1.- La indulgencia
Frase de J.Herculano Pires
2.-La mediumnidad y la visión de colores y objetos
3.- Serenidad ante todo
4.- Controlar la ansiedad
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LA
INDULGENCIA
La indulgencia es una manifestación de la
verdadera Caridad. Ser indulgente significa optar por el perdón.
Jesús en muchos momentos de su enseñanza
evangélica, hace mucho hincapié en esta virtud. Vemos por ejemplo, como en la
oración que enseñó a sus discípulos les enseñó como se debían dirigir al
Padre. La idea de la indulgencia aparece
en la frase: “Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos
a nuestros deudores”; esto es como decir: “Te pido que me perdones en la misma
medida que yo también perdono”.
Para ser perdonados por Dios, antes es necesario saber y querer perdonar de corazón nosotros mismos.
Para perdonar, en el más completo sentido,
no basta con olvidar las ofensas, sino que además hay que saber amar en un acto
de indulgencia, misericordia y Caridad. A veces se oye decir: “ yo perdono,
pero no olvido”. O sea, que están afirmando que tienen en cuenta las ofensas
pasadas, aunque perdonen de labios para afuera. Realmente eso no es perdonar.
Con esta virtud de amor y generosidad, se
trata de sacar a flote nuestro potencial divino y aun siendo nosotros todavía
espíritus imperfectos y atrasados, debemos intentar imitar al Padre, o al menos tratar de ser un
reflejo de Su misericordia y Amor infinitos.
Para ser indulgente es también necesario
ser humilde y ante lo que nos pueda herir viniendo de los demás, disculparlo
siempre tal como Jesús hizo con los que lo torturaron y mataron: “Padre,
perdónalos porque no saben lo que hacen”. ¡ Qué gran indulgencia la de aquel
ser humano, atormentado y a las puertas de una dolorosa y degradante muerte,
que en esos momentos tan humanamente angustiosos, su generosidad y su amor eran manifestados
pidiendo al Padre perdón para sus
crueles verdugos, con una disculpa por el acto criminal que cometían con El !; ¡ y es que en verdad, los criminales que ejecutan entre odios su impiedoso acto,
no saben lo que hacen !.
En el Evangelio según el Espiritismo se
señala que debemos animar a los fuertes de espíritu para que perseveren en sus
actitudes y también que debemos dar fuerza y ánimo a los débiles para que se venzan a sí mismos y a sus defectos,
tomando cada día, con valentía, la cruz
de las pruebas que les toque afrontar y con la Fe puesta en Jesús siguiendo su
camino y ejemplo.
Sobre todo es importante subrayar que la
mejor prédica ante los demás, es el buen ejemplo y esto es un compromiso que,
desde el verdadero conocimiento espiritual, debemos asumir esforzándonos por
demostrar y demostrarnos a nosotros mismos cada día, que la indulgencia, el
Amor y la Caridad no son solo bellas palabras o conceptos teóricos, sino
realidades que sean como luces en medio de las tinieblas de este mundo en donde
nos desenvolvemos ahora.
Finalmente, que al igual que Pablo de Tarso,
todos podamos decir: “vivo, mas no yo; es Cristo quien vive en mí”. Que Él lo
haga también en nosotros.
- Jose Luis Martín-
"Si los espíritas supiesen lo que es el Centro Espírita, cuales son realmente sus funciones y su significado, el Espiritismo sería hoy el más importante movimiento cultural y espiritual de la Tierra ".
- Herculano Pires -
- Herculano Pires -
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LA MEDIUMNIDAD Y LA VISIÓN DE LOS COLORES Y OBJETOS
SERENIDAD ANTE TODO
Están delante de mi tres objetos. Una manzana roja, un bolígrafo negro y una bella flor azul. ¿Cómo puedo ver el color de cada uno de ellos ?. La luz que ellos reflejan alcanza mi retina en donde se estimulan pequeños terminales nerviosos que conocemos como conos. Allí ocurren reacciones químicas que producen una corriente eléctrica que alcanza los nervios ópticos. Esa corriente entra en el cerebro hasta el área occipital en donde existen regiones específicas para registrar los estímulos que vieron de cada uno de mis objetos.
¿Cómo serán "vistos" por el cerebro esos tres objetos?
Estos son presentados juntos en mi frente, pero, en el cerebro no estarán encontrados en un mismo punto. La palabra clave en el cerebro es distribución. Cada objeto irá para un lugar y, descubrimientos sorprendentes mostraron que las propiedades de cada objeto serán fragmentadas y archivadas en puntos específicos.
.Así, como cada objeto tiene formas diferente, colores propios, con dimensiones particulares, movimientos y finalidades, posibles de ser ya conocidos, cada una de esas características irá a marcar grupos de neuronas diferentes.
Más sorprendente aún es que la imagen de mi manzana roja está archivada también en blanco y negro, en una determinada zona diferente de donde ella me aparece colorida.
Teóricamente, yo puedo tener acceso independiente a cada uno de esos registros, y hago asociaciones independientes con cada manzana parecida a la mía. En pacientes con epilepsia, en el momento de una crisis, ellos pueden registrar la manzana sin color ni dimensiones, o si ella está lejos o cerca de mí.
Para el bolígrafo, tengo hasta un área para registrar el día en que lo recibí como regalo de mi nieto, y el colibrí, además de sus propiedades físicas, que también serán fragmentadas y repartidas por el cerebro, tengo imágenes de sus vuelos por mi patio trasero..
La videncia y la Clarividencia
Estos son dos modelos óptimos para que comprendamos lo que pasa en el cerebro de los médiums cuando relatan sus visiones de la espiritualidad.
Ese fenómeno mediúmnico no es el mismo fenómeno visual que relatamos para las vías nerviosas y para el cerebro físico del que todos nos servimos en este mundo por el que circulamos.
Se dice popularmente, que los médiums "ven con los ojos de la mente". Científicamente sabemos que es el cuerpo espiritual (periespíritu) el que está captando las imágenes. Allan Kardec enseña que el Espiritu se apropia de las propiedades de los objetos- mas o menos como apuntamos arriba, sobre la fragmentación de los objetos que alcanza nuestra visión. Entretanto, después del registro anotado por el cerebro espiritual, precisamos tomar conocimiento de lo que fue visto. Y, del periespíritu para nosotros, es nuestro cerebro el que será accionado para que nuestra percepción se procese.
¿ Cómo transfiere el periespíritu las informaciones para el cerebro físico?.
Solo hay una forma: distribuyendo las características de los objetos para que el cerebro pueda comprender lo que fue visto del otro lado de la vida.
¿Entonces, cómo ve el médium ?En el otro lado, en la dimensión espiritual, hay una manzana, un bolígrafo y una bella flor o un vistoso pájaro- los mismos objetos que nos sirvieron de ejemplo en el campo físico.
Los videntes y los clarividentes verán los varios aspectos por separado. Por eso los relatos mediúmnicos pueden divergir en cuanto a la coincidencia o no de los colores, localización, movimiento, dimensiones, etc, a quien pertenecería y las experiencias previas- cada médium puede ver apenas uno o más fragmentos de la información.
Eso revela la complejidad del fenómeno de la videncia y de la clarividencia, y principalmente el grado de dificultad para aceptar la fidelidad de sus relatos.
Allan Kardec enseña que la mediunidad es un fenómeno que se procesa a través del cerebro del médium
(Las interpretaciones que aquí figuran son solamente mis sugestiones para el estudio – no proceden del cuerpo doctrinario de la Doctrina Espírita)
.Dr. Nubor Facure hablando sobre Mediumnidad y Dolencias Espirituales
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Todo en la vida necesita de sus procesos, de su tiempo para madurar. El ser humano, que forma parte de la misma, de todo aquello que le rodea, ha de ser consciente de la realidad que a cada momento le afecta, pero siempre es mucho mejor afrontarla con serenidad para hacer un análisis correcto de cada situación y actuar de la mejor forma posible.
Existe una frase memorable atribuida a Francisco de Asís que dice: “Luchemos por alcanzar la serenidad de aceptar las cosas inevitables, el valor de cambiar las cosas que podamos y la sabiduría para poder distinguir unas de otras”.
