INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.-- ¡ Todo se paga !
2,. Amar al prójimo como a uno mismo: La Caridad
3,. Por el dolor o por el Amor.- Una cuestión de buen sentido
4.- Dolores o molestias físicas durante las regresiones hipnóticas
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¡ TODO SE PAGA !
Hace 30 años que conocí a Carlos y a Luisa; él era un joven pálido, enfermizo, de mirada dulce y melancólica; ella era casi una niña, aún no sabía llevar el vestido largo, parecía el símbolo de la modestia y la humildad, y miraba fijamente al elegido de su corazón; me parece que aún los veo; ella sentada en un antiguo sofá, y él sentado en una silla, apoyado en respaldo del canapé, es decir, en un brazo del mismo. Él la miraba fijamente, y ella, con la cabeza inclinada y los ojos medio cerrados, parecía que estaba magnetizada; ni el uno ni el otro pronunciaba una palabra, que cuando habla el corazón, no hay intérpretes para ese lenguaje divino. Ellos se aislaban de tal modo, que aunque estaban rodeados de la familia de ella y de varios amigos, no se mezclaban en la conversación general, ni nadie osaba turbar su amoroso éxtasis inspiraban respeto y admiración aquellos dos seres que no parecían pertenecer a la tierra, silenciosos, tranquilos, reservados, y tan humildes, que no se atrevían a formular el menor deseo.
Luisa no tenía madre, y esto aumentaba su natural timidez; se veía que en su hogar era como una planta sin raíces y Carlos era el rayo de sol que vigorizaba su frágil existencia.
Siguieron sus relaciones años y años, y aunque él adoraba a Luisa, por evitar graves disgustos de familia, especialmente con su madre, que lo quería unir con una rica heredera, y no quería a Luisa porque era pobre; Carlos, tolerante por excelencia y aconsejado por Luisa que le decía: " No quiero que le des disgustos a tu madre por causa mía, yo quiero tu alma, no quiero tu cuerpo; tu alma yo se que es mía,, tu cuerpo será más tarde poseído por los gusanos, de todos modos tengo que perderte años antes o años después, lo que es de la tierra a la tierra vuelve; yo se que las almas viven siempre, pues viviendo siempre, nuestra unión será eterna" ; y Carlos alentado por estas palabras, recordando la frase de Dimas (padre), que decía: "La ciencia de la vida es confiar y esperar, confiando en la justicia de Dios y esperando en el cumplimiento de sus eternas leyes, se consagró a su madre, sin dejar por ello sus relaciones con Luisa; diariamente le escribía amorosas epístolas, pues vivían muy lejos el uno del otro, transmitiendo el telégrafo sus cuitas, cuando alguna dolencia le impedía escribir, y así transcurrieron ¡ treinta años !, siendo las cartas de ambos tan apasionadas como en su juventud.
La madre de Carlos llegó a cumplir noventa años, y cuando menos se esperaba, Luisa cayó gravemente enferma; sintiéndose morir, pidió que telegrafiasen a Carlos su alarmante estado, y Carlos acudió a su llamamiento para recibir su último suspiro y después de cerrar piadosamente los ojos de Luisa, aquellos ojos que tan amorosamente le habían mirado, el telégrafo le llamó de nuevo para que acudiera al lado de su anciana madre, que esperaba la llegada de su hijo para morir. Su misión había concluido en la Tierra: muerta Luisa, ya no tenía que servir de obstáculo a la felicidad de nadie.
La muerte de aquella anciana me impresionó profundamente, hasta el punto que, como útil estudio, le pregunté al guía de mis trabajos, que historia, qué lazos existían entre Luisa y aquella mujer que se negó siempre a las súplicas de su hijo ( al que tanto quería), y no se ablandó a sus ruegos, consintiendo verle triste y meditabundo, repitiendo con firmeza: Lo que es mientras yo viva no te casarás con ella, ¿Por qué tanta oposición?. Siendo Luisa de muy buena familia, querida de todos cuantos la trataban, porque era un modelo de virtudes, ¿ qué abismo habían entre aquellos dos espíritus que los separaba, causando la desgracia de dos almas buenas?
"Veo que olvidas- me dice mi guía-, lo que no debieras olvidar, y es que toda causa produce un efecto, sin que nada pueda desviar o impedir el efecto, una vez producida la causa. Nadie puede eludir esa ley, por elevado que sea el puesto que ocupe en la escala interminable de la evolución. Lo que hay Arriba es como lo que hay abajo, y la Ley es una.
"Carlos y Luisa son dos Espíritus enlazados desde hace muchos siglos por un afecto poderosísimo; por eso para ellos los obstáculos terrenales no existen para entibiar su cariño; ¡ se aman !, y en esta palabra queda dicho todo.
"En su encarnación pasada se unieron ante los altares, y una hija vino a aumentar su felicidad, una niña cándida y buena, dulce y reflexiva, sensible y apasionada; un joven del pueblo, un humilde obrero logró atraer su atención, y los dos se amaron con delirio, porque el amor es el gran igualitario del universo, es el que acorta todas las distancias; pero Carlos y Luisa querían para su hija un potentado, un noble que ciñera en sus sienes una corona ducal, y sus deseos se vieron cumplidos, porque un noble con muchos pergaminos y un árbol genealógico lleno de escudos de nobleza, ofreció a la enamorada niña sus palacios, sus tesoros y su envidiable posición social; pero la niña contestó resueltamente: " No me uniré con nadie, sino con el enamorado de mi corazón, antes morir que serle infiel; y cumplió fielmente su palabra; el humilde obrero fue deportado, acusado de traidor a la patria, muriendo en el destierro, y ella, su fiel prometida, vivió algún tiempo sin exhalar una queja; sus padres fueron inflexibles ante su dolor, y la joven murió, perdonándoles sus ceguedad.
" ¿Merecían en esta existencia, Carlos y Luisa, disfrutar las delicias de un amor correspondido?. No; justo ha sido su sufrimiento y la madre de Carlos ha sido el instrumento de su martirio; no podía morir antes que Luisa porque era preciso que se cumpliera la Ley, ya que por ellos, en su anterior existencia, murió en el destierro, solo y abandonado, un ser inocente; y el humilde obrero de ayer, ha sido la madre inflexible de hoy. Seguirán amándose, ellos conquistarán la tierra prometida; ellos se purificarán por el sufrimiento y no ejercerán la tiranía con los espíritus que les pidan albergue en su hogar.
"La Ley no es más que una; el que atropella, el mismo se atropella después; el que abusa de su autoridad,, es víctima de su abuso. De esto se ríen los ignorantes y los orgullosos, pero los hechos les convencen a su debido tiempo, de que no puede ser dichoso el que ha causado la infelicidad de otro.- Adiós "
Dice muy bien el Espíritu, no admiten muchos el Espiritismo porque no quieren conocer su pequeñez y su miseria moral, pero ante la verdad, no basta decir: no quiero creer, que hay que inclinar la cabeza ante la sentencia que pronuncia uno mismo, como la inclinaron Carlos y Luisa, que siendo los dos muy buenos, muy sufridos, muy espirituales, tuvieron que vivir separados el uno del otro sin poderse liberar del misterioso maleficio que les hacía sufrir una contrariedad perpetua, esperando durante treinta años el indulto para un delito que ellos no sabían que habían cometido.
¡ Cuanto hay que estudiar en la Biblia de la humanidad ! . Por ella sabemos que todo se paga.
- Amalia Domingo Soler -
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AMAR AL PRÓJIMO COMO A UNO MISMO
¿ Qué
es la Caridad?
La Caridad es el amor humano puesto en acción, con lo que siendo
el Amor Divino la Esencia misma
de Dios, es así como
el Padre lo transforma en Su Amor Divino.
A veces, aunque parezca una postura egoísta,
la verdadera caridad debe comenzar
necesariamente por uno mismo, porque si no somos capaces de amarnos y cuidarnos
a nosotros mismos, ¿ cómo lo vamos a poder hacer con los demás?. Esto supone un
ejercicio de autoestima y de reconocimiento de nuestras cualidades, sin caer en
envanecimientos de ninguna clase, así como el atender debidamente nuestras
necesidades físicas y psíquicas. Para amar a nuestro prójimo sin caer en exageraciones ,siempre
falsas, y sin quedarnos por debajo de
nuestras posibilidades reales de Amar,
antes es necesario tener el modelo y la medida del Amor a
nosotros mismos.
La caridad no consiste en dar
limosna de lo que nos sobra, pues eso no tiene mérito moral alguno. Mas bien
supone una voluntad de entregar lo que
sea necesario a otras personas,
aunque también nos falte a nosotros.
Cuando alcanza su mayor esplendor
espiritual, es cuando la practicamos
dándonos a los demás, con plena
entrega y con sentimientos de
benevolencia e indulgencia ante las imperfecciones que nos puedan molestar de otros, así como la predisposición de perdonar
sinceramente.
El acto de servir y de ayudar a nuestros semejantes y el aprovechar la oportunidad de hacer el bien siempre que
podamos , deben ser considerados como un privilegio y una valiosa oportunidad
de expresar y consolidar nuestro Amor.
Hay personas que para realizar esto
deberán hacer un acto de voluntad consciente o un esfuerzo incluso, para
conseguirlo, y esto es algo muy meritorio para dar un importante paso en su
evolución espiritual. Sin embargo también hay personas que hacen esto de modo
natural e instintivo, sin esfuerzo alguno, porque ellos así lo sienten : Son
las que ya han dado anteriormente este importante paso evolutivo antes citado
. Allan Kardec entre sus muchos escritos anotó: " Así entiendo yo la caridad
cristiana: Como la religión que nos prescribe devolver bien por mal y,
con más razón aun, responder al bien con el
bien. No comprendo, por tanto, que se pueda aconsejar el contestar
mal con el mal."
En
resumen: La Caridad supone
seguir la máxima evangélica de hacer con los demás cómo quisiéramos que
se hiciese con nosotros, por eso, considerando que nosotros hemos podido ser en
alguna vida anterior, un ladrón o criminal peor que los que en esta vida actual
nos podamos encontrar, es de caridad el ayudarlos en su recuperación espiritual
y humana, no cayendo en la tentación de juzgarlos o condenarlos, porque esto
solo corresponde a Dios. Es obligación moral y es Caridad, ayudarlo a mejorar,
haciéndole todo el bien posible tal como nos gustaría para nosotros, pues la moneda
del bien a cambio del mal, es capaz de ablandar los corazones mas endurecidos, para transformarlos y conducirlos al bien, lo
cual supone el fruto de la verdadera caridad.
.Jose Luis-
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¿POR EL DOLOR O POR EL AMOR?
- Una cuestión de buen sentido-
EL BLOG DE LOS ESPIRITAS
Por Eugenio Lara
Siempre cuando voy hacer una
conferencia en algún centro espirita de orientación cristiana, o
también religiosa me preguntan si yo vine al Espiritismo por el amor o por
el dolor, no sé bien que responder. Ya me preguntaron eso
varias veces y nunca tengo una respuesta precisa para tal pregunta.
¿Ahora, solamente existen dos posiciones?
Por amor significa ser un misionero, alguien que
era espirita antes de ser espirita. Aquel que antes de ser ya era, como en
la anécdota del pescado: antes de ser pescada, ya era pescada. .. Antes de
tornarse espirita, ya traía en su bagaje misionero el rotulo de espirita.
Por el dolor se aplica a los renitentes, a los
espíritus sufridores, a las víctimas de la obsesión, del dolor
físico, moral, de los acometidos por las perdidas afectivas y materiales.
Algún tipo de pérdida lo llevo distinto al Espiritismo. Más podría también
haber dicho a alguna iglesia cristiana, evangélica, católica o a
algún culto afro- brasileño. Cada uno tiene su singular
historia de conversión.
Como cualquier movimiento social, más aun el
espirita, de características bien religiosas, existen los
de moda, los juerguistas, las palabras de orden y orientación que las
personas siguen sin cuestionar su origen y naturaleza. Esa de dolor y de
amor es una de ellas.
Conozco diversos casos de personas que se
aproximaron al Espiritismo sin que pudiesen ser
encuadradas en ese esquema dolor/amor. Allan Kardec, por
ejemplo, que no era espirita y ni podría serlo, pues él aun no había
fundado la Doctrina, se interesó por los fenómenos
medianímicos movido por su espíritu científico, por la
curiosidad de alto nivel, propia de aquellos espíritus de mentalidad arrojada,
critica.
León Denis se tornó espirita a los 18 años
después de leer El Libro de los Espíritus y ver allí una serie
de respuestas a cuestiones que el proponía para sí mismo. No
fue ni el dolor ni el amor, fue la razón lo que lo aproximó al
Espiritismo, tornándose gran continuador de la obra del maestro de Lyon. Gabriel
Delanne, de familia espirita, siguió las orientaciones
doctrinarias desde temprano. No fue la vuelta de Kardec
lo que lo torno espirita, fue la educación espirita de sus padres, Alexandre y
Alejandrina, muy amigos del fundador del
Espiritismo, responsable por su formación espirita. E ahí dos variaciones
más: la razón y la educación.
Muchos llegan al espiritismo movidos por la desilusión en relación a las religiones. Tenemos ahí otra opción más: la desilusión. Acrecentaría otro factor más fuerte aun que la desilusión: el desencanto. Del desencanto en relación a las religiones, muchos pasan a adoptar un pensamiento ateísta, agnóstico. Conocí algunos ateos que se tornaron espiritas porque vieron en la concepción Kardeciana de Dios una forma inusitada y diferenciada de percibir la divinidad, sin misticismo, sin ningún tipo de manifestación exterior.
Conocí uno que se tornó espirita por vía de la
promesa. Si era atendido en su plegaria, se tornaría espirita. Y así
sucedió. Otro se tornó espirita después de ver un largometraje sobre
el médium Chico Xavier. Y otro, después de asistir al filme Nuestro
Hogar. No hay conversión mística. Para ser espirita es
necesario “aceptar a Kardec”, como se acepta a “Jesús” en las iglesias
evangélicas. El Espiritismo es una cuestión de convicción. Y la convicción
no viene de una hora para otra. Ella es siempre el resultado de un proceso
“lento” interno, intelectivo, afectivo.
Obviamente que no se trata de algo totalmente
racional. La razón es siempre limitada. La actuación nos lleva a lugares donde
la razón se muestra tímida, incapaz. Podemos aproximarnos al
Espiritismo por la intuición, camino bastante común entre personas humildes,
sin formación académica. La razón no es la única puerta para
comprender el Espiritismo. Pero es, sin duda, el elemento fundamental en el
proceso de asimilación de los principios doctrinarios. El analfabeto puede
tornarse espirita. Allan Kardec dio de cara con mucho de ellos en sus andanzas
por Francia, en lo que denomino Viaje Espirita. El espiritismo ya había
dejado de ser una doctrina de doctores para diseminarse entre las clases más
humildes, entre los más sencillos, sin escolaridad.
Esa faceta del espiritismo es una de sus mayores
virtudes. Más también puede ser su perdición, cuando se relega la
razón y se coloca el sentimiento como factor primordial de
aceptación de ideas espiritas. Ni tanto el mar, ni tanto la tierra.
Una cosa es cierta: ese binomio dolor amor es
extremadamente limitado para definir el proceso de comprensión de
los principios espiritas; es limitado para
conceptuar el acto de tornarse espirita. Allan Kardec acostumbraba a
decir que el espiritismo es una cuestión de buen sentido. Entonces,
tenemos un elemento más que huye de aquel binomio
esquemático: el buen sentido. ¿Sería exagerado decir que podemos
tornarnos espiritas por una cuestión de buen sentido, por el recto
pensar? No encuentro, por tanto, que sea una postura tan
arrogante. Y podríamos, así, afirmar que ser espirita no es una cuestión de fe,
de conversión, sino simplemente una cuestión de buen sentido, sin que nos
limitemos al viejo dilema de la conversión por el dolor o por el
amor.
Traducido por Mercedes
Cruz Reyes
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DOLORES O MOLESTIAS FÍSICAS DURANTE
LAS REGRESIONES HIPNÓTICAS
Este curioso fenómeno, se debe
generalmente a que el Periespíritu,
funciona a modo de Cliché o negativo fotográfico de nuestros cuerpos físicos,
almacenando en sí mismo las vivencias, emociones y traumas físicos y psíquicos
que sufrimos en cada existencia. A su vez, el cuerpo físico con respecto al Periespíritu, funciona como
un drenaje en forma de dolor o enfermedad, por el que elimina, refleja y
expulsa fuera de sí, aquello que le molesta o le hace sufrir, cumpliendo así la
necesidad de depurarse para poder continuar el proceso de su evolución. Las
lesiones y traumas de todo tipo que el Ser espiritual sufrió en una existencia
anterior, quedaron grabadas en su Periespíritu y durante el estado hipnótico,
este tiende a drenarlas exteriorizándolas físicamente. Esto le supone al cuerpo
físico una función de drenaje y depuración del Periespíritu.
A veces los traumas o vivencias experimentadas son tan fuertes, que el sujeto con el que se experimenta esta terapia, las revive con una notable intensidad emotiva, experimentando los pensamientos y hechos de una pasada personalidad, e incluso hasta, a veces, llegan a sentir dolores físicos injustificables en su existencia actual, así como a percibir olores, sensaciones, sonidos y visiones desde una identidad extraña que se manifiesta durante el estado hipnótico pero con la que se siente identificado como siendo él mismo, durante su estado de trance.
- Jose Luis Martín-
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