lunes, 17 de abril de 2023

El espíritu y su pasado

    INQUIETUDES ESPÍRITAS

 1.-¿ Cual es la mejor religión ?

2.- Tributo a Allan Kardec

3.- La amistad

4- El Espíritu y su pasado

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      ¿ Cual es la mejor religión ?

                                                                    


( Breve diálogo entre el teólogo brasileño Leonardo Boff y el Dalai Lama )

Leonardo Boff: En el intervalo de una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, en la cual ambos (yo y el Dalai Lama) participábamos, yo, maliciosamente, más también con interés teológico, le pregunté en mi inglés defectuoso: 

“Su Santidad, ¿ Cual es la mejor religión?” (Your holiness, what’s the best religión?) 
Esperaba que dijera: “El budismo tibetano” o “las religiones orientales mucho más antiguas que el cristianismo…” 
El Dalai Lama hizo una pequeña pausa, sonrió, me miró fijamente a los ojos, lo que me desconcertó un poco porque yo sabía la malicia contenida en la pregunta, y afirmó: 
“La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al infinito. Es aquella que te hace mejor.” 
Para salir de la perplejidad ante de tan sabia respuesta, pregunté: 
“¿Qué es lo que me hace mejor?” 
Él respondió: 
“Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético… La religión que consiga hacer eso de ti, es la mejor religión.” 
Callé maravillado, y hasta el día de hoy estoy rumiando su respuesta sabia e irrefutable. 
No me interesa, amigo, tu religión o si tienes o no tienes religión. 
Lo que realmente me importa es tu conducta delante de tu semejante, de tu familia, de tu trabajo, de tu comunidad, delante del mundo. 

Recordemos: “El Universo es el eco de nuestras acciones y nuestros pensamientos”. 
La ley de acción y reacción no es exclusiva de la Física. Es también de las relaciones humanas. Si yo actúo con el bien, recibiré el bien. Si actúo con el mal, recibiré el mal. Aquello que nuestros abuelos nos dijeron es la más pura verdad: “tendrás siempre el doble de aquello que deseares a los otros”. 
Ser feliz no es cuestión de destino. Es cuestión de elección.

( Publicado anteriormente por Reinaldo Inocente Formoso )

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       TRIBUTO A ALLAN KARDEC

1857 - 18 de abril - 2023

                                                                             



      Aquellos también eran días tumultuosos, como estos…    Después de una larga estadía en diferentes prisiones, el hijo de Luis Bonaparte, por entonces rey de Holanda, intentó varias veces encontrar su lugar al sol del poder, después de fracasar en la insurrección contra el papa, en la Romagna, así como del intento de sublevar a los soldados franceses en Estrasburgo. Preso, una vez más consiguió evadirse y convertirse en miembro de la Asamblea Nacional. Logró ser electo presidente de la República, dando posteriormente un golpe de Estado que le permitió ser nombrado presidente por un período de diez largos años. Dominado por la ambición, propuso un plebiscito que lo proclamó emperador de Francia a partir de diciembre de 1852, traicionando los ideales libertarios que derrocaron a los Borbones en la revolución de 1789…
     Carlos Luis Napoleón Bonaparte, el Emperador, era sobrino de Napoleón I y poseedor de una conducta combativa y guerrera, puesto que había promovido innumerables campañas bélicas, incluida la guerra contra Alemania en 1870, en la que cayó prisionero. Con el fin de mantener el gobierno, algo arbitrario, impuso leyes que restringían la libertad de prensa y de pensamiento, prohibiendo también las reuniones públicas o particulares que no tuvieran permiso de la policía.
     La cultura, entretanto, a pesar de los impedimentos que resultaban del dominio prepotente y de la vigilancia implacable del clero -siempre al lado de los tronos y ávido de poder-, se encontraba enfrentando una singular interferencia espiritual, debido a los fenómenos insólitos que se habían iniciado en Hydesville, en 1848, para emigrar luego hacia Europa, que los recibió en los salones parisinos de moda.
     Se trataba de una eclosión de poderosas informaciones acerca de la inmortalidad y del amor bajo una nueva óptica, que despertaba curiosidad y provocaba extrañeza en todos aquellos que las examinaban.
     En aquel período, mientras tanto, tú, profesor Rivail, trabajabas en favor de la educación, preparando las mentes para los futuros días de la Humanidad, cuando las luces liberadoras del conocimiento en forma de sabiduría habrían de iluminar la sociedad para siempre.
     De carácter íntegro, trajiste los métodos de Pestalozzi a tu Francia natal, contribuyendo eficazmente en favor de la liberación humana de la ignorancia, mientras acompañabas al magnetismo que ampliaba los horizontes de tu pensamiento y de tu interpretación de los fenómenos humanos y sus innumerables posibilidades de desarrollo.
     Poseedor de una ética incorruptible, mantuviste los valores morales cuando fuiste sorprendido por el vicio de tu tío-socio, que se entregaba al juego y te exigía sacrificios importantes para mantener la honra intacta en todo momento.
     Elegiste a la suave y dulce Gaby como compañera para el ministerio sacerdotal del hogar, y en ella encontraste apoyo moral, cultural y afectivo, para que desempeñaras la incomparable misión que aceptaste antes de sumergirte en las sombras de la carne.
Invitado, en tres ocasiones, a tomar conocimiento de las mesas giratorias, no te entregaste al entusiasmo de los ingenuos ni al escepticismo de los presuntuosos, sino que asumiste la postura racional que siempre definió los rumbos de tu existencia, a la espera de que los hechos confirmaran las informaciones.
     …Y eso ocurrió la noche del martes 8 de mayo de 1855, en la residencia de la señora Plainemaison, cuando constataste, en condiciones tales que no dejaban margen a ninguna duda, conforme afirmaste posteriormente, que deberías iniciar la misión a que entregarías tu preciosa existencia hasta el último momento en el cuerpo somático…
     Como nadie antes lo hiciera, percibiste en aquellas aparentes futilidades, en el pasatiempo de aquellos fenómenos, algo tan serio como la revelación de una nueva ley, que me encargué de investigar a fondo, según tus propias palabras…
     Sucede que llevabas en el inconsciente el conocimiento adquirido, cuando en la Espiritualidad, en convivencia con los apóstoles de la Nueva Revelación, fuiste elegido para ser el estandarte del Mensaje liberador, fundamentado en el pensamiento de Jesús y confirmado en los laboratorios de las academias, interpretando los enigmas filosóficos del ser, del sufrimiento, de la vida y de la muerte, de las causas y los efectos existentes en el Universo.
     No temiste los enfrentamientos ni las amenazas de los desdichados perseguidores de los idealistas y de los vanguardistas del progreso.
     Consciente de la responsabilidad, enfrentaste todos los obstáculos y lograste publicar El libro de los Espíritus, la memorable mañana de un sábado primaveral, el 18 de abril de 1857, en pleno Palais Royal, iniciando la Era de la Inmortalidad comprobada en el laboratorio.
     A partir de ese momento, utilizando el pseudónimo Allan Kardec -evocativo de tu anterior existencia en las Galias gloriosas, es decir, en aquel mismo suelo amado de Francia, en que casi veinte siglos antes fuiste sacerdote druida, venerable emisario del dios Dispater o dios de la fraternidad, reencarnacionista y vegetariano-, dejaste que el Espíritu de Verdad condujera tus pasos rumbo a la victoria plena.
     Jamás titubeaste ante la certeza del deber a cumplir, nunca temiste ningún tipo de persecución e infamia, permaneciste integérrimo en el desempeño de la sublime tarea: implantar en la Tierra el reino de los Cielos, actualizado por las notables contribuciones de la entonces Ciencia moderna, sin olvidarte de la caridad: la senda luminosa que conduce a la plenitud.
     No faltaron los envidiosos que, ante la imposibilidad de igualarte, porque jamás te superarían, te calumniaron, intentando ultrajar tu existencia pura, sin que obtuvieran el menor éxito, y no desperdiciaste el precioso tiempo con esos inútiles discutidores, insensatos y perturbadores del orden y de la paz.
     Aplicaste todas las fuerzas de que disponías, junto a la mujer amada, la dulce poetisa de los Cuentos Primaverales, que se convirtió en tu sostén en las batallas más difíciles, cuando el Espíritu de Verdad te amparaba con infinito amor y sabiduría, hasta que llegaste casi a la extenuación.
     Viajes largos, cansadores y sin comodidad, obstinados combates periodísticos, que enfrentabas dignamente a través de las páginas luminosas dela Revista Espírita, por ti fundada en enero de 1858, sin devolver el mal con la infamia, siempre sereno y sabio, instruyendo a los detractores y a los que sinceramente desconocían la Doctrina, eran tu día a día como héroe del Bien.
     Completaste la obra gigantesca observando la deserción de los débiles y los evasivos, sin perturbarte, y permaneciste íntegro hasta el momento de la desencarnación, la inolvidable mañana del 31 de marzo de 1869, cuando te elevaste hacia el Infinito de donde viniste para socorrer a la Humanidad.
     Es natural, por lo tanto, que nosotros, los Espíritus encarnados y desencarnados que fuimos beneficiados con las luminosas claridades de la Doctrina Espírita, al evocar tu renacimiento en


Lyón, en el distante y a la vez cercano 3 de octubre de 1804, repitamos en un coro de agradecimiento y júbilo:

- ¡Dios te bendiga, Hippolyte Léon Denizard Rivail, inolvidable maestro Allan Kardec, apóstol de la Nueva Era, por todas las gloriosas contribuciones que nos hiciste conocer en nombre de Jesucristo, a través de Sus Mensajeros, con el fin de que en estos días, también tumultuosos, podamos confiar en el mañana y construir la felicidad en el interior de los corazones!
     Sin olvidarnos de los notables médiums de que te valiste, a ellos también los envolvemos en nuestras dulces vibraciones de paz y de interminable progreso en la gran misión que cumplieron como instrumentos de la verdad.

