lunes, 24 de agosto de 2020

Amor con amor se paga

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Pausa para reflexionar 

 2.- El progreso de los mundos y de los Espíritus  

   Pensamiento   

3.- Educación Mediúmnica   

 4.- Amor con amor se paga                                                                                                                                                                       



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    PAUSA PARA REFLEXIONAR

" Es necesario hacer una pausa en el ruido  de las máquinas para poder escuchar el latido del corazón del universo"  (Paulo Bomfim, poeta paulista – 1926/2019)


                                                                       

Igualmente nos vemos obligados a parar, obligados por el dolor y precavidos ante el agravamiento de los males que asolan al planeta, el corazón del universo sigue latiendo, bombeando la energía que sustenta la vida.

Aunque la oscuridad y el oscurantismo parecen crecer en el mundo, es posible vislumbrar la claridad más allá del túnel. Una vez atravesado este, vemos de nuevo que nos baña la luz. Porque ella es la síntesis de la vida. Mientras tanto no todo es oscuridad.bajo sus ciudades como señaló cierta vez. el rabino y líder religioso inglés Jonatahan Sacks; tiempos oscuros nos permiten vez con más claridad la llama de las velas.

Mantengámonos atentos, con la mente tranquila, y seremos todos capaces de percibir muchas llamas cercanas trayendo focos de luz en la oscuridad;

Llamas que crepitan, sostenidas por dedicados profesionales de la salud. Olvidados de sí, ellos dan lo mejor de su tiempo en favor de los pacientes bajo sus cuidados.

Podemos verlas en manos de los investigadores, en laboratorios analizando  muestras de vacunas   o buscando remedios para aliviar el dolor y calmar la dolencia.

O también, en la acción de millares de personas dispuestas a movilizar sus recursos materiales en favor de los habitantes de la calle, asilos, viveros. obras sociales o familias desamparadas, victimas de la miseria, del hambre, del desempleo y de la enfermedad.

Son vistas también bajo la custodia de empresarios o de empresas que ante el desequilibrio económico y social. se dan cuenta de su potencial filantrópico y se movilizan en la producción de bienes y servicios desinteresados en favor de la sociedad carente.

La disposición para el bien puede estar presente entre pobres y ricos. Episodios como este, que a todos atañe, son siempre oportunidad para el resurgir de llamas, a veces adormecidas en el fondo del alma de quien se entregó a la acomodación de la vida fácil, sin mayores desafíos.

Tal vez, para vislumbrar esas llamas, derrotando la oscuridad y el oscurantismo, tengamos que liberarnos de algunas vendas colocadas sobre nuestros ojos, tales como:

El pesimismo acerca del hombre y del mundo y del potencial remanente en el alma de aquel, en pro de la transformación de este; La desesperanza nacida del nihilismo, de la falsa idea de que el aquí y el ahora agotan la realidad de la vida.

El orgullo procedente de la convicción de que somos dueños de la verdad, en contraposición a las creencias y valores de los demás.

El egoísmo que se demora en nosotros, haciéndonos acumular recursos materiales bajo el pretexto de que somos previsores, pero solo en nuestro favor, o cuando mucho, de los más cercanos a nosotros.

Pesimismo, desesperanza, orgullo y egoísmo componen y agravan el cuadro trágico que, de cuando en cuando se abate sobre nuestro mundo.evidenciando unos estados de imperfección que ya deberíamos haber superado.

Pero, es también en esos momentos de dolores colectivos, cuando podemos percibir mejor los puntos de luz que emanan de hombres y mujeres sintonizados con los tiempos venideros, cuando seremos todos aptos en plena vivencia de la solidaridad, de la promoción del progreso y de la paz, independientemente de los naturales desafíos de la vida.

En la pausa a que somos forzados, agudizamos mejor la vista para percibir la luz que deshace la oscuridad y afinamos los oídos para escuchar los latidos del universo. Y el mal, episódico y puntual, es apenas la ausencia del bien, resultado de la ignorancia acerca de las leyes de la vida, que todos pueden conocer, pero no siempre están aptos para comprender  ( El Libro de los Espíritus, cuestión 619)

- Redacción de Opinión CEPPA-

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EL PROGRESO DE LOS MUNDOS Y DE LOS ESPÍRITUS

A medida que progresa moralmente, el Espíritu se desmaterializa, es decir, se depura al liberarse de la influencia de la materia; su vida se espiritualiza, sus facultades y percepciones se amplían; su felicidad es proporcional al progreso realizado. No obstante, como actúa en virtud de su libre albedrío, puede por negligencia o mala voluntad retardar su adelanto; prolonga, por consiguiente, la duración de sus encarnaciones materiales, que entonces se convertirán enun castigo, dado que por sus faltas permanece en las categorías inferiores, obligado a recomenzar la misma tarea. Así pues, del Espíritu depende abreviar, por medio del trabajo de purificación realizado sobre sí mismo, la duración del período de las encarnaciones.

*. El progreso material de un globo acompaña el progreso moral de sus habitantes. Ahora bien, como la creación de los mundos y de los Espíritus es incesante, y como estos progresan más o menos rápidamente, conforme al empleo que hagan de su libre albedrío, resulta de ahí que hay mundos más o menos antiguos, con grados diferentes de adelanto físico y moral, en los cuales la encarnación es más o menos material y, por consiguiente, el trabajo para los Espíritus es menos arduo. Desde este punto de vista, la Tierra es uno de los globos menos adelantados. Poblado por Espíritus relativamente inferiores, la vida corporal es en él más penosa que en otros planetas. También los hay más atrasados, donde la existencia es todavía más penosa que en la Tierra, y en comparación con los cuales ésta sería un mundo relativamente feliz.

EL GÉNESIS
ALLAN KARDEC.

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PENSAMIENTO:  "El preconcepto es algo enseñado y no adquirido. Nadie nace odiando al prójimo, por su color, religión o etnia"

         -Suely Carvalho-

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Educación Mediúmnica

Por Dora Incontri             

Tres requisitos son fundamentales para la práctica consciente y elevada de la mediúmnidad:

1) La capacidad de concentración: “Lo  más importante (…) es la calma y el recogimiento que se debe tener, junto  a un deseo y una firme voluntad de éxito.  Y por voluntad no nos referimos aquí a un deseo efímero e inconsecuente, a cada momento interrumpido por otras preocupaciones, más si a una voluntad seria, perseverante, sustentada con firmeza, sin impaciencia ni ansiedad.  El recogimiento es favorecido por la soledad, por el silencio y el alejamiento de todo lo que pueda provocar distracciones. (El Libro de los Mediums, ítem 204). Durante los trabajos mediúmnicos, es preciso saber aislar la mente de todas  las dispersiones  a que estamos habituados. Enfocar el pensamiento en el propósito de servir, fijar la emoción en Jesús (se puede usar el recurso de la proyección de la imagen de Cristo, de preferencia no la de Cristo crucificado, más si la de Cristo  dulce y consolador, a la vera de los lagos, en lo alto de los montes…), direccionar conscientemente vibraciones para los Espíritus sufridores comunicantes. Se trata de una disciplina mental, que deberíamos practicar  diariamente y no solo apenas en la hora de la práctica de la mediúmnidad. Saber centrar y controlar los propios pensamientos es una conquista importante del espíritu. Mas no es algo que se obtiene  fácilmente. Es preciso la calma y la persistencia. Entretanto, hay dos movimientos mentales distintos en la sesión mediúmnica: a) direccionar el pensamiento, teniendo en vista la oración, la emisión de vibraciones o la proyección de una imagen y b) vaciar la mente para permitir que el Espíritu comunicante manifieste su pensamiento.

2) El autoconocimiento: Siendo la mediúmnidad un acto de comunicación entre nosotros y otras inteligencias en estados más o menos avanzados, es indispensable saber exactamente lo que somos, lo que pensamos y lo que deseamos, para distinguir lo más posible  nuestro pensamiento de los pensamientos  que nos llegan durante la sesión mediúmnica o en lo cotidiano. En posesión de nosotros mismos, conscientes  de nuestras conquistas y de nuestras debilidades, queda más fácil separar la manifestación de los Espíritus  de nuestra propia personalidad. Sin embargo en toda manifestación mediúmnica siempre hay una influencia mayor o menor del médium. “… ¿el Espíritu del médium no es jamás completamente pasivo?- El es pasivo cuando no mezcla sus propias ideas con las del Espíritu comunicante, más nunca se anula completamente. Su concurso es indispensable como intermediario, aun mismo cuando se trate de los llamados médiums mecánicos.” (El Libro de los Mediums, ítem 223, cuestión 10 – Ver también el resto del capítulo XIX – El papel del médium en las comunicaciones).

3) el encajamiento en la auto-educación: “Si el médium,  en cuanto a la ejecución, es apenas un instrumento, en lo tocante a la moral ejerce gran influencia. Porque el Espíritu comunicante se identifica con el Espíritu del médium y, para esa identificación, es necesario haber simpatía entre ellos, y si así podemos decir, afinidad. El alma ejerce sobre el Espíritu comunicante una especie de atracción o repulsión, según el grado de semejanza o  desemejanza  entre ellos. Ahora, los buenos  tienen afinidad con los buenos  y los malos, con los malos, de donde se sigue  que las cualidades morales del médium tienen influencia capital sobre la naturaleza  de los Espíritus  que se comunican  por su intermedio. Si el médium es de baja moral, los Espíritus inferiores se agrupan en torno de él y están siempre prontos a tomar el lugar de los buenos Espíritus  a que el  apelo. Las cualidades que atraen de preferencia a los Espíritus buenos son: la bondad, la benevolencia, la simplicidad de corazón, el amor al prójimo, el desprendimiento de las cosas materiales. Los defectos que los apartan son: el orgullo, el egoísmo, la envidia, los celos, el odio, la codicia,  la sensualidad y todas las pasiones por las cuales el hombre se apega a la materia. “(El Libro de los Mediums, ítem 227) Es evidente que no se espera la actitud ya  santificada por parte de un médium, sujeto a las leyes de la evolución terrenal. Sin embargo, la simpatía y la protección de los buenos Espíritus se dan en la medida de los esfuerzos que el hace para vencer en si mismo  y superar deficiencias y desequilibrios – siendo la propia mediúmnidad un instrumento inigualable de elevación. Por ella, muchas veces recibimos la inspiración.los consejos  y las orientaciones morales necesarias para nuestro adelantamiento. Por ella, identificamos mejor nuestras debilidades, pues si pusiéramos atención en nosotros mismos, observaríamos como los Espíritus perturbadores se aprovechan de ellas.

Mediúmnidad  y emoción

La percepción extra-sensorial de los Espíritus se da generalmente en primer lugar en el patamar de la emoción. La asimilación de ideas es siempre posterior al impacto emocional. Y eso tanto en lo cotidiano, como en el espacio de una sesión mediúmnica. Tristeza, angustia, rabia, nerviosismo, tedio u, por otro lado alegría, paz de espíritu, hasta aun mismo sensación de éxtasis    pueden ser síntomas de una presencia espiritual.

En ese paso, debe entrar el médium con su autoconocimiento para distinguir sus propias emociones de aquellas provocadas  o potenciadas por los Espíritus. Las emociones que pertenecen al propio médium son aquellas cuyas causas son fácilmente identificativas. Se queda triste  o irritado  por algún motivo. Si no hay motivo alguno, se puede desconfiar de alguna interferencia extraña. Y si hay algún motivo, más  nuestra reacción está exagerada, entonces se puede estar juntando a nuestra rabia o a nuestra tristeza, la influencia de otros espíritus. Ellos potencializan nuestras emociones.

 Inversamente también acontece. Si algún día nos sentimos especialmente leves, tranquilos y felices, sin ningún motivo  aparente, esto puede  darse por la recordación de un contacto espiritual venturoso durante el sueño o incluso por la aproximación de algún Espíritu, durante el estado de vigilia.

Para saber lidiar con nuestras propias emociones y aun con las emociones ajenas, es preciso desenvolver larga autodisciplina. Anular emociones o racionalizarlas en exceso  no es el camino, pues no se trata de enfriarlas hasta el punto de tornarnos indiferentes. Más si es preciso controlarlas, en vez de dejarnos atropellar por ellas. Llorar, reír, indignarse, entristecerse son reacciones humanas naturales. Sin embargo, tanto la alegría como el dolor, así como la indignación, deben ser comedidas, no deben dejarnos salir del eje. En el médium, el descontrol emocional puede ser la puerta abierta  a la obsesión, pues es en el justo momento en que perdemos nuestro autocontrol que los Espíritus perturbadores pueden instalar sus pensamientos y sus impulsos en los nuestros y podemos ser llevados a hablar y actuar empujados por ellos. Eso en lo que se refiere a la vigilancia diaria que el médium debe tener consigo mismo

En la hora propiamente dicha de la comunicación, tal control es esencial para que haga fluir más eficiente entre los dos planos.  Si el espíritu comunicante está en desequilibrio emocional es justamente la serenidad del médium la que va a contribuir para su reequilibrio. Si el médium se deja dominar completamente, en vez de ayudar al otro, estará desayudándose a si mismo. Si el Espíritu comunicante fuera un Espíritu superior y, sobretodo, si tuviera ligación afectiva profunda con el médium, las lágrimas serán manifestación natural de gratitud, amor o pesar. Más si hubiera  exceso, el contenido de la comunicación, sea oral o escrita, sufrirá en calidad, pues el médium estará enteramente tomado por la emoción y no facilitara la claridad  de las ideas. Es verdad que, algunas veces, el espíritu Superior no desea comunicarse o no puede hacerlo, provocando lágrimas y tocando corazones, con su vibración amorosa. En ese caso, no hay  la preocupación de una transmisión de ideas, más si justamente el despertar de sentimiento fecundos en el médium y en los asistentes de la reunión.

Mediúmnidad y educación

Estos dos temas están intrínsecamente relacionados, pues todo lo que es propio del ser humano debe ser comprendido de forma pedagógica. Ya que la meta del espíritu es la perfección, todos los medios para conseguirla son educación.

 En el caso de la mediúmnidad es medio y fin.

La mediúmnidad como medio de perfeccionamiento

Es medio porque puede tornarse importante instrumento de la evolución humana, tanto para quien la practica, como para quien n de ella es beneficiario. El médium puede emplearla para mejorar su percepción del mundo, para instruirse  con el contenido espiritual de que es intermediario, instruyendo también al prójimo. Cuando  lidia con otros espíritus, superiores o inferiores a él, en moralidad o inteligencia, está en proceso de aprendizaje e interacción,  acumulando un conocimiento experimental del ser, que no puede ser buscado en ningún compendio.

Ese aprendizaje que la mediúmnidad proporciona tiene un alcance pedagógico más amplio. En el descorrer de la historia  humana, filósofos y profetas, artistas y científicos, conscientemente o no, han servido de intermediarios, inter existenciales, construyendo el conocimiento humano, de forma interactiva con el plano espiritual. Sócrates se refería a su daimon, como la voz inspiradora  de sus acciones. Descartes afirmaba que toda su filosofía se había iniciado a partir de tres sueños, proporcionados por el espíritu de Verdad. Rousseau contaba como tuviera una visión de las ideas que desenvolvería en sus libros. Más asumir la comunicación  mediúmnica, como parte constitutiva de la construcción del conocimiento nunca fue tan explicito y transparente.

 La abnegación mediúmnica

La participación del médium en un proceso de auto educación significa que el usará sus potencialidades psíquicas de forma responsable y beneficiosa. El Libro de los Mediums habla de “desear el bien y repeler el egoísmo y el orgullo”.  (Cap. XX, Ítem 226, n. 11) Dice el libro de los Espíritus que la “sublimidad de la virtud consiste en el sacrificio del interés personal para el bien del prójimo, sin segunda intención” (cuestión 893) De entre los empeños morales del médium, uno de los mayores debe ser el de abnegarse, el de hacer el Bien sin deseo de recompensa de cualquier especie. Eso engloba el abandono de todo interés personal: dinero, poder, fama o aun mismo retribución psíquica y afectiva.

Al contrario de las corrientes espiritualistas anglosajonicas en que se hace el comercio abierto de la mediúmnidad, es corriente en el medio espirita brasileño, el rechazo del interés financiero mezclado  a la actividad mediúmnica. En su mayoría, los médiums adeptos de la Doctrina Kardeciana, se abstienen  de sacar provecho económico de sus facultades. Cuando lo hacen, su seriedad mediúmnica es puesta en duda. De hecho, misturar la ambición de lucro monetario de una actividad que requiere todo respeto, toda abnegación y toda elevación mental,  es sujetarla a influencias  más despectivas posibles. Pretender lidiar  con el mundo espiritual, ser intermediario de seres  en otra dimensión, servir de puente entre los dos mundos - al precio de un producto  de mercado es abrir espacio para cualquier tipo de mistificación.  El cliente que paga  tiene derechos; quien vende un producto ha de dar garantía de lo que vende. Siendo  el hecho mediúmnico una interacción de inteligencias  autónomas y libres, el médium nada puede  ofrecer con garantía  y mucho menos hacerse pagar por comunicaciones que no dependen de el. Más allá de eso, comercializar las bendiciones de lo alto o la caridad practicada es  infracción grave de las leyes divinas. Basta recordar que una de las pocas veces en que Jesús se indigno con energía, fue contra los mercaderes del templo.

Es importante fijar ese aspecto, porque la tentación diaria  a la que el médium se ve sometido es muy grane.  Y, a pesar del acostumbrado rechazo del movimiento espirita brasileño a comerciar la mediúmnidad, comienza a surgir cierta tolerancia en relación a médiums de cura, lo que también es inadmisible. Aun más considerándose  el hecho de que la mediúmnidad es siempre un fenómeno delicado para ser comprobado y ofrece apenas un grado relativo de seguridad. De esa  forma, la exclusión del interés financiero  es la primera garantía de seriedad, aunque no suficiente. Esto también sirve para los libros mediúmnicos. En cualquier actividad, donde hay interés de lucro, el podrá sobreponerse a cualquier preocupación de ética y calidad. Así, cuando se trata de algo sagrado, la abnegación debe ser absoluta.

Más no se trata de intereses financieros apenas. Dado el atavismo milenario de la humanidad de procurar gurús y se aferran a los chamanes, oráculos y los lectores de la suerte, existe la tendencia de proyectar esas ansias de dependencia para los médiums contemporáneos – y algunos  se complacen  en eso.  por el hecho de  poseer un conocimiento más preciso de dadas situaciones o personas  o aun mismo del pasado y del futuro, ese conocimiento muchas veces es usado como medio de mantener  a los otros en dependencia psíquica o en estado de idolatría. El  médium y su cliente entran en un juego de vampirismo mutuo,  en el que el primero se alimenta de la adoración servil y el segundo se vicia en las orientaciones  y consejos para su vida en particular. Por tanto, en una relación de poder, en la que el orgullo y el egoísmo entran como actores principales.

La dominación psíquica puede ser también colectiva, cuando el médium se deja embriagar por la fama derivada de obras y fenómenos  de que fue intermediario,  juzgándose merecedor de elogios y privilegios.  Precaverse contra la vanidad, abnegarse de si mismo es el remedio. Según Kardec, el médium  moralizado, al contrario del médium vanidoso, “convencido de que su facultad es un don que le fue concedido para el bien, no prevalecerá  de ninguna manera,  ni  se atribuirá cualquier mérito  por poseerla. Recibe como una gracia  las buenas comunicaciones, debiendo esforzarse por merecerlas a través  de su bondad, de su benevolencia y de su modestia. El primero se enorgullece de sus relaciones  con los Espíritus superiores;  este se humilla, por considerarse siempre indigno de ese favor.” (Libro de los Médiums, ítem 229).

 Dora Incontri: *Educadora, maestra y doctora en Educación, periodista, escritora, creadora de la Asociación Brasileña de Pedagogía Espirita (ABPE) y del curso de pos graduación  en Pedagogía  Espirita.


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       AMOR CON AMOR SE PAGA

Está visto que los últimos años de mi actual existencia os he de al consuelo de mis semejantes. Decía Fenelón que un amigo desgraciado es más propio que otro cualquiera para aliviar nuestras penas; y creo que el sabio decía una gran verdad, porque yo encuentro más alivio a mis pesares poniéndome en relación con un pobre que con un rico, y a los que padecen les sucede otro tanto relacionándose conmigo, que sin ser de las personas más desgraciadas, estoy muy lejos de figurar entre los individuos felices, sea por lo que sea, no pasa el día que no reciba una larga epístola, contándome en ella una serie de desventuras, pidiéndome para ellas algún consuelo; y yo, aunque me es imposible atender a todos los que me preguntan y me piden una comunicación de los espíritus, hay relatos tan conmovedores, hay revelaciones tan dolorosas, que no puedo menos que pedir a los invisibles una palabra de consuelo para este o aquel infortunado.

  Últimamente recibí una carta muy extensa de un hombre, que según me dice, es viejo, pobre y solo en el mundo. Este infeliz hace más de veinte años que amparó a una mujer abandonada de su esposo, del que no se ha podido localizar su paradero; la pobre abandonada se encontró lejos de su tierra natal, sin conocer a nadie más que al autor de la carta a que me refiero. Julián se compadeció de la infeliz Luisa y la tomó a su servicio. y tantas fueron las buenas condiciones que fue descubriendo en ella, que la única pena que sentía era el no poderla hacer su esposa, por ignorarse el paradero del esposo de Luisa.

   Hará unos tres años que Luisa enfermó, sin poderse averiguar cual era su dolencia, hasta que al fin, médicos renombrados la visitaron y dijeron a Julián que Luisa estaba herida de muerte, porque tenía un cáncer en el estómago, además de tener el cuerpo cubierto de una erupción incurable. Y aquella mujer que había sido tan limpia, tan trabajadora y tan hacendosa, que la presentaban como modelo, por su limpieza y su actividad, se quedó postrada en el lecho, exhalando su cuerpo un hedor tan insoportable que ninguna criada quería cuidarla, ni ninguna lavandera lavarle la ropa, y Julián era el único que la cuidaba de día y de noche, cuidando de la enferma y con la miseria, porque ocupado permanentemente de atender a Luisa, su pequeño comercio se fue a pique, porque nadie, absolutamente nadie, acudía a su casa a comprar los cereales que vendía. Julián, apuradísimo, pidió auxilio a sus más íntimos amigos, y estos le dijeron; "Lo que debes de hacer es llevarla al Hospital; tu te pierdes y a ella no la salvas. Yo-dijo Julián- ¿llevar al Hospital a una mujer que me ha cuidado tantos años y que tanto se ha interesado por mi suerte?,¡Jamás!. Pediré limosna pero no la dejaré. Y siguió hundiéndose en el abismo del dolor, hasta que Luisa murió en sus brazos; y Julián me escribió diciéndome: "¡ Por Dios señora!; ¡Yo estoy loco ! ; he sufrido tanto y me asaltan tantas dudas, y hasta tengo remordimientos por si no he cumplido bien con mi deber. No es curiosidad. no; no eso, pero ¡Ay! si yo pudiera saber que lazo nos ha unido anteriormente, porque había momentos que mi estómago no podía resistir aquella peste horrible que el cuerpo de Luisa exhalaba y parecía que me decían al oído: "Cumple con tu deber", y entonces besaba la frente de Luisa y le pedía perdón por mi debilidad. ¡ Por Dios señora; pida usted una palabra de consuelo para un pobre viejo que se ha quedado solo en el mundo!".

   El ruego de Julián me conmovió y pregunté a mi guía si le era posible atender a la súplica de aquel infortunado, y el espíritu me contestó lo siguiente:

    "Bien merece ser atendido el que ha sabido atender a una infeliz cuya dolorosa enfermedad la aislaba por completo de sus semejantes. Julián y Luisa son dos espíritus afines; hace mucho tiempo que vienen juntos a la Tierra y han sido hermanos repetidas veces; en su encarnación anterior lo eran; Julián era un hombre dado a la vida aventurera y Luisa era más bien su madre que su hermana. Dice uno de vuestros adagios,que quien mal anda mal acaba, y como Julián iba siempre por los peores caminos, su vida era antihigiénica, que todo su cuerpo se le cubrió de lepra y llagas profundas trituraron su cuerpo, y Luisa fue la única que no le abandonó; diez años fue su ángel bueno, rodeándole de los más solícitos cuidados, no queriendo contraer matrimonio para tener todo el tiempo disponible para él- Fue una verdadera heroína; pidió limosna para atender a su amado enfermo; luchó valerosamente con todos los obstáculos que ofrece la miseria y el dolor, pero consiguió que su hermano, en medio de sus dolores, no sintiera ni el hambre, ni el frío, ni la soledad, porque Luisa no le dejaba solo nada más que cuando el enfermo dormía. Amor con amor se paga, por eso en esta existencia, Julián se ha sacrificado por Luisa que tenía que pagar una deuda y la ha pagado sufriendo lo menos posible, porque ha recogido la cosecha de la semilla que sembró ayer. Cuando tengáis a vuestro lado un enfermo, atendedle, cuidadle, consoladle, porque os aseguráis los cuidados solícitos de aquel a quien consoláis, y si no de aquel mismo ser, de otro cualquiera, porque la semilla del amor tiene una raíces tan sanas, que por mala que sea la tierra en donde la sembréis, arraiga siempre; tanto da que la sembréis en tierra laborable como en hendiduras de una roca, o en movediza arena, las raíces del amor no se secan jamás; en todas partes germinan. Dile a ese pobre viejo que esté contento de sí mismo, porque todo aquel que cumple con su deber, tiene derecho a ser dichoso. Adiós .

    Es verdaderamente consoladora la comunicación que he obtenido, porque pagar deudas de amor,¡ es tan hermoso!. Convertirse en Ángel un ser lleno de defectos, porque ya se sabe que los terrenales estamos todos condenados a cadena perpétua, y cuando rompemos esas cadenas con nuestras virtudes, ¡ qué porvenir tan sonriente nos espera!. ¡ Dichoso el hombre que ha puesto en práctica el adagio de Amor con Amor se paga !.

   - Amalia Domingo Soler -

     LA LUZ DEL PORVENIR (Periódico quincenal espiritista Año I nº 14) 


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