El egoísmo es un exagerado o excesivo amor de sí mismo, en cuyo defecto incurren aquellos que consideran su bienestar y felicidad desligados de la dicha de los demás, y que sólo de ellos mismos deben ocuparse.El amor propio no es inmoral en su esencia, puesto que el amor de sí mismo está en nuestra propia naturaleza y es condición necesaria de nuestra existencia; pero cuando ese amor es exagerado puede ser peligroso para la armonía social, ya que, al atender exclusivamente a nuestro bien y comodidad, no hacemos por los demás lo que ellos hacen por nosotros.
El egoísta se considera el centro de la creación y piensa que los demás seres están solamente para servirle. No es que tenga la conciencia de lo que vale, pues esto sería laudable, sino que está en la creencia de que su YO debe estar sobre todo. Muchos moralistas afirman que del egoísmo nacen todas las malas pasiones, y, bien considerado, quizá no les falte razón para asegurarlo.
Se ha dicho también por algunos que los niños son egoístas: esto no es enteramente cierto. El egoísmo es casi siempre un vicio adquirido, nacido de una educación defectuosa; y en la mayoría de los casos proviene de la imprevisión y ceguedad de los padres, que miman y aplauden excesivamente a sus hijos por cualquier adelanto u ocurrencia que tengan, creyéndolos pequeños prodigios que han de asombrar al mundo con sus talentos.
Los caprichos y travesuras no reprimidas y las alabanzas desconsideradas envanecen a los niños y van formando su carácter, de tal modo, que empiezan por ser los pequeños tiranos de la casa y acaban por ser grandes egoístas.
El egoísmo es una pasión destructora del orden social, y suele manifestarse en diferentes grados: vanidad, orgullo, soberbia, etc. Estos vicios o defectos se combaten con el altruismo, sentimiento noble que consiste en vivir para los demás y sacrificarse por sus semejantes.
- Fabián Palasí- ( Tomado de la Revista Amor Paz y Caridad)
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NO HAY EFECTO SIN CAUSA; ¡ ASÍ QUE DIOS EXISTE !
Todos tenemos en nuestra conciencia un espacio importante y gigantesco reservado para Dios. Sin embargo, hay personas que imaginan que pueden expulsarlo de sus vidas. Al enumerar pensadores de amplia influencia en la sociedad, encontramos una hermandad de intelectuales, heraldos del lema anti-Dios, como Karl Marx, para quien la religión era el opio del pueblo; Sigmund Freud que consideró la fe como una manifestación del infantilismo, Friedrich Nietzsche que tuvo la audacia de decretar la “muerte” de Dios. Actualmente, hay otros que siguen negando la existencia del Creador, como el biólogo Richard Dawkins, que escribió el libro “Deus, a delírio”. En esta estela atea, el Director del Proyecto Genoma, Francis Collins escribió el libro “El lenguaje de Dios”. La ciencia siempre ha negado al Dios “teológico” porque sería un tipo de prototipo correspondiente exclusivamente a la criatura humana, hasta el punto de haberlo creado a su imagen y semejanza, lo que, en sí mismo, no recomienda en absoluto a este Creador. El hombre se habría hecho a partir de un modelo lleno de defectos desde lo moral hasta lo físico.
En 1921, cuando el rabino H. Goldstein, de Nueva York, le preguntó si creía en Dios, Albert Einstein respondió: “Creo en el Dios de Spinoza, que se revela en la armonía de todo lo que existe, y no en el Dios que ¿Le interesa la suerte y las acciones de los hombres? ”
A finales del siglo XIX, Kelvin, exponente y considerado el “Padre” de la Termodinámica , fue categórico en su afirmación: ¡Se acabó, hemos llegado al cenit! la ciencia ya sabe estudiar el movimiento, la electricidad y el magnetismo; no hay nada más que estos universos físicos. Sin embargo, unos años más tarde descubrieron el átomo, el electrón y, ya a principios del siglo XX, Albert Einstein instituyó la Teoría de la Relatividad. La vida universal ofrece acertijos más grandes y profundos sobre su verdadera esencia, trastornando la hegemonía y el materialismo. inteligencia científica.
Como no todo investigador es ateo, materialista y presuntuoso, es importante hacer referencia a un libro de expresiva importancia científica- "La Partícula de Dios"- publicado en Estados Unidos por el físico León Ledeman, Premio Nóbel en 1988, en donde defiende la tesis de que Dios existe y que está en el origen de todas las cosas. El desempeño de la investigación del físico holandés Willen B. Drees, autor de "Más allá del Big-Bang- Cosmología Cuántica y Dios", demuestra con claridad que hay un empeño creciente de la inquisición científica, fundamentado en la certeza de la existencia de Dios.
