INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Qué es la Doctrina Espírita o Espiritismo
2.- Violencia y Perdón
3.- ¿ Cómo hay Espíritus que eligen pasar una vida difícil o dolorosa?
4.- La crisis de la Muerte.- Tercer caso.
5.- Angustia, conciencia y reencarnación
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¿QUÉ ES LA DOCTRINA ESPÍRITA O ESPIRITISMO ?
Es el conjunto de principio revelados por los Espítitus Superiores, contenidos en las obras de Allan KArdec, que constituyen la Codificación Espírita: El Libro de los Espíritus, El Libro de los Médiums, El Evangelio según el Espiritismo, El Cielo y el Infierno, y La Génesis.
"El Espiritismo es una ciencia que trata de la naturaleza, el origen y el destino de los Espíritus, así como de sus relaciones con el mundo corporal". ( Allan Kardec)
"El Espiritismo realiza lo que Jesús dijo acerca del Consolador prometido: conocimiento de las cosas que hace que el hombre sepa de dónde viene, a dónde va y por qué está en la Tierra; recuerdo de los verdaderos principios de la ley de Dios y consuelo por la fe y la esperanza. ( Allan Kardec)
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VIOLENCIA Y PERDÓN
Cartas a sus familiares, del Espíritu José Eduardo Jorge, psicografiadas por Francisco Cándido Xavier, con notas e identificaciones que comprueban el contenido de las dos comunicaciones.
Mientras que la familia Jorge, de Riberao Preto SP Brasil, ultimaba los preparativos para la fiesta de Fin de Año 1979 y la entrada en el 1980, nadie podría esperar que en aquella noche de tanta alegría, el joven Jose Eduardo partiera para el Más Allá, víctima de la agresión de un grupo de asaltantes.
Año nuevo, vida nueva....
Sí, tres meses después del desdichado acontecimiento, él regresó a través de la psicografía de Chico Xavier, consolando y esclareciendo a su familia, mostrándose recuperado de la inesperada desencarnación y tranquilo en su nueva vida, la Vida Espiritual.
A lo largo de sus mensajes, se intuye fácilmente que la tranquilidad manifestada es el reflejo perfecto del entendimiento y aceptación de las Leyes Divinas, cuando él afirma: "Si pasé por la prueba que me retiró del cuerpo, eso fue una señal de que la Providencia Divina me concedió la oportunidad de sanear mis cuentas pagando mis débitos", y conscientemente también de la elevada comprensión ante la agresividad de sus verdugos, perdonándolos incondicionalmente al decir:
"Dios habrá de amparar a los hermanos que me impusieron la pérdida del cuerpo material, así como nos viene amparando a todos nosotros"
PRIMERA CARTA:
" Querida madre Lourdes, me agrego a su corazón querido con el de papá Nagib en este instante en que les dirijo esta ligera carta.
Les pido que me ayuden a olvidar lo que pasó. Somos cristianos y personas de fe en Dios. Si pasé por la prueba que me retiró del cuerpo, eso es señal de que la Providencia Divina me concedió la oportunidad de saldar mis débitos referentes al caso en que me vi envuelto.
Cuando dejé a mi hermano Nagib Jorge Filho esperándome, mientras acompañaba a una joven que dijo estar en dificultades para socorrer a su madre, supuestamente hospitalizada, lejos estaba de imaginar que yo iba dirigido a la prueba, y por la influencia de hermanos infelices, perdí el cuerpo en un asalto que no deseo recordar.
Crea Mamá, que yo estaba pensando en el Año Nuevo y en el bien que se debe hacer a los que luchan más que nosotros mismos. Esas ideas fueron para mí, iguales a las plegarias que me libraron del miedo y de la angustia. No sentí ningún dolor. Solo se que desperté en el regazo de la abuela Rosa, que me hablaba de Jesús. Al comienzo tuve el impulso de quejarme, pero ella me pidió que recordase a Jesús, el Cristo de Dios. ¿Qué habría hecho él, Nuestro Señor, para ser asaltado públicamente, apedreado y llevado a la Cruz?. Esos generosos recuerdos hicieron que recordara sus propias enseñanzas, cuando usted nos ayudaba a pronunciar de rodillas el nombre de Dios. Entonces, en vez de amargura y resentimiento, me compadecí de los hermanos, que ciertamente, fueron constreñidos por la necesidad de atacar a sus semejantes y agradecí a Dios por haber nacido en una casa en la que nuestra mesa fue abundante, y en la que el cariño de los padres era contantemente utilizado en beneficios a nuestro favor.
