miércoles, 9 de enero de 2019

¿ La ley de Consecuencias explica las desigualdades humanas?


ESPIRITISMO

Hoy presentamos:

1.- En el Tanatorio
2.- Verdad, Justicia y Amor
3.-La función de los médiums
  ¡ En el nombre de Dios !
4,.Una belleza espiritual
5.-¿ La ley de Consecuencias explica las desigualdades humanas?


                                                     




                                                         
                                          EN EL TANATORIO


(Narración de este momento bajo  la óptica de un médium espírita)


  Llegada la hora de la tarde, se acercaban al lugar de encuentro los familiares y conocidos, algunos, con verdaderos afectos de dolor, la mayoría, por compromiso. La puerta del edificio nos recibe con su magnífico TANATORIO, tan gélido como el ánimo y duro  para el sentimiento. Nada más entrar las primeras caras conocidas: "le acompaño el sentimiento", "le doy el pésame". Cuando en realidad lo triste de la situación desconcierta al visitante.
   Al llegar a la sala mortuoria el dolor se acrecienta y la solemnidad del momento se refleja en las caras desencajadas de los que verdaderamente amaron al fallecido.
   Delante del cristal que muestra el féretro, se divisa al difunto en su caja, que más parece una crisálida que vaya a volar. Al rededor se comentan las últimas horas de la agonía, en los círculos más próximos, y se ve a lo  lejos al difunto, en espíritu, vagando de un lado para otro de la sala, sin terminar de comprender que hace ahí. Se siente feliz en los grupillos en donde hablan bien de él y se indigna ante las afrentas de las personas que le fueron tan afines.
   El médium vidente, si es espírita, sabe lo que está ocurriendo, mas como el Espiritismo es una doctrina de estudio y la mediumnidad es una facultad natural, los hay que ven el suceso y creen estar soñando, ya que su desconocimiento del tema les causa sorpresa, "¿Cómo es que está ahí el difunto?", "¿No está difunto pues?".
   La mirada se postra en el espectro, y este, de súbito, sintiendo nuestra mirada, nos ve. Temblor en quien desconoce el Espiritismo, horror y superchería en su imaginación que huye de ese encuentro. En el espiritista instruido, amor y compasión hacia el que acaba de abandonar nuestro plano, y una oración desde el fondo del corazón es dirigida hacia su persona, porque el impulso mental que de la oración emana es como una onda energética que balsamiza y reconforta al confundido difunto, que ignora que le sucede.
   Varios amigos, familiares y protectores, que velaban por él desde el plano espiritual desde que estaba en su cuerpo orgánico, se le pueden hacer visibles en ese momento de oración sincera, y es este el trabajo fundamental que hacemos en los Centros Espiritistas, la orientación y el esclarecimiento a las personas que dejaron este plano, inconscientes y perturbados ante la grandeza que la vida inmortal les ofrece. Un estremecimiento se apodera entonces de su ser, y en un arrobamiento en su conciencia, se les muestra patente la magnitud del asunto, en la cara, en el gesto, de ese espíritu familiar y amigo, que le conduce a la morada espiritual, donde habitan los demás amigos y familiares que dejaron la Tierra antes que él.  Ahí el estudio, ahí el verdadero examen de los aciertos y desaciertos, ahí la recapitulación de lo aprendido, el amor y la nueva oportunidad para el devenir infinito. La vida no acaba ahí, ¡ la vida continúa tras el sepulcro !.

- Jesús Gutierrez Lucas-Psicólogo- miembro del Grupo Espírita de Crevillente(Alicante)
 - Artículo obtenido de la Revista de la FEE nº 0)

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                         VERDAD, JUSTICIA Y AMOR

Cuando la verdad es herida, o simplemente tocada por dedos impuros, aquel que la ama en términos de razón cierra el libro de sus estudios y pesquisas para morir por ella, si fuere necesario. 

Mas, entregando el cadáver a la Tierra, a la que de hecho pertenece, resucita en su cuerpo espiritual y regresa a los estudios súbitamente interrumpidos. La reencarnación le permitirá, también, retomar en la Tierra, en otro cuerpo carnal regido por su mismo cuerpo espiritual, los trabajos que en ella dejara. La muerte no es un esqueleto, con su calavera de ojos agujereados y una guadaña siniestra en los hombros, como se la figuraran dibujantes y pintores de otros tiempos. Su imagen real, líricamente cantada por lo poeta Rabindranath Tagore, es la de una novia espiritual, coronada de flores, que nos recibe en los portales de la Eternidad para las nupcias del Infinito. Aquellos que así la conciben no le temerán nunca, ni desearán precipitar su llegada, pues saben que ella es la mensajera de la Sabiduría, que viene a buscarnos después de la labor fecunda y fiel en los campos de la Tierra. 
“Ven, oh Muerte, cuando llegare mi hora, a envolverme en tus guirnaldas floridas” – exclamaba Tagore en uno de sus poemas-canciones, ya viejo y cansado, mas con sus ojos serenos reflejando entre las inquietudes humanas la luz de las estrellas distantes. 

Si consiguiéramos encarar a la muerte con esta comprensión y este lirismo puro, desprovisto de los excesos mundanos, sabríamos también transmitir a los otros, y especialmente a quienes nos aman, la verdadera Educación para la Muerte. 

La Verdad, el Amor y la Justicia forman la tríada básica de esta nueva forma educacional que podría y debería salvar al mundo de su perdición en la locura de las ambiciones desmedidas. Esta tríada expulsará de la Tierra los espantos del Odio, del Miedo, de la Violencia y de la Maldad, que hacen al hombre retornar constantemente a la animalidad primitiva. Entonces no pensaremos más en huir hacia la Luz y de allá, como jupíteres de opereta, lanzarnos hacia el planeta que nos abrigó en el proceso evolutivo los rayos de nuestra ferocidad. La Astronáutica se liberará de sus implicaciones bélicas y los satélites espías de las grandes potencias infernales desaparecerán para siempre. No somos los herederos del Diablo, ese pobre ángel caído de las leyendas piadosas, que nos lanza en la impiedad. Somos hijos y herederos de Dios, la Conciencia Creadora que no nos  creó para la hipocresía, sino para la Verdad, la Justicia y el Amor. 

Herculano Pires.

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         LA FUNCIÓN DE LOS MÉDIUMS

230. La instrucción siguiente se nos ha dado con este objeto por un Espíritu del que ya hemos dado algunas comunicaciones. 

"Ya lo hemos dicho: los médiums, en su calidad de médiums, sólo tienen una influencia secundaria en las comunicaciones de los Espíritus; sus funciones son las de una máquina eléctrica que transmite los despachos telegráficos de un punto distante a otro de la Tierra. De este modo, cuando nosotros queremos dictar una comunicación, obramos sobre el médium como el empleado del telégrafo sobre su aparato; es decir, de la misma manera que el "tac-tac" del telégrafo designa a distancia de millares de leguas sobre una tira de papel los signos reproductores del despacho, de la misma manera nosotros también comunicamos a través de distancias inconmensurables, que separan el mundo visible del mundo invisible, el mundo inmaterial del mundo encarnado, lo que nosotros queremos enseñaros por medio del aparato medianímico. Pero también así como las influencias atmosféricas obran y turban a menudo la transmisión del telégrafo eléctrico, la influencia moral del médium, obra y turba algunas veces la transmisión de nuestros despachos de ultratumba, porque nos vemos obligados a hacerles pasar por un ambiente que les es contrario. Sin embargo, esta influencia se anula por nuestra energía y nuestra voluntad y ningún acto perturbador se manifiesta. En efecto, los dictados de una alta importancia filosófica, las comunicaciones de una perfecta moralidad son transmitidas algunas veces por médiums poco a propósito para estas enseñanzas superiores; mientras que por otro lado se transmiten algunas veces comunicaciones poco edificantes por conducto de médiums que se avergüenzan de haberles servido de conductor. 

"En tesis general, se puede afirmar que los Espíritus semejantes llaman a sus semejantes y que rara vez los Espíritus de pléyades elevadas se comunican por aparatos malos conductores, cuando tienen a la mano buenos instrumentos medianímicos, buenos médiums, en una palabra. 

"Los médiums ligeros y poco formales llaman, pues, a los Espíritus de la misma naturaleza; por esto sus comunicaciones están llenas de elogios, frivolidades, ideas sin continuidad y a menudo muy heterodoxas, espiritísticamente hablando. Ciertamente pueden decir y dicen algunas veces cosas buenas; pero sobre todo en esto caso es menester practicar un examen severo y escrupuloso; porque entre estas cosas buenas, ciertos Espíritus hipócritas insinúan con habilidad y con una perfidia calculada hechos calumniosos y aserciones mentirosas, a fin de engañar la buena fe de sus oyentes. 

Entonces debe uno quitar, sin consideración, toda palabra, toda frase equívoca, y no 
conservar del dictado sino lo que la lógica acepta o lo que la doctrina ha enseñado ya. 

Las comunicaciones de esta naturaleza sólo son temibles para los espiritistas aislados, los grupos recientes o poco instruídos; porque en las reuniones en que los adeptos están más adelantados o han adquirido la experiencia, el grajo que se adorna con las plumas del pavo real es siempre irremisiblemente despedido. 

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS 
ALLAN KARDEC 

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                    ¡ EN EL NOMBRE DE DIOS !

“El nombre de Dios " es una frase sólo ejerce influencia sobre los Espíritus imperfectos cuando aquel que lo pronuncia puede valerse de ese nombre con autoridad, en función de las virtudes que posee. 
Cuando lo pronuncia alguien que no tiene ninguna superioridad moral, es una palabra como cualquier otra. Lo mismo sucede con las cosas sagradas, con las que se trata de dominar a esos Espíritus. 
El arma más poderosa se vuelve inofensiva en manos inexpertas o incapaces de manejarla...” 


EL LIBRO DE LOS MEDIUMS 
ALLAN KARDEC. 


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UNA BELLEZA ESPIRITUAL
            AMALIA DOMINGO SOLER 

Nuestra querida Amalia Domingo Soler, fue una gran mujer, dejo a la humanidad sus escritos que han sido deleite de muchas almas, ella con su lenguaje sencillo ha emocionado a muchos corazones endurecidos, por eso aprovechare esta oportunidad, para referir algunas enseñanzas de ella extraídas de sus libros. Todo con el deseo de que también ella esté entre nosotros.
 Ella nos decía:
 “Que la mejor ofrenda que se puede ofrecer a Dios es el bien”  “Que una conciencia limpia es el mejor tesoro” “Que la ciencia es la lumbrera del progreso” y la humanidad para hacerse digna de su preclara estirpe, puesto que es hija de Dios, debe ser buena y debe ser sabia.
 Nunca ha faltado en la Tierra mensajeros de paz y de amor. Han encarnado sucesivamente  espíritus en este planeta con la misión de ayudar a la humanidad, han venido  de Mundos Superiores  para instruir al hombre.
 Ellos debían ser superiores para imponerse  a los demás; y sus enseñanzas  flotan en el aire  como el Espíritu del Progreso: y ante su mágica influencia, las humanidades se sienten impulsadas, y a pesar suyo adelantan moralmente y son hoy menos crueles que lo fueron ayer.
 Aun quedan fracciones en la humanidad, muy refractarias al progreso, pero a pesar de todo, el mundo sigue adelante. De hecho, los espíritus  que van encarnando en el día de hoy en la Tierra son muchos más adelantados  que el de nuestros abuelos.
 Desde que el hombre conoció el Espiritismo, comprendió que no por mucho madrugar amanece más temprano, y que si la tierra está bien arada, en el surco endurecido no germina el productivo grano.
 Los que habitamos la Tierra somos espíritus rebeldes, indómitos, soberbios, orgullosos los unos y degradados y envilecidos los otros, y con tan pobres elementos no se pueden llevar a cabo grandes empresas.
 El hombre estudia en la sociedad con gran profundidad la historia palpitante de la humanidad; vemos tanta miseria; ¡Tanta hipocresía! ¡Tanta corrupción!.. . que cuando oímos a la prensa el delatar tantos crímenes, decimos lo que es extraño es que no se cometan más, porque el hombre desconoce su vida futura, bien es verdad que han tenido una intuición del Más Allá, pero de una forma confusa, las religiones  han presentado la eternidad bajo distintas fases, y ninguna de ellas a satisfecho verdaderamente los deseos del hombre, ni ha podido llenar el inmenso vació  que ha quedado siempre en el espíritu pensador, y ante la duda el alma  indecisa se ha inclinado casi siempre en lo peor. Unos lo niegan todo, aniquilando absolutamente el cuerpo, y la fuerza que lo sostiene. Otros se aferran  a una supervivencia del alma inadmisible, a una vida eterna  que es la anonadación del Espíritu. La humanidad necesitaba que luciera en oriente un nuevo Sol, una nueva creencia, una fe y una esperanza que diera fuerzas vitales a la humanidad debilitada por sus desaciertos.
 Afortunadamente la Escuela Espiritista levantó su blanca bandera, en la cual leyeron los pueblos “Sin caridad no hay salvación” y todos hoy en día sabemos el desenvolvimiento que ha alcanzado el Espiritismo en todas las naciones, especialmente en América, donde se cuentan por millones los adeptos de esta escuela filosófica que tanto bien ha hecho a la humanidad; porque el hombre sabe ahora positivamente que vivió ayer, que vive hoy, y que vivirá mañana, que su vida tuvo un principio, pero que nunca tendrá un fin, que sus sucesivas encarnaciones están íntimamente relacionadas las unas a las otras, siendo simultáneamente causas y efectos, hechos consumados y consecuencias ineludibles; deudas contraídas y cuentas saldadas; y mirando la vida bajo su verdadero punto de vista, el hombre ya no es el ciego que camina a la ventura, ya no peca por ignorancia, ya sabe que su espíritu es responsable  de todos sus actos; y una vez adquirido ese convencimiento de esa verdad innegable, el hombre progresa con más rapidez, porque sabe que trabaja la tierra de su heredad.
 Por eso ella aconsejaba a la humanidad el estudio del espiritismo, porque al hombre le es de mucha utilidad saber de donde viene, porque se encuentra aquí, y deducir de su presente lo que será su porvenir.
 El Espiritismo no hace santos; pero induce al hombre a la observancia estricta de todos los deberes de la vida; y en este planeta, el conseguir que un hombre cumpla sus deberes en toda la opción de la palabra, ya es obtener un gran progreso.
 Dominar nuestras pasiones, frenar nuestros locos deseos, tomar parte en las penas de los demás, dejar de ser envidiosos y rencorosos, renacer en fin  a la vida del trabajo, a la vida del orden, al método de la virtud, esta gran metamorfosis puede efectuarla en nosotros el Espiritismo; Y todos concordamos  que merece la pena estudiar esta filosofía  que con su estudio y su practica sirve para la regeneración del hombre; por eso el divulgar la Doctrina es muy necesario, el Espiritismo debe ser conocido por todas las clases sociales. Hoy más que nunca debemos ofrecer a la medida de nuestras posibilidades los conocimientos de la Doctrina Espirita, porque hace falta que el pueblo se instruya y que la mujer lean escritos sencillos para que conmuevan sus corazones y las hagan inclinarse a despertar y crezca en ellas el sentimiento, la necesidad de crear un mundo interno donde puedan comulgar con las verdades divinas.
 Todos debemos trabajar  cada cual en su adelanto.
 Encendamos la antorcha que ilumine nuestro pequeño mundo interior, para así formar una gran Luz que ilumine al mundo, y las humildes inteligencias recojan de esa Luz chispas dadas por el viento, todos formamos un larga cadena y en ella somos eslabones diminutos que expanden pequeñas ramitas acogiendo al que realmente tiene sed, al que busca, y con nuestra perseverancia, con nuestro ejemplo, con nuestro amor, formaremos la gran cadena que acercará a los hombre de bien, al regazo del Creador.
 Gran trabajadora, mujer incansable, humilde y soñadora, desde aquí el Espiritismo te bendice por tu exquisitez en llamar a los corazones enfermos para inclinarlos al todo Poderoso, donde encuentra consuelo el alma afligida, en el regazo de su Padre el Dios Bondadoso y Dulce que calma la sed y despierta el Hambre de los bienes espirituales.
 - Merchita -

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¿ La ley de Consecuencias explica 

las desigualdades humanas?



Como anteriormente ya se dijo, las diferentes situaciones y pruebas humanas son resultado de pruebas elegidas desde antes de nacer, o bien de deudas contraídas en el pasado y que necesitan del reajuste de la Ley.

Habría que preguntarse de donde proceden las aptitudes de ciertos niños para desarrollar y manifestar desde muy corta edad, un avanzado nivel de ciencia o de arte u otros conocimientos no aprendidos en este mundo- y menos a tan tempranas edades-, lo que resulta algo anormal y extraordinario. Este es el caso de los llamados “niños prodigio”, mientras que vemos como al lado de estos también existen niños deficientes psíquicamente , junto a una mayoría de nivel “muy normal”.Asimismo habría que preguntarse de donde proceden las diversas vocaciones. La vocación no es otra cosa que un impulso natural procedente de experiencias análogas obtenidas a través de vidas anteriores. Por si mismas constituyen un testimonio de la reencarnación del espíritu como una verdad incontestable .

Hay niños que desde muy pequeños manifiestan unos instintos precoces en virtudes o en defectos o vicios innatos, y ello a veces en fuerte contraste con el ambiente social y educativo en donde se desarrollan junto a otros niños y adultos con caracteres y tendencias opuestas. Los materialistas achacan esto a la herencia genética, pero, cuando esos padres y abuelos del niño no tienen nada en común con esas habilidades y cuestiones humanas y espirituales del niño, se hace difícil admitir esa explicación por si misma, y mas cuando ya tenemos asumido que somos una realidad espiritual mas allá de la materia de nuestro cuerpo físico.

La genética solamente aporta al Espíritu la facilidad o en otros casos el entorpecimiento para manifestar o para desarrollar las facultades adquiridas y desarrolladas a lo largo de sus anteriores existencias.

 Los defectos o vicios innatos que traemos desde vidas anteriores, son el único “pecado original” con el que nacemos en este mundo, y del que sí que somos responsables por no haberlos corregido todavía, y esta clase de pecado que nadie nos ha atribuido gratuita e injustamente solo por el hecho de nacer, no queda limpio con el ritual de ningún bautismo religioso, sino con la transformación y perfeccionamiento moral.

La variedad de caracteres y de grados de moralidad y de aptitudes que se observan en tantos individuos que conviven en medio de nuestro conglomerado humano, son producto de sus obras y de los esfuerzos realizados a lo largo de su historia evolutiva espiritual .

Cuando alguien duda de la reencarnación como un fenómeno real, se tendría que preguntar el por qué de las desigualdades sociales y humanas; el por qué unos nacen ricos y otros pobres, unos con salud perfecta al lado de otros enfermos, etc .

Las aptitudes e instintos humanos, si no tuviesen la explicación que ofrece la Ley de la Reencarnación junto a la de Causa y Efecto, nos podrían llevar a admitir a un dios o a una naturaleza absurdos o injustos y sin sentido, lo que lleva mas coherentemente a negar la existencia del espíritu ni de Dios.  Por eso, la ignorancia de esta realidad y el empacho creado por los dogmas religiosos sin sentido y otros de carácter científico que se les oponen, han sido caldo de cultivo del  ateísmo y del materialismo. Sin embargo a la luz de la reencarnación, las diferencias sociales desde el nacimiento así como el resto de las desigualdades humanas naturales, no son producto de ningún dios caprichoso e injusto ni de la casualidad, sino que son reajustes para el progreso del Ser espiritual, que transitoriamente cumplen una función necesaria para la evolución individual y colectiva. Sin otras explicaciones que las ofrecidas por algunas disparatadas filosofías religiosas o materialistas ( cuando las dan), tendríamos que admitir que estas cosas son obra del azar, o de un dios injusto e incomprensible que las hace porque es todo poderoso y caprichoso, que actúa dejando todo al azar y por eso precisamente, no debemos de tratar de comprender nada de esto, porque es incomprensible ( para los ateos y agnósticos), y esta magna obra imperfecta que es la desigualdad  humana en medio de una enorme sociedad terrestre en la que estamos inmersos, solo es producto de las luchas humanas y de la casualidad existencial.  A veces también se ha tratado de explicar esta situación de las desigualdades humanas, alegando que Dios es como un gran  pintor que ( caprichosamente, añado yo), ha plasmado en su obra, que es el cuadro de la Creación, de la Naturaleza y de la Humanidad que está inmersa en ella, a los Seres humanos caprichosa y aleatoriamente desiguales, como elementos variopintos y multicolores de ese cuadro, como si los Seres humanos no fuésemos todos por igual hijos de Dios – que es infinitamente Justo, Bueno y Equitativo-, salidos de Su propia Esencia, sencillos e ignorantes en sus comienzos, pero con todas las potencialidades divinas perfeccionables hasta el infinito.

Las desigualdades humanas no son contrarias a la más rigurosa justicia del Creador, pues no hemos sido creados todos al mismo tiempo, por lo cual unos somos más “viejos”, con más experiencia y con más larga andadura evolutiva, que otros espíritus más “jóvenes” con menor número de experiencias humanas vividas y menor desarrollo psíquico y de consciencia. Por el contrario, estas desigualdades vistas desde el conjunto y el fin de las múltiples existencias,ya no son tales. Cuando no son situaciones y pruebas voluntarias que el propio espíritu acepta o solicita antes de volver al mundo físico, son el producto generado por los propios Seres humanos, o la consecuencia de sus actos que generamos al desviarnos de lo que en la conciencia nos señala la ley del Amor y de la Caridad.  El uso acertado o equivocado de nuestra libertad durante nuestros pasos por las vidas físicas,con nuestros actos y nuestras omisiones, vienen a resultar como los sucesivos fotogramas que se suceden en la película infinita del Ser y van determinando sus futuras experiencias evolutivas para seguir asimilando el necesario aprendizaje.

- Jose Luis Martín-


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