sábado, 9 de octubre de 2021

La Ciencia y el Espíritu

  INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- En torno a la sexualidad

2.-Metempsicosis- Transmigración de las Almas

3.-Fin providencial de lass manifestaciones espíritas.

4.- La Ciencia y el Espíritu






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        EN TORNO A LA SEXUALIDAD

                                                                    


El ataque teórico sobre la sexualidad humana es profundamente complejo. La aberración de la práctica sexual, cuando sólo apunta a la satisfacción egoísta, inmediata y enloquecedora, da paso a patologías graves que degradan al ser humano. Hay espíritus que aún no han logrado superar las adicciones sexuales que traen del pasado y que embotan su conciencia. Existen casos obsesivos muy graves, aunque infrecuentes, en los que la mujer insaciable coacciona (“viola”) al hombre en el ámbito sexual.

Frente a las leyes humanas y de civilidad, es necesario mantener la observancia de normas y reglas, que nos diferencian de los seres irracionales. Ahora bien, desde un punto de vista biológico, la sexualidad es una savia sublime para mantener la vida en patrones de estabilización y encantamiento, proporcionando, cuando su uso es ético y equilibrado, alegría e integridad en las relaciones. Estamos imbuidos de este potencial sexual y estamos llamados a aprender a disciplinarlo.

La sexualidad no se puede evaluar desde la perspectiva de quienes la consideran impura y prohibitiva, mucho menos desde las impresiones de quienes ansían esposarla al plano de la banalidad como una simple fricción de las células provocando un clímax orgásmico. La sexualidad humana es de procedencia divina y su potente energia, que arrastra naturalmente al ser, no debe ser tratada de forma insana, todavía es urgente que sea disciplinada en el sentido de alcanzar su desígnio, como fuerza fecunda y creadora, a fin de producir el avance espiritual del hombre.

Cuando una pareja se ama, la pareja se anhela y se venera. La vida sexual y la experiencia entre ellos es respetuosa y placentera. El amor entre los dos no solo está condicionado a la sexualidad, sino que va mucho más allá, incluyendo la amistad, el compañerismo y el cuidado por la satisfacción de sus necesidades. Sin embargo, cuando esto no ocurre y hay una necesidad compulsiva de sexo por parte de uno o ambos miembros de la pareja, esta pareja no está en armonía; está psicológicamente corrompido y no es feliz.

Naturalmente, necesitamos ser indulgentes con aquellos que son servidores de la sexlatría, entendiendo que cada ser es un ser divino en su potencial de amor que emergerá en el futuro, entre otras cosas porque estos retrasos morales son particularidades de la etapa de expiación y pruebas de hombre terrenal.

Es urgente rezar y orientar a quienes nos piden ayuda, demostrando las lamentables implicaciones del sexo irrazonable y como nos advierten los Benefactores del más allá, ante cualquier desarmonía en el mundo afectivo, con quien sea y como sea, que nos coloquemos, en el pensamiento, en el lugar de los inadaptados, analizando nuestras tendencias más íntimas y, después de comprobar si estamos en condiciones de censurar a alguien, escuchemos en el corazón de la conciencia, la inolvidable llamada de Cristo: Amarnos los unos a los otros. como Él nos amó..

- Jorge Hessen-

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Metempsicosis - Transmigración de las almas (visión religiosa - visión espirita)

“El dogma de la metempsicosis es de origen indio. De la India pasó a Egipto, de donde, más tarde, la importó Pitágoras a Grecia. Esta teoría, de origen probablemente religioso.

La metempsicosis de los antiguos consistía en la transmigración del alma humana a los animales, lo que implicaba una degradación. La transmigración de los animales no era considerada como una condición inherente a la naturaleza del alma humana, sino como un castigo temporal.

De la identidad entre ser y espíritu se sigue la reencarnación, pudiendo el espíritu animar varios cuerpos, en sucesivas existencias, sin perder su identidad.

La diferencia entre la metempsicosis de Platón y la reencarnación espírita, en palabras del propio Kardec, no sería tal si por metempsicosis se entendiera la progresión de las almas de un estado inferior a otro superior, consumando el desarrollo que transformaría su naturaleza.

En algunas religiones, se considera posible la reencarnación del alma después de la muerte a otro ser vivo o a otro cuerpo inanimado en función de los méritos alcanzados en la existencia anterior. Es una doctrina filosófica y religiosa que admite el paso del alma humana a través de seres humanos, de animales, o de plantas, por razones de purificación o castigo a causa de faltas cometidas en vidas anteriores. Olimpiodoro, en el Ad Phaedon (81,2), escribe que sería mejor decir metensomatosis, ya que no es el cuerpo el que cambia de alma, sino el alma que cambia de cuerpo.

En El Libro de los Espíritus:

III.- Metempsicosis

611. La comunidad de origen en el principio inteligente- de los seres vivos ¿no significa la consagración de la doctrina de la metempsicosis?

- Dos cosas pueden tener un mismo origen y no asemejarse en modo alguno más tarde. ¿Quién reconocería al árbol, con sus hojas, flores y frutos, en el germen amorfo contenido en la semilla de donde él salió?

Tan pronto como el principio inteligente alcanza el grado necesario para ser Espíritu y entrar en el período de humanidad, deja de tener relación con su primitivo estado, y sólo es, respecto del alma de los animales, lo que el árbol respecto de la simiente. En el hombre sólo queda de animal l el cuerpo, así como las pasiones que nacen de la influencia de éste y el instinto de conservación inherente a la materia. No se puede aseverar, pues, que ese hombre sea la encarnación del espíritu de determinado animal, y por tanto la metempsicosis, tal como se la entiende, no es exacta.

612. El Espíritu que animó el cuerpo de un hombre ¿podría reencarnar en el de un animal?

- Esto sería retrogradar, y el Espíritu no retrocede. El río no se remonta hacia su fuente.

Según el párrafo n° 118. del L.E. Dice la pregunta :

¿Pueden los Espíritus degenerar?

- No, ya que conforme avanzan van comprendiendo lo que les alejaba de la perfección. Cuando el Espíritu ha superado una prueba, adquiere el conocimiento de ella y no lo echa al olvido. Puede permanecer estacionario, mas no retrocede.

613. Por muy errónea que sea la idea en que se basa la metempsicosis, ¿no será el resultado del sentimiento intuitivo de las diversas existencias del hombre?

- Ese sentimiento intuitivo se encuentra en tal creencia como en otras muchas. Pero, como sucede con la mayor parte de ideas intuitivas, el hombre lo ha desnaturalizado.

*La metempsicosis sería verdadera si se entendiese con esa palabra la progresión del alma de un estado inferior a uno superior, en el que adquiriría desarrollos que transformaran su naturaleza. Pero dicha doctrina es falsa si se la interpreta como transmigración directa del animal al hombre, y viceversa, lo cual implica la idea de una retrogradación o fusión. Ahora bien, como quiera que tal fusión no pueda tener lugar entre los seres corporales de una y otra especie, ello indica que se encuentran en grados no asimilables y que lo propio debe ocurrir con los espíritus que los animan. Si un mismo Espíritu pudiera animarlos alternativamente, se seguiría de esto una identidad de naturalezas que se traduciría en la posibilidad de su reproducción material. La reencarnación que enseñan los Espíritus se funda, por el contrario, en la marcha ascendente de la Naturaleza y en la progresión del hombre dentro de su propia especie, lo que no le quita nada de su dignidad. En cambio, lo que sí lo rebaja es el mal uso de las facultades que Dios le ha concedido para su adelanto. Sea como fuere, la antigüedad y universalidad de la doctrina de la metempsicosis, así como los hombres prominentes que la han profesado, prueban que el principio de la reencarnación tiene sus raíces en la Naturaleza misma. Estos son, pues, argumentos en su favor más bien que contrarios.

