lunes, 17 de octubre de 2016

Ante el ancestral .respeto a los Difuntos-



ANTE EL ANCESTRAL RESPETO A LOS “DIFUNTOS“
Jorge Hessen

Según León Denis, el sentimiento de rendir culto a los muertos fue  moldeado a partir de la época bien remota y está sedimentado en casi  todas las tendencias religiosas. Para el autor de “Después  de la muerte” la conmemoración de los muertos es un legado de los celtas. Sin embargo los galeses “en vez de conmemorar en los cementerios, entre túmulos, era en el hogar que ellos celebraban en recuerdo de los amigos apartados, mas no perdidos, que ellos evocaban a memoria de los espíritus amados que algunas veces se manifestaban por medio de los druidesas y de los bardos inspirados". 
Siendo así, no veneraban a los restos cadavéricos, más si al  alma sobreviviente, y era en la intimidad de cada habitación que celebraban el  recuerdo de sus muertos, lejos de las catacumbas, diferentemente de los pueblos  primitivos. La  Fiesta de los Espíritus era de suma importancia para ellos, pues  homenajeaban Samhain, "El  Señor de la Muerte", festividad, esa, iniciada siempre en la  noche anterior a 1º de noviembre, o sea, el día 31 de octubre.
Los  romanos expulsaron y destrozaron a los druidas imponiendo el  famoso “cristianismo clérigo” (o colérico?). Ese período histórico de frenética agitación, más tarde fue mutilado por los bárbaros, aconteciendo una madrugada de diez siglos (la indigesta Edad Media), que proscribió  al espiritualismo y entronizo la superstición, lo sobrenatural, el milagro, la beatificación, la santificación y  el decisivo entorpecimiento de la conciencia humana.
La  historia oficial de la Iglesia romana registra que fue en el Monasterio benedictino de Cluny, en el sur de Francia, en el año 998, que el  Abad Odilón promovía la celebración del día 2 de noviembre, en memoria de los muertos, dentro de una perspectiva católica. Solamente en 1311 fue sancionada, en Roma, oficialmente, la memoria de los fallecidos, sin embargo fue Benito XV quien universalizó tal celebración, en l915, entre los católicos, cuya expansión de la religión auxilio, aún  más, la difusión de esa costumbre.

La  legislación vigente en Brasil establece el  día 2 de noviembre como feriado nacional, para que las personas puedan  homenajear a sus “muertos”. Obviamente debemos respetar a los desencarnados como un impositivo de amor y de fraternidad, sin que precisemos consolidar esos nobles sentimientos ante los túmulos, ni que nuestros recuerdos u homenajes sean realizadas en un día especial, oficialmente establecido.
En los días de hoy, esa celebración se desvió, mucho,  del ritual “religioso”, transportándose del foco sentimental y emocional para el mercantil, una vez que la comercialización de flores, velas, santos, escapularios y la eventual preocupación para la conservación de los túmulos (normalmente, solo son recordados en noviembre) responden por ese protocolo social.
El  esplendor de los túmulos fúnebres determinada por parientes que desean honrar la memoria del fallecido,  aun  componen el  menú de soberbia y orgullo de los parientes, que psicológicamente visan primeramente  “honrarse” a si mismos. No siempre es por el  “alma” que se hacen todas esas demostraciones, más si por empatía, por aprecio al mundo y algunas veces  para exhibición de riqueza. Ahora,  es inútil al adinerado aventurarse  a eternizar  su memoria por medio de magnificentes mausoleos.
Recibimos sabias lecciones de los Benefactores sobre funerales y celebraciones en memoria de los "muertos", sino veamos: los Espíritus Superiores afirman que los llamados "muertos" son sensibles al pesar de los que los amaban en la Tierra y que, de alguna forma, " su recuerdo aumenta su  felicidad, si son felices, y si son infelices, les sirve de alivio."Sin embargo, refiriéndose al día de los "finados",  atestiguan que es un día como otro cualquiera, hasta porque los espíritus son sensibles a nuestros pensamientos, no a las solemnidades humanas. En el día de los difuntos ellos solo " se reúnen en mayor número, porque mayor es el  número de personas que los llaman. Mas cada uno solo  comparece en atención a sus amigos, y no por la multitud  de los indiferentes."
La  tradicional visita al túmulo, en masa, no significa que vaya a traer satisfacción  al "muerto", hasta porque una oración hecha en su nombre  vale más… es bien  verdad que la " visita al túmulo es una manera de manifestar que se piensa en el Espíritu ausente: es  la exteriorización de ese hecho (...) más es la oración que santifica el  acto de recordar; poco importa el lugar si el recuerdo es dictado por el corazón. " Conocemos personas (de hecho muchas de ellas) que solicitan, antes mismo de morir, que sean enterradas en tal o cual cementerio. Esa actitud, sin sombra de duda, demuestra inferioridad moral. "¿Más que representa un pedazo de tierra, más que otro, para el  Espíritu elevado?"
Reflexionemos juntos: ¿el  día de los “difuntos” es consagrado a los fallecidos libertos o a los muertos que aun  están prendidos a la  vida material? Existen dos posibilidades de muertos: los que se sienten totalmente libres del bosquejo carnal, aunque "vivos" para una vida espiritual plena, y los que permanecen con la sensación de que, aún, están encarnados, aunque "muertos" para la vida física, pues solamente vivencian, en la espiritualidad, la vida animal. “Para el mundo, muertos son los que se despojan de la carne; para Jesús, son los que viven inmersos en la materia, ajenos a la  vida primitiva que es  la espiritual. Es  lo   que explica aquella célebre enseñanza evangélico, en la  que la persona se dispuso a seguir al Maestro, pero antes quería enterrar a su padre  que había fallecido, y Jesús le dijo"  - "Deja a los muertos el  cuidado de enterrar sus muertos, tu, sin embargo, ve  anunciar el Reino de Dios".
Es  obvio que "tiene  sentido rememorar con alegría y no lastimar a los que ya partieron, y que están plenamente vivos. Difuntos e una mezcla de alegría y de dolor, de presencia-ausencia, de fiesta y pesar.  A los que quedamos  por aquí, nos cabe reflexionar  y celebrar la vida con amor y ternura, para después, quizá, no amargarnos con el remordimiento. A los que partieron, nuestra oración,  nuestra gratitud, nuestro pesar, nuestro cariño, nuestro amor!” 
Si fuéramos capaces de orar, con serenidad y confianza, transformando el pesar en esperanza, sentiremos la presencia de los parientes y amigos desencarnados entre nosotros, envolviéndonos el  corazón  con alegría y paz. Por esta razón y muchas otras, hagamos del día 2 de noviembre un día de reverencia a la  vida, recordando cariñosamente os que nos antecedieran de retorno  a la  patria espiritual, y también los que aun deambulan con nosotros por los caminos de la existencia terrena.

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PENSAMIENTO Y PERISPÍRITU 

Por.: Divaldo Pereira Franco y Manuel P. Miranda

Portador de expresiva capacidad plasmadora, el periespíritu registra todas las acciones del Espíritu a través de los mecanismos sutiles de la mente que sobre él actúa, estableciendo los futuros parámetros de comportamiento, que serán fijados por automatismos vibratorios en las encarnaciones futuras.
Cuerpo intermediario entre el ser pensante, eterno, y los equipamientos físicos, transitorios, por él se procesan las imposiciones de la mente sobre la materia y los efectos de ella en torno a la causa generatriz.

Captando el impulso del pensamiento y analizando la respuesta de la acción, a él se incorporan los fenómenos de la conducta actual del hombre, programando así los sucesos del porvenir mediante los que serán mejoradas las conquistas, corregidos los errores y reparados los daños derivados de estos últimos.

Constituido por campos de fuerza muy especiales, él irradia vibraciones específicas portadoras de carga propia, que facultan la perfecta sintonía con energías semejantes, estableciendo más amor de afinidad o de repulsión, de acuerdo con las ondas emitidas.

Así, cuando por ocasión de la reencarnación el Espíritu es encaminado por necesidad evolutiva hacia los futuros padres, en el momento de la fecundación el gameto masculino victorioso estuvo impulsado por la energía del periespíritu del reencaarnante que en aquel espermatozoide encontró los factores genéticos que necesitaba para la programación a que se debe someter.
A partir de ese momento, los códigos genéticos de la hereditariedad, están en consonancia con el  contenido vibratorio de los registros periespirituales,  organizando el cuerpo que el Espíritu habitará.
También es cierto que en casos espaciales, hay toda una elaboración del programa para el reencarnante, en general. Los automatismos vibratorios de las leyes de Causalidad responden por la ocurrencia, que jamás tiene lugar por el acaso.

