ESPIRITISMO
Hoy presento los siguientes trabajos:
1.- El Problema de la Obsesión(2)
2,. El penoso camino recorrido por un Espíritu, ya feliz.
3.-Purificación espiritual
4.-¿Será que yo preciso de eso?
5.- Auto-transformación moral e intelectual
EL PROBLEMA DE LA OBSESIÓN (2)
...//... ( viene del publicado anterior)
La fascinación
Cuando la obsesión simple se perpetúa en el tiempo, el espíritu envuelve al obsesado de una forma más íntima de forma que le producirá ilusiones y alucinaciones que progresivamente irán paralizando su raciocinio y terminará por creer ciegamente.
La idea fija que empezó en la obsesión simple, es ahora envuelta de alucinaciones, ilusiones o embelesamiento eliminando toda resistencia mental del obsesado instaurando su alienación y posteriormente la psicosis.
En este estado el médium podrá escribir cosas absurdas de las que confía plenamente, se apartará de los que le recomienden que dude de ellas y probablemente rehusará toda ayuda, no viéndose necesitado de ella, sintiéndose especial y excitado en su orgullo al sentirse un canal de los espíritus superiores, en base a las comunicaciones que recibe, consejos que escucha, etc.
En el obsesado que no sea médium ostensible la fascinación será muy difícil de detectar ya que sus alucinaciones se confundirán con problemas psicológicos, neurosis en las primeras etapas de obsesión simple y psicosis en la siguiente etapa de fascinación.
Richard Simonetti, en su libro "¿Quién tiene miedo a la obsesión?" nos habla de la obsesión simple y la fascinación como causantes de neurosis y psicosis, pero no al revés, afirmando lo siguiente:
-"En la obsesión simple el obsesado sabe que está equivocado en los absurdos en los que incurre. En la fascinación él no tiene ninguna duda de que está absolutamente en lo cierto."
-"La víctima de la obsesión simple se sitúa en una neurosis. Neurótico es aquel ciudadano dominado por insuperables preocupaciones."
El obsesado, en cierta forma, sabe que esas preocupaciones no son reales, aunque no puede dejar de pensar en la posibilidad de que sean reales.
-"Psicótico es aquel individuo que no tiene ninguna duda (sobre sus alucinaciones)... se apartó de la realidad."
El obsesado con fascinación cumple plenamente con la afirmación de psicótico. Lo contrario no siempre es cierto puesto que el problema psicótico no tiene porqué venir de una fascinación, al ser un problema más complejo.
La subyugación
La subyugación corresponde a un grado más avanzado de obsesión que la fascinación, donde a veces el constreñimiento del obsesado es tan fuerte que llega a anular completamente la voluntad del obsesado.
La subyugación puede ser moral o material. En la subyugación moral el subyugado se ve obligado a realizar actos ridículos por encima de su voluntad, dándose cuenta plenamente y sufriendo íntimamente por todo ello. En la subyugación física, el obsesor toma el control total de parte de los músculos obligándole a realizar acciones o movimientos en contra de su voluntad que le originan accidentes y problemas físicos, como es accidentarse por retirar la mano de un apoyo en determinado momento para producirle una fuerte caída, etc.
Así como la fascinación es el proceso más difícil de tratar ya que dispone del pleno beneplácito del obsesado, progresando a la subyugación, puede volver la capacidad de raciocinio a su conciencia siempre a través del dolor que le provoca el nuevo estado de subyugación. Cuando los efectos de la subyugación son evidentes la fascinación empieza a ceder conforme el obsesado se da cuenta de que ya no es dueño de su voluntad y que está siendo utilizado. Es el momento en que puede reanudar su lucha por recuperar su libertad.
En este punto hay dos factores claves que le capacitarán para recuperarse: la resistencia física y la resistencia mental.
En individuos con escasa resistencia física, puede ocurrir que su estado de salud se haya debilitado excesivamente en las etapas anteriores de la obsesión, no quedándole fuerzas físicas para la lucha, precipitándose lentamente hacia la desencarnación.
Disponer de una buena constitución física y haber cuidado previamente el cuerpo físico, habiendo llevado hábitos saludables y rebosando de energía saludable a través del ejercicio físico, es una importante ayuda a la hora de resistir físicamente largos procesos de subyugación donde el robo de energías vitales por parte del obsesor debilitarán la resistencia del cuerpo físico incrementado sus dolencias y generando otras nuevas que ya estaban en germen, llegando incluso a producirle ataques epilépticos y otras crisis, que continuarán mermando la salud más aún.
La resistencia mental, ayudado por la resistencia física, determinará las posibilidades de recuperar la voluntad y la cordura, siempre y cuando sea asistido por una buena terapia desobsesiva.
En el pasado, cuando los tratamientos psiquiátricos eran altamente invasivos, las secuelas eran irreversibles y los éxitos ridículos. En la actualidad la psiquiatría bien orientada puede ser de gran ayuda para mitigar el sufrimiento del paciente siempre que le deje la suficiente luz vibrando en su conciencia. Cualquier medida que anule totalmente la conciencia del paciente no le permitirá trabajar por su liberación mental.
Al entrar en sueño profundo, el alma se desprende y va a los lugares donde es atraída por afinidad rodeándose de las compañías correspondientes al mismo nivel vibratorio. Cuando son inferiores, entre dichas compañías, se encuentran sus obsesores que continuarán el trabajo diurno con nuevas sugestiones e ideas de espíritu a espíritu, intentando ganar, además, su confianza en vistas de alcanzar niveles cada vez más profundos de sugestión de camino a la fascinación y la subyugación.
Las influencias recibidas durante el desprendimiento del sueño, dejarán al despertar, cuando la influencia fue negativa, sentimientos de desánimo, indignación que favorecerán la obsesión. Sin embargo, el mismo mecanismo está al servicio del bien, cuando durante la noche aprovechamos el tiempo y nos reunimos con nuestros guías y empleamos el tiempo hacia el bien, despertándonos a la mañana siguientes, reconfortados, con buen ánimo, llenos de esperanza e ilusión, gracias a su influencia positiva. Por todo ello es tan necesario alcanzar el mejor estado vibratorio al irnos a dormir, con oración, lecturas edificantes e incluso pidiendo protección a los Espíritus superiores.
En la terapia de la obsesión se pueden diferenciar, como principales trabajos, el trabajo con el obsesado y el trabajo con el obsesor.
Para el trabajo con el obsesor no siempre se tiene disponible un grupo mediúmnico bien preparado y accesible, pero eso no quita que tengamos que abandonarlo, el propio obsesado puede realizar cierto trabajo con él, teniendo en cuenta sobre todo que el vínculo con el obsesor es bidireccional. Visto desde este punto de vista, conforme va moralizándose el obsesado, el obsesor recibe también la influencia, lo que le obliga en los casos más endurecidos a tener que abandonar al obsesado en los periodos de oración y estudio si no quiere ver peligrar su voluntad hacia el mal, lo que le permite al obsesado disfrutar de momentos de menor presión espiritual. Para intentar evitar que el obsesado saque provecho de esos momentos, el obsesor le inunda de energías viciadas que le causen malestar y disminuyan su voluntad. Por ello es importantísimo recibir tratamiento de fluidoterapia, como los pases del centro u otros específicos para ayudar en el tema.
Desde ese momento, tenemos que empezar a ver al obsesor como un compañero al que también hay que ayudar. Empezando a enviarle amor y buenos sentimientos junto a la terapia fluídica que también le beneficia, podrá también empezar a cambiar. Primero se sentirá desconcertado y enfadado, pero si somos constantes, los beneficios del estudio, pases, irradiaciones y buenos sentimientos harán huella en él y se le empezará a ablandar el corazón disminuyendo la presión sobre el obsesado. Llegará el momento en que ya no se aleje en los momentos de estudio mostrando interés y desconcierto. En ese momento habremos llegado a la recta final de la obsesión porque habremos preparado la recuperación de ambos.
Existen casos de obsesión donde esta lleva implícito un bien, una enseñanza o una reparación (expiación) y hay que tener cuidado en no cortarla antes de tiempo.
Mientras las condiciones morales del obsesado no cambien, rescatar sólo al obsesor no le será de ayuda porque al poco tiempo dispondrá de otro espíritu obsesor de recambio, pues son sus condiciones morales las que los atraen por afinidad y sintonía, hasta la extenuación de todos los recursos de ayuda externa.
En la terapia espírita hacia el obsesado, lo más importante es atender el aspecto moral, como aspecto fundamental para modificar la afinidad y sintonía, elevándonos para acercándonos a los buenos espíritus rompiendo los lazos con el mundo espiritual inferior.
Cuando el proceso obsesivo es de carácter expiatorio, tenemos que tener en cuenta que será necesario armarse de mucha paciencia y centrarse en la máxima “…el amor cubre multitud de pecados” (1 Pedro 4:8). De esa forma primero irá saldando las cuentas de su conciencia interna y poco a poco perdiendo la sintonía con los espíritus que le atormentan, en un largo proceso de renovación interior.
La terapia Espírita de la obsesión es por tanto un conjunto de medidas orientadas hacia el obsesado:
-Asistencia semanal a clases de estudio del Evangelio y de la Doctrina Espírita.
-Evangelio en el hogar diario con todos los miembros de la familia.
-Estudio diario del libro de "El Libro de los Espíritus" o de "El Libro de los Médium".
-Oración sentida tres veces al día y en cualquier momento en que se perciba la influencia externa.
-Mantener pensamientos positivos apartando de la mente todo lo negativo sin juzgarlo ni sentirnos culpables por ello. No permitir sentimientos de miedo, culpa o remordimiento que disminuyan la vibración.
-Abandonar todo sentimiento negativo hacia el obsesor y progresivamente mejorar los sentimientos hacia él con el deseo sincero de ayudarlo en lo posible. Verlo como un compañero que también está enfermo y con el que tenemos que convivir temporalmente.
-No juzgar a lo demás para no desequilibrarnos. Los demás también tienen sus influencias externas y si nos ponemos a su alcance sin duda aprovecharán esta vía. Cuando el obsesado se protege íntimamente, debe prepararse para el ataque desde fuera, desde las personas y cosas que le importan como los familiares, el trabajo o los amigos.
-Obligarse a realizar actos de caridad periódicamente apuntándose a organizaciones de ayuda, visita a enfermos, comedores sociales, etc.
-Voluntad firme en estos propósitos, releyéndolos periódicamente para no perder el convencimiento de su necesidad y no dejarse embargar por la pereza.
-Elevar la autoestima como medida necesaria para adquirir y conservar energías, no derrochándolas en pensamientos negativos que disminuyen la vibración y facilita el robo de dichas energías.
-Vigilancia y disciplina. El pensamiento es la puerta por donde entra toda influencia externa, llegando al sentimiento a través de él. Cuando nos sintamos de cierta forma, preguntémonos qué pensamientos nos llevaron a ver el tema así, buscando el remedio para retornar al equilibrio.
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EL PENOSO CAMINO RECORRIDO POR UN ESPÍRITU, YA FELIZ
ESPÍRITUS FELICES.
BERNARDIN.
Burdeos, abril de 1 862
“Soy un espíritu olvidado desde hace muchos siglos. He vivido en la Tierra en la miseria y
el oprobio. He trabajado sin descanso para llevar cada día a mi familia un pedazo de pan
insuficiente. Pero amaba a mi verdadero dueño, y cuando el que me cargaba en la Tierra aumentaba el peso de mi dolor, decía: Dios mío, dadme la fuerza de soportar este peso sin quejarme. Expiaba, amigos míos, pero al salir de esta ruda prueba, el Señor me ha recibido en la paz, y mis fervientes votos han sido para reuniros a todos a mi alrededor,mis queridos hijos y hermanos, para deciros:
Por muy alto que elevéis su precio, la dicha que os espera está aún mucho más alta. “No tenía estado. Hijo de una numerosa familia, he servido a quien podía ayudarme a soportar mi vida. Nacido en una época en que la servidumbre era cruel, he soportado todas las injusticias, todos los vasallajes. todas las cargas que querían imponerme los subalternos del Señor.
He visto a mi mujer ultrajada, a mis hijas arrebatadas y después abandonadas sin que me pudiera quejar. He visto llevar a mis hijos a las guerras de pillaje y de crímenes, ahorcados por faltas que no habían cometido. ¡Si supieseis, pobres amigos, lo que he sufrido en mi bastante larga existencia!
Pero esperaba, esperaba la dicha que no está en la Tierra, y el Señor me la ha concedido. Así pues, a todos, hermanos míos, os encargo valor, paciencia y resignación.
“Hijo mío, tú puedes conservar lo que te he dado. Es una enseñanza práctica. Al que predica, le escuchan mejor cuando puede decir. «He sufrido más que vosotros y he sufrido sin quejarme.»”
P. ¿En qué época vivíais?
R. De 1400 a 1460.
P. ¿Habéis tenido otra existencia después?
R. Sí, he vivido también entre vosotros como misionero, sí, misionero de la fe. Pero de la
verdadera, de la pura, de la que sale de Dios, y no de la que los hombres han hecho.
P. ¿Ahora, como espíritu, tenéis todavía ocupaciones?
R.¿Podríais creer que los espíritus permanezcan inactivos? La inacción, la inutilidad, sería
para ellos un suplicio. Mi misión es la de guiar centros de obreros al Espiritismo. Inspiro a éstos buenos pensamientos, y me esfuerzo en neutralizar los que los malos espíritus desean sugerirles.
Bernardin.
EL CIELO Y EL INFIERNO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
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PURIFICACIÓN ESPIRITUAL
35. El Espíritu se purifica con el correr del tiempo, y las Diferentes encarnaciones son alambiques en cuyo fondo deja, cada vez, algunas impurezas.
Al abandonar su envoltura corporal, los Espíritus no se despojan instantáneamente de sus imperfecciones, razón por la cual, después de la muerte, no ven a Dios más de lo que lo veían cuando estaban vivos. No obstante, a medida que se purifican, tienen de Él una intuición más clara.. Aunque no lo vean, lo comprenden mejor, pues la luz es menos difusa.
EL GENESIS
ALLAN KARDEC
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¿SERÁ QUE YO PRECISO DE ESO?
Cuando la obsesión simple se perpetúa en el tiempo, el espíritu envuelve al obsesado de una forma más íntima de forma que le producirá ilusiones y alucinaciones que progresivamente irán paralizando su raciocinio y terminará por creer ciegamente.
La idea fija que empezó en la obsesión simple, es ahora envuelta de alucinaciones, ilusiones o embelesamiento eliminando toda resistencia mental del obsesado instaurando su alienación y posteriormente la psicosis.
En este estado el médium podrá escribir cosas absurdas de las que confía plenamente, se apartará de los que le recomienden que dude de ellas y probablemente rehusará toda ayuda, no viéndose necesitado de ella, sintiéndose especial y excitado en su orgullo al sentirse un canal de los espíritus superiores, en base a las comunicaciones que recibe, consejos que escucha, etc.
En el obsesado que no sea médium ostensible la fascinación será muy difícil de detectar ya que sus alucinaciones se confundirán con problemas psicológicos, neurosis en las primeras etapas de obsesión simple y psicosis en la siguiente etapa de fascinación.
Richard Simonetti, en su libro "¿Quién tiene miedo a la obsesión?" nos habla de la obsesión simple y la fascinación como causantes de neurosis y psicosis, pero no al revés, afirmando lo siguiente:
-"En la obsesión simple el obsesado sabe que está equivocado en los absurdos en los que incurre. En la fascinación él no tiene ninguna duda de que está absolutamente en lo cierto."
-"La víctima de la obsesión simple se sitúa en una neurosis. Neurótico es aquel ciudadano dominado por insuperables preocupaciones."
El obsesado, en cierta forma, sabe que esas preocupaciones no son reales, aunque no puede dejar de pensar en la posibilidad de que sean reales.
-"Psicótico es aquel individuo que no tiene ninguna duda (sobre sus alucinaciones)... se apartó de la realidad."
El obsesado con fascinación cumple plenamente con la afirmación de psicótico. Lo contrario no siempre es cierto puesto que el problema psicótico no tiene porqué venir de una fascinación, al ser un problema más complejo.
La subyugación
La subyugación corresponde a un grado más avanzado de obsesión que la fascinación, donde a veces el constreñimiento del obsesado es tan fuerte que llega a anular completamente la voluntad del obsesado.
La subyugación puede ser moral o material. En la subyugación moral el subyugado se ve obligado a realizar actos ridículos por encima de su voluntad, dándose cuenta plenamente y sufriendo íntimamente por todo ello. En la subyugación física, el obsesor toma el control total de parte de los músculos obligándole a realizar acciones o movimientos en contra de su voluntad que le originan accidentes y problemas físicos, como es accidentarse por retirar la mano de un apoyo en determinado momento para producirle una fuerte caída, etc.
Así como la fascinación es el proceso más difícil de tratar ya que dispone del pleno beneplácito del obsesado, progresando a la subyugación, puede volver la capacidad de raciocinio a su conciencia siempre a través del dolor que le provoca el nuevo estado de subyugación. Cuando los efectos de la subyugación son evidentes la fascinación empieza a ceder conforme el obsesado se da cuenta de que ya no es dueño de su voluntad y que está siendo utilizado. Es el momento en que puede reanudar su lucha por recuperar su libertad.
En este punto hay dos factores claves que le capacitarán para recuperarse: la resistencia física y la resistencia mental.
En individuos con escasa resistencia física, puede ocurrir que su estado de salud se haya debilitado excesivamente en las etapas anteriores de la obsesión, no quedándole fuerzas físicas para la lucha, precipitándose lentamente hacia la desencarnación.
Disponer de una buena constitución física y haber cuidado previamente el cuerpo físico, habiendo llevado hábitos saludables y rebosando de energía saludable a través del ejercicio físico, es una importante ayuda a la hora de resistir físicamente largos procesos de subyugación donde el robo de energías vitales por parte del obsesor debilitarán la resistencia del cuerpo físico incrementado sus dolencias y generando otras nuevas que ya estaban en germen, llegando incluso a producirle ataques epilépticos y otras crisis, que continuarán mermando la salud más aún.
La resistencia mental, ayudado por la resistencia física, determinará las posibilidades de recuperar la voluntad y la cordura, siempre y cuando sea asistido por una buena terapia desobsesiva.
En el pasado, cuando los tratamientos psiquiátricos eran altamente invasivos, las secuelas eran irreversibles y los éxitos ridículos. En la actualidad la psiquiatría bien orientada puede ser de gran ayuda para mitigar el sufrimiento del paciente siempre que le deje la suficiente luz vibrando en su conciencia. Cualquier medida que anule totalmente la conciencia del paciente no le permitirá trabajar por su liberación mental.
Desprendimiento durante el sueño
La obsesión es una presión constante sobre el espíritu incluso cuando el cuerpo duerme, pero el alma se libera durante el sueño.Al entrar en sueño profundo, el alma se desprende y va a los lugares donde es atraída por afinidad rodeándose de las compañías correspondientes al mismo nivel vibratorio. Cuando son inferiores, entre dichas compañías, se encuentran sus obsesores que continuarán el trabajo diurno con nuevas sugestiones e ideas de espíritu a espíritu, intentando ganar, además, su confianza en vistas de alcanzar niveles cada vez más profundos de sugestión de camino a la fascinación y la subyugación.
Las influencias recibidas durante el desprendimiento del sueño, dejarán al despertar, cuando la influencia fue negativa, sentimientos de desánimo, indignación que favorecerán la obsesión. Sin embargo, el mismo mecanismo está al servicio del bien, cuando durante la noche aprovechamos el tiempo y nos reunimos con nuestros guías y empleamos el tiempo hacia el bien, despertándonos a la mañana siguientes, reconfortados, con buen ánimo, llenos de esperanza e ilusión, gracias a su influencia positiva. Por todo ello es tan necesario alcanzar el mejor estado vibratorio al irnos a dormir, con oración, lecturas edificantes e incluso pidiendo protección a los Espíritus superiores.
Terapia Obsesión
La terapia de la obsesión debe tener carácter integral englobando tanto aspectos personales como familiares. La familia puede ser un gran apoyo que rodea frecuentemente al obsesado, donde puede encontrar un bastión donde defenderse y encontrarse mejor, a través de la práctica del Evangelio en el hogar, manteniendo y cultivando el ambiente fluídico apropiado que sirva en buena medida de protección.En la terapia de la obsesión se pueden diferenciar, como principales trabajos, el trabajo con el obsesado y el trabajo con el obsesor.
Para el trabajo con el obsesor no siempre se tiene disponible un grupo mediúmnico bien preparado y accesible, pero eso no quita que tengamos que abandonarlo, el propio obsesado puede realizar cierto trabajo con él, teniendo en cuenta sobre todo que el vínculo con el obsesor es bidireccional. Visto desde este punto de vista, conforme va moralizándose el obsesado, el obsesor recibe también la influencia, lo que le obliga en los casos más endurecidos a tener que abandonar al obsesado en los periodos de oración y estudio si no quiere ver peligrar su voluntad hacia el mal, lo que le permite al obsesado disfrutar de momentos de menor presión espiritual. Para intentar evitar que el obsesado saque provecho de esos momentos, el obsesor le inunda de energías viciadas que le causen malestar y disminuyan su voluntad. Por ello es importantísimo recibir tratamiento de fluidoterapia, como los pases del centro u otros específicos para ayudar en el tema.
Desde ese momento, tenemos que empezar a ver al obsesor como un compañero al que también hay que ayudar. Empezando a enviarle amor y buenos sentimientos junto a la terapia fluídica que también le beneficia, podrá también empezar a cambiar. Primero se sentirá desconcertado y enfadado, pero si somos constantes, los beneficios del estudio, pases, irradiaciones y buenos sentimientos harán huella en él y se le empezará a ablandar el corazón disminuyendo la presión sobre el obsesado. Llegará el momento en que ya no se aleje en los momentos de estudio mostrando interés y desconcierto. En ese momento habremos llegado a la recta final de la obsesión porque habremos preparado la recuperación de ambos.
Existen casos de obsesión donde esta lleva implícito un bien, una enseñanza o una reparación (expiación) y hay que tener cuidado en no cortarla antes de tiempo.
Mientras las condiciones morales del obsesado no cambien, rescatar sólo al obsesor no le será de ayuda porque al poco tiempo dispondrá de otro espíritu obsesor de recambio, pues son sus condiciones morales las que los atraen por afinidad y sintonía, hasta la extenuación de todos los recursos de ayuda externa.
En la terapia espírita hacia el obsesado, lo más importante es atender el aspecto moral, como aspecto fundamental para modificar la afinidad y sintonía, elevándonos para acercándonos a los buenos espíritus rompiendo los lazos con el mundo espiritual inferior.
Cuando el proceso obsesivo es de carácter expiatorio, tenemos que tener en cuenta que será necesario armarse de mucha paciencia y centrarse en la máxima “…el amor cubre multitud de pecados” (1 Pedro 4:8). De esa forma primero irá saldando las cuentas de su conciencia interna y poco a poco perdiendo la sintonía con los espíritus que le atormentan, en un largo proceso de renovación interior.
La terapia Espírita de la obsesión es por tanto un conjunto de medidas orientadas hacia el obsesado:
-Asistencia semanal a clases de estudio del Evangelio y de la Doctrina Espírita.
-Evangelio en el hogar diario con todos los miembros de la familia.
-Estudio diario del libro de "El Libro de los Espíritus" o de "El Libro de los Médium".
-Oración sentida tres veces al día y en cualquier momento en que se perciba la influencia externa.
-Mantener pensamientos positivos apartando de la mente todo lo negativo sin juzgarlo ni sentirnos culpables por ello. No permitir sentimientos de miedo, culpa o remordimiento que disminuyan la vibración.
-Abandonar todo sentimiento negativo hacia el obsesor y progresivamente mejorar los sentimientos hacia él con el deseo sincero de ayudarlo en lo posible. Verlo como un compañero que también está enfermo y con el que tenemos que convivir temporalmente.
-No juzgar a lo demás para no desequilibrarnos. Los demás también tienen sus influencias externas y si nos ponemos a su alcance sin duda aprovecharán esta vía. Cuando el obsesado se protege íntimamente, debe prepararse para el ataque desde fuera, desde las personas y cosas que le importan como los familiares, el trabajo o los amigos.
-Obligarse a realizar actos de caridad periódicamente apuntándose a organizaciones de ayuda, visita a enfermos, comedores sociales, etc.
-Voluntad firme en estos propósitos, releyéndolos periódicamente para no perder el convencimiento de su necesidad y no dejarse embargar por la pereza.
-Elevar la autoestima como medida necesaria para adquirir y conservar energías, no derrochándolas en pensamientos negativos que disminuyen la vibración y facilita el robo de dichas energías.
-Vigilancia y disciplina. El pensamiento es la puerta por donde entra toda influencia externa, llegando al sentimiento a través de él. Cuando nos sintamos de cierta forma, preguntémonos qué pensamientos nos llevaron a ver el tema así, buscando el remedio para retornar al equilibrio.
José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"
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EL PENOSO CAMINO RECORRIDO POR UN ESPÍRITU, YA FELIZ
ESPÍRITUS FELICES.
BERNARDIN.
Burdeos, abril de 1 862
“Soy un espíritu olvidado desde hace muchos siglos. He vivido en la Tierra en la miseria y
el oprobio. He trabajado sin descanso para llevar cada día a mi familia un pedazo de pan
insuficiente. Pero amaba a mi verdadero dueño, y cuando el que me cargaba en la Tierra aumentaba el peso de mi dolor, decía: Dios mío, dadme la fuerza de soportar este peso sin quejarme. Expiaba, amigos míos, pero al salir de esta ruda prueba, el Señor me ha recibido en la paz, y mis fervientes votos han sido para reuniros a todos a mi alrededor,mis queridos hijos y hermanos, para deciros:
Por muy alto que elevéis su precio, la dicha que os espera está aún mucho más alta. “No tenía estado. Hijo de una numerosa familia, he servido a quien podía ayudarme a soportar mi vida. Nacido en una época en que la servidumbre era cruel, he soportado todas las injusticias, todos los vasallajes. todas las cargas que querían imponerme los subalternos del Señor.
He visto a mi mujer ultrajada, a mis hijas arrebatadas y después abandonadas sin que me pudiera quejar. He visto llevar a mis hijos a las guerras de pillaje y de crímenes, ahorcados por faltas que no habían cometido. ¡Si supieseis, pobres amigos, lo que he sufrido en mi bastante larga existencia!
Pero esperaba, esperaba la dicha que no está en la Tierra, y el Señor me la ha concedido. Así pues, a todos, hermanos míos, os encargo valor, paciencia y resignación.
“Hijo mío, tú puedes conservar lo que te he dado. Es una enseñanza práctica. Al que predica, le escuchan mejor cuando puede decir. «He sufrido más que vosotros y he sufrido sin quejarme.»”
P. ¿En qué época vivíais?
R. De 1400 a 1460.
P. ¿Habéis tenido otra existencia después?
R. Sí, he vivido también entre vosotros como misionero, sí, misionero de la fe. Pero de la
verdadera, de la pura, de la que sale de Dios, y no de la que los hombres han hecho.
P. ¿Ahora, como espíritu, tenéis todavía ocupaciones?
R.¿Podríais creer que los espíritus permanezcan inactivos? La inacción, la inutilidad, sería
para ellos un suplicio. Mi misión es la de guiar centros de obreros al Espiritismo. Inspiro a éstos buenos pensamientos, y me esfuerzo en neutralizar los que los malos espíritus desean sugerirles.
Bernardin.
EL CIELO Y EL INFIERNO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
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PURIFICACIÓN ESPIRITUAL
35. El Espíritu se purifica con el correr del tiempo, y las Diferentes encarnaciones son alambiques en cuyo fondo deja, cada vez, algunas impurezas.
Al abandonar su envoltura corporal, los Espíritus no se despojan instantáneamente de sus imperfecciones, razón por la cual, después de la muerte, no ven a Dios más de lo que lo veían cuando estaban vivos. No obstante, a medida que se purifican, tienen de Él una intuición más clara.. Aunque no lo vean, lo comprenden mejor, pues la luz es menos difusa.
EL GENESIS
ALLAN KARDEC
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¿SERÁ QUE YO PRECISO DE ESO?
¿Precisamos de todo aquello que deseamos tener?
¿Usted se paró a pensar sobre eso?
Es una reflexión que necesita de nuestra atención, y que colocará en análisis muchos de nuestros valores.
Recordemos un pasaje narrando que Mahatma Gandhi, después de haber conseguido la independencia de la India, hizo una visita a Inglaterra.
Paseaba con algunas personas por las calles de Londres, cuando su atención fue atraída por la vitrina de una famosa joyería.
Y allí quedó Gandhi, mirando las piedras preciosas y las joyas ricamente trabajadas.
El dueño de la joyería inmediatamente lo reconoció, y fue hasta la calle para saludarlo:
Mucho me honra que Mahatma esté aquí, contemplando nuestro trabajo, dijo él. Tenemos muchas cosas de inmenso valor, belleza y arte, y nos gustaría ofrecerle algo.
Sí, estoy admirado con tanta maravilla – respondió Gandhi. Y, más aun, estoy sorprendido conmigo, pues sabiendo que podría ganar un rico presente, aun consigo vivir y ser respetado sin precisar usar joyas.
Otro espíritu muy sabio, también se refería a estas cuestiones. El Dalí Lama, en su obra “El arte de la felicidad”, traza observaciones y anotaciones sobre eso, proponiendo la siguiente práctica:
Toda vez que estemos delante de algo que deseamos adquirir, algo que nos despierte el deseo, la voluntad, preguntemos a nosotros mismos: ¿Será que yo preciso de eso?
Si nos dejáramos llevar por un primer impulso responderíamos “si, está claro que lo necesito” pues aun no racionalizamos nada.
Ahora, si pensáramos un poco más, y dejáramos este primer ímpetu para tras, conseguiríamos descubrir si realmente estamos precisando de aquello.
Así, nos lo asegura el líder tibetano que no seremos fácilmente seducidos por las conquistas materiales, que tienden a querer esclavizarnos.
Nuestro ser es frágil, y aun cree que precisa de recursos externos para asegurar la felicidad. La baja auto estima, algunas veces nos hace procurar en el mundo algo que consiga elevarla.
Comprar ropas, coches, joyas puede traer una cierta satisfacción a nuestras vidas, más ella será apenas momentánea, y una vez que el encanto con lo nuevo pase, volveremos a la etapa anterior de nuestra felicidad.
El ser que busca la espiritualización, va a encontrar recursos para construir su felicidad en aquello que no es materia, va a encontrar la satisfacción en los sentimientos, en las acciones nobles que practique a favor de otro, en una conversación amiga, en la contemplación de la naturaleza.
El ser que busca la espiritualización precisa rever sus valores, y no ceder a los apelos de las propagandas y de las modas, consiguiendo así basar su felicidad en terreno seguro.
¡Piense en eso!
El sabio de los sabios un día enseño: “no acumular tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan. Mas, juntad tesoros en el Cielo, donde ni el hierro destruye, y donde los ladrones no minan ni roban. Pues donde estuviere vuestro tesoro, ahí estará también vuestro corazón.
Piense en eso
Equipo de Redacción de Momento Espirita
********************************Autotransformación Moral e Intelectual
"Nadie esta exento de regresar a la espiritualidad y encontrarse con un mundo de Luz o de Tinieblas.
En verdad, en verdad, iremos a recoger exactamente lo que sembramos en actitudes, actos y acciones individuales...
No somos nada que pueda quedar oculto en el mundo espiritual.
Somos conocidos por nuestros pensamientos y vibraciones...
Seremos tan enfermos, o sanos, en cualquier espacio de tiempo, felices o infelices....
Tan nuestro será el disfrutar de la Paz, o de la desdicha, siempre conforme con nuestras vivencias.
Buscar la Autotransformación moral e intelectual, el conocimiento de ti mismo, la práctica del bien, a través de actitudes renovadas, es el compromiso de cada uno."
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