domingo, 2 de octubre de 2016

Educación para la Muerte



                                                               

                                        LAS TRES POTENCIAS

Es indudable que entre las muchas ventajas que el Espiritismo ofrece al hombre, la mayor de todas ellas es la clara concepción que le presenta de lo que es la realidad de la vida.
  Todo el doctrinario espírita, con sus fenómenos y su filosofía tiene como único objetivo hacer al hombre mejor  e incitarle a elevarse moralmente y a superarse a cada momento, acelerando así en lo posible, la marcha de la evolución, evitándole un sin fin de amarguras, propias de quien ignora el plan divino respecto a la Humanidad.
  El hombre que estudie a fondo el doctrinario espírita y que, reflexionando sobre todos sus aspectos, llegue a comprender la profundidad de sus enseñanzas, no puede menos que entregarse al arduo trabajo que hemos mencionado: el de evolucionar lo más rápidamente posible, toda vez que el dejarlo para mañana es engañarse es engañarse un mismo, puesto que es querer permanecer más tiempo amarrado a las cadenas que nos sujetan a la materia; aparte de que no es posible este abandono en quien de veras siente el Espiritismo y se ha asimilado su filosofía.
  Ahora bien: en cuanto a aquellos que ya han traspuesto las objeciones mencionadas, los que ya iniciados se disponen a poner manos a la obra de perfección, en fin, aquellos que ya se han trazado un plan y se han entregado a él, creo muy conveniente hacer algunas consideraciones sobre algunos puntos esenciales.
   Para que el indivíduo aspire a la consecución de una cosa superior, es necesario que primero tenga formado un concepto claro de lo que desea y se propone. Y para que el indivíduo adelante en su evolución es necesario que "viva" prácticamente el grado de Verdad que haya logrado conquistar en su vivir y que haya asimilado convenientemente, aspirando de contínuo a una más perfecta forma de vida, de acuerdo con los grados de Verdad que haya conquistado por su propio esfuerzo. Porque es sabido que solo puede "vivirse" bien lo que antes ha sido estudiado, analizado, razonado y últimamente asimilado.
   Como muy bien dice el doctor Geley, todo en la vida es un constante proceso de inconsciente pasado a lo consciente y por consiguiente, el ir tras la verdad, arrancándole pedazo tras pedazo, no es más que hacerse cada día más consciente en todos los órdenes de la vida, esto es: comprender de día en día y cada vez en grado superior el plan divino.
   Más, he aquí que no es bastante que el hombre sepa muchas cosas; que haya quebrado su cerebro en la solución de sus dudas, no; esto de por sí no tendrá ningún valor hasta que el hombre no "sienta" esa Verdad  conquistada. Porque para vivir la Verdad, primero hay que comprenderla y luego hay que sentirla, ya que de otro modo no tendría ninguna eficacia la sabiduría adquirida. De poco le vale al individuo el haber comprendido la solidaridad humana que nos hace a todos hermanos, si esa comprensión no va seguida del sentimiento del amor que hace que quien esto comprenda se comporte con verdadero sentido fraternal.
   Se ve pues, bien claro, que no solamente es necesario "saber", sino también es necesario "sentir" lo que se sabe.
   Pero si meditamos un poco más sobre el tema en cuestión, veremos que del saber y del sentir se deriva una tercera cualidad: el "querer".
   Porque todo aquel que ha asimilado un cierto grado de sabiduría y siente en lo íntimo de su corazón que las verdades que sabe, son convenientes para la Humanidad y para el bien del indivíduo, "quiere" con toda su alma su sabiduría y quiere también esforzarse para llevar su bálsamo a los demás.
  Y he aquí bien manifiestas las tres potencias del espíritu: Sabiduría, Sentimiento y Voluntad, o lo que es lo mismo: Saber, Sentir y Querer.
Sobre esta trinidad maravillosa se asienta el verdadero progreso del indivíduo.
  Todo el que siguiendo aquel famoso aforismo "Conócete a ti mismo", se decida a realizar un examen introspectivo, verá bien claros y manifiestos en él estos tres aspectos, bien definidos en sí y que los tres reunidos forman nuestra unidad individual consciente, sintiente y volitiva.
   De esto se deduce, logicamente, que nuestro progreso tiene que ser trino, est es, siguiendo los tres aspectos.
   Es, pues, necesario que nos fijemos bien los que cuidamos de nuestra elevación espiritual, que no debemos andar cojos de una o ds de estas tres potencias, como pasa a la mayoría, si queremos hacer una labor provechosa.
   Bien sabemos que dentro de nuestro ideal hay quien progresa por la vía del sentimiento y hay quien va por la vía del conocimiento. Nuestros respetos para cada uno de ellos, pero quien siga un camino con preferencia, que no deseche el otro, porque más tarde o más temprano tendrá que aceptarlo y desenvolverse en él.
   Que es muy notorio el comprender que estos tres aspectos se completan unos a otros, y juntos forman una armónica combinación dando como resultado el hombre perfecto, en relativo.
   La filosofía, con todo su esplendor, resulta árida si no va unida a un sentid amor a nuestros semejantes y a un ardiente deseo de perfeccionamiento. Y estas dos cosas prácticamente, no pueden dar buenos frutos si no están regidas por una voluntad soberana que ponga en práctica lo que sabemos, lo que sentimos y lo que queremos.
   Marchando sobre esta triple vía, el hombre aprenderá a conocerse a sí mismo y a conocer lo que le rodea y podrá estar seguro de que su marcha ascendente será mucho más rápida y más provechosa a la Causa.
   Y quien llegue a desarrollar estas tres potencias colosales, puede estar seguro de que ha llegado a la categoría de Super-hombre.

