martes, 21 de diciembre de 2021

Respetar y ser respetado

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Encuentros espíritas

2.-Respetar y ser respetado

3- Los Espíritus formales cuando anuncian un acontecimiento no fijan la fecha.

4.- Médiums  en la Tierra







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ENCUENTROS ESPÍRITAS


Después de la muerte de Allan Kardec el 31 de marzo de 1869, los espíritas se consultaron y buscaron un sucesor. ¿Quién sería capaz de recoger la antorcha del hombre que permitió desarrollarse al espiritismo? Pesada y difícil responsabilidad después de la impronta dejada por el Maestro. Camille Flammarion será sondeado para la tarea, pero con veintisiete años, nuestro joven científico no se sentirá capacitado para aceptar el desafío de tan importante misión. El espiritismo ya era surcado por diversas corrientes espiritualistas y de vez en cuando por disidentes, que Allan Kardec había logrado canalizar.


       El movimiento necesitaba de un hombre de raras cualidades   para  proseguir su avance. Será en 1882, en el congreso iniciador de la Sociedad de Estudios Espíritas presidido por el Doctor Josset, donde Léon Denis hará una notable aparición destacada por sus cualidades de orador y, por si fuera poco, de una muy rara elocución. Estaba rodeado por Alexandre Delanne (padre de Gabriel),


Amelie Gabrielle Boudet (esposa de Allan Kardec) y Pierre-Gaëtan Leymarie, ¡“El apóstol” del espiritismo, acababa de alzar vuelo! No obstante, es necesario rememorar el contexto histórico, para comprender mejor el compromiso total de los pioneros. La aparición de El Libro de los Espíritus en 1857 marcará los comienzos del espiritismo cuyo desarrollo transitará una época en ebullición, rica en descubrimientos científicos, rica en creaciones artísticas, con las luchas obreras de pueblos en busca de emancipación social como telón de fondo. Empeñada en una amarga lucha contra el naciente materialismo, la filosofía espírita atravesará también eventos políticos y bélicos extremadamente difíciles: la guerra contra Prusia en 1870, la Comuna de París en 1871 y la primera guerra mundial en 1914-1918. Estos traumatismos humanos dejarán profundas cicatrices en muchos corazones y los espíritas no quedarán exentos.


En esos momentos de grandes trastornos, Gabriel Delanne y Léon Denis, amigos de siempre, defenderán con cuerpo y alma la nueva revelación. Léon Denis dictará más de trescientas conferencias e intervendrá en todos los congresos. Viajero permanente, jamás escatimará esfuerzos por la causa. Ardiente defensor del espiritismo 

kardecista en toda circunstancia, dará réplica a todos los interlocutores y opositores.
A finales del año 1916, Léon Denis recibirá la visita inesperada de un hombre providencial, Jean Meyer. Nativo de Suiza, había llegado a Francia a la edad de dieciocho años. Hombre inteligente y desbordante de energía, perseverante y trabajador tesonero, tiene sesenta y un años, había hecho fortuna en el mundo vinícola y poseía una sólida red de relaciones. Desde su primera infancia, en busca de verdaderas respuestas sobre el sentido de la vida, el espiritismo se había convertido para él en una evidencia al leer las obras de Allan Kardec y Léon Denis. Como hombre de acción y de convicción, venía al encuentro de Léon Denis y luego de Gabriel Delanne. De acuerdo con estos pares, ofrecerá al espiritismo todos los medios materiales de difusión y de investigaciones científicas que le faltaban para probar la existencia del alma y de su supervivencia. En 1917, se hizo propietario de la Revista Espírita, suspendida en su aparición desde el comienzo de la guerra; atendió la Federación Espírita Internacional; creó la Unión Espírita Francesa, fundó la Casa de los Espíritas y las Ediciones Jean Meyer. Para abrir caminos a la ciencia, en 1918 fundó igualmente el Instituto Metapsíquico Internacional reconocido de utilidad pública en 1919 y pidió a otro ardiente defensor de la causa, Gustave Geley, que se encargara de la dirección.


G.Geley

 En 1928, puso en marcha la Sociedad de Estudios Metapsíquicos que debía velar por los trabajos de las diferentes instituciones. Jean Meyer, el humanista, acoge igualmente en su chalet de Montmorency, en Auteuil, a Gabriel Delanne, su hija adoptiva y su prima que vivían en la más absoluta indigencia. Permitió así a este último proseguir su trabajo con calma y dignidad. Se convirtió en el mecenas del pintor Agustín Lesage. Sostuvo el Orfanato Allan Kardec, sociedad dirigida por la Sra. Jean Malosse.

En 1925, después de nueve años de labor y entrega total, será el organizador del Congreso Espírita Internacional en París bajo los auspicios de la Casa de los Espíritas de Francia. Estarán representados veinticuatro países y el acontecimiento será cubierto por sesenta periódicos. A petición suya, Léon Denis, de cerca de ochenta años, será nombrado presidente honorario. Será todavía en este Congreso cuando este último sellará su amistad con Arthur Conan Doyle. 




En su discurso de clausura, también dará testimonio de toda su gratitud a su otro amigo, Jean Meyer, por haber vencido todos los obstáculos en la organización, pero sobre todo por haber dado a la filosofía espírita un respeto y una consideración, cuando tantos detractores se mofaban de ella. El tribuno espírita volverá a Tours, revigorizado, sin el menor rastro de cansancio. Hasta el fin, Jean Meyer, cuidadoso de la sustentabilidad de la obra espírita, guiará e instruirá a un joven, Hubert Forestier, que se convertirá en su secretario particular y que asegurará la continuidad espírita hasta su propia muerte en 1971

LE JOURNAL SPIRITE N° 93 JUILLET 2013

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 RESPETAR Y SER RESPETADO

No hay peor respeto que el que se basa en el miedo…
A lo largo de nuestra vida, solemos aprender que el respeto es pieza fundamental en la vida, para establecer cualquier tipo de relación, para mantener una convivencia sana, para conocer los límites y llevar una vida digna y principalmente hacia nosotros mismos, para conocer nuestras capacidades y debilidades, de igual manera, nos esmeramos en inculcar respeto a nuestros hijos, a cultivarlo en nuestro entorno y de alguna manera vivir con criterios de respeto y dignidad.
El primer efecto del amor es inspirar un gran respeto; se siente veneración por quien se ama. Blaise Pascal
La tarea de respetar y ser respetado, es una labor delicada, no solamente por el hecho de que nos lleva necesariamente a comprender que todo tiene un orden, una razón y una manera, que el respeto puede manifestarse de muchas formas y hacerse extensivo a los demás desde distintos enfoques, sin embargo, transmitir la enseñanza del respeto basados en el temor, es el peor respeto que se puede inculcar y trasmitir a alguien, pues tarde o temprano, este falso respeto terminará seriamente resquebrajado.

Cuando se es padre, se trata por todos los medios de ganar el respeto de los hijos, incluso, muchos padres de manera inconsciente o por simple ignorancia, suelen lograr un alto nivel de respeto a través del temor que siembran en sus hijos, los malos tratos, las amenazas, los castigos y los premios, cualquier método que de alguna manera vaya en contra de la verdadera esencia del respeto, es una pérdida de tiempo, los hijos crecerán y ese temor que ha levantado ese falso respeto, se convertirá en resentimiento, pues únicamente logró reprimir al niño.
La bondad es el principio del tacto, y el respeto por los otros es la primera condición para saber vivir. Henry F. Amiel
El respeto basado en el temor, conllevará día a día a la necesidad de una liberación, a poder alcanzar una libertad anhelada ante ese respeto que angustia, que reprime, que obliga, por el contrario, cuando el respeto se gana por amor, por admiración y por ejemplo, no podrá ser motivo de preocupación el día de mañana, pues podrás tener la seguridad de que es un respeto merecido, ganado y bien sustentado, no hay sentimiento más puro y sensato que el que se gana y te llega a pertenecer enteramente.
Cualquier emoción que parte del temor, puede durar de alguna manera, pero jamás logra hacerse permanente en el tiempo, pues el temor genera angustia y preocupación, se transforma en dolor, y el dolor pasa a sufrimiento, se hace permanente, llena la vida de amargura y de resentimiento y nadie que vive desde estas sensaciones, puede llegar a sentirse libre, pleno o en paz.
El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive. Henry F. Amiel

Se puede pensar desde muchos roles en la vida, que se tiene un respeto ganado, el que inspira el superior en el ámbito profesional, los padres, las autoridades, los maestros o cualquier otra persona, sin embargo, si este respeto ha surgido desde el temor, que representa en sí mismo un irrespeto, se puede tener la seguridad de que no se tiene lealtad, pues la lealtad y la solidaridad parten de la admiración, de la compasión y de la bondad, semillas maravillosas que tristemente mueren en un terreno abonado por temor.
Si es menester en tu vida, como en la de muchos, trasmitir respeto a quienes te rodean, procura siempre que sea desde el ejemplo y la admiración, que no sea el temor lo que sume lealtades a tu vida, porque serán falsas, por el contrario, cuando el respeto es bien ganado y se sustenta en amor, jamás será olvidado ni desplazado fácilmente.

-Viviana Clara Gianitelli-

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LOS ESPÍRITUS FORMALES CUANDO ANUNCIAN UN ACONTECIMIENTO NO FIJAN LA FECHA

¿Por qué los Espíritus formales, cuando hacen presentir un acontecimiento, ordinariamente no fijan la fecha, esto es, impotencia o voluntad por su parte?

   Lo uno y lo otro; pueden en ciertos casos hacer presentir un acontecimiento; entonces es una advertencia que os hacen.

   En cuanto a precisar la época, a menudo no lo deben, y muchas veces no lo pueden, porque ellos mismos no lo saben. El Espíritu puede prever que una cosa tendrá lugar, pero el momento preciso puede depender de los acontecimientos, que aún no se han cumplido y que sólo Dios sabe. Los Espíritus ligeros que no tienen escrúpulo en engañaros os indican los días y las horas sin que les inquiete el resultado. Por esto toda predicción circunstanciada
debe seros sospechosa.

Repito, nuestra misión es la de haceros progresar ayudándoos tanto como podemos. El que pida a los Espíritus superiores la prudencia, nunca será engañado; pero no creáis que perdamos nuestro tiempo en escuchar todas vuestras necesidades y en decirlos la buena ventura; dejamos esto para los Espíritus ligeros que se divierten como los niños traviesos.

La Providencia ha puesto límites a las revelaciones que pueden hacerse al hombre. Los Espíritus graves guardan silencio sobre todo lo que está prohibido hacer conocer. Insistiendo para obtener una respuesta os exponéis a las bellaquerías de los Espíritus inferiores, siempre dispuestos para aprovechar las ocasiones de tender la red a vuestra credulidad.

Observación. — Los Espíritus ven, o presienten por inducción los acontecimientos futuros; ven que se cumplirán en un tiempo que no cuentan como nosotros; para precisar la época, les sería necesario que se identificaran con nuestro modo de calcular la duración, lo que no siempre juzgan necesario; he ahí, con frecuencia una causa de errores aparentes.

12. ¿ Hay hombres dotados de una facultad especial que les hace entrever el porvenir?

Sí, aquellos cuyas almas se desprenden de la materia; entonces el Espíritu ve; cuando es útil, Dios les permite revelar ciertas cosas para el bien; pero entre ellos hay muchos impostores y charlatanes. Esta facultad será más común en el porvenir.

13. ¿Qué hemos de pensar de los Espíritus que se complacen en pronosticar la muerte de alguno en día y hora fija?

Estos Espíritus son bromistas de mal género que no tienen otro objeto que divertirse por el miedo que hacen. Nunca debe hacerse caso de lo que digan.

14. ¿En qué consiste que ciertas personas sean advertidas por presentimiento de la época de su muerte?

Muchas veces su propio Espíritu lo sabe en sus momentos de libertad, y al despertar conserva la intuición. Estas personas, estando preparadas, no se asustan ni se conmueven. No ven en esta separación del cuerpo y del alma sino un cambio de situación o, si queréis, para ser más vulgar, el abandono de un vestido grosero a cambio de otro de seda. El miedo de la muerte disminuirá a medida que se arraiguen las creencias espiritistas.

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC

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MÉDIUMS EN LA TIERRA

                                                                 


Los Médiums: Tema siempre de actualidad en la Doctrina Espírita.

Son comparables a los árboles, según la acertada definición de Allan Kardec. Sin embargo, a fin de contar con árboles útiles, es imprescindible que les sepamos proporcionar la necesaria irrigación y el justo cuidado, de manera que estén protegidos de los aventureros de los caminos que recogen sus frutos con afán destructor.

Recurramos a otros ejemplos.

Imaginémoslos como violines, por medio de los cuales los amigos que pueblan el Mundo Espiritual logran ejecutar las melodías de los mensajes que les son propios. No obstante, es un deber natural colaborar para que ellos conserven sus cuerdas armoniosamente afinadas.

Serán puentes de comunicación entre dos vidas, más, si a ellos les quitamos los puntos de apoyo, no lograrán soportar el transito indispensable.

Tendremos en ellos el socorro semejante al de las fuentes de agua, dado que por su intermedio absorberemos lo que nos reconfortará y fortalecerá nuestro animo, pero si quisiéramos obtener agua limpia es preciso no agitar su fondo terroso.

Entre los hombres no existen Médiums que no sean humanos.

Por consiguiente, frente a una criatura de buena voluntad que desempeña en nuestro favor la tarea de mediador del alma, es necesario ver en ella a una persona tan humana como nosotros, Espíritus vinculados a la Tierra y en una condición muy lejana a la de los Ángeles.

Somos de aquellos que prefieren la crítica constructiva para cualquier tipo de labor mediúmnica y no cultivamos condescendencias o mimos impropios con los instrumentos medianímicos con los que nos relacionamos, en razón de que ningún bien se hará sin trabajo disciplinado; sin embargo, no debemos olvidar que muchos compañeros se alejan de las tareas mediúmnicas por no soportar los martillazos de la injuria, el frío de la desconsideración y del abandono, la supresión de los medios justos y razonables para el ejercicio de las funciones a las que fueron convocados y las luchas enormes, provocadas arteramente por los ataques de las tinieblas, de las que muchos no han logrado liberarse, hipnotizados por los agentes de la obsesión.

Si tienes algún médium de buena voluntad en el círculo de tus relaciones, auxílialo con bondad y comprensión, seguridad y respeto.

Si el mediador cae en un desequilibrio, recurre a la caridad a los fines de llevarlo a su estado normal.

Si prosigue en el camino verdadero, ayúdalo igualmente para que no se extravíe.

Frente a las leyes de Dios, cualquier médium en el mundo, por más que opere o coopere con la Espiritualidad Superior en la divulgación de la verdad y de la luz, es siempre una criatura humana, y, la mayoría de las veces, una criatura frágil, tal como somos muchos de nosotros.

Extraído del libro: “COMPAÑERO”  de Francisco Cándido Xavier

( Aportado por Mercedes Cruz)

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