Pido a papá Nagib que piense de ese modo, a fin de que la paz se haga en todos. Tengo a los hermanos aguardando el futuro y no deseo que ellos vayan a recordar mi ausencia con algún sello de crueldad por nuestra parte. Dios ha d amparar a los hermanos que me impusieron la pérdida del cuerpo, al igual que nos viene amparando a todos nosotros. Roguemos, Mamá, al Cielo, para que no haya crimen en el mundo, en nombre de necesidades que no deberían existir.
Gracias a Dios estoy tranquilo y pido a los Mensajeros de Bien que socorran a los compañeros que estaban fuera de sí mismos, cuando no consiguieron preservar mi existencia. Todo obedece a las Leyes de Dios, que nos piden amor y auxilio de los unos para con los otros.
Queridos padres, bendíganme y guarden, con mis hermanos, el corazón agradecido del hijo que tanto les debe y que nunca les olvidará. " - José Eduardo Jorge-
SEGUNDA CARTA :
" Querida Mamá, estoy uniéndola a Papá en pensamiento, para un abrazo con mi pedido de bendición. lo que quedó de la aventura del Año Nuevo, es nuestra conciencia tranquila para con Dios. Estamos con esas deudas canceladas. Si fui víctima de hermanos infelices, que me sitiaron con revólveres, y si la jovencita a quien ofrecí mi ayuda en el automóvil, creyendo que le ofrecía una alegría en la víspera de Año Nuevo, me liquidó el cuerpo, después de descender y reunirse al grupo de los hermanos que la esperaban, eso quiere decir que mi deuda habrá sido ante alguna hermana nuestra, en el pasado, sobre la cual no tengo aún suficiente memoria para profundizar en el tiempo.
Estoy satisfecho. La tristeza pasaría a habitar con nosotros si fuésemos aquellos compañeros acreedores de nuestras oraciones. A propósito, agradezco sus oraciones a favor de los hermanos para quienes, de mi parte, pido también protección a Jesús. Estamos contentos.
Venimos, la abuela Azora, la abuela Rosa, y el tío Bocha, en una caravana de paz que, aprendiendo con nuestros Benefactores lo que se debe hacer para siempre hagamos el bien, y por eso, no hay motivos para lágrimas.
Pido que le digan a Nagib, a Eloísa Helena y a Antonio Francisco, que no los olvido, y que formulo votos por la felicidad y paz de todos.
Madrecita Lourdes, informo a nuestra querida Ivonne que el tío Crispín vino también con nosotros y les deja muchos grandes abrazos de nostalgia y añoranza.
Todo sigue bien, porque con la bondad de Dios queremos solamente el bien.
Querida Madre Lourdes, con mi Padre y con todos en casa, les pido que reconozcan el corazón agradecido de su hijo, siempre más suyo ante Dios."- José Eduardo Jorge-
Aclaraciones e identificaciones:
1,. La primera carta es Psicografía de Francisco Cándido Xavier, el 5-4-80 en reunión pública en Uberaba.
2.-Mamá y Papá: Maria de Lourdes Benetti Jorge y Nagib Jorge
3.-"Dejé a Nagib".- Se refiere a su hermano Nagib Jorge Filho
4.-Abuela Rosa.- Rosa Zapparoli Benetti, abuela materna, fallecida en 1934
5.-Jose Eduardo Jorge.- Muerto en 1979 a los 22 años. Alegre y comunicativo, estudiante que había aprobado la Tercera Serie en la Facultad de Ingeniería de Barreiros (Brasil)
6.- La segunda carta es igualmente psicografía de Chico -Xavier, el 24-10-80 en Uberaba.