Todo elemento irradia vibraciones que le tipifican la especie y responden pr su constitución.

Espermatozoides y óvulos, en consecuencia, poseen un campo de fuerza específico, que impulsa a los primeros para el encuentro con los últimos, facultando el surgimiento de cada célula huevo.
A su vez, cada gameto exterioriza ondas que corresponden a su fatalidad biológica, en la programación genética de que se hace portador.

De ese modo, el periespíritu del reencarnante sincroniza con la vibración del espermatozoide que posee la misma carga vibratoria, incidiendo sobre él y pasando a plasmar en el óvulo fecundado lo compatible con las necesidades evolutivas,como consecuencia de las catalogadas acciones pasadas. Equilibrio de la forma o anomalía, habilidades y destreza o incapacidad, inteligencia, memoria y lucidez, o imbecilidad, atraso mental, oligofrenia, serán establecidos desde entonces, por la incidencia de las conquistas espirituales sobre  el embrión en desarrollo.

Sin descartar la hereditariedad en los procesos, de la reencarnación, o su totalitarismo, como pretenden  diversos estudiosos de la Embriogenia y otras áreas de la ciencia, no tiene razón de ser.

Cada Espíritu es heredero de sí mismo. Sus actos y su vida anterior son los plasmadores de su nueva existencia corporal, imponiendo los procesos de rehabilitación, cuando es por la deuda, o de felicidad, cuando es en crédito, bajo los criterios de la Divina Justicia.

Ciertamente, caracteres físicos, fisionómicos y hasta algunos comportamentales, resultan de las herencias genéticas y de la convivencia en familia. Jamás los de naturaleza psicológica que afectan al destino, o de orden fisiológico en el mapa de la evolución.

Salud y enfermedad, belleza y fealdad, altura y pequeñez, agilidad y lentitud, como otras expresiones de la vida física, proceden del Espíritu que viene a recomponer y aumentar los valores bien o mal utilizados en las existencias pretéritas.

Más allá de esos, los comportamientos y las manifestaciones mentales, sexuales, emocionales, provienen de los actos perpetrados antes de que la reencarnación traiga de vuelta para la indispensable canalización en favor del progreso de cada ser.

Las alienaciones, los conflictos y traumas, las dolencias congénitas, las deformidades físicas y degenerativas, así como las condiciones morales, sociales y económicas, son capítulos de los mecanismos espirituales, nunca de herencias familiares, como si la vida estuviese bajo mandatos de lo absurdo y de la inconsecuencia.
La aparente hereditariedad compulsoria, así como el mandato moral actuante en determinado indivíduo, haciendo recordar alguno ancestral , se explica en razón de ser aquel mismo Espíritu, ahora renacido en el clan, para dar proseguimiento a realizaciones que quedarán incompletas o rehacer las que fueron perniciosas. Motivo este que libera" al hijo de pagar por los padres". los abuelos, o que constituiría si fuese verdadero, una terrible y arbitraria imposición de la Justicia que, como en la Tierra, tiene un código penal más equilibrado.

Los pensamientos largamente cultivados llevan al indivíduo a acciones inesperadas, como resultado de la adaptación mental que se permitió. Desencadenada la acción, los efectos serán incorporados al modus vivendi posterior de la criatura.

Igualmente cuando no se convierten en actitudes y realizaciones por falta de oportunidad, aquellas aspiraciones mentales, vividas en un clima anterior, se presentan como formas y fantasmas que tendrán que ser diluidos por medio de reactivos de diferentes clases, para que se restablezca el equilibrio del conjunto espiritual.

Conforme la constancia mental de idea, aparece una correspondiente necesidad de emoción.

Todos esos condicionamientos establecen el organigrama físico, mental y moral de la futura empresa reencarnacionista q que el Espíritu se debe someter, ante el fatalismo de la evolución.

