viernes, 14 de agosto de 2020

La ilusión de la materia

 INQUIETUDES  ESPÍRITAS


 Frase de Chico Xavier
1.- Si yo tuviese una segunda oportunidad
2.- Caso de  transporte del médium Eurípides Barsanulfo
3.- La ilusión de la materia
4.- ¿Por qué estudiar El Libro de los Médiums ?






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"La gente desencarna, imaginando que las puertas del Mundo Espiritual se le abrirán de par en par ... ¡Craso error! Nadie quiere saber lo qué éramos, qué teníamos, ni qué posición teníamos en el mundo; lo que cuenta es la luz que cada uno haya logrado hacer brillar en sí mismo."

 -Chico Xavier


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Si yo tuviese una segunda oportunidad


      Una mujer que ya había perdido la lucha contra el cáncer, en sus últimos momentos de la existencia escribió  un mensaje que podríamos titular: si yo tuviese una segunda oportunidad.

     Decía más o menos así:
Si yo tuviese mi vida para vivir nuevamente yo hablaría menos y oiría más. Yo invitaría a los amigos para comer aun mismo que la alfombra estuviese sucia y el sofá desarreglado.
Yo comería palomitas de maíz  en la sala de estar  con los niños  y me preocuparía menos con la suciedad cuando alguien pensó en encender la chimenea.
Yo tomaría un tiempo para oír a mi abuelo contarme sobre su juventud y jamás insistiría para que los niños  cerrasen las ventanas del coche  en el verano, por causa de mi cabello, que había terminado de peinar y arreglar.
Yo encendería aquella vela en forma de rosa, antes de ella deteriorarse. Yo me sentaría en el suelo con mis hijos, sin preocuparme por la ropa. Yo lloraría menos viendo la televisión y viviría más intensamente mi vida.
Yo me iría a la cama cuando estuviese enferma en vez de actuar como si el mundo fuese a acabarse, en el caso que no saliese aquel día.
En vez de quedar reclamando durante nueve meses de embarazo, yo aprovecharía cada momento pensando en cómo la vida  que se desenvuelve dentro de mi  era un milagro de Dios.
 Cuando mis hijos me besasen y abrazasen espontáneamente, yo jamás diría: “¡Más tarde! Ahora vamos a lavar las manos para cenar”.
Habría más “te amo”… más “me disculpa”, más, principalmente, si tuviese mi existencia prolongada, yo iría a aprovechar cada minuto…  vivirlo intensamente… y nunca desperdiciarlo.

Más todo eso, sería si yo tuviese una segunda oportunidad…

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Aquella mujer no tuvo su existencia prolongada para rehacer el camino y repensar en los valores, mas usted está a tiempo. Piense en la importancia de cada minuto y  utilícelo para construir su felicidad y la felicidad de aquellos que usted ama.
Conquiste nuevos amigos, de atención a los ya conquistados y conviva más con los hijos y demás familiares.
Adquiera el habito de la lectura saludable y busque aprender un poco más sobre las leyes que rigen la vida espiritual, que es para donde usted irá más tarde o más temprano.
Viva intensamente cada momento de su existencia, más con  moderación. Preste atención  a lo que las personas dicen y cuide bien de su salud.
Done un poco de su tiempo a los ancianos abandonados en los asilos.
De afecto a una criatura huérfana.
Distribuya alegrías a los que caminan solos y tristes.
Renueve la esperanza de alguien.
No de tanta importancia a las apariencias exteriores, ni a lo que piensen de usted.

Y recuerde que lo que realmente importa es estar bien con la propia conciencia.

¡Piense en eso!

El día que amanece es una oportunidad  más que el creador le concede para que usted construya su felicidad.
Cada hora de ese día es oportunidad renovada  cada sesenta segundos.
 Cada minuto que pasa es siempre tiempo de pensar o repensar posturas, actitudes, valores.

