martes, 25 de abril de 2023

Hermafroditismo y Uni-sexualidad

  INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Misiones de los Espíritus

2.- Protectores y Guías Espirituales 

3.- El paradigma ignorado 

4.- Hermafroditismo y Uni-sexualidad

                                       *******************************


   MISIONES DE LOS ESPÍRITUS
                                                                   

En el mundo espiritual, al margen momentos puntuales de seres que están en estadios inferiores, no existe la ociosidad sino el trabajo laborioso de acuerdo, sobre todo, al grado de adelanto alcanzado, así como a las capacidades, tendencias, inclinaciones y necesidades de cada cual. En relación a esto, la cuestión 569 de El Libro de los Espíritus, nos informa así:
¿En qué consisten las misiones que pueden tener a su cargo los espíritus errantes?
«Son tan variadas, que sería imposible describirlas, y además las hay que no podéis comprender. Los espíritus ejecutan la voluntad de Dios, y no podéis penetrar todos sus designios».
“Las misiones de los espíritus siempre tienen el bien por objeto. Ya como espíritus, ya como hombres están encargados de favorecer el progreso de la humanidad, de los pueblos o de los individuos en un circulo de ideas más o menos extenso, mas o menos especial, de preparar el camino a ciertos acontecimientos y velar por la realización de ciertas cosas. Algunos tienen misiones más restringidas y en cierto modo personales o del todo locales, como asistir a los enfermos, a los agonizantes, a los afligidos, velar por aquellos cuyos guías y protectores son, y dirigirlos por medio de sus consejos o sugiriéndoles buenos pensamientos. Puede decirse que hay tantas especies de misiones como clases de intereses que vigilar, ya en el mundo físico, ya en el moral. El espíritu adelanta según el modo como cumple su tarea”.
Estas informaciones sobre las ocupaciones de los espíritus en estado de erraticidad se completan en la cuestión 584 del mismo texto, donde se añade:
“Unos recorren los mundos, se instruyen y se preparan para una nueva encarnación.
Otros más adelantados se ocupan del progreso, dirigiendo los acontecimientos y sugiriendo pensamientos propicios; asisten a los hombres de genio que concurren al adelanto de la humanidad.
Otros se encarnan con una misión de progreso.
Otros toman bajo su tutela a los individuos, familias, reuniones, ciudades y pueblos de los que son ángeles guardianes, genios protectores y espíritus familiares.
Otros, en fin, presiden a los fenómenos de la naturaleza, cuyos agentes directos son.
Los espíritus vulgares se mezclan en nuestras ocupaciones y diversiones.
Los espíritus impuros o imperfectos esperan, entre angustias y tormentos, el momento en que le placerá a Dios procurarles los medios de progreso. Si hacen el mal, es por despecho del bien que no pueden aún gozar.”
- Asociación de Estudios Espíritas "Amanecer Espírita"-
                                    *************************

         PROTECTORES Y GUÍAS
                ESPIRITUALES
 

   En el Libro de los Espíritus, en las cuestiones 489, 490 y 491, se nos dice:
489 – ¿Hay Espíritus que se unen particularmente a un individuo para protegerle?
¡Sí, el hermano espiritual, al que vosotros llamáis el Espíritu bueno, o el genio”.
490 – ¿Qué debe entenderse por ángel guardián?
“El Espíritu protector de un orden elevado”.
491 – ¿Cuál es la misión del Espíritu protector?
“La de un padre respecto a sus hijos; llevar a su protegido al buen camino, ayudarle con sus consejos, consolarle en sus aflicciones y sostenerle en las pruebas de la vida”.
Así, pues, con la denominación de Guía o Protector Espiritual, se designa a aquel ser espiritual que tiene encomendada la tarea específica de amparar, ayudar y proteger a otro espíritu durante su fase de encarnado, siendo una más de las variadas tareas que ejercen los espíritus de cierto progreso. El guía espiritual es generalmente un espíritu cercano, afín o simpático, aunque también los hay que pueden desarrollar esta tarea como deber, como se nos recuerda en la cuestión 493 de El Libro de los Espíritus. “¿Es voluntaria u obligatoria la misión del Espíritu protector?”, pregunta Kardec, a lo que su espíritu instructor contesta: “El Espíritu está obligado a cuidar de vosotros; porque ha aceptado esta tarea; pero elige los seres que le son simpáticos. Para unos es un placer, para otros una misión o un deber”.
Todos nosotros, los seres encarnados, desde el salvaje y de moral inferior hasta seres adelantados espiritualmente, tenemos asignado un espíritu guía que vela por nosotros. Por definición el espíritu guía o protector es una entidad de mayor evolución que su protegido – no se entendería lo contrario, lo cual viene confirmado por lo que le dijeron los espíritus a Kardec según se refleja en la cuestión 514 de El Libro de los Espíritus, – y no es nada extraño encontrar vínculos de parentesco entre ambos, en ésta o en anteriores encarnaciones. Esto es debido a que la ley de afinidad y simpatía está envuelta en la determinación del guía espiritual que corresponde a cada ser encarnado, ley conjugada, evidentemente, con la de amor y justicia.
Este espíritu protector ejerce su tarea desde el nacimiento de su protegido hasta su desencarnación y en numerosas oportunidades le acompaña incluso en la vida espiritual, después de la muerte, y hasta en otras vidas.
Es ilógico pensar que un espíritu guía o protector tenga que ser necesariamente de una categoría evolutiva elevadísima, de por sí o sólo porque sea “nuestro” guía,  un  pensamiento que si se tiene descubre un tremendo sentimiento de vanidad. Para esto existe, también, una ley de jerarquía y de economía espiritual, que lleva a que cada ser realice sólo las tareas para las que está preparado, y de igual forma que es un dispendio de recursos innecesario que sean los catedráticos los que den clases al nivel de primaria en una escuela, no es posible suponer que si un guiado tiene, por decirlo así, un grado de evolución 4, su guía sea del grado 30. Es más, la jerarquía espiritual implica que los propios guías espirituales puedan enfrentar situaciones o problemas que requieran por su parte una asesoría o intervención superior, para ofrecer una respuesta adecuada a su protegido.
Según la clasificación establecida por Kardec, de acuerdo a las informaciones espirituales por él recibidas, se pueden establecer tres categorías esenciales en los espíritus. La primera categoría la integrarían los espíritus imperfectos, caracterizados por el predominio de la materia sobre el espíritu y la propensión al mal; en los de la segunda categoría hay predominio del espíritu sobre la materia y del deseo del bien, y comprende los espíritus buenos; en tanto que la tercera comprende los espíritus puros, es decir, los que han alcanzado el grado máximo de perfección.
Lógicamente, sólo podremos comenzar a encontrar guías espirituales de cierto nivel entre los espíritus situados en el segundo orden, los espíritus buenos, aquellos que llegaron al medio de la escala. Entre estos, según Kardec explica en la cuestión 107 de El Libro de los Espíritus, “unos poseen la ciencia, otros la sabiduría y la bondad”, y aunque están todavía sujetos a pruebas, sus características generales son – añade el sabio francés – “el predominio del espíritu sobre la materia y deseo de hacer bien. Sus cualidades y poder para practicarlo están en proporción del grado a que han llegado, poseyendo unos la ciencia, otros la prudencia y la bondad, y reuniendo los más adelantados el saber y las cualidades morales. No estando aún completamente desmaterializados, conservan más o menos, según su jerarquía, los vestigios de la existencia corporal, ora en la forma del lenguaje, ora en sus costumbres, en las que se llega a descubrir algunas de sus manías, y a no ser así, serían espíritus perfectos.
