lunes, 7 de junio de 2021

Los Planos del Bajo Astral

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- La confianza

2.- Hijos casados

3.-Acerca de las Evocaciones

4.-Los Planos del Bajo Astral

5.- Muertes colectivas







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La confianza
La vida de Jesús fue una permanente lección de confianza.
Invitó a la gente de mala vida y con todos convivió. Reunió alrededor suyo a hombres y mujeres simples del pueblo, despreciados en su mayoría y algunos considerados de baja ralea, para edificar el Reino de Dios en la Tierra.

Explotado por algunos, anatematizado y perseguido por otros, traicionado y abandonado, se mantuvo confiado en la excelencia moral de todos, en que un día despertarían a la realidad, conforme a lo que está aconteciendo.

Joanna de Ângelis / Divaldo P. Franco - Libro Regocíjate en Dios - Editora LEAL
Creación: Fátima Oliveira

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                  HIJOS CASADOS
                              

“Este mensaje es de nuestro  querido Emmanuel recibido en una reunión pública. La casa estaba con gran afluencia de hermanos y hermanas que se referían  a las luchas y problemas con los hijos casados.

Diversas opiniones chocaban. Abierta la reunión, las cuestiones número 203, 204 y 205 de El Libro de los Espíritus fueron ofrecidas a la asamblea para el estudio.

Después de diversos comentarios por parte de muchos de nuestros hermanos que  integraban la reunión, Emmanuel escribió, por nuestro intermedio, la pagina que los amigos presentes solicitaron fuese enriquecida con sus estudios y comentarios destinados a nuestras reflexiones  y a nuestros diálogos, en torno  a las enseñanzas de Allan Kardec.

Un tema que probablemente se nos figura sin importancia, más siempre es de bastante importancia en las cuestiones de relacionamientos – se los hijos casados.

Muy común en la Tierra, cuando en la administración de la casa, nos olvidamos de que los hijos crecieron en tamaño físico y en responsabilidad espiritual. Y casi siempre,  aunque involuntariamente, pasamos a influenciarlos, de modo negativo, más allá de la órbita del aprecio que les debemos.

Reflexionemos en esto, aprendiendo  a liberarlos de nuestras exigencias fantasiosas de amor.

Si Estemos decididos a auxiliarlos, donándoles la oportunidad de ser ellos mismos los que elijan como  actuar   y en las experiencias que busquen.

Es preciso recordar que no siempre conseguirán afinizarse  con nuestras inclinaciones y propósitos.

Desearan otras compañías y otros hábitos. Intentaran estimar otro tipo de existencia, diferente de aquel en el que acostumbramos a trabajar y a vivir.

Es cierto que nos aman, tanto como los amamos, entre tanto, aspiran a seguir por vías diferentes de las nuestras.

 Agradezcamos a aquellos que se armonizan con nosotros, reconfortándonos  con la ternura  de la presencia constante, más sepamos agradecer también el esfuerzo de aquellos otros que procuran  ser buenos y rectos sin nosotros. Muchas veces, cuando algunos de ellos se apartan de nuestra convivencia es porque permanecen atendiendo las dificultades y las pruebas, en las cuales nuestra intervención resultaría simplemente de una forma indebida, complicando las cuestiones  en juego en vez de resolverlas.

Compadécete de tus hijos casados, procurando respetarlos en la desvinculación  que necesiten para ser felices.

Recordemos,  todos nosotros, los espíritus encarnados o desencarnados, que los hijos en el mundo, como nos sucede, son, por encima de todo, hijos de Dios y precisan, tanto como nosotros, de apoyo en la libertad para conseguir efectivamente vivir.

 Nuestro hermano y amigo, Jose Herculano Pires (Hermano Saulo), renombrado escritor y articulista espírita, al respecto de este tema, escribió el siguiente texto:

 


      PARENTESCOS Y AFINIDADES
.-

LA cuestión 203 de El Libro de los Espíritus coloca en términos espirituales el problema de los linajes familiares. Generalmente pensamos  que la herencia biológica es la determinante de los temperamentos y caracteres. El Espiritismo nos muestra que la naturaleza humana  es espiritual y no material. Así, lo que determina la condición del hombre es su esencia y no su forma,  su espíritu  y no su instrumento de manifestación corpórea. Las familias son aglomerados de espíritus afines que  establecen en las encarnaciones sucesivas, la línea de hereditariedad biológica.

Cada espíritu que se encarna trae en si mismo su personalidad ya formada en encarnaciones anteriores. Las semejanzas de características  psíquicas  y morales entre padres, hijos y otros descendientes  no provienen de la carne, más si del espíritu. Cada ser humano es lo que el es por sí mismo. Hay, por tanto,  un paralelismo cartesiano entre hereditariedad  y afinidad. Admitiéndose eso, que hoy es considerado  con atención en grandes centros de investigaciones científicas, es fácil  que comprendamos  la necesidad de la independencia  no apenas social, sino también  afectiva, para los hijos que se emanciparon y especialmente para los que constituyeron su propia familia.

Las afinidades espirituales implican dependencia y sujeción, porque cada espíritu es el responsable directo  por su evolución. Los padres son responsables por los hijos en lo tocante a la orientación que les ofrecen por los ejemplos y por la educación. Más no pueden querer sujetarlos  a sus ideas y formas de vida.

Afinidad no quiere decir identidad. Nos gusta reunirnos con personas afines porque nos entendemos mejor con ellas, más no por eso pensamos y vivimos exactamente  de la misma manera. Si así fuese, la evolución se estancaría. Nuestros hijos más afines, más ligados a nosotros pueden tomar caminos diferentes al nuestro. Y debemos respetarles el deseo de nuevas experiencias, sin que eso  provoque el rompimiento con nosotros. Cada espíritu debe tener la jurisdicción de sí mismo.

Es por eso que Emmanuel nos recuerda el amo sin apego, sin intención de sujeción, para que no creemos problemas  en la libertad de acción y de experiencias de los hijos casados. Debemos ampararlos, auxiliarlos  y no torturarlos  con nuestras exigencias egoístas.

Artículo publicado originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide  licencia” del periódico Diario de S. Paulo, en la década de 1970

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         ACERCA DE LAS EVOCACIONES

El ascendiente sobre los Espíritus inferiores sólo se ejerce a través de la superioridad moral. Los Espíritus perversos reconocen la autoridad de los hombres de bien. En cambio, contra
quien sólo les opone la energía de la voluntad, que es una especie de fuerza bruta, los Espíritus perversos luchan y suelen ser los más fuertes. En cierta ocasión, alguien trataba de dominar a un Espíritu rebelde mediante la exclusiva acción de su voluntad, y recibió la siguiente respuesta: Déjame en paz con esos aires de fanfarrón, pues no vales más que yo. ¿Qué se diría de un ladrón que predicase moral a otro ladrón?

Algunos se asombran de que el nombre de Dios, invocado contra los Espíritus malos, por lo general no produzca ningún efecto.

San Luis explicó la causa de ese hecho en la respuesta siguiente:

Acerca de las evocaciones
“El nombre de Dios sólo ejerce influencia sobre los Espíritus imperfectos cuando aquel que lo pronuncia puede valerse de ese nombre con autoridad, en función de las virtudes que posee.
Cuando lo pronuncia alguien que no tiene ninguna superioridad moral, es una palabra como cualquier otra. Lo mismo sucede con las cosas sagradas, con las que se trata de dominar a esos Espíritus.

El arma más poderosa se vuelve inofensiva en manos inexpertas o
incapaces de manejarla..

EL LIBRO DE LOS MEDIUMS.
ALLAN KARDEC.

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                        Los Planos del Bajo Astral

 

Si tenemos claro de que seguiremos existiendo después del fenómeno de la muerte y que lo único que muere es el cuerpo físico, entonces  nos resultará  evidente que debe existir para el Ser otra forma de vida  después de ella, por tanto la existencia de  Espíritus de Seres  humanos degradados o atrasados, o con fuertes deudas con la Ley de Consecuencias después de la muerte, también continúa siendo una realidad inimaginable para nosotros, pero que se podría resumir en dos palabras: Triste y fea, por no calificarla  como una  existencia horrible y tenebrosa. Los actos pendientes de saldar con la Ley de Consecuencias, es mejor saldarlos en este mundo mientras aun tengamos la oportunidad de hacerlo.

  Los planos inferiores  se agrupan según su sintonía vibratoria  de forma diferente a los que  se clasifican dentro de otras franjas vibratorias más elevadas, de modo que siendo de una frecuencia vibratoria inferior a la terrestre, se interpenetran  con la superficie de la Tierra y aún quedan situados por debajo de la llamada “costra”, nombre este, que el Espíritu André Luiz nos señala para referirse a la corteza terrestre.

Allí se agrupan submundos (o sea, inferiores o por debajo del mundo ),lo que conocemos comúnmente como  Bajo Astral.

Por tanto este nombre se podría definir como  un plano espiritual que nos rodea e
interpenetra   y en el que  habitan Seres de inferior condición moral, mas o menos malignos, o a veces simplemente traviesos o malvados, pero que siempre son Espíritus sufrientes en mayor o menor grado, por el desamor que experimentan con  la lejanía de Dios señalada en sus conciencias, lo cual hace que lleven en sí mismos un infierno que les causa una  situación de angustia y oscuridad, permaneciendo en un permanente estado de ansiedad, y envidiando por ello a los  que nos llamamos vivos, esto es, a los que estamos encarnados en el mundo material.

  Dado que son Seres malignos, que entre ellos mismos se persiguen y se destruirían si pudiesen,  cuando se trata de actuar contra los espíritus encarnados (humanos), lo hacen como una  manada de lobos cuando atacan a una presa: Se asocian entre ellos y planifican el ataque con inteligencia, astucia y maldad extremas. Son inteligencias dedicadas al mal, porque es lo único que les satisface hacer, y lo llevan a cabo de una forma inteligente y calculada.

 Muchos de estos  espíritus que habitan el plano inferior,  permanecen en un estado de rebeldía contra Dios, al que culpan de sus males, demostrando al mismo tiempo un gran apego y afición hacia las cosas  materiales  de nuestro mundo físico. Ello es porque la
sintonía vibratoria mental les amarra continuamente a la materia, por afinidad  vibracional.

En estos planos de existencia,   también se ubican paralelamente  pero sin mezclarse con los Espirituales humano s, las almas  de los animales  con su correspondiente cuerpo astral,  pero sin un espíritu o conciencia consciente que aún no han desarrollado por ser todavía espíritus de otro orden y no sujetos a  la Ley de Consecuencias; pero  estos Principios espirituales o Almas del Reino Animal,  se encuentran en esos planos inferiores, dentro de un  proceso  continuo y rápido  de reencarnaciones, a las que si que están sometidos  dentro de  la escala psíquica de las especies zoológicas, donde cada una tiene un nivel mental y emocional diferente a las demás, y todas tienen la meta de llegar a   alcanzar la madurez necesaria  para llegar a sentir y comprender su individualidad,  iniciando finalmente su  etapa hominal.  A estas almas del Reino Animal, que podríamos llamar Espíritus en proceso de formación o Principios Espirituales, por ser todavía inconscientes del bien y del mal, todavía  no les afecta la Ley de Consecuencias  y por lo tanto son plenamente inocentes y están libres de los sufrimientos espirituales semejantes a los de los espíritus humanos que habitan estos planos de existencia y que tienen  una mayor y más desarrollada conciencia y libertad, teniendo, por  tanto. una mayor responsabilidad que les lleva a tener que responder de sus actos conscientes..

Esencialmente en estos planos inferiores, residen y se agrupan  los Espíritus que
se han consagrado voluntariamente al mal:  los vampiros psíquicos, los suicidas, criminales, violadores, ladrones  y toda la escoria moral procedente de nuestro mundo, que han hecho tanto daño a sus semejantes o a ellos mismos, entre todos los que en ese Plano inferior se agrupan, hacen de este un  infierno dantesco en el que  ya comienzan a recoger la cosecha de lo que sembraron en el plano físico.   
Muchos de sus  moradores, debido  a sus tremendos defectos y deudas espirituales y morales, sufren una transformación dolorosa en sus periespíritus que pueden llegar a tomar  formas animalescas y monstruosas a imagen de su tenor vibratorio mental y moral. No significa esto que los espíritus que así se muestran hayan degradado hacia especies animales. Solo su cuerpo astral llega a reflejar estas formas  monstruosas que reflejan el estado moral del  ser espiritual que allí se debate. De ahí viene la leyenda del hombre lobo, o del vampiro bebedor de la sangre de sus víctimas, que por momentos se transformaba de lobo o de murciélago  en humano y viceversa. Lógicamente, sin olvidarnos de que esto es solo una leyenda fantástica,  estas transformaciones  no lo eran solo en cuanto a su materia carnal, sino a la forma y figura de su cuerpo espiritual, moldeable y transformable a la figura de una bestia sanguinaria, según fuese el momento de su estado anímico espiritual.

 Otras veces adoptan formas ovoidales en su periespíritu y en estas formas se acoplan al periespíritu de otros Seres encarnados a los que  subyugan  y esclavizan dentro de toda una gama de cuadros obsesivos que se pueden ver en nuestro mundo.

En cualquier caso, es de tener en cuenta que los Seres del Bajo Astral, no se encuentran en esa situación definitiva e irremediablemente para toda una eternidad, pues por la Ley de Evolución nadie está condenado eternamente, y los Seres que por sus errores se encuentran ubicados en esos planos inferiores, son también hijos de Dios, y  por imperativo de la Ley de Evolución, en un plazo más o menos largo o corto, eso depende de ellos mismos, podrán  abandonar finalmente esos planos de sufrimiento, y así, por el mérito de su esfuerzo y el socorro de otros Espíritus consagrados a la ayuda, irán logrando la mejora y elevación evolutiva, experimentando Amor y dicha.  De lo dicho se deduce que transformando progresivamente los estados de odios y sufrimiento, en estados de una eterna e infinita felicidad; la demora en lograrlo no depende sino de cada uno de nosotros porque solo nosotros mismos nos condenamos a la infelicidad por nuestros actos equivocados y nuestra tozudez para rectificar los errores. Según Dios nos lo otorga, todos estamos “condenados”  finalmente a gozar de un estado de dicha eterna.

- Jose Luis Martín-

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¿ Qué sucede con los desencarnados en muertes colectivas causadas por catástrofes  naturales, guerras o accidentes ?

En estos casos, muchos de los Seres así fallecidos , en el mismo momento o en las mismas circunstancias, no todos se ven entre ellos, ni se reconocen inmediatamente, porque cada uno sale de su particular turbación en momentos diferentes, y cada uno vive su particular proceso de adaptación a su nuevo estado en el plano espiritual que le corresponde y al que se siente atraído según su particular momento evolutivo. Todo esto les lleva a ignorar la presencia de algunos de los otros espíritus, que al igual que ellos dejaron sus cuerpos en el mismo lugar, por las mismas causas y al mismo tiempo, pero sin embargo cada uno quedó tras la muerte, en diferente estado mental y emocional.

   Ven con asombro su propio cuerpo espiritual, copia del cuerpo físico, como si fuese el mismo pero mas liviano y diferente, y en el caso de los Seres mas apegados a la materia, estos a veces inclusive llegan a percibir las mismas sensaciones físicas, como el hambre o el frío.

   La muerte ha podido ser colectiva, pero la desencarnación no siempre es simultánea, pues depende de factores individuales, tales como el grado de apego de cada uno a su materia, . Tampoco es simultaneo  el retorno y adaptación normal a la vida en el mundo espiritual, pues esto también depende de factores tales como el proceso de desencarnación, el como se produj0, el conocimiento espiritual de cada uno, etc.

   El retorno al plano espiritual depende de la elevación moral de cada uno. Los de un orden inferior se ven sumergidos como en medio de una noche oscura en donde se sienten aislados y confundidos . Los Seres que en la vida han seguido un correcto camino a nivel personal, moral y social, despiertan pronto y enseguida son asistidos y ayudados por otros Seres que allí les aguardan con ese fin.
    Estos Seres que les asisten, instantes antes de suceder las desencarnaciones colectivas, bien porque son avisados desde planos espirituales superiores, o bien por propia intuición, acuden al escenario en donde se va a producir la tragedia, con el único fin de prestar ayuda y recibir y acompañar a los espíritus que desencarnen..

- Jose Luis -

El óbito es admisible en cuanto a la personalidad, porque, en efecto esta concluye con la muerte; pero no en cuanto a la individualidad y mucho menos en cuanto al Ser, porque los dos perduran”

-Mendoza

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