INQUIETUDES ESPÍRITAS1.- Fraternidad.....necesaria en el día a día
2.- Ley de Jerarquía Espiritual
3.- La Obsesión espiritual
4.- La erraticidad
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FRATERNIDAD... NECESARIA EN EL DÍA A DÍA
José García
Todos conocemos por determinados casos que nos presenta la vida, como por otros tantos que nos señalan los medios de información, de las distintas y diversas formas de comportamiento del ser humano.
Desde aquellos de nobles sentimientos, que arriesgan su vida en misiones comprometidas, para aliviar los sufrimientos de otras personas, hasta aquellos que carecen del más mínimo sentimiento de respeto hacia los demás, ejecutando a sangre fría actos delictivos y denigrantes, indignos de un ser humano.
Y precisamente, en ese comportamiento que desarrolla el ser humano a su paso por la vida, juega un papel importante la escala de valores que cada uno anteponemos en el desarrollo de todos nuestros actos, convirtiéndose de este modo, cuando éstos son de signo positivo, en una especie de brújula que se encarga de orientar nuestros pasos.
Pero en esa escala de valores positivos, yo quería hoy hacer mención específica a un capítulo muy importante, que merece una atención especial ya que se trata del tema de las relaciones humanas. O dicho de otro modo, porque se trata de un tema tan delicado como es el ejercicio de la convivencia que obligatoriamente tenemos que mantener unos con otros.
Yo creo que uno de los mejores regalos que nos otorgó nuestro Creador, fue el hecho de que dentro de este mundo donde tenemos que afrontar tantas dificultades, se nos concediera capacidad suficiente para poder relacionarnos entre sí y prestarnos ese apoyo y ese calor humano que recibimos unos de otros para vivir y seguir adelante, sobre todo, en los momentos de mayores dificultades. Por lo tanto, yo creo que el mejor activo que podemos tener es esa paz espiritual que reina en nuestro interior, cuando las relaciones que mantenemos con los demás, se desarrollan en un ambiente cordial, basado en la buena fe, en la sinceridad y en la confianza mutua.
Y para que esas relaciones, además de sinceras, sean estables y duraderas, tenemos que empezar por sentir satisfacción interior, por el hecho de darse a los demás de una forma desinteresada sin esperar nada a cambio. Sintiéndose bien pagados con la alegría interior que nos proporciona nuestra propia conciencia. Pero además, hay que estar dotados de una gran capacidad de comprensión para saber dispensar a los demás, aquellos actos que desde nuestro punto de vista, no sean todo lo correctos. En primer lugar, porque en la realización de aquel hecho que para nosotros está mal, puede haber mucha mejor intención de lo que nosotros creemos.
Y en segundo lugar, porque sabiendo que nosotros también nos equivocamos, porque no somos perfectos, no podemos exigirle a los dem·ás ese grado de perfección que nosotros no poseemos.
Quiero también dejar claro, que aunque no salga todo como nosotros quisiéramos, pero que no piense nadie que esa entrega hacia los demás, pueda ser un trabajo perdido, sino todo lo contrario.
Por una parte, porque ya dice mucho a favor de la persona el hecho de mantener unas relaciones cordiales con todas las personas que el destino ha señalado para que sean compañeros de viaje.
Por otra parte, porque con este modo de proceder, podemos alcanzar ese equilibrio interior que todos necesitamos para sentirnos en paz con nosotros mismos.
Y por último, porque llegado también su momento, nos sentiremos en paz ante la presencia del Creador.
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Ley de jerarquía espiritual
En muchas mentes ansiosas del conocimiento de la
Verdad de la Vida surge este interrogante: ¿Qué hay más allá
del hombre?
Desde el ser más ínfimo dotado de vida, hasta el hombre más perfecto, hay una larguísima escala de ascensión,
cuyos límites no podemos comprender los humanos dada
nuestra limitada capacidad intelectiva y conceptual.
Pero, como necesario es ir penetrando en el amplio
campo del conocimiento espiritual, daremos a conocer algunos aspectos que os lleven a comprender que, en ese espacio
que vemos vacío por la incapacidad de nuestro sentido visual
humano de ver más allá de lo físico, hay vida grandiosa en
diversas dimensiones, hay otras inteligencias inmensamente
desarrolladas, seres espirituales que han llegado a la perfección, en la cual están implícitas: sabiduría, pureza y amor.
Y esos seres espirituales, libres ya de las ataduras físi
cas, están palpitando en amor y ansiosos de colaborar y cola
boran en la Obra Divina del progreso de los mundos y sus
humanidades. Seres espirituales de gran evolución, Luz y
Poder, que fueron también seres humanos como nosotros en épocas pretéritas, y que han ido evolucionando, subiendo y
subiendo gradualmente en la escala ascensional del progreso,
en el transcurso de las edades, hasta llegar a la unificación
con la Mente y el Amor Divino, esa Eterna Luz que se proyecta a todos los mundos del espacio infinito del vasto
Universo.
Múltiples son las graduaciones que por ley van adquiriendo esos seres espirituales de gran Luz y Poder y diversas
sus manifestaciones en el vasto programa del progreso de los
mundos y sus humanidades; y que son los que componen las
jerarquías espirituales colaboradoras en la Obra Divina del
progreso.
Desde el punto de mayor jerarquía espiritual que es
DIOS, máxima Sabiduría, Amor y Poder de todo el Cosmos,
hay una escala descendente hasta llegar a los planos crísticos
de las múltiples constelaciones, en donde moran los cristos o
espíritus reintegrados, que son los mentores y guías de las
humanidades planetarias. Más, entre esos dos “puntos” siderales, hay seres elevadísimos de una magnitud tal, potencias
cósmicas (que algunas escuelas esotéricas denominan ingenieros y arquitectos siderales), y que como humanos no
podemos comprender; tales como los encargados del mecanismo por medio del cual se inicia la vida en los planetas, o
sea el origen de las especies y formación de las razas; otros,
de la formación de sistemas planetarios; otros, de la renovación; otros, de la conservación, etc., etc..
Muy posible es que, para alguno de nosotros, esta sín
tesis de la Ley de Jerarquía Espiritual parezca una fantasía o
un concepto de dudosa veracidad. Libres somos de aceptar o
rechazar éste u otros conceptos nuevos. Pero, como ha sido
explicado en la primera lección de este curso, al tratar el tema
sobre la búsqueda de la Verdad; no debemos rechazar concepto alguno porque no pueda ser entendido en el momento,
ya que sería limitar a nuestra capacidad intelectual ciertas
verdades grandiosas.
Para una mejor comprensión de lo que vamos a exponer, necesario es conocer que, en ese espacio del Universo
que vemos vacío, hay plenitud de vida espiritual en acción
constante y realizadora, en diversos grados de manifestación,
como diversos y múltiples son los grados de evolución de los
seres que lo componen y moran en diversos planos y dimensiones siderales, desde donde se domina la inmensidad del
vastísimo Universo y sus mundos; y puede contemplarse la
pequeñez de los acontecimientos en los mundos físicos. Son
planos de amor puro, desde donde irradian energías purifi
cadoras y realizadoras que fluyen para el plano físico, a
través de los planos intermedios. Pero, esas energías maravillosas, esas fuerzas magnéticas poderosas de los Seres espirituales elevados, no pueden tomar contacto con la humanidad
si no son requeridas mediante la invocación de los humanos.
Y esa invocación efectuada con verdadero sentimiento y fe, crea una vibración (y un conjunto de vibraciones
cuando la invocación es colectiva) que puede alcanzar esos
Planos de Amor, sirviendo de enlace o unión, como “canal”,
para que esas fuerzas purificadoras y realizadoras tomen
contacto con el plano físico y la humanidad.
A fin de hacer más accesible a nuestro entendimiento,
enfoquemos este estudio en lo concerniente a nuestro mundo
espiritual, desde la dimensión del plano donde el Cristo,
espíritu puro reintegrado hace millones y millones de años, y
de mayor jerarquía y poder, dirige la evolución de nuestro
mundo; y para lo cual es asistido por sus colaboradores, seres
espirituales en diferentes grados de evolución en el espacio,
así como encarnados en el plano físico.
Como espíritu reintegrado. Cristo recibe el pensa
miento de la Mente Divina. Y el pensamiento del Cristo es
captado también por Mentes poderosas de los Planos
Elevados, quienes van llevando a los distintos planos de rea
lización o misiones de servicio distribuidos en los diversos
planos astrales y en el plano físico, irradiando hacia esos planos vibraciones poderosas.
Pasemos ahora a intentar la descripción muy resumi
da, de algunas de las muchísimas misiones en el mundo espiritual de nuestro planeta, conocido como astral.
Y en él hay seres espirituales de Luz en los planos
superiores, dirigiendo cátedras de las ciencias, de las artes y
otras modalidades en el campo del conocimiento, para aque
llos desencarnados que desean continuar perfeccionándose
en su arte o profundizando sus investigaciones científicas.
Hay otros que, desde esos planos superiores, orientan
mentalmente a las personas que dirigen organizaciones
humanas que se dedican a ayudar a la humanidad en los
diversos aspectos, y para lo cual se valen también de otros
seres de menor jerarquía.
