martes, 11 de mayo de 2021

Una característica diferenciadora de los Espíritus

  INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Mensaje para hoy: La paciencia

2.-Una característica diferenciadora de los Espíritus

3.-Igualdad natural entre el hombre y la mujer

4.-Jesús: Entre el cliché y la renovación

5.- ¿Se podría ser feliz, sabiendo que un Ser querido está en el Infierno para siempre?


                                                           **************************************



                                                            


                                                                        

                          MENSAJE PARA HOY


LA PACIENCIA

...La paz debe constituir la meta del ser pensante que lucha en continuos intentos para conseguir la plenitud.
La paz es un tesoro que no puede ser afectado por ninguna circuns­tancia que la lleve a desaparecer, y la paciencia es su exteriorización, porque es el mecanismo no violento del cual se vale a fin de conseguir los objetivos que se propone.

Joanna de Ângelis / Divaldo P. Franco

Libro Jesús y el Evangelio a la luz de la psicología profunda – Editora LEAL




                                                    *********************************

                                                    


                               UNA CARACTERÍSTICA DIFERENCIADORA DE LOS ESPÍRITUS


¿Existe alguna diferencia entre los espíritus buenos y los malos, en lo que se refiere al esmero con que atienden nuestro llamado?

“Sí, y muy grande. Los espíritus malos sólo acuden de buen grado cuando esperan ejercer su dominio y engañar. En cambio, experimentan viva contrariedad cuando son forzados a presentarse para confesar sus faltas, y sólo tratan de marcharse, como un escolar a quien se llama para reprenderlo. Los espíritus superiores pueden obligarlos a comunicarse, como castigo, así como para instrucción de los encarnados. En el caso de los espíritus buenos, la evocación es penosa cuando se los llama inútilmente, por trivialidades, y entonces no se presentan, o se retiran de inmediato.” “En principio, podéis decir que a los espíritus, sea cual fuere el grado al que pertenezcan, no les agrada servir de distracción para los curiosos, tal como sucede con vosotros. Muchas veces, cuando evocáis a un espíritu, vuestro único objetivo es saber qué os dirá, o interrogarlo sobre particularidades de su vida, particularidades que él no desea relatar, pues no tiene ningún motivo para haceros confidencias. En ese caso, ¿creéis que se sentará en el banquillo de los acusados sólo para satisfaceros? No os engañéis, porque lo que no hubiera hecho en vida, tampoco lo hará como espíritu".

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS (282.21)

                                         ************************


                                                          


           IGUALDAD NATURAL ENTRE EL                            HOMBRE Y LA MUJER

¿Son iguales ante Dios, el hombre y la mujer, y tienen los mismos derechos?

Esa pregunta fue hecha, en el siglo diecinueve, por Allan Kardec a los Espíritus Superiores y la respuesta de ellos fue una contra pregunta:

“¿No les otorgó Dios la inteligencia del bien y del mal y la facultad de progresar a ambos?”

Los Bienhechores lanzaron, en pleno siglo diecinueve un reto para la sociedad de la época, que consideraba el hombre un ser superior a la mujer, a quien ella debía obediencia y respeto.

Es incontestable que hombres y mujeres tienen los mismos derechos, con variaciones apenas con referencia a las funciones que cabe a cada uno junto a la sociedad.

Sobre esa cuestión, Kardec preguntó a los Espíritus:

“¿Las funciones a las que la mujer es destinada por la naturaleza tendrán una importancia tan grande como las asignadas al hombre?”

La respuesta fue:

“Sí, incluso más. Es ella quien le da las primeras nociones de vida.”

En dicha aseveración de los Bienhechores, queda claro que la maternidad es una de las funciones que cabe a la mujer, bien como las primeras nociones de educación.

Víctor Hugo, poeta y romancista francés que vivió en el siglo diecinueve, escribió una bellísima página sobre el hombre y la mujer, que aquí reproducimos:

"El hombre es la más elevada de las criaturas. La mujer es el más sublime de los ideales.

Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer, un altar. El trono exalta; el altar santifica.

El hombre es el cerebro; la mujer el corazón. El cerebro produce luz; el corazón, amor. La luz fecunda; el amor resucita.

El hombre es el genio; la mujer el ángel. El genio es inmensurable; el ángel indefinible.

La aspiración del hombre es la suprema gloria; la aspiración de la mujer, la virtud extrema. La gloria traduce grandeza; la virtud traduce divinidad.

El hombre tiene supremacía; la mujer, la preferencia. La supremacía representa la fuerza; la preferencia el derecho.

El hombre es fuerte por la razón; la mujer es invencible por la lágrima. La razón convence; la lágrima conmueve.

El hombre es capaz de todos los heroísmos; la mujer, de todos los martirios. El heroísmo ennoblece; el martirio sublima.

El hombre es el código; la mujer, el evangelio. El código corrige, el evangelio perfecciona.

El hombre es un templo; la mujer un sagrario. Ante el templo, nos descubrimos; ante el sagrario, nos arrodillamos.

El hombre piensa; la mujer sueña. Pensar es tener cerebro; soñar es tener en la frente una aureola.

El hombre es un océano; la mujer, un lago. El océano tiene la perla que lo embellece, el lago tiene la poesía que lo deslumbra.

El hombre es el águila que vuela; la mujer, el ruiseñor que canta. Volar es dominar el espacio; cantar es conquistar el alma.

El hombre tiene un farol: la conciencia; la mujer tiene una estrella: la esperanza. El farol guía, la esperanza salva.

En fin, el hombre está colocado donde termina la tierra; la mujer, donde empieza el cielo.

*   *   *

El hombre es como el pájaro, muchas veces obligado a enfrentar la tempestad, fuera del nido, para que el nido disfrute alegría y abundancia.

La mujer es el ángel de ese mismo nido en el que el hombre busca paz y reposo.

 Redacción del Momento Espírita con base en poema de Victor Hugo, obtenido del volumen 5 de la “Antologia do pensamento


                                                     ********************


JESÚS: ENTRE EL CLICHÉ Y LA RENOVACIÓN

    
Los autodenominados “espíritas cristianos” (una vez más terminología postiza que no recoge la doctrina), no terminaron de captar del todo la invitación de los Espíritus codificadores y su renovación ideológica, permaneciendo en una práctica sincretista con fuerte base judeocristiana a las que agregan (de manera conceptual) pinceladas espiritistas, aunque la línea de fondo prosigue anclada en el viejo discurso que, ¡precisamente! la doctrina del hombre nuevo vino a superar.

El foco central de la doctrina no es Jesús (ni el Evangelio), sino los Espíritus , algo de suma relevancia y que, al parecer, buena parte de los espíritas no han sabido interpretar… Y claro, partiendo de aquí vemos las imprecisiones y ambigüedades que impregna muchas de las prácticas de los herederos actuales del legado de Kardec.

Jesús es donde se apoya la parte moral de la Codificación, pero no hasta el punto de justificar que prosigamos en el modelo religioso…

¿No resulta revelador el hecho de que Kardec no orase a Jesús? «Fuera de la caridad no hay salvación», y no (como por sus acciones parecen vivenciar algunos): «Fuera de Jesús no hay salvación»… 

Ojalá que -esto sí, sin ataques personales ni rencillas ideológicas-, al igual que en el pasado el movimiento supo sacudirse la influencia de la Teosofía que durante un tiempo desvirtuó la práctica espírita, pueda igualmente hoy desprenderse de los añadidos cristianizantes, (no negativos o malos, de acuerdo, pero sí inadecuados e innecesarios a su sentido y sus fines). 

Debemos tanto respetar las creencias ajenas como (en cuanto espíritas), liberarnos de los símbolos del pasado… 

Por el bien del Espiritismo y su mensaje dirigido al hombre nuevo, hay un Cristo del que deberíamos prescindir y… un Jesús que tendríamos de interiorizar. Quien tenga oídos para oír, que oiga. 

- Juan Manuel Ruiz González - ZonaEspirita

                                                     *******************

             

                                                                        


¿Se podría  ser feliz  sabiendo que  un ser querido está en el Infierno  para siempre?

             “ El cielo siempre es triste sin aquellos que amamos “                                                     -André Luiz a través de Fco.Cándido Xavier-

                                                          


       Ser feliz en el Cielo, conociendo la desgracia eterna y el dolor de un Ser amado en el Infierno, sería – lógicamente-  imposible, porque  siendo el Cielo un estado de dicha, ¿Quién  podría permanecer feliz, sabiéndose eternamente separado de un Ser querido, del  que sabe que sufre o que es infeliz para siempre y con el que jamás podrá compartir su felicidad  junto a él .  Pero si  el estado de felicidad celestial viene acompañado por la seguridad de un reencuentro, finalmente, con el Ser amado, esa felicidad no disminuye, sino que  hace crecer en intensidad el deseo de colaborar para que el  rescate del Ser querido y su   esperado reencuentro, sea lo más inmediato posible. 

    De nuevo estamos ante el concepto de un dios imposible, pues sería de una dureza y de una crueldad infinitas, ya que hasta los buenos no podrían gozar de ese cielo ante el sufrimiento  eterno de algún ser querido con el que compartió su vida humana, porque    ¿ acaso podemos creer que el Amor  que se profesaban los Seres en  este mundo se  disuelve  después de la muerte, de modo que los que están en el Cielo se  puedan volver tan insensibles y egoístas en su estado de dicha ?. ¿Qué clase de felicidad y de cielo sería esto? Evidentemente el espíritu que así fuese, de ese modo tan insensible y egoísta, estaría acreditando una inferioridad moral que  por sí misma le impediría alcanzar la dicha en su plenitud. La felicidad llega a ser plena cuando se puede compartir con los demás seres en medio del sentimiento sublime del Amor. Si el cielo y el infierno teológicos existieran tal como los han representado, estaríamos ante  el sorprendente caso de conocer seres humanos más misericordiosos y compasivos que el mismo  Padre Celestial.      

  El concepto de eternidad es una idea inaceptable si se la equipara con la idea de infinito, pero si se considera esta palabra en su verdadera acepción, que significa “tiempo indeterminado” o “existencia fuera del tiempo”, la cosa cambia, pues como ya sabemos, el sentido del tiempo que nosotros tenemos,  no existe en el más allá , por lo que al infierno se le puede entender como un estado del Alma que queda transitoriamente, de modo limitado en cuanto a nuestra medida del tiempo,  en las regiones inferiores de los planos espirituales o astrales, o bien agrupados en zonas espirituales de baja vibración espiritual; de ahí que a sus moradores se les denomine también por otras corrientes esotéricas u ocultistas, como ”Seres del bajo astral  ”, o “Seres del astral inferior”

- Jose Luis Martín-

                                                   *******************************************






No hay comentarios: