miércoles, 8 de marzo de 2017

LA REALIDAD DEL SER ESPIRITUAL


                                                                           
            Las armonías del Espacio 

Una de las impresiones que nos causa el observar el cielo por la noche, es la
de un majestuoso silencio; pero este silencio sólo es aparente: es el resultado de la impotencia de nuestros órganos. Para otros seres más evolucionados, dotados de sentidos abiertos a los ruidos sutiles del infinito, todos los mundos vibran, cantan, palpitan, y sus vibraciones, acopladas, conforman un inmenso concierto. 

Esta ley de las grandes armonías celestes, podemos observarlas, también, en nuestra propia familia solar. 

Se sabe que el orden de sucesión de los planetas en el espacio está ordenado por una ley de progresión, llamada ley de Bode. Las distancias son dobles, de planeta en planeta, a partir del Sol; cada grupo de satélites obedece a la misma ley. Y este modo de progresión, tiene un principio y un sentido. Este principio tiene relación, a la vez, con las leyes del número y de la medida, con la matemática y la armonía. 

Las distancias planetarias están reguladas según el orden normal de la progresión armónica; ellas expresan el orden de las vibraciones de estos planetas, y las armonías planetarias, calculadas según estas reglas, son de un ajuste perfecto. Podríase comparar al sistema solar con un arpa inmenso, cuya cuerdas fuesen los planetas. "Sería posible -dice Azbel-, reduciendo a las cuerdas sonoras la progresión de las distancias planetarias, construir un instrumento completo y absolutamente acorde"*. 

En el fondo, y en ello está lo maravilloso, la ley que rige a las relaciones del sonido, de la luz y del calor, es la misma que rige para el movimiento, la formación y el equilibrio de las esferas, al mismo tiempo que regula sus distancias. Esta ley es también la que rige a la matemática, a las formas y a las ideas. ¡Es la ley de armonía por excelencia; es el pensamiento; es la acción divina que entrevemos! 

El lenguaje humano es muy pobre; es insuficiente para expresar los misterios adorables de la armonía eterna; sólo la escritura musical puede proporcionar su síntesis, comunicar su impresión estética. La música, lengua divina, expresa el ritmo de los nombres, de las líneas, de las formas, de los movimientos. Por ella se animan y vibran las profundidades; ella llena con sus ondas el edificio colosal del Universo, templo augusto en donde resuena el himno de la vida infinita. 

Pitágoras y Platón creían ya percibir la música de las esferas. Luego, lo que no era más que una intuición, tórnase hoy un hecho, y mañana será una verdad absoluta, demostrada. 
Nada existe, hasta en las excepciones a la regla universal de la armonía, y en las aparentes desviaciones de los planetas, que no se explique y no sea causa de admiración. Ellas constituyen una especie de diálogos de vibraciones lo más aproximados posibles al unísono y presentan un encanto estético más en este prodigio de belleza llamado Universo

LEÓN DENIS

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      Antes de reencarnar ¿Podemos programar cuántos años vamos a vivir?

"Sí, inclusive escogemos la profesión, la familia, las enfermedades, las y pruebas, de acuerdo a nuestras necesidades evolutivas. Podemos cumplir o fallar el programa, dependiendo de nuestra voluntad." 

