domingo, 2 de abril de 2023

Antes de nacer hay vida

  INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Alma vegetal

2.- Antes de nacer hay vida

        Los gobernantes ( Frase de Chico Xavier)         

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                                             ALMA VEGETAL      

Aristóteles pensaba que las plantas tenían un alma. Charles Darwin comparaba algunas partes de una planta a un cerebro. Una vez tocó el fagot delante de su mimosa púdica para intentar (sin éxito) hacer mover las hojas. En cuanto a Goethe, que no era solamente poeta sino también botánico y director de las minas del Ducado y de Sajonia Xeimar, hizo descubrimientos fundamentales sobre la metamorfosis de las plantas y entreveía un conjunto espiritual detrás de su forma material.

A priori estas aserciones no parecen muy racionales, pero numerosas experiencias, poco conocidas de la opinión pública, vienen a apoyar estos hechos. En efecto, varias observaciones realizadas en varios países, revelaron un mundo desconocido y misterioso, en el cual las plantas sufren, experimentan emociones, leen el pensamiento humano e intentan comunicar con nosotros.

      Todos los elementos que siguen se tomaron de un artículo de Alexandre Dorozynskie publicado en la sección Botánica de la famosa y muy seria revista científica "Science et Vie" (Ciencia y Vida):

El acontecimiento que parece haber contribuido más que otros al renacimiento del interés que llevó a la ciencia a este mundo misterioso se produjo en Nueva York en 1963, en las oficinas de un experto de la detección de mentiras, Cleve Backster, asesor para la policía de New York. Uno de los parámetros que tiene en cuenta la detección de mentiras es la resistencia galvánica de la piel.

    Un día, por impulso, o curiosidad intelectual, o quizás porque no tenía nada que hacer, Backster colocó los electrodos de su detector de mentiras sobre una hoja de dragonnire, o dracaena, una planta de interior que su secretaria había comprado. Luego, regó la planta.

    Se esperaba que el galvanómetro (tras un mayor contenido de agua) indicara una resistencia más baja a la corriente eléctrica, pero fue lo contrario lo que precisamente se produjo. Perplejo, Backster se preguntó entonces lo que pasaría si la planta "sufría". Decidió quemar, con su encendedor, la hoja misma sobre la cual había colocado los electrodos. Cuál no fue su sorpresa, en el momento en que tomaba su decisión y antes de extraer el encendedor de su bolsillo, vio la aguja registradora saltar repentinamente, para indicar una mayor conductividad superficial. El trazado gráfico le recordaba curiosamente al de un hombre cuando se le coloca una pregunta-trampa o cuando se lo amenazaba.


TESTIGOS DE CARGO Y DETECTOR DE MENTIRAS

   De experiencia en experiencia, realizadas con una instrumentación refinada, Backster se convenció de que las plantas percibían los sentimientos humanos y que experimentaban algo como sentimientos hacia su dueño. Una experiencia especialmente espectacular, en la cual participaron algunos agentes de la policía de New York, parecía poner de manifiesto que las plantas tienen también una memoria.

    Seis personas, con los ojos vendados, tomaban de un sombrero un papel doblado. Sobre uno de los papeles se redactaba la orden de arrancar y destruir una de las dos plantas que se encontraban en la habitación.

   El crimen se perpetraba a continuación en secreto, sin que ni las personas, ni él mismo Backster, supieran quien era el culpable; el único testigo era la otra planta, la que no se destruía.

   A continuación, se fijaban electrodos sobre la planta testigo y los sospechosos desfilaban ante ella de uno en uno. Se observó que cuando el culpable se acercaba, la aguja del galvanómetro se volvía loca. Una de dos: o bien "reconocía" a aquél que había matado a uno de los suyos, o bien ella percibía, por una clase de telepatía, la culpabilidad que se intentaba disimular. En cualquier caso, se desenmascaraba al criminal.

   En otra experiencia, que fue muchas veces repetida delante de jurados científicos, Backster conseguía transformar una planta en detector de mentiras. Se colocaban algunos electrodos sobre una planta y un hombre - sin electrodos - se sentaba ante ella. Backster decía al hombre que iba a citarle una serie de años preguntándole si correspondían a su fecha de nacimiento y que era necesario siempre responder "no". Invariablemente, Backster podía adivinar el año de nacimiento - que correspondía sobre el gráfico a una curva galvánica bien señalada.

     Otra experiencia, realizada por Backster para eliminar todo factor humano y subjetivo, consistía en colocar en una habitación cerrada a algunos camarones vivos en una bandeja basculante. Cuando la meseta oscilaba (en ausencia de toda intervención humana) los camarones caían en una cacerola de agua hirviendo. En una habitación vecina, cerrada también, una planta conectada sobre galvanómetro emitía en el momento de la muerte de los camarones un trazado repentinamente turbulento.