7.- Abuela Azora,. Azora Jorge, abuela paterna, fallecida en 1961
8.- Eloísa Helena y Antonio Francisco, hermanos.
9.- Ivonne.- Ivonne Benetti Tavares, tía materna, casada con Juan Crispín Tavares, fallecido antes del año 1970
( Tomado del Anuario Espírita del año 2016)
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Lo que humanamente pueden ser circunstancias lamentables tal como
la miseria, el hambre, las guerras, las deficiencias psíquicas, las
enfermedades, etc., desde un punto de vista espiritual pueden ser lecciones
altamente beneficiosas para conquistar lo que el Ser espiritual precisamente necesita para
avanzar en su evolución.
A veces esta clase de existencias humanas las decide el propio Ser reencarnante cuando siente la inclinación o la necesidad, aconsejado y esclarecido por sus Guías Espirituales; en este caso sus miras son solamente las del éxito espiritual en esa vida, en cuanto al logro y consecución de unas metas de progreso evolutivo, dando un impulso a su propia mejora, porque la forma de ver las cosas desde el Plano Astral, es muy diferente a como después se ven aquí como Seres humanos. Lo que bajo un prisma humano común, es una vida lamentable, desde un punto de vista espiritual, puede suponer una existencia muy provechosa y deseada por Espíritus con ansias de evolución, pues aunque se trate de una vida humana difícil o dura, siempre es una experiencia efímera comparada con la eterna vida del Ser espiritual.
Otras veces lo decide así, empujado por la Ley de Causa y Efecto, que le impulsa a experimentar esa clase de vida como compensación de otra anterior, tal vez muy diferente.
Según el nivel evolutivo del Ser reencarnante, la decisión de soportar una vida humana difícil a veces la puede tomar libremente y otras puede ser inducido a ello por necesidades de reajuste por la Ley de Consecuencias, cuando en el plano Espiritual se dan cuenta de que les falta algo que les impide seguir evolucionando y poder tener una mayor cuota de felicidad , y mientras no vuelva a reencarnar en esa circunstancia triste, pero, compensatoria o complementaria de una vida anterior, no tendrá la oportunidad de lograrlo. Y es que para alcanzar un bien por el valor que tiene el esfuerzo y el dolor, es necesario aceptar las pruebas necesarias para conseguirlo, tal como alcanza la medalla de oro el atleta que se esfuerza y sufre en una dura prueba deportiva.
- Jose Luis Martín-
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LA CRISIS DE LA MUERTE
TERCER CASO
Reproduzco un último caso de fecha antigua, extraido del libro del Dr. Wolf: Satrling Facts in Moderm Spiritualism (Pg. 388). Jim Nolam, el “Espíritu-guía” del célebre medium Sr. Hollis, que dijo y demostró haber sido soldado en la Guerra de Secesión y haber muerto de tifus en un hospital militar, responde, como sigue, a las preguntas de un investigador:
P- ¿Qué impresión tuviste de tu primera entrada en el mundo espiritual?
R- Me pareció que despertaba de un sueño, estaba un poco aturdido, ya no me sentía enfermo y eso me extrañaba enormemente. Tenía la vaga sospecha de que algo raro pasaba, pero no sabía definir de qué se trataba. Mi cuerpo se encontraba tendido en el lecho de campaña y yo lo veía. Decía de mí para mí:
“¡Qué extraño fenómeno!”- Miré alrededor, y vi a tres de mis camaradas, muertos en las trincheras en Vicksburg, y, que yo mismo había enterrado. ¡Sin embargo allí estaban en mi presencia! Miraban sonriendo. Entonces uno de los tres me saludó diciendo:
-Buenos días, Jim; ¿también tú eres de los nuestros?
-¿Soy de los vuestros? ¿Qué quieres decir?
-Pues que te encuentras aquí con nosotros, en el mundo de los Espíritus. ¿No te diste cuenta de eso? Es un lugar donde se está bien.
