viernes, 17 de junio de 2022

¡ Presentimientos !

    INQUIETUDES

1.- Mundos primitivos

2.- Todo vibra; todo irradia

3.- ¡ Presentimientos !

4.- Los Escándalos


                                                       ****************************



              
 

                 MUNDOS PRIMITIVOS 

    
      Mundos primitivos son aquellos mundos recién creados en los que el ambiente es bastante hostil, exuberante, salvaje, poblados en general por especies animales y humanas muy primitivas. Por ejemplo, cuando nuestra tierra estaba habitada por animales enormes antediluvianos. 

      En estos mundos, la vida transcurre por lo general en una lucha continua por la sobrevivencia entre los hombres que los habitan y los animales y el medio ambiente. Las personas que viven en estos mundos son por lo general hombres de las cavernas y los espíritus que se ven forzados a encarnar allí son espíritus que prácticamente comienzan su ciclo evolutivo en la materia. Cada espíritu, según su grado de adelanto espiritual, está obligado a tomar cuerpo para progresar en un mundo más o menos perfeccionado. Esto, además de ser lógico, es también necesario, pues es precisamente el trabajo y la lucha por la sobrevivencia y por crearse una existencia más cómoda en el ambiente en que se vive, el medio del que se vale nuestro espíritu para desenvolver esos atributos que trae latentes en sí mismo, como sabiduría, voluntad, etc. 

Sebastián de Arauco.

                                                 *************************************



       

 TODO VIBRA; TODO IRRADIA

Sabemos que todo vibra e irradia en el Universo, porque todo es vida, fuerza, luz. La Naturaleza, en sus menores átomos, está penetrada de una energía infinita, manantial de todos los fenómenos. Así también, cada espíritu libre o encarnado tiene, según su estado de adelanto y de pureza, una radiación cada vez más intensa, más rápida, más luminosa.
La ley de las atracciones y de las correspondencias rige todas las cosas;las vibraciones, al atraer vibraciones similares, aproximan y unen los corazones, las almas, los pensamientos.
Nuestras codicias, nuestros malos deseos, crean en torno nuestro una atmósfera fluídica, malsana, favorable a la acción de las influencias del mismo orden, mientras que las aspiraciones elevadas atraen las vibraciones poderosas, las radiaciones de las esferas superiores.
Tal es el principio de la evolución; el ser posee la facultad de acumular las fuerzas misteriosas de la Naturaleza para elevarse con su auxilio y remontarse, de grado en grado, hacia la causa de las causas, hacia la fuente inagotable origen de toda vida.

LEÓN DENIS

                                           ***********************


                                       

                ¡ PRESENTIMIENTOS !

Dice el adagio que el corazón nunca engaña, por eso dijo Campodrón: "Está visto, no hay profeta como nuestro corazón".
  Es muy cierto, y en prueba de ello, vamos a referir algunos episodios reales. para dejar demostrado que hay una voz secreta que nos dice cuando hemos de llorar, y cosa rara, incomprensible aun para nosotros: para el dolor siempre hemos visto pronósticos; nunca para el placer.
  Esto tal vez será porque es necesario prepararnos para el sufrimiento, ¡ Que para el goce siempre estamos en buena disposición. ¡ Es tan llano el camino de la dicha que un ciego lo puede cruzar corriendo sin temor a caer; mientras que en la senda del dolor necesita el hombre telescopios y microscopios, y a pesar de llevar dobles anteojos, ¡cuantas veces tropezamos en los parajes que nos detenemos!. El peso de nuestra cruz nos abruma, y no es extraño que nos adviertan cuando estemos cerca de abismo.
  Un hermano nuestro llamado Augusto, hombre de buen sentimiento y gran corazón, tenía dos hijas, una de doce años y otra de catorce. Este hermano una tarde nos decía lo siguiente:
  "Voy a contarte, amiga Amalia, los avisos que tuve antes de la ausencia de mi hija. Una mañana, estando yo en la fábrica, llegó la mayor de mis hijas a llevarme el almuerzo, y cosa rara, yo que absorbido en mis negocios nunca miré con detención a mis hijas, que las quiero con toda mi alma, que trabajo solo para ellas, que todo mi afán es su felicidad; pero por las condiciones especiales de mi agitada vida, no puedo detenerme a fijar mi atención en ellas, ni recrearme a contemplar su esbelta figura; aquel día, mientras mi Anatolia preparaba la mesa, me quedé mirándola fijamente y exclamé entre mí con santa satisfacción: ¡ Qué hermosa es mi hija!; ¡ cuanto ha crecido!, ¡ Será una joven bellísima!; ¡ Que Dios la bendiga!, y no me cansaba de mirarla y me creía feliz de ser su padre. ¡Y experimenté en esos momentos un placer tan inmenso!, ¡ una alegría tan pura!, un deleite tan superior a las pobres sensaciones de la Tierra..... que yo  mismo me asombré y pregunté: Augusto,   ¿ qué pasa por ti?, pero de pronto oí una voz clara que hirió mi oído diciendo: "Y si tu hija muriera, ¿ qué harías?".
  Esta pregunta heló la sangre en mis venas y sentí un dolor tan agudo, como si una flecha envenenada hubiese traspasado mi corazón, mas de nuevo repitió la voz:
- ¿ Y si tu hija muriera, qué harías ?.
Ante esta nueva pregunta, volví en mi y contesté con dolorosa resolución:
- Dios es su padre; yo no soy más que su tutor en la Tierra. Él sabe mejor que yo donde debe morar su espíritu.
  Y sin saber ni cómo, se borró de mi memoria aquel extraño incidente, y me puse a almorzar tan tranquilo. Cuando Antonina se marchaba, la volví a mirar y exclamé : "¡ Cómo crece"!, ¡ qué gentil se ha puesto!, ¡ bendito sea Dios, que me concede mirarla!.
  Volví a mi trabajo y al ir por la noche a casa,  pensaba en mi familia, especialmente en Antonina, que necesitaba alguna ropa, cuando de nuevo escuché aquella voz misteriosa que me decía: Y si muere tu hija, ¿ qué harás?
- Resignarme con la voluntad de Dios- contesté. Los hijos son una cantidad en depósito; cuando cumple el plazo de la imposición, retiran la cantidad y solo Dios sabe donde colocarla de nuevo.
- Raro es lo que usted nos cuenta- le dijimos.
- Y lo más extraño aún es que yo quedaba tan tranquilo y tan contento, sin recordar ni poco ni mucho aquel suceso. Esto mismo me pasó varias veces, hasta que una noche Antonina me dijo que se encontraba mal; la hice acostar; vinieron los médicos y al día siguiente, cumpliendo con mi deber, me fui a un pueblo inmediato, dejando en cama a Antonina. Aquella noche en mi cuerto, oí la voz que me dijo:
- Y si tu hija se marcha, ¿ qué harás?
- Resignado, aceptar la voluntad de Dios- dije con serenidad.
  Al día siguiente, al llegar a mi ciudad natal, me vi rodeado de muchos amigos que me esperaban en la estación, y al verles, con dolorosa tranquilidad, les dije:
- Podéis retiraros; os agradezco vuestra atención. Dios, que es su padre, habrá llevado a mi hija a un lugar mejor. Tristes y cabizbajos, se fueron mis amigos, y al llegar a casa, ya no encontré a Antonina, ¡ se la habían llevado al cementerio!,,,,,
- ¡ Qué vacía encontraría ya su casa !.
- "Ciertamente que la encontré vacía, pero como a la Tierra no venimos nada más que a cumplir la condena, nada más natural que los proscritos  al terminar el tiempo de su destierro, vuelvan a su patria. ¡ Era mi hija !, ¡ el amor purísimo de mi alma!. Es verdad, pero ante el cumplimiento de la ley, no hay más que reconocer que sobre nuestras pasiones solo está la eterna justicia de Dios ".