Marcos Eberlin, presidente de la Sociedad Internacional de Espectrometría de Masas y miembro de la Academia Brasileña de Ciencias, apoya la Teoría del Diseño Inteligente. Asegura que adopta una metodología científica robusta capaz de detectar señales de inteligencia en la vida y en el universo. Para él, Dios es una mente inteligente (primera causa de la vida) y consciente, el único agente conocido, necesario y suficiente para la vida y el cosmos. En otras palabras, el diseño detectado en el universo y en la vida no es aparente ni ilusorio, sino real e inteligente. El físico estadounidense Paul Davies, en su libro titulado Dios y la nueva física, afirma categóricamente que el Universo fue diseñado por una conciencia cósmica inteligente.
Eberlin asume que la Vida es un fenómeno de Dios, especialmente a nivel molecular, en el que vemos aún más claramente las firmas de la mente inteligente y consciente del Gran Regente (Dios), quien orquestó los diversos códigos y los comprimidos, cifrados e información compartimentada de ADN, tipo disco duro. La arquitectura algorítmica de arriba hacia abajo de la vida, su lógica es asombrosa e hiper optimizada.
El descubrimiento de la "partícula de Dios" podría completar los elementos esenciales del llamado Modelo Clásico de la física, derivado del esfuerzo de Albert Einstein y sus herederos a principios del siglo XX, y que abrió el camino a la "nueva física". . En esta dirección casi trascendental de la física, los científicos incluso han logrado capturar átomos de antimateria durante más de 16 minutos. La antimateria es uno de los grandes misterios que aún no han sido completamente explicados por las teorías físicas modernas.
Un átomo está compuesto por varias partículas elementales (el electrón, el protón, el neutrón y otras), algunas ligeras y otras pesadas. La existencia de un mesón (una partícula intermedia) entre ligero (leptones) y pesado (hadrones), se dice, tiene exactamente el propósito de estructurar el átomo. El mesón (es un bosón) tiene un comando para que pueda actuar en su función adecuada. Para Yukawa, descubridor del mesón, este sería el vínculo entre la vida material del átomo y su respectivo estructurador.
Se supone que el bosón de Higgs, o "Partícula de Dios", garantiza masa a todos los demás; Teóricamente sería la última frontera no resuelta por la física. Explicaría como los átomos ganaron masa, dando lugar a la materia. Para algunos aventureros, si se demostrara la existencia del infame bosón de Higgs, la teoría del "Dios creador" se derrumbaría, ya que sería evidente que no habría necesidad de ningún agente espiritual divino para la formación del mundo.
Es estúpido y sin sentido cazar la partícula "Dios" en los confines de la materia y dentro del "Campo de Higgs". ¡Dios no es un episodio! Dios es el origen de las cosas. ¡Dios es! ¡Es puramente ES! ... Dios se revela en sus obras, como el de un pintor en su pintura, explica Allan Kardec, ilustrando que “las obras de Dios no son Dios mismo, como la pintura no es el pintor que la concibió y ejecutó. ”.
En el siglo XIX, el renombrado Maestro de Lyon preguntó a los Espíritus: “¿Dónde se puede encontrar la prueba de la existencia de Dios?” Los Sabios del Más Allá respondieron: “En un axioma que aplicas en tus ciencias. No hay efecto sin causa. Busca la causa de todo lo que no sea obra del hombre y tu razón responderá ”.
Indudablemente, no hay efecto sin causa, y para cada efecto inteligente debe haber una causa inteligente; como tal, la materia no podría existir sin la Inteligencia Suprema actuando sobre la energía cósmica amorfa y modulándola, formando sus partículas desde las más elementales hasta las más complejas, incluidas aquellas que le permiten transformarse en seres biológicos. Desde la superestructura de las estrellas hasta la infraestructura subatómica, todo está inmerso en la sustancia viva de la mente de Dios.
Carl Gustav Jung, en un programa de televisión estadounidense, dijo que no creía en Dios porque sabía que existía. Voltaire declaró que no creía en dioses hechos por el hombre, sino en el Dios Creador del hombre. Sócrates nombró a Dios como "La razón perfecta", y su educador Platón lo llamó "Idea del bien". "Dado que Dios es la esencia divina por excelencia, sólo los espíritus que han alcanzado el grado más alto de desmaterialización pueden percibirlo" .
