1.- Los buenos días de Merchita
2.- Vida y muerte en una visión espírita
3.- La importancia de la educación
4.- ¿Cómo son los mundos que circulan por el Universo infinito?
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LOS BUENOS DÍAS DE MERCHITA
Queridos amigos, hola buenos días, el proceso de evolución, es lento, porque aquellos que en él estamos involucrados, optamos por lo inmediato, que son las ilusiones que aparentemente aportan las responsabilidades y las luchas, intoxicando nuestros centros de discernimiento y entorpeciendo la razón.
El conocimiento no basta para ofrecer resistencia a persona alguna, ante las inclinaciones para el mal y para el desorden interior.
Después de conseguirlo, se hace imprescindible vivenciarlas, paso a paso, momento a momento, manteniendo la vigilancia y la coherencia en la conducta, a fin de no comprometerse negativamente, desviándose del camino de la rectitud.
Son muchos los que, aun informados de la realidad de la vida, optan por las engañosas pasiones de breve duración, entorpeciendo la conciencia en los vapores del egoísmo y de los deseos irrefrenables que los conducen al malogro. Las herencias asentarles negativas y las múltiples vinculaciones con el vicio, crean residuos que permanecen por un largo periodo impregnados en el periespiritu, impidiendo lograr el objetivo que nos proponemos. Para que eso no acontezca, se hace imprescindible todo el empeño y sacrificio personal, renunciando a las fuertes tendencias perturbadoras, a fin de realizar la transformación moral obligatoria para lograr la felicidad.
El cuerpo es aún una armadura muy pesada para el Espíritu que siente el bloqueo de los compromisos y desvaría en los argumentos de la insensatez, pese a ser advertido y orientado con seguridad.
El ser humano es siempre responsable por las situaciones que se propicia, y como es portador del libre albedrío y del discernimiento debe optar por lo mejor, esto es, aquello que le proporcionar equilibrio y felicidad real, sin la niebla de los engaños.
Nunca dejemos de insistir en la necesidad de educar el pensamiento, en disciplinar las aspiraciones mentales, en la búsqueda psíquica importante, a fin de evitar enredarnos en las mallas de nuestras propias construcciones.
Lo esencial para el Espirita es no detenerse, no hacerse cómplice del mal, no pervertir los objetivos nobles, permaneciendo fiel al compromiso abrazado para hacer lo mejor, aunque no lo consiga. Son muchos los Espíritus enfermos, los que sutilmente, pero con firmeza, se movilizan en los más significativos programas de dignificación humana, intentando dificultar a aquellos que se encuentran involucrados en su realización, inspirando pensamientos equivocados, pero con apariencia de elevación. Induciendo a practicas exóticas, como lo es la de buscar un lugar destacado dentro del grupo, en el que trabajamos, a la usanza de indumentarias con esta o aquella tonalidad, dando un toque de pureza externa a sus actos, sin la correspondiente pulcritud interna, en cuanto insuflan la vanidad desmedida, atrayéndonos hacia posturas que no concuerdan con la actividad que realizamos.
La obsesión sutil es una enfermedad que se propaga desordenadamente entre las criaturas humanas pasando, casi siempre, desapercibida. A su acción nefasta se deben muchos disturbios en el comportamiento terrestre y muchos fracasos ante los compromisos morales y espirituales que deberían ser realizados con más elevada nobleza.
Solamente la constante vigilancia de la conciencia recta constituye el mecanismo de defensa contra esas sorpresas del mundo espiritual inferior.
Es a través del Amor y por medio de la oración que nos vincula al pensamiento Divino y del cual se extraen fuerzas el cuadro en el que nos encontramos se modifica , encontramos salud que poco a poco se modifica para mejor, alterando nuestro comportamiento emocional y psíquico, para finalmente proporcionarnos la recuperación y el equilibrio.
Amigos, estas sublimes enseñanzas, todas absorbidas de los libros, de Divaldo, de Chico Xavier y muchos otros, sirven para esclarecer el espíritu y hacerlo dócil, lucido, y caritativo. Pidamos la bendición Divina y sigamos adelante.
Merchita
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Vida y Muerte en una Visión espirita
Cuentan que el príncipe Siddharta Gautama, después de su iluminación, interrogó oportunamente a sus discípulos, preguntando qué era lo opuesto a la muerte, y ellos contestaron que era la vida.
Después de reflexionar por un momento, el noble maestro explicó, tranquilo, que el inverso de la muerte era el renacimiento, ya que siempre estamos en la vida, la cual deambula a través del cuerpo físico y fuera de él.
En realidad, la vida biológica experimenta, inevitablemente, su disgregación cuando ocurre el fenómeno de la muerte, que libera al Espíritu inmortal de la cápsula en la que se enclaustra....
Viajero del tiempo y del espacio, navega los océanos de energía, energía pensante en la que él, se viste, se desnuda y se reviste de materia orgánica para el ministerio de la evolución, en cuyo curso se encuentra inscrito.
La vida, por lo tanto, desde que es creada por Dios, jamás se extingue, cambiando constantemente de forma de acuerdo con los instrumentos que utiliza, hasta lograr el estado de plenitud o alcanzar el Reino de los Cielos.
La inevitabilidad de la muerte biológica debe constituir una cuestión de fundamental importancia en las reflexiones de todas las criaturas, teniendo en cuenta que llegará el momento en que será alcanzado por ella.
Dependiendo de las circunstancias y de los factores que la desencadenan, la muerte fue transformada en tabú, como si fuese una verdadera desgracia, cuando es simplemente una puerta que se abre en dirección a la realidad...
La concientización de la transitoriedad del cuerpo somático, elaborado por el Divino Amor Para que se constituyera en el suelo fértil para la fecundación y desarrollo de los atributos adormecidos en el Espíritu, representa una conquista valiosa para la armonía del ser durante el aprendizaje terrestre.
Proporcional al respeto que se le dedica a la estructura orgánica, se obtiene una existencia equilibrada o atribulada, lo cual proporciona una liberación fácil o tardía, dependiendo de la manera como haya utilizado su cuerpo. De esta forma, la muerte no significa el fin de la vida, sino la bendición del renacimiento en otra dimensión pletórica de vibraciones y de progreso.
Si no fuera de esta forma, todo proyecto de realización del ser humano perdería su gran significado, cuando la desoxigenación cerebral anulase las continuas modificaciones celulares.
El ser humano tiene como destino la conquista del infinito, y ese objetivo no puede ser alcanzado solamente en una etapa, considerando la incontable pluralidad de constelaciones y de galaxias, que el Padre creó para que sirviesen de morada a Sus hijos…
El sentido psicológico del existir, igualmente sería afectado, debido al pequeño espacio entre la cuna y el túmulo, preludio del aniquilamiento de la inteligencia de la razón, teniendo en cuenta la eternidad…
La muerte, por lo tanto, es renacimiento, sueño momentáneo que posibilita el despertar en un nuevo campo vibratorio.
Después de reflexionar por un momento, el noble maestro explicó, tranquilo, que el inverso de la muerte era el renacimiento, ya que siempre estamos en la vida, la cual deambula a través del cuerpo físico y fuera de él.
En realidad, la vida biológica experimenta, inevitablemente, su disgregación cuando ocurre el fenómeno de la muerte, que libera al Espíritu inmortal de la cápsula en la que se enclaustra....
Viajero del tiempo y del espacio, navega los océanos de energía, energía pensante en la que él, se viste, se desnuda y se reviste de materia orgánica para el ministerio de la evolución, en cuyo curso se encuentra inscrito.
La vida, por lo tanto, desde que es creada por Dios, jamás se extingue, cambiando constantemente de forma de acuerdo con los instrumentos que utiliza, hasta lograr el estado de plenitud o alcanzar el Reino de los Cielos.
La inevitabilidad de la muerte biológica debe constituir una cuestión de fundamental importancia en las reflexiones de todas las criaturas, teniendo en cuenta que llegará el momento en que será alcanzado por ella.
Dependiendo de las circunstancias y de los factores que la desencadenan, la muerte fue transformada en tabú, como si fuese una verdadera desgracia, cuando es simplemente una puerta que se abre en dirección a la realidad...
La concientización de la transitoriedad del cuerpo somático, elaborado por el Divino Amor Para que se constituyera en el suelo fértil para la fecundación y desarrollo de los atributos adormecidos en el Espíritu, representa una conquista valiosa para la armonía del ser durante el aprendizaje terrestre.
Proporcional al respeto que se le dedica a la estructura orgánica, se obtiene una existencia equilibrada o atribulada, lo cual proporciona una liberación fácil o tardía, dependiendo de la manera como haya utilizado su cuerpo. De esta forma, la muerte no significa el fin de la vida, sino la bendición del renacimiento en otra dimensión pletórica de vibraciones y de progreso.
Si no fuera de esta forma, todo proyecto de realización del ser humano perdería su gran significado, cuando la desoxigenación cerebral anulase las continuas modificaciones celulares.
El ser humano tiene como destino la conquista del infinito, y ese objetivo no puede ser alcanzado solamente en una etapa, considerando la incontable pluralidad de constelaciones y de galaxias, que el Padre creó para que sirviesen de morada a Sus hijos…
El sentido psicológico del existir, igualmente sería afectado, debido al pequeño espacio entre la cuna y el túmulo, preludio del aniquilamiento de la inteligencia de la razón, teniendo en cuenta la eternidad…
La muerte, por lo tanto, es renacimiento, sueño momentáneo que posibilita el despertar en un nuevo campo vibratorio.
Aquellos seres queridos que han muerto, en realidad no se consumieron, conforme lo establecen algunas corrientes del materialismo, anulando la grandeza de la vida. Ellos viven y esperan por ti, acompañándote y auxiliándote en la adquisición de los tesoros inmarcesibles de las virtudes espirituales.
Ellos resguardan a los seres queridos, siendo poseedores de una visión más amplia en torno de la realidad que enfrentan, y les agradaría que también fuese conquistada por los seres queridos que aún están en la retaguardia.
Por esta razón, nos animan en medio de las pruebas, ofreciéndonos sus brazos amigos e inspiración continua para que permanezcamos en paz, en medio del rugir de las borrascas peligrosas que se desatan sobre nuestras existencias con cierta frecuencia...
Pero no todos son felices, como se puede comprender fácilmente.
Cada uno despierta conservando los valores con los cuales se adormeció.
Todos los títulos de mérito o demérito permanecen válidos para aquel que los poseyó durante la jornada carnal, después de su descenso al túmulo.
De esta forma, los Espíritus venturosos de hoy son aquellos que se empeñaron en el culto de los deberes elevados, que transformaron su existencia en una hermosa escuela, en la cual desarrollaron la inteligencia y enternecieron el corazón, transformándose en una sinfonía viva del amor.
Aquellos otros, por tanto, que en la existencia terrestre solamente cultivaron los sentimientos negativos, atados a las pasiones nefastas, profundamente vinculados a los vicios, con dificultad se separarán de los despojos en degradación, dando paso a las alucinaciones en las cuales se complacían.
Son infelices y siembran infelicidad, ya que se acercan a las criaturas que vibran en su mismo diapasón, inspirándoles ideas perturbadoras, intoxicándoles con sus fluidos deletéreos, induciéndoles en situaciones deplorables y sometiéndolos, muchas veces, a sus caprichos infelices...
Desconociendo los recursos de elevación o negándolos, yacen en la cárcel de la propia insania, prolongando los padecimientos que los visitaran antes de la desencarnación y que les obstaculizan la alegría y la esperanza...
Sin embargo, no permanecen eternamente en ese estado de mezquindad y aflicción, porque la misericordia del Padre les busca, impulsándolos a los renacimientos expiatorios por medio de los cuales se depuran y se renuevan.
La muerte, por tanto, no debe ser considerada como un desafortunado acontecimiento de la vida, sino al contrario, como la reveladora de la realidad espiritual, en la cual, todos se encuentran inmersos.
Por esto mismo, morir no es conquistar una ventura excelsa, si antes no se atesoró sus pródromos en forma de amor, abnegación y vivencias dignas durante la jornada terrestre.
Cada criatura, por lo tanto, muere conforme vivió, y despierta tal como murió.
No esperes milagros en la desencarnación, cuyo objetivo es conducir hacia el Gran Hogar al aprendiz que viajó antes en la dirección de la escuela terrestre, donde debió haberse mejorado y crecido moralmente.
Cultiva el pensamiento en torno a la desencarnación como una bendición que un día te alcanzara, y no te permitas temerle.
Recuerda a aquellos que se apartaron físicamente de ti pero que no te abandonaron, tratando de sentirlos, captar sus pensamientos y sus emociones cuando son felices, y, si por acaso les percibes las aflicciones, envuélvelos en dulces vibraciones de amor y de ternura por medio de la sublime emanación de la oración, lo cual les hará un gran bien.
Joanna de Angelis
Mensaje Psicografiado por el médium Divaldo Pereira Franco, en la mañana del 22 mayo 2009, en la residencia del Sr. Josef Jackulak en Viena.
Nota: Siddharta Gautama es el nombre de pila del Maestro Buda.
Texto elaborado por la asociación espirita tercera revelación-Bogotá-Colombia.
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LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN
Las generaciones se transforman y mejoran por medio de la educación. Para tener una sociedad nueva se necesitan hombres nuevos, Por lo tanto,la educación de la infancia es importante en sumo grado.
No basta enseñar al niño los elementos de la ciencia. Lo que es tan esencial como saber leer, escribir y contar, es aprender a gobernarse y conducirse como un ser razonable y consciente; es entrar en su vida armado, no tan solo para la lucha material, sino sobretodo para la lucha moral. Pues bien, esto es en lo que menos se piensa. Se procura desarrollar las facultades brillantes del niño, pero no sus virtudes. En la escuela, como en la familia, se descuida demasiado instruirle sobre sus deberes y sobre su destino. Resulta de esto, que desprovisto de principios elevados e ignorando el objeto de la existencia, el día que entra en la vida pública. se encuentra entregado a todas las acechanzas y a todos los impulsos de la pasión en un medio sensual y corrompido.
Aun en la segunda enseñanza, solo se cuida de sobrecargar el cerebro del niño con un montón indigesto de nociones, hechos, fechas y nombres, todo en detrimento de la enseñanza moral. La moral en la escuela, careciendo de sanción afectiva, sin objeto de orden universal, no es nada más que una moral estéril, incapaz de reformar la sociedad.
La educación dada en los establecimientos religiosos es más pueril aún; el niño es presa del fanatismo y de la superstición, y no adquiere más que ideas falsas sobre la vida y el más allá.
Una buena educación moral, raras veces es la obra de un maestro. Para despertar en el niño las primeras aspiraciones al bien, para enderezar su carácter dificultoso, se necesita a la vez perseverancia, firmeza y una ternura de la que solo son capaces los corazones de los padres y madres. Si estos no consiguen corregir a sus hijos,¿ cómo lo va a conseguir aquel que tiene que dirigir a muchos?.
Sin embargo esta no es una tarea tan difícil como parece. No exige ciencia profunda. Grandes y pequeños pueden llenarla si se penetran del objeto elevado y de las consecuencias de la educación. Es preciso acordarse siempre de una cosa, y es que esos Espíritus han venido a nosotros para que les ayudemos a vencer sus defectos y les preparemos para los deberes de la vida. Al casarnos aceptamos la misión de dirigirlos; cumplamos con amor, pero amor exento de debilidad, porque el cariño exagerado está lleno de peligros. Estudiemos desde la cuna, las inclinaciones que el niño trae de sus existencias anteriores; apliquémonos a desarrollar las buenas y a extinguir las malas. No les concedamos demasiados goces, a fin de que acostumbrados desde edad temprana al desencanto, esas tiernas almas comprendan que la vida terrestre es ardua, que cada cual no debe contar más que consigo mismo y con su trabajo, única cosa que proporciona independencia y dignidad. No intentemos apartar de ellos la acción de las leyes eternas. Hay piedras en el camino de cada uno de nosotros; tan solo la sabiduría nos enseña a evitarlas.
No confiéis vuestros hijos a los demás, a no ser que os veáis absolutamente obligados a ello. La educación no debe ser mercenaria. ¿Qué le importa a una nodriza que un niño hable o ande antes que tal otro?. No tiene ni el orgullo ni el amor de una madre. Pero, ¡ qué alegría para esta cuando su angelito da los primeros pasos !. Ninguna fatiga, ninguna pena la detiene. ¡La madre ama !. Haced lo mismo por el alma de vuestros hijos. Tened aún más solicitud por ella que por el cuerpo. Este se gastará pronto y volverá a la tierra, mientras que el alma inmortal, radiante por los cuidados con que la habréis rodeado, por los méritos adquiridos y los progresos realizados, vivirá eternamente para bendeciros y amaros.
-Editorial de la Rev. Fraternidad Cristiana Espírita nº 27
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¿Cómo son los mundos que circulan por
el Universo infinito?
Dentro de la escala de la Evolución
general, los Seres se agrupan según su
grado evolutivo en los múltiples planetas y mundos que pueblan el Universo, y que también están sometidos a la misma Ley General de Evolución, al igual que los
Espíritus y seres que los habitan.
Unos mundos son de naturaleza física como la Tierra, y otros situados en
la dimensión “espiritual”. Estos mundos espirituales,
aunque difíciles de imaginar para nosotros, pobres mortales ubicados en este
punto micróscópico del Universo, cual es la Tierra, se clasifican de modo
semejante a los físicos; esto es, por ley de vibración y afinidad, solo moran
en ellos los seres espirituales cuyas vibraciones sintonicen con la propia de
los mismos y del tono mental de los moradores depende la belleza o la tristeza
del paisaje y medio ambiente en esos mundos.
Según clasifica la doctrina Espírita,
los mundos físicos se clasifican como “Mundos
Primitivos”, tal como lo fue la
Tierra hace millones de años, recién desprendida del Sol, y en donde tras una
primera etapa de formación, en que la ley de evolución de los mundos le formó la aparición de los reinos vegetal y
animal, los primeros Seres humanos tuvieron que forjar su convivencia luchando juntos contra los elementos de una
Naturaleza hostil, para sobrevivir, y
juntos comenzar su andadura espiritual
evolutiva, comenzando a actuar las leyes
espirituales, como la Ley de Sociedad,
imprescindible para la evolución espiritual y social humana, al depender los unos de otros .
El siguiente grado evolutivo de los mundos físicos es el
de “Expiación y Pruebas”, en el que actualmente aún permanece clasificado
nuestro planeta Tierra y que por sus características, es el auténtico
“Purgatorio” en el que aprendemos a seguir el camino hacia la Luz, huyendo
del dolor y el sufrimiento que nos conlleva la ley de Consecuencias cuando
transgredimos la ley del Amor. En estos
mundos ya existen y se mezclan seres con cierto grado de evolución, en más o en
menos.
Después están los “Mundos de
Regeneración”, el próximo destino, como grado evolutivo de la Tierra. De esta clase de mundos es de donde parece ser que proceden mayormente los
Seres extraterrestres que visitan nuestra Humanidad. En ellos la materia que
revisten los Seres que los habitan, es como la que revistieron cuando
reencarnaban en los Mundos de Expiación, pero están menos sujetas a
enfermedades y más en armonía con una
naturaleza menos hostil que en etapas anteriores. En estos mundos la Ley del Amor ya la tienen bien asumida y
están prácticamente liberados de la Ley de Consecuencias en su aspecto reconductor, por causa de unos malos
actos que ya raramente existen. Además en estos mundos la evolución no
solo lo es en cuanto al espíritu, sino también
en cuanto a lo científico y
tecnológico, lo que les permite poder visitar con facilidad otros mundos
iguales o inferiores sin la tentación de causarles ningún daño y porque ya han
sabido vencer la dificultad de los enormes espacios interestelares.
Ya en los planos espirituales, los “Mundos Felices” no forman moradas
circunscritas en el espacio físico en
donde se albergan las Almas con cuerpos materiales. En ellos los espíritus ya
no están sometidos necesariamente al
proceso reencarnatorio.
En
un siguiente nivel evolutivo en
los planos espirituales más evolucionados están los “Mundos Divinos”,en donde conforme se elevan más en la escala
evolutiva, las energías van siendo cada
vez mas puras y menos densas , y los
Seres Superiores que los habitan son de tan alto grado evolutivo y pureza que por ahora
esto es algo que se escapa a nuestra humana imaginación.
Y aun por encima de estos últimos, están
los Mundos Crísticos, situados en el Plano Espiritual más elevado e
inmediatos a la propia Fuente de Origen,
pero llegados a este punto.... mejor no forzar más nuestra imaginación, porque
estamos de estos grandes Seres a una
distancia evolutiva casi infinita...
Los mundos físicos creados, también están al igual que
los Seres que los habitan, sujetos a Ciclos de Evolución, que se llaman Ciclos
Planetarios y estos son los periodos de tiempo que cada mundo tiene previsto,
por Voluntad Divina, para
permanecer en determinado nivel
evolutivo antes de pasar a formar parte de una categoría superior. Cada uno de
estos ciclos, pueden suponer varios millones de años, pero finalmente todos los
planetas están sometidos a la marcha ascensional evolutiva de los mundos.
En los cambios
de Ciclo planetario se producen migraciones de Espíritus de un mundo a
otro. Estos cambios de ciclo normalmente se realizan gradualmente, pero cuando los Seres que
habitan un mundo en cuestión, son en su mayoría atrasados o malvados, el cambio
puede ser mas o menos traumático o violento, y suele llegar acompañado de
catástrofes de índole natural, pero provocadas directa o indirectamente por los
Seres que lo habitan, y como podemos
apreciar, este es precisamente el momento evolutivo por el que estamos
atravesando con nuestra querida Tierra.
El motivo de las
transmigraciones de espíritus es
precisamente el de separar a los Seres aptos para habitar y seguir progresando en un mundo de grado superior, de los que todavía no lo están que, o bien prosiguen
repitiendo aprendizaje en su actual nivel, o bien muchos de ellos son alojados
en otro mundo inferior o más primitivo, al que de paso, por lo progresado con respecto
a los habitantes de ese mundo, les ayudan
en su avance evolutivo.
. Es
de comprender que si después de tanto tiempo transcurrido a lo largo de
tantas vidas y de tantos siglos, hemos llegado a nuestro actual nivel de
evolución, con mayor o menor tiempo de existencia y de experiencias en el plano
físico, también existen igualmente otros mundos habitados por Seres con una materia
física, lo que no significa que en todos los casos sea precisamente como la nuestra
y así , los hay de mayor y de
menor evolución que nosotros en los diversos aspectos de desarrollo en moralidad, ciencia y técnica.
Me refiero a los llamados Seres
Extraterrestres, tan desfigurados por nuestra fantasía y por la Ciencia-Ficción, pero sin embargo no dejan de ser Seres
Espirituales reales y semejantes a nosotros, y con una realidad física adaptada a la
materia del mundo en que habitan. Lo que creemos que los diferencia de los seres
humanos de la Tierra, es su nivel evolutivo superior en todos los sentidos, con
respecto al de los humanos terrícolas.
Jesús de Nazaret, aunque a veces
pudo parecer enigmático, habló bastante claro para que lo entendiesen en su época, y cuando no lo
pudo dejar más claro por falta de nivel cultural, científico y moral de sus
contemporáneos como para ser comprendido entonces, fue por lo que prometió
enviar más adelante un Consolador, el Espíritu de la Verdad, que en su momento
aclararía y ampliaría lo que El dejaba
dicho y enseñado. Él dijo siempre la Verdad; El
afirmó que en la Casa de su Padre había muchas moradas a donde
podríamos ir, y ¿cuál es la Casa del Padre?, sin duda que se refería al
Universo ilimitado, tanto con mundos físicos como espirituales o astrales, que
son otras tantas moradas o mundos
planetarios.
-Jose Luis Martín-
“¿Cómo no
asombrarse al leer la Bíblia, en el Libro de Ezequiel, donde el profeta
describe minuciosamente un vehículo espacial, dotado de alas, ruedas y rayos
propulsores?”
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