INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- La Obsesión
2.- ¿ El Más Allá separa a las personas de sus seres queridos?
3.- La responsabilidad de ser padres
4.- Ser espiritista supone.....
5.- ¿Los Espíritus tienen un final?
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¿El
Mas Allá separa a las personas de sus
seres queridos?
Hay quien no entiende que
hayan dos planos de existencia que vienen a estar separados entre sí, como por
una muralla que continuamente divide y separa
a dos humanidades: la encarnada y la desencarnada. Pues bien,
no son dos planos de existencia los que hay, sino muchos más, pues en lo
que llamamos Plano Espiritual, en realidad se engloban muchos planos con
diversos grados de vibración, que es lo
que separa y diferencia precisamente unos planos de otros.
- Jose Luis Martín-
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LA RESPONSABILIDAD DE SER PADRES
“…Los vínculos sociales son necesarios al progreso y los lazos de familia estrechan esos vínculos sociales. He aquí por qué los lazos familiares constituyen una ley de la Naturaleza. Dios ha querido que los hombres aprendieran así a amarse como hermanos”. (Libro de los Espíritus, pregunta 774).
La familia constituye la base fundamental desde donde se empieza a construir la sociedad. Sin esos “vínculos sociales” de los que nos habla el párrafo anterior no existiría el progreso, sería un retroceso a una época de caos y barbarie. Los lazos familiares estrechan esos vínculos, y es el delicado y sensible laboratorio donde el ser humano en su largo proceso antropo-socio-psicológico aprende a amar a sus semejantes.
No obstante, en este siglo XXI los desafíos se multiplican y el creciente materialismo que nos rodea no favorece en modo alguno que la familia crezca y se desarrolle. Elementos ideológicos interesados, también las cuestiones económicas, laborales y de bienestar, así como una relajación de las costumbres anteponiendo los placeres sensoriales por encima de las responsabilidades que contribuyen al crecimiento personal y colectivo, nos han llevado a valorar a la familia como un elemento secundario y nada prioritario.
Del mismo modo, la falta de ideales y la carencia de un objetivo superior, primando el individualismo sobre los valores imperecederos del espíritu, llevan a muchas personas a huir de las responsabilidades que le “atan” y obligan a hacer un esfuerzo para la formación de una nueva familia, con todo lo que ello supone: Un proyecto fundamentado en el amor de pareja, en el que ambos han de estar dispuestos a sacrificarse el uno por el otro para que ese amor pueda dar sus frutos.
La consecuencia natural de ese proyecto en común, en condiciones normales, sería el ser padres. Algo que les obliga a modificar sus costumbres y prioridades, teniendo que adaptar su vida a las nuevas circunstancias; un precio que muchas parejas no están dispuestas a pagar, posponiéndolo por tiempo indefinido, o renunciando directamente a ello.
Una observación a tener en cuenta: Cuando los objetivos en la vida se centran en el amor, con todo lo que conlleva: comprensión, respeto, tolerancia y diálogo, la visión de los vínculos sociales, especialmente los de la familia, cambian totalmente. Precisamente la Mentora Joanna inicia sus reflexiones del tema propuesto en esta ocasión hablando de la importancia de la familia, especialmente de ser padres…
(*)-Ser padre o madre es una gran responsabilidad.
Sin ninguna duda, traer hijos al mundo es una gran responsabilidad. Son seres absolutamente indefensos que dependen, sobre todo en las primeras etapas, física y psíquicamente de las atenciones y los cuidados de los padres. El clima espiritual positivo y equilibrado que ellos sean capaces de crear y mantener en el hogar es fundamental para que el ser, con su nuevo cuerpecito, se pueda desenvolver sano y alegre.
-Cada criatura trae el destino que organizó para sí misma en reencarnaciones pasadas. No obstante, ella nunca dejará de asimilar los ejemplos vividos en el hogar por los padres.
Las existencias pasadas son el punto de partida desde donde se organizan los derroteros por donde deberá transcurrir la nueva existencia. El espíritu ya medianamente esclarecido planifica junto a las entidades benefactoras la ruta más conveniente para resarcirse de sus errores y continuar en su ascensión espiritual. En dicha planificación, la familia que le va a acoger no es elegida al azar, suelen ser espíritus que comparten vínculos de diferente naturaleza generados en otras vidas.
Poco importa la imagen que los padres proyecten hacia el exterior o los comentarios u opiniones que puedan manifestar. Los hijos, grandes observadores, leen en sus corazones y en sus comportamientos con absoluta claridad. No se les puede engañar, se quedan con el ejemplo que reciben antes que con las palabras; es en definitiva la realidad última que observan y copian.
Es por ello que los padres deben predicar con el ejemplo aquellos valores que les quieren inculcar a los hijos. No es tarea fácil, porque todo ser humano posee carencias y defectos; no obstante, se necesita coherencia y honestidad para ofrecer la mejor educación en el hogar que les pueda servir para el resto de su vida, puesto que estamos hablando de una primera etapa muy sensible que les va a marcar para toda su existencia.
-La primera escuela es, pues, el hogar, y este, a su vez, es el resultado de la conducta de los esposos que se deben esforzar para hacerlo agradable, honrado y rico de paz.
La conducta de los padres establece, de ese modo, el primer programa educativo que los hijos van a percibir y adoptar en sus vidas.
Por lo tanto, el esfuerzo ha de ser permanente, trabajando y puliendo el carácter para que los problemas y situaciones difíciles que ellos puedan enfrentar no afecten a los niños en su permanente necesidad de un clima estable, alegre y pacífico, en el hogar.
Se trata de algo que no se puede delegar o transferir a otros.
Por otro lado, la educación en la escuela también es importante pero diferente, llena otro tipo de espacios en la preparación del niño o adolescente. No obstante, y como vamos viendo, la que nace en el hogar es la más delicada y determinante. Pretender que se transfiera esa responsabilidad únicamente al colegio, o peor aún, permitir que sean las amistades de la calle las que formen al joven sin la debida vigilancia,sería jugarse el futuro de los hijos a una lotería, un azar que casi nunca sale bien y puede dejar secuelas lamentables.
Nada ni nadie puede sustituir el amor y las atenciones de unos padres hacia sus hijos.
-Bendice a tu hijo con tus palabras y conducta, haciéndote su amigo en todas las situaciones.
Ese clima positivo se construye desde el diálogo constructivo, secundado por una conducta coherente y honesta, puesto que los progenitores también se equivocan, deben reconocer sus errores y pedir perdón cuando la ocasión lo requiera. Así será como se podrá construir una verdadera amistad entre padres e hijos, una comprensión mutua, una lealtad capaz de superar todos los obstáculos y pruebas de la vida.
Para un hijo, el saber que siempre tiene alguien ahí para ayudarle incondicionalmente, manifestando su verdadero amor, fruto del desinterés, y de los estrechos vínculos creados desde la intimidad del hogar hasta el final de sus días, supone un refuerzo moral incuestionable que aumenta la autoestima y le aporta fortaleza y seguridad para seguir avanzando sin temor en la vida.
-Los hijos, como todos nosotros, somos de Dios, y presentarás cuenta del préstamo que te fue concedido para educar.
Parafraseando al escritor libanés Khalil Gibran, los hijos vienen a través de los padres pero no les pertenecen. Todas las criaturas que existen, sin excepción, pertenecen a Dios Padre Todopoderoso.
No se puede pretender que sean una prolongación de los padres, porque ellos tendrán que descubrir sus inquietudes y escuchar su voz interior, para que esta les marque el camino que les debe llevar a su destino final. Hay que apoyarlos, ayudarlos y dejarlos crecer para que tomen sus propias decisiones vitales, su rumbo.
Sin duda, un préstamo delicado y sensible, de cuyos resultados habrá que dar cuentas en el futuro, cuando la vida física se extinga.
José Manuel Meseguer - Amor, Paz y Caridad.
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SER ESPIRITISTA, SUPONE ....
CONSTRUIR UNA PAZ PACIFICADORA Y ORGANIZAR EL ESCENARIO DE LA NUEVA ERA
El mundo atraviesa un momento decisivo de transición, con sufrimientos y preocupaciones que nos alcanzan a todos. Desafortunadamente, los pronósticos de flagelantes son parte de pensamientos apocalípticos. Algunos cohermanos fuerzan argumentos ante fenómenos calamitosos como si estuviéramos en el último momento de la vida planetaria. Se evoca con énfasis el notorio calendario maya; sin embargo, es importante decir que “durante muchos siglos las humanidades han continuado su marcha ascendente uniformemente a través del espacio y el tiempo”.
Es inquietante la aparición de facciones, sectas y cultos que se multiplican en todo el mundo, presagiando flagelos bajo el impacto de las inquietas expectativas neurotizantes de una "nueva era". Además, el argumento del tiempo del fin es una peculiaridad de algunos médiums distraídos, que propagan las catástrofes naturales como si fueran la ira de Dios.
En estas ocasiones hay personas maníacas que dejan su trabajo y su familia, esperando el "gran final" y algunos crean sectas delirantes. Sólo en Francia "hay unas 200 sectas, con 300.000 adherentes". En Japón, “gurús” inquietos predicen el fin del mundo. En los Estados Unidos, ¡asombro! 55 millones de estadounidenses creen que el "mundo se acabó" no está muy lejos.
En estas ocasiones cruciales de transición planetaria, observemos que el advenimiento del mundo de la regeneración no tendrá lugar ni terminará en un período precario. Es aventurero hasta la fecha, necesitar, arreglar una estación en la que se complementará este proceso. No se puede olvidar que “las perturbaciones parciales del globo ocurren en todo momento, y siguen ocurriendo, porque están ligadas a su constitución, pero estos no son los signos de los tiempos”.
Es innegable que estamos atravesando un pico de duras pruebas. De 2007 a 2011 hubo conmociones colosales en la corteza terrestre. Hubo terremotos, tornados, olas gigantes en Asia (tsunamis), los fenómenos La Niña y El niño, ciclones extratropicales, récord de tormentas, inundaciones (nunca había visto tanta lluvia), calentamiento global, frío extremo. “El hambre es otra tragedia que ya afecta a mil doscientos millones de personas en todo el planeta”. La explotación de la energía nuclear aún no es una cuestión de control humano total. La deforestación loca, la contaminación del aire, el vigor de la expansión del narcotráfico y el consumo, la banalización de la conducta sexual, estimulada por la revista, el periódico, la televisión, el cine, el teatro, la videograbadora, la televisión por cable, la computadora, etc.
En este contexto, también hay una predicción preocupante sobre la drástica reducción de las reservas de agua potable durante cuatro décadas en la Tierra. Sobre esto, sabemos que algunas potencias económicas quieren internacionalizar la Amazonía, por una sencilla razón: alrededor del 35% de las precipitaciones del planeta se dan en esa zona, lo que lleva a la región a tener la mayor reserva de agua terrestre. Por cierto, sabemos que muchos expertos predicen conflictos mundiales, debido a la carrera por la posesión y control del vital líquido.
Paradójicamente, predicamos la paz produciendo cañones asesinos; codiciamos resolver los problemas sociales activando la construcción de cárceles y prostíbulos. "Este progreso es el de la razón sin fe, donde los hombres se pierden en una lucha sin gloria y sin fin". La situación actual de violencia, maldad, injusticia, opresión de los poderosos sobre los débiles, tanto a nivel de personas, como de instituciones y países, seguramente tendrá que dar paso a una nueva era de paz, armonía, fraternidad y solidaridad.
“Época de amargas luchas, desde los primeros años del siglo XX, la guerra ha anidado permanentemente en casi todas las regiones del planeta. La Sociedad de Naciones, el Tratado de Versalles, así como todos los pactos de paz, no han sido más que fenómenos de la guerra misma, que sólo terminará con el auge de estas luchas fratricidas, en el proceso de selección final de las expresiones espirituales de la tierra. vida. ". El siglo recién terminado fue, sin duda, el más sangriento de todos. Después de la Segunda Guerra Mundial, ya se han producido 160 conflictos bélicos, con 40 millones de muertos. Si contamos desde 1914, estas cifras se elevan a 401 guerras y aproximadamente 187 millones de muertes.
La abrumadora efectividad del avance científico es notoria. Las pruebas de genética, clonación, células madre, cibernética, conquistas espaciales, el imperio de los rayos láser, fibras ópticas, superconductores, microchips, nanotecnología. Nunca hemos tenido tanta capacidad para brindar bienestar, hogar, educación y alimentación a todos, aunque nunca hemos tenido tantas personas sin hogar, hambrientas y, sobre todo, sin educación. Estamos amargados por los contrastes de la hegemonía tecnológica, al mismo tiempo nos agobia la escasez de alimentos, el dengue hemorrágico, la fiebre amarilla, la tuberculosis, el sida y todo tipo de estupefacientes.
Los benefactores recuerdan que “el ocaso no es largo y, bajo la prominencia de sus espesas sombras, no olvidemos a Jesús, cuya infinita misericordia constituirá el resplandor inmortal del amanecer futuro, hecho de paz, fraternidad y redención”. Para suavizar la “noche que no es larga”, recordemos lo que enseñó el Maestro: “Entonces los justos te preguntarán: Señor, ¿ cuando te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de comer? - ¿Cuándo te vimos sin hogar y te hospedamos? ¿O desnudo y te vestimos? - ¿Y cuándo te encontramos enfermo o preso y fuimos a verte? - El Rey les responderá: De cierto os digo que siempre que le hicisteis esto a uno de estos más pequeños de mis hermanos, me lo hicisteis a mí ”.
En las próximas reencarnaciones, si todavía queremos encontrar reservas razonables de agua potable, aire limpio, tierra fértil, menos residuos y un clima estable aquí, tendremos que actuar de inmediato, sin perder el tiempo. A pesar de los lamentos, no faltan las voces optimistas que proclaman un futuro renovado a la luz de una nueva era. ¡Es verdad! Paralelamente a todo este caos, nunca se ha visto, en todo momento, tanta gente buena y pacífica movilizarse en apoyo de programas de asistencia a los hermanos menos afortunados, trabajando voluntariamente por un mundo mejor y más justo, y con total desprendimiento y un Espíritu cristiano.
Para descontentar a los heraldos de “¡cuanto peor, mejor!”, Afortunadamente, hoy todo se está transformando a un ritmo acelerado, trayendo más comodidad y mejor calidad de vida al habitante de la Tierra. El dolor físico está relativamente bajo control; longevidad prolongada; la automatización de la vida material es cada vez mayor frente a una tecnología fascinante, especialmente en el área de las tecnologías de la información y la comunicación.
El Maestro advirtió: “Les he dicho esto para que tengan paz en mí: en el mundo, tendrán aflicciones, pero tengan ánimo, yo he vencido al mundo”. Creemos que ser espiritista es constituir un núcleo de acción edificante a través del cual comienza la Nueva Era.
“Se habla en el mundo de hoy, como si el mundo se redujera a una casa en ruinas. El espiritista está llamado a la función del rayo robusto, capaz de mostrar que no todo estaba perdido. Hay quienes dicen que la humanidad se encuentra en un proceso de desintegración. El espírita está invitado a guardarse de una célula sana, capaz de allanar el camino para la recuperación del organismo social. El espiritista, donde ocurre la destrucción, se convierte en un llamado a rehacer; donde estalla la indisciplina, se apuntala el orden y, donde se desarrolla el pesimismo, surge, inmediatamente, con un mensaje de esperanza ”.
En vista de lo anterior, por difícil que sea el proceso de selección final de los valores morales de la sociedad, nunca podemos olvidar que Jesús es el Señor de la Vida. Sus mandamientos no han pasado y nunca pasarán. En esa esperanza, entendamos que en Sus manos se basan los destinos de la Tierra.
- Muchas cosas hay que vosotros no comprendéis, por cuanto vuestra inteligencia es limitada, y esa no es una razón para rechazarlas. El niño no comprende todo lo que entiende su padre, ni el ignorante todo lo que comprende el sabio. Te decimos que la existencia de los Espíritus no concluye en modo alguno, y es todo cuanto podemos ahora decir...
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
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