INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Encuentros espíritas
2.-Respetar y ser respetado
3- Los Espíritus formales cuando anuncian un acontecimiento no fijan la fecha.
4.- Médiums en la Tierra
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ENCUENTROS ESPÍRITAS
Después de la muerte de Allan Kardec el 31 de marzo de 1869, los espíritas se consultaron y buscaron un sucesor. ¿Quién sería capaz de recoger la antorcha del hombre que permitió desarrollarse al espiritismo? Pesada y difícil responsabilidad después de la impronta dejada por el Maestro. Camille Flammarion será sondeado para la tarea, pero con veintisiete años, nuestro joven científico no se sentirá capacitado para aceptar el desafío de tan importante misión. El espiritismo ya era surcado por diversas corrientes espiritualistas y de vez en cuando por disidentes, que Allan Kardec había logrado canalizar.
Amelie Gabrielle Boudet (esposa de Allan Kardec) y Pierre-Gaëtan Leymarie, ¡“El apóstol” del espiritismo, acababa de alzar vuelo! No obstante, es necesario rememorar el contexto histórico, para comprender mejor el compromiso total de los pioneros. La aparición de El Libro de los Espíritus en 1857 marcará los comienzos del espiritismo cuyo desarrollo transitará una época en ebullición, rica en descubrimientos científicos, rica en creaciones artísticas, con las luchas obreras de pueblos en busca de emancipación social como telón de fondo. Empeñada en una amarga lucha contra el naciente materialismo, la filosofía espírita atravesará también eventos políticos y bélicos extremadamente difíciles: la guerra contra Prusia en 1870, la Comuna de París en 1871 y la primera guerra mundial en 1914-1918. Estos traumatismos humanos dejarán profundas cicatrices en muchos corazones y los espíritas no quedarán exentos.
A finales del año 1916, Léon Denis recibirá la visita inesperada de un hombre providencial, Jean Meyer. Nativo de Suiza, había llegado a Francia a la edad de dieciocho años. Hombre inteligente y desbordante de energía, perseverante y trabajador tesonero, tiene sesenta y un años, había hecho fortuna en el mundo vinícola y poseía una sólida red de relaciones. Desde su primera infancia, en busca de verdaderas respuestas sobre el sentido de la vida, el espiritismo se había convertido para él en una evidencia al leer las obras de Allan Kardec y Léon Denis. Como hombre de acción y de convicción, venía al encuentro de Léon Denis y luego de Gabriel Delanne. De acuerdo con estos pares, ofrecerá al espiritismo todos los medios materiales de difusión y de investigaciones científicas que le faltaban para probar la existencia del alma y de su supervivencia. En 1917, se hizo propietario de la Revista Espírita, suspendida en su aparición desde el comienzo de la guerra; atendió la Federación Espírita Internacional; creó la Unión Espírita Francesa, fundó la Casa de los Espíritas y las Ediciones Jean Meyer. Para abrir caminos a la ciencia, en 1918 fundó igualmente el Instituto Metapsíquico Internacional reconocido de utilidad pública en 1919 y pidió a otro ardiente defensor de la causa, Gustave Geley, que se encargara de la dirección.
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G.Geley |
En 1925, después de nueve años de labor y entrega total, será el
organizador del Congreso Espírita Internacional en París bajo los auspicios de
la Casa de los Espíritas de Francia. Estarán representados veinticuatro países
y el acontecimiento será cubierto por sesenta periódicos. A petición suya, Léon
Denis, de cerca de ochenta años, será nombrado presidente honorario. Será
todavía en este Congreso cuando este último sellará su
En su discurso de clausura, también dará testimonio de toda su gratitud a su otro amigo, Jean Meyer, por haber vencido todos los obstáculos en la organización, pero sobre todo por haber dado a la filosofía espírita un respeto y una consideración, cuando tantos detractores se mofaban de ella. El tribuno espírita volverá a Tours, revigorizado, sin el menor rastro de cansancio. Hasta el fin, Jean Meyer, cuidadoso de la sustentabilidad de la obra espírita, guiará e instruirá a un joven, Hubert Forestier, que se convertirá en su secretario particular y que asegurará la continuidad espírita hasta su propia muerte en 1971
LE JOURNAL SPIRITE N° 93 JUILLET 2013
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debe seros sospechosa.
Repito, nuestra misión es la de haceros progresar ayudándoos tanto como podemos. El que pida a los Espíritus superiores la prudencia, nunca será engañado; pero no creáis que perdamos nuestro tiempo en escuchar todas vuestras necesidades y en decirlos la buena ventura; dejamos esto para los Espíritus ligeros que se divierten como los niños traviesos.
Observación. — Los Espíritus ven, o presienten por inducción los acontecimientos futuros; ven que se cumplirán en un tiempo que no cuentan como nosotros; para precisar la época, les sería necesario que se identificaran con nuestro modo de calcular la duración, lo que no siempre juzgan necesario; he ahí, con frecuencia una causa de errores aparentes.
12. ¿ Hay hombres dotados de una facultad especial que les hace entrever el porvenir?
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC
Los Médiums: Tema siempre de actualidad en la Doctrina Espírita.
Son comparables a los árboles, según la acertada definición de Allan Kardec. Sin embargo, a fin de contar con árboles útiles, es imprescindible que les sepamos proporcionar la necesaria irrigación y el justo cuidado, de manera que estén protegidos de los aventureros de los caminos que recogen sus frutos con afán destructor.
Recurramos a otros ejemplos.
Imaginémoslos como violines, por medio de los cuales los amigos que pueblan el Mundo Espiritual logran ejecutar las melodías de los mensajes que les son propios. No obstante, es un deber natural colaborar para que ellos conserven sus cuerdas armoniosamente afinadas.
Serán puentes de comunicación entre dos vidas, más, si a ellos les quitamos los puntos de apoyo, no lograrán soportar el transito indispensable.
Tendremos en ellos el socorro semejante al de las fuentes de agua, dado que por su intermedio absorberemos lo que nos reconfortará y fortalecerá nuestro animo, pero si quisiéramos obtener agua limpia es preciso no agitar su fondo terroso.
Entre los hombres no existen Médiums que no sean humanos.
Por consiguiente, frente a una criatura de buena voluntad que desempeña en nuestro favor la tarea de mediador del alma, es necesario ver en ella a una persona tan humana como nosotros, Espíritus vinculados a la Tierra y en una condición muy lejana a la de los Ángeles.
Somos de aquellos que prefieren la crítica constructiva para cualquier tipo de labor mediúmnica y no cultivamos condescendencias o mimos impropios con los instrumentos medianímicos con los que nos relacionamos, en razón de que ningún bien se hará sin trabajo disciplinado; sin embargo, no debemos olvidar que muchos compañeros se alejan de las tareas mediúmnicas por no soportar los martillazos de la injuria, el frío de la desconsideración y del abandono, la supresión de los medios justos y razonables para el ejercicio de las funciones a las que fueron convocados y las luchas enormes, provocadas arteramente por los ataques de las tinieblas, de las que muchos no han logrado liberarse, hipnotizados por los agentes de la obsesión.
Si tienes algún médium de buena voluntad en el círculo de tus relaciones, auxílialo con bondad y comprensión, seguridad y respeto.
Si el mediador cae en un desequilibrio, recurre a la caridad a los fines de llevarlo a su estado normal.
Si prosigue en el camino verdadero, ayúdalo igualmente para que no se extravíe.
Frente a las leyes de Dios, cualquier médium en el mundo, por más que opere o coopere con la Espiritualidad Superior en la divulgación de la verdad y de la luz, es siempre una criatura humana, y, la mayoría de las veces, una criatura frágil, tal como somos muchos de nosotros.
Extraído del libro: “COMPAÑERO” de Francisco Cándido Xavier
( Aportado por Mercedes Cruz)
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