Vivimos inmersos en un proceso evolutivo sabiamente dirigido por lo Alto, donde el acaso, el azar, la casualidad o la suerte no existen de la forma en que se entiende vulgarmente. Hay marcadas unas directrices que se adecuan a las necesidades de crecimiento espiritual, la mayoría de ellas programadas antes de encarnar; no obstante, alejadas de un falso determinismo que le condene irremediablemente.
Por tanto, la serenidad, cuando se cultiva y trabaja, se convierte en un valioso recurso que puede sustentar al ser humano en los procesos naturales de la vida para seguir creciendo, y así evitar muchos errores fruto de la imprevisión, el descontrol o la precipitación.
La serenidad sustenta la prudencia, la paciencia; es la consecuencia directa de la fe en Dios Padre y un signo inequívoco de la confianza en el porvenir que está reservado.
Como siempre, la mentora Joanna de Ângelis amplía los horizontes con sus sabios consejos y comenta al respecto:
Necesitas de serenidad a cada paso. Serenidad para discernir, actuar y vivir. (*)
La serenidad es imprescindible en todas las circunstancias de la vida, para discernir lo más adecuado y actuar en consecuencia. Forma parte de la esencia de vivir. No es en absoluto incompatible con la determinación, el coraje o la diligencia a la hora de acometer algo.
Nadie dice que sea tarea fácil, o que simplemente con proponérselo se pueda lograr sin autodisciplina o autocontrol.
La vida es galopante y cambia sus escenarios a cada minuto, exigiendo permanente serenidad a fin de no aplastar a las personas.
El ser humano vive inmerso en constantes vaivenes, tanto sociales como laborales, familiares y de carácter personal.
La exigencia es permanente. Casi de repente, sin proponérselo, se puede pasar de los momentos de sosiego y de tregua, a otros mucho más agitados,. Quien se deja llevar por las situaciones, por las corrientes sin control, será arrastrado por los caminos del desequilibrio, la incertidumbre y el desasosiego.
Quien se aflija e intente seguir la velocidad gigantesca de estos días se destruirá, porque sale de una para otra situación con mucha rapidez, sin tiempo para adaptarse en la fase anterior.
Nadie se debe sentir obligado a dejarse arrastrar por nada ni por nadie. Todo transcurre, como comenta la venerable benefactora, con mucha rapidez, sin apenas tiempo para adaptarse, y en consecuencia, sin poder aprovechar las enseñanzas que el momento y las circunstancias proponen.
Por tanto, es muy necesario un respiro, para que las personas no se dejen avasallar ni envolver por los prejuicios, o también, quizás, por aquellos que, de forma precipitada, buscan aliados fieles en esta carrera sin control y sin un fin determinado.
Las noticias llegan y los acontecimientos pasan, produciendo inmenso desgaste emocional, mental y físico.
Un ejemplo claro es la pandemia que afecta actualmente a toda la sociedad mundial. Noticias y contranoticias se confunden y aturden todavía más. El miedo y una enorme inseguridad se instala en las personas; y en lugar de educarse en valores para una mejor convivencia se señalan unos a otros, acusándose de insolidarios, convirtiéndose en jueces y policías del prójimo. Todo ello provoca un inmenso desgaste que no conduce a nada positivo.
En resumen: A mayor ansiedad, angustia y miedo, menor autocontrol y claridad de ideas.
Por tanto, resulta impostergable la necesidad de trabajar íntimamente la serenidad para comprender que hay momentos para la reflexión, momentos para el silencio, momentos para opinar en diálogo constructivo y momentos para actuar con equidad, templanza; y sobre todo, coherencia.
Todo pasa, como ya pasaron otras pandemias, así como otros desastres; situaciones puntuales que sirven para reforzar aquello muy necesario que pudo haberse dejado de lado, eliminando pautas de comportamiento social que no son positivas para el conjunto. Históricamente está demostrado que, después de una catástrofe, viene una época de crecimiento y maduración de comportamientos, de nuevas posibilidades beneficiosas para la sociedad, lo que estimula el ingenio y obliga al ser humano a poner el foco en la dirección correcta; eliminando, por ejemplo, ocupaciones estériles que hasta ahora podían estar absorbiendo negativamente.
Resguárdate en la serenidad, preservando los equipamientos de tu existencia, que están programados para un uso adecuado y no para el abuso.
