jueves, 10 de enero de 2019

Niños Prodigio


ESPIRITISMO

Hoy veremos aquí:
1.- Sufrimiento sanador
    - Frase de Emmanuel                                                                           
2.- Divaldo P.Franco y el Sacerdote
3.- Niños Prodigio
4.- Importancia de la ética y de la moral
5.-Seguir adelante



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                            SUFRIMIENTO SANADOR

El sufrimiento forma parte de la vida del hombre, por su imperfección, debemos aprender a sufrir, y  el que nos lamentemos y revelemos, nada va a cambiar, por el contrario empeora las cosas, porque lejos de estar serenos y ver soluciones, con nuestra inconformidad perdemos el equilibrio emocional, dando rienda suelta a debilidades que nos pesaran más tarde.

Hay muchos dramas esparcidos por el mundo,  y muchos de difícil solución, otros no la tienen, bien lo sabemos, pero la  fe en Dios, y el conocimiento de que nada sucede porque si, nos lleva a la conformidad, de que un día nosotros en cualquier lugar, no fuimos como deberíamos ser y seguramente ahora estemos pagando deudas del ayer, con  las cuales no podemos caminar libremente, porque pesan en nuestra conciencia, y hemos de elevarnos por encima de la imperfección para ir rumbo a Dios. Hemos de conseguir el traje de gala, ese que nos permitirá entrar a la  fiesta del Señor. No nos quepa la menor duda de que todos estamos invitados, pero  no podemos acudir a esa fiesta con el traje manchado, sucios, porque no nos sentiríamos a gusto. Nadie nos impide entrar, pero si nuestra iniquidad,  porque allí todo queda de manifiesto, nuestras conquistas, y nuestras pérdidas, e igual que nos sucede en la Tierra, cuando vamos a una boda, que nos gusta ir bien vestidos de acorde con el acontecimiento, y que nunca iríamos con ropa de estar por casa, sucia y muy usada, en el plano espiritual, vemos las manchas que ensombrecen nuestras conciencias, y al igual que nosotros las vemos los demás las ven, entonces nos sentimos incómodos, sin confianza y sin libertad, porque esa suciedad resta brillo a nuestro espíritu, y al que está sucio, cuando adquiere conciencia, le gusta poderse asear, y la única forma que el hombre puede conseguirlo es lavando su conciencia, librándola de sus pesares.

Una vez que entendemos esto, el sufrimiento, se nos hace más llevadero, porque sabemos que estamos pagando, y que cuanto antes saldemos la cuenta, antes conseguiremos quitarnos ese peso de encima, si el enemigo es enfrentado por el hombre   con humildad y amor, se debilita, pierde  agresividad,  pero si por el contrario es embestido por las represalias, las guerras no terminan, las luchas continúan, hasta el punto que derivan de ellas consecuencias desastrosas que empeoran la situación, y lejos de liberarnos nos atamos aun más al hecho y a las circunstancias, quedando presos muchas veces, por existencias consecutivas, de rebelión y de luchas, de angustias y pesares.

Dicen, y es una gran verdad, que el amor cubre la multitud de los pecados, procuremos el amor para curar nuestras heridas, para  acercar  nuestros corazones a los hermanos ingratos, aquellos que no  son de nuestro agrado, que detestamos por la poca afinidad que hay entre ellos y nosotros, todo en la  vida podemos pintarlo de color de rosa, y al enemigo también, busquemos aquello que existe de bueno en él, para poder ir desalojando de nosotros, el repudio y la aversión  que son causa de la distancia y desavenencias. Todos portamos en el equipaje, cosas que desagradan  en ciertos momentos, pero que son  pertenencias nuestras, que nos caracterizan, y bien sabemos que no podemos obrar a gusto de todos, entonces haciendo el bien, y cumpliendo con nuestro deber, es posible que un día concordemos y que las cosas cambien, para los demás y para nosotros, porque si nosotros adquirimos la forma de actuar debidamente no sentiremos el peso de nuestras  conciencias, y cuando el enfermo se cure, verá nuestro amor, y comprenderá nuestra forma de actuar, dejará de ser nuestro enemigo, mientras tanto, de esta forma, no habiendo  luchas entre medias por nuestra parte, será más fácil la reconciliación, mientras que si respondemos al combate, luchas sangrientas, y débitos grandes, hará que todo sea más penoso y de difícil solución.

 El que más conocimiento tiene  de las cosas, más responsabilidad tiene ante ellas, por eso, si tu eres espirita y conoces la razón del sufrimiento, de la afinidad,  que existe a través de él con  las  almas que nos rodean, aporta tu parte positiva  en toda lucha, para que esta cuanto antes sea resuelta, por el amor y el perdón, únicos antídotos eficaces para todos los pesares del alma, que nos pueden conceder la libertad,  convirtiendo al enemigo en  amigo, al agresor en bienhechor.

Cuando existe el mal hay que procurar por todos los medios el remedio, tanto en las enfermedades del alma, como las que sufrimos en el cuerpo, necesitamos de médicos y de medicina, pero también de una fuerza de voluntad muy firme, para que tanto las medicinas, como las enseñanzas surjan efecto y podamos sanar cuantos antes mejor, porque  en la enfermedad existe los sufrimientos, los dolores, la rebelión malas consejeras, que muchas veces nos hace hasta enloquecer.

Por eso la Doctrina Espírita la gran esclarecedora, poniéndonos a los hombres frente a la realidad de las cosas, nos hace más sensatos, más conscientes de la triste realidad, que a veces no queremos aceptar, nos hace tomar cuenta de la actitud que debemos adoptar ante nuestros pesares, nunca optando por la tremenda, por la desesperación, sino conscientes de que nada sucede porque si, que el Señor Dios del Universo, está en todo y en todas las cosas, tratamos de reaccionar  con el bien, para no  caer en deudas mayores, y en caminos aun menos transitables.

- Merchita-

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Aunque el corazón se te muestre herido, habla con serenidad y esclarece con paciencia. Calma/Emmanuel

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DIVALDO P. FRANCO Y EL SACERDOTE

"Cierta vez, fui a un sacerdote a confesarme (antes de hacerme espírita). Le conté sobre mis comunicaciones con los muertos. Para él eran fuerzas demoníacas intentando alejarme de la Iglesia. Me vino una amargura de Dios y comencé a preguntar:

- Soy un buen católico, buen sacristán, adoro la Iglesia , hago ayuno, paso la semana de la Pascua sin comer hasta el mediodía. Si Dios no puede con el diablo, ¿yo voy a aguantar? El diablo va a vencerme. ¿Cómo un chico de 17 años, del interior, ingenuo, puede vencer al diablo si ni Dios lo consigue?
Entré en depresión y me quedé con amargura de Dios. Me confesé al sacerdote:
- Yo voy a matarme. Nuestra Señora del Carmen va a tener pena de mí, me va a colocar el escapulario y me sacará del infierno.
Él me miró despacio y respondió:

- No tomes ninguna actitud ahora. El demonio a veces nos perturba para probar nuestra fe; cuando no lo consigue, abandona. Vuelve para la Iglesia.
Era un hombre honesto, creía piadosamente en sus ideas.
Un día al confesarme con él, vi aproximarse a un Espíritu. Tuve otro conflicto:
- ¿Cómo puede el diablo entrar en la sacristía?
De hecho yo veía siempre a los Espíritus. En el momento de la eucaristía la ostia se hacía luminosa cuando era colocada en mi boca. A veces, en Feria de Santana, veía al clérigo Mário Pessoa aureolado. En mi comprensión (católico), él era un santo. Las personas en la hora de la fe se iluminaban y yo juzgaba todo una alucinación.
Cuando el Espíritu entró, exclamé:
- ¡Mire, el diablo está viniendo, y es mujer!
- ¿Tú ves alguna señal particular en el rostro de ella? – me preguntó el sacerdote.
- Veo una verruga encima del labio.
- ¿Y qué más?
- El cabello está partido por la mitad, recogido en un moño detrás.
- ¿Y qué más?
- Veo un chal sobre los hombros, con puntas, un chal negro de cuadros..
- Puedes quedarte tranquilo, es mamá.
Ella “incorporó” y conversó con el sacerdote. Cuando desperté, él me aclaró:
- Divaldo, mamá vino a alertarme. Tú misión no es aquí, vas a seguir la tarea que Dios te confió, porque el bien está en todos los lugares.
Me quede más turbado, porque yo no era espírita, tenía miedo, me sentía de cierto modo alejado de la Iglesia , pero continuaba frecuentándola y al Centro Espírita.
Tenía conflictos de fe, principalmente cuando murió mi hermana, por suicidio. Mamá fue a encomendar misa a ese mismo sacerdote, un hombre bueno, y oyó de él:
- Doña Ana, no puedo celebrarla, porque el suicida está en el infierno y Dios no lo saca de allí.
Fue cuando aprendí la primera lección de lógica y de psiquiatría, con una mujer iletrada – mí madre:
- Padre, entonces yo reniego de su Dios. Si Él no es capaz de perdonar no es digno de ser Dios. Soy lavandera modesta y analfabeta, pero la hija que perdí, yo la perdono; ¿cómo es que Dios, que la tiene, no la perdona? Digo más, quien se mata no está en su juicio.
Más tarde yo sabría que muchos portadores de psicosis maniaco-depresiva PMD, van para el suicidio.
Aprendí mucho con ese hombre, con mamá, y cuando yo le dije que no iría más a la iglesia, ella me respondió:
- Dios está en todos los lugares. Si tú fueras justo y obraras con rectitud, Él estará contigo. Haz el bien, hijo mío, porque la verdadera religión es aliviar el sufrimiento ajeno.
A partir de ese acontecimiento me integré lentamente al Espiritismo.
Divaldo Franco

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                                   NIÑOS PRODIGIO