   Pocos hombre hay como Augusto, un espíritu de gran progreso; un alma cuyo temple es digno de admiración, pero aa pesar de su notable energía y de su profunda resignación, ¡ cómo su espíritu protector le fue preparando para sufrir una de las pruebas más terribles de la vida, porque ¡ no hay hombre fuerte ante el cadáver de un hijo!
  Parece que se truncan las leyes de la naturaleza, cuando se ve una niña coronada de rosas y vestida de blanco, dormida con el sueño de la muerte, y en torno a su féretro, pobres ancianos agobiados por el peso de la vida.
  Que las flores marchitas de deshojen, me parece justo, pero que los tiernos capullos inclinen sus tallos sin abrir las hojas, solo el Espiritismo puede borrar la dolorosa impresión que se recibe al ver a una niña muerta.
   Nuestra amiga Filomena ha tenido también presentimientos. Ayer nos hizo el siguiente relato:
   "Crea vd. amiga mía, que al Espiritismo debo la vida, pues si no fuera por él, yo no hubiera podido vivir; y si hubiera tenido que estar en la Tierra, por necesidad me hubiesen llevado a un manicomio.
   Cuando perdí a mi esposo. al que adoraba- me quedó un niño de ocho meses que era mi encanto, y cosa extraña, muchas veces le miraba, y aunque estaba sano y robusto, decía para mí: Cuando mi hijo se muera, yo misma lo he de colocar junto al cadáver de su padre. Este pensamiento no me abandonó durante los seis años que mi hijo estuvo en la Tierra, habiéndose criado sin un dolor de cabeza.
  Unos dos meses antes de morir le hice un vestido blanco, porque yo tenía gusto especial por hacerle su ropa, y siempre me afanaba por hacerle cosas bonitas. Aquel vestido iba muy bien adornado con tiras bordadas y en dos días lo hubiese podido hacer, pero empleé en él más de dos semanas. Cuantas veces me ponía a coser en el traje, decía con tristeza: ¿Estaré haciendo la mortaja de mi hijo?, y lo dejaba inmediatamente. Al fin lo concluí, y llamé a mi hijo para vérselo puesto; se lo puse, y a pesar de ser muy bonito, el niño lo miró y me dijo:
  - "Quítame este vestido mamá, que no me gusta; es feo, muy feo", y no me permitió ponérselo; lo estrenó para ir al cementerio".
  ¡ Pobre madre!, durante seis años la estuvieron acostumbrando a la dolorosa idea de perder al hijo; ¡ esperaba su muerte con fatalísima convicción!.
   Algo parecido sucedió a nuestra amiga Elisa. Tuvo dos hijos, hermosos como los ángeles de Rafael; de carácter dulcísimo, no sabían llorar; no habían venido al mundo nada más que para sonreír. Cuando los sacaba de paseo, muchas mujeres del pueblo que encontraba al paso le decían: ¡ Qué dichosa es Vd. con tener esos hijos!, ¡ que Dios los bendiga!, y Elisa era feliz contemplando aquellos dos querubines. Pero cosa rara: todas las noches cuando los dormía, al dejarlos en la cuna, los miraba embelesada, y sin saber por qué, los besaba en la frente y lloraba con profunda pena. Durante los catorce meses que estuvieron en el mundo, ni una sola noche dejó de llorar por ellos; pero lo más extraño es que no la asaltaba ningún pensamiento doloroso, no tenía ninguna idea fija; se le oprimía el corazón y lloraba sobre la frente de sus hijos, sin exhalar una queja; durmiéndose después tranquilamente.
  A los catorce meses, y con cinco días de diferencia, perdió a los dos niños en breves horas. El último que murió, dijo a su madre pocos minutos antes de expirar: "El niño se fue, señalando la cuna vacía; y el nene se va.... y sonriendo dulcemente se durmió con el sueño que llamamos muerte. ¡Pobre madre!.
  Nuestra amiga entonces, no pudo llorar; había agotado sus lágrimas durante la breve vida de sus hijos, a los que nunca vio enfermos, sino que por el contrario, se criaron con tal desarrollo, que a los nueve meses caminaban solos y al año hablaban perfectamente, de modo que no era su estado enfermizo que le podía inspirar tristes ideas.
  Repetimos lo dicho antes: Para el goce siempre estamos dispuestos, para el martirio es que necesitamos la preparación de los tristes presentimientos.
  El dolor es veneno que mata tomado en gran cantidad; pero en corta dosis el espíritu se acostumbra al sufrimiento, y cuando llega la crisis de la enfermedad, no es tan terrible la sacudida, no es tan violento el choque.
  La Providencia, sabia en todo, nos deja los recuerdos, nos deja la memoria, que como dijo un sabio es el fuego eterno que da vida al mundo.
  Con las reminiscencias se enlaza el hombre a su pasado, y con los presentimientos se une a su porvenir.

- Amalia Domingo Soler-

  
                     ******************



                                                    LOS ESCÁNDALOS
                                      

En el Evangelio Según el Espiritismo, cap. 8, punto 11, Allan Kardec transcribe el pasaje donde Jesús habla sobre el escándalo (S. Matthew, jefe. 18.o, v. de 6 a 11): " ¡ Ay del mundo por los escándalos; porque es necesario que vengan escándalos, pero ay del hombre por quien viene el escándalo!. " Parece como una contradicción : "... es necesario que vengan escándalos, pero ¡ay del hombre por quien viene el escándalo!".
Inicialmente la explicación de lo que se considera un escándalo: "Se dice de cualquier acción que choque la moralidad o la decencia de una manera ostensiva. "En el sentido evangélico, la aceptación de la palabra escándalo, tan frecuentemente utilizada, es siempre más general y, por lo tanto, la aceptación en ciertos casos no se entiende. Ya no es lo que ofende la conciencia de otro, es todo resultado de los vicios e imperfecciones del hombre, de toda mala reacción de individuo a individuo, con o sin repercusión.
Los escándalos son necesarios porque los seres humanos somos poco evolucionados. Sabemos, sin embargo, poco acerca de las leyes divinas, pero practicamos menos de lo que sabemos. En consecuencia, hacemos muchas cosas contra las leyes mencionadas. Debe entenderse por estas palabras que el mal es consecuencia de la imperfección del hombre, y no que ellos están obligados a practicarlo. En otras palabras, actuar en contra de las leyes divinas es una consecuencia natural de la imperfección humana en la etapa evolutiva actual. Pero si no lo intenta, no experimenta, no ejerce su libre albedrío, no desarrolla, no evoluciona. Al elegir mal, sufre las consecuencias de hacer mal y aprende. Elegir bien, actuar bien, es evolucionar más rápido. Pero siempre se evoluciona. Sin libertad para elegir no hay crecimiento, no hay responsabilidad. Si actúas mal, castígate por contactar con tus adicciones, de las que eres la primera víctima finalmente entendiendo los inconvenientes. Cuando estés cansado de sufrir en el mal, buscarás el remedio en el bien - dice el codificador.
Pero ¡ay de aquel por quien pueda venir el escándalo!, porque aquel que incluso inconscientemente sirvió como instrumento para la justicia divina, cuyos instintos malvados fueron usados, no dejó de hacer mal y sufrirá las consecuencias. Este y varios otros pasajes de las enseñanzas de Jesús sólo pueden ser bien entendidos a la luz de la Doctrina del Espíritu. Como bien dijo Allan Kardec, "muchas cosas no pueden entenderse sin la llave que el espiritismo nos da. ¿Cuál es esa llave? - La reencarnación (pre y post-existencia del Espíritu), el libre albedrío, la ley del progreso, la ley de la causa y el efecto. Con estas enseñanzas, entendemos que el ser humano está, aún, poco evolucionado y que, aun inconscientemente, actúa conforme a las leyes divinas, porque no es un ser listo, terminado. Eres un ser en evolución, a medida que vas desarrollando las cualidades que fueron colocadas por Dios, desde el principio, entenderás las leyes divinas, y armonizando tus procedimientos con estas leyes, dejarás de cometer errores, y en consecuencia dejarás de sufrir las consecuencias de los errores
Por: Jose Argemiro da Silveira

***************************************


No hay comentarios: