viernes, 4 de marzo de 2011

Oración por los desencarnados



Allan Kardec, al escribir “El Evangelio según el Espiritismo”, hace alusión a la plegaria por los desencarnados, discutiendo si ésta es capaz de cambiar las penalidades o los gozos a los que el espíritu está sometido.

Creemos que este ha sido el primer estudio sobre la eficacia de la oración en los desencarnados, donde el Codificador es muy claro al expresar la Justicia Divina, la durabilidad de las penas y como la acción del pensamiento puede dulcificar el alma de aquellos que se encuentran en estado de desesperación.

Nos referiremos aquí a la intervención a favor de alguien a través de la oración.

Podríamos también hacer alusión a nuestras plegarias cuando solicitamos a algún Espíritu Superior que nos ayude en algún problema que enfrentamos.

¿Cuál es el mecanismo de la oración?

¿Llegan nuestras vibraciones directamente a la persona por quién estamos orando? ¿Reciben los mentores espirituales nuestras oraciones en línea? ¿Cómo funciona efectivamente la oración?

Sabemos que el fluido cósmico universal es el vehículo a través del cual viaja el pensamiento y alcanza al ser desencarnado, así como el aire es el  vehículo por el cual se manifiesta el sonido, con la diferencia de que el
pensamiento puede llegar a cualquier parte del Universo, mientras que con el sonido no ocurre lo mismo. Resáltese además la diferencia de velocidad entre uno y otro.

Para una mejor comprensión del asunto vamos a dividirlo en dos partes, a saber:

I – La oración por aquellos que fueron en la Tierra nuestros parientes o amigos
Nuestras oraciones no siempre llegan directamente a los seres por los que oramos.

Es así que André Luiz, por la bendecida mano de Francisco Cândido Xavier, en el libro “Y la Vida Continúa…”, (IDE-Mensaje Fraternal), nos relata la historia de Evelina y Ernesto, que a pesar de haber tenido en la Tierra esposo, esposa, padres, hijos, etc., pasan más de dos años en la espiritualidad sin recibir ninguna noticia de sus familiares. ¿Será que nadie oró por ellos, ni siquiera una vez?

En el libro “Nuestro Hogar” encontramos algo semejante, donde el propio André Luiz pasa muchos años sin ninguna información sobre los familiares, sin recibir una plegaria de cariño, o algo parecido.

Aun en el mismo libro nos encontramos con la información que le es transmitida por Clarencio en la página 74, cap. 14 de la 3ª Edición de IDEMensaje Fraternal, que dice textualmente:

“…pero en los quince años en los que ejerció como médico también proporcionó recetas gratuitas a más de seis mil necesitados y la mayoría de las veces practicó esos actos meritorios por altruismo; ahora puede verificar que el verdadero bien esparce bendiciones en nuestros caminos. De esos beneficiados, quince no lo olvidaron y han enviado hasta ahora vehementes llamadas a su favor.”

¿Cómo entender por qué esas oraciones no fueron directamente al  interesado? ¿Por qué André Luiz no las recibió, si aparentemente podrían generar un bienestar para su sufrido espíritu?

Como regla general al desencarnar el espíritu pasa por un período donde las noticias de la Tierra son bloqueadas para no generar fuertes emociones en aquellos que irían a recibirlas, pues esto podría desequilibrar a espíritus recién desencarnados.

Esto es reforzado utilizando de nuevo el libro “Nuestro Hogar”, cap. 23, pág. 113, de la mencionada edición, donde Lisias esclarece:

“Al inicio de la colonia, por lo que sabemos, todas las moradas se ligaban con los núcleos de evolución terrestre. Nadie soportaba la ausencia de noticias de la parentela común. Desde el Ministerio de Regeneración hasta el de Elevación, se vivía en constante guerra nerviosa. Rumores alarmantes perturbaban las actividades en general. Pero, hace precisamente dos siglos, uno de los generosos Ministros de Unión Divina, compelía a la Gobernación a mejorar la situación. El ex Gobernador, era, tal vez, demasiado tolerante. La bondad desviada provoca indisciplinas y caídas. Y, de cuando en cuando, las noticias de los parientes queridos de la Tierra generaban malestar en muchas familias. Los desastres colectivos en el mundo, cuando interesaban a algunas entidades de Nuestro Hogar, constituían aquí verdaderas calamidades públicas.
Según nuestro archivo, la ciudad venía a ser más bien un departamento del Umbral y no una zona propia para la rectificación y la instrucción. Amparado por la Unión Divina, el Gobernador prohibió el intercambio generalizado. Hubo lucha, pero el generoso Ministro que incrementó la medida, se valió de la enseñanza de Jesús que manda a que los muertos entierren a sus muertos, y la innovación se tornó victoriosa en poco tiempo.”
Queda claro aquí que el intercambio es restringido, para evitar que determinados pensamientos que puedan generar desarmonía lleguen a los desencarnados que se encuentran en regiones de recuperación y aprendizaje.
Esta posición está reforzada cuando en el libro “Memorias de un Suicida”, el espíritu Camilo Cândido Botelho, a través de la médium Yvonne A. Pereira, p. 104 de la 7ª edición de la FEB, nos narra lo que acontecía en el local donde se encontraban para recibir tratamiento, describiendo un aparato que recibía mensajes de la Tierra relatando lo siguiente:

“Existía en cada dormitorio un determinado aparato muy delicado, estructurado en sustancias electromagnéticas, que, acumulando una potencialidad invaluable de atracción, selección, reproducción y trasmisión, estampaba en una parte especular, que formaba parte integrante de él, cualquier imagen y sonido que benévola y caritativamente nos fuesen dirigidos”.

Verificamos aquí, que se trata de un espíritu recogido para recibir tratamiento.

Sin embargo, se destaca que el aparato estaba construido de sustancias capaces de captar solamente aquello que guardase sintonía con sus ondas electromagnéticas, y en ese caso solamente llegaban SONIDOS E IMÁGENES QUE BENÉVOLA Y CARITATIVAMENTE LES FUESEN DIRIGIDAS.

Siendo así, ¿cómo pueden los desencarnados recibir las vibraciones que parten desde el plano carnal? ¿Cómo pueden oír nuestros ruegos?

El espíritu Manuel Philomeno de Miranda, a través de Divaldo Pereira Franco, en el libro “Reencuentro con la Vida” escribe que “…El acto de la oración está constituido por la fijación de los pensamientos nobles y
aspiraciones superiores, produciendo ondas cargadas de amor y de armonía que mantienen en gran actividad los centros nerviosos, que se alimentan de fuerzas y, de inmediato exteriorizan las vibraciones que atraen los buenos espíritus, que acuden para ayudar, al tiempo en que las canalizan rumbo a las esferas superiores donde son captadas para análisis inmediato.

Debido a su contenido especial, son potenciadas y retornan al emisor, proporcionándole vitalización y alegría.
De esa forma, la oración será encaminada a los Centros Espirituales de Captación, para análisis de su contenido o para direccionarse hacia los objetivos a los que se destina…”

Aquí aparece una nueva figura: CENTROS ESPIRITUALES DE CAPTACIÓN, o sea, a semejanza de la Tierra donde las antenas captan los sonidos e imágenes trasmitiéndolos hacia los aparatos de televisión,
computadores, etc., estos Centros captan nuestros pensamientos y oraciones, analizando su contenido para las providencias a favor de aquellos a quienes oramos, que son atendidos por entidades sabias que tomarán las medidas más eficaces para colaborar de forma que quede asegurada la benevolencia del Padre y el progreso espiritual de cada uno.

Esta posición está reforzada por André Luiz, a través de Francisco Cândido Xavier, cuando en el libro “Entre la Tierra y el Cielo”, capítulos I y II Edición IDE-Mensaje Fraternal, nos narra lo siguiente:

“En ese instante, una joven de semblante calmado penetró en el recinto y, dirigiéndose a nuestro orientador, habló afligida:

–Hermano Clarencio, una de nuestras pupilas del cuadro de reencarnaciones bajo sus directrices pide socorro con insistencia…

–¿Es un llamado individual urgente? –indagó el Ministro, preocupado.

–Es un asunto inquietante, pero se trata de una oración refractada”.

El asunto continúa esclarecedor, pero vamos a transcribir sólo un pequeño fragmento de la página “Interrumpiendo la extensa pausa, el Ministro se dirigió a Hilario y preguntó:

–¿Comprenden ahora lo que es una oración refractada? Evelina recurre al espíritu materno que no se encuentra en condiciones de escucharla, pero la solicitud no se pierde… Proferida en una frecuencia elevada, la súplica de nuestra hermanita atraviesa los círculos inferiores y procura el apoyo que no le faltará”.

Queda claro, aquí, que los Centros Espirituales de Captación reciben nuestras oraciones, hacen una selección y toman las medidas necesarias para atenderlas. En la colonia Nuestro Hogar, existe un local que se llama Templo de Socorro que es un Centro Espiritual de Captación que recibe oraciones, las analiza y organiza la ayuda. Cuando se trata de un sentimiento de amor o de agradecimiento a alguien la selección es hecha y después de determinados análisis se toma la decisión de si debe o no llegar a su destino final.

II – Cuando oramos pidiendo ayuda a los Mentores Espirituales

El mecanismo en nada difiere de aquel que acabamos de relatar, pues los Mentores Espirituales tienen múltiples actividades y no pueden estar las veinticuatro horas a nuestra disposición.

¿Qué decir de un hábil cirujano que va para el quirófano con su aparato celular encendido, sujeto a innumerables interrupciones durante el trabajo, impidiéndole la necesaria concentración?

De igual manera, espíritus como el Dr. Adolfo Bezerra de Menezes u otros del mismo nivel, poseen equipos de trabajadores que colaboran con ellos en la ejecución de las consultas, recogiendo nuestras súplicas y
providenciando la atención adecuada.

Así cuando pedimos ayuda, los Centros Espirituales de Captación, reciben nuestra llamada y toman las medidas pertinentes para la atención del paciente, según el merecimiento y necesidades del solicitante.

Nuestras oraciones jamás quedarán sin respuesta y siempre serán oídas, basta que prestemos atención y oiremos la respuesta.

Podríamos terminar estos rápidos comentarios con las sabias palabras de Emmanuel en el libro “Pensamiento y Vida”, que en el cap.26 FEB, nos esclarece:

“Disponemos en la oración del más elevado sistema de intercambio entre la Tierra y el Cielo.
Por el divino circuito de la plegaria, la criatura humana pide el amparo del Creador y el Creador responde a la criatura humana por el principio ineluctable de la reflexión espiritual, extendiéndole los Brazos Eternos, a fin de que ella se yerga de los valles de la vida fragmentaria hacia las cimas de la Vida Victoriosa.”


Tomado de Anuario Espírita 2010

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