En el Libro de los Espíritus  desde el punto 258 hasta el 273, bajo el título «elección de pruebas», Allan Kardec pregunta a los espíritus superiores sobre la posibilidad de elegir durante el estado errante, antes de renacer, las pruebas que enfrentará un espíritu en su vida. Es un capítulo importante cuya lectura te recomiendo porque te aclarará muchas dudas, la previsión e inteligencia del codificador se descubre en lo apropiado y oportuno de sus preguntas, y las respuestas consecuentes de los espíritus merecen lectura reposada y meditada. Como  puntos más importantes debemos destacar que no es una norma absoluta, ni en el tiempo ni en su profundidad; porque no siempre los espíritus estamos en disposición de elegir lo más apropiado, especialmente en nuestros primeros tiempos de conciencia  espiritual en desarrollo, ni abarca todos los acontecimientos de la vida, sería inconsecuente, porque los aspectos secundarios evolucionan según nuestro comportamiento ante los hechos vividos. No está, ni mucho menos, todo escrito. Y hemos de remarcar que siempre tenemos la libertad de elección. 
    Resumiendo un poco de forma esquemática podemos decir que elegimos los puntos más importantes de la vida; medio en que nacemos, condición económica y cultural, objetivos a cumplir, etc. en definitiva, pruebas que se presentarán como aprendizajes y ante las que somos propietarios de nuestro libre albedrío para solucionarlas. Los años que viviremos están programados, pero evidentemente no es un término fijo, todo dependerá de las circunstancias que enfrentemos, de cómo las solucionamos, de los hábitos de vida, del mantenimiento del cuerpo y, cómo no, del aprovechamiento que hagamos de nuestra vida. 
    En los libros de André Luiz encontramos varios ejemplos de personas que acortan su vida, por excesos de vicios o por extrema dedicación a los demás, y otras que consiguen una prolongación para llevar a término una obra concreta de interés especial (Obreros de la vida eterna, cap. 17, y Los mensajeros de la luz, cap. 7) 
    Si fijamos nuestra vista en una sola existencia puede parecer que nuestra vida es injusta, falta de sentido o incluso estéril. Pero amparados en la doctrina espírita y conociendo la ley de la reencarnación podemos comprender que no podemos juzgar la vida por un solo acto, que desconocemos nuestro pasado, y que si pudiéramos contemplar en su conjunto nuestras últimas existencias comprenderíamos en mayor justicia la evolución de nuestro comportamiento y lo oportuno de algunas dificultades que nos ayudarán a fortalecer nuestro carácter.      Como siempre, respetamos las discrepancias, pero os invitamos a meditar los puntos señalados de los libros arriba mencionados, especialmente los referidos de El Libro de los Espíritus. Saludos fraternales.

Boletín informativovo de hermanos espiritistas de Barrancabermeja, en Colombia.”
Tomado de la Revista Actualidad Espírita nº7

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                                    ANTE LOS OTROS

  Nunca desestime la importancia de los demás.

  Frecuentemente solo pensamos en la crítica con que los otros nos pueden herir, olvidándonos de que es igualmente de los otros de quienes recibimos la fuerza para vivir.

  El auxilio al prójimo es su mejor inversión .

  Valore a los demás para que ellos le valoren igualmente a usted.

  Piense que los demás, no en términos de ser ángeles o perversos, sino en la condición de seres humanos con necesidades y sueños, problemas y luchas, semejantes a los suyos.

  - André Luiz a través de Chico Xavier-

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    LA REALIDAD DEL SER ESPIRITUAL

En la actualidad, ya no hay nada que justifique los conceptos ya superados en torno de los Espíritus. Por un lado, permanecen empecinadamente, las obstinadas negativas que se desprenden del materialismo, reduciendo al ser y a la inteligencia, al absurdo capricho del acaso y, por consecuencia, sin darle un carácter de sobrevivencia, después del desgaste del torbellino celular. En el pasado, cuando los estudiosos de la problemática del alma humana luchaban contra el totalitarismo religioso y la ignorancia científica, se comprendía la determinación de la idea que negaba la sobrevivencia espiritual a la muerte del cuerpo somático, porque faltaban las pruebas que ampliasen el aprendizaje mental, más allá de los estrechos límites impuestos por la fe ancestral... 

Sin embargo, desde que se iniciaron las pesquisas en la segunda mitad del siglo pasado, mediante la utilización de todo un amplio material de laboratorio, las hipótesis se sucedieron, complejas, empero, siempre desbaratadas por los hechos repetitivos que imponían, constante y exhaustivamente, la legitimidad de la opinión de la inmortalidad. 

En el presente, gracias al abundante control de hechos necesariamente catalogados, comparados, clasificados, pasados por los más diferentes cedazos de eminentes parapsicólogos, se sobrepone la hipótesis espírita a las demás, en el abismo donde se confunden las corrientes de opinión y de intereses subalternos, que insisten en reducir todo a ondas vibratorias en paulatino camino hacia la extinción, o cuando lo consignan como transformaciones energéticas incesantes... 

No obstante, cuando se habla de campos de energía pura de difícil catalogación, se piensa en negar al Espíritu, en su condición energética cuando está libre de los implementos orgánicos. Más allá de esa desconcertante posición, permanece la decadente teoría sobre el Espíritu mediante la cual se le atribuyen facultades divinatorias, fantásticas, sobrenaturales... 
Por más que se les expliquen aquellos que prefieren el concepto fantástico lo referente a la realidad del ser espiritual, de tal forma se encuentran sus mentes aferradas a las ideas inexactas, que bloquean su razón y no aceptan la claridad de la lógica ni del equilibrio. Se empeñan en transferir a los Espíritus, poderes y sucesos, responsabilidades y consecuencias en los acontecimientos de la vida, transitando, aún por las sendas de la Mitología, en la que se complacen, distantes de una reflexión libertadora, de una opción lúcida. Se satisfacen con el "culto externo" y están siempre dispuestos a aceptar injertos cómodos en los postulados relevantes que les exigen cambios de actitud acomodaticias a las que se someten con tranquilidad. Otros por atavismo incomprensible, si consideramos el tecnicismo y el utilitarismo de la época, se detienen en la idea de que no se deben mezclar con las "almas del otro mundo", de cuyo acometimiento siempre se recogen frutos de decepción, cuando no de desequilibrio de las ideologías del fanatismo religioso que se niegan a la actualización de la cultura espiritual. 

Algunos, ingenuos, permanecen en la problemática que sostiene que los Espíritus son seres tan inmateriales e, inconcebiblemente, los catalogan como fantasmas, correspondiendo tal actitud a sus anhelos íntimos. Les temen, insisten en ignorarlos, y cuando son instados al examen de su estructura real, suponen que son cosas, humos, tal como fueron idealizados en los cuentos infantiles del pasado. La vida, empero, tiene en el mundo espiritual sus matrices. El mundo corporal es una materialización pura y simple de las construcciones trascendentes de las esferas del Espíritu. El ropaje orgánico es elaborado por las fijaciones mentales y ambiciones morales de cada uno, en el inmenso peregrinar evolutivo. A semejanza del cuerpo, o mejor dicho semejante al espíritu, es la fisiología orgánica, porque éste, el ser, posee una organización fisiológica obviamente más compleja que aquella que constituye la maquinaria física. Es una individualidad eterna y una personalidad que resulta de cada experiencia reencarnacionista por proceso automático de ideoplastía inconsciente, fijándose en las telas de la mente espiritual, los recuerdos, aptitudes y acontecimientos más importantes que caracterizaron a la entidad, manteniéndola en los patrones en que mejor fijó las finalidades del aprendizaje educativo... 

Transfiere de una a otra existencia la suma de las adquisiciones que elaboran necesidades y promueven conquistas sin privilegios ni puniciones. Cuando el hombre abandona los despojos carnales por el fenómeno de la muerte, se cambia de posición vibratoria, continuando, empero integralmente, con lo que almacenó y consiguió, no obstante la ausencia de las expresiones materiales, en el sentido de la organización somática. 
Ni Dios ni demonio. Ni capacidad fantástica, sobrenatural de todo poder, ni tampoco la imprudente tónica demoníaca de a todo y a todos atenacear o destruir. Ningún otro culto que no sea el de la amistad y el de la gratitud en oraciones y pensamientos saludables, ni tampoco recelo de ninguna naturaleza. Los espíritus son nuestros hermanos en la marcha de la evolución, semejantes a todos nosotros, unos mejores debido al esfuerzo propio, menos buenos los otros; atormentados los demás, desencarnados o encarnados, bajo la protección e inspiración de la divina misericordia de Nuestro Padre. 

Eres un espíritu que se encuentra en labor adquisitiva, en pro de tu propia felicidad. Tu vida son tus bendiciones y tus sufrimientos. Ten en mente que procedes de la Esfera Espiritual – la verdadera – y que a ella retornarás. De ese modo, haz lo mejor que puedas en la oportunidad que disfrutas para promover la ascensión que persigues, dejando en la Tierra plantadas las semillas de amor y luz, por cuanto, debido a las necesidades de la evolución, a ella retornarás en futuros renacimientos, enfrentando mañana lo que hayas sembrado desde ahora. No te descuides, porque ignorar un hecho, de manera alguna altera su legitimidad, tal como ocurre con respecto a la indestructibilidad del Espíritu, que es inmortal. 

Juana de Angelis 

Mensaje psicografiado por Divaldo Pereira Franco


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