Con la ciencia incluso podemos adentrarnos en la intimidad de la estructura atómica, fotografiar la célula y estar encantados con la genética. Sin embargo, no seremos capaces, sin daño psicológico y emocional, de desplazar la idea de Dios en un milímetro de recorrido. Dios representa la claridad de un Sol que ilumina la Inteligencia humana, y sin ese portentoso Astro King en los caminos del conocimiento terrenal, perderíamos el contacto con la magnífica construcción de la sabiduría.
Jorge Hessen
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EL DOLOR DE LA SEPARACIÓN Y LA CERTEZA DEL REENCUENTRO
Cuando observamos, desde la playa, un velero a alejarse de la costa, navegando mar adentro, impulsado por la brisa matinal, estamos ante un espectáculo de belleza rara.
El barco, impulsado por la fuerza de los vientos, va ganando el mar azul y nos parece cada vez más pequeño.
No tarda mucho y sólo podemos contemplar un pequeño punto blanco en la línea remota e indecisa, donde el mar y el cielo se encuentran.
Quien observa el velero desaparece en la línea del horizonte, ciertamente exclamará: Ya se fue. ¿Habrá desaparecido? ¿Evaporado?
No, ciertamente. Sólo lo perdimos de vista.
El barco continúa del mismo tamaño y con la misma capacidad que tenía cuando estaba cerca de nosotros.
Continúa tan capaz como antes de llevar al puerto de destino las cargas recibidas.
El velero no se evaporó, apenas no lo podemos ver. Pero él sigue igual.
Y tal vez, en el instante en que alguien dice: Ya se ha ido, habrá otras voces, más allá, a afirmar: Allí viene el velero.
Así es la muerte.
Cuando el velero parte, llevando la preciosa carga de un amor que nos fue caro y lo vemos desaparecer en la línea que separa lo visible de lo invisible decimos: Ya se fue.
¿Habrá desaparecido? ¿Evaporado?
No, ciertamente. Sólo lo perdimos de vista.
El ser que amamos sigue siendo el mismo. Su capacidad mental no se perdió. Sus conquistas siguen intactas, al igual que cuando estaba a nuestro lado.
Conserva el mismo afecto que nutría por nosotros. Nada se pierde, a no ser el cuerpo físico de que ya no necesita en el otro lado.
Y así es como, en el mismo instante en que decimos: Ya se fue, en el más allá, otro dirá feliz: Ya está llegando.
Llegó al destino llevando consigo las adquisiciones hechas durante el viaje terrenal.
La vida nunca se interrumpe ni ofrece cambios espectaculares, pues la naturaleza no da saltos.
Cada uno lleva su carga de vicios y virtudes, de afectos y desafíos, hasta que se resuelva por deshacerse de lo que juzgue innecesario.
La vida está hecha de partidas y llegadas. De idas y venidas.
Así, lo que para algunos parece ser el partido, para otros es la llegada.
Un día partimos del mundo espiritual hacia el mundo físico; en otro partimos de aquí a lo espiritual, en un constante ir y venir, como viajeros de la inmortalidad que somos todos nosotros.
Victor Hugo, poeta y novelista francés, que vivió en el siglo XIX, habló de la vida y de la muerte diciendo:
Cada vez que morimos ganamos más vida. Las almas pasan de una esfera a otra sin perder la personalidad, haciéndose cada vez más brillante.
Yo soy un alma. Sé bien que voy a entregar a la sepultura lo que no soy.
Cuando baje a la sepultura, podré decir, como tantos: Mi día de trabajo ha terminado. Pero no podré decir: mi vida ha terminado.
Mi día de trabajo se iniciará de nuevo a la mañana siguiente.
La tumba no es un callejón sin salida, es un pasaje. Se cierra al crepúsculo y la aurora viene a abrirlo de nuevo.
Redacción del Momento Espírita
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Secuencia aproximada del proceso que
experimentaremos al final de la Vida
Después
de contrastar diversas informaciones de casos de casi muerte y de relatos mediúmnicos, se
puede llegar a la conclusión de que la secuencia aproximada de cómo se produce
este juicio a nivel individual, es la siguiente : Primero se encuentran que “ al final del túnel” por el que se sintieron deslizar tras la salida
del cuerpo, se les presenta un Ser de
Luz que suele ser su Guía espiritual, y
que les recibe amablemente ayudándoles en este acto en el que no se sienten solos; en muchos casos también percibieron seres
conocidos, familiares o amistades con aspecto
amable y sonriente, con los que intercambia expresiones y saludos, sin necesitar
la palabra.
Entonces comienzan a percibir imágenes
retrospectivas (a sentirlas), de todos los detalles de su vida, hasta los más
insignificantes, siempre que signifiquen algo o tengan alguna transcendencia para
su ascenso evolutivo.
En una asombrosa experiencia, el Ser
desencarnado se hace consciente de las
inmensas perspectivas y secuencias de las edades humanas transcurridas.
Comprende la relación de sus vidas pasadas con la que acaba de finalizar; así, por el pasado se explica el presente y este deja entrever
el futuro.
Todo esto sucede en lo que sería apenas un fugaz instante para nosotros, pero
no para el Ser que protagoniza esta experiencia, pues carece del sentido del
tiempo que tenemos en la Tierra; esta experiencia la siente intensamente y ve los detalles de su vida como si los contemplase
en una gran pantalla panorámica
de cine , en donde analiza la película de su vida como protagonista, reviviendo intensamente las escenas y
sintiendo el resultado de sus actos y omisiones, valorando lo realizado en su compromiso para
con esa vida, o sintiendo lo que dejó de realizar. En este juicio comprende y
reconoce su responsabilidad ante la Divina
ley de Causa y Efecto. De este modo fija su
suerte en el mundo espiritual y el destino que le aguarda en sus futuras vidas
humanas, con arreglo a las virtudes que aun tenga que conquistar o los defectos
pendientes de superar, aunque la situación en que queda en el mundo espiritual, siempre es transitoria y le supone mientras tanto un estado más o
menos feliz o desgraciado en muy diversos grados, con arreglo al nivel de
vibración espiritual que alcance el
Espíritu.
Este juicio individual sobre los frutos de
nuestra vida finalizada, es necesario
para el Espíritu, porque con la revisión
del camino evolutivo que acaba de recorrer
puede prepararse para fijar futuras metas y conquistas morales
evolutivas, por lo que es una experiencia necesaria, porque cada uno dispone de
su conciencia como punto de partida desde donde poder después rectificar para
poder seguir evolucionando en otras existencias
humanas futuras.
No se trata de un
Juicio severo al que debemos
temer, porque debemos tener claro que
Dios, del que hablaremos próximamente, es un Padre que no castiga eternamente
por nuestros errores, por graves que sean, sino que perdona siempre y no
permite que se pierda ni uno solo de sus hijos.
Solamente podemos temer las
consecuencias, que antes o después
deberemos afrontar por haber infringido las Leyes Divinas mediante nuestros actos negativos voluntarios. Es de
comprender que después de este
auto-juicio, el Ser siempre encuentra en su conciencia su premio o su castigo,
que lo es en sentido corrector, no en sentido de venganza justiciera al estilo
humano..
Tras el Juicio, el Espíritu impuro o malo,
a causa de tener su cuerpo espiritual
denso y pesado, entorpecido por los fluidos materiales, queda confinado en las
zonas vibratorias inferiores, mientras que
los virtuosos y elevados, con un cuerpo espiritual más depurado y
ligero, quedan agrupados en los planos elevados sobre nuestra atmósfera psíquica. En
cualquier caso, todos regresarán a la Tierra, antes o después, para continuar su
camino evolutivo de perfección o mejora.
- Jose Luis Martín-
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COMUNICADO MEDIÚMNICO
" Es siempre reconfortante para todos nosotros poder estar cerca de Vds. de palabra, ya que sus ojos les privan de poder vernos todavía.
Se han leído anteriormente grandes verdades, y es que la fe es la Paz, la Armonía, pero el encontrarla implica desterrar de nuestra alma el orgullo, la vanidad y la rebelión. En vuestras mentes todo se conjura y se amontona, dificultando el discernimiento acertado, pues los sentimientos se anteponen a los pensamientos y entonces es cuando sufrís. El sufrimiento es tal que parece un castigo. Es una palabra más inventada por la Humanidad para así poder subyugar a los seres inferiores, y con eso quiero decir, a los no conocedores de la Verdad, por no buscarla, porque todo Ser tiene la posibilidad de buscar y encontrar a Dios. Para conocerle solo hay que ser humilde; ¡parece mentira!, ser humilde y querer aprender. Con la humildad y el conocimiento se puede llegar a comprender y conocer la labor de Dios.
Si no despertamos, si nos ofuscamos en las apetencias de la carne y el materialismo, difícilmente avanzaremos. Diréis que todo es necesario, y yo repito que sí, todo es necesario, pero no hace falta estar las 24 horas del día pensando en cosas materiales. Debéis, en la medida en que seáis capaces, de adquirir conocimientos y llenar vuestra alma de fe; daros cuenta de esas vanidades tan superfluas que son.
Como bien dicen las palabras del libro que habéis leído, Dios premia, y ese premio lo encontraréis al dejar este mundo. En muchas ocasiones habláis de la vida como una carga de problemas, sinsabores y pruebas que todos debéis pasar y, cuando uno de vuestros familiares o conocidos parten de este mundo, debéis pensar al contrario de lo que hacéis, que ya ha finalizado para él una prueba y que probablemente, esté comenzando una nueva etapa espiritual, de la cual se habrá hecho merecedor, pues después del trabajo difícil y arduo que es la vida física en este planeta, es necesario un descanso para el Espíritu. Es obvio que vuestras educaciones han sido equivocadas desde el principio, dando demasiada importancia a la vida física y olvidando la vida espiritual. Conforme os hacéis mayores vais conociendo verdades que apaciguan y canalizan vuestros sentimientos, por eso debéis sentiros felices cuando comprendéis verdaderamente lo que significa la vida física en este planeta.
Sí, en verdad que es un mar de pruebas y sinsabores, pero pensad en los ratos buenos que tenéis y los malos que ya habéis tenido y lo que aun os queda por vivir. Si os preparáis y convencéis de que las pruebas que van viniendo son para vuestro avances espiritual, aceptaréis con fe, esa fe que poco a poco se va adquiriendo, las pruebas duras y dolorosas, como son la desaparición a vuestros ojos de los seres más queridos. Vosotros que estudiáis, que deseáis avanzar y conocer verdades, pensad en ellas y vibrad con vuestra alma, para que de alma a alma, podáis contactar y sentir la felicidad del Ser que desencarnó al encontrarse en el mundo espiritual que lo acoge y le brinda descanso, si sus pruebas aquí en la Tierra las ha sabido pasar.
No dejéis que la desesperación os desarmonice y procurad ofrecerle lo mejor de vosotros en esos momentos, pues elos, en su partida, son vulnerables al amor que os profesan. Es evidente que el que no conoce el mundo espiritual que le rodea, sufra por tiempo indefinido el dolor de la separación, pero no ha de ser igual en vosotros, que tenéis donde apoyaros y donde encontrar consuelo a vuestro dolor. El dolor siempre existe cuando dos seres se han querido, se han amado, sean familiares o amigos, pero hay que tener fe y dejar que el tiempo cure las heridas sin hurgar en ellas, por vuestro bien y por el de los que han partido pues si no, los atáis de pies y manos y no los dejáis trabajar ni evolucionar. Vuestro pensamiento no los libera, sino que los ata a un mundo al que ya no pertenecen.
La evolución siempre es dura, nadie ha evolucionado sin dolor y padecimientos y como seres humanos que sois, debéis llegar a entender que el dolor es un modo de encauzar el camino a la comprensión. Las heridas cicatrizan en la medida en que seáis prudentes en vuestros pensamientos y palabras. No os importe mucho el pasado, pero sí ha de infundiros respeto el porvenir, y para que ese porvenir sea más luminoso, debemos comenzar a partir de ahora a hacer todo lo posible por entender los designios de Dios y no rebelaros, por mucho que tengáis que pasar, pues muchos son vuestros débitos y mucho lo que debemos enjuagar.
Existen ciclos en vuestras vidas, en las que todo va bien, todo se desenvuelve según lo que creéis que os hace felices, casi siempre cosas terrenales, vanidades que os llenan. Yo os digo que eso son pausas, pues vendrán momentos en que la vida os sacudirá de arriba a abajo y entonces, creéis que Dios os castiga y no lo podéis superar y, amigos míos, todo es superable, pues no hay nada de lo que os pueda ocurrir que no estéis capacitados para superarlo. Os ayudará a elevar el pensamiento y pedir al Padre fuerzas para superar ese problema y aceptarlo; en el momento que lo aceptéis y seáis sinceros en vuestro pedido a Lo Alto, encontraréis el camino y la paz necesarios para llevar esa prueba, pero si os reveláis y juzgáis a Dios de injusto por una prueba que no creéis mereceros, no sabéis que quizás os merezcáis mucho más, pero que por el Amor que Dios da a todos sus hijos, Él nos da solo lo que somos capaces de poder aguantar.
Todos pasáis y pasaréis pruebas que nadie podrá evitar, por mucho que huyáis, pero no las temáis; sed fuertes pues estáis preparados para superarlas. La casualidad no existe, como bien sabéis, y todo tiene su explicación. La vida es un soplo, y cuando os deis cuenta, estaréis en el ocaso de vuestras vidas. Preparaos, ser grandes trabajadores; no tengáis miedo de lo que pueda suceder, tened fe por lo mucho que os ayudarán, por lo mucho que se os quiere, por lo mucho que se os pide. No creáis que sois ociosos, que no cumplís, pues todos tenéis un alma que destella con fuerza; todos tenéis grandes misiones en el cumplimiento de vuestros deberes familiares; todos sois hombres y mujeres de bien, que es lo principal; no queráis cargas sacos que os puedan romper la espalda. Coged lo que va viniendo, primero en vuestros hogares, esforzándoos al máximo para que haya siempre unión y amor. Si vuestra alma explota de amor, bondad, paz y en vuestras familias hay armonía, sin discusiones ni a nivel de pensamiento, si nos os faltáis el respeto nunca, nunca, entonces se os darán las oportunidades suficientes para poder salir a enjugar esas lágrimas que veis en el mundo. Debéis amaros y respetaros en el seno de vuestras casas, pues sino, ¿ qué podréis ofrecer a los demás?. Si Dios ha puesto a vuestro lado, seres de algún modo rebeldes y obstinados, que todavía no comprenden, y vosotros los dejáis aparte en un rincón, yo os digo que vosotros ni sois tan bondadosos ni habéis comprendido todavía qué es la FRATERNIDAD. Debéis amaros y daros, si es necesario, hasta la consumación de una vida. Si no lo podéis soportar no digáis que sois espirituales, no os sintáis distintos a los demás, pues os engañaríais a vosotros mismos y a la sociedad.
Se que estas palabras os pueden parecer duras pero debéis comprender que a veces os engañáis a vosotros mismos. Podéis hablar muy bien en sociedad, delante de amigos y conocidos, en reuniones, etc, pero ¿y a ese Ser que está cerca de vosotros, que Dios ha puesto cerca vuestro para que le enseñéis y respetéis?;¿ dónde está lo que habéis aprendido si resulta que a la mínima os desbordáis?. Discutís y no sirve de nada . Estáis vacíos y en el fondo sois grandes mentirosos de grandes verdades. Criticáis a esos eclesiásticos que dicen lo que no piensan, pero en realidad la Humanidad entera es igual. Cambiad; se os pide que seáis distintos a ellos porque ellos también saben muchas verdades pero hacen lo que quieren. Miraos hacia dentro, bien adentro, e intentad reconoceros, comprenderéis hasta donde debéis llegar en bondad y qué pasa cuando os desbordáis y por qué os equivocáis. Desearía que llegarais a comprender que esas pruebas tan duras que a veces tenéis que pasar, son para apaciguar esos volcanes que sois, porque conocedores de grandes verdades, estáis necesariamente obligados a esa regeneración.
Luchad, ser fuertes, no os dejéis vencer por vosotros mismos; sois vuestros grandes enemigos. Cerca de vosotros tenéis vuestros guías, que vibran de amor con una dedicación que no podéis imaginar todavía. Ellos no piden nada para sí, solo quieren vuestro bien, y están tan cerca vuestro, que a veces no llegamos a comprender como no los podéis oír, como podéis haceros los sordos a sus pensamientos. Medir vuestras palabras antes de discutir, aunque llevéis razón; ser piadosos para con quien sabe menos que vosotros. Usar la piedad para no discutir. Sed humildes para comprender que otros Seres necesitan de vuestro ejemplo, ¡ Si no dais ejemplo, cómo vais a convencer !
Amaros, respetaros, y la unidad será una sola cosa, porque aquel que no haya amado al que tuvo cerca de él, de una forma u otra, volverá a repetir la prueba, y no hay nada que cambie los designios de las vidas.
Deseo que mi pequeña plática no os entristezca, lo que si os pediría es que hagáis fuerza en vuestros corazones para mentalizaros de que así debe ser, y que todo cuanto os pase es para mejorar vuestro estado espiritual. Que toda la fraternidad que seáis capaces de acumular, la deis a vuestros semejantes.
Paz y Amor para vuestras almas hermanos queridos.
Hasta siempre
(Comunicado mediúmnico recibido en el Centro Espírita "Fraternidad Cristiana" )
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