Vianna de Carvalho- ( Espíritu)

Capítulo 13 del libro "Espiritismo y vida", psicografiado por el médium Divaldo Franco
.

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                  LA AMISTAD            

“ El ser humano es esencialmente sociable, encontrando en las relaciones proporcionadas por la amistad, estímulos para crecer moral y espiritualmente. Si duda, la amistad es portadora del calor necesario para hacer germinar los sentimientos que se encuentran adormecidos en lo íntimo del ser, al tiempo que irradia con energías benéficas en favor de aquel con el que se relaciona. La amistad es independiente de intereses mezquinos, de dar para recibir, por cuanto el acto de la estima sintetiza los dos fenómenos para producir satisfacciones confortables

(...) La amistad es tan valiosa, que el sonido de una voz amiga y conocida produce la sonrisa de alegría de quien la escucha.

El recuerdo de un acto propiciado por un amigo genera satisfacción y la perspectiva de un nuevo encuentro genera expectativas agradables.

Cuando no se disfrutan esas satisfacciones, dificilmente se encuentra la felicidad durante la existencia terrena, sufriendo el aislamiento y la angustia. Estadísticas valiosas aseveran que las personas solitarias tienen la probabilidad de desencarnar en mucho menos tiempo que aquellas que experimentan convivencias y relaciones afectivas.

(...) La amistad prolonga la existencia física y embellece las emociones.
         (...) Las amistades son bendiciones que deben ser cultivadas con cariño, respeto y consideración.”
• En el capítulo 7 de la segunda parte de El Libro de los Espíritus, titulado "Ley de Sociedad", Allan Kardec, por medio de las respuestas de los Espíritus a sus variadas cuestiones, discurre sobre la necesidad de la vida social. Así, Dios hizo a los seres humanos para vivir en sociedad, a fin de que aprendieran con el auxilio recíproco, sobre todo porque ningún individuo posee todas las facultades de manera completa.

• En la cuestión 768, al considerar que la realización de una persona en determinada área, complementa la dificultad de otra y viceversa. El Codificador anota: (...) "Por la unión social, ellos se completan unos a otros para asegurar su bienestar y progreso. Por eso, teniendo necesidad unos de otros, son hechos para vivir en sociedad y no aislados". (...)

• Fuente www.aluzdoespiritismo.com.br
( Traducción de José Luis Martín )

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    EL ESPÍRITU Y SU PASADO   

¿El espíritu del hombre tiene, después de la muerte, conciencia de las existencias que han precedido a su período de humanidad?
«No; porque sólo desde este período empieza para él su vida de espíritu, y apenas se acuerda de sus primeras existencias como hombre, absolutamente lo mismo como el hombre no se acuerda de los primeros tiempos de su infancia y menos aún del tiempo que ha pasado en el seno de su madre. He aquí por qué os dicen los espíritus que no saben cómo han principiado». *

Una vez entrado en el período de la humanidad el espíritu, ¿conserva vestigios de lo que era anteriormente, es decir, del estado en que se encontraba en el período que podría llamarse ante-humanitario?
«Según la distancia que separa los dos períodos y el progreso realizado. Durante algunas generaciones, puede haber un reflejo más o menos pronunciado del estado primitivo; porque nada se verifica en la naturaleza por transición brusca. Siempre existen eslabones que ligan las extremidades de la serie de seres y acontecimientos : pero semejantes vestigios se borran con el desarrollo del libre albedrío. Los primeros progresos se realizan lentamente; porque no están aún secundados por la voluntad, y siguen una progresión más rápida a medida que el espíritu adquiere más perfecta conciencia de si mismo».

. ¿Se han engañado los espíritus que han dicho que el hombre es un ser excepcional en el orden de la creación?

«No; pero la cuestión no había sido desenvuelta, y hay, por otra parte, cosas que sólo a su tiempo deben llegar. El hombre es, en efecto, un ser excepcional; porque tiene facultades que le distinguen de todos los otros y tiene otro destino. La especie humana es la que Dios ha elegido para la encarnación de los seres que pueden comprenderle.>>

- El Libro de los Espíritus-

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