Considerando todo eso, entendemos muy bien que Dios no nos ofrece apenas una segunda oportunidad, más si muchas oportunidades en un solo día. Para ser más exacto, veinticuatro horas de oportunidades por día, sesenta minutos de oportunidades y sesenta segundos por minuto.
Y sabemos que para tomar una decisión, no precisamos más que una décima de segundo.

¡Piense en eso!

Se desconoce su autor. Ofrecido por el Equipo de Momento espirita


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    CASO DE TRANSPORTE DEL MÉDIUM                       EURÍPIDES BARSANULFO


                                                    
" Un testimonio sorprendente de un periodista llamado Octavio Cilurzo, residente en Franca, nos relata un pasaje elocuente, presenciado por él y por su hermano José Magdaleno, ambos primos del inolvidable locutor Vicente Leporace.

   El hecho relatado envuelve la figura impresionante de Eurípides Barsanulfo de Sacramento (Brasil). José Magdaleno permaneció en Sacramento de 1916 a 1918, año de la desencarnación del insigne profesor minero. Durante el tiempo de permanencia en la "Tierra de Borá", el hijo adoptivo del añorado Bruno Ciurzo, figura también muy querida en Franca. Magdaleno montó una barbería en una de las calles centrales de esa ciudad del triángulo minero. Eurípides Barsanulfo se hizo cliente de ese fígaro y le tenía una gran y comprobada simpatía.

   Una mañana, al atender al atender al director del Colegio "Allan Kardec", llegó a la puerta del local del profesional un señor de apariencia muy humilde, que buscaba la asistencia del Misionero Minero. Enseguida explicó que su mujer estaba pasando por un proceso de parto muy trabajoso y que la partera inexperta estaba desorientada. Él había decidido entonces. buscar al benefactor de los pobres sacramentanos para que atendiese a la infeliz parturienta. Y para facilitar la idea de Eurípides, el labriego le había conseguido un caballo ensillado.

  En ese instante, Barsanulfo interrumpió al hombre: "Espere un poco Sr. Zequina". Magdaleno que ya estaba casi terminando de hacerle la barba al profesor, quedó preocupado con lo que estaba viendo: Eurípides se había puesto lívido, con la esclerótica ocular semicerrada. Afligido le dijo en voz alta a su mujer: "Martinha, traiga un café caliente para el profesor Eurípides, que se está sintiendo mal". Y le dijo a su hermano: "Octavio, vamos, ayúdeme a levantar al Sr. Eurípides".

  Pero en ese instante Eurípides abrió los ojos y comenzó a sonreír: "No es nada Sr. Magdaleno. Todo está bien. Esto que me pasó es tan solo un trance natural..." Y volviéndose hacia Zequinha Costa que esperaba la respuesta a su pedido, y le dijo: "Sr. Zequinha, puede regresar a su casa, Su mujer acaba de dar a luz un niño muy fuerte. Yo ya estuve allá". El campesino quedó medio desconfiado sin saber que hacer. Barsanulfo mismo lo llamó a la realidad, entregándole una receta : Vaya hasta la farmacia y pida a mi hermana Edirith que prepare este remedio para su patrona".

  Tanto Octavio como Magdaleno procuraron saber después noticias sobre el parto de la mujer de Zequinha Costa, y, efectivamente, se enteraron de que Eurípides, en uno de sus habituales transportes, había estado en aquella hora en la casa del labriego que lo buscó en la víspera. Procuró cambiar de posición a la  parturienta, en un movimiento para completar el alumbramiento... Después pidió a la partera cuidar del bebé mientras lograba que la mujer se durmiese. Todo esto pasó en pocos instantes y luego, ni la partera ni la mujer de Zequinha Costa supieron explicar como había llegado y cómo había salido de aquella modesta vivienda, la figura benemérita de Eurípides.

  Este caso nos llegó por el relato fidedigno del periodista Octavio Cilurzo, presidente del Club de la Saudade de Franca, una de las entidades que cultivan el acervo  espiritual de nuestro Estado. Este fenómeno de transporte de Eurípides, cuando desarrollaba su valerosa asistencia a una corte de sufridores, se tornara frecuente frente a sus alumnos y compañeros.

