jueves, 25 de mayo de 2023

Adquisición de la conciencia

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Cómo manejar la mediumnidad en los niños ( 2ª)

2.- La senda iluminada

3.- Dios - Familia espiritual

4.- Adquisición de la conciencia

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CÓMO MANEJAR LA MEDIUMNIDAD EN

LOS NIÑOS ( 2 de tres)

                                                                            


...//... ( Viene del anterior)

La visión, la audición, incluso la posibilidad de conversar con los espíritus, son sólo eventos naturales para el niño, pues al no tener la posibilidad de diferenciar ambos estados de la existencia no existe en él ningún tipo de temor o de rechazo hacia algo que le parece normal, es luego en su crecimiento cultural e intelectual que se van estableciendo las convenciones sociales que le pueden dirigir su percepción sobre las cosas, generando según su educación ciertas fobias sobre la vida espiritual que en su mayoría son proyectadas por los adultos de su entorno, producto de la ignorancia y de los preceptos culturales sin fundamento.

Durante la niñez pueden presentarse eventos mediúmnicos relevantes, pues hay seres que en sus planificaciones establecieron la posibilidad del trabajo mediúmnico desde el inicio de su encarnación, ya sea por un proceso probatorio o por una misión en particular, expresando pues el espíritu encarnado desde el principio sus condiciones de medianero, teniendo sus padres la necesidad de auxiliar y dirigir estas manifestaciones en beneficio del crecimiento moral e intelectual del niño.

La práctica de la mediúmnidad no tiene una edad prefijada  para el niño,  eso depende enteramente del desarrollo físico y mucho más del desarrollo moral; hay niños de doce años que se afectaran menos  que muchas veces los adultos. Si los hombres son víctimas de los espíritus mentirosos la infancia y la juventud están aun más expuestas por su inexperiencia. La edad está subordinada  a las circunstancias, al temperamento y al carácter del niño. 

La constatación de la edad es muy difícil pues hay  bebés que tienen incorporaciones. Cada criatura tiene sus características propias y su mediúmnidad aflora de acuerdo con sus condiciones. La práctica de la mediúmnidad entretanto, debe ser incentivada cuando el joven estuviera maduro lo suficiente  para un ejercicio seguro dentro los padrones de comportamiento conducidos con seriedad y responsabilidad de que se reviste el trabajo mediúmnico.

LA mediúmnidad en los niños es más común de lo que se piensa. El adulto, por ya ser dueño de sí mismo, entiende mejor el surgimiento de la misma, y procura una  forma de ajustarse a ella. Sea en los diversos Centros Espíritas o no. Cuando los hechos mediúmnicos estén surgiendo en la niñez de nuestros hijos, sabemos con seguridad, que su ángel protector estará atento para tal hecho. Esa asertiva, no nos excluye, entre tanto, a los padres y educadores, de nuestra responsabilidad de buscar la mejor forma de disminuir esos efectos. Deberemos estar siempre dentro de las orientaciones   de la codificación Kardeciana, y seguros del amparo de nuestros amigos espirituales para conducirnos con claridad hacia el camino marcado por Jesús.

La práctica de la mediúmnidad presenta peligros e inconvenientes contra los cuales debemos precavernos. Muchos que trabajan en actividades mediúmnicas improductivas están bajo el imperio evidente de obsesión y de fascinación.

Lo que el libro de los médiums nos dice bien claro es que no se debe excitar el desarrollo de la mediúmnidad en los niños cuando no es espontánea, y que en todos los casos es preciso usar de esta con gran circunspección; que tampoco se debe alentar en personas débiles, a los que den señales de excentricidad en las ideas o debilidad en las facultades mentales, porque hay en ellas predisposición evidente a la locura que cualquier  causa sobre excitante puede desenvolver.

Aunque no se vea u oiga a los espíritus, es la mediúmnidad la que hace que una criatura sea capaz de sentir si un ambiente está cargado y hacerla llorar cuando un extraño con energías ruines la pega en el cuello. Es preciso antes de afirmar que una criatura está bajo la influencia de un espíritu, descartar las hipótesis de fantasía  y de disturbios psíquicos. La primera etapa es entrevistar al paciente en busca de elementos que no podrían ser dichos por él. “Es difícil diagnosticar como fantasiosa una criatura  de  tres años que se pone a analizar cuadros de Botticelli o a conversar  en francés sin conocer ese idioma” por poner un ejemplo. Finalmente, exámenes neurológicos facilitarían el verificar si la actividad en el cerebro es equivalente  a la registrada en convulsiones o ataques de epilepsia. Normalmente la reacción es otra.

