viernes, 28 de octubre de 2016

EL MISTERIO DE LOS GEMELOS


 ESTADOS DE CONCIENCIA Y 

MODOS DE CONOCER
Cada estado de conciencia se proyecta en un particular modo de conocer. Podemos distinguir en principio tres, cada uno con sus potencialidades y sus límites, más un cuarto que es resultado de una síntesis, del que hablaremos más adelante. Estos modos de conocer se expresan, igualmente, en tres formas de estar en el mundo:
1º. Modo visceral: tiene carácter instintivo-reactivo. Su finalidad principal es garantizar la sobrevivencia.
2º. Modo emocional: de carácter irracional, gira en torno a la dicotomía placer-displacer; es decir, en torno al “me gusta” o “no me gusta”.
3º. Modo intelectual: de carácter racional (analiza, compara, busca patrones, induce, deduce..). Profundiza pero a la  vez disgrega, por lo que no podrá jamás proporcionar una visión de conjunto.
Esos tres modos de conocer, ¿se vincularán fisiológicamente a nuestros tres cerebros? Veamos cuáles son:
– El “Cerebro” o Sistema Nervioso Entérico (SNE). Se trata del sistema digestivo. Se han encontrado aquí suficientes células nerviosas y conexiones como para afirmar que se trata de un tercer cerebro, integrado por más de 100 millones de neuronas distribuidas a lo largo del intestino (más que toda la médula espinal). Estas neuronas están conectadas con el cerebro encefálico e influyen en nuestro estado emocional. Es como si tuviésemos una especie de radar que se constituye en un sexto sentido que nos guía en situaciones complejas de peligro o de extrema emoción. En el SNE se produce el 95% de la serotonina total del cuerpo, un neurotransmisor que tiene entre sus principales funciones las de regular el apetito,  equilibrar el deseo sexual, controlar la temperatura corporal, la actividad motora y las funciones perceptivas y cognitivas.
 – El Cerebro Cardíaco. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas, junto a una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Con esos circuitos tan elaborados, parece ser que el corazón es capaz de tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro, puede percibir, aprender y recordar.

Del corazón parten cuatro tipos de conexiones que van hacia el cerebro de la cabeza:
1ª. La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.
2ª. La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF (llamada también Factor natriurético atrial o atriopeptina), la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.
3ª. La comunicación biofísica mediante ondas de presión. A través del ritmo cardiaco y sus variaciones, el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.
4ª. La comunicación energética. El campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, unas 5.000 veces más intenso que el del cerebro de la cabeza, extendiéndose alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros. Se ha observado que cambia en función del estado emocional, de forma que, por ejemplo, cuando tenemos miedo, frustración, estrés, ira o desconfianza, se vuelve caótico y, por el contrario, se ordena con las emociones positivas, elevadas y generosas.
Los mismo pasa con el ritmo cardiaco, al punto que las ondas cerebrales se sincronizan con sus variaciones; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. En conclusión, el llamado “amor del corazón” no es solo una emoción sino un estado de conciencia inteligente.
El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros neuronales novedosos, centros superiores de percepción, que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Su conocimiento es directo, inmediato, instantáneo, y por ello tiene una percepción exacta de la realidad.
Este circuito se activa ejercitando las llamadas “cualidades del corazón”: la apertura hacia los demás, la capacidad de escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje… Es decir, con la práctica de los pensamientos y emociones positivas. Esto significa, en esencia, liberarse del espíritu de separación y de sus tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio.
Del corazón parten cuatro tipos de conexiones que van hacia el cerebro de la cabeza:
1ª. La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.
2ª. La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF (llamada también Factor natriurético atrial o atriopeptina), la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.
3ª. La comunicación biofísica mediante ondas de presión. A través del ritmo cardiaco y sus variaciones, el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.
4ª. La comunicación energética. El campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, unas 5.000 veces más intenso que el del cerebro de la cabeza, extendiéndose alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros. Se ha observado que cambia en función del estado emocional, de forma que, por ejemplo, cuando tenemos miedo, frustración, estrés, ira o desconfianza, se vuelve caótico y, por el contrario, se ordena con las emociones positivas, elevadas y generosas.
Los mismo pasa con el ritmo cardiaco, al punto que las ondas cerebrales se sincronizan con sus variaciones; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. En conclusión, el llamado “amor del corazón” no es solo una emoción sino un estado de conciencia inteligente.
El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros neuronales novedosos, centros superiores de percepción, que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Su conocimiento es directo, inmediato, instantáneo, y por ello tiene una percepción exacta de la realidad.
Este circuito se activa ejercitando las llamadas “cualidades del corazón”: la apertura hacia los demás, la capacidad de escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje… Es decir, con la práctica de los pensamientos y emociones positivas. Esto significa, en esencia, liberarse del espíritu de separación y de sus tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio.