- José Cervelló Barosela-
( Art. obtenido de la Revista Fraternidad Cristiana Espírita nº 6 nov/dic-1986)

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                                Elegancia

La vida moderna se caracteriza por la informalidad, por la prisa y por los cambios constantes. 


Costumbres hasta hace poco tiempo muy difundidas, hoy son raras. 


La carta escrita a mano fue sustituida por el mensaje vía correo electrónico. 


Pocos hombres conservan la gentileza de ceder la silla o abrir la puerta del automóvil para las damas. 


A pesar del interés por las almas gemelas y temas relacionados, el romanticismo parece casi extinto. 


Existe mucha prisa en empezar, consumar y terminar las relaciones. 


Estar atento al compañero, identificar sus sueños y los tesoros de su mundo interior, todo eso se presenta terriblemente pasado de moda. 


Tal descuido por la esencia del ser humano está presente en casi todos los tipos de relaciones. 


Hay prisa para todo. 


Esa urgencia desmedida hace que las reglas básicas de educación sean constantemente ignoradas. 


Los saludos, cuando existen, son lacónicos y frívolos. 


Una palabra mal educada es rápidamente devuelta. 


No se detiene para pensar si el interlocutor enfrenta algún problema y por eso se manifiesta rudamente. 


Por último, si tiene prisa, sin embargo, es muy raro que se tenga un objetivo noble para justificar los actos que ella inspira. 


En ese contexto, surgen los desentendimientos fútiles que muy rápidamente se degeneran en antipatías y enemistades. 


Es más fácil juzgar, responder y reaccionar prontamente. 


Reflexionar, comprender, preservar y profundizar los vínculos requiere tiempo. 


Es difícil ignorar las presiones del mundo moderno. 


Globalización, competitividad, calificación profesional, existe un sinnúmero de conceptos que inspiran prisa. 


A veces, hasta se explica la prisa, pero no se la justifica en la convivencia con el semejante. 


En fin, la prisa no puede justificar que el hombre se convierta en un bruto insensible. 


Para permanecer civilizado es necesario preservar un poco de la tradicional y buena elegancia. 


Al contrario de lo que talvez sugiera, el vocablo elegancia no implica forzosamente la adopción de vestuarios requintados y ademanes interesados. 


Según el diccionario uno de los significados de elegancia es la distinción de los modos. 


Ser elegante es ser distinto, atento y pulido. 


Es estar atento a las necesidades de aquellos que lo cercan y tratarlos como personas importantes. 


Elegancia implica abstenerse de expresiones groseras y no involucrarse en discusiones ácidas y ofensivas. 


Elegante es no hablar de los ausentes, es no ser una presencia desagradable a los demás. 


Para quienes contestan todo al pié de la letra y no están acostumbrados a llevar insolencia a la casa, ser elegante constituye un gran desafío. 


Sin embargo, aquel que habla y actúa sin pensar, tarde o temprano se arrepiente y se da cuenta que hizo tontería. 


Actos impulsivos y groseros destruyen oportunidades personales y profesionales. 


A nadie le gusta estar cerca de un grosero. 


Pero jamás te arrepentirás de ser elegante. 


Tal vez al principio te sorprendas al no contestar a una provocación. 


Ser gentil y educado frente a las ofensas y groserías exige una buena dosis de disciplina. 


Y cosecharás los mejores frutos de ese nuevo estilo de comportarse. 


Aquel que te maltrate fatalmente se quedará avergonzado, al percibir el esmero de tu educación. 


Paulatinamente un nuevo modelo de conducta se establecerá alrededor tuyo. 


Piensa en eso.


 - Redacción de Momento Espírita-

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DEPRESIÓN
La depresión  puede ser conceptuada  como   una alteración  del estado del humor: Una tristeza  intensa, un abatimiento profundo  con el desinterés  por las cosas. Todo pierde interés, el mundo queda ceniciento. Vivir se torna  una tarea difícil,  pesada, con ideas fijas  y pesimistas.
Podríamos,  así, considerarla como una emoción estrangulada. Las emociones naturales deben ser  pasajeras  y debemos dejarlas que circulen normalmente sin desequilibrar al ser. La tristeza, por ejemplo, es una emoción natural que  nos lleva a entrar en contacto  con nosotros, a  la introspección y la   reflexión   sobre nuestras actitudes.  Más si la tristeza es  prolongada  acompañada  con el sentimiento de la culpa, nos llevará  a la depresión mental.
Las investigaciones recientes nos hablan que podemos dividir la depresión en tres formas de acuerdo con el factor causal. 1) Depresión  reactiva  o neurosis depresiva, que depende del factor  externo  desencadenante, generalmente pérdidas o frustraciones, tales como la separación familiar, pérdida  de un ser querido, etc. 2) Depresión  secundaria a dolencias, como accidente vascular cerebral (derrame), Tumor cerebral  e dolencia de tiroides. Etc. 3) Depresión  endógena  por deficiencia de neurotransmisores, como depresión del  viejo, depresión familiar y psicosis maniaco-depresiva, actualmente, conocida  como  disturbio bipolar.
En este momento  en el que atravesamos  una gran  decadencia moral, espíritus inferiores ejercen su influencia sobre las personas en su vida intima, en  los vicios, en las drogas, en la violencia y hasta en el aumento  de la criminalidad, pues los hombres  son influenciados  por las mentes de los desencarnados que actúan sobre las personas   en este mundo de pruebas  y expiaciones.
Para  reprimirnos de este mal  y quedar protegidos contra la depresión, es necesario que practiquemos algunas acciones ofrecidas  por el “Libro de los Espíritus”,  que nos sugiere la  práctica de la caridad, y otras acciones para la liberación de este sufrimiento: oír  una buena música; hacer una buena lectura; la frecuencia regular a una institución religiosa, en el caso especifico, a un    grupo espirita Kardecista, y recibir  una buena orientación espiritual.  También recomendamos  la visita a  un médico  o psicólogo, y,  finalmente, el envolvimiento de la persona en un trabajo  espiritual o benéfico como una terapia.  Piense en eso. ¡Sea feliz!

Juan Cabral  - Presidente de ADE-SERGIPE, Periodista. Psicoterapeuta.  Transpersonal. Conferenciante. 

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 EL ESPIRITISMO EN LA EVOLUCIÓN DEL SER HUMANO

Estando los hombres en expiación en la Tierra, Dios, un buen padre, no los dejó entregados a sí mismos, sin guías. Primero tienen sus Espíritus protectores o ángeles guardianes, que velan sobre ellos y se esfuerzan para conducirlos por el buen camino; tienen, además, a los Espíritus en misión en la Tierra, Espíritus superiores encarnados de tiempo en tiempo entre ellos para iluminar el camino con sus obras y hacer avanzar a la Humanidad.

Además de haber grabado Dios su ley en la conciencia, creyó un deber, formularla de manera explícita; les envió primero a Moisés; pero las leyes de Moisés eran apropiadas a los hombres de su tiempo; no les habló sino de la vida terrestre, de penas y de recompensas temporales. Cristo vino en seguida para completar la Ley de Moisés por una enseñanza más elevada: la pluralidad de las existencias, la vida espiritual, las penas y las recompensas morales. Moisés les condujo por el temor, Cristo por el amor y por la caridad.

29. El Espiritismo hoy mejor comprendido,acrecienta, para los incrédulos, la evidencia a la teoría; prueba el futuro por hechos patentes; expone, en términos claros e inequívocos, lo que Cristo expresó por parábolas; explica las verdades desconocidas o falsamente interpretadas; revela la existencia del mundo invisible, o de los Espíritus, e inicia al hombre en los misterios de la vida futura; viene a combatir el materialismo que es una sublevación contra el poder de Dios; en fin, viene a establecer, entre los hombres, el reino de la caridad y de la solidaridad anunciado por Cristo. Moisés labró, Cristo sembró,el Espiritismo viene a cosechar.

30. El Espiritismo no es una luz nueva,sino una luz más brillante, porque surge de todos los puntos del globo, por la voz de aquellos que vivieron antes. Haciendo evidente lo que estaba oscuro, pone fin a las interpretaciones erróneas y debe reunir a los hombres en una creencia común, porque no hay sino un solo Dios, y sus leyes son para todos; en fin, él marca la era de los tiempos predichos por Cristo y por los profetas.
ALLAN KARDEC.
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EDUCACIÓN PARA LA MUERTE.
Herculano Pires.
Envuelta en supersticiones mágicas y misticismo alienante, de los tiempos primitivos hasta la primera mitad del siglo XIX, fue apenas de preparación dramática, sombría y trágica de la criatura humana para el misterio insondable en que toda la Humanidad seria fatalmente tragada. Es increíble que las iglesias cristianas se esforzaran tanto, hasta hoy, para mantener esta situación desesperante en el mundo. Aunque hace poco el Papa Pablo VI, mostrándose preocupado con su muerte próxima, declaró que nada dice la Iglesia sobre la muerte, a no ser que sobreviviremos a ella en una forma de vida misteriosa. De misterio en misterio, como se ve, los problemas fundamentales de la vida y de la muerte fueron escapando de las manos de los clérigos. Hoy estos asuntos pasaran hacia el ámbito de la Ciencia. Mas será la Educación y la Pedagogía que, en última instancia, cabe hoy la obligación de elaborar los programas de orientación educativa de todos nosotros para el acto de morir.
Para René Hubert y Kerchensteiner, el acto educativo es un acto de amor. En las pesquisas sobre la Educación primitiva, entre los salvajes, se evidenció que la naturaleza de la Educación es esencialmente afectiva, amorosa. Esto nos muestra que la Educación para la Muerte no puede ser coercitiva, autoritaria, constreñidora y mucho menos aterrorizadora. Las religiones de la muerte, por lo tanto, se negaron a si mismas al optar por el terrorismo de las maldiciones y de las amenazas para educar a los hombres en el difícil oficio de morir y de soportar la muerte a su alrededor. Simone de Beauvoir observó, en contacto con materialistas ideológicamente convencidos, que morir es una necesidad natural del hombre, que los materialistas temen, principalmente, la soledad de la muerte. Nada saben, como los religiosos, sobre los secretos de la muerte. Debería ser por esto que siempre mueren con los ojos abiertos, dejando a los vivos el trabajo de cerrarlos. Si los materialistas pudiesen ser filósofos, no les importaría la soledad de la muerte, puesto que si en ella todo se acaba, no podría haber soledad. Y será también por esto que no puede haber una Filosofía materialista. La esencia de la Filosofía es la libertad y su objeto es ella misma. La Filosofía es la captación libre de la realidad que nos dará una libre concepción del mundo. El materialista no es libre, puesto que está preso a la idea fija de que todo es materia. Fue esta posición incomoda que llevó y alejó a Marx de la escuela hegeliana y lo llevó a la corrección errada de la dialéctica cierta de Hegel, poniendo cabeza abajo lo que estaba evidentemente en pie.
No es por casualidad que estamos en un mundo tan lleno de conflictos y angustias. Pagamos caro el mundo fantasioso que orgullosamente construimos sobre el mundo natural de la Tierra. Readaptar este mundo humano a la realidad planetaria es tarea urgente, que cabe a todos y a cada uno de nosotros.
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