La serenidad resguarda de muchas equivocaciones, de muchos desequilibrios. Por el contrario, la falta de vigilancia, de autocontrol, conduce al desgaste de esos equipamientos naturales que posee el ser humano, destinados para el crecimiento en todos los órdenes de la vida.
Es conveniente, por tanto, reflexionar sobre su conveniencia y necesidad permanente. Para ello se requiere autodisciplina, control de los pensamientos, porque ahí es donde nacen las edificaciones beneficiosas, así como también los grandes desastres cuando no están los pensamientos bien gobernados.
Si por acaso, en algún momento se pierde el control, resulta necesario recurrir a la oración revitalizadora, como una forma para reconectar con el yo interno, solicitando ayuda a lo Alto, a los benefactores que asisten y ayudan. Es humano errar, pero existe la oportunidad y también el deber de buscar la forma de restablecer el equilibrio perdido lo antes posible.
En definitiva, la serenidad permite ganar tiempo para madurar las cosas y optar por las mejores resoluciones que beneficien a todos. Es una forma clara de amor y respeto hacia uno mismo. Ayuda a escuchar el interior de cada uno para vislumbrar el auténtico camino; para ello es preciso silenciar el ruido exterior, haciendo un pequeño alto en el camino para sintonizar con la fuente Divina, lo que los guías espirituales sugieren, adquiriendo unas directrices que marquen un rumbo seguro, lleno de confianza, asumiendo las responsabilidades auténticas en dirección al destino feliz.
José M. Meseguer- Amor, Paz y Caridad.
(*) El texto en negrita pertenece a la obra VIDA FELIZ, Ítem: 101; Joanna de Ângelis – Divaldo Pereira Franco.
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CONTROLAR LA ANSIEDAD
Controlar la ansiedad va más allá de un ansiolítico
Quienes han sufrido de ansiedad en cualquiera de sus formas, podrán haber recurrido con o sin recomendación médica al uso de fármacos, bien sea ansiolíticos, recaptadores de serotonina, antidepresivos o alguna combinación, para salir de los síntomas de forma rápida.
Sin embargo, esto no resulta sino en un atajo de un proceso que va más allá de adormecer los síntomas a través de un medicamento que por lo general trae consigo más efectos colaterales que lo que intentamos tratar. La desesperación que se siente al perder el control, hace que la persona afectada tome cualquier sugerencia como válida, para sumergirse en un problema que puede volverse más complejo que el original.
Ansiedad
Quienes han controlado o mejor aún, han desaparecido la ansiedad de sus vidas, no lo han hecho a través de medicamentos. Quizás algunos los han utilizado en momentos en los cuales han sentido demasiada sensibilidad ante los síntomas de la ansiedad, pero para realmente liberarse de ese estado para nada deseado, se han convencido de que la solución a su problema no se encuentra en un blíster de pastillas recetadas.
La ansiedad no se debe ver como a una enemiga, por más indeseable que parezca, de hecho podemos verla como una alarma que se dispara cuando estamos viviendo nuestras vidas de manera inadecuada, donde no le estamos dando valor a las cosas importantes, donde estamos invirtiendo nuestro tiempo en cosas que no nos nutren el alma, donde nos encadenamos a relaciones tóxicas o sencillamente nos cuesta ver el lado amable de la vida.
Optimismo
No tiene sentido vaciar la bandeja de entrada sin haber leído el mensaje, si se quiere dormir los síntomas de la ansiedad, sin entenderla, sin escuchar lo que viene a decir, su existencia no valdrá la pena, pero no significa que desaparecerá, estará allí hasta que se generen los cambios de raíz que se requieren.
Escuchar al cuerpo en cada una de sus manifestaciones, sin volverse hipocondriaco o un traductor de dolencias del alma, nos puede ahorrar muchos problemas de salud física y mental. Entender cómo funciona nuestro sistema es vital, saber que por ejemplo la ansiedad en sí misma no puede hacernos un daño físico real, pero que el daño que le hacemos a través del uso indiscriminado de medicamentos para combatir su presencia sí lo es y no hace más que complicar el cuadro y alejarnos de la verdadera salida del problema.