Esta denominación se les da a algunos casos de niños que han nacido con ciertas habilidades innatas, totalmente naturales, que no pueden ser explicadas por la educación ni por la genética, ni por el medio social en donde se desarrollan, pues  demuestran poseer unos conocimientos no aprendidos en sus cortas vidas, y que enseguida desarrollan en alto grado y con suma facilidad. Se revelan geniales en edades inapropiadas por lo tempranas, cuando no hay razón  humana alguna que justifique su talento sus habilidades o su sapiencia. El psiquismo de estos artistas y genios desde el nacimiento, tan diferente del de las personas comunes, es siempre la resultante de los recuerdos que duermen en su inconsciente desde vidas anteriores,  aunque  a veces también , al menos en parte, procede de los aprendizajes y de las visiones sublimes que tuvieron en la vida espiritual antes de su encarnación en este mundo. Ciertos pintores que han pasado a la historia como notables por su arte, trajeron su arte a partir de las recordaciones de esa misma actividad,que se pierden en su inconsciente desde vidas anteriores.
     Asimismo los escritores y los amigos de la ficción literaria no deben siempre a la fantasía sus concepciones y sus historias , o a las inspiraciones que reciben de amigos del plano espiritual, sino que  a veces  estas  ideas son hijas de recuerdos innatos con los que vienen a este mundo recomponiendo un retazo de los dramas vividos en existencias pasadas. El mundo impresionista de los artistas innatos tiene una gran relación con su pasado espiritual, del que extraen el material necesario para el desarrollo de sus obras a partir de los impulsos de su espíritu.
El fenómeno  de los “niños prodigio “viene a ser  una evidencia “casi a gritos” de que la Reencarnación no  es simplemente  una teoría, sino una auténtica realidad que en estos casos se hace palpable y evidente.
El hecho de la existencia de las desigualdades desde la cuna entre unos Seres y otros, no se puede explicar satisfactoriamente si no es por la pluralidad de vidas, y por eso los “niños prodigio”  simplemente  son casos de niños que recuerdan y exteriorizan en esa vida lo que aprendieron en otras anteriores.
Todo este acopio  de conocimientos o aptitudes que demuestran a muy tempranas edades,  como ya indicamos anteriormente, no  se explica satisfactoriamente en todos los casos  por la herencia genética, por lo que lógicamente solo los han podido  adquirir y desarrollar  tiempo atrás, y si en esa época aun no existían en este mundo, solo queda admitir que lo obtuvieron en vidas anteriores, y los traen a este mundo  almacenado en su mente espiritual  que es el archivo del subconsciente y del inconsciente ; estos  afloran  fácilmente  con mas o menos intensidad  en los primeros años de su vida, y después , poco a poco se van mezclando en su mente consciente junto a los nuevos conceptos y aprendizajes que adquiere en su nueva personalidad humana. Estos casos son programados por la Espiritualidad Superior a fin de que el hombre materialista como el de ciencia o el religioso, analice ,estudie y llegue a la verdad del espíritu inmortal, destinado a la perfección, y que necesita de muchas existencias para lograr la pureza espiritual al mismo tiempo que se libera de los errores del pasado.
Hace unas décadas, la aparición de alguno de estos niños era una excepción extraordinaria, pero en la actualidad, cada vez nacen más seres humanos que presentan estas características de adelanto en tantos sentidos, lo que viene a significar unos motivos  cósmicos que determinan este fenómeno que ya no es nada extraordinario. La explicación aportada por el Espiritismo es la de que ya estamos accediendo con paso firme a un nuevo mundo , de modo que de ser la Tierra un planeta de expiaciones y pruebas, está pasando progresivamente a ser un mundo  de regeneración que es su próximo destino, en el que estos niveles mentales y morales serán el factor común de la nueva humanidad que poblará la Tierra en los próximos años.
Han habido y hay – cada vez más- abundantes casos de esta clase de niños, entre los cuales muchos de ellos han pasado a la Historia , no por el hecho de haber sido “niños prodigio”, sino por otras  artes o méritos que desarrollaron después a lo largo de sus vidas, pero que comenzaron a manifestarse a una edad sorprendentemente temprana.
 Por señalar algunos como muestra de estas habilidades, se pueden citar algunos de estos personajes que por diversas facetas lograron la celebridad, tal como André M. Ampere, físico que con cuatro años ya dominaba complejas operaciones de cálculo mental.
El célebre  músico español,  Isaac Albeniz, que también a los cuatro años comenzó a dar conciertos por diversos países y a componer algunas de las obras que al final de su vida quedaron para la posteridad.
El gran Mozart, que ya tocaba el Clavicordio a los tres años, a los cuatro cualquier clase de música y compuso su primera sinfonía a los ocho años.  
Rembrant en su infancia  destacó como verdadero artista aun  antes de aprender a leer ;
 Lope de Vega que   escribía versos a los cinco ;
Mondeaux que resolvía cualquier problema aritmético a los ocho;
Miguel Angel que con sus pinturas y esculturas conquistó la fama a los doce años, ya era un técnico perfecto a los ocho ;
 Hamilton que conocía  el hebreo y mas de once lenguas a los trece años;
Ericson , que a los doce años ya tenía bajo su responsabilidad a seiscientos hombres, como inspector responsable del canal  marítimo de Suez;
Pascal a la misma edad escribió sobre Geometría sin haberla estudiado previamente ; Rubinot a los cuatro años hablaba cuatro idiomas y sabía Matemáticas, Astronomía, Geografía e Historia ;
 Pepito Arriola a los tres años de edad ya era un buen pianista y compositor; y a los diez ya dirigió la Escala de Milán; y así se podrían citar tantos y tantos mas      o menos célebres que han quedado reflejados en la historia humana, además de los muchísimos que han presentado en su infancia estas características, y han quedado en el anonimato de la Historia.
-   Jose Luis Martín-

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IMPORTANCIA DE LA ÉTICA Y LA MORAL



  ¿Qué definición podemos dar de la moral?

“Es la regla para conducirse bien, es la distinción entre bien y mal.

Se basa en la observación de la Ley de Dios.”

Ítem 629 – L.E.- A. Kardec



Nada mejor para comenzar este artículo dedicada a la naturaleza moral del hombre que reflejar este pensamiento de Aristóteles, en el que se pone en evidencia la importancia de nuestras acciones en relación directa con aquello que somos y en lo que nos convertimos.
El comportamiento humano está en la base de lo que entendemos como ética y como moral. Sin duda, aunque puedan parecer lo mismo ambos conceptos, tienen una sustancial diferencia. La ética es un conjunto de normas que valoran si el comportamiento del individuo es bueno o malo respecto a un código establecido de antemano. Así podemos poner, por ejemplo, que existe un código ético para la medicina, otro para la educación, y millares de códigos que se extrapolan a cualquier tipo de empresa. Estas normas son las que determinan si las personas actúan correctamente con arreglo a las normas que se han dado previamente en su gremio, sector, comunidad, empresa, sociedad, etc.
“Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta”                        Aristóteles – Filósofo s. IV a.C.
Por otro lado, la moral coloca mayormente el acento en la definición del bien o del mal realizado por el comportamiento de la persona respecto a unas costumbres, reglas o principios que pueden ser sociales, religiosos, culturales, etc. La misma palabra “moral” deriva del latín y significa “relativo a las costumbres”. Es, por tanto un error mayúsculo identificar moral con religión, como a veces se acostumbra a hacer, pues las tradiciones, las costumbres y los sustratos culturales y sociales de una comunidad son la base moral de esa misma sociedad y pueden no tener nada que ver con una religión o creencia al uso.
Así pues, la moral de cada cultura o sociedad es diferente, y como tal no es extrapolable ni genérica a todo el mundo. Pongamos un ejemplo: es moral en occidente que la mujer use pantalón vaquero, mientras que en determinadas culturas de oriente este uso sería claramente inmoral en las tradiciones y costumbres de esas sociedades del planeta.
Podemos, pues, distinguir entre conceptos de moral social y moral religiosa; ésta última tiene que ver con un código que mantiene principios concretos por los que se guía una creencia determinada y que todos sus seguidores asumen. Así pues, la moral religiosa es particular de cada religión, de cada lugar, de cada colectivo particular. Es una moral que deriva de los principios que se tienen por base principal en una religión determinada. Como vemos, el tema es complejo, y la dificultad del leguaje para establecer las diferencias lo hace un poco más complicado. 
En lo que a la intención de esta sección se trata, nos interesa hacer comprender la importancia de la moral y de la ética como principios de responsabilidad, sentido del deber y coherencia personal respecto a la honestidad que toda persona de bien ha de tener con sus propios principios y valores superiores de la vida.
También nos proponemos destacar en el desarrollo de los próximos artículos la importancia de la moral en el desarrollo biológico, psicológico y espiritual del hombre. Algo que se lleva a cabo casi de forma automática, sin apenas darnos cuenta, pues nuestras acciones quedan grabadas en el inconsciente que nos acompaña vida tras vida, formando parte del acervo milenario de nuestra herencia personal y trascendente como espíritus inmortales que somos.
La acción positiva como mecanismo de progreso de la naturaleza moral del hombre es otro de los aspectos en los que haremos hincapié. Y destacaremos igualmente cómo las sociedades más avanzadas son aquellas cuya moral social es la más justa y equilibrada. Para ello entraremos a analizar las relaciones entre justicia y moral.
Pero sin duda, uno de los enfoques que más nos interesa destacar es la relación entre moral y salud. O lo que es lo mismo, cómo nuestros actos, pensamientos y sentimientos condicionan nuestra forma de entender el mundo y la vida y al mismo tiempo revierten sobre nosotros los efectos de las causas que sembramos, a favor o en contra, repercutiendo con ello el bienestar o malestar psicológico, físico y espiritual. 
El libre albedrío en nuestra actuación diaria y la voluntad para cambiar aquello que no nos gusta de nosotros mismos y nuestro entorno comienza por cultivar hábitos, costumbres y acciones que, derivadas de unos pensamientos y deseos adecuados a nuestra forma de entender la vida y el mundo, nos conduzcan a resultados más felices, más saludables, más coherentes con la vida y la gratitud que debemos a la misma. A este respecto, Blaise Pascal, uno de los mayores genios de la humanidad, afirmaba:
“Si no actúas como piensas, terminarás pensando como actúas”
Nos está diciendo que la fuerza y el dominio que nuestros pensamientos y actos ejercen sobre nuestro comportamiento es total, y por ello debemos cultivar aquellos que nos parecen más buenos, justos y coherentes, a fin de convertirnos en personas más buenas, justas y coherentes.
Otro de los enfoques que pretendemos dar a esta sección que hoy comenzamos es la de analizar, estudiar y buscar un código de comportamiento ético-moral que nos ayude a entender la vida, el mundo que nos rodea, nuestro propio yo y a nuestros semejantes bajo criterios de solidaridad, igualdad, justicia y fraternidad. 
Sin duda, este código ya existe. Para el mundo occidental, en su mayoría, el conjunto de normas y criterios que nos conducen a una ética y moral superiores viene representado por el ejemplo y las enseñanzas del Maestro Jesús. Su mensaje de “Ama al prójimo como a ti mismo” encierra la mayor expresión de la moral social, humana, religiosa o espiritual que podamos entender. 
Es de aplicación individual si queremos fomentar un desarrollo evolutivo hacia el bien y la felicidad interior, mediante actitudes saludables y resultados de paz interior que derivan de una conciencia recta y honesta con nosotros mismos. Es también fuente de salud, bienestar y equilibrio mental, emocional y físico en la vida actual. Y además va conformando unos hábitos que se convierten en temperamento y carácter que se instalan en nosotros para siempre, formando parte de nuestra manera de ser y de comportamiento durante las próximas experiencias de vida, en el plano físico ( en nuevas reencarnaciones)  y en el espacio (intervalo entre una y otra vida física) en el que nos hallamos en estado espiritual.
Pero además, todo el código ético-moral de Jesús supone a nivel social la regla más perfecta de solidaridad, fraternidad y coherencia en las relaciones entre los seres humanos, pues con ello podemos construir sociedades más justas e igualitarias, simplemente con renunciar al egoísmo y el orgullo, enemigos irreconciliables de la humildad y el amor desinteresado.
Por todo esto, esta sección que ahora iniciamos es, no sólo necesaria, sino que se articula en base a un principio del que aún no somos verdaderamente conscientes. Este principio no es otro que el de que “el hombre es un ser moral”, por encima de todo, pues esta moral interna que va construyendo con su propio esfuerzo, méritos y acciones a través de los milenios, está al margen de las morales sociales o religiosas con las que comulga en unas u otras vidas. Y aunque estas últimas sin duda impregnan su carácter y lo influencian de muchas maneras, al final el hombre se mira a su propio espejo, en el punto de progreso en el que se encuentra, y su propio albedrío, voluntad y capacidad de decisión serán las que le permitirán su ascensión y progreso.
Las creencias influyen, pero son también volubles y cambiantes, como las propias vidas y los diferentes escenarios por los que transcurre el espíritu humano en sus diversas existencias. Al final, lo único que queda es lo que el hombre construye por sí mismo en su interior, en base a los principios y códigos ético-morales que va aprendiendo e interiorizando, a fin de conducirse con mayor rapidez hacia el destino para el que fue creado como un ser moral: la perfección y plenitud espiritual.
 Antonio Lledó Flor Amor, Paz y Caridad
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                       Seguir adelante

     Es natural: cuando un gran dolor se abate sobre nosotros, la tendencia es quedar paralizado, encogido.