El punto de partida del Espíritu es una de las cuestiones que se relacionan con el principio de las cosas y que están en el secreto de Dios. No es dado al hombre conocerlas de una manera absoluta, y a este respecto sólo pueden hacerse conjeturas, elaborar hipótesis más o menos probables. Los Espíritus mismos se hallan lejos de conocerlo todo. Y acerca de lo que no saben pueden ellos también sustentar opiniones personales más o menos sensatas.

Así por ejemplo, no todos piensan lo mismo sobre las relaciones que existen entre el hombre y los animales. Según algunos, el Espíritu sólo llega al período humano después de haberse elaborado e individualizado en los diversos grados de los seres inferiores de la Creación. En la opinión de otros, el Espíritu del hombre habría pertenecido siempre a la raza humana, sin pasar por la serie animal.

La primera de esas concepciones presenta la ventaja de otorgar un objetivo al porvenir de los irracionales, los que integrarían de ese modo los primeros eslabones de la cadena de los seres pensantes. La segunda está más conforme a la dignidad

Las distintas especies de animales no proceden intelectualmente unas de otras por vía de progresión. Así, el espíritu de la ostra no se torna sucesivamente en el del pez, del pájaro, del cuadrúpedo y del cuadrumano. Cada especie es un tipo absoluto, física y moralmente, y cada ejemplar de las diferentes especies toma de la fuente universal la cantidad de principio inteligente que le es necesaria, según el grado de perfección de sus órganos y la labor que debe realizar dentro de los fenómenos de la Naturaleza. A su muerte, devuelve esa parcela de principio inteligente a la masa. Los de los mundos más evolucionados que el nuestro (ver parágrafo 188) pertenecen asimismo a razas distintas, apropiadas a las necesidades de tales mundos y al grado de desarrollo de los hombres, de quienes esos animales son los auxiliares, pero sin provenir en modo alguno de los de la Tierra, espiritualmente hablando. No acontece lo mismo con el hombre. Desde el punto de vista físico, salta a la vista que integra un eslabón de la cadena de los seres vivos, pero en el aspecto moral, entre el animal y el hombre hay solución de continuidad. El hombre posee como propia el alma o Espíritu, la chispa divina que le confiere el sentido moral y un alcance intelectual del que carecen los animales. Es en él el Ser principal, preexistente y sobreviviente al cuerpo, y que conserva su individualidad. Ahora bien, ¿cuál es el origen del Espíritu? ¿Cuál su punto de partida? ¿Se forma del principio inteligente individualizado? He ahí un enigma que sería inútil intentar develar y sobre el cual, como hemos dicho, no se puede sino elaborar hipótesis. Lo que es constante y que resalta a la vez del razonamiento y de la experiencia es la supervivencia del Espíritu, la conservación de su individualidad después de la muerte, su facultad progresiva, su estado feliz o desdichado, proporcional a su progreso en la senda del bien, así como todas las verdades morales que son la consecuencia de este principio. En cuanto a las misteriosas relaciones que existen entre el hombre y los animales, es ese – repetimos- el secreto de Dios, como otras muchas cosas cuyo conocimiento actual no interesa en modo alguno para nuestro adelanto, y sobre las cuales sería inútil insistir.

.OPINIÓN PERSONAL

Muchos ponen en duda lo que dijeron los espíritus, sobre la Metempsicosis o la transmigración del alma, hay aun muchos que creen que el alma puede tomar el cuerpo de un animal.

El ser humano es un ser pensante y que razona, Con esto no digo que un animal sea malo pero el animal actúa por instinto, no contribuiría al adelanto del espíritu.

  • ¿De que manera podría un alma desencarnada, degenerar en la de un animal?

No obstante se sigue cuestionando en algunas religiones.

En situaciones de regresiones se presta el caso de que puedan haber entidades que se prestan para intervenir en dichas comunicaciones, de lo cual puede parecer que sea cierto. Y de hecho hay que tener mucho cuidado. con el respeto que se merecen las personas involucradas.

( Trabajo aportado por Susana Gómez )

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FIN PROVIDENCIAL DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS

50. El fin providencial de las manifestaciones es el de convencer a los incrédulos, de que todo no acaba para el hombre con la vida terrestre, y el de dar a los creyentes ideas más exactas sobre el porvenir. Los buenos espíritus vienen a instruirnos para nuestro mejoramiento y adelanto, y no para revelarnos lo que aún no debemos saber o lo que debemos aprender mediante nuestro trabajo. Si bastase interrogar a los espíritus para obtener solución a todas las dificultades científicas, o para hacer descubrimientos o inventos lucrativos, todo ignorante podría hacerse sabio fácilmente y todo perezoso enriquecerse sin trabajo, y esto es lo que Dios no quiere. Los espíritus ayudan al hombre de genio por medio de inspiración oculta, pero no le exime del trabajo y de las investigaciones a fin de no privarle del mérito.

51. Sería tener una idea muy falsa de los espíritus el ver en ellos auxiliares de los pronosticadores de la buena ventura; los espíritus serio se niegan a ocuparse en cosas
fútiles; los espíritus ligeros y burlones se ocupan de todo, a todo responden y predicen todo lo que se quiere, sin inquietarse por la verdad, y dándose el censurable placer de mistificar a las personas demasiado crédulas. Por esto es esencial fijarse perfectamente en la naturaleza de las preguntas que pueden dirigirse a los espíritus..


ALLAN KARDEC
QUE ES EL ESPIRITISMO

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                               LA CIENCIA Y EL ESPÍRITU

              La solidez de los conceptos filosóficos que  se desprenden de la Reencarnación y del Espiritismo que la apoya y sostiene, se basa  precisamente en  que  la vieja  idea de la reencarnación es plenamente vigente, porque está respaldada por serias investigaciones de carácter científico, que las han confirmado como una realidad, aunque la propia  ciencia oficial de carácter ateo y materialista las ha  preferido ignorar.

      Asimismo  el desconocimiento de lo  trascendente  originado por las religiones dogmáticas occidentales que  han tenido durante la Historia  buen cuidado en ocultar la verdad por mantener en pie intereses mundanos que se apoyaban en sus postulados de carácter político o religioso; estos  chocaban frontalmente con lo que nos enseña  y se deduce del fenómeno de la Reencarnación del Espíritu, cuya idea siempre acompañó a la Humanidad  desde sus orígenes. Esto ha causado que la realidad del Espíritu y su reencarnación, sean en general un conocimiento poco  divulgado e ignorado, por lo que al menos en occidente ha sido poco tomada en serio, como si de una superstición  o dogma exótico se tratase.

     Han sido muchos los investigadores, hombres de Ciencia, que han enfocado sus estudios y esfuerzos al esclarecimiento de este asunto, pero los resultados obtenidos, cuando se podrían considerar positivos, se han quedado silenciados casi siempre, unas veces por cobardía al ver peligrar su prestigio o incluso por temor ante posibles persecuciones por tratar de confirmar sus investigaciones,  y esto debido a que es un tema tabú que parece contrariar  los postulados y dogmas establecidos por las religiones, y otras veces porque otros poderes que actúan en la sombra y mueven tantos hilos en cuanto a manejar opiniones, conciencias y creencias, los han mantenido ignorados sin ninguna divulgación ni reconocimiento.

 Durante décadas pasadas, la Parapsicología ha estudiado e investigado los fenómenos Psi-Theta, recurriendo al nombre de  la última letra griega, que es la inicial de Thanatos, y significa muerte, para englobar bajo este epígrafe las manifestaciones paranormales que sugieren una presunta intervención de un Ser humano después de  la muerte, o sea, de su Espíritu.

 Hay científicos que por desconocimiento de las leyes Cósmicas que son leyes espirituales, no físicas, de las cuales estamos  afectados todos los humanos, se vuelven dogmáticos acogiéndose ciegamente a los postulados  dictados por la Ciencia oficial  que recibieron en la Universidad, no siendo capaces de salirse de ellos ni intentar llegar a un paso más allá de los mismos por temor a sufrir un desprestigio profesional, o a ser  tildados de anticientíficos o de charlatanes, cuando lo verdaderamente anticientífico es precisamente el inmovilismo y el no atreverse a destapar la verdad , sea cual sea. y mirarla cara a cara.

 Los seres humanos, tantas veces engañados, nos hemos vuelto desconfiados y escépticos. De otra parte es de señalar que lo nuevo y desconocido asusta, pues suele  trastornar anteriores "verdades" establecidas y fijadas como dogmas inamovibles, y los científicos nunca han sido una excepción, haciendo gala de un orgullo que les dificulta reconocer errores anteriores o admitir nuevas verdades que pongan en entredicho sus postulados científicos; además eso de la espiritualidad y lo paranormal, parece ser que en nuestra sociedad materialista y pragmática, ya no se lleva  y claro está, a casi nadie le apetece nadar contra corriente. Esto no es de ahora, puesto que no sucede por ningún principio científico, sino que es propio de los seres humanos de todas las épocas, solo basta que recordemos lo que sucedió con Galileo, Giordano Bruno, etc.

 Sin embargo cada vez más, van aumentando los que como los salmónidos en el río,  se atreven a nadar contra corriente, rompiendo si es necesario esas barreras dogmáticas, cuando  se atreven a investigar seriamente y por encima de todo, en busca de la verdad, ciertos cuadros clínicos o psiquiátricos y a veces ciertos fenómenos, cuyas causas  transcienden a la materia, sin importar posibles consecuencias negativas para ellos.

  Siempre quedan dudas sobre la supervivencia del Ser después de la muerte porque el Espíritu no es nada material, tangible o maleable, que se pueda medir, pesar, ni someter a pruebas de laboratorio como si fuese un elemento físico de cualquier clase.  El Ser espiritual es algo tan inmaterial como real, por lo que no es un elemento pesable, medible ni  analizable en laboratorio humano alguno, y  encima, para aumentar aún más las dificultades y hacer dudar de sus intentos de comprobación   al investigador  que se atreva con ello, los que lo intentan saben que se enfrentan en este campo de investigación, a algo que además de inmaterial,  es algo vivo aunque invisible e intangible, pero que sin embargo muchas veces ha demostrado que  posee  inteligencia y   voluntad propia.

   De todos modos,  en ocasiones se han obtenido por ciertos científicos, de los de verdad,  algunas evidencias bien comprobadas, que  aunque se les pueda calificar como subjetivas, otorgan una completa seguridad a quien las experimenta, porque después del primer impacto de sorpresa que causa un suceso inesperado, hacen que la mente analítica se ponga a funcionar y a querer comprender lo que tenemos delante, lo cual supone una inquietud por encontrar la verdad objetiva ante estas realidades extraordinarias  pero evidentes, que así se presentan

 Los fenómenos paranormales constituyen pruebas innegables, aunque  se tilden de subjetivas, por quienes aun teniendo las evidencias a la vista, no las comprenden ni las admiten. Son evidencias sobre la existencia y supervivencia del Espíritu humano  y su reencarnación. Estas evidencias se deben  aceptar al menos, con el mismo derecho que se aceptan otra clase de pruebas, como las filosóficas, las históricas o las de jurisprudencia, que en cualquier caso, se podrán admitir o no, porque no ofrecen una posible comprobación experimental.

 Aunque se pueda considerar como subjetiva la demostración científica de la existencia del Alma o del Cuerpo fluídico, este concepto y su inmortalidad dejan de ser una creencia apoyada solamente en la fe, o en un simple dogma indemostrable, para confirmarse a través de la mediumnidad y de experiencias comprobadas y reconocidas por hombres y mujeres de Ciencia de diversos países, lo cual transforma estos temas que hasta aquí solo han sido creencias, en conocimiento.

- Jose Luis Martín-

 “La supuesta memoria de una vida anterior es viva,  entre los dos y tres años de edad del niño. Después va decayendo hasta desaparecer, excepto si se estimula con frecuencia”.                     - Dr. Benerjee -

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