martes, 7 de junio de 2022

Cirujanos sin bisturí ( 1)

   INQUIETUDES

1.- El Egoísmo

2.- Cirujanos sin bisturí ( 1)

3.-¿ Somos seres sociales por naturaleza ?

4.- Mirando a nuestro interior


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          EL EGOÍSMO
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 El egoísmo, esta llaga de la Humanidad, debe desaparecer de la Tierra, cuyo progreso moral retarda; al Espiritismo le está reservada la tarea de hacerla subir en la jerarquía de los mundos.
El egoísmo es, pues, el objetivo para el cual todos los verdaderos creyentes deben dirigir sus armas, sus fuerzas y su valor; digo valor porque es necesario más valor para vencerse a sí mismo que para vencer a los otros. Que cada uno ponga todo su cuidado en combatirlo en sí, porque ese monstruo devorador de todas las inteligencias, ese hijo del orgullo, es el origen de todas las miserias de este mundo. Es la negación de la caridad y por consiguiente, el más grande obstáculo para la felicidad de los hombres.
Jesús os dio el ejemplo de la caridad y Poncio Pilatos el del egoísmo; porque mientras el Justo va a recorrer las santas estaciones de su martirio, Pilatos se lava las manos diciendo: ¡Qué me importa!
Dijo a los Judíos: Este hombre es justo, ¿por qué queréis crucificarlo? Y sin embargo, deja que le conduzcan al suplicio.
Es a ese antagonismo de la caridad y del egoísmo, a la invasión de esa lepra del corazón humano, que el Cristianismo debe no haber cumplido aún toda su misión. Es a vosotros, nuevos apóstoles de la fe a quienes los Espíritus Superiores esclarecen, a quienes incumbe la tarea y el deber de extirpar ese mal, para dar al Cristianismo toda su fuerza y limpiar el camino de las zarzas que le entraban su marcha. Extirpad el egoísmo de la Tierra, para que pueda gravitar en la escala de los mundos, porque ya es tiempo de que la Humanidad vista su traje viril y, para eso, es preciso primero extirparlo de vuestro corazón. (EMMANUEL, París, 1861).

EL EVANGELIO SEGUN EL ESPIRITISMO
ALLAN KARDEC

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           CIRUJANOS SIN BISTURÍ  ( 1 )

                                

Uno de los hechos más significativos y extraordinarios de nuestras sociedades modernas lo constituye el fenómeno del curanderismo o sanación. Ya sea debido al abandono del campo y las zonas rurales por parte de personas que ejercen esta forma de sanar y que se trasladan a las grandes urbes, o bien por la demanda de tantas personas cansadas y desengañadas de peregrinar por los grandes y despersonalizados centros médicos sin ser curadas de sus dolencias; o por ambas causas, lo cierto es que cada día crece el número de curanderos en nuestras ciudades. Dejando a un lado a los charlatanes y embaucadores, que los hay en todas las profesiones y ámbitos, vamos a tratar una variedad muy poco común dentro del Espiritismo. llamada mediumnidad de cura. No entro a detallar ni clasificar las diferentes y diversas formas que existen en el mundo de la sanación, porque no es el  objeto de este artículo, tan solo analizaremos la que, por su naturaleza impresionante y asombrosa, resulta la más interesante: La Psico-Cirugía o cirugía trascendente, en las que las entidades espirituales (que fueron médicos cuando vivieron en el plano físico) siguen desde su plano de existencia utilizando a personas con mediumnidad, para 
devolver la salud a los que la han perdido.
  
   Aunque como es sabido, la medicina académica ve con muy malos ojos todo aquello que tenga algo que ver con el curanderismo, lo cierto es que la propia Organización Mundial de la Salud define al curandero o sanador como una persona aceptada por la propia comunidad en la que vie, como eficaz para curar y devolver la salud mediante el empleo de productos  minerales, vegetales y animales; así como la aplicación de otros métodos de procedencia social, cultural y religioso, Por tanto vemos que la OMS reconoce explícitamente que todo el conjunto de conocimientos que la mayoría de las veces son tomados por supersticiones, pueden ayudar a sanar.

   Vamos a conocer alguno de los más extraordinarios médiums contemporáneos más famosos, como Ze Arigó, Bárbara Guerrero, más conocida como Pachita; Alex Orbito y Stephen Turoff. Los dos primeros ya hace un tiempo que desencarnaron, pero los otros aun siguen asombrando con sus fabulosas capacidades quirúrgicas.   Todos ellos         ( Arigó y Pachita antes ) y Turoff y Orbito (después) han sido y son depositarios de un poder que escapa a los parámetros normales de la medicina conocida, entrando de lleno en lo que se podría llamar el campo de la meta-física y la meta-psíquica: el mundo trascendente del espíritu.

    - UN PORTENTO LLAMADO ARIGÓ -      


Ze Arigó todavía es en nuestros días una leyenda en su Brasil natal, por los hechos asombrosos que protagonizó cuando vivía.
 De condición humilde y analfabeto, eso no fue impedimento para poder realizar los prodigios que dejaron pasmados a propios y extraños y a una medicina prejuiciosa y miope. Sin embargo, Arigó no era nada más que un instrumento de las fuerzas  Superiores del Mundo Espiritual. Él era guiado por el Espíritu de un médico alemán, el Dr. Adolfo Fritz, ( en la imagen), desencarnado en la guerra de 1918 en Rusia, al cual no llegó a conocer personalmente.
  En una humilde casa que más parecía una cabaña y a la que Arigó llamaba "Clínica"; allí recibía a más de 300 pacientes diarios, diagnosticando sus enfermedades y tratándolas en poco tiempo. Raramente preguntaba a los pacientes qué les pasaba, aunque como es normal, a veces le comentaban sus dolencias. Alcanzó enorme fama por las curaciones que hizo de enfermedades consideradas incurables, pues las trataba todas, curando incluso muchos cánceres avanzados.

  Sin embargo, parece que Arigó no aceptaba a todos los pacientes que visitaban su "Clínica", pues rechazaba a todos los que podían ser tratados por sus propios médicos. Asimismo, reconocía cuando no podía tratar a un enfermo, diciéndole claramente: " Hermano, ten resignación, debes aceptarlo. No te puedo ayudar porque es necesario para ti pasar por esto".

SIN NECESIDAD DE BISTURÍ.-
Cuando Arigó era incorporado por el Dr. Fritz, le cambiaban los rasgos de la cara y  de todo su cuerpo y hasta el tono de la voz, adquiriendo un fuerte acento alemán. Realizaba sus sorprendentes operaciones con un afilado cuchillo con el que hacía incisiones que abrían los tejidos, extirpaba tumores y raspaba las córneas de los ojos sin anestesia y sin que el enfermo diera señal de ningún dolor.  Los tejidos cicatrizaban de inmediato, sin ningún problema.
   Según cuenta alguno de los muchos testigos, también médiums, que le vieron trabajar, Arigó hacía operaciones quirúrgicas con instrumentos primitivos y hasta inapropiados, sin anestesia ni cuidados de higiene. Algunos de estos médiums, dotados de videncia, percibían como el médium solo operaba a los pacientes sobre los que descendía una luz blanca, que debía ser algo así como una especie de autorización de lo Alto. Arigó levantaba su mano con un pedazo de algodón y pedía a Jesús: " Jesus Cristo, Agua que anestesia". Entonces los médiums videntes que allí se encontraban, apreciaban como los Espíritus asistentes humedecían ese algodón con un líquido esmeraldino que después se materializaba, chorreando por el brazo de Arigó. Una vez terminada la operación, nuevamente levantaba el brazo con otro trozo de algodón y pedía: "Jesús, Agua que cicatriza". Esta vez las Entidades desencarnadas envolvían el algodón en un líquido de color rosa-salmón, que al deslizarse por las manos de Arigó, a veces hacía una espuma que parecía agua oxigenada.

  Arigó desencarnó a los 49 años en un accidente de coche. A su muerte le sustituyó Antonio de Sales, otro extraordinario médico curandero, que fue su ayudante. La labor del Dr. Frtiz no se interrumpió por este motivo, sino que siguió a través de Antonio de Sales, del doctor Edson Queiroz y también del brasileiro Rubens da Faria.

  CUANDO EL CIRUJANO ES UN AZTECA.-
  Otra médium asombrosa, que operaba gracias al conocimiento médico de un ser desencarnado, fue Bárbara Guerrero, más conocida como Pachita. Nació en Parral en el estado de Chihuahua, en la República Mexicana. Abandonada en su infancia por sus padres, fue más tarde adoptada por un hombre africano llamado Charles, que según la propia Pachita, le enseñó muchos y diversos procesos de curación, iniciándola en el conocimiento de la sanación y de las energías. Muchos años más tarde, Pachita descubriría sus facultades n el campo de la sanación, se da cuenta de que con solo tocar las zonas enfermas del cuerpo de los pacientes. le era suficiente para hacerles un diagnóstico. Otras veces utilizaba huevos que frotaba contra la piel de los enfermos, para obtener información de las dolencias que les aquejaban. Pero como es más común en esta serie de personajes, lo más extraordinario de todos ellos es la forma de realizar operaciones quirúrgicas. Pachita realizaba sus operaciones en una pequeña habitación iluminada por la luz de algunas velas, y en la que había un pequeño altar con imágenes religiosas. El Espíritu que guiaba a Pachita,  dijo ser Cuauhtemoc, el último emperador azteca. Aparecía en el momento en que se iniciaba el trabajo y Pachita caía en trance, después de unos minutos de espera, sentada esta en una silla. Entonces la voz de la médium se alteraba, se hacía brusca y su apariencia se masculinizaba. Entonces, ya mediumnizada por Cuauhtemoc, saludaba a los presentes diciendo: "En nombre del Padre, yo os saludo".
    Entonces los enfermos eran acostados y una vez que era localizada la enfermedad, un ayudante de Pachita empapaba un algodón en alcohol y frotaba la zona. Luego Pachita, con un cuchillo de monte de 15 cm., sin ninguna vacilación abría la carne, daba algún tajo o lo introducía en el cuerpo, según fuera el caso. Lógicamente, algunas veces se producían hemorragias y los pacientes manifestaban dolor, pero teniendo en cuenta que no habían sido anestesiados, era lógico. En otras circunstancias, estas operaciones tan cruentas hubieran supuesto la muerte en medio de atroces sufrimientos, sin embargo con Pachita los dolores y molestias eran mínimos. Ella se irritaba con los que se quejaban y les decía que en vez de quejarse rezaran.

  Los testigos de sus operaciones cuentan, como abría el torax, sacaba el corazón, cortaba y arreglaba sus válvulas y arterias, lo volvía a introducir una vez operado; luego pasaba un algodón o sus propias manos y la incisión se cerraba, iniciando el paciente la recuperación. Pasaba la noche allí reposando y al día siguiente se iba para su casa para seguir el restablecimiento.

Pero lo más sorprendente, si cabe, para los que presenciaban sus intervenciones, eran los trasplantes de órganos, que realizaba, órganos que eran aportados por los propios enfermos unas veces recogidos de los depósitos de cadáveres, y otras- esto es lo más asombroso y peculiar de esta mujer, era ella quien mediante una materializción, hacía surgir el nuevo órgano para ser trasplantado.

Pachita tenía su propia y simple filosofía sobre las causas de las enfermedades, ella decía que hay dos fuerzas diferentes en el mundo, la de la luz y la de las tinieblas, dos poderes continuamente enfrentados. Cuando las personas se mantenían en el camino del amor, la comprensión y la tolerancia, estaban en las buenas vibraciones, pero cuando eran envidiosas, utilizaban el engaño, la descreencia, los trabajos de magia negra para dañar a otras personas, estaban trabajando con las tinieblas. Decía que habían enfermedades provocadas por entidades del bajo astral que ella denominaba como "daños", que podían llevar rápidamente a la muerte a sus víctimas. Pachita consideraba que la mejor arma para vencer a las tinieblas era el amor y el bien; y que a pesar de la maldad de algunos seres, estos siempre tienen como destino la dicha y la felicidad, el bien, en suma, la luz.

( Continuará en la siguiente publicación  de este blog)
- Revista Fraternidad Cristiana Espírita nº 60)

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             ¿Somos  seres sociales  por naturaleza?

                                                     


Sin duda, nuestra naturaleza humana necesita naturalmente de la colaboración, la entrega y el trabajo de los demás; si no lo fuesemos, la sociedad humana, como tal, no existiría, y probablemente el ser humano, de naturaleza corporal tan débil frente a los elementos de la Naturaleza, tampoco hubiese sobrevivido por sí solo.

En efecto, existe una ley reguladora de las relaciones entre los miembros de la sociedad humana en general, por la cual el ser humano necesita de los demás;  esta es la  Ley de Sociedad. 

 Por esta ley, los humanos sentimos la inclinación y la necesidad  natural  de vivir asociados y relacionados con los demás, lo cual es una ventaja para una más fácil supervivencia de los individuos y de la especie humana; esta naturaleza social supone un apoyo mutuo entre los diferentes papeles y cometidos individuales de cada uno, en medio de una sociedad que les sirve para poder progresar humana, social y espiritualmente, lo cual  sería imposible  lograr viviendo aislados, porque no hay nadie que reúna absolutamente todas las capacidades y aptitudes necesarias para la vida y el progreso. Esta Ley determina que el hombre pueda ser considerado por naturaleza como un ser social, lo cual no es lo mismo que gregario como sucede en ciertas especies en el mundo animal; estas se reúnen para protegerse de los predadores, como algunos herbívoros  o para  conseguir comida, como ciertos predadores; en el hombre sin embargo, un escalón más alto que las especies animales, la convivencia, relación y cooperación mutuas, son una necesidad evolutiva del Espíritu humano.

La civilización, conforme ha ido evolucionando, ha ido desarrollando y desarrolla el sentido moral y a su vez el sentido de la Caridad  y de la compasión, que lleva a los seres humanos a apoyarse mutuamente.

En el mundo, nadie es imprescindible para nada,  pues nuestra labor siempre nos encuentra un sustituto; a veces puede parecer hasta que muchos sobramos porque en cualquier puesto siempre hay otros que "vienen empujando" para reemplazarnos,  pero sin embargo  todos somos necesarios y todos dependemos de todos. Aunque la Humanidad sea tan numerosa, aquí no sobra nadie, pues, bien repartido y gestionado, en este mundo hay trabajo y alimento para todos.

 Por eso, en la Unidad que formamos entre toda la Humanidad, cuando un Ser humano  fracasa o se cae, en cierto modo todos  fracasamos y  nos caemos con él  y a su vez,   cuando se levanta y triunfa, también todos triunfamos y  sentimos la alegría de su triunfo. ( Como ejemplo, pensemos en como compartimos las tristezas y las alegrías de nuestros ídolos deportivos,  ante sus derrotas o sus triunfos respectivos.

Como consecuencia de esta ley natural, el ser humano siempre buscó la compañía o vecindad de sus semejantes. Así se fueron formando las primeras tribus y pueblos, hasta llegar a formar esas grandes ciudades, “colmenas humanas” que son tantas urbes que hay en la actualidad. Por tanto, si imaginamos a todos los seres humanos con un comportamiento de aislamiento social, como “lobos solitarios”, enseguida comprendemos que sin esta tendencia a la socialización, aun en caso de haber sobrevivido como especie, nuestra evolución espiritual como seres humanos habría sido improbable.   

- Jose Luis Martín-


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       MIRANDO A NUESTRO INTERIOR

                                                                       


La evolución espiritual hoy en día es aspirada  por muchas criaturas y generalmente cuando pensamos en una persona evolucionada,  las vemos  en aquellas  que se dedican a alguna religión formalmente constituida.

No siempre percibimos que la religión  personal  la que cada uno ejerce en su corazón y con los nobles  y superiores fines, es lo que identifica el nivel evolutivo de las personas.  Pues hay muchas personas que aunque están desligadas formalmente de las religiones, son capaces   de tener pensamientos y actos muy nobles más que aquellas que se pasan la vida  profesando una religión o dedicándose  a tareas institucionales  caritativas. Hay mucha distancia entre saber y seguir enseñanzas religiosas y poseer una ética interna superior. Esa ética  es la que nos lleva al encuentro de nosotros mismos, al prójimo, a la sociedad y de Dios.

La verdad es que no es fácil identificar a una persona evolucionada, podemos citar algunas características, la cantidad de características no quieren decir  que todas estén en una misma persona. De alguna forma  alguna de ellas  están presentes en las personas espiritualmente evolucionadas.

No son personas necesariamente comprometidas con una religión ni se tornan gurús, maestros, iniciados o semi divinidades; tampoco  están en la prensa  o son líderes de sectas. Tampoco son héroes, don apenas personas.  No están recluidas en conventos ni en monasterios o montañas aisladas. Son seres humanos y  conviven normalmente con nosotros.

Las principales características de una persona evolucionada  son las siguientes:4

1.     Generalmente el trabajo que realizan atrae a las personas trayendo prosperidad.

2.     Su forma de vivir  hace crecer  a otras personas  que con ella convive,

3.     Sus experiencias con los otros  no generan dependencias concurriendo para  el libre pensar  y el libre actuar.

4.     Satisface naturalmente sus necesidades básicas de seguridad, de filiación, manteniendo normalmente estrechas relaciones de amor  y prestigio y, por último, de responsable libertad.

5.     Auto determinada, centrada en sus objetivos de vida, construyendo una perspectiva general para sí.

6.     Identificada con la naturaleza, tiene intimidad con todo  que lo que envuelve el medio ambiente.   

7.     Tiene una percepción superior  y holística de la realidad a su alrededor.

8.     Tiene la facilidad de comprender y aceptar las diferentes individualidades en la riqueza  de su diversidad.

9.      Es consciente de la existencia, en su mundo interior, de procesos inconscientes   a ser vividos.

10. Posee   una personalidad agradable y espontanea en contacto con las personas

11. Posee autonomía  de vivir  e independencia en la emisión de sus opiniones;

12. Tiene un sentido superior de juzgamiento con imparcialidad amorosa y originalidad en las ideas;

13. Desenvuelve una capacidad  de percepción critica de la realidad, sabiendo evitar  distorsiones provocadas por las necesidades personales;

14. Busca actuar siempre con autenticidad;

15. Posee sensibilidad emocional desarrollada  y capacidad de empatía creciente;

16. Respeto creciente a las preferencias religiosas, personales y colectivas;

17. Creciente capacidad de comprensión de la naturaleza humana  y receptivas para sus variadas actitudes;

18. Carácter pluralista y democrático con énfasis en el respeto a las diferencias políticas y étnicas;

19. Capacidad creativa desarrollada para el servicio de la Vida;

20. Cultiva la amistad, la estima, la belleza, la devoción, el conocimiento, la seriedad en todo lo que hace; la alegría en las relaciones, la simplicidad en vivir, el perdón y el amor  con las personas;

21. Vive bien socialmente con aptitudes para desempeñar  los papeles que la Vida ofrece, sin dejarse dominar por ellos;

22.  Se siente recompensada en lo que hace sin exigir aprobación externa  o premios sociales ;

23. Es responsable por lo que ejecuta  no eximiéndose de las consecuencias decurrentes;

24.  Le gusta trabajar en equipo, haciéndolo con eficiencia y competencia, preocupándose  en dar continuidad al que ejecuta, favoreciendo el surgimiento de nuevos liderazgos;

25. Busca eficiencia creciente en todo lo que hace;

26. Posee pensamiento flexible siendo capaz de cambiar de idea cuando otra, que no es la suya, le parezca mejor;

27. Generalmente sabe renunciar a la victoria,  a la ganancia personal, a favor de alguien o de un grupo o en beneficio colectivo;

28. Posee una personalidad disponible  y no anda en la defensiva ante los otros;

29. Busca ocupar su tiempo con actividades afines con sus propósitos de vida;

30.  Se ocupa  de los otros cuando las circunstancias favorecen que su acción provoque  el bienestar de ellos,  no dejando de reservar un tiempo para sí;

31. No deja escapar la oportunidad de favorecer la paz de alguien;

32. Tiene conciencia real de la propia muerte, que no le genera angustia, preocupación, sentimiento de pérdida o derrota;

33. Posee la capacidad de adaptarse con éxito al ambiente  que lo rodea, aceptando las tensiones, los papeles, los valores y padrones de conducta inherentes a la cultura en que vive;

34. Es una persona que ama  y sabe amar.

Amigos, pensemos un poco, en todos estos puntos, miremos nuestro interior y si deseamos  crecer, procuremos adquirir estas “cualidades”.

Os deseo un feliz jornada con mucho amor  y cariño, este texto lo extraje del libro “Felicidad sin culpa”

- Merchita-

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