    Parece que todo se detiene. El aire es pesado y la melancolía, está en todo lugar, hace que las agujas del reloj se arrastren. En el corazón, la soledad,  miedo,  angustia y  sufrimiento.

    En ese momento, la mayoría de nosotros tenemos ganas de dejar todo de lado, para dormir, olvidar y desaparecer.

    Pero la vida continúa Y nos reclama una aptitud: es necesario continuar.

    El estómago pide comida, el cuerpo se revela con sed, la familia debe ser sustentada. Todo sigue normalmente.

    ¿Pero cuál es la forma de proceder cuando nada parece tener sentido? ¿Si un enorme vacío se encarga de todas las cosas?

    En primer lugar debemos ser conscientes de que hay otras personas que dependen de nosotros, ya sea física o emocionalmente.

    Los niños, esposa, esposo, padres, hermanos, amigos. Toda esta multitud sufre con nosotros. Y, por amor a ellos, es necesario luchar para superar toda nuestra amargura.

   Si un hijo muere, otros se quedan. Y son los que esperan nuestros gestos de amor, atención, sonrisas.

   Y si no hay otros hijos, existen otros parientes, y amigos que nos quieren  bien.

   Si perdemos algo, todo lo que sea muy importante, incluso el trabajo de toda una vida, es tiempo de buscar nuevos horizontes, nuevas oportunidades, nuevas perspectivas.

   El mundo está lleno de innovaciones a nuestra espera.

   Mas, para eso debemos estar abiertos al mundo con los brazos dispuestos a abrazar las bellezas que la vida ofrece.

   Y es necesario saber que no estamos solos en el sufrimiento. El dolor que nos lacera también mata a millones de personas.

   Cada uno lleva su dolor. A menudo en secreto. Muchas veces, sin nadie con quien compartir.

   A pesar del dolor, el Mundo continua girando, todo sigue su ritmo normal. Y de nada vale desear que  todo pare para vernos llorar. O para consolarnos.

   Tenemos dentro de nosotros una inmensa fuerza para resistir a todo, para soportar todas las pruebas. Es algo que viene de Dios.

   Jesús nos enseñó que Dios no da pruebas superiores a nuestras fuerzas. Sí, porque Dios ha puesto en nuestros corazones la fortaleza que nos levanta.

   Es el espíritu de lucha que viene cuando estamos abatidos. Es la fuerza que, de pronto se apodera del alma y nos hace sonreír de nuevo.

   Es un regalo de Dios. Disfruta. Esta energía está viva en tú alma. Que se agita como un pájaro en espera a que lo liberes

  ¿Cómo lograrlo en nuestra intimidad y despertarla?

   No es ningún secreto y todos, sin excepción, pueden  conseguir. Se llama oración.

   Deja tu corazón hablar con Dios. Ábrele tu interior. Confiésale tus penas, angustias, tristezas.

   Y ten la certeza. Él, el infinito Amor y la Misericordia plena, no te dejará sin respuesta.

   La afirmación es de Jesús, al decir que el Padre no da piedras a Su hijo que pide pan.

   Confíe. Dese esta oportunidad de fe, con ella tratando de fortalecer tus esperanzas, renovar tu Espíritu para el bien, consolidar tu coraje para reanudar la caminata, conquistar fuerzas para proseguir con valentía y sin miedo.

   Haga esto para usted, y principalmente por sus afectos. Ellos  precisan mucho de usted.

   Recuerde que Jesús cantó un Himno de esperanza y de consuelo para la Humanidad, con Sus hechos y dichos, y Se volvió a nosotros, diciendo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.

   Venid a Mí todos los que están cansados de las luchas del mundo y Yo os haré descansar.

   Piense  en eso.

 Redacción del Momento Espirita.

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