Comprenden a Dios y el infinito – continua el Codificador – y gozan ya de la felicidad de los buenos; son dichosos cuando hacen el bien e impiden el mal, y el amor que los une es para ellos origen de una dicha inefable no alterada por la envidia, por los remordimientos, ni por ninguna de las malas pasiones, que atormentan a los espíritus imperfectos; pero todos han de sufrir pruebas hasta que alcancen la perfección absoluta.
Como espíritus, suscitan buenos pensamientos, alejan a los hombres del camino del mal, protegen, durante la vida, a los que se hacen merecedores de protección y neutralizan la influencia de los espíritus imperfectos en aquellos individuos que no se complacen en tolerarla…
A este orden – concluye Kardec – pertenecen los espíritus conocidos en las creencias vulgares con los nombres de genios buenos, genios protectores y espíritus del bien; En tiempo de superstición y de ignorancia se les ha elevado a la categoría de divinidades bienhechoras.
En este momento, nos surge una pregunta, ¿ qué criterios se siguen para la elección de un guía determinado para cada ser? Michael Newton en su obra “La Vida entre Vidas”, responde así a esta cuestión:
“A menudo me preguntan si los profesores-guías se nos asignan al azar o con algún motivo concreto. Es una pregunta difícil de contestar. Los guías parecen asignársenos de una manera ordenada en el mundo espiritual. Creo que esta elección está basada en la adaptación y la integración de sus técnicas de enseñanza a la identidad de nuestras almas. Por ejemplo, he oído que existen ciertos guías jóvenes en cuyas vidas pasadas tuvieron que superar rasgos negativos difíciles a quienes se les asigna almas con las mismas pautas de conducta”.
Este otro párrafo que copiamos de la obra titulada “Canalización”, de Sanaya Román y Duane Packer, nos parece que aporta elementos clarificadores y complementarios para encontrar respuesta aceptable al interrogante planteado:
“No todas las entidades de los dominios superiores deciden ser guías…. El trabajo en otros planos de la realidad es tan variado como su trabajo en la tierra. Los guías son cier­tos seres que tienen una gran habilidad para transmitir la energía de su di­mensión, a la de ustedes. Se requiere de una enorme cantidad de energía de nuestro plano para llegar al de ustedes, y esto se hace con mucha frecuencia debido, al amor puro por la humanidad y la devoción a la transmisión de ideales superiores. Al alcanzar los dominios superiores, el servicio altruista para los demás es un sendero de evolución rápida…”.
En definitiva, parece ser que es el nivel de comprensión de cada espíritu lo que determina el grado del guía que se le asigna. Igualmente, se ha de tener en cuenta que no todos los espíritus en todos los momentos, pueden ejercer todas las funciones, pues estas dependen, como también hemos señalado, de su posición en la escala espiritual.
No hay correlación entre el sexo del guiado y la apariencia sexual con la que se presenta el guía. Los guías pueden aparecer como varones o mujeres, aunque en los dominios de la espiritualidad pura no hay polaridad, de forma que los guías no son hombres o mujeres tal como lo entendemos desde el punto de vista de la existencia física.
 Y en cuanto al aspecto formal con que se presentan o pueden presentar los guías, es muy  variable  en cuanto a la raza, el atuendo y otros distintivos reconocibles; a veces se los percibe sólo como luz y color o como sonidos; otros traen ropajes como los de los antiguos monjes, o están ataviados con túnicas. Algunas personas miran a sus guías como figuras familiares que han co­nocido o que forman parte del imaginario de sus creencias, tales como Cristo, Buda, determinados santos, o ángeles, quienes representan gran amor y sabiduría para ellos. Los guías pueden aparecer también como pieles rojas americanos, sabios chinos, maestros hindúes, guerreros de viejas civilizaciones, así como otras numerosas apariencias, etc.
En fin, ellos, los guías espirituales, adoptarán por lo general la identidad que permita el mayor éxito en la misión que deben desempeñar, o aquella con la que cada cual pueda relacionarse con mayor facilidad.
- Asociación de Estudios Espíritas "Amanecer Espírita"-
                                    ***************************