La ansiedad no permite pensar con tranquilidad, de hecho se teme por perder la cordura, se limita la capacidad de meditar, de respirar, de estar… pero se debe buscar en lo profundo del ser, donde todo está en orden perfecto, los recursos que todos poseemos para sanar, para entender, para trascender.
Cómo-curar-la-herida-del-rechazo
Desde un nivel de consciencia superior sabemos que nuestro cuerpo tiene la sabiduría divina para hacer lo que le corresponda cuando le corresponda, que no será necesario tomarnos el pulso o la tensión, para verificar que podemos continuar o debemos pausar nuestras vidas y que sencillamente podemos dedicarnos a vivir con confianza en nuestro sistema y dejar de vivir desde el miedo, desde la duda, desde la angustia y sencillamente dejarnos ser, porque todo lo que tenga que pasar, pasará y de manera natural. Así que dediquémonos a vivir, no a sobrevivir y no deleguemos en un medicamento la sanación que solo de nuestro interior puede provenir
Quienes han sufrido de ansiedad en cualquiera de sus formas, podrán haber recurrido con o sin recomendación médica al uso de fármacos, bien sea ansiolíticos, recaptadores de serotonina, antidepresivos o alguna combinación, para salir de los síntomas de forma rápida.
Sin embargo, esto no resulta sino en un atajo de un proceso que va más allá de adormecer los síntomas a través de un medicamento que por lo general trae consigo más efectos colaterales que lo que intentamos tratar. La desesperación que se siente al perder el control, hace que la persona afectada tome cualquier sugerencia como válida, para sumergirse en un problema que puede volverse más complejo que el original.
Ansiedad
Quienes han controlado o mejor aún, han desaparecido la ansiedad de sus vidas, no lo han hecho a través de medicamentos. Quizás algunos los han utilizado en momentos en los cuales han sentido demasiada sensibilidad ante los síntomas de la ansiedad, pero para realmente liberarse de ese estado para nada deseado, se han convencido de que la solución a su problema no se encuentra en un blíster de pastillas recetadas.
La ansiedad no se debe ver como a una enemiga, por más indeseable que parezca, de hecho podemos verla como una alarma que se dispara cuando estamos viviendo nuestras vidas de manera inadecuada, donde no le estamos dando valor a las cosas importantes, donde estamos invirtiendo nuestro tiempo en cosas que no nos nutren el alma, donde nos encadenamos a relaciones tóxicas o sencillamente nos cuesta ver el lado amable de la vida.
Optimismo
No tiene sentido vaciar la bandeja de entrada sin haber leído el mensaje, si se quiere dormir los síntomas de la ansiedad, sin entenderla, sin escuchar lo que viene a decir, su existencia no valdrá la pena, pero no significa que desaparecerá, estará allí hasta que se generen los cambios de raíz que se requieren.
Escuchar al cuerpo en cada una de sus manifestaciones, sin volverse hipocondriaco o un traductor de dolencias del alma, nos puede ahorrar muchos problemas de salud física y mental. Entender cómo funciona nuestro sistema es vital, saber que por ejemplo la ansiedad en sí misma no puede hacernos un daño físico real, pero que el daño que le hacemos a través del uso indiscriminado de medicamentos para combatir su presencia sí lo es y no hace más que complicar el cuadro y alejarnos de la verdadera salida del problema.
La ansiedad no permite pensar con tranquilidad, de hecho se teme por perder la cordura, se limita la capacidad de meditar, de respirar, de estar… pero se debe buscar en lo profundo del ser, donde todo está en orden perfecto, los recursos que todos poseemos para sanar, para entender, para trascender.
Cómo-curar-la-herida-del-rechazo
Desde un nivel de consciencia superior sabemos que nuestro cuerpo tiene la sabiduría divina para hacer lo que le corresponda cuando le corresponda, que no será necesario tomarnos el pulso o la tensión, para verificar que podemos continuar o debemos pausar nuestras vidas y que sencillamente podemos dedicarnos a vivir con confianza en nuestro sistema y dejar de vivir desde el miedo, desde la duda, desde la angustia y sencillamente dejarnos ser, porque todo lo que tenga que pasar, pasará y de manera natural. Así que dediquémonos a vivir, no a sobrevivir y no deleguemos en un medicamento la sanación que solo de nuestro interior puede provenir
- Viviana Clara Gianitelli-
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