jueves, 27 de mayo de 2021

Tribulaciones

     INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Papel del Espiritismo en el mundo

2.- Evidencias científicas experimentales

3.- Educación y oficio de los Médiums

4.- Tribulaciones

5.- ¿La vida en los mundos inmateriales, se parece a la nuestra?





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    PAPEL DEL ESPIRITISMO EN EL MUNDO 

 


     El hombre vive, en mayor o menor medida, condicionado en negativo por la idea de la muerte. Casi todos reflejamos esta angustia vital, este miedo a la nada que ni siquiera las religiones han resuelto (y menos las derivadas del pensamiento judeocristiano)… Y, habida cuenta de que la ciencia oficial ha consolidado y dado forma a este temor mediante el materialismo negador, se hacía preciso un revulsivo regenerador, una sacudida psicológica y cultural que en nombre del progreso ofreciera un nuevo modelo filosófico… 

      Por todo esto, el interés de los Espíritus guías de la humanidad es que comprendamos la necesidad de unir la ciencia con la religión (esta última en cuanto a concepto espiritual). Y para ello trascendieron, por un lado, el materialismo mecanicista, y por el otro, el atavismo religioso, conscientes de que el ser humano precisaba mirar el mundo de una manera más integral y elevada. No rompieron con la fe (que continúa como plataforma de la conciencia y vehículo de auto-mejora personal), pero sí prescindieron de la adoración y el dogma, y en su lugar apostaron por la filosofía y la moral. 

     Por ello, para contribuir a la renovación de la estructuras culturales y, así, al cambio conciencia que el mundo precisa, el Espiritismo se debe de enfocar sobre el tan necesario mensaje de la Inmortalidad. Que la muerte no existe debe ser el gran mantra del movimiento organizativo espírita, aquello que todo el mundo debe escuchar (Jesús, los obsesores, la mediumnidad o el periespíritu son cuestiones secundarias, para abordar sólo cuando haya un interés en conocer la doctrina). Este es el ropaje del auténtico Espiritismo, el único posible para llamar la atención del buscador del siglo XXI y aquel que puede mirar de frente a la humanidad del futuro… De lo contrario permaneceremos haciendo círculos concéntricos al rededor de lo de siempre y, como mucho, sólo seremos un curioso subproducto del discurso religioso (tan respetable como incapacitado para resolver las inquietudes del hombre nuevo). 

    Sólo con el traje de la filosofía trascendente y la moral universal podemos presentar esta doctrina. Si forzamos otros “ropajes” tendremos un Espiritismo despistado y a medias, falseado de atavismos ideológicos, culturales y personalistas; seguramente interpretado con las mejores intenciones, pero del todo ineficaz para formar parte del nuevo paradigma… Por eso no hemos venido a hablar (otra vez) del Evangelio: de eso ya se encargan las religiones, que cubren la necesidad de aquél que aún precisa de ese molde (*)… 

     Hemos venido a hablar de inmortalidad y esperanza, de que la vida continúa, de que existe la reencarnación, etc: ESTO es lo que el ser humano necesita escuchar e implementar para dar los siguientes pasos en la senda de la cultura y el progreso. Es a esto donde debemos apuntar como espíritas… (y de hecho, para eso se produjo el esfuerzo organizativo que el mundo espiritual provocó hacia la mitad del siglo XIX). – Romper con el miedo al vacío existencial. 

    – Reinterpretar la muerte (no como el fin sino como un cambio).

    – Conceptuarnos como seres espirituales (encarnados momentáneamente en la experiencia biológica). 

    – Enfatizar la tolerancia y la fraternidad. 

    – Promover una cultura del Espíritu… En esto, por encima de las otras muchas cuestiones doctrinarias, es donde el espírita cabal (por legitimidad moral y coherencia doctrinaria) debe apoyar su discurso. 

Por JUAN & LUMEN - ZonaEspirita

(*).-  Cabe  recordar en este punto de mi discrepancia, que la Filosofía Espírita, es de consecuencias morales; las mismas que aparecen en el Evangelio de Jesús; por eso es que los Espíritus de la Codificación junto con Allan Kardec, el codificador de la Doctrina, centraron el tema moral en "El Evangelio según el Espiritismo", una de las cinco obras básicas de la Codificación Espírita.. ( Nota de Jose Luis Martín)


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               EVIDENCIAS CIENTÍFICAS                                      EXPERIMENTALES

“Terapias basadas en el conocimiento de las vidas pasadas ayudan en la aclaración de psicosis, neurosis, patologías esquizofrénicas, autismos, catatonías, llevando al paciente al origen de la enfermedad, que normalmente tiene sus matrices en los engranajes sutiles de su psicosoma órgano responsable del archivo de sus realizaciones pretéritas, anteriores, por lo tanto, a la existencia actual”. Revista F.E.E

. Investigadores de la talla del Dr. Raymond Moody, la Dra. Gina Germinara, o los psiquiatras Brian Weis, J. Withonn, Edith Fiore, médicos como el Dr. Morris Netherton, la doctora Mª Julia de Moraes Prieto Peres especialista en TVP, el Dr. Cabouli y multitud de psicoterapeutas e hipnólogos en todo el mundo confirman la evidencia de las vidas anteriores a través de estas terapias. 