La forma de liberarnos de estos mecanismos es tomando la posición de testigos  (observadores), observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos hacen sentir más plenos.
– El Cerebro de la Cabeza o Cerebro Encefálico. Contiene 100.000 millones de neuronas conectadas en forma de una inmensa e intrincada red de sinapsis o conexiones nerviosas, formando redes hebbianas o neuronales. Los bancos de memoria son redes neuronales especializadas, y son ellas quienes sustentan nuestros hábitos y conductas.
Si nos atenemos a la Teoría Sintérgica de neurofisiólogo mexicano Jacobo Grinberg, nuestro cerebro interactuaría con ese campo informacional al que buena parte de los científicos llama campo cuántico, otros como David Bohm orden implicado y que él denomina Lattice. A partir de esta interacción, como resultado final del procesamiento cerebral y a través de lo que él llama “campo neuronal”, aparecería la realidad perceptual que percibimos tal y como la conocemos, es decir, los objetos, formas, colores, olores y texturas.
 UN CUARTO MODO DE CONOCER
Entonces, ¿cuál sería ese cuarto modo de conocer que puede ir más allá del pensamiento discursivo, de los juicios, de las opiniones, de los análisis, de las inducciones y las deducciones, del “me gusta” o “no me gusta”? Ya lo hemos visto: es LA INTUICIÓN. Este no es un modo de conocer ni irracional ni racional, va más allá, tiene carácter irracional.
                                 Maurice Barbanell                                    Silver Birch

Como muchos sabrán, Silver Birch es el nombre de un instructor espiritual que se manifestaba bajo la personalidad de un piel roja, responsable invisible de un compendio de maravillosas enseñanzas transmitidas a través de las facultades de intermediación del médium británico Maurice Barbanell. Pues bien, en cierta ocasión se le hizo a dicha entidad la siguiente pregunta: “¿Podrías explicar qué es la intuición?”. Su contestación fue:
“Sí, puedo explicarlo en una frase:  LA SUGESTIÓN DEL ESPÍRITU. La intuición es la manera por la que el espíritu se hace consciente de sí mismo; ataja el proceso normal del razonamiento terrenal. La intuición logra a la velocidad de la luz, lo que normalmente conseguirías después de mucha deliberación. La intuición es ese proceso de sintonismo durante el cual recibís esa sugestión que alcanzaríais después de mucho tiempo y pensamiento sobre el mismo tema”.  (De: Antología de Silver Birch)
Estudios realizados por un equipo de científicos dirigidos por el profesor Marius Usher en la Universidad de Tel Aviv, han demostrado que la intuición es infinitamente más fiable que la razón, confirmando que en un 90% de los casos acierta.
Nuestro entendimiento y nuestro sentir nos llevan a manifestar que ha llegado la hora de activar con énfasis y generalizar esta forma de percibir y conocer la realidad, un modo que trasciende el intelecto, lo discursivo, lo argumentativo y lo cartesiano, en la medida en que todo eso apenas acota, bordea, delinea, pero no entra – porque no puede – en el corazón de la “cosa en sí”.
Termina el tiempo de, simplemente, describir, discursear, opinar y separar, llega tiempo para cultivar las buenas impresiones, unir y vivir. Quien no lo haga así estará prácticamente “muerto” y “ahogará” lo que representa, incluso al Espiritismo, si habla en su nombre.
Lo característico de la intuición como modo de conocer, es que cada vez que se activa promueve una ósmosis de significados. Jamás habrá verdadera comprensión sin ese trasvase, que es lo único que proporcionará SENTIDO. Es mediante la intuición que es posible superar la dualidad o separatividad, raíz de todo conflicto.
¿Pero cuál es el mecanismo que permitirá el afloramiento de este cuarto modo de conocer y qué estado de conciencia representa? Las más modernas investigaciones en neurofisiología, dan a entender que en el plano orgánico es la sincronización hemisférica cerebral el basamento de la manifestación de este modo de conocer, que a su vez es producto del desarrollo armonioso y coherente de valores y facultades interiores complementarios: información más cualidad; forma más estado; estructura más energía; en definitiva, INTUICIÓN.
Para que esto llegue a producirse, se necesita algo que el propio Kardec describió en el ítem 19 de El Libro de los Espíritus, en que nos señala dónde reside la deficiencia que a día de hoy, según nuestro actual estado evolutivo, sigue siendo preciso llenar para dar el salto: el progreso moral: “Sólo el progreso moral puede asegurar la felicidad de los hombres sobre la Tierra – asevera – … él es el encargado de tirar abajo las barreras que separan a los pueblos, el que hará desaparecer los prejuicios de castas y acallará los antagonismos sectarios, enseñando a los hombres a considerarse hermanos destinados a ayudarse y no a vivir parasitariamente los unos de los otros”.
Oscar M. García Rodríguez
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"El más importante y principal negocio público es la buena educación de la juventud".
-Platón- 
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¿ES POSIBLE UN PLANETA DIFERENTE? 


A no ser que la opinión pública mundial comenzara a reclamar nuevas concepciones de desarrollo económico que respete la naturaleza, el equilibrio medioambiental y una redistribución de la riqueza más justa y equitativa; las expectativas respecto al futuro del planeta son verdaderamente sombrías. En el corto plazo de unas pocas décadas; este ser vivo, esta casa que es de todos, puede alcanzar un punto de no retorno a la vida y la naturaleza conocida desde hace millones de años.
Transmutar los aspectos negativos por solidaridad, ética, conciencia y responsabilidad social; añadiendo libertad de pensamiento y revolución individual en las personas y bajo los aspectos del altruismo, respeto, compromiso y principios morales; son sin duda las necesidades urgentes de la sociedad y el individuo para cambiar la mentalidad de un planeta enfermo de egoísmo y avaricia.
Sin un cambio de conciencia individual, se hace francamente difícil un profundo cambio social; no obstante, la historia nos demuestra cómo el empeño y la obstinación de los pueblos en modificar su destino alcanza a veces éxito. Muchos movimientos han surgido en las últimas décadas que abogan por la exigencia de un cambio de rumbo en lo social, en lo económico, en lo ambiental.
“Cuando nos comprendemos, comprendemos nuestra conciencia, también comprendemos el universo y la separación desaparece”
Amit Goswami – Físico
No obstante, además de los movimientos sociales, la ciencia y la espiritualidad vienen en auxilio del hombre para ofrecernos las salidas adecuadas que nos permitan la opción de poder elegir aquello que queremos para nuestros hijos.
En el capítulo de la ciencia los nuevos descubrimientos de la física cuántica vienen a confirmar que, la realidad de la relación entre todo lo que existe nos abre un abanico de posibilidades respecto a la influencia de las acciones individuales sobre las colectivas.
Según los últimos descubrimientos, existe un campo de energía que conecta toda la creación. Y este campo tiene un papel de contenedor, un puente y un espejo de las creencias que tenemos en nuestro interior. Según esta realidad, cada parte está conectada con las demás, y a su vez refleja la totalidad en escala menor. La manera en que actuamos y nos comunicamos con este campo de energía universal que todo lo impregna y a todo alcanza es a través de nuestra mente y nuestras emociones.
Vendría a ser como una gran mente universal o fluido cósmico que se encuentra presente en todo y del que todos formamos parte. Retomando la sabiduría de la antiguedad, comprobamos que esta concepción de la física cuántica se parece mucho al primer principio de las leyes del Kybalión de Hermes Trimegisto (5000 a.C.): “TODO ES MENTE, EL UNIVERSO ES MENTAL”. (*)
Y más cercano en el tiempo, y quizás más exacto en su paralelismo, es similar a la concepción kardeciana del FLUIDO CÓSMICO UNIVERSAL que animado por la Mente Divina (Inteligencia suprema y Causa Primera), la filosofía espirita explicó de manera detallada como la base de la creación en todo el universo, a través de la cual se manifiesta la materia y los diversos tipos de energía.
“Nada hay vacío en el espacio universal, todo se halla ocupado por una materia (energía) que se sustrae a tus sentidos y a tus instrumentos”
 Allan Kardec – Item 36 Libro de los Espíritus
Incluso el “Principio Vital” que anima los seres orgánicos posibilitando la vida, es una energía que proviene del F.C.U. mencionado arriba, tal y como le respondieron los espíritus a Kardec en la pregunta 65 del Libro de los Espíritus.
Según las últimas investigaciones realizadas en Física Cuántica en la última década, este campo de energía no sólo existe, sino que conecta toda la creación. De forma que cualquier parte de él está conectada con las demás. La concepción errónea de la separación entre las cosas y los seres vivos queda definitivamente enterrada por los biólogos cuánticos que comprobaron en 1997 que el ADN es capaz de modificar, y alterar la constitución de la materia, hasta sus más pequeñas partículas como el fotón.
Algo que parece ciencia ficción y que desde hace una década está siendo comprobado por la ciencia. La gran pregunta es si todo lo que hacemos, sentimos y pensamos tiene sus efectos sobre el universo del cual formamos parte, ¿qué impide entonces que las intenciones, emociones y pensamientos puedan modificar el universo que nos rodea, incluso la propia sociedad? NADA, absolutamente, nada.
¿Sería entonces posible alcanzar ese mundo ideal, ese cambio de conciencia social, esa sociedad más solidaria, responsable y libre que instaure un nuevo orden social en el planeta que lo proteja, lo respete y cuide a su vez en armonía y equilibrio a los seres que lo habiten?