      El trazado era diferente del que registraba una emoción y Backster se preguntó si no correspondía a una clase de percepción por un grupo de células de la muerte de otro grupo de células.

      Nuevas experiencias le permitieron establecer que la misma forma de reacción se encontraba en la muerte "percibida" por la planta, de bacterias, levaduras, distintos cultivos, amebas, células sanguíneas, y espermatozoides.

     Esta última experiencia recuerda la de investigadores soviéticos, que demostraron que células vivas se podían "comunicar" a través de una pared de cuarzo. En realidad, observan los autores, parece que estas comunicaciones no se hacen por medio de ondas electromagnéticas, ya que no son interrumpidas ni por una caja de Faraday, ni por una pared de plomo.

   Parecería incluso que cuando una "empatía" (a falta de otro término) (facultad intuitiva de ponerse en el lugar de otro, de percibir lo que experimenta) se establece entre una planta y su dueño, ni la distancia, ni los obstáculos paran la "relación". Experiencias durante las cuales el trazado de plantas se registraba mientras que el "dueño" viajaba, mostraban sobresaltos galvánicos correspondiendo a los momentos mismos de las distintas aventuras del viaje. Pierre Paul Sauvin, ingeniero electrónico americano, constató, volviendo a entrar en su laboratorio, después de un fin de semana en el campo, durante el cual la actividad galvánica de sus plantas se registraba automáticamente, de los paroxismos que correspondían al mismo momento de sus jugueteos amorosos con una amiga.

Los investigadores soviéticos acumularon una masa importante de datos, de las que la inmensa mayoría fue sistemáticamente rechazada en Occidente, pero  estimularon algunas experiencias, en particular, en los Estados Unidos.

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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       ANTES DE NACER HAY VIDA



   En psicología se define que todo lo nuevo, lo que se aparta de la acostumbrada línea  de                           pensamientos, chocó siempre con una oposición porque la persona se ve obligada a                            incluir nuevas informaciones a lo que ya tiene almacenado en su mente.

   Pero la existencia de esa incorporación no es más que el conjunto de informaciones                                  reunidas hasta entonces, es decir lo aprendido a través de los años.

  Si de pronto nos llega una información no controlada anteriormente surge el temor como  una                    expresión de la contradicción entre el deseo de poder incorporar esta nueva información y  la                      evidente imposibilidad de hacerlo en un caso particular. Entonces, en el afán de alejar                             ese miedo amenazador, el hombre intenta transformar la información hasta que, de un                         modo u otro, la adapta a lo ya reunido.

   Tenemos el ejemplo de un ruido de origen desconocido, que hasta que deducimos cuál                   puede  haber sido el motivo que lo provocó no lo almacenamos.

   Este mecanismo ayuda al hombre en su instrucción, pues sin el principio de clasificación,                          coordinación, comparación y el reconocimiento no habría progreso alguno y ante cada                       nueva   información el hombre tendría que empezar desde el principio.
   
   A veces, éste mecanismo es también causa de muchos prejuicios, opiniones e hipótesis.
   Tal es el caso de la REENCARNACIÓN…, la doctrina de las VIDAS SUCESIVAS..
  
    La idea de la supervivencia del espíritu y de su reencarnación se encuentra prácticamente                         en todos los pueblos, filosofías y religiones del mundo, y muchas personalidades de la                             historia antigua, moderna y contemporánea, han aceptado esta doctrina, como es el caso                            de Platón, Virgilio, Ovidio, Giordano Bruno, Schoopenhauer, Flammarion, Emerson, Edison,                Henry Ford, Amado Nervo, Víctor Hugo, León Tolstoi, Gustavo Jung, para tan sólo nombrar                  unos  pocos.
   Llama la atención que ninguna religión ha negado el mundo de los muertos y todas se                         han  esforzado en describirlo. Así mismo, en todas existe una creencia esencial en común,                   entre la vida material y la espiritual hay una continuidad del ser humano y la muerte representa                tan sólo un cambio de estado.

   Al hacer un breve recuento desde la pre-historia hasta la actualidad, vemos que ya en                              el Periodo Musteriense, se encuentran huellas que sugieren la existencia entonces de estas          creencias pues, ¿ qué otra cosa puede significar la colocación de determinados objetos                          junto a los cadáveres, sino la seguridad de que eran necesarios en una vida después de la                muerte ?.
   Lo mismo sucedió en el Paleolítico y en el Neolítico, con los primeros monumentos funerarios                en forma de Túmulos o Dólmenes en los cuales se colocaban alimentos y objetos familiares                     del difunto para que los utilizara en el más allá.

