humanidad, porque Él nos ofrece siempre la oportunidad del aprendizaje y de la corrección.
- Jose Luis Martín-
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Miedos inexplicables
Hay niños que tienen miedos inexplicables. Sin que nadie los haya asustado con figuras monstruosas, con la oscuridad o con que se ahogan, ellas demuestran temer la oscuridad, el mar, el río, las armas. Se les ponen los pelos de punta y corren a la falda de los padres, o se quedan paradas, llorando alto, frente a determinadas situaciones. Hay incluso bebitos que duermen tranquilos en la falda materna. La madre los acuesta en la cunita, los besa dulcemente y los cubre, llena de cariño. Sin embargo, cuando se retira de la habitación y apaga a luz, ellos se despiertan gritando, con tremendo pavor, y demoran para calmarse posteriormente.
Algunos niños tienen dificultades con la oscuridad. No consiguen entrar en un lugar que esté oscuro, incluso acompañados. Registran su desagrado agarrándose a las manos de quien esté con ellos y así mismo, lloran, y piden con insistencia para que enciendan la luz. Algunos padres, con el deseo que sus hijos crezcan sin miedos, los obligan a enfrentar tales situaciones, llamándolos de maricas, bobos y otros adjetivos aún más infelices. Obligan al hijo a entrar en una habitación oscura para buscar y recoger algún objeto, adrede, y se enfurecen si el niño llora, grita y no hace lo que le han pedido. Para vencer el miedo al agua, entran en el mar, río o piscina con el hijo en los brazos, obligándolo a quedarse allí. El niño llega al desespero, arañando y gritando con pavor.
Los miedos infantiles de esa naturaleza no se originan en esta vida, sino que son registrados desde los primeros meses, sin ninguna explicación razonable en la actualidad. Son registros que el espíritu trae por haber sufrido algún mal en vidas anteriores, quizás incluso la muerte, en lugares oscuros o en el agua. Quizás estuvo en un derrumbe, se quedó en la oscuridad por algún tiempo hasta que su muerte física se consumara. O murió ahogado, incluso por imprudencia propia. Es por eso que estos miedos infantiles nos merecen todo respeto y cuidado. El niño deberá ser llevado, poco a poco, con mucho cuidado, a entender que ahora está seguro. Los padres podrán afirmarle esto, muchas y muchas veces, diciéndole que lo aman y que lo protegerán. Que él no precisa temer a la oscuridad, pues ésta desaparece cuando encendemos la luz. Llevarla al mar, para mojar sus pies despacito, jugar en la arena y, poco a poco, irle hablando de la necesidad de tener prudencia, pero también, que no hay motivo para tanto miedo.
Tal vez llevar al hijo a piscinas poco profundas y allí quedarse con él, incentivándolo a jugar en el agua. Jamás, en ninguna circunstancia, reírse de sus temores o calificarlo de forma negativa. Son problemas muy profundos del espíritu y de forma delicada, cuidadosa y profunda deben ser trabajados.
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El hijo que nos llega es siempre un espíritu que está pidiendo ayuda para su crecimiento interior. Confía en nosotros y por ello nos toma para padres. No le fallemos en los momentos más importantes. Ayudémosle a superar sus dificultades, con tranquilidad. No nos importe el aplauso del mundo, ni si él no ostentará jamás las medallas del hombre más corajudo o del mejor nadador. Lo importante es que se convierta en un hombre equilibrado, superando las dificultades una a una, seguro y feliz.
- Luz Espiritual-
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