                El paradigma ignorado                


“ Los dioses antiguos han envejecido o muerto y otros aún no han nacido”. (Emile Durkheim)

El proceso de civilización  que estamos viviendo se desarrolla como si nuestro planeta fuera un gigantesco y dinámico escenario con escenarios en constante cambio y actores en constante rotación.

Este inmenso espectáculo está dirigido por “matrices ideológicas” o paradigmas que, en un momento y una cultura determinados, se vuelven hegemónicos y, por tanto, elegidos para administrar el proceso hasta que, agotada su virilidad, seniles, son reemplazados por nuevos paradigmas.

Debe reconocerse, sin embargo, que el envejecimiento o incluso la muerte de los antiguos dioses no se reconoce fácilmente. Como la orfandad es muy dolorosa, es preferible un dios momificado a ningún dios, prolongando así la crisis de referencias al mismo tiempo que se somete a los candidatos a la sucesión a las pruebas necesarias.

Una de las principales causas de la crisis existencial de nuestro tiempo es el agotamiento de los modelos conceptuales aún vigentes, cada vez más incapaces de ofrecer seguridad e identidad.

El psicoanalista Hélio Pelegrini afirmó en un artículo que la angustia metafísica que nos aqueja exige una filosofía pública sobre el sentido y el fin de la vida, capaz de orientar toda actividad humana, o sea, una visión del hombre y del mundo que pueda universalizarse racionalmente .

Los relatos bíblicos, síntesis conceptual de aquellos tiempos y cultura, nos hablan, esencialmente, de un contrato establecido entre el Creador y las criaturas desde el momento en que conquistan la racionalidad, es decir, la libertad de desobedecer, que inaugura la historia humana. Este contrato es reformable en cuanto necesita ajustarse a los nuevos niveles de conciencia y libertad conquistados por el hombre. La iniciativa, sin embargo, como nos enseña la historia, pertenece al hombre.

Cuando los valores tradicionales comienzan a perder significado y eficacia, se debe idear un nuevo contrato, un nuevo conjunto de valores.

Ante esta determinación histórica, Kardec, con extraordinaria lucidez, identifica signos de agotamiento del paradigma vigente y lidera una revolución conceptual con base racional y humanista que, superando el órgano-centrismo ilustrado, propone una visión espirito-céntrica, es decir, que considera lo extra-físico o la dimensión espiritual como fundamental, afectando drásticamente la forma en que se percibe al hombre, al mundo ya la historia.

El carácter sintético del modelo conceptual kardeciano es evidente. Como flor tardía de la primavera de la Ilustración, el Espiritismo surge como una esperanza de renovación capaz de ofrecer al hombre la seguridad y la identidad perdidas, capacitándolo para avanzar, con confianza, una etapa más en el proceso evolutivo.

Casi siglo y medio después de su surgimiento, el Espiritismo, en lo que lo hace único, dinámico, revolucionario y universal, es desconocido por la inmensa mayoría de los mismos espíritas que, incapaces de comprender el alcance y profundidad de la monumental propuesta de Kardec, insisten, ingenuamente , al interpretarlo a la luz de paradigmas agonizantes o momificados que insisten en influirnos, reduciéndolo así a una mera secta religiosa.

Significativamente, esta fue exactamente la interpretación del abad François Chesnel en artículos publicados en el periódico L'Univers de Paris en abril de 1859 y tan vehementemente contestados por el fundador del Espiritismo, como consta en la “Revue Spirite” de mayo y julio de ese año.                                                                                                                                                          Como pueden ver, el Padre Chesnel era una escuela.                                                                                                 -CCEPA-

                                                                          *****************************

                                                   


 HERMAFRODITISMO Y UNI-SEXUALIDAD

     Analizando el instinto sexual en sus expresiones complejas en las líneas multiformes de la vida, conviene recordar que, por milenios y milenios el principio inteligente se detuvo en el hermafroditismo de las plantas, como por ejemplo, en las fanerógamas, en cuyas flores los estambres y pistilos articulan, respectivamente, elementos masculinos y femeninos. En las plantas criptogámicas celulares y vasculares se ensayara largamente la reproducción sexuada, en la forma de gametos (anterozoides y oosferas), que mucho se aproximan a los de los animales y cuya fecundación se efectúa por medios análogos a los que observamos en estos últimos seres. Después de muchas metamorfosis que no caben en un estudio sintético como el nuestro, adelantó el elemento espiritual en la reproducción monogónica, entre las diversas especies de protozoarios y metazoarios, con la división y gemación entre los primeros, correspondiendo a la escisión o estrobilación entre los segundos. Largo tiempo transcurrió para la evolución del instinto sexual en diversos tipos de animales inferiores, alternándose los estadios del hermafroditismo con los de la uni-sexualidad para que se perfeccionasen las características con vistas a los vertebrados.