   De la Edad de Bronce, en las tumbas de los Celtas, se encuentran carros, monedas,                  utensilios, aderezos, etc, incluso cadáveres de compañeros de armas para que acompañaran                   al  difunto en la vida en otro lugar.

   Mucho antes de que existieran las pirámides, unos 12 mil años antes de nuestra era, los                egipcios creían en la supervivencia del espíritu y en la doctrina de la reencarnación. Los                   egipcios representaban al espíritu como un pájaro con rostro humano que dejaba el cuerpo con                 la muerte.
   En la India, cuyo origen se pierde en la nebulosa de la historia antigua, estuvo siempre                  presente la idea del espíritu y de su reencarnación que persiste en la actualidad, pues los                 hindúes siempre han afirmando que existe un alma que ocupa un cuerpo y no un cuerpo que               tiene un alma. Además consideran que la presente encarnación es sólo un escalón en el                    camino de la vida.

   Un buen número de pueblos, muy distantes entre sí, nos han legado escritos que  hablan                           de la supervivencia del espíritu y de la reencarnación. Son magníficos ejemplos de esto el                          poema celta de la antigua  Galia: La navegación de Bram, en la India, el Rig Veda y las                       Leyes de Manú, uno de los textos más antiguos escrito en sánscrito (antigua  lengua de los                        BRACMANES); el Bhagavad Gita y la Vedanta, los cuales tienen innumerables referencias                          a la reencarnación y a la inmortalidad del alma.

   En el Tíbet, el Bardo Thödol nos habla de un espíritu que permanece después de la muerte                física y que luego reencarna.

   El Avesta de los Arios del Irán,  se refiere a la vida espiritual y a nuevos nacimientos en            condiciones acordes con las acciones de la vida anterior.

   Los antiguos caldeos de la baja Mesopotamia enseñaron la doctrina de la reencarnación                   como una de las verdades fundamentales de los Magos que eran los Maestros de la                                Sabiduría Oculta. Desde la antigua Roma, eminentes personajes nos hablan de estas                    creencias: Marco Tulio Cicerón en el Sueños de Escipión, Ovidio, Virgilio y Plinio El joven en                  sus  escritos.
   Grecia también ha legado una hermosa literatura que hace referencia a un mundo de                       espíritus desencarnados. Vemos así, que en los poemas épicos de Homero los moribundos                         profetizan y el alma de Patroclo visita a Aquiles  en su tienda.

   Platón decía que los renacimientos eran indeseables y lo deseable era quedarse en el                         país de los desencarnados.

    Sócrates afirmaba que morir era tan sólo una migración de un  mundo a otro.

   La religión judía sostuvo la supervivencia del espíritu: basta leer en el Antiguo Testamento                      la  narración de la oportunidad en que Saúl (primer rey de los Hebreos, que fue reprobado y                        sustituido por David), acude a la bruja de Endor y ésta invoca al espíritu de Samuel (profeta                         y juez de Israel, padre de los profetas) y Saúl entendió que era Samuel y humillando el rostro a                  tierra, hizo gran reverencia.  Así mismo en el Séfer Ha-Zohar hay muchos temas acerca de                        la  reencarnación.
   También el cristianismo difundía la doctrina de la reencarnación. Orígenes decía que                              las almas reencarnaban repetidas veces. Juan el Bautista, era considerado la reencarnación                    de Elías. Justino Mártir habló del alma que habita cuerpos sucesivos y Lactancio sostuvo que                       la idea de la inmortalidad del alma implicaba su pre-existencia. San Agustín se preguntaba:                   ¿No he vivido en otro cuerpo antes de entrar en el útero de mi madre? De tal forma que el               concepto original del cristianismo era el de la existencia de un alma que ocupaba  una y                         otra vez un cuerpo material, y no el de una existencia espiritual eterna precedida de                               una sola vida material.
   En Oriente, la antigua religión animista pre-budista del sintoísmo que se practicaba en el                 Japón, mucho antes del siglo VI de la era actual, incluía la inmortalidad del espíritu y la                                 reencarnación.
   En China, la creencia en la supervivencia del espíritu estuvo presente desde muy atrás en                      la historia, pues en la doctrina mística del Taoísmo, a través de los libros de Lao-Tsé, se                enseñaba la reencarnación; “entrar en la vida es ir hacia la muerte” decía.
   Asimismo en la obra de Chuang Tsé que  data del siglo IV a.n.e., se afirma que la muerte es                     el principio de una nueva vida y, algunas sectas como la del Mao, utilizaban médiums para               contactar con los espíritus superiores, especialmente a través de la escritura automática.