EVIDENCIAS EXPERIMENTALES: 

Abordamos, pues, las pruebas experimentales que nos ofrece la psicología, la psiquiatría, la neurología y distintas psicoterapias que tienen que ver con la salud mental y el comportamiento humano. 

La primera de las mismas podemos denominarla como regresión de la memoria, donde multitud de especialistas en el ámbito de la salud y la psicología del comportamiento intentan localizar en el pasado del individuo el origen del comportamiento patológico que aparece como traumas, fobias, angustias o manías de las personas cuya causa no es localizable en el presente. 

 Muchas personas sufren trastornos emocionales y desordenes mentales, debidos a causas ignoradas que suelen surgir al someterse a terapias de regresión de la memoria que permiten aflorar la causa de su patología en hechos emocionales traumáticos de la infancia, del periodo pre-natal (el desarrollo en el útero) e incluso antes de ese periodo, en una vida anterior. La mayoría de los investigadores, psiquiatras, médicos, psicólogos clínicos e hipnoterapeutas dedicados a este campo se encuentran con estas situaciones inesperadas en las que el individuo sometido a regresión rememora sucesos y experiencias vividas con anterioridad a su vida actual, y donde se localiza el origen del trauma que ahora sufre en esta existencia. «Las experiencias en vidas pasadas son numerosas y es obvio que marca mucho saber que uno es inmortal, que va a renacer una y otra vez». (Dr. Brian Weis Jefe de Psiquíatría Hospital Monte Sinaí USA) 

La mejor prueba de la realidad de estas terapias son los resultados. Cuando al individuo se le explica, ya de forma consciente, el origen del problema, se produce una catarsis que elimina la angustia que le suponía y con una sorprendente facilidad suele restablecer su salud mental y emocional. Esto no es solo importante desde el punto de vista psiquiátrico o médico, sino que es notablemente esclarecedor, pues las experiencias vividas antes de reencarnar son la prueba evidente de la pre-existencia del alma, uno de los pilares del principio de la reencarnación, que descartan la creación del alma junto al cuerpo como afirman las religiones, poniendo de manifiesto la inmortalidad del alma antes de la vida y después de la muerte. 

Además de las prácticas psiquiátricas, médicas e hipnológicas que se utilizan en psicología clínica, existe una disciplina terapéutica centrada específicamente en este tema que se denomina T.V.P. (Terapia de Vidas Pasadas) y que profundiza en los aspectos emocionales, mentales, existenciales y de vida que experimentaron los individuos en vidas anteriores y que ahora, en la vida actual, afloran de su inconsciente generando problemas y disfunciones cognitivas o emocionales que condicionan su comportamiento actual. Es más, algunos nacimientos reviven estados emocionales de una muerte anterior. Esto supone una angustia y una tensión emocional muy fuerte para el niño que tendrá consecuencias a lo largo de su vida. “Hay nacimientos que recrean la evidencia de una muerte anterior. Para el bebe a punto de nacer, cada uno de estos detalles puede tener una connotación dramática y espeluznante”. (Dr. J. L. Cabouli – Libro: “La Vida antes de nacer”)

La memoria extra-cerebral, cuya denominación acuñó el eminente doctor Hemendra Nath Banerjee, es otra de las evidencias científicas que confirman la reencarnación y que demuestran que los recuerdos y la memoria no son producción del cerebro sino de la mente, y al ser esta inmaterial (como ya afirman muchos neurólogos y psiquiatras), trasciende el proceso neurológico, siendo este último a través de las células cerebrales el receptor de esa memoria y recuerdos. La memoria extra-cerebral es la memoria instalada en nuestro inconsciente, en el “disco duro” de nuestra psique que guarda celosamente las experiencias felices y traumáticas de nuestra trayectoria evolutiva de miles de años. Es, pues, la memoria de las reencarnaciones anteriores y de las vivencias que han marcado la huella profunda de lo que hoy somos lo que viene a confirmar nuevamente, no solo nuestra herencia psicológica, sino principalmente nuestra herencia espiritual inmortal como un alma inmortal en tránsito y camino hacia la perfección. “Esta memoria confirma que el hombre es el heredero de sí mismo y que los códigos genéticos asimilan las impresiones psíquicas de su ser en el programa de su reencarnación, obedeciendo a leyes de genes y cromosomas que, a la vez establecen, bajo la vibración kármica de cada uno, los estereotipos y biotipos correspondientes a los méritos y deméritos personales”. Revista F.E.E. 

 La última de las evidencias experimentales que queremos destacar es la referida a las Alteraciones de Estados de Conciencia (éxtasis, trances, desdoblamientos, viajes astrales, meditaciones, mediumnidad, experiencias espirituales, etc.). A través de estos estados de emancipación del alma es posible recordar vidas y existencias anteriores propias y ajenas, que luego pueden ser confirmadas al regresar al estado normal. Es otra prueba evidente de la reencarnación y de la pre-existencia del alma. Desde Charcot (padre de la neurología y psiquiatría) en el siglo XIX hasta hoy, han venido investigándose de manera científica los estados alterados de conciencia. Freud, discípulo de Charcot, catalogó los mismos como patologías que era preciso tratar, poniendo el acento únicamente en aquellos estados alterados que derivaban en enfermedades mentales o emocionales. Pero Jung, contemporáneo y colega de Freud y padre de la psicología analítica, discrepando de Freud, optó por una concepción más amplia y analizó e investigó contemplando también aquellas experiencias espirituales que no producían patologías sino todo lo contrario, una exaltación de la conciencia placentera, agradable, feliz y plena. Aquí entró a estudiar los éxtasis y trances de los místicos occidentales y de las culturas orientales que, mediante la meditación y otras técnicas yóguicas, hindúes o budistas proporcionan el acceso a estados de conciencia donde, lejos de observar patologías, la conciencia del individuo se conecta con el pensamiento cósmico, experimentando gozos y plenitudes inenarrables para aquellos que son capaces de llegar a ellos. Los denominó como un “estado numinoso del alma”, un estado de vivencia o experiencia divina.

 Posteriormente, la psicología traspersonal ha venido a confirmar las tesis de Jung. Tanto es así, que el Dr. Stanislav Groff llegó a afirmar que estas experiencias no son patológicas ni derivadas de alucinaciones, sino un estado de conciencia más real incluso que el estado normal que experimentamos en estado de vigilia. 

 “Un estudio detallado de las experiencias espirituales nos demuestra que no pueden ser explicadas como un proceso patológico del cerebro, sino que son reales”. (Dr. Stanislav Groff – Psiquiatra fundador Psicología Transpersonal) 

Terminamos este artículo sobre las evidencias experimentales. En el próximo volveremos con otras pruebas y evidencias científicas sobre la reencarnación. Pero antes de marcharnos nos gustaría dejar constancia de que, ya en el siglo XIX, con anterioridad al estudio de Freud, Jung o Groff y puesto que las facultades mediúmnicas son un estado alterado de conciencia, el maestro Allán Kardec preguntó a los espíritus acerca de si la mediumnidad podría ser considerada un estado patológico; a continuación, la respuesta que le dieron en el ítem nº 221 del Libro de los Espíritus: P. ¿La Mediumnidad es indicio de un estado patológico o simplemente anómalo? R.: “Anómalo algunas veces, pero no patológico. Hay médiums de salud robusta y los que están enfermos, lo están por otras causas”. 

Antonio Lledó Flor - Amor, Paz y Caridad 


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EDUCACIÓN Y OFICIO DE LOS MÉDIUMS

Nada grande se obtiene sin trabajo. Una lenta y laboriosa iniciación se impone a todos los que buscan los bienes superiores. Como todas las cosas, la formación y el ejercicio de la mediumnidad encuentran dificultades señaladas ya muchas veces , y no parece necesario volver a tratar de ellas e insistir, a fin de poner a los médiums en guarida contra las falsas interpretaciones y contra las causas de error y desaliento.

Tan luego como las facultades del sujeto, ya no tanto educadas por un trabajo preparatorio, empiezan a dar resultados es casi siempre por medio de relaciones establecidas con los elementos inferiores del mundo invisible.

Estamos rodeados de una multitud de espíritus ávidos siempre de entrar en comunicación con los humanos. Esta multitud se compone especialmente de lamas poco adelantadas , de espíritus ligeros, malos a veces, a quienes la densidad de los fluidos mantienen encadenados a nuestro Mundo. Las inteligencias elevadas. De fluidos sutiles, de aspiraciones puras , no quedan confinadas en nuestra atmósfera después de la separación carnal. Ellas suben más alto, hacia los centros que les asigna su grado de adelanto. Es cierto que descienden de ellos, con frecuencia, para velar por los seres queridos, se mezclan con nosotros pero solamente con un objeto útil y en casos de importancia.

Resulta de esto que los principiantes no obtienen generalmente más que comunicaciones sin valor, respuestas triviales, guasonas, inconvenientes a veces, que les disgustan y les desalientan.

En otros casos, el médium inexperimentado recibe por la mesa o por el lápiz, (1) mensajes firmados por nombres célebres , conteniendo revelaciones apócrifas que captan su confianza y le llenan de entusiasmo. El inspirador invisible, conociendo sus lados flacos, lisonjea a su amor propio y sus ideas, sobreexcita su vanidad colmándole de elogios y prometiéndole maravillas. Le aparta poco a poco de otra influencia, de todo consejo ilustrado, y le lleva a aislarse en sus trabajos. Es el principio de una obsesión, de un acaparamiento que puede conducir al médium a resultados deplorables.

Estos escollos han sido señalados por Allan Kardec desde el principio del Espiritismo, no obstante, todos los días estamos viendo médiums que se dejan arrastrar por las sugestiones de espíritus impostores , que les hacen víctimas de engaños y burlas, que les ponen en ridículo y recaen sobre la causa a la cual quieren servir.

Resulta de esto que los principiantes no obtienen generalmente más que comunicaciones sin valor, respuestas triviales, guasonas, inconvenientes a veces, que les disgustan y les desalientan.

En otros casos, el médium inexperimentado recibe por la mesa o por el lápiz, (1) mensajes firmados por nombres célebres , conteniendo revelaciones apócrifas que captan su confianza y le llenan de entusiasmo. El inspirador invisible, conociendo sus lados flacos, lisonjea a su amor propio y sus ideas, sobreexcita su vanidad colmándole de elogios y prometiéndole maravillas. Le aparta poco a poco de otra influencia, de todo consejo ilustrado, y le lleva a aislarse en sus trabajos. Es el principio de una obsesión, de un acaparamiento que puede conducir al médium a resultados deplorables.

Estos escollos han sido señalados por Allan Kardec desde el principio del Espiritismo, no obstante, todos los días estamos viendo médiums que se dejan arrastrar por las sugestiones de espíritus impostores , que les hacen víctimas de engaños y burlas, que les ponen en ridículo y recaen sobre la causa a la cual quieren servir.

Durante este tiempo de prueba y de estudio elementales, el médium debe mantenerse prevenido y no apartarse nunca de una prudente reserva. Debe evitar cuidadosamente las preguntas ociosas o interesadas , las chanzas y todo lo que tenga un carácter frívolo que atraiga los espíritus ligeros.

No hay que desanimarse por la medianía de los primeros resultados, ni por la aparente indiferencia y abstención de nuestros amigos del espacio. Médiums principiantes, estad seguros de que hay quien vela por vosotros y de que se pone a prueba vuestra perseverancia. Cuando hayáis llegado al punto necesario, influencias más latas descenderán sobre vosotros y continuarán vuestra educación psíquica.

No busquéis la mediumnidad como objeto de pura diversión o de simple curiosidad, ved en ella un don del cielo, una cosa sagrada que debe utilizare como respeto para el bien de vuestros semejantes. Elevad vuestros pensamientos hacia las lamas generosas que trabajan por el progreso de la Humanidad, ellas vendrán a auxiliaros , os sostendrán y os protejan. Gracias a ellas, las dificultades del principio, las decepciones inevitables que sufriréis, no tendrán consecuencias enojosas, ellas iluminarán vuestra razón, ellas desarrollarán vuestras fuerzas fluídicas.

La buena mediumnidad se forma lentamente con el estudio tranquilo, silencioso, recogido, lejos de los placeres mundanos, lejos del ruido de las pasiones. Después de un período de preparación y de espera, el médium recoge el fruto de sus perseverantes esfuerzos , recibe de los espíritus elevados la consagración de las facultades maduradas en el santuario de su alma, al abuso de las sugestiones del orgullo. Si conserva en su corazón la pureza de obra y de intenciones, llegará a ser, con la asistencia de sus guías, un cooperador útil en la obra de regeneración que ellos persiguen.

Tan luego como termina la primera fase del desarrollo de sus facultades lo importante para un médium es asegurarse la protección de un espíritu bueno, elevado , que le guíe, le inspire y le preserve de todo peligro.

Generalmente es un pariente , un amigo desaparecido, el que se encarga de este oficio. Un padre, una madre, una esposa, un hijo, si han adquirido la experiencia y el adelanto necesarios, pueden dirigirnos en la práctica delicada de la mediumnidad. Pero su poder está proporcionado a su grado de elevación, y su voluntad, su ternura, no bastan siempre a librarnos de las asechanzas de los espíritus inferiores.

Dignos de alabanza son los médiums que por su fe profunda y su desinterés han sabido atraerse los espíritus superiores y tomar parte en su misión. Para arrancar a esos espíritus de sus felices mansiones, para decidirles a sumergirse en nuestra espesa atmósfera, se necesita presentarles aptitudes cualidades notables.

Sin embargo, su ardiente deseo de trabajar a favor de la renovación del género humano hace que esta intervención esa mucho menos rara de lo que se pudiera suponer. Centenares de espíritus superiores se reúnen por encima de nosotros y dirigen el movimiento espiritualista, inspeccionando, inspirando a los médiums, derramando sobre los grupos y sobre los hombres de acción las vibraciones de su voluntad, las irradiaciones de su genio.

Conozco a varios grupos que poseen una asistencia de este orden . Por la pluma, por los labios de sus médiums, los espíritus guías hacen oír sus exhortaciones, sus consejos, y a pesar de las imperfecciones del centro, a pesar de las sombras que debilitan y velan las irradiaciones de su pensamiento, es siempre un encanto penetrarle, una alegría del corazón,. Un gran consuelo poder saborear la belleza de sus enseñanzas escritas. Oír los acentos de sus voces que nos llegan como un eco lejano de las esferas celestes.

El descenso a nuestro mundo terrestre es un acto de abnegación y una causa de sufrimiento para el espíritu. Nunca podríamos agradecer ni admirar demasiado la generosidad de esas almas que no retroceden ante el contacto de los fluidos groseros, semejantes , en esto, a esas nobles mujeres, delicadas sensitivas, quienes, por caridad, penetran en lugares repugnantes para llevar allí socorros y consuelos.

Cuántas veces hemos oído decir a nuestros guías, en el curso de las sesiones de estudio: Cuando desde el seno de los espacios venimos a vosotros, todo se limita , se empequeñece, se estrecha poco a poco. Allí arriba, gozamos de medios de acción que vosotros no podéis comprender, estos medios se debilitan tan pronto como estamos en relación con el centro humano.

Desde que uno de esos grandes espíritus desciende a nuestro nivel, desde que permanece en nuestras obscuras regiones, se apodera de él una sensación de tristeza, siente como un aminoramiento, una reducción de sus poderes y de sus percepciones. Solo por un continuo ejercicio de su voluntad, ayudado por las fuerzas magnéticas que encuentra en el espacio, es como logra acostumbrarse a nuestro mundo y proseguir el cumplimiento de las misiones que le están encomendadas.

