jueves, 17 de septiembre de 2020

Ciudad espiritual

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1- Desencarnación
2.- ¿Qué es el Pase?
3.- ¿Cómo puedo desarrollar la intuición?
4.- Ciudad  espiritual



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               DESENCARNACIÓN


– ¿Podemos considerar a la desencarnación del alma, en plena infancia, como una punición de las Leyes Divinas, en la mayoría de los casos?
– Muchas existencias son frustradas en la cuna, no por simple punición externa de la Ley Divina, sino porque la misma Ley Divina funciona en todos nosotros, dado que todos existimos en el hálito del Creador. Frecuentemente, a través del suicidio, completamente voluntario, o de los mismos desarreglos, operamos en nuestra alma calamitosos desequilibrios, cual tempestades ocultas que desencadenamos, por obcecación, en el campo de nuestra naturaleza íntima. Cargas venenosas, instrumentos perforantes, proyectiles fulminantes, ahogamientos, ahorcamientos, caídas calculadas de una gran altura y diversidad de vicios con que las criaturas responsables arruinan su propio cuerpo o lo aniquilan, imponiéndole la muerte prematura, con la plena desaprobación de su conciencia, determinan procesos degenerativos y desarmonías en los centros esenciales del psicosoma, notadamente en aquellos que gobiernan la corteza encefálica, las glándulas de secreción interna, la organización emotiva y el sistema hematopoyético.
Ante el impacto de la desencarnación provocada, tales recursos del alma entran en un pavoroso colapso, bajo un traumatismo profundo, para el cual no existe un término apropiado en la diagnosis terrestre. Indescriptibles flagelaciones, que van de la inconsciencia discontinua a la locura completa, se enseñorean de esas mentes torturadas, por un tiempo variable, conforme a los atenuantes y agravantes de la culpa, induciendo a las autoridades superiores a reinternarlas en el plano carnal, en calidad de enfermos graves, en celdas físicas por breve tiempo, para lograr su rehabilitación, gradualmente, con la justa cooperación de Espíritus reencarnados cuyos débitos con ellos tienen relación.
Es así como un proyectil suicida en el corazón, seguido del remordimiento, causará comúnmente una diátesis hemorrágica, con pérdida considerable de la protrombina de la sangre en aquellos que renacen para su tratamiento de recuperación del cuerpo espiritual en distonía; el auto envenenamiento ocasionará, en las mismas condiciones, deplorables desarmonías en las regiones psicosomáticas correspondientes a la médula roja, conturbando el nacimiento de las hemacias, tanto en su evolución intravascular, dentro de los sinusoides, como también en su constitución extravascular, en el retículo, generando las distrofias congénitas del eritronio, con hemopatías diversas; los ahogamientos y los ahorcamientos, en identidad de circunstancias, imponen en aquellos que los provocan, fenómenos de incompatibilidad materno-fetal, en que los llamados factores Rh, de modo general, después de la primera gestación, permiten que la hemolisina alcance la frontera placentaria, sintonizándose con la posición mórbida de la Entidad reencarnante, a exteriorizarse en la eritroblastosis fetal, en sus variadas expresiones; y la voluntaria destrucción del cráneo, la caída provocada desde gran altura y el enviciamiento del sentimiento y del raciocinio establecen en el vehículo espiritual múltiples resonancias de arritmia cerebral, a revelarse en los dolientes reencarnantes a través de la eclampsia y de la tetania de los lactantes, de la hidrocefalia, de la encefalitis letárgica, de las encefalopatias crónicas, de la psicosis epiléptica, de la idiocia, del mongolismo y de varias morbosis oriundas de la insuficiencia glandular. Claro está que no relacionamos en esta sucinta apreciación los problemas del suicidio asociado al homicidio, los cuales, muchas veces, se proyectan en una reencarnación posterior del desdichado, con la muerte accidental o violenta en su infancia, manifestando un inevitable estacionamiento en el programa de rescate.
En lo referido a las molestias mencionadas, sin embargo, surgen todas ellas en los más diferentes períodos afectando a la existencia del vehículo físico, generalmente, desde la vida en el útero hasta los dieciocho o veinte años de la experiencia recomenzada, y, como vemos, ellas son dolencias secundarias, dado que la etiología de las mismas reside en la estructura compleja de la propia alma. Es preciso considerar, además, que todos los enfermos de esa especie son conducidos a otros enfermos espirituales: los hombres y las mujeres que corrompieran sus propios centros genésicos por la delincuencia emotiva o por los crímenes reiterados del aborto provocado en una existencia de su pasado inmediato, y de esa manera, sirviendo en la condición de auxiliares y vigilantes de compañeros que también se endeudaron con la Eterna Justicia, se recuperen, a su vez, regenerándose ellos mismos por su amorosa devoción y entrega a quienes luchan y lloran amparando a los hijitos condenados a muerte o atormentados desde la cuna. Conforme observamos, en consecuencia, las existencias interrumpidas en la alborada del cuerpo denso, muy raramente constituyen señales terminales de la prueba indispensable en la senda humana, puesto que, la mayoría de los sucesos en que se expresan, representan cursos rápidos de auxilio o tratamiento del cuerpo espiritual desequilibrado por nuestros propios excesos e inconsecuencias, impulsándonos a reconocer, con el Apóstol Pablo, que nuestro Instrumento de manifestación, sea donde fuere, es el templo de la Fuerza Divina por medio del cual, asociando cuerpo y alma, nos cabe la obligación de perfeccionarnos, elevando la vida en su exaltación incesante hacia Dios.
– ¿Existen casos de desencarnación estando el Espíritu desdoblado, por ejemplo, en las zonas umbralinas y el cuerpo en estado comatoso?
– Eso puede acontecer perfectamente, desde el punto de vista de la exteriorización del pensamiento, dado que el cielo y el infierno, expresando el equilibrio y la perturbación, la alegría y el dolor, comienzan, invariablemente, en nosotros mismos
– Los Espíritus encarnados que sufrieran un desequilibrio mental de alto grado, ¿vuelven inmediatamente a la lucidez espiritual después de la desencarnación?
– Eso nunca acontece, dado que una perturbación dilatada exige una convalecencia indispensable, cuya duración, naturalmente, varía conforme al grado de evolución del enfermo en la búsqueda de su equilibrio.
Uberaba, 18-06-1958.
Por el Espíritu Andre Luiz
Médium Francisco Cândido Xavier
Extraído del libro «Evolución en dos mundos»

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             ¿Qué es el Pase?





                                                                  
     El pase, como género de socorro, invariablemente aplicable sin ninguna contraindicación, es siempre valioso en el tratamiento debido a los enfermos de toda clase. André Luiz

Ante tanto dolor como ha habido en el mundo en todos los tiempos, por lo que las fuerzas de lo Alto han procurado asistirnos en todo momento. Debido a los diversos problemas de índole físico, psíquico o espiritual, podemos decir que el hombre siempre ha estado necesitado de auxilio que, en muchas ocasiones ha sido proporcionado por los mal conocidos médiums, sanadores, curanderos, magnetizadores etc. Y, éstos a su vez, han sido instrumentos de los Espíritus Superiores, dedicados y abnegados al bien, en todo momento.
Médium es todo aquel que sirve de puente entre el mundo Espiritual y en el mundo terrenal.
El pase es un recurso asistencial por parte de los Centros y Grupos Espíritas; incluso cuando el pase no se de en un Centro, él sigue siendo un recurso utilizado en muchas circunstancias de necesidad.
Muy sabiamente nos dice Allan Kardec: La facultad de curar por la imposición de manos tiene evidentemente su principio en una potencia excepcional de expansión fluídica; pero está aumentada por diversas causas, entre las cuales es menester poner en primera línea la pureza de sentimientos, el desinterés, la benevolencia, el deseo ardiente de aliviar, la oración ferviente, y la confianza en Dios; en una palabra: todas las cualidades morales.
Pero, ¿Dónde y cuándo se debe dar el pase El Centro Espírita es como una casa, donde viven en ella una familia: la familia espírita compuesta por encarnados y desencarnados.
Sabemos suficientemente qué hay que hacer para que esa casa funcione con corrección y equilibrio, y qué no hacer para que ella no sea una casa de locos, donde el desorden reine y los Buenos Espíritus se vean obligados a abandonarla, por la ineptitud y vanidad u orgullo de sus miembros.
El Centro Espírita es un puesto de socorro, un refugio de paz y luz. Nunca en él debería entrar la desarmonía, la crítica, el desorden moral, la envidia, los celos, etc. Esto sería vivir en las tinieblas de las bajas pasiones y los sentimientos inferiores por esta causa. En un Centro Espírita debe haber conocimiento y la asistencia a los necesitados y, en esa asistencia entra la cuestión de los Pases; siempre relacionada con el conocimiento y el estudio. Sería buena cosa que los Centros Espíritas, impartiesen cursos de orientación al Pase. De esta forma los Centros se garantizarían una práctica correcta y eficaz de los pases espíritas. Habría una unificación en la forma de entender e impartir los pases.
El Libro de los Espíritus nos dice en la respuesta nº 70, lo siguiente: La cantidad de fluido vital no es idéntica en todos los seres orgánicos. Varia según las especies, y tampoco es constante, ya sea un mismo individuo o bien en los individuos de determinada especie. Los hay que se hallan por así decirlo saturados de fluido vital, al igual que otros tienen apenas la cantidad suficiente. De ahí que algunos lleven una vida más activa y enérgica y, en cierta manera, superabundante. Por otra parte, la reserva de fluido vital también se agota. Puede volverse insuficiente para el mantenimiento de la vida si no es renovada mediante la absorción y la asimilación de las sustancias que lo contienen. El fluido vital se transmite de uno a otro individuo. El que tiene más puede darlo al que posee menos.
Todos podemos ser pasistas, como todos somos en mayor o menor grado médiums; pero no olvidemos, que hay personas necesitadas de fluidos energía por tenerlos escasos o por enfermedad, por tanto, esta persona no debería donar fluidos en los pases, sino recibirlos.
Quizás deberíamos recordar que, el pasista no es un profetizador. No sabe en la mayoría de las ocasiones cuándo el paciente va a ser restablecido, ni tiene porque saberlo, por lo que no debe de darla de alta , adoptando aires de doctor en medicina o adivino. Aunque debemos decir que las personas no se pueden acostumbrar indefinidamente a los pases, sin luchar por recuperar la salud, ya que en muchos casos lo que provoca la enfermedad, es la falta de salud psíquica, espiritual y moral.
A veces, desde muy jóvenes comprobamos que nos acompañan, sin encontrarle explicación alguna, una serie de peculiaridades , disturbios , ataques , etc. Denominado por la Psiquiatría o Psicología de: complejos, sentimientos de culpa, neurosis, esquizofrenia, desdoblamiento de la personalidad, etc. Etc. Si no tuviésemos la explicación de la supervivencia del Espíritu, aún nos sentiríamos más confusos y enfermos.
¿Quién necesita del pase Todos. Aunque no todos suframos esos desequilibrios. Ya que el pase es una transfusión de energías psíquicas, como diceEmmanuel, que produce en nosotros el efecto de renovación de nuestras energías, cargadas a veces de vibraciones pesadas, como el estrés, cansancio, malestar anímico, alteraciones nerviosas, etc. Causo por diversas causas: problemas laborables, la familia, la sociedad a la que no nos adaptamos, y nuestros propios disturbios del pasado.
Hay curas que no se producen por muchos pases que tomemos, ya que ciertas mejorías o curas no se darán en esta existencia por cuestiones que llamaríamos kármicas o de aprendizaje a largo plazo, pero al menos hallaremos algo de consuelo y alivio, en la transfusión y renovación de energías ofrecidas en colaboración, entre Espíritus y pasistas.
Un consejo de Chico Xavier: No abuses de aquellos que te auxilian. No tomes el lugar del verdadero necesitado, tan sólo porque tus caprichos y susceptibilidades personales estén heridos.
Dice Jacob Melo uno de los más entendidos en el tema de los pases – , Al final, si hacer es una obligación, saber hacer es un deber; y hacer lo correcto, en el tiempo, momento y lugar seguro, es buscar la perfección.
Y, por último, diremos para resumir, puesto que este tema da para mucho más, que el Pase busca alcanzar dos objetivos: en el campo espiritual y en el material. Si somos Espíritu, y lo afirmamos categóricamente, en un mundo material y, temporalmente encarcelados en un cuerpo material; que no olvidemos, será nuestro mejor instrumento para trabajar y avanzar en dicho mundo, será necesario que busquemos el mejoramiento y equilibrio primeramente en el Espíritu – causa – , para a continuación encontrarnos en el cuerpo físico – efecto – .
¿Quién da el pase El pasista que, siendo consciente de la necesidad que hay de alivio y mejoramiento, se instruye, aprende las técnicas y se pone al servicio del prójimo y de los Espíritus, colaborando con ellos, siendo instrumento de transmisión.
¿Quién recibe Aquellos que están enfermos del alma y del cuerpo -aunque las dos cosas están íntimamente relacionadas – , también recibe la persona sana, porque podría suceder que sólo estuviese sana en apariencia. El paciente a veces sufre un proceso obsesivo, lo que le hace sentirse enfermo y débil, hay que aconsejarle que tome pases, ya que, no sólo se beneficiara él, sino su o sus obsesores indirectamente. Así podrá romper poco a poco las cadenas que le tienen atado al obsesor, verdugo hoy; víctima del ayer, posiblemente.
Salvador Gentile, nos dice: Si el paciente no cree en el pase, o si por ejemplo, su mal le es necesario y él aún no puede ser curado, lo que envuelve un problema de merecimiento y oportunidad, él, seguramente será refractario no receptivo – , y la corriente magnética no lo penetrará, resbalando en su aura y, perdiéndose de cierta manera, porque, en verdad, ella se reintegra en el ambiente fluídico del que salio.
Una sugerencia a todos los que toman pases: no dejar de seguir las indicaciones de los médicos de la Tierra, porque el pase no hace milagros . Es compatible el pase con el tratamiento que a la persona enferma se le haya prescrito.
Lo que siempre deberemos tener en cuenta es que el pase es una transfusión de amor y energías renovadas, algo dado por Dios para nuestro alivio y cura, pero que no obra milagros, ni debemos esperar del pasista orientaciones adivinatorias, así como el pasista jamás deberá creer que el mérito es suyo, ya que sólo es instrumento de los Médicos de lo Alto.
Sin reforma moral, esfuerzo y trabajo en el bien, el pase, en muchas ocasiones, será una perdida de tiempo y de energías, así como una demostración de egoísmo, al ocupar el paciente , un lugar que seguramente alguien más necesitado, debería ocupar.
En un próximo artículo, trataremos otras cuestiones, tales como: técnicas del pase, mediúmnidad de sanación, clases de pases, etc.
Creemos que en este primer artículo, hemos dado una idea acerca del tema tan desconocido del Pase Espírita, incluso, por los propios espiritistas.
Artículo de: Isabel Porras González

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      ¿Cómo puedo desarrollar la 

              intuición?



                        
   Con anterioridad ya hemos visto que hay tres cualidades en las que nos apoyamos de forma más consciente para conseguir acertar en nuestras decisiones: La experiencia, el raciocinio o el análisis y la observación. No obstante, todos tenemos una capacidad a la que no solemos dar la importancia que tiene porque no terminamos de comprender su verdadero valor: la intuición.

   En el transcurso de nuestra vida vamos a encontrar situaciones que tienen una solución difícil, dudas por resolver, preocupaciones ante hechos acaecidos, temores ante el futuro y numerosos problemas que están dificultando que mejore en su constante evolución. Durante ese tiempo, con mucha posibilidad habremos pasado momentos de cierta inquietud en los que, encontrándonos como perdidos, de pronto ha surgido una intuición que nos ha sacado de apuros, que mediante una idea, impresión, presentimiento, etcétera, nos ha ayudado a salir airosos.

    En primer lugar es conveniente aclarar, con el fin de no confundirla, que la intuición no son los pensamientos habituales que surgen de nuestra mente o de las de esas otras que nos rodean y que podemos recibir por sintonía, sino algo más profundo y elevado. La intuición es la facultad que nos ayuda a percibir íntima e instantáneamente una idea o verdad que nos capacita para comprender las cosas al instante, que nos da la clarividencia que necesitamos, ayudándonos a tomar las mejores decisiones en el momento.

   Por un lado tenemos la intuición natural de nuestro propio ser, de lo más íntimo o Yo superior, y que se manifiesta según el grado de evolución de cada uno: nuestra propia intuición. Por otro, aquella que proviene del exterior, de otros seres que nos rodean, que tienen intenciones positivas por su elevada naturaleza, con los que podemos conectar al igual que ellos con nosotros.

   Hacemos estas aclaraciones por su gran importancia, pues necesitamos ser precavidos ante aquellas ideas o pensamientos que nos vienen, por simple afinidad o intereses determinados, y cuyo origen está afincado en el plano negativo, ya que en este caso nada bueno va a aportar a nuestro trabajo y nuestra vida. Podremos identificarlos por la naturaleza de su contenido, para no confundirlos con la verdadera intuición que siempre tiene un sentido altruista. Asimilar estas diferencias significa apoyarse en lo positivo y apartar lo negativo, para aprender a tomar las mejores decisiones en cada momento.

   ¿Podemos desarrollar esta intuición que tanto nos puede beneficiar? ¿Es posible apoyarse en ella para solucionar las dificultades que surgen en determinados momentos? ¿Nos gustaría disponer de esta importante orientación en la vida? ¿Cómo podemos utilizarla, identificarla y desarrollarla? No hay duda de que, al igual que el resto de capacidades del ser humano, esta también se puede mejorar con las condiciones y el trabajo adecuado.
  
   El primer aspecto a tener en cuenta para ello es la confianza que se debe tener en uno mismo, pues este es un punto muy importante para alcanzar los estados más proclives para recibir las intuiciones que podemos estar necesitando, tanto nosotros mismos como personas cercanas a nosotros . La falta de confianza resta mucha fortaleza interior en todos los sentidos y también termina afectando a esta de forma negativa.

   La intuición es una función muy importante en la que podemos basarnos para orientar nuestra vida y que viene en apoyo de nuestras decisiones. Tener esa intuición orientadora sobre el trabajo a realizar, sobre la solución de un problema, es la idea precisa que nos faltaba y que nos aclara el porvenir. Cuanto más la ejercitemos y aprendamos a escucharla más se expandirá. Si cuando se manifiesta no le prestamos atención cada vez tendrá menos presencia, pero si la atendemos y le damos cabida cada vez será mayor su manifestación.
   Vamos a definir algunos elementos a desarrollar que intervienen en su progreso.

Dedicación . Como cualquier otro aspecto de la vida que queramos desarrollar, el tiempo que dediquemos a ello termina siendo fundamental. A veces pretendemos que ocurra lo imposible, no estar en condiciones para hacer algo y que esto se desarrolle. Nuestra dedicación y la orientación que demos a esta es sumamente importante para tener buenas intuiciones, tanto propias como inducidas por otros seres de naturaleza superior cuyo trabajo consiste en desarrollar el equilibrio y el bien común.
   ¿Cómo vamos a encontrar la solución de ese problema que nos preocupa mientras estamos pensando qué programa vamos a ver luego en la televisión o qué vamos a cenar? ¿Cómo vamos a captar las intuiciones de orientación si nuestros pensamientos están continuamente divagando y centrados exclusivamente en los aspectos más superficiales de la vida?

   Orientación. La intuición se presenta cuando nuestro esfuerzo está orientado hacia un objetivo noble, tenemos un deseo sincero y honesto de comprender algo, sin los condicionantes que supone desearlo como uno quiere, pues esto impide que se manifieste como realmente es porque puede ser diferente a la configuración nuestros deseos. Por nuestra parte es necesario que estemos debidamente preparados para saber identificarla, porque esta no siempre es tal como la deseamos o nos gustaría que fuera, sino tal como debe ser.

   La intuición llega a la mente cuando esta está preparada, centrada, receptiva y en sintonía. Si a ello añadimos el deseo verdadero de superación, la intuición aparecería para ayudarnos. Si quiero orientación debo saber buscarla y, para ello, necesito prepararme, capacitarme, cultivando mi adecuación hacia aquello que quiero lograr. En la vida todo se consigue con trabajo y esfuerzo, nada viene gratuitamente.

   Concentración. Es difícil que surja la intuición si no estamos concentrados en la cuestión, circunstancia, problema, etcétera, que deseamos comprender o solucionar. Nuestro pensamiento y nuestro sentimiento debe estar alineado hacia lo que queremos conseguir, ya que todo ello crea el ambiente y la situación propicia para que se presente y se desarrolle. Si el foco de nuestra atención está dirigido hacia cuestiones triviales y alejadas de lo que queremos comprender, es muy difícil la recepción de esa intuición clarificadora. Centrar siempre la atención en lo que se está haciendo y en lo que se desea es como poner la antena para recibir la señal adecuada y precisa en cada momento, lo que ayuda a su vez a vivir la vida con alegría y satisfacción.

   Al estar centrados en aquello que queremos hacer o conseguir, sin ningún tipo de distracciones, estamos preparando nuestra mente para que el pensamiento tenga la sintonía adecuada para poder recibir esas intuiciones capaces de orientarnos hacia lo mejor, hacia las soluciones de los problemas o los retos que necesitamos para nuestra superación.

   Buscar el silencio interior para eliminar esa constante invasión de ideas sin sentido ni control también ayuda a encontrar y desarrollar la intuición. Acallar ese ruido interior que embota la mente es muy conveniente porque permite que esta se aclare y sereno, que se ordene y se fortifique para tener más creatividad, lo que nos va a permitir ponernos en conexión con otros niveles más elevados.

   Deseos de trabajo y progreso. Como la intuición surge cuando el ambiente y las circunstancias son propicios, el deseo de hacer las cosas bien y de progresar mejorando la propia personalidad atraen al Yo superior, a esas entidades dedicadas al bien y esas fuerzas del universo que buscan equilibrio y paz. El esfuerzo conlleva progreso, y este es uno de los mejores canalizadores de esa intuición que estimula el deseo de la práctica del bien común.

   Cuando alineamos todos estos elementos dispersos en la vida hacia un objetivo común el resultado es el deseado, porque estamos poniendo todos nuestros recursos hacia la solución, consiguiendo que esta llegue. Si a ello le añadimos un deseo noble de trabajo, superación y ayuda, el efecto será positivo.
   Si nuestros pensamientos son de ayuda y ese es nuestro deseo íntimo y real, a no dudar que tendremos numerosas intuiciones, incluso para ofrecerlas, y además hacerlo de la forma más correcta y adecuada, con lo que será más acertada y útil. A todos nos agrada más vivir en el acierto que en la equivocación.

   Para dejarse guiar por la intuición es muy importante tener calma interior, eliminando esas disputas internas que a diario nos asaltan en los ambientes familiares, laborales, etcétera, ya que esos conflictos no dejan que aquellas se manifiestan en sintonía con nuestras necesidades. Las emociones negativas como la tristeza, el miedo, el estrés, la cólera o el egoísmo también bloquean ese canal intuitivo. Vivir con un equilibrio interno de paz y dentro del deseo altruista de ayuda al prójimo ayuda a pulir ese canal y, sobre todo, a conectar con esas otras mentes cuya realidad es la misma. Necesitamos calmar esos estados perjudiciales y aprender a orientar nuestras emociones hacia lo útil y altruista.

   Hay que buscar los ambientes adecuados para aquello que queremos conseguir porque de esta forma estaremos facilitando que todos los elementos de la vida converjan y trabajen en nuestro favor.

Antonio  Gómez Sánchez Amor, Paz y Caridad.
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                                 CIUDAD  ESPIRITUAL

                                
–Tal parece, entonces, que esa esfera se mezcla casi con la esfera de los hombres –observé.
–Sí –confirmó el dedicado amigo–, y es en esa zona que se extienden los hilos invisibles que unen las mentes humanas entre sí. El plano está repleto de desencarnados y de formas-pensamientos de los encarnados, porque todo Espíritu donde quiera que se encuentra, es un núcleo radiante de fuerzas que crean, transforman o destruyen exteriorizadas en vibraciones y que la ciencia terrestre aún no puede comprender. Quien piensa, está haciendo algo más que esto. Es por el pensamiento que los hombres encuentran en el Umbral los compañeros cuya afinidad con las tendencias de cada uno les atrae. Toda alma es un imán poderoso. Hay una extensa Humanidad invisible, que sigue a la Humanidad visible. Las misiones más laboriosas del Ministerio de Auxilio están constituidas en el Umbral por abnegados servidores, porque si la tarea de los bomberos en las grandes ciudades terrenas es difícil por las llamas y cortinas de humo que enfrentan, los misioneros del Umbral encuentran fluidos pesadísimos emitidos sin cesar por millares de mentes desequilibradas, en la práctica del mal, o terriblemente flageladas en los sufrimientos rectificadores. Es necesario mucho valor y mucha renuncia para ayudar a quien nada comprende del auxilio que se le ofrece.

El umbral. Nuestro hogar - La vida en el mundo espiritual -.Espíritu André Luiz, psicografía de Francisco Cándido Xavier.

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