   Si miramos hacia América, vemos que prácticamente todas las religiones indígenas concedían              un lugar preponderante a los espíritus y creían en la reencarnación; algunas tribus colocaban                   los cuerpos de los niños fallecidos al lado de los caminos para que sus almas encontraran             cuerpos  nuevos entre las mujeres embarazadas que pasaran por allí.

    Existe un libro de los Muertos maya tal como existe uno tibetano y otro egipcio.

   Las ideas de los Aztecas coincidían con las de los Mayas y los Incas en el Perú, que                    también  creían en la reencarnación  y en la inmortalidad del espíritu.

   En el continente  africano, la mayoría de sus pueblos creen en la reencarnación y afirman que                 el mundo de los muertos es un lugar de tránsito y que el difunto regresa a la tierra para iniciar                   un nuevo ciclo vital.

   La ciencia moderna confirma todo ello, aunque fue a mediados del siglo IXX cuando Allan               Kardec dio a conocer su obra, que reafirma los conceptos esenciales emitidos por los    más                       destacados hombres de todos los pueblos desde los confines del tiempo, dando origen al                             Espiritismo.
    Es sobre todo en los últimos 15 a 20 años, con la investigación de lo que sucede en la                  “muerte clínica” que la teoría de la supervivencia del espíritu y en consecuencia de la             reencarnación, ha despertado un inmenso interés en el mundo occidental, ya que los             investigadores de las experiencias de personas resucitadas después de estar clínicamente             muertas, han acumulado datos fascinantes que ponen de acuerdo las conjeturas de los                   antiguos y la evidencia médica moderna.

   Asimismo, las actuales técnicas de hipnosis le han revelado al hombre encarnado que la vida                    después de la muerte, es sinónimo de vida antes del nacimiento, y es así que las técnicas            modernas permiten comprobar la doctrina de la supervivencia del espíritu y de la reencarnación.
   En síntesis, podemos afirmar que de manera constante existió siempre la certeza de que los         llamados muertos, ¡no estaban tan muertos!

   Nunca se sabrá a ciencia cierta si fue una “casualidad” del destino que el Sr. Gallup,                  presidente de una de las empresas más importantes del mundo, sufriera una experiencia                              próxima de la muerte y decidiera cuantificar estadísticamente los casos semejantes acaecidos                        en  América, así como las creencias de la gente acerca de su destino final.

   Resulta que sólo en los Estados Unidos hay registradas más de ocho millones de  muertes no                  consumadas y se especula con que, a lo largo y ancho del planeta, los “resucitados” sumen                    más de cien millones.
Son datos a tener en cuenta.

   Por lo que se refiere a la reencarnación, el estudio sorprende al establecer que el 28% de                     los que se declaran católicos creen en ella.
   Los números coinciden básicamente con otra encuesta semejante realizada en Inglaterra.
  
  Como hemos visto anteriormente el fenómeno de la transmigración de las almas fue doctrina            común en los primeros siglos del cristianismo.

   SAN JERÓNIMO citaba: “La Transmigración de las almas es enseñada secretamente a  un                        reducido número desde los tiempos más antiguos como una verdad a no revelar”

   SAN AGUSTÍN envía a SAN JERÓNIMO una carta a propósito de ciertos niños con defectos                   y  dice: ”No pudiendo Dios crear más que el bien, es muy posible que estos niños hayan                  adquirido sus defectos en una vida anterior”.

   ORÍGENES comentaba: “En cuanto a porqué el alma humana obedece tanto al bien como al               mal, hay que buscar las causas en un nacimiento anterior”.

  CLEMENTE DE ALEJANDRÍA decía: “La reencarnación es una verdad transmitida oralmente                      y   autorizada por San Pablo”.

  Otros muchos nombres podrían citarse: San Justino, San Hilario de Poitiers, Sinesio,                      Pussino, San Buenaventura, etc.

   ¿Por qué, entonces, ha desaparecido de los catecismos e incluso es condenada desde                        los  púlpitos?
   Habría que remontarse al año 553, en el que el devaluado concilio de Constantinopla  reúne                      a una minoría de Padres de la Iglesia, quienes, presionados por el emperador  JUSTINIANO,                      poco favorable a ORÍGENES, deciden suprimir a la doctrina de la reencarnación de las              enseñanzas de la Iglesia, restringiéndola a los círculos íntimos  del poder  eclesiástico.
   ¿La razón? Posiblemente por vitar que los fieles pospusieran a vidas futuras el inicio de sus         esfuerzos para lograr la salvación.