-Aguelo Morato- (La Nueva Era)- Franca (Brasil)

( Relato tomado del Anuario Espírita 2000)

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              LA ILUSIÓN DE LA MATERIA


                                      


    Hoy he  meditado sobre   la materia humana; la misma que forma nuestros cuerpos tal y como son por dentro: grasa, intestinos, sangre, carne y huesos. Exactamente igual que la que se puede observar de cualquier animal de los que a diario se sacrifican para nuestra alimentación.

   No se llega comúnmente a comprender, que ese bulto de materia carnal que es un cadáver humano, no constituye ningún ser individual, ninguna persona. Habitamos en la materia  y vivimos íntimamente ligados a ella, pero cuando la abandonamos, solo queda ante los ojos de los demás, aquello que confundimos con nosotros mismos y que a veces, se puede sentir  que esto es   solamente lo que es: Despojos  humanos con forma humana, pero  tan semejantes a los de cualquier  animal que se podrían confundir unos y otros. Pero esto no significa ni que el animal sea humano, ni que el humano sea animal, aunque por su cuerpo sí lo es. Lo que  en verdad hace la diferencia entre el  hombre y los animales, no es la materia de sus cuerpos, sino el Espíritu divino que los anima y que es el Espíritu humano, y el alma animal, en un proceso evolutivo constante, hasta llegar a alcanzar algún día la etapa hominal. Ambas clases de espíritus o almas, las de humanos y las de animales, son diferentes, aunque relacionados por la Ley de Evolución; ambos están en pleno proceso evolutivo, pero en dos escalas evolutivas  paralelas y diferentes.

   La mayoría de las veces esta materia humana abandonada  tras la muerte en cualquier cementerio,  no se nos muestra  con un  aspecto repulsivo  sino como una figura humana en estado de tranquilo reposo,  lo  cual ha creado la falsa idea del “descanso eterno”, pero  da la impresión  de  que a esa figura cadavérica le falta algo para ser de verdad un ser humano completo y total como cuando ese cuerpo vivía: el alma. Y esto se nota porque la sensación que nos produce es como si estuviésemos  ante  un cascarón de un huevo vacío, sin vida, al no tener dentro su embrión en desarrollo lleno de vitalidad, o bien la sensación de que el cadáver solo es una forma material, que más bien  parece un muñeco inerte de cera, sin el hálito de la vida; cualquier cosa  menos una persona; un ser  que sentimos que ya no está cadáver: en el  si acaso queda solo su apariencia física que con el paso del tiempo se  va disgregando  para devolver a la tierra sus componentes minerales.

    No debemos mirar a la muerte con horror, pues simplemente supone  una separación definitiva  del Ser con su materia humana, y también una separación temporal  entre el Ser que pasa a otra dimensión de la vida, y los que   se quedan aún en la Tierra. Para los Seres  que habitan el plano espiritual   posiblemente sea mucho más horroroso el tener que afrontar una nueva reencarnación, por tener que someterse y ligarse a una materia carnal, pero que se comprende y se admite como una experiencia necesaria para la vida y el desarrollo aprensión y temor ante  del espíritu, aunque  esta necesidad  no se admite  sin cierta lo que la vida material  nos pueda  deparar ; en definitiva, el temor al fracaso ante las pruebas de la vida .

   ¡ Qué ilusión es la del Ser espiritual  que se oculta bajo las formas materiales!. Cuando se ha visto y comprendido la vida y la muerte, tal y como son, ¿ Qué importancia tiene entonces  la concupiscencia y el deseo carnal?; ¿en dónde queda o qué sentido  puede tener el  coqueteo , la presunción y la avaricia? ; ¿ dónde quedan  las falsas apariencias con las que tratamos a veces de distorsionar nuestra realidad ante los demás?; ¿ Nos vamos a llevar algo de todo eso “al otro lado”?, o ¿todo eso será  solamente un recuerdo  de  la materia que se pudre en la tumba? .

    Todos somos espíritus inmortales que tenemos   transitoriamente una materia;   en  esencia  somos  energía  como la que existe en todo el Universo, pero  que una vez creada o individualizada de la Fuente de Origen ( Dios),  piensa,  siente,  crea, ¡ vive ¡, y esta energía viviente, pensante, sintiente, creativa  y con voluntad propia, puede existiendo en un Plano espiritual, o permanecer  transitoriamente  ligada a una materia carnal y transferirle  la vida y  el  movimiento, expresándose y manifestándose  a través de dicha materia, sin embargo  no dependemos de esa materia  para existir, porque nuestra existencia no ha sido originada por ella. Ya  existíamos  antes  de tenerla, y seguiremos  existiendo  después de abandonarla. Prueba de esto, es que la materia animal,  es semejante a la nuestra, pero  el espíritu  humano  se manifiesta solamente a través de un cuerpo  humano, y  no  en  los  cuerpos de los animales, que ya tienen su propia alma. La materia no ha creado nuestros espíritus, pero estos sostienen sin embargo la vida de la materia mientras permanecen  ligados a ella.

    Cuando el pensamiento y el sentimiento humanos son muy profundos, llegan a ser abstractos, existiendo como idea  anónima, increada, sin palabras que le den forma. Ese es el grado de asimilación que nuestros conceptos espíritas han de comprender  en lo más profundo del alma, y así  los podremos esparcir con seguridad, ayudando a evolucionar con ellos a tantos hermanos que se estancan en las ilusiones de la materia.

- Jose Luis-

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¿Por qué estudiar El libro de los médiums ?
Simoni Privato Goidanich

               1) La mediumnidad es parte de la vida

               Todos somos médiums, en mayor o menor medidaIncluso las personas que no creen en la existencia de espíritus pueden ser influenciadas por ellos Estudiar seriamente la mediumnidad es, por lo tanto, de fundamental importancia.

               Es particularmente evidente la importancia del estudio serio de la mediumnidad por parte de los seguidores del espiritismo, ya que esta es una ciencia práctica que consiste en las relaciones que se pueden establecer con los Espíritus y una filosofía que comprende todas las consecuencias morales que emanan de estas relacionesIncluso si el espiritista no tiene facultades medianas que hayan producido, hasta ahora, efectos notorios o incluso si no participa o participará en reuniones medianas, se recomienda que estudie la mediumnidad para estar preparado para lidiar con ella en sí mismo. incluso, especialmente si cualquier facultad mediática sale a la luz, y en otros, incluso en situaciones inesperadas, dentro y fuera del centro espiritista. De hecho, la mediumnidad no se limita a las reuniones mediáticas: es parte de la vida.

        2) La voluntad necesaria fundación del río
              
            Las obras fundamentales del espiritismo, indicadas en el Catálogo racional de obras que pueden servir para fundar una biblioteca espiritista, son el resultado de los estudios serios, prolongados y laboriosos realizados por Allan Kardec, que incluyeron miles de observaciones  En la composición de estas obras, Allan Kardec tuvo una gran asistencia espiritual, pero sin ningún signo externo de mediumnidad.

             En lugar de perjudicar, la ausencia de mediumnidad ostensiva en Allan Kardec fue altamente beneficiosa para la composición de las obras fundamentales del espiritismo, como explicó: "Con la mediumnidad efectiva, solo habría escrito bajo la misma influencia. Me habría llevado a aceptar como verdadero solo lo que me habían comunicado, y eso tal vez sin razón; Considerando que, en mi posición, debería tener absoluta libertad para obtener lo que es bueno donde quiera que esté y de dónde vengo. Por lo tanto, he podido hacer una selección de las diversas enseñanzas, sin prevención y con total imparcialidad. He visto mucho, estudiado mucho, observado mucho, pero siempre con una mirada impasible, y no tengo nada más ambición que ver la experiencia que he adquirido en beneficio de los demás, y estoy feliz de poder evitarles las trampas inseparables de cada noviciado " Así, en lugar de componer sus obras con parcialidad, bajo la misma influencia espiritual, Allan Kardec usó dos criterios: la lógica y la enseñanza general y consistente de los Espíritus.

               En vista de la alta asistencia espiritual, así como el uso de criterios seguros de lógica y generalidad y acuerdo en la enseñanza de los Espíritus en el proceso de elaboración, las obras fundamentales del espiritismo, publicadas por Allan Kardec, constituyen la base necesaria para la formación sólida. doctrinal, incluso en el campo de la mediumnidad.

         3) La directriz segura
             
         Entre las obras fundamentales del espiritismo, se destaca el libro de médiums , El libro de los médiums o Guía para médiums y evocadores . Está especialmente destinado no solo a medios ostentosos, sino a todos los que se ocupan de fenómenos mediáticos.

         En la Introducción, Allan Kardec aclara que la práctica mediática está rodeada de muchas dificultades y que no siempre está libre de inconvenientes, que solo un estudio serio y completo puede prevenir. Por lo tanto, Maestro de Lyon señala que un breve manual práctico para el estudio y la práctica de la mediumnidad no es suficiente.

          El libro de los médiums , que contiene enseñanzas esenciales para evitar dificultades en la práctica mediática, es la guía segura en el campo de la mediumnidad. Su excelencia es tan grande que reemplazó otra obra de Allan Kardec: la Instrucción práctica sobre las manifestaciones espiritistas , un libro serio, pero que no aborda completamente las dificultades en la práctica mediática.
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           4)  Aunque el justo reciba comunicación psíquica: es esencial analizarla

               El estudio de El Libro de los Médiums aclara que no es suficiente recibir comunicaciones medianas fácilmente, lo que se puede lograr en poco tiempo, solo por hábito. Es necesario adquirir la experiencia, que resulta del estudio serio de las dificultades que surgen en la práctica mediática. La experiencia le da al médium el tacto necesario para apreciar la naturaleza de los Espíritus que se manifiestan, evaluar sus cualidades buenas o malas a través de las indicaciones más sutiles y descubrir el engaño de algunos Espíritus desconcertantes que se cubren con las apariencias de la verdad. Sin experiencia, todas las demás cualidades del medio pierden su verdadera utilidad. .

               No es suficiente recibir comunicación mediática: por lo tanto, es necesario analizarla. Las obras de Allan Kardec, especialmente El Libro de los Médiums , contienen el conocimiento esencial para analizar las comunicaciones mediúmnicas de acuerdo con criterios espiritistas. De hecho, entre otros temas de suma importancia, El Libro de los Médiums trata magistralmente la identidad de los espíritus comunicantes, mistificaciones, obsesiones, la influencia del medio y el medio ambiente, charlatanería y contradicciones.

               El análisis de las comunicaciones mediúmnicas también es necesario con respecto a la difusión del espiritismo. No todo lo que los espíritus comunican debe ser publicado. Entre los espíritus, hay diferentes grados de conocimiento e ignorancia, moralidad e inmoralidad. Hay comunicaciones mediúmnicas que producen impresiones equivocadas sobre el espiritismo; Incluso hay quienes pueden engañar a las personas que no tienen el conocimiento doctrinal necesario.
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              5) mediumnidad y progreso humano

               Cuanto más nos dediquemos a asimilar las enseñanzas contenidas en El Libro de los Médiums, mejor entenderemos la importancia fundamental del estudio serio de la mediumnidad, así como el papel y la responsabilidad que todos tenemos, sean o no medios aparentes, como promotores del progreso espiritual, no solo en nosotros, sino también en el entorno en el que vivimos. De hecho, la mediumnidad no es una facultad que debería servir para mejorar solo una o dos personas. Su objetivo es mayor: cubre a toda la humanidad. 
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