Algunos médicos y pensadores materialistas clasifican a los médiums como personas enfermas. Generalmente, esos científicos emiten pareceres fundamentales en los conceptos de ciencia materialista y no se dan al trabajo de examinar los libros espíritas, puesto que ni los conocen.

 Estudiada por los religiosos, psiquiatras y hasta neurólogos, la mediúmnidad es la capacidad de ver u oír a los  espíritus o realizar fenómenos para normales – como la incorporación y la clarividencia- por intermedio de agentes externos, o  sea, de entidades espirituales que utilizan el cuerpo del médium como vehículo para manifestarse.

Normalmente en esos casos, el fortalecimiento por el pase, el agua fluidificada y la oración son poderosos instrumentos de los que se vale la espiritualidad para la solución del problema. Nuestros mentores espirituales, con certeza,  miraran el tratamiento de forma que, siguiendo correctamente las instrucciones de la espiritualidad superior, podamos tener ayuda y seguridad.

Los padres deben mostrarse aptos para efectuar cambios en la conducta diaria en su recinto doméstico. Todo lo que sea para elevar el padrón vibratorio  debe ser cultivado, al mismo tiempo en que se ofrecen para apartar toda conducta que lleve a lo contrario. Buenos libros, buenos films, comportamiento mental pautado en las enseñanzas del Evangelio, aliados al respeto y cariño mutuo, son factores de envolvimiento de los hijos en un halo protector, beneficiando así,  a todos los espíritus que conviven en el núcleo.  El hábito de la oración y la institución de una pequeña reunión para el estudio doctrinario del evangelio a la luz de las revelaciones espíritas son de fundamental importancia. Con certeza, en los Centros espíritas, existen equipos formados para enseñar a los neófitos como se instituyen esas pequeñas reuniones, recordando que el objetivo no es el desarrollo mediúmnico, y si la evolución espiritual  del grupo familiar, y que el intercambio entre espíritus encarnados y desencarnados debe ser efectuado dentro de los locales apropiados en las Casas espíritas.

Si el pequeño demuestra miedo es bueno que los padres acompañen en las sesiones necesarias al tratamiento espiritual, hasta que ellos se acostumbren con naturalidad a tal hecho. El ambiente de la sala de pases, o locales destinados para tal, a pesar de ser locales simples, destituidos de mucha decoración, puede ser intimidante  para un niño que ya debe estar asustado con los hechos que por ventura ya le están ocurriendo. Normalmente luego ellos se acostumbran, desde que los padres estén tranquilos y pasen para ellos esa tranquilidad. Si la criatura ya está alfabetizada, un buen libro  conveniente a su edad le ayuda mucho, principalmente porque contiene enseñanzas morales propias a su elevación espiritual. En las librerías espíritas, existen ya un buen número de títulos dedicados a los niños.  Si el niño no está en la edad de leer, se le pueden contar cuentos e historias basadas en los libros infantiles para que el se familiarice poco a poco con la Doctrina. Vigilar los síntomas ver si van disminuyendo y al mismo tiempo apartados hasta que la normalidad se establezca a la espera de la hora apropiada para el correcto desarrollo  y ejercicio de la mediúmnidad.

Cuando un jovencito descubre que tiene mediúmnidad, la forma mejor de desenvolverla es frecuentando las reuniones apropiadas para los jóvenes en los Centros espíritas, pues allí los dirigentes experimentados podrán orientarle sobre esa cuestión. Sin olvidar que no se puede atribuir mediúmnidad a cualquier disturbio que la criatura presenta.  Sólo el estudio de la Doctrina Espirita dará subsidios para la identificación de los fenómenos pues es una observación bastante cuidadosa.

Cuando un niño pequeñito mira a su alrededor como viendo algo, con gran temor en el rostro, o se asusta como observando a alguien que no se ve, es aconsejable darle pases magnéticos, agua fluidificada y concienciación de la familia para los actos relacionados con la Doctrina Espirita.

Muchos niños son sonámbulos  y presentan alguna alteración en un determinado estado del sueño.  Durante esa fase el niño está en un estado intermediario entre el sueño y la vigilia. A pesar de no mostrarse consciente de todo lo que pasa a su alrededor, la persona puede realizar pequeñas tareas, como alimentarse, vestirse, sentarse, mirar para algún lugar, conversar. Siendo cuestionada verbalmente  las respuestas son incoherentes y murmuradas.

Usualmente ocurre en las primeras horas del sueño pudiendo durar algunos segundos o pocos minutos. Durante el episodio el paciente se muestra apático estableciendo poco contacto con el medio, pareciendo no reconocer a las personas y familiares. Raramente realiza un procedimiento más elaborado como cambiarse de ropa u orinar en el lugar adecuado.

Para un sonámbulo, despertar durante la crisis puede ser un momento difícil. Principalmente en el adulto, existe la posibilidad de tener una reacción violenta  si es abordado, si juzga estar sufriendo alguna amenaza. A la mañana siguiente, normalmente, no recordará el episodio.

También se sabe que ese es un trastorno típicamente de la infancia, siendo presentado esporádicamente en hasta un tercio de los niños entre los tres y diez años de edad. En esta misma faja están los episodios  que acostumbran a ser regulares. A lo largo de la pubertad van disminuyendo y apenas un pequeño grupo continua teniendo episodios de sonambulismo durante la edad adulta.

No se debe en las Casa espíritas en los trabajos de pases para los niños, admitir que el pase sea efectuado también por los niños,   el Libro de los Médiums ítem 222, aborda la cuestión, cuando hace referencia a los peligros e inconvenientes de la Mediúmnidad practicada por los niños.

- Mercedes Cruz-

( Continúa y finaliza en la siguiente publicación)

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LA SENDA ILUMINADA


El camino hacia la cumbre está  señalado por infinidad de rutilantes luces indicadoras. Nadie puede errar la senda si presta atención a las advertencias de los grandes Maestros y a sus más esclarecidos alumnos.

Personajes ejemplares han desfilado por la historia, emitiendo sanos juicios y abogando por el recto proceder.

Obligado es repetir unas comprometidas palabras de Jesús, según Mateo, que encierran un alto significado. “Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan...”

Sócrates enseñaba a no desdeñar a persona alguna, diciendo: “Nuestras oraciones deben encaminarse a la prosperidad de todos porque los dioses saben muy bien lo que particularmente nos conviene”.

Decía Pitágoras: “Halla la felicidad en poca cosa. Perdona las debilidades humanas”.

El budismo declara: “El rencor nunca acaba con el odio. Sólo el amor termina con él. Esta es una ley eterna”.

De J. Bálsamo nos llega la consoladora frase que abre la puerta a una esperanza cierta. “Para  Dios nunca es tarde, porque nunca anochece en su día infinito”.

La humanidad, un día, habrá de avergonzarse de su ingratitud hacia toda enseñanza, por humilde que sea, expresada con el noble intento de invitar a sus congéneres a iniciar el propio crecimiento moral.

El tropiezo y la inevitable caída es la consecuencia de caminar con los ojos cerrados.

Permanecer, por indolencia, atrapados en el profundo letargo y abandono de inquietudes espirituales, no hace más que retardar la evolución individual y colectiva. Vivir sin esperanza, cual enfermos terminales, impide vislumbrar horizontes de mayor relieve, y dificulta el tránsito por este mundo.

Inevitablemente, los más acérrimos detractores de la espiritualidad, tras la muerte física, comprobarán sorprendidos, que somos inmortales. Es el rotundo triunfo de la eterna verdad sobre la inexistente muerte definitiva.

Sin amor no existiría la Creación. El Amor es la esencia de la Causa primera, la Energía que fecunda Vida Eterna.

El Amor no adolece de nada porque es el todo.

El Amor moldea  y reblandece al espíritu más duro, y una vez instalado en él, se transforma en fraterno abrazo universal.

El Amor es el potente sentimiento que cuando cautiva, libera de egoísmos y vanidades.

El Amor aleja el frío de las almas enfermas y les devuelve el calor de la Vida.

Junto al Amor germina, esplendorosa, la semilla del Bien, por eso el ser que ama despide generosidad y perdón.