   Dios creó y crea, a los Espíritus, simples e ignorantes, es decir, con igual aptitud para el bien                     y para el mal.
   El destino de todos es la perfección espiritual y para alcanzarla deben pasar por experiencias                     y adquirir conocimientos, fortaleciéndose en el ejercicio del bien y desarrollando en sí mismos                   el amor sublime.
   La vida en la materia favorece el perfeccionamiento del espíritu. Al tomar un cuerpo, es decir,                  al encarnar, los espíritus son sometidos a situaciones y pruebas necesarias para su              adelantamiento moral. Cuando fallan y no alcanzan los objetivos propuestos en una                  determinada encarnación vuelven a sufrir las vicisitudes de la vida corporal, reencarnando para                    una nueva tarea expiatoria.
   La vida de cada espíritu en la materia, posibilita además, la colaboración con la obra divina en                   el mundo en que habita, la Tierra.

   Los procesos de encarnación, varían de un caso a otro, a pesar de obedecer los principios                       generales establecidos por las leyes divinas.

   No encarnamos y reencarnamos solamente en el planeta tierra; no, vivimos (las              reencarnaciones) en diferentes mundos.

   Las que aquí pasamos no son las primeras ni las últimas; son, sin embargo, de las más              materiales y de las más distantes a la perfección.

   La unión del alma al cuerpo es planeada previamente y tiene como principal determinante                     las pruebas o expiaciones por las que el espíritu deberá pasar, con el objetivo de su redención.

      El espíritu que va a encarnar podrá cooperar o trabajar activamente en esa planificación.
   De acuerdo con el grado evolutivo en que se encuentra, el espíritu podrá facilitar o dificultar                     el proceso para volver a nacer. Por eso los espíritus rebeldes o indiferentes tienen su                 encarnación por completo a cargo de los espíritus superiores, que eligen las condiciones bajo                 las cuales deberán volver a nacer y las experiencias a las que deberán someterse.

   La mayoría de los que retornan a la existencia corporal en la esfera del globo, son                magnetizados por los benefactores espirituales, que organizan para ellos nuevas tareas              redentoras.
   Muchos encarnan en estado de inconsciencia.
   Los procesos de la reencarnación son operaciones graduales:
   “Se inician con la concepción y se completan con el nacimiento.”

   La unión del alma con el cuerpo se efectúa por medio del periespíritu (envoltorio fluídico)                     que servirá para conexionar el espíritu y la materia.
   Mediante un mecanismo complejo el periespíritu es reducido, condensado y se asimila a las                       moléculas materiales del cuerpo en formación, ajustándose progresivamente a su desarrollo.

   Al nacer las reminiscencias del pasado pueden manifestarse con tendencias instintivas,               simpatías inexplicables y súbitas, bajo la forma de recuerdos e impresiones.
   Incontables personas se han sorprendido frente a los recuerdos de las vidas pasadas, en                       los que se sumergían inconscientemente, sufriendo en las evocaciones los estados                   característicos de los personajes que antes animaron. Es así, que muchos han sido víctimas                   de variados órdenes, perturbándose, sin conseguir establecer los límites entre los hechos de                  una y otra existencia: la del pasado que retorna vigorosa y la del presente, que se va                  sometiendo al impositivo de la otra.

   En la vida infantil, debido a que el espíritu aún se encuentra en el proceso de fijación total en                 las células, apropiándose del campo somático, poco a poco surgen, frecuentemente en los                          diversos ámbitos del Arte, de la Filosofía, de la Ciencia y de la Religión, los que exteriorizan                        sorprendente precocidad, revelando conocimientos superiores a los del tiempo en  que  viven o                     recordando las enseñanzas aprendidas anteriormente.

   La memoria del aprendizaje y de los hechos no se pierden nunca, puesto que ésta no es            patrimonio de las células cerebrales, que las traducen, estando incorporada al periespíritu,                    quien la fija, acumulando las experiencias de las múltiples existencias, mediante las cuales                        el Espíritu evoluciona, en las diversas fajas que le son necesarias.

   El gran filósofo griego PLATÓN decía: ”APRENDER ES LO MÍSMO QUE RECORDAR”

   La Ley del olvido se aplica al reencarnante, ya que en su vida de relación el hombre tendrá                        que convivir con antiguos adversarios, con el objetivo de la reconciliación. Si los reconociese                      encontraría dificultades para establecer los vínculos afectivos necesarios al entendimiento                 mutuo. En la calidad de ofensor podría sentirse humillado y en calidad de ofendido afligido o                        encolerizado.

   Por otro lado, el conocimiento de un pasado fastuoso podría avivar el orgullo humano,                  mientras que un pasado de miseria o de errores terribles podría  causar una innecesaria              humillación y tal vez, el remordimiento llegaría a paralizar todas las buenas iniciativas.

   Para que el hombre progrese espiritualmente y cumpla el programa de trabajo que asumió                      al volver a nacer al cuerpo físico, no es necesario el recuerdo de las experiencias anteriores,                     el espíritu recibe la advertencia, para no reincidir en el error, bajo la forma de intuiciones e                          impresiones provenientes de las lecciones del pasado, impresos en su conciencia, así como                     las buenas resoluciones que adoptó antes en otras vidas.

   Las tendencias instintivas, en algunos casos, el tipo de vicisitudes y pruebas que sufre,                  pueden también esclarecer al hombre acerca de su pasado y sobre la naturaleza de los                  esfuerzos que tiene que realizar para su evolución.

   La observación de sus malas inclinaciones y de las dificultades que atraviesa le permitirán                  saber que fue, qué hizo  y que necesitará hacer para corregirse.

La ley de los renacimientos explica y completa el principio de la inmortalidad.

No se puede evolucionar en una sola existencia para llegar a la perfección.

¿Por qué para unos la fortuna, la dicha constante, la salud, la belleza, la fuerza, la inteligencia y               para otros la miseria, el mal inevitable, las enfermedades, la fealdad, la debilidad, la torpeza?

Unos mueren jóvenes, de pocos días, otros duran cerca del siglo.

¿De dónde vienen los jóvenes prodigios?, los músicos, los pintores, los poetas, todos los que             desde la más tierna edad, muestran disposiciones para las artes y las ciencias.

   Hubo niños que fueron capaces de expresarse correctamente en diversos idiomas desde los               dos años de edad, sin haberlos aprendido. Otros revelaron una inclinación musical,                  componiendo e interpretando piezas clásicas antes de que pudiesen sostener un violín, o                disponer de movilidad para una octava en el teclado del piano.

Escultores deslumbraron a sus maestros en plena edad infantil.

   Así también, matemáticos, astrónomos y físicos modernos, evocan de la última                       reencarnación cuanto aprendieron y ahora retornan para ampliar, aún más, sus adquisiciones               para ser aplicadas al servicio de la Humanidad.

   Si la vida individual empieza solamente con el nacimiento terrestre, según los materialistas.                    Si no se ha existido anteriormente, no se podría explicar…

    Como Mozart que a los 4 años ejecutaba el piano y compuso una sonata y a los 8 años                       una  opera.

   Paganini que en su infancia tocaba el violín maravillosamente.

   Litz, Beethoven y Rubinstein a los 10 años se hacían aplaudir en las salas de conciertos.

   Miguel Angel, que se reveló en un momento, de improviso, con un talento fascinante.

   Pascal, que a los 12 años descubrió la “geometría plana”.

   Rembrandt, antes de saber leer dibujaba como un gran maestro.

   Ericson (ingeniero), que  a los 12 años era inspector del Gran Marítimo de Suez y tenía a                       su cargo, bajo sus ordenes, a más de 600 obreros.

    Las desigualdades son los diferentes grados de evolución:

    El destino del ser no es más que el desenvolvimiento, a través de las edades de la                             larga serie de “causas y efectos” engendrados por sus actos.

  Nada se pierde, se acumula el bien y el mal, y germinan en nosotros.

  Sólo la reparación puede llegar a suprimirlos.

  Unos y otros formamos un encadenamiento de bienes y de males, que en su conjunto                compondrá la trama de nuestro destino.

   Las almas irán evolucionando por medio de innumerables encarnaciones. Aquí juega un                    papel importante el “libre albedrio”, que DIOS nos concedió cuando nos creó.

    De este modo, con el encadenamiento de nuestras etapas terrestres se prosigue y se                   completa la obra grandiosa de nuestra evolución a través de la educación y la                              edificación de la personalidad. 

    Sufrir todas las pruebas de la riqueza, pobreza, aprender a obedecer, a mandar,                      comprender las privaciones, adquirir la paciencia.

  No existe pues la fatalidad, el hombre es el que teje, día a día, desde su nacimiento hasta su                   muerte, la red de su destino.

La ley de la justicia no castiga, ni recompensa.

  Asociar nuestros actos al PLAN DIVINO, obrar en concierto con la naturaleza, en el sentido                       de la armonía, y para el bien de todos, es preparar nuestra elevación, nuestra felicidad.

Actuar al contrario sería retrasarnos y encadenarnos a mundos inferiores.

El presente sólo explica el pasado.

  En numerosas ocasiones perdemos la perspectiva estudiando las cosas de forma aislada.                     Sin embargo, cuando un acontecimiento histórico es comparado con otro de similares            características y de repente se revelan extraordinarias e inauditas coincidencias, la sombra                       de la duda comienza a planear respecto de cómo se está escribiendo el guión de la                          historia de la Humanidad.

