ESPIRITISMO
Hoy os presento los siguientes temas:
-1.- ¿Podríamos reencarnarnos en otra época e incluso en otro planeta?
-2.- Comunicación Instrumental (2)
-3.- El camino del mal
-4.- Educación para la muerte
-5.- Desigualdad de las riquezas
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¿Podríamos reencarnarnos en otra época e incluso en otro planeta?
En este mundo tridimensional en que vivimos, cuentan el espacio y el tiempo; y por lo que hasta aquí conocemos, el tiempo en nuestro plano es lineal como la evolución, un camino que solo va en un sentido: el progresivo, hacia adelante siempre, lo que significa que no podemos reencarnar en el pasado porque en nuestro plano físico al que volvemos, el tiempo no retrocede, pero por la misma razón sí que podremos reencarnar en el futuro( tal como así viene sucediendo ordinariamente). La evolución con la reencarnación, es siempre progresiva, llevándonos a experimentar una mejora y crecimiento contínuos. Solo actúa en sentido progresivo y nunca retrógrado, por lo que el retroceso hasta una época anterior para vivir en ella, carecería de sentido para la evolución del Ser espiritual.
En cuanto a la reencarnación en otro planeta, es de recordar lo que dijo Jesús : “en la Casa del Padre hay muchas moradas”, de lo cual se deduce que este maravilloso y pequeño planeta que es la Tierra, es una de tantas escuelas de evolución existentes en el Universo infinito, y hay muchísimas más en diversos grados evolutivos, con una realidad física en unos casos semejante a la nuestra, y en otros bastante diferente a la que conocemos, tal vez mas cerca de lo que imaginamos como “materia sutil” del plano espiritual..
Entonces no solo es posible, sino que hasta es seguro que antes o después reencarnaremos en alguna de esas otras escuelas planetarias, pero esto será siempre en el futuro y cuando el aprendizaje evolutivo en esta escuela que es la Tierra haya concluido y ya no quede nada más por aprender aquí, así como que ya nos hayamos soltado totalmente de los lazos kármicos que nos sujetan a las reencarnaciones en la misma. Del mismo modo no solamente es posible, sino muy probable de que nuestro Espíritu en su historia evolutiva, haya vivido ya en otros mundos mas primitivos que el nuestro y también lejanos en tiempo y distancia.
- Jose Luis Martín-
“Si no crees en el karma o en la reencarnación, no te preocupes. Probablemente creas en ello en tu próxima vida”
- Bruce Goldberg -
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COMUNICACIÓN INSTRUMENTAL (2)
( Viene del anterior publicado)
Son cientos de miles las psicofonías que se han grabado por investigadores serios y millones las que han recogido muchas personas desde el anonimato y desde hace ya varias décadas.
Hay muchísimas asociaciones en todo el mundo y podemos afirmar que es relativamente sencillo recoger una psicofonía, como es igualmente sencillo obtener una comunicación mediúmnica, siempre y cuando eso sí, exista un médium. Los fenómenos de voces electrónicas (EVP), las psicoimágenes, las comunicaciones a través del ordenador y del teléfono siempre van a necesitar de un médium, una persona o varias que estén aportando fluidos que son los que permiten a los espíritus afectar a la materia. Charles Richet, premio Nobel de fisiología, estudiando a los médiums y a este tipo de fluido, lo denominó ectoplasma. Y es gracias a dicho fluido que los espíritus pueden hoy interferir en una radio como pudieron y pueden hoy provoc La pregunta 934 de El libro de los Espíritus dice así: ar un fenómeno de voz directa. Es gracias a este fluido que un espíritu puede crear una imagen en un circuito de televisión, como igualmente puede dar golpes o hacer girar mesas. Esta facultad de donar ese fluido en el espiritismo lo denominamos mediumnidad de efectos físicos.
Veíamos que algunos espíritus investigan y buscan la forma de encontrar el medio directo de comunicación, el tan ansiado instrumento, e igualmente hombres desde hace más de 100 años están detrás de encontrar el gran invento de todos los tiempos. Hace falta seguir investigando pero la solución final va a llegar cuando la humanidad no sólo lo merezca, sino que también esté preparada para algo así. Los espíritus, ya trajeron la guía práctica para el intercambio mediúmnico que encontramos en el Libro de los médiums. Es ahí donde tenemos la base y mientras no apliquemos esas recomendaciones, especialmente en el campo de lo moral, difícilmente podremos alcanzar mayores conquistas.
1. La pérdida de las personas que amamos, ¿no es uno de los sucesos que nos causan una pena legítima, dado que dicha pérdida resulta irreparable y es independiente de nuestra voluntad? - Ese motivo de congoja alcanza tanto al rico como al pobre. Se trata de una prueba o de una expiación y constituye una ley común. Pero representa un consuelo para vosotros el que podáis comunicaros con vuestros amigos por los medios de que disponéis, hasta tanto no tengáis otros más directos y más accesibles a vuestros sentidos. Tras esas voces hay mensajes de esperanza, una evidencia más de la inmortalidad, es su papel y por el cual los espíritus no escatiman esfuerzos, tratando de demostrar al hombre por todos los medios posibles que sí pueden volver para contarnos lo que hay en el otro lado. Al espiritismo como ciencia de observación que es, le cabe también el papel de la investigación, no obviando estos nuevos sistemas, contribuyendo y colaborando en esta tarea. Esta afirmación quizá pueda sorprender a algunos o no ser compartida por otros. Pero Allan Kardec nos recuerda esto repetidas veces. Así por ejemplo en El Libro de los Médiums dice: La instrucción espiritista, no comprende sólo la enseñanza moral dada por los Espíritus, sino también el estudio de los hechos; a ella incumbe la teoría de todos los fenómenos, la investigación de las causas, y como consecuencia, la confirmación de lo que es posible y de lo que no lo es; en una palabra, la observación de todo aquello que puede hacer adelantar la ciencia.
En el campo de la transcomunicación instrumental vemos que algunos de los investigadores están provistos de profundos conocimientos de electrónica, de física, de cuestiones de la materia sin más, pero no hemos encontrado ninguno que por ejemplo lleve a cabo sus experimentos bajo todas las recomendaciones que ya nos han dado los espíritus en El Libro de los Médiums. Muchos de estos experimentadores a través de sus investigaciones se van dando cuenta por sí mismos de algunos detalles, como por ejemplo que los fenómenos se dan cuando hay una persona especialmente dotada, sin la cual no se producen. Algo que ya El Libro de los Médiums nos explicaba muy bien hace 150 años. Pero entonces, ¿tendrán los espíritas que hacerse parapsicólogos, o los parapsicólogos espíritas? Ni lo uno ni lo otro, pero posiblemente en un futuro cuando el espiritismo esté más divulgado, no ya la parapsicología, sino la propia ciencia investigará sin tapujos la vida después de la muerte y utilizará la metodología que los propios espíritus ya han revelado y se encuentra en la doctrina espírita, y más particularmente en el libro de los médiums. Y hasta que eso llegue los espíritas podemos y debemos estudiar los hechos, y dar espacio a eso en primer lugar en nuestras mentes quizá un poco ancladas a este respecto.
Recordemos algunos de los grandes espíritas españoles el Vizconde Torres Solanot o José María Fernández Colávida. Ambos se dedicaron con todas sus fuerzas y empeño en divulgar la doctrina espírita, en formar núcleos de estudio, en organizar congresos, pero también reservaban espacio para la investigación y la experimentación. Torres Solanot llevó a cabo sesiones diarias en el campo de las materializaciones con la médium de las flores, haciendo correspondencias cruzadas con el grupo de Colávida. Manuel Ausó y Monzó, de la Sociedad Espiritista Alicantina del siglo XIX, al enterarse de las nuevas investigaciones de la fotografía espiritista en Boston, propició la experimentación en el centro alicantino, con la ayuda de los propios espíritus que les indicaban a través de los médiums cómo obtener mejores resultados. Fernández Colávida sería, por ejemplo, el iniciador de las regresiones a otras existencias ahora tan divulgadas. Entonces, llevaba razón Allan Kardec cuando decía que también tenemos que estudiar los hechos y que esto ayudaría a hacer adelantar la ciencia. Sin embargo los hechos, los fenómenos, siendo importantes no deben ser nunca lo más importante. Son los mensajes que hay detrás de las comunicaciones, que buscan la regeneración moral de esta humanidad y que han venido de una forma organizada a través de la revelación espírita. Hoy ninguno de nosotros hace pruebas sorprendido de lo interesante y maravilloso que es la comunicación telefónica, sencillamente utilizamos la telefonía para comunicarnos y lo importante es la información que intercambiamos, no el hilo telefónico o las ondas electromagnéticas por donde circula. El mejor sistema de comunicación será aquel que permita una mejor y más cómoda forma de transmisión de la información y desde luego las psicofonías o los EVP están lejos de equipararse a la psicografía o la psicofonía a través de un médium, que permiten mensajes más amplios. Pero no por ello nos conformemos y sigamos de cerca esta búsqueda del santo grial de la comunicación directa con los espíritus.
Vivimos en la era de la tecnología y tenemos una idea muy lineal y lenta de lo que está por venir, pero los descubrimientos se están dando de forma exponencial. La tecnología formará parte de nuestros cuerpos y de nuestra salud como ya de hecho está ocurriendo con ciertos implantes. Por ejemplo, la Universidad de Navarra realizó una cirugía que consistía en colocar un implante auditivo de unos electrodos en el tronco cerebral de una niña de 13 meses. Aún la Humanidad no tiene oídos para oír, ni ojos para ver. Pero no temamos mirar por el telescopio espiritual y estudiar este firmamento que nos muestra el verdadero Universo, y digamos con Galileo… "y sin embargo se mueve". Nuestras lentes hoy por hoy son los médiums, nuestra “Astronomía” es el Espiritismo y los soles que más nos iluminan la verdad y el amor.
-Salvador Martín- (Ex-Presidente de la FEE)
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EL CAMINO DEL MAL
120. ¿Todos los espíritus pasan por la serie del mal para llegar al bien? -“No por la serie del mal, sino por la de la ignorancia”.Allan Kardec, Libro de los Espíritus.
En pasados artículos apenas esbozamos sobre el proceso evolutivo de aquellos seres o espíritus que toman el camino del bien, del correcto proceder, desde sus inicios. Ahora vamos a tratar justamente el caso contrario, el de aquellos que no lo consiguen y toman la dirección equivocada, el camino del mal.
Hay seres que, desde el comienzo de su evolución, se dejan arrastrar por la forma de actuar más cómoda y no llegan a ejercer la fuerza de voluntad, esa fuerza que todo individuo posee como herramienta de progreso, como una cualidad espiritual. Está ahí, incipiente, y a medida que ese ser se va elevando, la desarrolla más y más, pero siempre está ahí, lista para ser usada. A pesar de ello, hay individuos que no llegan a ponerla en práctica y se dejan arrastrar por la comodidad. Y es entonces, ante ciertas pruebas y experiencias, que esos seres van tomando el camino del mal, simplemente, por pura pereza y comodidad. Podrían actuar de un modo diferente, pero optan por la senda de la comodidad.
Todavía no dominan su cuerpo físico, su materia, y se dejan llevar por los instintos sin pararse a meditar sobre las consecuencias de sus actos. Llegarán así a cometer actos de auténtica maldad. Pero la Justicia Divina es conocedora de que se encuentran al inicio de su vida como espíritus y que, por ello, no llegan a contraer una gran responsabilidad. Todavía no han forjado ese carácter malévolo, pero empiezan ya a vislumbrarse los rasgos que les conducirán al camino equivocado, el camino del dolor. Se verán empujados a actuar, buscando siempre realizar actos de maldad.
121. ¿Por qué algunos Espíritus han seguido el camino del bien y otros el del mal? ¿Acaso no tienen libre albedrío? -Dios no creó Espíritus malos; los creó simples e ignorantes, es decir, con tanta aptitud para el bien como para el mal. “Los que son malos llegaron a serlo por su voluntad”.
No obstante, este ser, ese espíritu, vuelve a caer en los mismos errores a lo largo de sus siguientes existencias, y cuando abandona el cuerpo físico y llega al mundo astral, se horroriza viendo cómo ha actuado y demanda volver, de nuevo, al mundo físico para repetir las experiencias en las que falló, buscando así encontrar la rectificación. Sabe que está aún a tiempo de corregirse, sabe que ha acumulado una importante lacra al haberse dejado llevar por la comodidad y no haber hecho uso de la fuerza de voluntad, desoyendo la conciencia. Ha continuado endeudándose, más y más, al permanecer en el camino fácil e incrementar sus defectos. Y, no obstante ir concienciándose de las consecuencias de sus actos y del dolor que ha causado, continúa embruteciéndose y convirtiéndose en un ser cada vez más egoísta.
El factor que les diferencia de aquellos otros seres que desde el principio han sabido hacer un adecuado uso de su libre albedrío, de esos seres que se han esforzado en dominar su cuerpo físico y procurado sortear todas las dificultades mediante la práctica del bien, es muy significativo. Los primeros van consiguiendo su luz interior, su luz espiritual, sus buenas cualidades y, sobre todo, esa gran cualidad que es la intuición. Comprueban que, en cada nueva existencia, van asciendo, paso a paso, peldaño a peldaño, y que son cada vez más conscientes de su futuro, y sus deseos de progreso crecen. Mientras tanto, los segundos, los desviados del camino, siguen complaciéndose en el mal y dejan de lado sus posibilidades como espíritus dueños de libre albedrío. Continúan reforzándose en sus defectos y malas inclinaciones; son conscientes de que todo lo que hacen les perjudica, por ser contrario a las Leyes Divinas, pero apenas hacen algo por evitarlo.
El egoísmo y la comodidad les comen el terreno, y llega un momento en el que practicar el mal lo consideran como algo natural. Y esta práctica se convierte en su forma de vivir y actuar, desoyen su conciencia y ya nada les importa, ni tan siquiera el sufrimiento de sus congéneres. Desoyen todos los consejos que se les transmiten, ignorándolos, ante la convicción de que su misión es hacer el mal, y para ello no dudan en sacrificar a sus semejantes.
Reciben siempre ayuda del plano espiritual pero, llegados a este punto del proceso evolutivo, punto contrario a la ley natural, han enquistado otro defecto, también importantísimo, la rebeldía. Con esta actitud pierden ya toda la voluntad de hacer el bien. Dentro de su mundo de rebeldía no alcanzan a comprender cómo han podido llegar a esa situación. Tampoco desean abandonar su postura de intransigencia, pues piensan que todo cuanto les rodea se ha vuelto contra ellos. Sienten que pueden hacer cuanto desean, sin que nada, ni nadie, pueda impedirlo.
En el Cielo y el infierno, Kardec trata este tema en una serie de comunicaciones con el capítulo titulado “espíritus empedernidos”.
Tras diversas existencias actuando con maldad, y habiéndose convertido ésta en parte de su actitud y forma de pensar, y sintiéndola como algo natural, cuando finalmente llegan al mundo astral siguen convencidos de no haber podido realizar todo el daño que podían y querían hacer, pero que no pudieron llegar a materializar. Sus defectos les han transformado, les han doblegado, ven el camino que han recorrido y se endurecen en sus deseos para evitar rectificar y expiar sus errores y daños. Se han enquistado en el camino del mal y desean continuar en esa situación.
Esos individuos han tomado un camino peligroso, un camino del que les resultará muy difícil salir. Han perdido toda capacidad de mejora y, en lugar de engrandecerse, se han endurecido en la maldad, perdiendo cualquier atisbo de inocencia. Su conciencia, esa gran sabiduría que como espíritus poseen, y con la que han sido creados, ha quedado velada. Sus facultades y su mente han quedado bloqueadas. Cuando finalmente les alcance el tiempo marcado por las Leyes Divinas para su rectificación dolorosa, renegarán de Dios, a Quien convertirán en su enemigo. Se sentirán incluso capaces de luchar contra Él. Estas son las almas oscurecidas, las almas negras a las que hacen referencia las religiones. Sabemos que no han sido creadas así, sabemos que han llegado a ese estado por propia voluntad, pero el Misericordioso, a través de sus sabias y amorosas leyes, con el tiempo les conducirá, indefectiblemente, hacia el camino del bien, hacia el camino de su progreso espiritual.
**********************122. ¿Cómo pueden los Espíritus, en su origen, no tener conciencia de sí mismos, tener la libertad de elegir entre el bien y el mal? ¿Hay en ellos un principio, alguna tendencia que los lleve en una dirección más que en otra? -“El libre albedrío se desarrolla a medida que el Espíritu adquiere la conciencia de sí mismo. No habría libertad, si la elección fuese determinada por una causa independiente de la voluntad del Espíritu. La causa no está en él, sino fuera de él, en las influencias a las cuales cede, en virtud de su voluntad libre. Se trata de la gran alegoría de la caída del hombre y del pecado original: algunos cedieron a la tentación, otros resistieron Fermín Hernández Hernández -Amor, Paz y Caridad, 2018
COMUNICACIÓN PARA LA MUERTE
El misterio de las formaciones de ageneres, que Kardec llamó apariciones tangibles, en donde las personas muertas se presen-tan a amigos y parientes como aún vivas en el cuerpo, capaces de todos los actos de una persona común, deshacen el misterio del ectoplasma de Richet y derrumban el dogma de la resurrección carnal de Jesús, dándole razón al Apóstol Pablo, quien enseña en la I Epístola a los Corintios: “El cuerpo espiritual es el cuerpo de la resurrección.” Es significativo que hubiese cabido a los científicos soviéticos, en la Universidad de Kirov, probar a través de pesquisas tecnológicas la realidad de estas ocurrencias. La reacción ideológica del poder soviético no pudo científicamente anular los resultados de estas pesquisas ni escamotear la calidad científica de los pesquisadores.
Frente a estos datos, una persona normal comprenderá que el problema de la sobrevivencia del hombre después de la muerte y el de su regreso a la existencia a través de la reencarnación no son residuos de un pasado supersticioso o de religiosismo ilógico, por lo tanto fanático, son, por lo contrario, problemas científicos de nuestro tiempo. No se trata de creer en esto u en aquello, de pertenecer a esta u aquella religión, sino de plantear la cuestión espiritual en términos racionales para poder llegar a una conclusión real. No vivimos más en el tiempo de las religiones tradicionales y aunque no lo podamos aceptar, actualmente, el misticismo irracional, ignorante, alienante y sentimental salvacionista. Estas religiones que nos prometen la salvación en términos de dependencia a sus principios contradictorios y absurdos, solo subsisten en este siglo gracias a la ignorancia de la mayoría, de las masas incultas y del prestigio social, política y económica que consiguieran en un pasado bárbaro de la Tierra. Por esto mismo ahora se pulverizan a nuestros ojos en millares de sectas ingenuas pastoreadas por criaturas audaces y violentas. Una persona medianamente instruida no podrá aceptar las absurdas verdades, por más piadosas que sean, de estas religiones de salvación. Mas la verdad demostrada por las investigaciones de la Ciencia, en el plano mundial, en los mejores centros universitarios de la Tierra, se torna indispensable para orientarnos en la vida, en búsqueda de una trascendencia racional, que no resalta de viejas escrituras sagradas de las civilizaciones agrarias y pastorales, sino de la evidencia de las conquistas del conocimiento en la actualidad.
Un ciudadano ilustrado, diplomado y doctorado, que acepta al mismo tiempo los dogmas absurdos de una iglesia y los Principios racionales de la Ciencia, demuestra desconocer el principio de contradicción, de la lógica, en que dos cosas no pueden ser, al mismo tiempo y en el mismo sentido, ambas verdaderas. Este ciudadano, por más honesto que sea, sufre de una falla mental en su raciocinio, producida por interferencia de elementos afectivos y exacerbados en su mundividencia. Toda su cultura, todos sus títulos, toda su fama en los medios socio-culturales no podrán salvarlo de la condena intelectual a que se destina y de la inge-nuidad infantil a la cual se entrega en el plano filosófico. O aceptamos la verdad científica demostrada y probada de nuestro tiempo, con sus perspectivas abiertas hacia el mañana, o nos inscribimos en las filas sin fin de los retrógrados, intentando tapar inútilmente el sol con las manos.
El amor a la verdad es intransigente, porque la verdad es una sola. Los que sustentan el refrán ignorante de la verdad de cada uno, simplemente revelan no conocer la verdad y sus exigencias.
La Educación para la Muerte solo podrá basarse en la Verdad Única, probada con exclusión total de las verdades fabricadas por los intereses humanos o por el comodismo de los que nada buscan y por esto nada saben. El hombre educado en la Verdad no usa las máscaras de la mentira convencional ni puede ser sistemático. La pasión de la verdad rechaza toda mentira.
-Herculano Pires-
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DESIGUALDAD DE RIQUEZAS.
La desigualdad de riquezas es uno de los problemas que en vano se quieren resolver, si sólo se atiende a la vida actual. La primera cuestión que se presenta, es esta:
¿Por qué todos los hombres no son igualmente ricos? No lo son por una razón muy sencilla: "porque no son igualmente inteligentes, activos y laboriosos para adquirir, ni
sobrios y previsores para conservar". Además, está matemáticamente demostrado que la
fortuna igualmente repartida, daría a cada uno parte mínima e insuficiente; que suponiendo hecha esta repartición, el equilibrio se rompería en poco tiempo por la diversidad de caracteres y de aptitudes; que suponiéndola posible y duradera, teniendo cada uno apenas lo necesario para vivir, daría por resultado el agotamiento de todos los grandes trabajos que concurren al progreso y al bienestar de la Humanidad; que suponiendo que se diese a cada uno lo necesario, no habría ya el aguijón que empuja a los grandes descubrimientos y a las empresas útiles.
Si Dios lo concentra en ciertos puntos, es porque desde allí se esparza en cantidad suficiente, según las necesidades.
Admitido esto, preguntará alguno por qué Dios lo ha concedido a personas incapaces de hacerla fructificar para el bien de todos. Esta es también una prueba de la sabiduría y de la bondad de Dios. Dando al hombre el libre albedrío, ha querido que llegase por su propia experiencia a diferenciar el bien del mal, y que la práctica del bien fuese el resultado de sus esfuerzos y de su propia voluntad. No debe ser conducido fatalmente ni al bien ni al mal, pues sin esto sólo seria un instrumento pasivo e irresponsable, como los animales. La fortuna es un medio para probarle moralmente; pero como al mismo tiempo es un poderoso medio de acción para el progreso, no quiere que quede por mucho tiempo improductiva, y por esto "la cambia de puesto incesantemente". Cada uno debe poseerla para ensayarse a servirse de ella, y probar el uso que de la misma saber hacer; pero como existe la
imposibilidad material de que todos la tengan a un mismo tiempo, y como por otra parte, si todos la poseyesen, nadie trabajaría y el mejoramiento del globo sufriría las consecuencias, "cada uno" la posee a su vez: el que hoy no la tiene, la tuvo ya o la tendrá en otra existencia, y el que no la tiene ahora, podrá obtenerla mañana. Hay ricos y pobres, porque siendo Dios justo, cada uno debe trabajar cuando le toca su turno; la pobreza es para los unos la prueba de la paciencia y de la resignación, y la riqueza es para los otros la prueba de la caridad y de la abnegación.
Nos lamentamos con razón al ver el miserable uso que ciertas gentes hacen de la fortuna, las innobles pasiones que provoca la codicia, y preguntamos: ¿Dios es justo dando la riqueza a semejantes gentes? Cierto es que si el hombre sólo tuviera una
existencia, nada justificaría semejante repartición de los bienes de la tierra; pero si en lugar de limitar su vista a la vida presente, se considera el conjunto de las existencias, se verá que todo se equilibra con justicia. El pobre, pues, no tiene motivo de acusar a la Providencia, ni de envidiar a los ricos; y los ricos tampoco lo tienen para glorificarse por lo que poseen. Si abusan de ella, no será con los decretos ni con las leyes suntuarias como podrá remediarse el mal, porque las leyes pueden cambiar momentáneamente el exterior, pero no pueden cambiar el corazón; por esto sólo pueden tener una duración temporal, y siempre son seguidas de una reacción desmedida. El origen del mal está en el egoísmo y en el orgullo; los abusos de toda la naturaleza cesarán por sí mismos cuando los hombres se sometan a la ley de la caridad.
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
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