lunes, 22 de noviembre de 2021

De la aprensión a la muerte

  INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Entrevista a Divaldo: En atendimiento fraterno; Temores

2.- En el intercambio

3.- De la aprensión a la muerte

4.- ¿ Dónde podemos encontrar las Verdades de la Vida?




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     ENTREVISTA CON DIVALDO:         


   
ATENDIMIENTO FRATERNO:  TEMORES

(Proyecto Manuel Filomeno de Miranda)

Joao Neves: - En el Atendimiento Fraterno hemos observado un miedo acentuado en las personas: miedo de dolencia, miedo de la muerte, miedo de la brujería, miedo de asumir compromisos mediúmnicos en clima de respetabilidad. Háblenos un poco sobre eso.


Divaldo: - La falta de información es enemiga del progreso. La falta de información es peor que la ignorancia total, porque la información equivocada, la media verdad son más peligrosas que la mentira. Infelizmente, abunda a nuestro alrededor la media verdad. Existen aquellos que se complacen en transformar la mediumnidad en un instrumento adivinatorio. El hecho de ser médium le daría el poder de saberlo todo, de entenderlo todo y de resolverlo todo. Es una media verdad. El médium, como el nombre dice, es instrumento, aquel que se encuentra en el medio. Cuando asimila la información de que se hace objeto, se torna instrumento lúcido; cuando apenas transmite sin conciencia, es instrumento automático que no lucra, que no se beneficia con la oportunidad de que disfruta.

Alguien, un día, me dijo: - Conversando con Chico Xavier, noté que él es muy culto, que habla correctamente, que no comete errores gramaticales ni prosódicos, y que tiene informaciones muy seguras; sin embargo, dicen que él tiene tan sólo el curso primario.
Le respondí: - Es verdad. El hizo el curso primario dentro de la propuesta convencional, pero consideremos que, desde niño, él dialoga con los Maestros, los Espíritus nobles que vienen a la Tierra, y no tan sólo expresándose en lengua brasileña, porque vivieron aquí en el país, sino también Espíritus de escuela en las áreas de la Ciencia, de la Filosofía, de las Artes... Es toda una existencia de constante aprendizaje. Cuando psicografía, filtra el mensaje de los Espíritus, después lo lee, lo dactilografía, relee, envía en libro, que termina por recibir, volviéndose a enterar de todo su contenido. Es natural que aprenda.

Él no puede ser tan rústico como nosotros. Si aprendemos lo que los Espíritus escriben por su intermedio, leyéndole los libros, es obvio que el mismo leyéndolos muchas veces, los conoce más que nosotros. Además, él pregunta a los Autores, que le presentan añadiduras, que le traen esclarecimientos más complejos, y que le dicen cosas que no están escritas. De ese modo, Chico Xavier no es solamente una persona bien informada, es un sabio, porque oculta su sabiduría, evitando constreñir nuestra ignorancia.

Es natural, por tanto, que en ese trabajo del Atendimiento Fraterno procuremos iluminar la propia conciencia, cuanto sea posible, ofreciendo a los individuos una visión cualitativa, principalmente de lo que la Doctrina Espírita es, de lo que les está reservado, para que, naturalmente, esclarecidos, muden de comportamiento a mejor.

Esa conquista iluminativa puede encontrarse en el estudio de la Doctrina, en la convivencia con los Buenos Espíritus, en los diálogos que mantenemos unos con los otros, y además, en la sintonía permanente que deberemos preservar después de que el Atendimiento Fraterno termina y vamos hacia casa.

José Ferraz: - ¿Cómo conducir la orientación hacia una señora casada que adulteró y se arrepintió; y sin embargo, su amante continúa con la actitud persistente de dar continuidad a la unión irregular, inclusive, amenazándola de contárselo al traicionado?

Divaldo: - Todos disfrutamos del derecho de errar, pero tenemos el deber de recuperarnos. Si la persona no tuvo resistencias y asumió un compromiso extraconyugal, al despertar del problema, que tome la actitud rigurosa de interrumpirlo. El Evangelio habla con claridad que, dándose cuenta, Simón Pedro percibió el gran error de haber negado a Jesús. Se rehabilitó, entregándole toda la vida; y dándose cuenta, María de Magdala identificó el abismo en el que se encontraba, se levantó, convirtiéndose en la gran mensajera de la resurrección; y dándose cuenta, Judas no tuvo resistencia, cometiendo un crimen peor: el suicidio...