¿Sería posible que el cambio individual, personal y consciente de los individuos de una sociedad llegaran a cambiar la forma y manera en cómo esta se gobierna?
El nuevo paradigma científico de la última década se basa en “la ciencia de la conciencia” y demuestra que la conciencia, mente, espíritu o como queramos llamarla, es realmente la base de construcción de la realidad que nos circunda, y no la materia como se creía desde Newton. Es la conciencia la que crea la realidad y a partir de ella incluso se organiza la materia desde sus partes más ínfimas hasta las galaxias, estrellas y planetas.
Extrapolando al conocimiento espiritual estos descubrimientos, comprendemos con mucha facilidad que ciencia y espiritualidad son caminos paralelos en la búsqueda de la verdad. Ambos perfectamente compatibles, a pesar de que desde Descartes (S. XVI) se separó la fe de la ciencia por considerar esta última como antagónicos, sus métodos y principios basados en la experiencia y la observación con los dogmas religiosos de la época.
La tendencia ha cambiado; el foco se vuelve a encontrar en aquellas concepciones de la sabiduría espiritual que han acompañado al hombre desde el principio de los tiempos y a las que, ahora sí, un nutrido grupo de avanzados hombres de ciencia está dedicándole el respeto que merecen y la observancia necesaria. Esto permite compaginar esos dos caminos paralelos en la búsqueda de la verdad; y, olvidando las posturas excluyentes de ambos lados, vienen a auxiliar al hombre en sus necesidades de progreso y evolución.
La Mente que organiza e impregna todo lo que existe es el Dios de la antiguedad; el que como causa primera origina el universo conocido y desconocido; su principio consciente e inteligente es el que permite la vida y la interacción de esta con la materia. Nosotros, como seres creados a su imagen y semejanza en su naturaleza esencial que es consciencia, mente o espíritu, somos no sólo eternos, sino también cooperadores necesarios en el desarrollo y creación de la realidad.
Nuestro espíritu no tiene límites, pues su propia esencia es conciencia, que impregna no sólo nuestro espacio físico sino toda una serie de campos de energía en el que todo está conectado. Cuando comprendemos todo esto nos damos cuenta de que cualquier cambio es posible. Solamente se trata de entenderlo y ser capaces de llevarlo a la vida diaria.
Nuestros principios, creencias y emociones tienen una influencia principal en el cambio que pretendemos operar; en función de cual sea su naturaleza, así conseguiremos inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Y en el caso que nos ocupa, una actitud positiva y responsable de mejora del planeta y de la sociedad, se verá reflejada de inmediato a medida que la vayamos incorporando en nuestros hábitos de vida.
La fuerza de esta energía poderosa en la mente de muchos individuos y en su interacción con el medio que les rodea, logrará transformar no sólo la atmósfera psíquica del planeta tierra, sino igualmente las ideas y prioridades de los hombres respecto a su cuidado y conservación. Nuestra conciencia y nuestra mente son fuerzas inigualables capaces de transformar aquello que parece imposible.
Añadiendo a esto la selección espiritual que, como cambio de ciclo se avecina al planeta; comprenderemos las posibilidades reales de construir un mundo sin maldad, un mundo sin egoísmos ni bajezas morales, pues los individuos que lo formen únicamente albergarán en sus conciencias el deseo del bien, de perfeccionamiento y de progreso científico y sobre todo moral.
Si comprendemos que el planeta no es de nuestra propiedad, sino de los más de 100.000 MM de personas que han pasado por él desde que existe el hombre sobre la tierra, sabremos entender las necesidades del cambio personal; del nuevo paradigma basado en las más sencillas bases del respeto, la fraternidad y la solidaridad, a fin de legarlo a la posteridad en mejores condiciones de lo que lo recibimos. Muchos de los que lo habiten en el futuro serán los mismos que lo disfrutan o lo disfrutaron en el pasado, la reencarnación se encargará de ello.
Así pues, sí es posible un planeta diferente si comenzamos a construirlo en nuestro interior, mediante los hábitos necesarios que nos ayuden a respetar no sólo la naturaleza que nos rodea sino principalmente nuestros pensamientos, emociones y acciones.
Esta actitud nos permitirá conectar íntimamente con esa matriz interior, ese Dios interno que todos llevamos dentro y que nos permite edificar no sólo nuestra conciencia de la realidad, sino la realidad misma que nos afecta externamente, condicionando nuestra salud, mental y fisiológica, nuestra vida y la relación con nuestros semejantes.
¿ES POSIBLE UN PLANETA DIFERENTE? 2  por:   Antonio Lledó Flor
©2015, Amor, paz y caridad
(*) “Toda la materia se origina y existe en virtud de una fuerza…Debemos asumir, tras esa fuerza, la existencia de una Mente consciente e inteligente. Esta Mente es la Matriz de toda la materia
Max Planck 1944 – Nobel de Física
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¿Por qué en algunos países está tan difundido el espiritismo y en otros no? 
Actualmente está especialmente difundido en Brasil ya que allí no se tuvieron las dificultades que acontecieron en Europa, que entre conflictos y prohibiciones políticas desterró prácticamente al Espiritismo. En Brasil además la circunstancia de las necesidades sociales, de las carencias materiales ha llevado a los espíritas brasileños a llevar a cabo importantes actividades sociales y caritativas que han mostrado que el espiritismo es cuando menos algo positivo, permitiendo a los ciudadanos conocer el verdadero sentido del espiritismo, y actualmente hay asociaciones de médicos espíritas, de abogados espíritas, hospitales del gobierno donde se trabaja en conjunto con los espiritistas y un largo etc, contándose por miles el número de centros espíritas en este país. Mucho podríamos hablar de la dimensión del Espiritismo allí pero quedémonos en Europa y especialmente en España. España fue durante un tiempo un país puntero dentro del Espiritismo, tuvieron lugar dos congresos internacionales de Espiritismo en el 1888 y el 1934. Era una época en la que el espiritismo había calado en todas las clases sociales, llegando hasta la política, incluso en 1873 se sometió a la aprobación de las Cortes Constituyentes una enmienda al proyecto de ley sobre reforma de la 2ª Enseñanza y Facultades de Filosofía y Letras para implantar la enseñanza del ?espiritismo?. Pero la guerra civil y el posterior régimen político ahogó todas las posibilidades de sobrevivencia en aquella época y hasta los años 80 no pudo volver a legalizarse la desaparecida, con el inicio de la guerra civil, Federación Espírita Española.
- Juan Carlos Mariani-
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                      " MIS PALABRAS NO PASARÁN "
24. “Entonces se aproximaron sus discípulos y le dijeron:
‘¿Sabes que los fariseos, al oír lo que acabaste de decir, se escandalizaron?’
Él respondió: ‘Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada. Dejadlos; son ciegos que guían a ciegos.Y si un ciego guía a otro ciego, caerán ambos en el hoyo’.” (San Mateo, 15:12 a 14.)
25. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”(San Mateo, 24: 35.)
26. Las palabras de Jesús no pasarán, porque tendrán vigencia en todas las épocas. Su código moral será eterno, porque consagra las características del bien que conduce al hombre a su destino eterno. No obstante, ¿habrán sus palabras llegado hasta nosotros
perfectamente puras y exentas de falsas interpretaciones? ¿Habrán captado su espíritu la totalidad de las sectas cristianas? ¿Habrá alguna de ellas desvirtuado su verdadero sentido a consecuencia de los prejuicios, o de la ignorancia de las leyes de la naturaleza? ¿Se
habrá alguna convertido en un instrumento de dominación para servir a sus ambiciones y a sus intereses materiales, de modo de usarlos como trampolín para elevarse en la Tierra, y no para subir en dirección al Cielo? ¿Habrán adoptado, todas ellas, como regla de conducta, la práctica de las virtudes que Jesús presentó como condición expresa para la salvación? ¿Estarán todas exentas de las reprensiones que Él dirigió a los fariseos de su tiempo? Por último, ¿serán todas, tanto en la teoría como en la práctica, la expresión pura de su doctrina?
Por ser única, la verdad no puede estar contenida en manifestaciones contradictorias, y no existe razón para que Jesús haya querido dar un doble sentido a sus palabras.* Si, pues, las diferentes sectas se contradicen; si las hay que consideran verdadero lo que otras condenan como herejías, es imposible que todas estén con la verdad. Si todas hubiesen aprendido el verdadero sentido de la enseñanza evangélica, todas se habrían encontrado en el mismo
terreno y no existirían las sectas.
Lo que no pasará es el verdadero sentido de las palabras de Jesús; lo que pasará es aquello que los hombres construyeron sobre el sentido falso que dieron a esas mismas palabras.
Puesto que la misión de Jesús era transmitir a los hombres el pensamiento de Dios, solamente su doctrina en toda su pureza puede expresar ese pensamiento. A eso se debe que Él dijera: Toda planta que no ha sido plantada por mi Padre celestial será arrancada.
EL GÉNESIS
ALLAN KARDEC
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EL MISTERIO DE LOS GEMELOS

Un programa televisado de Nils Tavernier de 2009, transmitido por France 3 en enero de 2013, llama nuestra atención una vez más sobre el misterio de la gemelaridad, llevándonos a una reflexión universal sobre la alteridad y la hermandad que nos concierne a todos. Este magnífico documental cuyo hilo conductor es la historia personal de una pareja que espera gemelos, explora los vínculos que unen a estos últimos y nos introduce en el centro del debate entre lo innato y la experiencia. A través de los testimonios de gemelos de todas las edades y de todos los lugares, de imágenes de síntesis sobre la vida intrauterina y de datos científicos sobre la genética, exploramos esta particularidad de la vida.
Los gemelos son fascinantes. ¿Esconden un misterio? ¿Son seres aparte, fenómenos de la naturaleza? ¿Tienen una existencia o un destino particular? Tantas preguntas que parecen seguir siendo un misterio: el de la vida.
¿Qué más sabemos nosotros, los espíritas, que nos comunicamos con los Espíritus? ¿Qué respuestas nos han sido aportadas por el más allá sobre esta singularidad de la naturaleza? A tal efecto, les proponemos algunos elementos de reflexión.
Según la filosofía espírita, la reencarnación o palingenesia es una ley natural que permite a cada espíritu, desde su creación, encarnar en un cuerpo físico, para aprender, progresar y por tanto evolucionar de vida en vida. Esta necesidad evolutiva es pues plural y conoce circunstancias vitales muy variables. Los espíritus encarnados que se encuentran en una vida, pueden crear vínculos. Fuertes sentimientos pueden impulsar entonces a dos seres a desear volver a encarnar juntos, al mismo tiempo. La telepatía entre los gemelos es una realidad natural muy desarrollada que tiene gran importancia, y que puede explicar las percepciones que un gemelo puede tener con respecto al otro y viceversa. Esa telepatía sentimental, inconsciente, interviene igualmente en las comprobadas elecciones y actitudes semejantes. Este aparente parecido es reforzado por el hecho de que estos dos espíritus, unidos por un sentimiento muy fuerte, a menudo se encuentran en el más allá durante el sueño, cuando su cuerpo está en reposo. Sin embargo, la gemelaridad no es un objetivo; resulta a menudo del temor experimentado por estos mismos espíritus a ser separados.
Esta no es más que una circunstancia que puede ser decidida, o no, antes de la encarnación. Se mezcla con otras elecciones que otros espíritus hacen antes de su regreso. Igualmente, estos gemelos tendrán que aprender a vivir otras experiencias vitales pero separadamente.

Comprendemos entonces que, durante  el retorno consciente a la vida física, es el impulso  amoroso, incluso pasional, lo que motiva la encarnación simultánea de varios espíritus, que ante todo desean perpetuar en la carne ese amor espiritual. Sin embargo, es necesario insistir en el hecho de que, cualquiera que sea la circunstancia vital, el espíritu es un ser “único”, que no puede confundirse con otro espíritu, aunque tenga un cuerpo físico idéntico o de carácter muy semejantes. Tenemos nuestra propia individualidad forjada en nuestras sucesivas encarnaciones, pero es siempre el mismo impulso amoroso lo que nos estimula a cruzar nuestros caminos de vida.

LE JOURNAL SPIRITE N° 89 JUILLET 2012

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