Hay espíritus sanadores, seres de mediana y superior
evolución que, por amor a los que sufren, y habiendo sido
médicos como humanos, tratan de ayudar, curar, aliviar los
dolores y fortalecer a aquellos humanos enfermos que, den
tro de la Ley, les sea permitido. Pero, siempre responden con
su amor y su poder magnético a la llamada del sufridor que
implora ayuda.
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LA OBSESIÓN ESPIRITUAL
Informaciones Preliminares.
La obsesión se caracteriza por la acción de entidades espirituales inferiores sobre el psiquismo humano. Kardec distinguía, en sus pesquisas, tres grados del proceso obsesivo: obsesión simple, subyugación y fascinación. En el primer grado la infestación espiritual afecta a la mente, causando perturbaciones mentales; en el segundo grado se extiende a los centros de la afectividad y de la voluntad, afectando a los sentimientos y al sistema psicomotor, llevando al obsedido a actitudes y gestos extraños, y tics nerviosos; en el tercer grado afecta a la propia conciencia de la víctima, desencadenando los procesos alucinatorios. Las causas de la obsesión provienen de varios factores, siendo los más frecuentes: problemas reencarnatorios, tendencias viciosas, egoísmo excesivo, ambiciones desmedidas, aversión a ciertas personas, odio, sentimientos de venganza, futilidad, vanidad exagerada, apego al dinero y así sucesivamente. Esas disposiciones de la criatura atraen a espíritus afines, que la envuelven y son aceptados por ella como compañeros invisibles. Los espíritus obsesores no son los únicos culpables por la obsesión. Por lo regular, el mayor culpable es la víctima.
En la Antigüedad la obsesión era tratada con violencia. En el Espiritismo el método empleado es el de la persuasión progresiva del obsesor y del obsedido. Es lo que se denomina adoctrinamiento, o sea, esclarecimiento de ambos a la luz de la Doctrina Espírita. No se emplea ningún ingrediente especial. Únicamente se emplea la plegaria y la conversación persuasiva. Esclarecido el obsedido, se aborda al obsesor, y ambos quedan, por decirlo así, vacunados contra nuevos brotes obsesivos. |
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José Herculano Pires
Traducción de Teresa
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LA ERRATICIDAD
En el intervalo de sus existencias corpóreas, el Espíritu está errante. La erraticidad no tiene una duración determinada; e ese estado, el Espíritu es feliz o infeliz; según el buen o mal empleo que hizo de su última existencia; él estudia las causas que apresuraron o retardaron su adelanto; toma las resoluciones que procurará poner en práctica en su próxima encarnación y escoge, él mismo, las pruebas que cree más apropiadas para su evolución; pero en algunas ocasiones se equivoca o sucumbe, porque no mantiene, como hombre, las resoluciones que había tomado como Espíritu.
17. El Espíritu culpable es castigado con sufrimientos morales en el mundo de los Espíritus y con penas físicas en la vida corpórea. Sus aflicciones son consecuencias de sus faltas, vale decir, de sus infracciones a la ley de Dios; de esta manera constituyen, a la vez,una expiación del pasado y una prueba para el porvenir; así es que el orgulloso puede tener una existencia de humillaciones; el tirano una de servidumbre y el mal rico una de miseria.
18. Hay mundos apropiados a los diferentes grados de adelanto de los Espíritus y donde la existencia corporal se encuentra en condiciones muy diferentes. Cuanto menos avanzado es el Espíritu, tanto más pesado y material es el cuerpo con que se reviste; a medida que se purifica, pasa a mundos superiores moral y físicamente. La Tierra no es ni el primero ni el último, pero, sí, uno de los más atrasados.
19. Los Espíritus culpados están encarnados en los mundos menos avanzados donde expían sus faltas por las tribulaciones de la vida material. Esos mundos son para ellos verdaderos purgatorios, pero de donde depende de ellos salir, trabajando por su perfeccionamiento moral. La Tierra es uno de esos mundos.
20. Siendo Dios, soberanamente justo y bueno, no condena a sus criaturas a castigos perpetuos por faltas transitorias; les ofrece en todo momento medios para progresar y reparar el mal que pudieron hacer. Dios perdona,pero exige el arrepentimiento, la reparación y el retorno al bien; de suerte que la duración del castigo es proporcional a la persistencia del Espíritu en el mal; en consecuencia,el castigo sería eterno para aquel que permaneciese eternamente en el mal camino; pero, desde que la claridad del arrepentimiento entra en el corazón del culpado,Dios extiende sobre él su misericordia. Así, la eternidad de las penas debe ser entendida en el sentido relativo y no en el sentido absoluto.
EL ESPIRITISMO EN SU MÁS SIMPLE EXPRESIÓN. ALLAN KARDEC.
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