La persona que llega a darse cuenta, debe asumir las consecuencias de su acto, y no volver a caer.

No se trata de una teoría; es una terapia.

Si hubiera amenaza por parte del explotador; díganle: - Muy bien, que la cumpla, y que quede en paz, evitándose proseguir en la fosa de la degradación, ya que, el chantajista, además de venal, es perverso.

La mujer estaba engañada y despertó, no entrando más en la sombra.

Nuestras equivocaciones podemos rescatarlas hoy, mañana o más tarde, siempre hay tiempo de hacerlo. Si el adúltero lleva al conocimiento del esposo, y cobra, que ella tenga la lealtad de decir: - Infelizmente, es verdad hasta determinado punto; ahora basta. – Que tome él la actitud que le convenga, porque ella ya tomó la suya: cambiar de vida a mejor, con el derecho de rehabilitarse.

Si el ofendido la abandona, el problema, ahora, será de él.

Porque se esté bajo amenaza, no es justo continuar corrompiéndose más.

“ENTREVISTA CON DIVALDO FRANCO”. Atendimiento Fraterno, Proyecto Manuel Philomeno de Miranda.

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               EN EL INTERCAMBIO


… agradezcamos, antes de todo, la bendición del intercambio entre 
nosotros y la enseñanza evangélica que no es administrada por la Doctrina Espírita bajo nueva luz.
    Indudablemente traéis con vosotros las lides y dificultades, las indagaciones y luchas que os hablan de cerca a cada uno.
    Aspiráis a recoger soluciones a las pruebas que os visitan y muchos, naturalmente, aguardáis una palabra individual del Más Allá, que os despierte el espíritu en más alto nivel de entendimiento.^ Aun así, somos nosotros los compañeros humildes del limiar que os encuentra en el pórtico de la comunicación entre los dos planos de vida, no sólo saludándoos la fe y la bondad, sino igualmente para deciros que, por el momento, somos problemas
que se unen en la misma expectativa de más trabajo para que vayamos
a superar las sombras que aún nos asaltan los caminos.

… perseveremos en la tarea de estudiar, clareando la senda que nos desdobla al frente y de servirnos unos a los otros para la adquisición de la luz que nos proponemos fijar en nosotros.

Muchos son los amigos espirituales presentes a nuestras oraciones y por nosotros a través de nuestra palabra sencilla os desean paz y alegría, seguridad y éxito en la ejecución de los compromisos que asumimos.

Aunque nuestro anhelo de responderos individualmente, en el intercambio, somos forzados, muchas veces, por las circunstancias a restringirnos a la oración en común en cuyo clima sorprendemos siempre las su gestiones de lo Más Alto, encendiendo nuevas llamas de fe y amor que nos orienten hacia adelante : aguardemos lo mejor, trabajando y amando..

 
De mensaje recibido BEZERRA, CHICO Y USTED/Bezerra de Menezes
14.08.1971 Luz progreso y paz

- ( Por Marco Antonio González )

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       DE LA APRENSIÓN A LA MUERTE

                                 

ALLAN KARDEC

Revista Espírita, febrero 1865

El hombre, sea cual fuere el grado de la escala al que pertenezca, desde el estado salvaje, tiene el sentimiento innato del futuro. Le dice la intuición que la muerte no es la última palabra de la existencia y que aquellos que lamentamos no están perdidos sin retorno. La creencia en el futuro es intuitiva y infinitamente, más general que la de la nada. ¿Cómo es pues, que, entre los que creen en la inmortalidad del alma, aun se encuentra tanto apego a la cosas de la Tierra, y tan grande aprensión a la muerte?
La aprensión a la muerte es el efecto de la sabiduría de la providencia, y una consecuencia del instinto de conservación común a todos los seres vivos. Ella es necesaria en tanto el hombre no esté bastante esclarecido en cuanto a las condiciones de la vida futura, como contra peso a la tendencia que, sin ese freno, lo llevaría a dejar prematuramente la ida terrestre, a menospreciar el trabajo de aquí, que debe servirle para su adelantamiento.
En por seso que, en los pueblos primitivos, el futuro no pasa una vaga intuición, más tardes simple esperanza; en fin, más tarde una certeza, pero aún contrabalanceada por un secreto apego a la vida corporal.
A medida que el hombre comprende mejor la vida futura, disminuye la aprensión a la muerte; pero al mismo tiempo, comprendiendo mejor si misión en la Tierra, espera si fin con más calma, resignación y sin miedo. La certeza de la vida futura da otro curso a sus ideas, otro objetivo a sus trabajos; antes de tener certeza, solo trabaja para el presente; con esta certeza trabaja con vistas al futura, sin descuidar el presente, porque sabe que su futuro depende de la dirección, más o menos buena que de al presente. La certeza de reencontrar a los amigos después de la muerte, de continuar las relaciones que tuvo en la Tierra, de no perder el fruto de ningún trabajo, de crecer incesantemente en inteligencia y perfección, le da paciencia para esperar y coraje para soportar la momentánea fatiga de la vida terrena. La solidaridad que ve establecerse entre los muertos y los vivos, le hace comprender la que debe existir entre los vivos; desde entonces la fraternidad tiene su razón de ser y la caridad un objetivo en el presente y en el futuro.
Para liberarse de las aprensiones a la muerte, debe poder encararla bajo su verdadero punto de vista, esto es penetrar por el pensamiento en el mundo invisible y tener hecha una idea de él tan exacta cuando es posible, lo que denota en el Espíritu encarnado un cierto desarrollo y una cierta aptitud para desprenderse de la materia. En los que no son suficientemente avanzados, la vida material aún predomina sobre la vida espiritual, ligándose a lo exterior, el hombre sólo ve vida en el cuerpo, al paso que la vida real está en el alma; estando el cuerpo privado de vida, a sus ojos todo está perdido y se desespera. Si, en vez de concentrar el pensamiento en la vestimenta externa, la volviese para la fuente misma de la vida, sobre el alma, que es el ser real, sobreviviente a todo, lamentaría menos el cuerpo, fuente de tantas miserias y de tantos dolores. Pero para eso es preciso una fuerza que el Espíritu solo adquiere con la madurez.
La aprensión a la muerte depende, pues, de la insuficiencia de las nociones sobre la vida futura; pero denota la necesidad de vivir, y el miedo que la destrucción del cuerpo sea el fin de todo. Es, así, provocada por el secreto deseo de sobrevivencia del alma, aún velada por la incertidumbre.
La aprensión se debilita a medida que se adquiere la certeza; desaparece cuando la certeza es completa.

Extraído de la Revista “La Idea” N° 614

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¿ Dónde podemos encontrar las Verdades  de la Vida?

      Encontrar la Verdad profunda y el sentido de la Vida, supone el esfuerzo individual de cada persona , y esto no se logra sin haber adoptado antes una mentalidad limpia, abierta y libre de preconceptos y de prejuicios que nos lo impidan.

       Encontrar una verdad a veces requiere método, y tal vez uno de los métodos más eficaces y resistentes al tiempo, sea el de la Meditación por la que podemos intuir verdades que así nos llegan desde otras mentes en el  plano Espiritual, o también el método adoptado por S.Tomás de Aquino. Este analizaba frases de autores consagrados y las analizaba y contestaba con todo rigor hasta llegar a nuevas verdades, sin importarle si estas agradarían o no, a cristianos o paganos, griegos o árabes, etc. Su único deseo y fundamento era detectar la Verdad real, fuese cual fuese.

    La búsqueda de la verdad también requiere a veces, que pongamos en duda las conclusiones de la sabiduría popular que a veces están impregnadas de supersticiones y de errores, así como  las afirmaciones precipitadas que en ocasiones  hace la Ciencia o los razonamientos filosóficos que nos presentan.

    A quienes buscan la Verdad y el sentido de la vida, yo les sugiero  que comiencen  por documentarse previamente del modo más amplio posible, adquiriendo un conocimiento lo más profundo posible sobre el tema en cuestión, leyendo, estudiando, y siempre analizando, comparando temas científicos, filosóficos y espirituales de modo que puedan meditar estas lecturas con fundamento, poniendo a funcionar la mente analítica para seleccionar y asimilar lo que se lee para aprender a diferenciar las verdades de los errores, de modo que se pueda aceptar libremente lo que se comprenda, o bien descartar lo que no  encaje en nuestra razón y conciencia, aunque sin desechar ni negar nada en principio, pero  reservándolo aparte por si acaso mas adelante nos encaja como la pieza que faltaba en nuestro “puzzle” particular .Es necesario que se piense y se argumente con la mayor objetividad y nobleza,olvidando ciertos  preconceptos anticuados, mas propios de la Edad Media.

      Se deben relacionar los aspectos de la cuestión que se analiza y medita, con otros aspectos dentro del contexto en que se presenta. Si no se actúa así se corre el riesgo de llegar a defender como verdad absoluta algo que si acaso es tan solo una verdad a medias.

    Un punto muy importante a tener en cuenta, es el saber que siempre tenemos cerca, en nuestra área de influencia psíquica y mental, a nuestro Guía espiritual, que por la vía de la intuición, nos puede hacer llegar con frecuencia, aquellas idéas que vemos surgir en nuestra mente, sin comprender a veces  de dónde nos vienen; o sea, que siempre que meditemos en un tema, debemos pedir ayuda a ese Guía que todos tenemos y solicitarle su intuición y apoyo para alcanzar el fin propuesto.

     Parece tarea difícil, pero es tan simple como  el admitir solamente aquello  que se compruebe, se comprenda, se sienta o se intuya como verdadero, guardando  lo demás en “cuarentena” como algo dudoso e inseguro. Esto supone el estar dispuesto a sustituir si llegara el caso, los propios conceptos que tenemos arraigados, por otros nuevos que se puedan ajustar más a nuestro íntimo sentido de la lógica y de la Verdad, sin aferrarnos fanáticamente a viejas ideas muchas veces heredados de tradiciones ancestrales, o propios de la sociedad en donde vivimos, pues la experiencia de cada día nos enseña que muchas veces las cosas que un día creímos de un color, otro día  descubrimos que lo eran de otro y tenemos que estar dispuestos a rectificar por ello los conceptos anteriores para seguir siendo fieles a nosotros mismos en nuestra particular búsqueda de la verdad. Recordemos el dicho: “Rectificar es de sabios”.

      Debemos desnudar el alma de tantos dogmas y conceptos que hemos heredado de la sociedad humana, que son tenidos como verdades inamovibles y que terminan siendo creencias tradicionales admitidas solo por eso y en las que no se entra a cuestionar, pero que nada tienen que ver con la verdad. Los dogmas de fe, como afirmaciones indemostradas,  sean de la clase que sean, solo son barreras mentales que debilitan la capacidad de razonar libremente y de comprender, para quienes los aceptan o mantienen.

        La Verdad profunda nos da una indefinible seguridad interior y  cuando al fin se encuentra, nos convence y casi nos deslumbra por dentro,  causándonos  una sensación de satisfacción íntima.

      Las teorías sobre conceptos de Verdad, son necesarias para clarificarnos a nosotros mismos, pero no sigamos creyendo encontrarla en tal religión, ni en tal filosofía ni en  un libro sagrado o  en ninguna otra doctrina, sino que finalmente la encontraremos en nuestro interior cuando nos sintamos predispuestos a darnos  a los demás, ayudando a quien lo necesite. Cada cual deberá buscar  su Verdad  principalmente en la práctica de bien, del trabajo  y de la entrega a los demás,  así como de nuestras intuiciones, y así  encontraremos cada uno finalmente  nuestra gran Verdad sobre todo lo trascendente que nos rodea y que da sentido a nuestra vidas..

        La Meditación, como ya se ha señalado,  nos puede poner  en contacto con la Verdad, la Oración nos aproxima a su Esencia y la práctica de la Caridad nos facilita su vivencia. La virtud de la Humildad nos abre la puerta del corazón para que penetre la Verdad, y la fe nos facilita el que la incorporemos en nuestros sentimientos y en nuestras vidas.

- Jose Luis Martín-

 “El que busca la Verdad tiene que ser mas humilde que el polvo; todo el mundo lo aplasta bajo sus pies”     -Gandhi –

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