Estas palabras eran muy fuertes para mí. Fui presa de violenta emoción y exclamé:
“¡Dios mío! ¿Qué dices? ¿Estoy muerto?”
- No; estás más vivo que nunca Jim; porque te encuentras en el mundo de los Espíritus. Para convencerte no tienes más que mirar tu cuerpo.
En efecto, mi cuerpo yacía inanimado, delante de mí, sobre la tarima, ¿Cómo, pues, podía negar el hecho?
Poco después llegaron dos hombres que colocaron mi cadáver en una plancha de madera y lo transportaron hasta un carro, allí lo metieron, subieron a él y se fueron. Acompañé el carro, que se paró al borde de una fosa, donde mi cadáver fue enterrado y abandonado. Yo fui el único asistente a mi entierro.
P- ¿Cuáles fueron las sensaciones que experimentaste en la crisis de la muerte?
R- Las que se experimentan cuando el sueño te domina, pero acordándote de algunas ideas que hubieses tenido antes. La gente normalmente no recuerda el momento exacto en que se abandonó al sueño. Eso pasa también cuando acontece la muerte. Pero, un poco antes de la crisis fatal, mi mente se volvió muy activa; me acordé súbitamente de todos los acontecimientos de mi vida; vi y oí todo lo que había hecho, dicho, pensado, todas las cosas a las que estuviera asociado, me acordé de los juegos y de las bromas del campo militar; los disfruté como de cuando ellos participaba.
P- ¿Cuéntanos cómo fueron tus primeras impresiones en el mundo espiritual?
R- Os decía que mis buenos amigos soldados ya no me abandonaron, desde que desencarné hasta que hice mi entrada en el mundo espiritual; aquí tenía yo abuelos, hermanos y hermanas, que, sin embargo, no vinieron a recibirme. Al entrar en el mundo espiritual me parecía caminar sobre un terreno sólido y vi que a mi encuentro venía una vieja, que me dirigió la palabra así: - “Jim, ¿entonces viniste para donde estábamos?”- La miré atentamente y exclamé: “Oh abuelita, ¿eres tú?”- “Soy yo misma, querido Jim. Ven conmigo.”- Y me llevó lejos de allí, a su morada. Al llegar a ella me dijo que era necesario que reposase y durmiese. Me acosté y dormí largamente...
P- ¿La morada de la que hablas tenía el aspecto de una casa?
R- Por supuesto. En el mundo de los Espíritus hay la fuerza del pensamiento, por medio de la cual se pueden crear todas las comodidades deseables.
Esta última información que, en el caso de que tratamos se remonta a setenta años atrás, no es más que uno de los detalles fundamentales en cuyo aspecto todos los Espíritus están de acuerdo; es también la llave maestra que permite explicar, resolver, justificar todas las informaciones y descripciones aparentemente absurdas, increíbles, ridículas, dadas por los Espíritus que se comunican, a propósito de la vida espiritual. En otras obras que he publicado ya me extendí largamente sobre este tema tan importante; me limitaré, en esta, a tocarlo solo en la medida de lo estrictamente necesario.
La gran verdad, que nos fue revelada por los Espíritus, permite resolver una inmensidad de cuestiones teóricas y oscuras, determinadas por los informes que han dado las entidades mediúmnicas acerca del medio espiritual, las formas que revisten los Espíritus, las modalidades de sus existencias; todas las informaciones constituyen una réplica exacta, aunque espiritualizada, del medio terrestre, de la humanidad, de las variedades de existencia en este mundo. Esa gran verdad que resuelve todos los enigmas teóricos y que se funda en el poder creador del pensamiento, es confirmada de modo impresionante por hechos que se desarrollan incluso en el medio terrestre. Se trata de lo siguiente: el pensamiento y la voluntad, también en la existencia encarnada, son susceptibles de crear y de objetivar las formas concretas de las cosas pensadas y deseadas, de igual manera que este fenómeno se desarrolla en el mundo espiritual, aunque en el medio terrestre esta creación no puede darse sin el intermedio de sensitivos especiales. Aludo a los fenómenos de “fotografías del pensamiento” o de “ideoplastia”, fenómenos maravillosos a los que consagré recientemente un largo estudio que demostraba su realidad incuestionable y su desarrollo prodigioso.
Vemos que, ya en el mundo de los vivos, el pensamiento y la voluntad manifiestan el poder de objetivarse y concretizarse en una forma más o menos substancial y permanente, aunque, en la existencia encarnada esto se produce sin objetivo y únicamente gracias al concurso de sensitivos con condiciones fisiológicas más o menos anormales, correspondiendo a estados más o menos avanzados de desencarnación parcial del espíritu (exteriorzación de la conciencia). Siendo así, podemos concluir que cuando la desencarnación del Espíritu no estuviese apenas en el inicio y no fuese transitoria, sino total y definitiva, solo entonces será cuando las facultades a las que nos referimos se manifestarán por completo y, ahí si, de modo normal, práctico y útil. Es precisamente esto lo que afirman las entidades mediúmnicas que se comunican. Cumple por tanto que se reconozca que las “revelaciones trascendentales”, concernientes a la modalidad de existencia espiritual confirman, a priori, como consecuencia del descubrimiento de que el pensamiento y la voluntad son fuerzas que poseen el poder maravilloso de modelar y organizar. Facultades que todavía no se muestran, sino de manera esporádica y sin objetivo, en el medio terrestre.
Dos palabras más en torno a otra circunstancia, la de que las entidades mediúmnicas afirmaron que esas condiciones de existencia espiritual son transitorias y tienen que ver, exclusivamente, con la esfera más próxima a la Tierra, esto es, con la que se destina a los Espíritus recién llegados.
Esta circunstancia no sirve solo para justificar enteramente aquellas condiciones de existencia; prueba también la razón de ser providencial de tales condiciones. Imagínense si no la sensación de desolación y de desorientación que experimentarían la mayor parte de los muertos si, después del instante de la muerte, se viesen bruscamente despojados de forma humana y lanzados a un medio espiritual esencialmente diferente de aquel donde formaron su individualidad, al cual, todavía se
sienten unidos por una delicada trama de sentimientos afectivos, de pasiones, de aspiraciones, que no podrían romperse de inmediato, sin llevarlos a la desesperación, y donde, sobre todo, se encuentra el medio doméstico que les es propio, constituido por un mundo de satisfacciones temporales, de todas clases, que contribuye a crear lo que se llama “la alegría de vivir”. Evaluando todo esto reconoceremos lo racional y providencial de un ciclo de existencia preparatoria entre la existencia encarnada y la de “puro Espíritu”, de manera a reconciliar la naturaleza demasiado terrestre del Espíritu desencarnado, con la naturaleza más trascendental de la existencia espiritual propiamente dicha.
El poder creador del pensamiento sería estupendo para obviar maravillosamente este inconveniente. El Espíritu, pensando en su forma humana, se encontraría de nuevo en forma humana; pensando en estar vestido, se encontraría con ropas, que, siendo tan etéreas como su nuevo cuerpo, le parecerían tan substanciales como los vestidos terrenos. Es así como el Espíritu encontraría nuevamente, en el mundo espiritual, un medio y una morada correspondientes a sus hábitos terrestres, morada que sería preparada por sus familiares, integrados antes que ellos a la existencia espiritual. Como se ha podido ver, en el caso que acabo de referir, es la abuela del difunto la encargada de conducir al nieto a la casa que lo había de recibir. A este respecto debemos constatar que, cuando el Espíritu “Jim Nolam cuenta haber visto una vieja que venía a su encuentro, fuera preciso sobreentender que la abuela revistiese temporalmente su antigua forma terrena para ser reconocida.
Debo pararme aquí; para no extenderme demasiado en los comentarios sobre este caso; los puntos oscuros que queden sin solución en las consideraciones precedentes serán retomados en lo sucesivo, a medida que los siguientes casos ofrezcan la ocasión.
Con relación al incidente de la “visión panorámica” que el Espíritu “Jim Nolam” relata, observaré que, esta vez, el fenómeno se desarrolló bajo la forma de “recapitulación de recuerdos”, en lugar de “visión panorámica” propiamente dicha. Esto podría explicarse desde el punto de vista psicológico estableciendo que el muerto, en vez de pertenecer, siguiendo el lenguaje de la Psicología, al “tipo visual”, pertenecía al “auditivo-mental”.
- Ernesto Bozzano -
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ANGUSTIA, CONCIENCIA Y REENCARNACIÓN
La palabra angustia proviene del latín angustia y significa estrechez, espacio reducido, carencia, Miedo vago o indeterminado, sin objeto real. Es un miedo intempestivo e invasor que nos asfixia (angere, en latín, significa apretar, estrangular) o sumergirnos.
En la filosofía existencialista, la palabra “angustia” tomó el significado de “inquietud metafísica” en medio de los tormentos personales del hombre. En el concepto sartreano, “es en la angustia que el hombre toma conciencia de su libertad (…) en la angustia de que la libertad está en su ser, poniéndose en cuestión”.
Los materialistas creen que el ser humano es un ser imperfecto, abierto e inacabado. Según Heidegger, “la angustia es una característica fundamental de la existencia humana. Cuando el hombre despierta a la conciencia de la vida, se da cuenta de que no tiene sentido ni propósito ”.
Alejándonos de este materialismo decrépito, entendemos que por el principio de la reencarnación las raíces intensas de la angustia a menudo se entrelazan en el transcurso de vidas pasadas, construidas sobre la culpa del Espíritu, que reconoce el error y el miedo a ser descubierto. Por tanto, es un estado mórbido que hay que combatir en su causalidad.
Por eso, el origen de la angustia depresiva tiene su apoyo en el periespíritu, y en rigor no tiene raíces de causa en la estructura carnal. El cuerpo físico solo refleja el estado de ánimo. El conflicto del paciente se remonta a causas pasadas, posiblemente remotas, con reverberaciones en el presente a través del psicosoma.
Certificamos que las muertes traumáticas prematuras (accidentes, suicidios, homicidios) en quienes tienen una gran reserva de fluido vital, imponen fuertes impresiones e impactos vibracionales en la compleja estructura psicosomática, formando un poderoso cliché mental en el espíritu al momento de la muerte.
En la siguiente reencarnación de este espíritu, el amortiguamiento biológico del cuerpo carnal puede no ser suficiente para neutralizar los traumas registrados, en forma de destellos, desde los últimos momentos de la vida anterior. Esta distonía vibratoria tiende a reaparecer, manteniendo la identidad cronológica entre reencarnaciones. Los destellos impresionan a las neuronas sensoriales del SNC (sistema nervioso central) y desencadenan síntomas psíquicos angustiantes a través de neurotransmisores cerebrales.
Obviamente, el uso de drogas puede establecer una armonía química en el cerebro, mejorando el estado de ánimo de dichos espíritus; sin embargo, simplemente se ocupan del efecto, ya que los medicamentos no curan la ansiedad depresiva en sus causas intrínsecas; solo restablecen el tránsito físico de los mensajes neuronales, mejorando el funcionamiento neuroquímico del SNC.
Si los médicos suelen fracasar en el tratamiento de la mayoría de las enfermedades fisiopsíquicas, es que solo se ocupan del cuerpo biológico, sin acercarse a los traumas que los pacientes tienen en el alma construidos sobre vidas anteriores.
Jesús nos envió como legado uno de los más grandes tratados de psicología de la Historia: la Codificación Espírita, cuyos preceptos traen a la memoria humana la certeza de que a pesar de los látigos visiblemente destructivos de la angustia, el hombre necesita mantenerse en pie, audaz, marchando con paso firme hacia el encuentro de la metas supremos de la vida, afrontar los obstáculos como instrumento necesario que Dios nos envía a todos.
Jorge Hessen
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