El conjunto- Espíritu o mente, periespiritu o psicosoma y cuerpo o soma-es tan extrañamente conjugado en el proceso de la reencarnación, que en cualquier periodo de la existencia son articulados o son desechos sucesivos equipamientos que proceden de la acción del uno sobre el otro. El espíritu aspira y el periespíritu actúa sobre los implementos materiales, dando surgimiento a respuestas orgánicas o a hechos que retoman la fuente original, como efecto de la acción física que el mismo cuerpo transfiere para el ser eterno, concediéndole crédito o débito que se incorpora a la economía de la vida planetaria.

El mundo mental, de las aspiraciones e ideales, es el gran agente modelador del mundo físico, orgánico. Conforme las propuestas de aquel, tienen lugar las manifestaciones de este.

Así se comprende por qué la Tierra es un mundo de "Pruebas y Expiaciones", considerándose que los Espíritus que en ella habitan están generalmente en las fases iniciales, inferiores, por tanto, de la evolución.

A medida que el ser desarrolla mejores condiciones que establece para su propio crecimiento, dentro del mismo criterio de ley y progreso que realiza con más seguridad en los mecanismos de desarrollo, de acuerdo con las conquistas logradas. Cuanto más adelantado está un pueblo, más fáciles y variados son los recursos para su avance.

El pensamiento, de ese modo, es un agente de grave significado en el proceso natural de la vida, representando el grado de elevación o de inferioridad del Espíritu, que mediante su psicosoma u órgano intermediario, plasma lo que le es mejor y más necesario para marchar rumbo a la libertad.

Fuente: Articuloo. PENSAMENTO y PERISPÍRITU
Divaldo Pereira Franco y Manuel P. Miranda
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" LA MEDIUMNIDAD NO ES UN JUEGO DE EXIBICIONISMO, SINO UN DON DIVINO QUE DEBE SER CONDUCIDO CON BUEN SENTIDO, RESPONSABILIDAD Y HUMILDAD"

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    ¿Es el Espiritismo una religión? 

El Espiritismo es una doctrina filosófica que tiene consecuencias religiosas como toda filosofía espiritualista, y por esto mismo toca forzosamente las bases fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma y la vida futura; pero no es una religión constituida, dado que no tiene culto, rito ni templo, y que entre sus adeptos ninguno ha tomado ni recibido título de ningún tipo. El Espiritismo no posee dogmas, ni cultos, ni ritos, ni ceremonias, ni jerarquías; no pide, ni admite ninguna fe ciega, quiere que todo sea comprendido. Está basado, pues, en principios independientes de toda cuestión dogmática. El Espiritismo no es por tanto una religión porque no hay una palabra para expresar dos ideas diferentes, y que, en la opinión general, la palabra religión es inseparable de culto, despierta exclusivamente una idea que el Espiritismo no tiene. No teniendo el Espiritismo ninguno de los caracteres de una religión en la acepción usual del vocablo, no podía ni debía adornarse con un título sobre cuyo valor inevitablemente se habría equivocado. Es por esto por lo que simplemente se dice doctrina filosófica y moral. No obstante sus consecuencias morales están implícitamente en el Cristianismo, porque es la moral que recomiendan los espíritus, y la más alta expresión de caridad y amor al prójimo que encontramos. (Tomado de Qué es el Espiritismo. Allan Kardec.)

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        ANTE LA DESENCARNACIÓN
Por mas que se alargue,la existencia física en la tierra,no pasa de ser una estación temporal.
Con el desgaste natural,la indumentaria carnal se consume,renovándose incesantemente,hasta transformarse en otras formas de vida,en el silencio del suelo,cuando es abandonada por el Espíritu.
Todo cuanto nace,muere-tal es la ley.
La reencarnación es la oportunidad de aprendizaje,necesario y breve.
Por eso mismo,el cuerpo es el vehículo con que la Divinidad honra al ser,facultándose la ascensión a los planos celestiales.
Todos mueren en un estado vibratorio para renacer en otro.No hay consumación.¡La vida prosigue! mas allá del portal de barro y ceniza,la vida continúa como primavera hermosa después de noche sombría.
Ama a los que fueron instrumento de tu carne o razón de tu felicidad,sin obligarlos a una temporada mas larga entre las limitaciones del recipiente carnal.
Nostálgicos de la Gran Patria,ansían volver,pese a las retenciones del camino.
No los atormentes con tu amor.Ellos proseguirán contigo en otro estado de conciencia.
Te ayudarán en el dolor,enjugando sudores y lágrimas y oraran por ti en los momentos difíciles. 
Preparalos con amor,informándoles cuanto sepas respecto a la vida en el mundo mayor y libéralos de las cadenas que los prenden en la retaguardia.
Recuérdate y recuérdales la alborada sublime que les aguarda esclareciéndolos de la transitoriedad de todas las cosas.
Alivia la nostalgia de ellos en el corazón,con el recuerdo de las horas difíciles que ellos proporcionaron,el bien que hicieron o lo que representaron en la vida....
Y en cuanto están a tu lado,aprovecha la sabiduría y la bondad de ellos, honrándolos con tu cariño y tu atención,habilitándote a recibir su amor con el mérito del esfuerzo realizado en nombre de tu propio amor.
Lo que no les des ahora,mañana no valdrá nada.
Lo que dejes de hacer,postergado por negligencia o descuido,te atará,por el remordimiento.
Amigos y parientes,amados y conocidos,multiplicad los brazos y enlazarlos con la ternura que embelesa la vida.
Extraños y adversarios-vence la aversión y ámalos también,ayudándolos cuanto sea posible,a ingresar en tu familia espiritual.
Recuerda,sin embargo,que unos y otros,en breve partirán.
El retorno será inevitable
Se comienza a morir desde que se renace en la carne.
La memoria de ellos te hará feliz y todo el bien que te hicieron,asi como el amor que les diste,será la corona de luz que tendrás en la vida.
Recuerda,por fin,por la inmensa nostalgia,recogidos y atemorizados,los discípulos reunidos en Jerusalén recibieron la visita del inolvidable Amigo que los saludó jubiloso,retornando de la uerte y trayendo la felicidad a todos,a través de los milenios,como el legado de la victoria de la vida sobre la desencarnación,como hoy lo atestiguan los que vencieron el túmulo, retornando felices a los corazones amados que permanecen en la carne, repitiendo "la paz sea con vosotros"...cual himno de consolación,que nada consume.
JUANA DE ANGELIS
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A los profesionales de la salud 

Los médicos deben ir a santuarios como el de Lourdes, donde van los enfermos incurables, para entender el valor de la esperanza y de la oración. ¿De qué sirve nuestra formación médica en un santuario, donde van todos los enfermos incurables? Bien, usted comienza a notar que lo que tiene valor es su presencia. 
Dr. Bernie SiegeL (79) 

Usted es un trabajador de Dios junto a aquellos que pasan por las dificultades en el campo de la salud. Sepa que su postura junto a los enfermos es tanto o más importante que toda la parafernalia que la Medicina dispone hoy para el tratamiento de las enfermedades. 
Cuando el medico tiene los ojos de la esperanza, el tratamiento gana un fuerte aliado, pues se despierta la fe del paciente, sin la cual la cura es casi imposible. El médico no puede olvidar que, detrás de alguien con dificultades orgánicas, existe un alma gimiendo de dolor. 
No basta solamente tratar al cuerpo cuando el alma es la que está enferma. No consigue aislar el corazón, el hígado, o cualquier órgano del cuerpo del alma enferma. 
El enfermero también desempeña un importante papel, pues pasa la mayor parte del tiempo al lado de aquel que perdió la salud, mucho más que el propio médico. 
Sea usted un enviado de Dios al lado de los enfermos. Juntamente con medicamentos e inyecciones, aplique dosis de simpatía, alegría y optimismo, pues muchas veces es de eso que los pacientes precisan. 
No olvidemos la lección de Jesús cuando afirmó que no eran las personas saludables que necesitaban de médico, sino los enfermos. (80) Por tanto, los profesionales de la salud precisan primeramente que les guste estar con los enfermos, tratarlos de la mejor forma posible, como si fuera un familiar querido que estuviese enfermo en sus cuidados. 
Hagan siempre la siguiente pregunta: “¿si el enfermo quien debo de cuidar fuese una persona muy querida, como la trataría?” Y hagan lo mejor por aquel que, delante de Dios, es también un hermano suyo. Y si eso no funciona, recuerde de que un día el médico y el enfermero también enfermarán. 
Hagan siempre la siguiente pregunta: “¿si el enfermo quien debo de cuidar fuese una persona muy querida, como la trataría?” 

Llibro “El Médico Jesús” 
José Carlos de Lucca 
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