Hermafroditismo potencial
Gradualmente, aparecen nuevos factores de diferenciación, conservándose, sin embargo, las distinciones esenciales, como podemos identificar, ahora, en el sapo macho adulto un hermafrodita potencial, a pesar de las señales masculinas con que se presenta, pues sabemos que porta en la región de su testículo, positivamente acrecentado, un ovario elemental adherido, el conocido cuerpo de Bidder. Si extirpamos el testículo, el ovario atrofiado comienza a funcionar, por acción de la hipófisis, conforme a experimentos comprobados, convirtiéndose en un ovario adulto. Otro hecho inverso es verificable en un cinco a diez por ciento de gallinas adultas, es decir, en individuos psíquicamente dispuestos, a los cuales, si le es retirado el ovario izquierdo, también considerablemente desarrollado, el ovario derecho, rudimentario, se transustancia en un testículo que se vitaliza y crece, en su parte medular, hasta entonces inhibido por los estrógenos del ovario izquierdo. Ante tal fenómeno, les aumenta la cresta, cantan típicamente a la manera del gallo y adoptan la conducta sexual masculina. Registramos estos hechos para demostrar que entre todos los vertebrados, y muy particularmente en el hombre, heredero de las más complicadas experiencias psíquicas en los dominios de la reencarnación, apenas los caracteres morfológicos de los órganos sexuales están sometidos a los principios de la genética. Eso ocurre porque no es sólo la acción de las glándulas sexuales que se muestran bipotenciales, hasta cierto punto, dado que todo el cosmos orgánico es susceptible de reaccionar ante las hormonas del mismo sexo o del sexo contrario, conforme a las disposiciones psíquicas de la personalidad.

Acción de las hormonas
Alcanzado un inequívoco progreso en sus estímulos, el cuerpo espiritual, desde la protoforma psicosomática en los animales superiores hasta el hombre, conforme a la posición de la mente a que sirve, determina una más amplia riqueza hormonal. Las glándulas sexuales que entonces moviliza son más complejas. Ejercen la propia acción por medio de las hormonas que segregan, arrojándolas en la sangre, hormonas femeninas o masculinas que poseen por armazón de la constitución química, con que se expresan, el núcleo  correspondiente al grupo de los enteroles. Las hormonas estrogénicas, oriundas del ovario, conservan los caracteres femeninos secundarios, y las androgénicas, segregadas por los testículos, sustentan los caracteres masculinos del mismo orden. Producen acciones estimulantes e inhibitorias, mas, como atienden necesariamente a los impulsos y determinaciones de la mente, por intermedio del cuerpo espiritual, incentivan el desarrollo o la manera de proceder de la especie, pero no los origina. Por eso, ninguno de ellos posee acción monopolizadora en el mundo orgánico, no obstante patentizar una u otra influencia de un modo más amplio. Aunque en razón del mismo principio que rige para su formación, por el cual obedecen a las vibraciones incesantes del campo mental, las hormonas no se almacenan: se transforman rápidamente o sufren una apresurada expulsión por los medios excretores. Entendiéndose a los recursos de la reproducción como engranajes y mecanismos de los que se vale el Espíritu en evolución para plasmar las formas físicas, sin que los hombres lo comprueben de un modo absoluto en sus aspectos más íntimos, es fácil reconocer que las glándulas sexuales y sus hormonas exhiben efectos relativamente específicos. Innegablemente, el ovario y las hormonas femeninas se responsabilizan por los distintivos sexuales femeninos, pero se pueden desarrollar algunos de ellos en el macho, prevaleciendo las mismas directrices para el testículo y las hormonas que le corresponden. Eso es claramente demostrable por medio de los experimentos de castración, injertos e inyecciones hormonales, dado que, a pesar de la acción sexual específica del testículo y del ovario se presenta, como un hecho indiscutible, la gónada, reflejando los estados de la mente, heredera directa de experiencias innumerables, que eventualmente produce cierta cantidad de hormonas heterosexuales y, de la misma manera, aun cuando las hormonas sexuales se manifiesten con una actividad específica intensa, en determinados acontecimientos realizan tal o cual acción en órganos del sexo opuesto. Esos son los efectos heterosexuales o bisexuales de las glándulas o de las hormonas.

ANDRE LUIZ, MEDIUM FRANCISCO CÁNDIDO XAVIER.                                                   EVOLUCIÓN EN DOS MUNDOS - SEXO Y CUERPO ESPIRITUAL

                                                     **********************************************




No hay comentarios: