INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Ociosidad y egoísmo
2.- Visión espírita de la Reencarnación: el protagonismo del Ser humano
3.- Reencuentro
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OCIOSIDAD Y EGOÍSMO
564. Entre los Espíritus ¿los hay que permanecen ociosos, o que no se ocupan en nada útil?
- Sí, más ese estado es temporario y está subordinado al desarrollo de su intelecto. Por cierto que hay, igual que entre los hombres, Espíritus que sólo viven para sí mismos. Pero tal ociosidad les pesa, y tarde o temprano el deseo de adelantar les hace experimentar la necesidad de actividad, y entonces se sienten felices de poder ser útiles. Estamos hablando de aquellos Espíritus que han llegado al punto de tener conciencia de sí mismos y de su libre albedrío. Porque en su comienzo son como niños recién nacidos, que obran más por instinto que por una voluntad determinada.
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El Libro de Los Espíritus - Allan Kardec.
CONCLUSIÓN : Sin duda, hay una estrecha relación entre la ociosidad y el egoísmo. El ocioso suele ser egoísta por no querer molestarse por los demás dejándose llevar por su pereza, y el egoísta, mirando exclusivamente para sí mismo, no se molesta por nadie y se complace en la ociosidad.
( J.L.M.)
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Visión espírita de la reencarnación: el protagonismo del ser humano
Al asumir la responsabilidad de escribir el libro Reencarnación: un revolucionario paradigma existencial, para la Colección Librepensamiento de CEPA/CPDoc, mi mayor preocupación fue la de reflexionar sobre las diferencias que la visión librepensadora, laica y progresista del espiritismo tiene de las visiones materialista y religiosa cristiana. En relación a la visión materialista, el punto clave sería evidenciar que la reencarnación ha sido y puede ser todavía más investigada científicamente, es decir, no es fruto estricto de creencia y de fe. En el debate con la visión religiosa cristiana, identifiqué que el punto central era revelar el papel protagonista del espíritu humano, conductor de su propio destino y del necesario progreso social.
La filosofía de la reencarnación es la búsqueda de desentrañar la aventura
inter-existencial del espíritu en las múltiples encarnaciones. El espíritu construye su propia trayectoria de evolución. En cada nueva encarnación tiene nuevas oportunidades de perfeccionamiento que necesita y busca. Ese encadenamiento da sentido a la vida, no porque dé respuestas rápidas y apresuradas para las interrogaciones humanas, sino porque da al ser humano el protagonismo de su viaje.
La marcha del espíritu puede ser analizada desde el punto de vista de la construcción de la autonomía. Ella es conquistada gradualmente por el espíritu en el recorrido de las reencarnaciones. La moral, en la etapa de desarrollo en la que se encuentra la humanidad, tiene potencialmente un alto grado de autonomía.
La visión espírita de la reencarnación, librepensadora, ofrece las bases para la
construcción del pensamiento solidario espírita, que reconoce el egoísmo como causa de los males de la humanidad, pero que también pone de relieve el papel protagonista del ser humano para superar sus problemas individuales y colectivos, sin esperar a que el destino construya, por sí solo, un reino de paz y de felicidad. En eso está la grandeza de la vida.
La propuesta moral y social del espiritismo libre está basada en la visión de Allan
Kardec, explicitada en las leyes morales de El Libro de los Espíritus y resumidas en la
respuesta a la pregunta 793, que señala algunas características de la verdadera civilización, basada en los valores del espíritu: "donde exista menos egoísmo, menos codicia y menos orgullo"; "donde los hábitos sean más intelectuales y morales que materiales" y "donde haya más bondad, buena fe, benevolencia y generosidad recíprocas".
Las bases de la visión moral y social reencarnacionista, propuestas y desarrolladas en el libro ahora publicado, pueden ser resumidas en los siguientes puntos allí desarrollados:
(1) Humanismo;
(2) Amor y solidaridad;
3) Libertad y autonomía;
4) Igualdad y equidad;
(5) Respeto;
6) Justicia;
(7) Arte y trascendencia;
(8) Familia;
(9) Conocimiento y educación;
(10) Trabajo
(11) Sostenibilidad.
El libro busca contribuir a que esa agenda sea retomada con espíritu abierto, sin preconceptos (especialmente en relación con la etnia y el género) y con el objetivo de superar la visión de culpa y pecado, que impregna gran parte del debate moral espírita.
Un capítulo está dedicado a la investigación sobre reencarnación. Varios investigadores ya se han dedicado a esa investigación. Hay resultados publicados en revistas científicas relevantes. El libro relata y discute algunos trabajos realizados, así como los métodos utilizados. Las investigaciones de la reencarnación se han vuelto más consistentes a partir de la actuación deL Profesor Ian Stevenson y otros investigadores en la segunda mitad del siglo XX. Los recuerdos de vidas pasadas y la regresión de la memoria son dos de las principales líneas de investigación. A pesar de los avances, es necesario reconocer que nuevas áreas de investigación siempre enfrentan dificultades conceptuales y metodológicas que, paulatinamente, se van superando. Nuevas hipótesis son formuladas, nuevos métodos y protocolos de investigación, desarrollados. Ese es también el camino de las investigaciones
sobre reencarnación.
Más que una propuesta cerrada y definitiva, el nuevo libro presenta una propuesta
abierta para la re-discusión de la reencarnación, con el objetivo de contribuir a la
actualización del espiritismo y con el crecimiento libre del ser humano, en sintonía con los renovados desafíos de nuestro siglo.
Mauro de Mesquita Spinola*
* Brasileño, 65 años, doctor en ingeniería, profesor universitario, participante del CPDoc - Centro de Investigación y Documentación Espírita (Santos) y del Centro de Estudios Espíritas José Herculano Pires (São Paulo), Director Administrativo de CEPA - Asociación Espírita Internacional (Gestión 2016- 2021).
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REENCUENTRO
… en verdad, nos encontramos en la oración, como quien se ve en un punto determinado de acción en que vuestras ansiedades nos interpelan los buenos deseos..
^¡Cómo nos sería grata la posibilidad de satisfaceros a todos, en vuestros requerimientos afectivos!
… madres que buscáis los hijos que la muerte os arrebató al cariño, padres que esperáis por respuestas al propio dolor los mensajes de los entes queridos que os antecedieran en la Vida Mayor; esposas que la nostalgia marca, al fuego de lágrimas, intentando mitigar su propio sufrimiento con las palabras de los compañeros traídos a la Espiritualidad cuando más necesitaban vivir y amigos que suplicáis el verbo de amores aparentemente desaparecidos
en la vorágine de las grandes transformaciones!.
Todos estáis con nosotros, todos aguardáis…
Entretanto, la Enseñanza del Señor es de vida eterna, concretándose en bendiciones de paz y felicidad, a través del servicio al prójimo.
… disculpadnos si no podemos transgredir las leyes vibratorias y los principios kármicos que nos gobiernan a todos, a fin de satisfaceros.
Pero os aseguramos, que nuestros afectos nunca se extinguen.
Con el tiempo y con la bendición del amor de los unos por los otros dentro del tiempo, todos nos reencontraremos para celebrar la unión sin adiós.
… aguardaremos trabajando en la construcción del bien, en la certeza de que en el bien para los demás, sorprenderemos nuestro propio bien.
… las lecciones de siempre destacan el valor de la verdad y de la caridad, evidenciando la grandeza del “servir” por encima de la luz relativa al “conocer”.
Todos, indistintamente, poseemos una determinada parcela de la verdad y en esa parcela del conocimiento superior nos será posible el aislamiento en los puntos de vista que tantas veces nos han separado, en los surcos del tiempo. Más la caridad es aquella fuerza divina que nos disloca de nuestras propias torres individuales para la reunión sublime de unos para
con los otros.
Detengámonos en semejante realidad para convertir las horas de que disponemos en escalones hacia la Vida Mayor, a la búsqueda de los entes que más amamos.
… atravesamos en la Tierra momentos difíciles, en lo que atañe a los valores espirituales, porque las agitaciones del ambiente humanos nos incitan a exámenes de fraternidad y comprensión, en todos los momentos de la vida.
No nos eludamos.
Ayer os separasteis de las personas queridas hoy domiciliadas en el Más Allá, mañana seréis vosotros los compañeros que nos compartirán las fajas de vida nueva.
… elevémonos por la ejecución del programa de Cristo al que estamos llamados:
“Amaos los unos a los otros como yo os amé”.
… auxiliemos para que seamos auxiliados.
Comprendamos para ser comprendidos.
Atendamos a los recursos del corazón para socorrernos unos a los otros.
Pacifiquémonos, por dentro, para tranquilizar la vida que se nos extiende alrededor de los pasos.
… si indagares, aun hoy, en cuanto a la solución de los problemas que os afligen la actualidad terrestre, la respuesta-síntesis aún es aquella de hace dos mil años –“caridad de unos para con los otros”.
Caridad que se os exprese en respeto y entendimiento fraternal en las relaciones de cada día. Caridad que se torne gentileza delante de la agresividad; paciencia para con el desequilibrio; fe viva ante las llamadas desilusiones del camino; optimismo al frente de las pruebas; bendición para con todos aquéllos que maldicen; auxilio para con los más jóvenes en la experiencia física, en forma de bondad y comprensión de las luchas que por ventura cargaren; consuelo en favor de cuantos se vean transitoriamente detenidos en la madurez avanzada del cuerpo en marcha ante la renovación…
Caridad de los que saben, ayudando fraternalmente a los que ignoran; de los que disfrutan salud corporal delante de cuantos se vean corroídos por los agentes de la enfermedad; de los más fuertes, sustentando a los flacos e indecisos, de los que yacen exhaustos en los problemas inquietantes de la vida; de los que pueden distribuir, por lo menos, migajas de auxilio en el amparo a los que se vieron encarcelados en abatimiento y penuria; de los que son apoyados por la realización de sus propios ideales en la sustentación de los que lloran en la angustia; de todos los que pueden auxiliar, de ese o de aquel modo, para construir el Mundo Mejor.
Tan sólo en la caridad –luz divina- fluyendo de nosotros en la dirección de los demás, conseguiremos mejorar lo que somos y lo que tenemos, para que seamos lo que nos corresponde ser y alcanzar los valores que deseamos..
… recordemos: Cristo resurgió para que resurjamos, enseñó para que aprendamos, nos amó tanto como nos ama siempre, para que sepamos realmente amarnos mutuamente y vino hasta nosotros para que nos elevemos hasta Él, conduciendo por el amor a los que nos comparten la existencia, en la edificación de la Tierra más feliz..
BEZERRA, CHICO Y USTED/ Bezerra de Menezes
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