Porque todo está regulado en la obra de la Providencia con la mira de la enseñanza gradual del progreso de la Humanidad. Los espíritus misioneros e instructores vienen por medio de las facultades medianímicas a revelar las verdades que nuestro grado de evolución nos permite comprender. Desarrollan en el centro terrestre las altas y puras concepciones de la divinidad, nos conducen paso a paso a una comprensión más vasta del objeto de la existencia y de los destinos humanos. No debemos esperar de estos espíritus las pruebas vulgares, las demostraciones de identidad que tantos experimentadores reclaman, pero de nuestras conversaciones con ellos se desprenderá una impresión de grandeza, de elevación moral, una irradiación de pureza, de caridad, que será muy superior a todas las pruebas materiales y constituirá la mejor de las pruebas morales.

Los espíritus superiores leen en nosotros, conocen nuestras intenciones y tienen poco en cuenta nuestros deseos y nuestros caprichos. Para responder a nuestros llamamientos y prestarnos asistencia, exigen de nosotros una voluntad firme, sostenida, una fe elevada y el deseo ardiente de hacernos útiles . Una vez reunidas estas condiciones, se acercan a nosotros, y empieza un lento trabajo de adaptación de sus fluidos a los nuestros, muchas veces sin que nos demos cuenta de ello. Son los preliminares obligados de toda relación consciente. A medida que la armonía de las vibraciones se establece, la comunicación se precisa bajo formas apropiadas a las aptitudes del sujeto. Visión, audición, escritura, incorporación.

Interesándose poco por satisfacer miras materiales o interesadas, los espíritus superiores se complacen junto a los hombres que buscan en el estudio un medio de perfeccionamiento . La pureza de nuestros sentimientos acrecienta su influencia y facilita su acción.

Otros espíritus no tan elevados , pero de generoso corazón, se unen a nosotros y nos acompañan hasta el término de nuestra peregrinación terrena. Son los genios familiares o espíritus guardianes. Cada hombre tiene el suyo . Nos guían en nuestra pruebas con una paciencia una bondad admirables, sin cansarse jamás. Los médiums tienen que recurrir a la protección de estos amigos invisibles, casi siempre miembros adelantados de nuestra familia espiritual , con los cuales hemos vivido en otro tiempo en este mundo. Han aceptado la misión, a veces ingrata, de velar por nosotros en medio de nuestras aflicciones y de nuestras alegrías, de nuestras caídas y de nuestras rehabilitaciones, guiándonos hacia una vida mejor, en donde nos encontraremos reunidos para una misma tarea y en un mismo amor.

En cada uno de nosotros existen rudimentos de mediumnidad, facultades en germen que pueden desenvolverse mediante el ejercicio. Para el mayor número, un largo y perseverante trabajo es necesario. En algunos casos facultades aparecen desde la infancia y, con los años, alcanzan sin esfuerzo un alto grado de perfección. En este caso , son el resultado de las adquisiciones anteriores , el fruto de los trabajos llevados a cabo en la Tierra o en el espacio, fruto que traemos al renacer.

Entre los sensitivos, son muchos los que tienen la intuición de un mundo superior, extraterreno, en donde existen como en reserva poderes que les es posible adquirir por medio de una comunión íntima y de aspiraciones elevadas, para manifestarlos después bajo formas diversas apropiadas a su naturaleza: adivinación , enseñanzas, acción curativa. Etc.

Tomándola en este sentido , es como la mediumnidad llega a ser una facultad preciosa, pudiendo con su auxilio derramarse muchos consuelos y realizarse grades obras.

Sería para la Humanidad un poderoso medio de renovación , si todos comprendiesen que hay por encima de nosotros una fuente inagotable de fuerzas. De vida espiritual, que se puede alcanzar por una impulsión gradual, por una orientación constante del pensamiento y de la voluntad, para asimilarse sus ondas, sus irradiaciones y desenvolver, con su auxilio, las facultades latentes en nosotros.

La adquisición de estas fuerzas nos arma contra el mal, nos eleva por encima de los conflictos materiales y nos comunica mayor firmeza para el cumplimiento del deber. No hay entre los bienes terrenos ninguno comparable a la posición de estos dones. Llevados a su más alto grado , constituyen los grades misioneros, los renovadores, los grandes inspirados.

¿Cómo podremos adquirir estos poderes, estas facultades superiores?
Abriendo nuestra alma por la voluntad y la oración a las influencias de lo alto Todo depende de nosotros y de nuestro estado de espíritu. Así como abrimos las puertas de nuestra morada para que penetren en ella los rayos de el sol, asimismo , por neutro fervor y nuestra aspiraciones , podemos abrir nuestro ser interior a los efluvios celestes.

Aquí es donde se revela la acción benéfica de la oración. Por la oración breve, humilde y ferviente, el alma se dilata y se abre a las irradiaciones del foco divino. La oración para ser eficaz, no debe ser un recitado vulgar, una fórmula aprendida, sino más bien un llamamiento del corazón, un acto de la voluntad que atrae a sí el fluido universal, las vibraciones del dinamismo divino. O también es menester proyectar el alma, exteriorizarse por un potente arranque y, siguiendo el impulso dado, entrar en comunicación con los mundos etéreos.

Así la oración traza una vía fluídica por la cual suben las almas humanas y descienden las almas superiores, de tal manera que pueda establecerse una comunicación entre las unas y las otras, y que el espíritu del hombre sea iluminado y fecundado por los rayos y las fuerzas que bajan de las esferas celestes.

En Espiritismo , la cuestión de educación y desarrollo de los médiums es capital; los buenos médiums son raros, suele decirse, y la ciencia de lo invisible, privada de medios de acción, sólo lentamente progresa.

¡Pero cuántas facultades preciosas no se pierden por falta de examen y de estudio? ¡Cuántas mediumnidades derrochadas en experimentos frívolos , o que empleadas a medida del capricho, o atraen más que influencias perniciosas produciendo únicamente malos frutos! ¡Cuántos médiums, inconscientes de su cargo y del valor del don que han recibido, dejan inutiliza fuerzas capaces de concurrir a la obra de renovación!

La mediumnidad es una planta delicada que para florecer necesita atentas precauciones y cuidados asiduos . Necesita, sobre todo , la tierna solicitud del espíritu bueno que le prodiga su amor y le envuelve en sus fluidos vivificantes. Pero casi siempre se quiere hacer producir frutos prematuros, y desde aquel momento se desvía y se agosta bajo el soplo de los espíritus atrasados.

En la antigüedad, los jóvenes en que se revelaban aptitudes especiales eran retirados del mundo, puestos fuera del alcance de toda influencia degradante, en lugares consagrados al culto, rodeados de todo cuanto podía elevar su pensamiento y su corazón, desarrollando en ellos el sentido de lo bello. Tales eran las vírgenes vestales, las sacerdotisas druidas, las sibilas. Etc.

De igual manera se procedía en las escuelas de profetas y videntes de la Judea, situadas lejos del bullicio de las ciudades. En el silencio del desierto, en la paz de las cumbres , los iniciados sabían atraerse las influencias superiores e interrogar lo invisible. Gracias a esta educación , se alcanzaban resultados que nos sorprenden.

Tales procedimientos son inaplicables hoy día. Las exigencias sociales no siempre permiten al médium consagrase como convendría al cultivo de sus facultades. Las mil necesidades de la vida de familia distraen su atención; el contacto de una sociedad más o menos frívola o corrompida pone trabas a sus aspiraciones.

Con frecuencia es llamado a ejercer sus aptitudes en centros impregnados de fluidos impuros, de vibraciones inarmónicas que afectan su organismo impresionable, causando en él turbación y desorden.

Se necesita, por lo menos, que el médium, penetrado de la utilidad y grandeza de su cargo, se esfuerce por aumentar sus conocimientos y procure espiritualizarse hasta el más alto grado que le sea posible. Que se proporciones horas de recogimiento , y entonces intente , por la visión interior, llegar a las cosas divinas, a la belleza eterna y perfecta. Cuanto mayor desarrollo alcancen su saber, su inteligencia y su moralidad. Tanto más apto será para servir de intermediario a las grandes almas del espacio.

Una organización práctica del Espiritismo tendrá por resultado en el porvenir la creación de asilos especiales , en donde los médiums encontrará reunidos con los medios materiales de existencia las satisfacciones del espíritu y del carazón, las inspiraciones del arte y de la Naturaleza, todo cuanto pueda imprimir a sus facultades un carácter de pureza y de elevación , haciendo reinar en torno de ellos una atmósfera de paz y de confianza.

En estos centros, los estudios experimentales podrían dar resultados mucho mejores que los obtenidos , con demasiada frecuencia, hasta ahora en condiciones defectuosas. La intrusión de los espíritus ligeros, las tendencias al fraude, los pensamientos egoístas, y los sentimientos malévolos, se atenuarían poco a poco y acabarían por extinguirse. La mediumnidad sería más regular, más precisa en sus aplicaciones. No se producirían ya tan a menudo esas sensaciones de malestar que experimenta el médium , esos períodos de suspensión de las facultades psíquicas y aun su desaparición completa a consecuencia de un mal empleo.

Los espiritualista de ultramar piensan en crear, en varios de los grandes centros americanos, homes o edificios comprendiendo ciertos número de salas apropiadas , para los diferentes géneros de manifestaciones y provistas de aparatos de comprobación y de experimentación. Cada sala impregnándose, por el uso, del magnetismo especial que conviene a esos experimentos, sería dedicada a un orden particulares de fenómenos: materializaciones, incorporaciones, escritura, tiptología , etc Un órgano colocado en el centro del edificio espaciaría en todas sus partes poderosas vibraciones en las horas de sesión, a fin de establecer entre los fluidos en acción y el pensamiento de los asistentes la unidad y la armonía tan necesarias. La música ejerce en efecto, una influencia soberana sobre las manifestaciones, facilitándolas y haciéndolas más intensas, como lo han reconocido numerosos experimentadores.

No se puede menos de aprobar estos proyectos y desear su realización en todos los países, porque sería muy útil para dar un vigoroso impulso a los estudios psíquicos y para facilitar , en gran escala, esta comunión de los vivos y de los muertos., por la cual se afirman tantas verdades de un valor incalculable, capaces, si se difundieran por todo el mundo, de renovar la ciencia y la fe.

Lo importante, hemos dicho, para el médium, es asegurarse una protección eficaz. El auxilio de lo alto, es siempre proporcionado al objeto que nos proponemos y a los esfuerzos que hacemos para merecerlo. Se nos ayuda, se nos sostiene según la importancia de las misiones que nos incumben en pro del interés general. Estas misiones traen consigo pruebas, dificultades inevitables, pero siempre proporcionadas a nuestras fuerzas y a nuestras aptitudes.

Cumpliéndolas con firmeza y abnegación, estas tareas nos elevan en la jerarquía de las almas. Descuidadas, desconocidas, irrealizadas, nos hacen retroceder en la escala de progresión. Todas tren consigo responsabilidades. Desde el padre de familia que inculca a sus queridos pequeñuelos las nociones elementales del bien, el educador de la juventud , el escritor moralista, hasta el orador que procura arrebatar a las multitudes hacia las cumbres del pensamiento, cada uno tiene su misión que cumplir.

No la hay más noble, no hay mayor honor que el de ser llamado a derramar , bajo la inspiración de los poderes invisibles, la verdad en el mundo, hacer oír a los hombres el eco debilitado de los llamamientos divinos, convidándoles a todos a ascender hacia la luz y la perfección. Tal es el cargo de la mediumnidad.

Hablamos de responsabilidades . Es menester insistir sobre este punto. Muchos son los médiums que buscan en la aplicación de sus facultades satisfacciones de amor propio o de interés. No cuidada de apartar a su obra ese sentimiento grave, reflexivo, casi religioso , que es una de las condiciones de éxito. Olvidan con harta frecuencia que la mediumnidad es uno de los medios de acción por los cuales se ejecuta el plan divino, y que no tienen derecho a disponer de él, a medida de su antojo.

Hasta tanto que los médiums no se hayan penetrado de la importancia de su cargo y de la extensión de sus deberes , habrá en el ejercicio de sus facultades, un manantial de abusos y de males. Los dones psíquicos, apartados de su eminente objeto, utilizados en provecho de intereses mezquinos, se revuelven contra sus poseedores, atrayendo hacia ellos, en vez de los genios tutelares, las potencias maléficas del más allá.

Fuera de las condiciones de elevación de pensamiento, de moralidad y desinterés la mediumnidad puede convertirse en un peligro. Pero mediante una firme voluntad para el bien y por sus aspiraciones hacia lo divino, el médium se impregna de fluidos depurados, una atmósfera protectora le rodea y le envuelve, protegiéndole contra los errores y los lazos de lo invisible.

Y si por celo y su fe, por la pureza de su alma , en la que no penetra ningún móvil interesado, obtiene la asistencia de uno de los espíritus de luz, poseedores de los secretos del espacio, que se cierne por cima de nosotros e irradian sobre nuestras debilidades, si ese espíritu llega a ser protector, su amigo, su guía, por él sentirá penetrar en todo su ser una fuerza desconocida y una llama iluminar su frente. Todos aquellos que participen de sus trabajos y recojan sus frutos, sentirán su inteligencia y su corazón reconfortarse hablo las irradiaciones de un alma tan superior, un soplo de vida arrebatará su pensamiento hacia las altas regiones de lo infinito.

- León Denis -

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                                                 TRIBULACIONES

Las tribulaciones de la vida pueden ser impuestas a espíritus endurecidos o demasiado ignorantes para hacer una elección con conocimiento de causa; pero son elegidas libremente y aceptadas por los espíritus arrepentidos que quieren reparar el mal que han hecho y acostumbrarse a obrar mejor. Lo mismo sucede con el que, habiendo cumplido mal su tarea, pide que se le deje empezar de nuevo para no perder el beneficio de su trabajo. Estas tribulaciones son, pues, a la vez, expiaciones por el pasado que castigan y prueban para el porvenir que preparan. Demos gracias a Dios porque en su bondad concede al hombre la facultad de la reparación y no le condena irrevocablemente por una primera falta.

9. Tampoco debe creerse que todo sufrimiento en la tierra sea necesariamente indicio de una falta determinada; a menudo son simples pruebas elegidas por el espíritu para acabar su purificación y activar su adelantamiento. Así es que la expiación sirve siempre de pruebas, pero la prueba no es siempre una expiación; pruebas o expiaciones son siempre señales de una inferioridad relativa, porque el que es perfecto no tiene necesidad de ser probado. Un espíritu puede, pues, haber adquirido cierto grado de elevación, pero queriendo aún adelantar más, solicita una misión, una tarea que cumplir, por lo que será tanto más recompensado si sale victorioso, cuanto más penosa haya sido la lucha.

Tales son, especialmente, esas personas de instintos naturalmente buenos, de alma elevada, de nobles sentimientos innatos, que parece que nada trajeron de malo de su existencia precedente, y que sufren con una resignación muy cristiana los más grandes dolores, pidiendo a Dios sobrellevarlos sin murmurar. Por el contrario, se pueden considerar como expiaciones las aflicciones que excitan la murmuración y conducen al hombre a rebelarse contra Dios.

El sufrimiento que no excita murmuraciones, sin duda puede ser una expiación; pero más bien indica que ha sido escogido voluntariamente y no impuesto, y la prueba de una fuerte resolución es señal de progreso.

10. Los espíritus no pueden aspirar a la perfecta felicidad, sino cuando son puros; toda mancha les cierra la entrada de los mundos dichosos. Lo mismo sucede a los pasajeros de una embarcación infestada por la peste, a los que les está prohibido entrar en la ciudad hasta que se hayan purificado. Los espíritus se despojan poco a poco de sus imperfecciones en sus diversas existencias corporales. Las pruebas de la vida perfeccionan cuando se sobrellevan bien; como expiaciones, borran las faltas y purifican; es el remedio que limpia la llaga y cura al enfermo; cuanto más grave es el mal, más enérgico debe ser el remedio. El que sufre mucho debe decir que tenía mucho que expiar, y alegrarse de curar bien pronto; depende de él hacer este sufrimiento provechoso con su resignación y no perder el fruto con sus murmuraciones, pues no haciéndolo así, tendría que empezar de nuevo.

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.


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¿La vida en  los mundos inmateriales, se parece  a la nuestra?                                       


             Nuestro  planeta Tierra  apenas es un  pálido reflejo de  cómo son los  mundos astrales que vienen representados en su diversidad, por las distintas zonas de la superficie terrestre, en donde se puede ver  un amplio muestrario de la actual condición humana, desde las zonas más abyectas y crueles, hasta otros puntos en donde se aprecian deslumbrantes personas dedicadas al bien y al amor.

      Estos  mundos no es que sean inmateriales, pues tienen un soporte físico aunque  de  naturaleza diferente a la materia terrestre; se podrían llamar, mundos  físicos de una existencia vibratoria muy alejada de la nuestra en la Tierra. No olvidemos que  además del  Universo conocido, hay otros “universos paralelos”, semejantes a nuestro universo conocido, pero de una realidad vibratoria y molecular muy diferente y alejada de la materia  conocida por el ser humano. 

       Aunque   a nuestras condicionadas mentalidades  les cueste  asimilarlo,    lo cierto    es   que   según   han    descrito   en    múltiples   ocasiones   los   Seres   que  habitan,    estos  mundos  astrales   situados  en   un   nivel   evolutivo  inmediatamente superior    al  del   ser humano   actual,   son  semejantes  al  nuestro ,    pero    generalmente de    mayor     belleza    y      perfección. 

         Según lo relatado por el Espíritu André Luiz en la obra psicografiada por Chico Xavier, “Nuestro Hogar”, dice  que  en    ellos   también    existen   ciudades  similares a las nuestras, con grandes  avenidas,  calles,   jardines, flores, frutos y pájaros, bellísimos   paisajes  de  mar   y de montaña, escuelas  y   edificios    en   donde  se  reúnen   grandes  grupos   familiares   que  se   forman  por  la afinidad   total que hay  entre sus   miembros;   existen    centros  de   enseñanza   con  sus  aulas, a semejanza de nuestras universidades,   en  donde    los   Espíritus   se   reúnen  con  sus    Maestros   para recibir sus lecciones de aprendizajes diversos;   también   hay   hospitales  a semejanza de los nuestros, para  la    recuperación   de Seres    recién llegados desde  el plano  físico  o desde   los  planos  astrales    inferiores,  en  donde han  podido ser  rescatados  gracias a su deseo de regeneración y a la  infinita misericordia Divina. 

      Y también  existen   mundos  infernales  en el plano astral inferior,  de los que  los dramas  y desolación que a veces vemos en nuestro mundo, también son un pálido reflejo de lo que son esos mundos, pero allá  lo son en un grado superlativo.  Algunos pintores y poetas como Dante o Miguel Ángel,  los han reflejado en sus obras de arte, tal vez  debido a alguna reminiscencia o lejano recuerdo, o bien  por alguna inspiración espiritual que se los ha revelado.

     Las  afirmaciones que hago sobre este tema, que reconozco como muy sorprendentes ante  los  conceptos  más  o  menos  abstractos  que   nuestra    educación  religiosa  nos  inculcó,  desde   luego    no    son  un producto   de   la   imaginación    humana, o de alguien que  se   ha  vuelto  loco, o  relatos de  “Ciencia  Ficción”  pues,  como   veremos   más  adelante,   todo el engranaje de la lógica y de la razón, se va acoplando en nuestra capacidad mental, y  además existen  voces e  imágenes   obtenidas  desde   el  Mas  Allá,   por   modernos  medios  técnicos de la  ciencia   humana,  así como  comunicados de  los Seres  para nosotros invisibles, que confirman plenamente lo  aquí  relatado.

De  otra  parte, si así no fuese,  ¿ de  qué  otro modo  iban a  poder tener  una  existencia  de  interrelación entre ellos, trabajo, aprendizaje y disfrute en el más allá?,    

Y, ¿Cómo de qué manera se podrían comunicar con nosotros?..... y el caso es que se comunican.......

        Hace  falta  una   mayor   imaginación  que el  pensar  y admitir  la   existencia  del  Espíritu  como   algo  abstracto e idílico,  antes que  poder admitir  una  forma  concreta de existencia  semejante   y  paralela  a    la   nuestra, pero inimaginablemente  mejorada.

- Jose Luis Martín-

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