    El cúmulo de insólitas coincidencias que rodea los asesinatos de dos de los presidentes más       populares de la historia de los Estados Unidos: Abraham Lincoln y John Fitzgerald Kennedy es                     sencillamente asombroso.

    Qué misterio indescifrable encierra este anormal paralelismo de hechos y                          acontecimientos. No lo sabemos, pero hay algo claro como decía Albert Einstein: “Dios no                    juega a los dados con el mundo”.

   Porque lo que a continuación pasamos a detallar no puede tratarse de ninguna manera                          de simples coincidencias, juzgue usted mismo.
  1. Abraham Lincoln fue elegido por vez primera para el Congreso en 1846 y John F.                   Kennedy exactamente cien años después.
  2. Lincoln fue elegido como 16º presidente de los Estados Unidos el 6 de Noviembre de                   1860, Kennedy fue elegido 35º presidente el 8 Noviembre de 1960.
   3. John Wilkes Booth el asesino de Abraham Lincoln  nació en 1839 mientras que Lee                       Harvey Oswald asesino material del presidente Kennedy nació en 1939. Ambos personajes                   eran nativos del Sur.

4. El mismo día en que fue asesinado Lincoln éste comentó a uno de sus íntimos Willam H.                Crook: “Creo que hay hombres que quieren matarme…Y no hay duda de que lo harán…Si han                 de hacerlo será imposible evitarlo”. Y horas antes de su trágica muerte Kennedy comentó con                  su esposa Jacqueline y a uno de sus consejeros personales, Ken O´donell:  “Si alguien                 estuviera  resuelto a matar al presidente de los Estados Unidos  no le seria difícil. Todo lo que               tiene que hacer es subir un día a un edificio alto con un rifle telescópico: nadie podrá evitarlo”.

5.Ambos asesinatos ocurrieron en viernes.

6. Las muertes de ambos mandatarios fueron presenciadas por sus esposas.

7. Los dos murieron de un balazo en la cabeza que les dispararon por la espalda.

8. Booth cometió un magnicidio en un teatro y se refugió en un almacén. Mientras que                       Oswald disparó contra Kennedy desde la ventana de un almacén y se ocultó en un teatro.

9. El secretario de Lincoln apellidado Kennedy aconsejó a éste con reiteración que no                      acudiera al teatro Ford, mientras que el secretario de Kennedy apellidado Lincoln desaconsejó                   a éste el viaje a Dallas.

10. Lincoln fue asesinado en el teatro Ford Kennedy, Kennedy lo fue en un automóvil de la                    Ford Motor Company, un Lincoln.

11. Los sucesores de ambos presidentes se apellidaban Jonhson.

12. Ambos políticos representaban a los demócratas del Sur.

13. En ambos casos los sucesores también habían sido miembros del Senado.

14. El sucesor de Lincoln,  Andrew Johnson, nació en 1808 y el de Kennedy, Lindon Johnson,                   en 1908. Ambos sureños.

15. Tras su detención ambos asesinos fueron muertos en extrañas circunstancias sin haber               podido ser juzgados.
  1. Se sospecha con bastante fundamento que tanto Booth como Oswald tuvieron                     cómplices cuyos nombres nunca salieron a la luz ya que en ambos casos surgieron                           espontáneos vengadores que los mataron antes de ser juzgados.
  1. Los apellidos Lincoln y Kennedy constan de siete letras.
18. Los nombres de sus respectivos sucesores Andrew Johnson y Lindon Johnson                             constan respectivamente de trece letras.
  1. Los nombres de los criminales John Wilkes Booth y Lee Harvey Oswald poseían cada                   uno quince letras.
  1. Tanto Lincoln como Kennedy eran fervientes defensores de los derechos civiles.
  1. Las esposas de ambos presidentes perdieron un hijo mientras residían en la Casa Blanca.
  1. El hijo de Lincoln y el hermano de Kennedy se llamaban respectivamente Robert.
  1. Tras la muerte de Lincoln su hijo quemó una serie de cartas y documentos de su padre                        justificando esta acción con las siguientes palabras: “No conduce a nada su                    publicación…   Concierne a un hombre que desempeñó cierto papel en la muerte de                       mi  padre…un miembro de la Administración…”
  Tras la muerte de Kennedy su hermano muerto más tarde en extrañas circunstancias procedió                     de forma similar.
    ¿Cómo es posible que se repitan, justo cien años después, ya no sólo hechos idénticos,  sino                    incluso fechas y nombres de los protagonistas?