El Amor es el fuego que purifica, sofocando deficiencias y encendiendo ansias de progreso.

El Amor es luz que guía a las almas hacia la sabiduría.

La fuerza vigorosa del Amor invade a toda criatura que consienta ser arrebatada por el éxtasis de saber que es hija del Creador.

- Grupo espírita de Igualada-.

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        DIOS - FAMILIA ESPIRITUAL

Existe Un plan que engloba a todos los seres de la Creación y a todo lo que existe. Aunque para cada espíritu existe un plan concreto de evolución, porque cada ser de la creación es amado, y está destinado a ser feliz. En ese plan de evolución personal participan multitud de seres en diversos grados de evolución, ayudando a cada espíritu a recorrer ese camino.

Tenéis una familia espiritual. Todos y cada uno de vosotros sois queridos por multitud de seres espirituales. Empezando por Dios, y continuando por vuestro guía espiritual, que jamás os abandona y otro buen número de espíritus. Muchos son amigos, familiares ya fallecidos, de esta y de otras vidas. Además, por si fuera poco, todos y cada uno de vosotros tenéis un alma gemela, vuestra media naranja, un espíritu perfectamente afín a vosotros mismos, el compañero perfecto por el que empezar a sentir lo que es el amor verdadero. Algunos deellos pueden estar encarnados al mismo tiempo que vosotros y pueden formar parte o no de vuestra familia carnal, o ser simplemente personas amigas.

- ¿Y cómo puede ser que siendo uno tan querido se sienta muchas veces tan solo?

* Porque vivís desconectados del mundo espiritual, ignorantes de vuestra conexión con otros seres que os son afines, tanto aquellos que están encarnados simultáneamente con vosotros, como los que os apoyan desde el mundo espiritual, inconscientes de vuestra misión en la Tierra, tan entretenidos como estáis en ver sólo lo que vuestros sentidos y lo que vuestra mente os dicen, tan ajenos a lo que podéis percibir desde el sentimiento. Tened clara una cosa, aunque os sintáis solos en el mundo físico, jamás estáis solos de parte del mundo espiritual. A cada uno le corresponde descubrir esa conexión, descubrir esa sutil puerta tras la cual encontrareis vuestra auténtica vida, una puerta que sólo la llave del sentimiento puede abrir. Pedid sinceramente y se os ayudará a despertar vuestra sensibilidad, y se os reconfortará de vuestras penalidades. Pero tendréis que despojaros de vuestras corazas antiamor para sentirlo. Porque al que quiere estar solo y aislado del mundo, se le
respeta su deseo.

- ¿ Como sabemos que existe Dios, alguien lo ha visto ?
* ¿Acaso no has visto su obra? El Universo, la vida, tú mismo. Dios no puede estar más cerca de ti de lo que está. Pero él no te obliga a que tú le reconozcas y te abras a él. Hace falta que tú quieras sentirlo, percibirlo. Pero si esperas ver a alguien como tú, de tu tamaño, con ojos, cara, brazos y piernas, entonces jamás lo reconocerás, porque Dios es mucho más que eso. Sería como si una célula de tu cuerpo preguntara:
“¿Dónde está el cuerpo al que pertenezco, que no lo veo?” “Estás en él, célula ¿No te das cuenta?”. Y la célula diría: “¡Pero si yo lo único que veo son células, células y más células como yo por todas partes!” Pues estudia tu propia naturaleza, tu propio funcionamiento, y las relaciones que estableces con otras células, y las de ellas entre sí, cómo se organizan tan maravillosamente para formar un conjunto, y observa lo que forma ese conjunto. Entonces, célula, podrás conocer y reconocer el cuerpo del que formas parte.

- ¿Dónde podemos encontrar entonces pruebas de la existencia de Dios?
* Primero en tu propia existencia y luego en la existencia de lo que te rodea ¿Cuál puede ser el origen de un ser
que siente y piensa, consciente de su propia existencia? ¿Y de un Universo tan perfectamente engranado? No puede ser la nada, porque la nada no puede crear algo tan complejo y bello a la vez. ¿O acaso alguien puede creer que una bella sinfonía puede ser confeccionada tocando teclas de un piano al azar? Pues de la misma manera no puede ser que algo tan bello y tan complejo a la vez como el Universo, la Vida y el Ser Humano sea fruto de la casualidad, sino que lo es de la causalidad.

- ¿Pero por qué tiene que ser Dios el que lo haya creado todo? ¿Acaso no existe en la naturaleza un poder de crear?

* Así es. Pero ¿de dónde viene el poder creador de la naturaleza? ¿De dónde proceden las leyes que rigen el Universo? Reconocéis que en la naturaleza, en el Universo, existe un poder creador, y unas leyes, las leyes
de la Física, de la Química, de la Biología, que lo estructuran, que lo ordenan, de manera que los científicos, cuando descubren algún fenómeno desconocido, no lo atribuyen a la nada, sino que intentan buscar la causa que lo provocó. Es decir, que vosotros admitís en vuestro día a día que una de las leyes del Universo es que no existe efecto sin causa. Pero a la hora de responder a la pregunta ¿cuál es el origen del Universo, es decir, la primera causa?, vosotros mismos, y en contra de la propia ley de causa-efecto que aceptáis como válida el resto del tiempo, no tenéis problemas en admitir que fue un efecto sin causa, es decir, ¡que surgió de la nada! ¡Esto es un contrasentido! Por tanto, debe existir una primera causa de todo, y esa es Dios.

- ¿Por qué tiene que ser Dios necesariamente el que lo haya creado todo? ¿Acaso los humanos no somos capaces de crear cosas bellas y complejas? Ahí están la música, etc…
* Cierto, porque vosotros también tenéis poder creador. Pero si lo tenéis, ¿de dónde procede? En el Universo existen muchos seres en diferentes estadios de evolución, con mayor y menor capacidad de crear que la
vuestra, según su grado de avance. Pero habremos de admitir que, si ellos tuvieron un principio, por la ley de causa y efecto, debieron ser creados por algún proceso anterior, y que en realidad el poder creador de los seres creados se ejerce sobre algo ya creado, siguiendo unas  leyes ya existentes. Por tanto, llegamos a un punto en el que necesitamos encontrar un principio creador que no haya sido creado, sino que haya existido siempre y que siempre existirá, y que haya establecido las leyes y los principios de todo lo que existe, y ese es Dios.

- Admitamos sólo como mera posibilidad que Dios pudiera existir.
En el hipotético caso de que Dios existiera, yo tendría curiosidad por saber quién y cómo es ese supuesto Dios, tan escurridizo que no se deja ver a simple vista.
* Por la obra conocerás al autor. Conócete a ti mismo y el mundo que te rodea y estarás comenzando a conocer a Dios. Ya que en la criatura están las potencialidades del creador, si imaginas todas las buenas cualidades humanas en el grado más perfecto que puedas, estarás comenzando a dibujar un bosquejo de Dios que, aunque muy imperfecto, será el más avanzado que puedas tener de él, dada tu capacidad actual.

- ¿Cuáles son esas cualidades?
* Amor, sabiduría, justicia, verdad, humildad, generosidad, sinceridad, sensibilidad, comprensión, compasión...

- ¿Existen cualidades de Dios que no podemos poseer?
* Sí. El Creador es inmutable, omnipotente, increado y ha existido siempre.
La criatura, aunque no tiene fin, tiene un principio. Es mutable, ya que está en constante perfeccionamiento y aunque su capacidad de progreso no tiene límite, porque aumenta constantemente, no es infinita.

- Y si ese ser es tan perfecto... ¿Por qué permite que exista el mal en el mundo?
* Él permite que las criaturas experimenten a su aire, que aprendan de sus errores. El mal del mundo no surge de Dios, sino de las criaturas en proceso de evolución, que debido a su desconocimiento de las leyes espirituales, actúan contra los otros seres de la creación.

Sebastián de Arauco.
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ADQUISICIÓN DE LA CONCIENCIA

“Conciencia es el estado de discernimiento para distinguir el bien del mal”

Libro: “Respuesta a Job”- Carl Gustav Jung – Psiquiatra

Cuando hablamos de discernimiento, tenemos que recurrir a la capacidad humana de poder evaluar, distinguir y diferenciar el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto, lo adecuado de lo inconveniente, etc.

Y es precisamente uno de los rasgos principales de la conciencia el poder aumentar esta capacidad humana hasta límites insospechados, lo que permite al ser humano que lo logra tomar las decisiones acertadas y correctas que le permitirán evitar las consecuencias de la toma de decisiones erróneas y el sufrimiento futuro que estas últimas llevan consigo cuando atentan contra los principios de la vida física o espiritual.

Conociendo que el hombre está en la Tierra en un continuo aprendizaje y desarrollo de su capacidad intelectual y moral, el discernimiento se nos revela de repente como una cualidad importantísima que nos ayuda a caminar por la vida de forma ordenada, honesta y adecuada, evitando las acciones precipitadas y los errores graves que nos conducen a la rectificación o el dolor.

Al mismo tiempo, el discernimiento ilumina nuestra conciencia, pues todos en la vida experimentamos encrucijadas de la existencia que no son casuales, sino que obedecen a las pruebas y expiaciones que libremente hemos solicitado superar antes de nuestra rencarnación, pero que, una vez sumergidos en el ropaje de la carne, olvidamos plenamente, y con frecuencia aparecen como retos imposibles de superar o contrariedades que nos causan un profundo malestar porque nos exigen esfuerzo y capacidad de superación.

Entre estas pruebas que a todos nos sobrevienen, aquellas en las que tenemos que tomar decisiones de las cuales ignoramos las consecuencias que producirán, son las más difíciles. Establecer el límite correcto de lo bueno o de lo malo, de aquello que atenta contra las leyes de Dios o está dentro de lo que pueda esperarse de nuestra capacidad de respuesta evolutiva, es a veces sumamente difícil de evaluar. Por ello, Allán Kardec, en el ítem 630 del Libro de los Espíritus preguntó:

P: ¿Cómo se puede distinguir el bien del mal? R: “El bien está todo aquello que está de acuerdo con la ley de Dios; y el mal, todo lo que de ella se aparta. Así, hacer el bien es conformarse a la Ley de Dios; hacer el mal, es infringir dicha Ley”

Esta respuesta, a simple vista sencilla y clara, adquiere una gran profundidad cuando hablamos de la cualidad del discernimiento que posee una conciencia desarrollada. Porque en otro apartado de esa extraordinaria obra, el propio Kardec pregunta a los espíritus dónde se encuentra escrita la ley de Dios, y la respuesta es simple y directa: “en la conciencia”. It. 621 L.E.

Si es precisamente nuestra conciencia la depositaria de las leyes de Dios en forma de atributos latentes, esto significa que conforme vamos creciendo en el ejercicio y desarrollo del bien, nuestra conciencia avanza y evoluciona y nuestra capacidad de discernimiento se amplía de manera exponencial para permitirnos caminar por la vida de forma responsable y lúcida, acertando en las decisiones importantes que debamos de tomar y no creando para nuestro futuro consecuencias desagradables derivadas de los errores cometidos.

El discernimiento es así un importante elemento en la adquisición de la conciencia, y unido al conocimiento, nos permite adquirir mayores niveles de conciencia día a día. El conocimiento de uno mismo nos acerca a la realidad de lo que somos realmente, sin máscaras. El conocimiento de lo exterior, de la vida y sus mecanismos nos permite vislumbrar la realidad con precisión.

Y por último, el conocimiento de la vida espiritual y de la inmortalidad del alma permite ejercer al ser humano un comportamiento elevado con el prójimo en función de lo que a él mismo le gustaría recibir de los demás.

Además, la convicción de la trascendencia del espíritu nos permite un desarrollo mayor de los objetivos que tenemos marcados en la vida, pues comprendemos mejor nuestra posición en la Tierra, el porqué y para qué hemos venido, y ante los retos que se nos presentan, estamos más preparados para afrontarlos con éxito desde el punto de vista de lasa necesidades de adelanto y progreso de nuestro espíritu inmortal.

La adquisición del conocimiento espiritual nos permite consolidar nuestra confianza irrestricta en Dios, algo que nos ayudará sobremanera a superar los momentos de dificultad mediante la fe razonada y la esperanza en la vida futura. Pero también, ese conocimiento de la supervivencia después de la muerte nos capacita para tomar más conciencia de nuestra humanidad y del destino feliz y pleno que nos aguarda en el futuro.

-Antonio Lledó Flor-  Amor, Paz y Caridad

“La adquisición de la conciencia es un desafío vital que requiere consideración y trabajo

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