sábado, 26 de enero de 2019

Reencarnación de Espíritus con misiones especiales


    ESPIRITISMO
    Hoy os presento:

1.- La sencillez
2.-Dime con quien andas y te diré quien eres
3.-Reencarnación de Espíritus con misiones especiales
4.-Médiums interesados
    -No son espíritas....
5.-Ventajas de las comunicaciones con los seres espirituales



                                                                   
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                                           LA SENCILLEZ



    La cultura de hoy nos quiere hacer creer que valemos en función de lo que tenemos, porque somos influencers, porque nuestra posición social nos capacita para sobresalir, o porque tenemos mucho dinero. Pero precisamente toda esa cultura o corriente es el síntoma del gran vacío interior que marca el desarrollo de nuestra sociedad. El tener es lo que hace que destaques en la sociedad, independientemente de cómo se es.
   Las pruebas de la vida nos pueden colocar en una tesitura de llegar a creernos importantes por tener una determinada posición social, o por vivir en una situación económica muy desahogada, o quizás porque formamos parte de ese grupo de personas, cada vez más numerosas, cuya opinión o forma de vida, reflejada en las redes sociales, crean tendencias… Esta coyuntura, así como la necesidad de exhibirse, puede provocar la pérdida de espontaneidad y naturalidad, cayendo en la tentación de ofrecer una imagen que no se corresponde con la realidad, tomando protagonismo la soberbia, la vanidad, la fútil apariencia. Esta forma de ver las cosas y de comportarse artificialmente suele provocar rechazo más que atracción.
    Epicteto, en su manual de vida, dice: “Los siguientes razonamientos no se condicen: «Soy más rico que tú, por lo tanto soy mejor»; «soy más elocuente que tú, por lo tanto soy mejor». Lo que se condice es más bien lo siguiente: «Soy más rico que tú, por lo tanto mis propiedades son mayores que las tuyas»; «soy más elocuente que tú, por lo tanto mi estilo es mejor que el tuyo». Sin embargo, después de todo, tú no eres ni una propiedad ni un estilo”.
Lo que significa que nos proyectamos en lo que tenemos; mientras más tenemos más nos creemos que somos, y de esta forma alimentamos los defectos del orgullo, vanidad, arrogancia… cuando sabemos que todo lo que nos rodea y de lo que disponemos nos lo facilita el plano superior, como una prueba y responsabilidad, para poder cumplir con los compromisos que firmamos antes de encarnar. Algo efímero y que podemos perder en cualquier momento.

El ser humano está provisto de inteligencia, valores y cualidades. Entonces ¿para qué estar viviendo siempre comparándonos, o lo que es peor, compitiendo con los demás? Situación ésta que lo único que nos produce es tensión, amargura, volviéndonos artificiales y desconfiados.

   Donde tenemos que poner la atención y es lo verdaderamente importante es en nuestro progreso interno, en aquello que merece la pena y nos ayuda a crecer espiritualmente.  Si depositamos la confianza en el Creador, en sus leyes sabias y justas, aceptaremos de buen grado todas aquellas experiencias que hasta nosotros vengan. La naturalidad y la sencillez son dos maravillosas virtudes humanas que hacen al hombre capaz de llegar al corazón del que tiene al lado, ya que se muestra muy respetuoso consigo mismo y con los demás. Se acepta y, por lo tanto, acepta a los demás tal y como son.
    La persona sencilla es espontánea, sin adornos ni artificios; no necesita exhibir su estatus social ni tampoco una apariencia de virtudes que no posee, porque su comportamiento hacia los demás surge de forma natural y de una manera clara.
      Son personas fundamentalmente amables y asequibles, muy cercanas, que contagian su alegría con su actitud positiva ante la vida. También son personas poco susceptibles, que no le dan demasiada importancia a las posibles ofensas o injusticias cometidas por los demás. Igualmente, saben levantarse ante las caídas que sufren, bien sean provocadas por otros, sabiendo perdonar, o las propias, causadas por sus limitaciones, buscando la manera de resolverlas. En su pensamiento reflexivo procura buscar antes los ‘para qué’ que los ‘porqués’ de las situaciones. Por encima de todo, teniendo la confianza en el Creador y en sus leyes sabias y justas, comprende que los errores, así como las experiencias, preparan un futuro mejor lleno de sabiduría y de paz.
La sencillez de corazón, en definitiva, nos muestra el camino, quiénes somos y lo que podemos llegar a alcanzar.
   Una mente sencilla sabe expresarse con naturalidad, no necesita poner ningún adorno a sus conocimientos pues no necesita demostrar nada; tiene confianza en sí mismo y en sus capacidades, y por tanto se expresa de forma clara y elocuente, sin aderezos innecesarios, sin pretender mostrar una cultura que quizás no tenga ni exhibir la clase social a la que pertenece; con moderación y mesura en el uso de la palabra para evitar molestar con quien conversa, siendo su lenguaje adecuado al interlocutor que tiene delante. La sencillez hace que manifestemos lo que pensamos de forma espontánea y directa. El pensamiento al que antes nos referimos, el que no se adereza ni se enmaraña, sino que consigue ver la realidad con una mirada objetiva y clara, es el pensamiento al que generalmente llamamos “sentido común”.
     Así mismo, la sencillez mental facilita la comprensión cuando hay que mirar bajo otro prisma nuestra manera de ver las cosas. Esta cualidad hace más tolerantes a las personas, al comprobar que nadie tiene la verdad absoluta; este es un axioma que abre las puertas a los demás, aceptando y comprendiendo mejor la diversidad, evitando discusiones estériles, o tratando de imponer un criterio sobre otras formas de entender los desafíos o los problemas de la vida.

“En carácter, en comportamiento, en estilo, en todas las cosas, la suprema excelencia es la sencillez”. (Henry W. Longfellow)

Sencillez es limpieza interior, espontaneidad; evita la especulación o el ser calculadores en nuestros actos. Da lugar a la naturalidad, a tener una conducta sincera que da confianza cuando se relaciona con los demás. Otra de las características que marcan su forma de ser es la igualdad que da tanto a las personas poderosas como a las personas más humildes. No cambia su forma de actuar ni de tratar a los demás, en función de quien tenga delante. Se alegra por los triunfos de los otros, de sus logros, y se compadece de corazón por las tristezas que puedan sentir. La solidaridad, el altruismo, el desinterés… son intrínsecos en ellos.

La pureza de corazón es inseparable de la sencillez y de la humildad, excluye todo pensamiento de egoísmo y orgullo; por esto Jesús toma la infancia como emblema de esa pureza, como la tomó también por el de la humildad. (Cap. 8, Ítem 3, El Evangelio según el Espiritismo)
Es la virtud característica de los niños, que se presentan sin especulaciones y tal como son, espontáneos. No tienen filtros para decir lo que piensan y sienten, se manifiestan con la naturalidad propia de la inocencia, de la buena fe y de la ingenuidad, de quien no ha sido manipulado todavía.
   La persona sencilla no se realza ni menosprecia a nadie; aprecia a las personas por lo que son, lo cual permite que surja la amistad sincera y generosa desarrollando conversaciones amables y constructivas. Todo lo que tiene lo pone a disposición de los demás.
     La sencillez es hermana de la humildad, por cuanto el orgulloso tiene dificultades para ser sencillo, porque es una cualidad que ahoga en cierto modo a su ego y la necesidad de darse importancia; no le deja exhibirse ni hacerse tanto de notar; puede simularla, pero al final siempre se descubre su petulancia.
  
   Conseguir la virtud de la sencillez nos ayuda a superar el deseo excesivo de sentirnos admirados por lo que representamos exteriormente. Nos impulsa a florecer todos los valores que llevamos en nuestro interior, conseguidos a lo largo de cientos de años durante nuestras diversas encarnaciones anteriores. Lo que verdaderamente cuenta es conseguir ser esa persona sencilla que va ganando los corazones de sus semejantes.
Gloria QuelAmor, Paz y Caridad,
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Dime con quien andas y te diré quien eres
















Tocador de áudi¿Usted se considera una buena compañía?. ¿Recuerda que cuando usted era niño, los más viejos le recomendaban que evitase las malas compañías?. "Dime con quien andas y te diré quien eres". La orientación continúa valiendo....
Diga-ma com quem andas e te direi quem és   ¿Usted se considera una buena compañía?;¿Recuerda que cuando usted era niño, los más viejos le recomendaban que evitase las malas compañías?."Dime con quien andas y te diré quien eres" La orientación continúa valiendo.

No podemos colocarnos en una burbuja para protegernos, no debemos aislarnos como medio de evitar malas influencias. Pero necesitamos cuidar de nosotros mismos. ¿Recuerda aquel dicho, "dime con quien andas y te diré quien eres"?. Queriendo o no queriendo, somos influenciables. El valor de la influencia, si es buena o si es mala, depende de quien nos hace compañía.

    A veces puede ser una práctica caritativa escuchar las quejas de alguien, dejar que se desahogue. Pero solo alguien muy superior, con gran dominio sobre sí mismo, puede soportar una carga pesada de quejas y reclamaciones, todos los días, sin contagiarse. 
La mayoría se deja influenciar.                                           

 Usted no puede prestar atención todos los días a las quejas de sus   colegas, de sus vecinos, de sus  conocidos. No es caridad  alguna  escuchar las  quejas  diarias de personas            viciadas en reclamar. ¿Usted  puede hacer algo?,¿Tiene  algún consejo que dar?;         ¿Puede  ofrecer a esa persona  otro modo de analizar la cuestión?. Si puede, hágalo, pero si no puede, cierre los  oídos y desvíe la atención.


    Debemos, en la medida de lo posible, escoger a las personas con quienes convivimos. Lloros y lamentos hacen el ambiente pesado, triste, tenso. ¿ Sabe de aquellas personas, que solo hablan de los crímenes del momento, con sus detalles de sangre y de lágrimas?. O que solo hablan de los robos y corrupciones y de "¿a donde va a parar este mundo? "Tal vez usted piense que este abordaje sea anticristiano o poco caritativo. ¿ Es caritativo prestar atención, servir de altavoz para la divulgación de las desgracias?. Me parece que no.Sabemos de los males del mundo, no necesitamos que nadie nos los recuerde. Tampoco necesitamos saber de la vida de terceros, o de sus errores, los detalles de sus vida íntimas, de sus chismes, de las maledicencias.Nosotros somos responsables por nuestro estado de espíritu, por nuestro padrón de pensamientos. Manteniendo un padrón de pensamientos elevado,contagiamos positivamente a los que están a nuestro alrededor, volvemos el ambiente más afable y tranquilo, Pero,¿cómo mantener el pensamiento elevado si usted se enfoca sobre las desgracias que salen de las bocas reclamadoras?

      Las palabras expresan pensamientos, y el pensamiento es energía. Nuestras energías dependen de la actitud mental que mantengamos. Personas negativas emiten energía negativa. Sus  problemas son problemas que tienen todos. Su visión es que está distorsionada. Si las cosas se transformasen, instantáneamente para ellas, y quedasen exactamente de la manera como a ellas les gustaría que quedasen, después ellas se volverían a quejar  nuevamente.

     ¿ Usted encuentra cruel mantenerse apartado de personas así, que tal vez sean muy queridas para usted?. Solo usted sabe cuanto se deja contagiar. Observe y saque sus propias conclusiones. Pero no piense que eso es falta de caridad. Quejas, reclamaciones y lloros son agresiones energéticas y pensamientos asediadores. Usted no se deja agredir físicamente, sin embargo, la agresión energética puede ser tan grave como la agresión física.....
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REENCARNACIÓN DE ESPÍRITUS CON MISIONES ESPECIALES

     Las inteligencias avanzadas, bajan a encarnar en los planos físicos solamente en misiones especiales, a fin de contribuir al adelanto de las humanidades, y muy especialmente a colaborar en la obra de Dios. Comoquiera que su tónica vibratoria es muy sutil, buscan y rebuscan, y eligen con gran cuidado la familia que ha de albergarles en los primeros años de su vida física; no en cuanto a fortuna y posición social, sino en cuanto a las condiciones espirituales y morales de los que serán sus padres. Esta elección, aparte de llevarles tiempo, deben hacerla con relación al programa o actuación que quieren desarrollar, a fin de no encontrarse después con tropiezos y dificultades insalvables que les expongan a un fracaso lamentable. 
     Y todo espíritu ya más evolucionado, planifica un programa antes de nacer, de enmiendas y realizaciones a desarrollar, de acuerdo con su necesidad evolutiva y su capacidad. Y esta necesidad y capacidad varían en cada ser, lo que es fácil apreciar en la enorme diversidad de destinos humanos. Y aquellos que traen misiones de más responsabilidad, planifican con mucha antelación su destino. 
     Necesario es aclarar que, en las primeras fases de la etapa humana, el individuo poco evolucionado no está aún capacitado para escoger su propio destino humano, y encarna dirigido por inteligencias directrices del progreso humano, en concordancia con su necesidad evolutiva y su capacidad de realización; pero nunca contra su voluntad. 
     Al llegar aquí, pienso que más de un lector preguntará: entonces, ¿de dónde salen tantas almas, .si la población humana de nuestro mundo está aumentando considerablemente? 
     Y aquí responderé a muchas preguntas: 
1. En los diversos planos del astral superior y del inferior, hay una población entre 18 a 20.000 millones de almas o seres desencarnados (según versiones recibidas de Lo Alto), de los cuales muchos están preparados y preparándose para encarnar; y entre los cuales hay gran número desesperados por salir de su terrible condición y dispuestos a aceptar un cuerpo físico por tarado que sea. 
2. En cada ciclo planetario hay transmigraciones de un mundo a otro, con el objeto de limpiar de espíritus perturbadores a los mundos que van alcanzando cierto grado de progreso; como va acontecer ya en nuestro mundo, de donde será expulsada toda la maldad humana a mundos inferiores salvajes. Son los citados en el Apocalipsis de Juan Evangelista, como los de la izquierda de Cristo. Y estos desterrados (en espíritu) a mundos de civilizaciones primitivas, mucho sufrirán, pero también contribuirán al progreso de esas civilizaciones salvajes de esos mundos. 
     Concluiremos nuestra exposición con lo siguiente: mientras el alma no vibre en amor, mientras no amemos a nuestros semejantes como nos amamos a nosotros mismos, estamos destinados a proseguir la cadena de las reencarnaciones terrenas. Pero ¡ay de aquellas almas ruines y ciegas que practiquen la maldad y siendo causantes de sufrimientos! ¡Ay de los que exploten la ignorancia humana! Porque hemos llegado, estamos ya en el «final de los tiempos», y ya no podrán volver a encarnar en este mundo nuestro, sino que serán llevados a encarnar y vivir, durante milenios, en alguno de los mundos más atrasados que el nuestro, entre los que hay una vida bestialmente salvaje y cavernaria, y en donde añorarán (desde lo profundo de sus conciencias) el «paraíso perdido», de este mundo nuestro del cual se verán separados. 

Sebastián de Arauco.

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             Médiums interesados 

304. Como todo puede llegar ser un objeto de explotación, nada tendría de extraño que se quisieran explotar a los Espíritus; falta saber cómo tomarían ellos la cosa si alguna vez se intentara introducir semejante especulación. Diremos en primer lugar que nada se prestaría más al charlatanismo y a la truhanería que semejante negocio. Si se ven falsos sonámbulos, aun se verían más falsos médiums y esta sola razón sería un motivo fundado de desconfianza. El desinterés, por el contrario, es la respuesta más perentoria que pueda oponerse a aquellos que sólo ven en los hechos una hábil maniobra. No hay charlatanismo desinteresado. ¿Cuál sería, pues, el objeto de las personas que usasen la superchería sin 
provecho, con más motivo, cuando su honradez notoria no permite sospechar de ellos? 
     Si las ganancias que un médium sacara de su facultad podían ser un motivo de sospecha, no sería una prueba que esta sospecha fuese fundada; podría, pues, tener una aptitud real y obrar de muy buena fe aun haciéndose retribuir: veamos si en este caso podemos razonablemente esperar un resultado satisfactorio. 

305. Si se ha comprendido bien lo que hemos dicho sobre las condiciones necesarias para servir de intérprete a los buenos Espíritus, las causas numerosas que pueden alejarles, las 
circunstancias independientes de su voluntad que muchas veces son un obstáculo para que vengan, en fin, todas las condiciones morales que pueden ejercer una influencia sobre la naturaleza de las comunicaciones, ¿cómo podría suponerse que un Espíritu por poco elevado que fuese viniese a todas horas del día a ponerse bajo las órdenes de un empresario de reuniones y someterse a sus exigencias para satisfacer la curiosidad del primero que se presente? ¡Se sabe la aversión de los Espíritus por todo lo que es   concupiscencia y egoísmo, el poco caso que hacen de las cosas materiales, y se quisiera que ayudasen a traficar su presencia! Esto lo repugna el pensamiento, y sería necesario conocer muy poco la naturaleza del mundo de los Espíritus para creer que pueda ser de   este modo. Pero como los Espíritus ligeros son menos escrupulosos y sólo desean ocasiones de divertirse a nuestras expensas, resulta que si uno no es mixtificado por un falso médium, corre todo el peligro de serlo por alguno de entre ellos. Estas solas reflexiones dan la medida del grado de confianza que debería concederse a las comunicaciones de este género. Por lo demás, ¿para qué servirían los médiums pagados, puesto que si uno mismo no tiene esta facultad, puede encontrarla en su familia, entre sus amigos o conocidos? 

306. Los médiums interesados no son únicamente aquellos que podrían exigir una retribución fija; el interés no se traduce siempre por la esperanza de una ganancia material, sino por las miras ambiciosas de todas las clases sobre las cuales se pueden fundar esperanzas personales; éste es también un mal paso del que saben muy bien aprovecharse los Espíritus burlones, con una destreza y una truhanería verdaderamente notables, entreteniendo con engañosas ilusiones a los que de este modo se ponen bajo su 
dependencia. En resumen, la mediumnidad es una facultad dada para el bien, y los buenos Espíritus se alejan de cualquiera que pretenda hacer de ella una maravilla para conseguir cualquier cosa que sea que no esté conforme con las miras de la Providencia. El egoísmo es la plaga de la sociedad; los buenos Espíritus lo combaten, no se puede suponer que vengan a servirle. Esto es tan racional, que sería inútil insistir más sobre este punto. 

307. Los médiums de efectos físicos no están en la misma categoría; generalmente estos efectos son producidos por Espíritus inferiores menos escrupulosos. No decimos que estos Espíritus sean necesariamente malos por esto: se puede ser mozo de cordel y hombre muy honrado; un médium de esta categoría, que quisiera explotar su facultad, podría, pues, tener quien le asistiera sin gran repugnancia; pero aun en esto se presenta otro inconveniente. El médium de efectos físicos, lo mismo que el de comunicaciones inteligentes, no ha recibido la facultad para su recreo; se le ha dado a condición de hacer de ella un buen uso, y si abusa puede serle retirada, o volverse en perjuicio suyo porque en definitiva los Espíritus inferiores están a las órdenes de los Espíritus superiores. 
     A los Espíritus inferiores les gusta mucho mixtificar, pero no quieren ser mixtificados; si se prestan voluntariamente a la broma y a las cosas de curiosidad, es porque quieren divertirse; no quieren que se les explote más que a los otros, ni servir de figurantes para que otros recojan los beneficios y prueban a cada momento que tienen su voluntad, que obran cuando y como mejor les parece, lo que hace que el médium de efectos físicos esté aun menos seguro de la regularidad de las manifestaciones que el médium escribiente. El pretender producirlas en días y horas fijas sería probar la mayor ignorancia. ¿En este caso qué es lo que se hace para ganar su dinero? Simular los fenómenos; es lo que puede 
suceder no solamente a aquellos que harían de esto un oficio reconocido, más también a personas sencillas en apariencia que encuentran este medio más fácil y más cómodo que el trabajar. Si el Espíritu no da de sí, se le suple: ¡la imaginación es tan fecunda cuando se trata de ganar dinero! Siendo el interés un motivo legítimo de sospecha, da un derecho para el examen riguroso, de que uno no podría ofenderse sin justificar las sospechas. Pero 
cuanto más legítima es la sospecha en este caso, tanto más ofensivas es frente a personas honradas y desinteresadas. 
-El libro de los médiums. Allan Kardec. 

Nota añadida al texto, de Ángeles Calatayud : Para sanar no hacen falta rituales ni limpiezas ni ninguna cosa de estas . 
Se necesita elevación moral y una buena dosis de buenas intenciones y deseos de ayudar. 
Todo lo demás no sirve en realidad para nada. 
. Los Espíritus dicen que aquello que se recibió gratis, hay que ofrecerlo generosamente sin esperar ninguna recompensa material. 
Simplemente con el propósito de servir y ayudar.

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                              NO SON ESPIRITISTAS 
Los que lucran , explotan o engañan en nombre del Espiritismo. Los que se ocupan de cartomancia , sortilegios, adivinación, para embaucar a sus semejantes. Todo aquel que mixtifica o se atribuye falsas facultades, en cuyo fondo esta el absurdo, el fanatismo o el interés. Nadie que obre así es Espiritista , aunque diga serlo; y por el daño que causan a la doctrina y a la verdadera mediumnidad, consignamos nuestra protesta y nuestra reprobación contra todos ellos , reciban o no dinero en pago de sus extravíos - A.Kardec-


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  Ventajas de las comunicaciones con los seres espirituales
Amalia Domingo Soler

¿Y qué ventajas reporta a los hombres la comunicación con los espíritus?:
 ¡Muchas! si se saben apreciar, inmensas si se comprenden sus tendencias
 generalmente moralizadoras. La comunicación de los espíritus, rasga el 
tupido velo de los misterios religiosos; y como dice muy bien Kardec:
    Hasta ese día el hombre no había podido crear sino hipótesis acerca de su porvenir, y he aquí porqué sus creencias en esa materia estaban divididas en sistemas tan numerosos y tan opuestos desde el aniquilamiento, hasta las fantásticas descripciones del paraíso y del infierno. Hoy son testigos presenciales los actores mismos de la vida de ultratumba, los que vienen a decirnos lo que en eso hay, lo cuál solo ellos podrán hacerlo.
  Esas manifestaciones han servido para damos a conocer el mundo invisible que nos rodea y que ni siquiera sospechábamos, cuyo conocimiento, por sí solo es de una importancia capital, aun suponiendo que los espíritus no pudieran enseñarnos otra cosa.
¿Quién si se encontrara en un país desconocido, despreciará las señas que pudiera darle el campesino más humilde que a su paso encontrara? ¿Rehusaría preguntarle, siquiera, acerca del estado del camino, porque fuera un pobre labriego?
 En verdad que no habría que esperar de él profundas instrucciones, más en su esfera y por ser lo que es, podría en ciertos puntos guiarnos mejor que un sabio muy distinguido que no conociera el país.
Se sacarían de sus indicaciones, consecuencias que quizás él mismo no podría sacar, sin que por eso hubiese dejado de ser un medio muy útil para hacer ciertas observaciones, aunque no hubiese servido sino para damos a conocer las costumbres de los habitantes del país. Lo mismo puede decirse de las relaciones de los espíritus, de los cuales el más humilde puede damos instrucciones muy útiles.
    Una comparación vulgar hará comprender mejor todavía la situación. Un navío cargado de emigrantes parte de un país lejano: lleva gente de todas condiciones, que dejan parientes y amigos numerosos.
    Corre la voz de que el navío ha naufragado: no queda de él rastro ninguno, ni llega noticia alguna de su suerte, por lo que se cree que todos los pasajeros han perecido, y se esparce el luto y la consternación en todas las familias. Sin embargo, todos sin exceptuar uno solo, han arribado a otra tierra desconocida, pero abundante y fértil, donde viven bajo un hermoso cielo, alegres y felices. Pero esto se ignora.
    Mas un día otro navío llega a dicha tierra y encuentra a los náufragos sanos y salvos; la noticia circula con la rapidez del rayo, y cada cual felicita a los demás diciendo: nuestros amigos viven, y dan gracias a Dios. No pueden verse, más están en correspondencia regular, se cruzan los testimonios de afecto, y la alegría sucede a la tristeza.
    Tal es la imagen de la vida terrestre y de la vida de ultratumba antes y después de la revelación moderna; ésta, semejante al segundo navío, nos trae la buena noticia de la supervivencia de los que nos son queridos, y la certidumbre de irnos a reunimos con ellos algún día.
    La duda acerca de su suerte y de la nuestra ya no existe, y la tristeza y el desaliento ceden su puesto a una risueña esperanza. Pero otros resultados vienen a fecundar esta revelación.
    Juzgando Dios a la humanidad dispuesto para penetrar en los misterios de su doctrina y contemplar a sangre fría nuevas maravillas, ha permitido que se descorriese el velo que separaba el mundo visible del invisible. El hecho de las manifestaciones no tiene nada de extrahumano, es la humanidad espiritual que viene a conversar con la humanidad corporal y a decirle: nosotros existimos, luego la nada no existe; ved ahora lo que somos y lo que habréis de ser; éste es vuestro porvenir, así como el nuestro.
Vosotros marchabais en las tinieblas, venimos a ilustraros y a mostraros el camino; marchabais sin rumbo y a la ventura, y os enseñamos el puerto. La vida terrestre lo era todo para vosotros, porque nada veíais después de ella y nosotros os decimos, manifestando la vida espiritual que gozamos: la vida terrestre no es nada.
    Vuestra vista se detenía en los bordes de la tumba, y del lado de allá existen horizontes espléndidos e interminables. No os dabais cuenta de la causa de vuestro sufrimiento, y ahora veis en ellos la justicia de Dios; el bien existía sin frutos aparentes para el futuro, más en lo sucesivo tendrán un gran objeto presente y será una necesidad; la fraternidad será una utopía generosa, ved ahora como es una realidad espléndida fundada en las leyes de la naturaleza.
Bajo el influjo de la creencia de que todo acaba con la vida del cuerpo, la inmensidad es el vacío, el egoísmo impera entre vosotros y es el mote de vuestro escudo y la última palabra de vuestra moral es cada uno para sí; con la certidumbre del porvenir, los espacios infinitos se pueblan hasta el infinito, y el vacío y la soledad no existen en ninguna parte: la solidaridad une a todos los seres del lado de allá de la tumba, y existe el reinado de la caridad con el mote en su escudo. “Cada uno para todos y todos para uno”.
Del libro "La Luz del Porvenir", Centro Espírita "La Luz del Camino", Orihuela/Editora Espírita Allan Kardec,- Málaga -( España)

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1 comentario:

Anna Calypte dijo...

Gracias por dedicar su tiempo a compartir este tipo de contenidos. Es un gusto leerlos, reflexionar y aprender con ellos. Un cariñoso saludo.