   Los asesinos de Lincoln y Kennedy, están plagados de asombrosas coincidencias y                    similitudes que no pueden explicarse de modo alguno.

   Naturalmente, una filosofía espiritualista y comportamental como el Espiritísmo, no podía                    dejar de considerar la idea reencarnacionista, como respuesta cabal a tanta incógnita relativa                    al hombre, su origen y sus destino. Tal es así, que en los 5 puntos básicos en los que se                              sustenta la Doctrina de los Espíritus la considera.  A saber: LA CREENCIA EN DIOS-EN LA                INMORTALIDAD DEL ALMA-EN LA COMUNICABILIDAD DE LOS ESPÍRITUS-EN LA        REENCARNACIÓN O VIDAS SUCESIVAS-EN LA PLURALIDAD DE MUNDOS HABITADOS.

    KARDEC, con mucha propiedad, en EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, Cap. IV preg. 66,                      indaga: ”Si no alcanzó la perfección durante la  vida corpórea, ¿por qué medios el espíritu                alcanza la depuración?  “Sometiéndose a la prueba de una nueva existencia”. Contestaron                        los Espíritus Superiores.

   Y en la pregunta 171, consulta ¿En qué se fundamenta la ley de la reencarnación?  “En la                justicia de DIOS y en la revelación. El buen Padre deja abierta una puerta para el                arrepentimiento, ¿no os indica la razón que sería injusto privar para siempre de la felicidad                  eterna a aquellos a los cuales no se les dieron todas las oportunidades para mejorarse?, ¿no                  son hijos de DIOS todos los hombres? Sólo entre los egoístas son comunes la iniquidad, el odio                   implacable y los castigos eternos”.

     Y en la pregunta 392 -inquiere: ¿Por qué el espíritu encarnado pierde el recuerdo del                        pasado? – “El hombre no puede ni debe saberlo todo, Dios lo quiere así en su sabiduría. Sin                      el velo que le cubre ciertas cosas, quedaría deslumbrado, como aquel que pasa, sin transición,                de  la oscuridad a la luz, por el olvido del pasado, es más él mismo”.

    El transitorio olvido del pasado facilita las reencarnaciones, brindando unas posibilidades                  más  amplias al entendimiento y a la cordialidad. Si el espíritu recordara los motivos de la                antipatía o del amor, se vincularía solamente a los seres simpáticos, apartándose de aquellos                  por quienes se sintió perjudicado, complicando indefinidamente la liberación  de las causas              infelices del  fracaso.

    De este modo, el hijo rebelde retorna en la condición de padre, la esposa ultrajada vuelve                    como madre abnegada, el criminal odioso reinicia la marcha al lado de la antigua victima,  el                        infractor de la existencia física, el suicida, reencarna con las limitaciones que ocasionó  el  acto                del suicidio mediante el atentado perpetrado contra su organización somática. Su mal aplicada                    decisión redunda en idiotez irreversible y la impiedad, el ultraje, el abuso de cualquier                    naturaleza construyen el suplicio de la miseria física o moral, como medida educadora que                          necesita el defraudador.

   Merece considerar aún, que en cada día surgen oportunidades nuevas que facultan al hombre                a hacer y rehacer, perfeccionándose sin cesar, olvidando el mal y adicionando el bien a   las                        propias adquisiciones con que se prepara para la liberación íntima e intransferible. Por eso la                     , actual oportunidad es para cada uno que se encuentra en la labor de la carne, una bendición                    de realce que no puede ser desperdiciada sin consecuencias lamentables, y que sólo  más tarde                   comprenderá en toda su complejidad.

   Sea cual fuese  la situación en que te encuentres, agradece a Dios la actual coyuntura                expiatoria o de prueba, utilizando el tiempo con sabiduría y discernimiento, con el fin de                    construir el futuro, si es que el presente se te figura aflictivo o doloroso.

   Lo que hoy posees viene del ayer, pudiendo edificar para el mañana a través del uso que                 hagas de las facultades a tu alcance.

   Cualquier cuerpo, aunque esté mutilado o limitado, señalado por enfermedades terribles                         y  rigurosas, constituye una concesión superior que a todos corresponde cuidar y cultivar,            ampliando recursos y atesorando adquisiciones, mediante los cuales podrá planear más tarde                      en las Regiones Felices, libre de los retornos dolorosos y reencarnaciones difíciles.

                                                                       


                                 LOS  GOBERNANTES

                ( Frase de Chico Xavier )

" La omisión de  quien puede ayudar al pueblo pero no lo hace, es comparable a un crimen que se hace contra la comunidad entera. He visto muchos espíritus que fueron hombres públicos en la Tierra, en una lamentable situación en la vida espiritual".
                                                                                     - Chico Xavier -

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