Contenido de este blog en el día de hoy:
- Amargura e irritación
-Sentido histórico de la Bíblia y su naturaleza profética.
- El sexto sentido
- La inmortalidad del alma
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“El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que pueden establecerse con los espíritus; como doctrina filosófica, comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones. Podemos definirlo así: El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus, y de sus relaciones con el mundo corporal.” (¿Qué es el Espiritismo? Preámbulo – A. Kardec, 1859)
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SENTIDO HISTÓRICO DE LA BIBLIA Y SU NATURALEZA PROFÉTICA
¿Cual es la posición del Espiritismo ante el problema bíblico?
Los debates en la la televisión entre espiritistas ,pastores protestantes y sacerdotes católicos dieron motivos a algunas incomprensiones ,de las que se han aprovechado adversarios poco escrupulosos de la doctrina espiritista para descargarle nuevos e injustos ataques.Vamos a procurar esclarecer aquí ,la posición espiritista.
Kardec tiene esa posición desde El Libro De Los Espíritus,como la del estudio y esclarecimiento del texto a la luz de la historia y con la perspectiva de la evolución espiritual de la humanidad.En el capítulo III,parágrafo 59,ítem tercero,después de señalar las contradicciones contra la Biblia y las ciencias en lo relacionado con la creación del mundo,él declara; " ¿Hay que concluir de ello que la Biblia está equivocada?-No, sino que los hombres se han engañado al interpretarla"
Estas palabras de Kardec-sustentadas a través de toda la codificación-esclarecen la posición espiritista. Debemos reconocer en la Biblia su naturaleza profética (es decir: mediúmnica) la que se cierra la Primera Revelación en el ciclo , histórico de las revelaciones cristianas.Ese ciclo se inicia con Moisés (Primera Revelación), se define con Jesús y se cierra con el Espiritismo (III tercera Revelación), Los lectores hallarán explicaciones detalladas al respecto en El Evangelio Según El Espiritismo.
Allan Kardec es un manual de moral evangélica. Sin embargo el concepto espiritista de revelación,no es el mismo que el de las religiones en general. Revelar es enseñar ,y ésto tanto puede ser hecho por los Espíritus (revelación Divina),como por los hombres (revelación humana),pero no por Dios en persona, dado que Dios actúa a través de sus leyes y de los Espíritus.La revelación bíblica.por tanto,no puede ser tomada como la palabra de Dios.Ella es solamente,la palabra de los Espíritus Reveladores ,y esa palabra es siempre adecuada al tiempo o época en que es proferida. Esto es confirmado por la misma Biblia.
La expresión " palabra de Dios", es de origen judaico.Fue naturalmente heredada por el cristianismo,que la empleó para si mismo fin de que los judíos;diesen autoridad a la Iglesia.
La Biblia considerada la palabra de Dios,se reviste de un poder mágico; su simple lectura,o simplemente la audiencia de esa lectura, se dice que puede espantar al demonio de una persona y convertirla en creyente de Dios.
Está claro que el Espiritismo no acepta ni predica esa vieja credulidad,pero no la condena.
A cada uno según sus convicciones, siempre que haya buena intención.
VISIÓN ESPÍRITA DE LA BIBLIA- :HERCULANO PIRES
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El Sexto Sentido: La voz de tu alma intentando hablarte
Se conoce como sexto sentido o la capacidad de percepción sutil, a nuestra capacidad de percibir la dimensión sutil o ese mundo invisible, desconocido, místico, de los ángeles, los fantasmas, el cielo, etc.
El secreto de la libertad humana es actuar bien, sin apego a los resultados.
Bhagavad Gita
También incluye nuestra capacidad de comprender la relación sutil de causa y efecto en muchos sucesos, que está más allá de la comprensión del intelecto.
La percepción extrasensorial, la clarividencia, la premonición, la intuición, son sinónimos del sexto sentido o de la capacidad de percepción sutil y ha sido objeto de muchas investigaciones, reflexiones, teorías y estudios espirituales.
Algunos estudios señalan que el mundo está compuesto de los cinco elementos cósmicos sutiles (panchatattva), estos elementos cósmicos no pueden verse, pero constituyen toda la creación. Cuando desarrollamos nuestro sexto sentido empezamos a percibir estos elementos cósmicos de forma progresiva, empezando por el más tangible hasta el más sutil. Así, podemos percibirlos en el orden de los elementos Absolutos de Tierra, Agua, Fuego, Aire y Éter a través de nuestros sentidos sutiles del olfato, el gusto, la vista, el tacto y el oído respectivamente.
A veces vemos personas que tienen la capacidad de percibir el mundo sutil desde muy temprana edad, aunque no hayan realizado ninguna práctica espiritual, algunas ideologías sostienen que esto se debe a que han alcanzado el nivel espiritual necesario para ello, gracias a la práctica espiritual realizada en un nacimiento anterior (vida anterior).
A veces experimentamos una extraña sensación de volver a casa cuando vemos una casa totalmente desconocida, una premonición sobre un desastre inminente, o un sentimiento de amor infinito por una persona que, por lo demás, no es nuestro tipo. Estas son experiencias percibidas a través de la mente sutil.
El viaje espiritual es individual, personal. No puede ser organizado o regulado. No es cierto que todos deben seguir un camino. Escucha tu propia verdad. Ram Dass.
No podemos comprender la razón que se esconde tras estas sensaciones. A veces oímos hablar de personas que obtienen información de la dimensión sutil y que conversan con seres de las regiones sutiles.
Evidentemente, esta facultad existe, esta experiencia se manifiesta en muchos espacios de nuestra vida, aunque en la mayoría de los casos no somos conscientes de ello.
Desde una perspectiva puramente espiritual, se considera un uso indebido del sexto sentido, cuando se utiliza para otra cosa, como pueden ser los asuntos mundanos. En otras palabras, si un médium utiliza su capacidad psíquica para adivinar si una persona va a casarse o a conseguir un trabajo, desde la perspectiva espiritual se considera un uso indebido.
Este mal uso de la facultad otorgada, deriva en la pérdida de su capacidad, la persona va perdiendo la sensibilidad que le era propia a través de este sentido y se hace pieza fácil de energías externas provenientes de otros campos más bajos.
En tales casos su capacidad psíquica perdura durante más tiempo e incluso puede parecer que mejora continuamente. Pero esta capacidad física no se debe a la persona sino a las energías de la cuales es medio, que la está guiando. Cuando eso sucede, el preciado regalo del sexto sentido de la persona, se malgasta en asuntos menores.
La vida está llena de regalos, aprender a percibirlos es fundamental para hacer el mejor uso de ellos, presta atención a tu intuición y ante todo aprende a escuchar…
Por: Marvi Martínez
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LA INMORTALIDAD DEL ALMA
La presentación del Libro de los Espíritus nos ofrece la síntesis de los fundamentos del Espiritismo, en una obra diseñada como diálogo, con gran sentido pedagógico, con preguntas y respuestas obtenidas de los espíritus, recopiladas tras varios años de estudio y análisis, en la que Allan Kardec siempre puso la razón y la lógica por encima de cualquier otro motivo, desechando cualquier respuesta o idea que no se ciñera a esas reglas. Un trabajo serio y concienzudo que dio lugar al mayor movimiento espiritualista nacido el siglo XIX y que hoy día sigue manteniendo su fuerza y vitalidad a pesar de haber sufrido duros y despiadados ataques, todo por defender una visión de la vida que explica con mucho acierto el porqué de nuestros sufrimientos y los motivos por los que nuestro planeta parece estar abocado inevitablemente a ser pasto de la violencia y la maldad: nuestras imperfecciones morales. La inmortalidad es el primer concepto que Kardec nos presenta en los principios de la doctrina espírita, es una de las más importantes conclusiones a la que nos conduce la comprensión de las enseñanzas del Espiritismo.
Toda la doctrina espírita, los cinco libros principales 1 más los complementarios, tienen como primordial destino despertar al hombre en su conciencia la idea que es un ser inmortal, que es espíritu eterno y que una vida es un corto periodo de tiempo, fugaz, como lo es un día o una hora, pues el tiempo se diluye siempre en el concepto de eternidad e inmortalidad. Algo que nos pesa y nos abruma porque no sabemos enfrentarlo con nuestras ideas actuales. Será difícil de comprender si pensamos en la inmortalidad del cuerpo, en la continuidad de nuestra vida tal como la tenemos hoy, pero es una falsa apreciación porque la inmortalidad es propia del espíritu, no del cuerpo físico.
Toda la estructura de la doctrina espírita está presentada como una obra pedagógica, aspecto en el que Kardec destacó al continuar en la línea de reforma pedagógica que aprendió de su maestro J. H. Pestalozzi 2 . Fruto de esa educación toda la estructura de sus libros se fundamenta unas enseñanzas progresivas para lograr una más completa explicación de conceptos que eran totalmente nuevos –Espíritus, vida espiritual, telepatía, mediumnidad, etc. - a partir de hechos que ya recogía la sabiduría popular y las escrituras sagradas, pero que se tenían por fábulas y supersticiones.
En su primera obra espírita, El Libro de los Espíritus, donde sintetiza y avanza el resto de la doctrina, primero presenta los orígenes del espiritualismo moderno (Espiritismo es una palabra creada por él para designar una nueva ciencia), aclara conceptos y palabras, expone sus antecedentes históricos, para luego entrar en materia con preguntas que se inician con la primera y más importante cuestión: ¿Qué es Dios?. Allan Kardec divide este libro en cuatro apartados principales; Causas primeras, Mundo espiritista o de los Espíritus, Leyes Morales, y Esperanzas y Consuelos. Es en el segundo donde en sus capítulos IV y V nos presenta las circunstancias que revelan la reencarnación y las vidas sucesivas como la gran explicación que el hombre necesita para entender nuestra existencia en la Tierra y comprender la tan variada diferencia de aptitudes y circunstancias. Este es el primer paso para plantearnos la inmortalidad como futuro y realidad.
Para todo estudio son necesarios unos conocimientos previos, en el caso del Espiritismo será necesaria una predisposición natural de las personas hacia la vida espiritual, una afinidad de sentimientos, de conductas morales, de creencias. Allan Kardec hace una presentación exhaustiva del fenómeno espírita y de los nuevos conceptos que estudia en la introducción al estudio de la doctrina espírita. Dentro de esta introducción destaca la importancia de lo que entendemos por alma, elemento básico para poder comprender los fundamentos sobre los que se desarrolla el Espiritismo: “todo el Espiritismo está contenido en la existencia del alma y en su existencia después de la muerte”1 .
Dos cuestiones inseparables de la doctrina: Dios y alma, si no creemos en estos dos pilares del pensamiento espiritual será tiempo perdido que intentemos comprender la doctrina espírita ni sus enseñanzas experimentales y morales. Dios con sus atributos perfectos, eterno, inmutable, inmaterial, único, todopoderoso, soberanamente justo y bueno, y alma como ser inmaterial e individual que reside en nosotros y que sobrevive al cuerpo, son los puntos de partida para las explicaciones que el Espiritismo da a todas las circunstancias de la vida, siendo la reencarnación -entendida como progreso y nunca regresiva, desde la ignorancia hacia el conocimiento completo y la inmortalidad, las cuestiones que mejor responden a las dudas existenciales del ser humano.
Desde las tribus más primitivas que viven en el planeta hasta los pueblos más civilizados, todos estamos en evolución, cada uno en el estado que le es propio, resultado de sus acciones en vidas anteriores con su carga de errores y aciertos, pero siempre libre en sus elecciones y por tanto responsable, siempre en grado relativo a su adelanto moral e intelectual2 .
Cada uno de los miles de millones que habitamos en la Tierra estamos en un punto diferente, no podemos esperar que todos tengamos los mismos conocimientos ni aptitudes, cuestión esta que responde a por qué no todos aceptamos las ideas espirituales y además en diferentes grados, solo aquellas personas que por evolución personal ya poseen unas inquietudes existenciales les lleva a cuestionarse su vida y sus motivos, los objetivos y los medios que dispone, el principio y el fin de todo. A un niño no se le explican conocimientos de universitario, aún no posee la base necesaria que solo alcanzará con la experiencia acumulada durante sus años de estudiante. Con la idea de la inmortalidad es igual, muchas personas no la aceptan porque todavía no han llegado a ese punto de su evolución existencial, y no poseen los conceptos previos y esenciales para empezar a preguntarse por ella y tratar de comprenderla. El concepto de inmortalidad nos pone delante de ideas que requieren una amplia meditación, porque pertenecen más a las creencias y a los sentimientos que a la razón, pero intentaré exponer una idea propia para aceptar la realidad de la inmortalidad. La comunidad científica estima la antigüedad del universo en unos 14.000 millones de años, a grosso modo podemos deducir que aún le quedan la misma cantidad de años por delante, como mínimo, pero se acepta la idea de 20.000 millones de años más de vida o incluso de que sea eterno, dependiendo de muchas variantes. Si pensamos en la vida media de un humano y lo dividimos por la vida del universo el resultado se aproxima mucho a 0, más o menos 2-12, y se puede decir que es una tremenda casualidad que sea ahora el momento en que estamos nosotros viviendo precisamente. Tan insignificante periodo de vida me lleva a preguntarme ¿Por qué yo y ahora? ¿Es casualidad o es que somos inmortales y vivimos una de las épocas de vida en la Tierra?.
La doctrina espírita explica la inmortalidad alternando la vida en distintos planos, con períodos en erraticidad en el mundo espiritual y otros encarnados para adquirir experiencia y aprender. Durante la vida en la Tierra las condiciones de la reencarnación provocan la pérdida de la memoria de los datos biológicos de otras vidas, pero no de la evolución moral e intelectual que son conquistas propias y eternas del espíritu. Los códigos Divinos establecen este olvido temporal para facilitar cada nueva experiencia sin la carga de los errores de vidas pasadas.
“El alma contiene, en su estado virtual, todos los gérmenes de sus desenvolvimientos futuros. Está destinada a conocerlo todo, a adquirirlo todo, a poseerlo todo. Y ¿Cómo llegará a alcanzarlo en una sola existencia? (…) ¡No! Para realizar estos fines le hace falta, dentro del tiempo y del espacio, un campo sin límites a recorrer. Es por medio de transformaciones sin número como el grosero mineral se transforma en puro diamante chispeante de mil fuegos, lo mismo sucede con el alma humana.3
” Dios nos creó sencillos e ignorantes y nos entregó el universo para explorarlo y aprender, siendo tan vasto y tan desconocido todavía que podemos entender que necesitemos la eternidad para llegar a conocerlo en toda su amplitud. La inmortalidad es del espíritu que posee las propiedades de la vida inteligente, el cuerpo es sólo un instrumento para aprender y Dios, en su infinita sabiduría, nos concedió un tiempo ilimitado para evolucionar dentro de este espacio también ilimitado. 3
Al ser creados ignorantes es difícil evitar los errores en las primeras etapas, incluso contando con la ayuda de otros espíritus más adelantados que nos sirven de guía y modelo, como Jesucristo, nuestro libre albedrío nos permite caer en el error, es el precio de la libertad que se une siempre a la responsabilidad. Debemos reparar todo el daño que hagamos, ya sea mediante el dolor o mediante el amor, nosotros decidimos, no hay más caminos para la evolución.
¿Y si nos equivocamos una y otra vez? ¿Cómo reparar tanto dolor que se produce en el mundo? Necesitamos tiempo y valor para asumir nuestras derrotas morales, y más tiempo para reparar los daños. Comprenderemos el alcance de nuestra deuda y el retraso en nuestro aprendizaje, después de miles de años de desvarío en la dominación y el egoísmo, de caer en el sopor de las sensaciones y el olvido de nuestros compromisos, pero nunca será demasiado tarde, siempre habrá una luz encendida en el camino para todos los que queremos rectificar y andar junto a nuestros hermanos aprendiendo la grandeza del amor, la sabiduría, la bondad y la justicia de Dios. Por eso nos hizo inmortales, para tener siempre tiempo de rectificar y aprender.
“La verdad duele” es un dicho popular que lleva mucha razón, quizás por eso al hombre le asusta la idea de la reencarnación y de la inmortalidad, por que le enfrenta a su realidad y a su futuro, cuando le hace ver que todos sus problemas y padecimientos tienen origen en su conducta. Él y solo él es artífice de su día a día, de su presente y su futuro. ¿Entonces qué hacemos con nuestra vida? ¿Qué objetivo tiene?
La respuesta es solo una: el objetivo de la vida es llegar al bien, tal como lo presentaba Platón con los diálogos de Sócrates, un concepto absoluto, una idea primordial, arquetipo de la que conocemos en la Tierra de forma imperfecta y hacia la que se mueve la Humanidad:
“La Idea del Bien es la entidad más importante de todas las que pueblan el Mundo Inteligible”.
“La República”, Platón.
A veces son las cosas sencillas las que nos aportan las respuestas. Simplemente necesitamos meditar unos instantes, cada día, sobre la conciencia que es, que sobrevive a la muerte, para que pierda ésta su imagen destructora de vidas e ideales y se convierta en la puerta a otra existencia más plena y feliz. Si somos capaces de tomar conciencia de nuestra continuidad como ser pensante después de la desaparición del cuerpo, cambiaríamos todos los conceptos sobre nuestra vida y nuestra conducta para deshacernos del apego enfermizo a las cosas y a las personas, realizando una terapia saludable para tomar conciencia de nuestra realidad inmortal.
Jesús Valle
- 1 El Libro de los Espíritus, El Libro de los Médiums, El Evangelio según el Espiritismo, El Cielo y el Infierno, y El Génesis.
2 Johann Heinrich Pestalozzi (1746 - 1827) pedagogo suizo, uno de los primeros pensadores que podemos denominar como pedagogo en el sentido moderno del término. Influyó de forma determinante en la educación infantil popular en muchos países.
1 El Libro de los Espíritus, Introducción al estudio de la doctrina espírita, cap. VII, pág. 27, Ed. Amelia Boudet, Barcelona 1989. 2 “A quién mucho se le da, mucho se le reclamará; y a quién se le entregó mucho, más se le pedirá.” Lucas, 12,48
El problema del ser y del destino. León Denis. Ed. Amelia Boudet, Barcelona 1989. Págs. 109-110 13
Revista Actualidad Espiritista nº8
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