INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Algunos apuntes sobre Espiritismo
2.- El "tener" y el "ser" en los desafíos de la convivencia
3.- Reflexiones: La muerte ante el enigma de la vida
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Algunos apuntes sobre Espiritismo
Este fue un hombre de ciencia y
de método, alumno aventajado de Pestalozzi,
que en su interés por hallar respuestas a los fenómenos de las llamadas
"mesas danzantes", y mediante consultas con Espíritus Superiores, a
través de diversas mediumnidades colaboradoras, fue conformando un conocimiento
espiritual y una filosofía de consecuencias morales y éticas válidas para toda la Humanidad.
El trabajo de Kardec, ordenando y
clasificando las respuestas obtenidas, con los conocimientos vertidos en ellas,
tuvo la característica de una Ciencia de observación, naciendo así la Doctrina Espírita, que hasta
hoy se ha ido ampliando poco a poco con la aportación de otros muchos
espiritistas y médiums, observadores y
estudiosos de la Doctrina, así como de
otros muchos Espíritus comunicadores que nos han ido dejando sus enseñanzas de
vida y experiencias, ampliando y mejorando el sentido general del hombre sobre
la faz de la Tierra.
El Espiritismo tuvo sus antecedentes en el médium y
clarividente sueco Emmanuel Swedemborg, en cuyas obras quedó plasmada la idea
espírita que luego ampliarían los Espíritus de la Codificación y divulgaría más
tarde Allan Kardec.
La corriente del nuevo
espiritualismo fue denominada en un principio “Moderno Espiritualismo”, y más tarde el propio codificador le llamó Espiritismo, para así diferenciarlo de las demás corrientes
espiritualistas; este nació previamente a partir de los sucesos extraordinarios
(paranormales) de Hidesville, en el Estado de Nueva York, en donde por primera
vez quedó constancia de las manifestaciones de un Espíritu en casa de la familia Fox, en donde por medio
de un código establecido de golpes que se repetían en la pared , las tres
chicas que en ella vivían se comunicaban con el espíritu de un hombre allí fallecido
anteriormente, cuyos restos, a indicación de él mismo, aparecieron más tarde enterrados bajo el
sótano.
El fenómeno de las “mesas
danzantes”, se divulgó y extendió en
muchos salones sociales por toda Europa. Allán Kardec se interesó por el
estudio de esos fenómenos que
proliferaron y se popularizaron en aquella época como entretenimientos o juegos
de salón , por lo que se pusieron de moda este tipo de fenómenos paranormales
que se da ban por doquier y fueron motivo de divertimento en muchos sitios. El efecto de mover las mesas era atribuido a
una fuerza natural de atracción entre elementos materiales, descubierta un
siglo antes por el alemán Franz Antón Mesmer;
a dicha fuerza la llamó
magnetismo por similitud con la atracción magnética; pero cuando informaron a
Kardec de que estas mesas contestaban a preguntas que les hacían mediante un
número de golpes previamente concertados
con las "mesas", capaces de elevarse en el aire solas, sin apoyo,
golpeando sobre el suelo con alguna de sus patas, inmediatamente dedujo que un
efecto inteligente como lo era aquel, que producía respuestas inteligentes, solo podía proceder a su vez de una causa inteligente. A partir de entonces
se interesó seriamente por estos
fenómenos y pronto obtuvo, gracias a su constancia y a su método de análisis y
de investigación, los fundamentos de esta doctrina filosófica de bases universales,
en la que Kardec tuvo el mérito de clasificar y ordenar las enseñanzas de los
Espíritus Superiores que a través de hasta diez médiums diferentes,
intervinieron en tan magna obra, según los temas y preguntas efectuadas a los
mismos , quedando finalmente estructuradas y registradas en sus obras "El Libro de los Espíritus",
que vio la luz el 18 de abril de 1858; obra de carácter filosófico, científico
y moral, fue el primero de una saga de
cinco libros que fueron apareciendo después:
Un opúsculo extractado titulado “¿Qué
es el Espiritismo?"; “El Libro de los Médiums” en donde trata la
mediumnidad como el carácter experimental del Espiritismo; “El Evangelio según el Espiristismo” de carácter moral, en donde
profundiza y aclara muchos temas del Evangelio de Jesús y sus enseñanzas ; “El Cielo y el Infierno” de corte filosófico y testimonial; “El Génesis” de carácter más científico
y todo ello completado con la “Revista Espírita “ que Kardec dirigió
y editó hasta el final de sus días, así como otros muchos escritos doctrinales y biográficos que
se recogieron después de su muerte en la obra titulada “Obras póstumas”.
Siendo el Espiritismo una
doctrina espiritualista, es de consecuencias morales, pero no religiosas, y es
por ello que para su diferenciación con las demás doctrinas espiritualistas o
religiosas, Allan Kardec le dio la
denominación actual. Por tanto, se puede afirmar que el Espiritismo no es una religión, ni menos aún una secta, pues no tiene las
características que tienen en común las diversas religiones ni las sectas
religiosas.
El Espiritualismo engloba toda
doctrina que admite, como lo hacen las religiones, la existencia de Dios y del
alma o espíritu, por eso, todo espiritista es espiritualista, pero sin embargo,
todo espiritualista no es espiritista cuando ignora o rechaza principios espíritas, tal como las leyes
espirituales, la pluralidad de existencias, la posible y real comunicación con los Seres desencarnados y la
existencia de otros mundos planetarios.
El Espiritismo
no busca hacer competencia a
ninguna religión, pues ni lo es ni pretende serlo, aunque su práctica lleva a
algunos espíritas a integrarlo en sus vidas, haciendo de él su religión particular, natural e íntima. Su aspecto
religioso se podría equiparar por ejemplo, con un gran aficionado al deporte o
a la música, del que se dice que puede hacer de su extraordinaria vocación su religión, pero el deporte en sí mismo ni la
música, no son ninguna religión.
Por otro lado esta filosofía, llamada
"Doctrina Espírita", adopta y amplifica los elevados conceptos
morales enseñados por Jesús de Nazaret y otros grandes enviados que han pasado
por la historia de la humanidad dejando sus huellas morales y sus enseñanzas.
Por tanto para el espírita el conocimiento de la doctrina supone un compromiso íntimo de coherencia con
su comportamiento ético , según las enseñanzas de Cristo.
El Espiritismo
nos señala el camino de nuestra evolución y de progreso moral, viviendo
normalmente en el mundo material, pero sin estar apegados a las cosas de este
mundo en el que estamos de paso, porque
sabemos que todos somos Espíritus inmortales y que nuestro destino final lo será en el mundo espiritual. El Espiritismo, en cuanto a su sentido ético
y moral,
viene a ser como el Cristianismo
en su primitiva esencia, libre de dogmas y de ritos, impulsándonos a ser cada día mejores para con nosotros mismos y con los demás ayudándoles a evolucionar con nuestro apoyo y ejemplo.
Siendo los Espíritus
comunicantes Seres que existen en otro
plano de existencia, antes ellos también fueron
seres humanos que ya atravesaron el umbral de la muerte y continuaron su
existencia sin el componente material que nos caracteriza a los humanos. Bien puede
decirse que la grandeza de esta filosofía está en la constatación y
comprobación de que la muerte del ser humano, entendida como la extinción total
del Ser, no existe. Por eso, el
Espiritismo es la única Ciencia y filosofía
de la que se podría decir que “ mató a la muerte.”
La filosofía y moral espíritas se basa en las observaciones y
comprobaciones de carácter científico y
racional sobre las relaciones que se pueden establecer con
el mundo de los Espíritus, tal como lo estableció Allan Kardec, formando así, a
través de esas relaciones, una doctrina filosófica y moral basada en el laicismo,
en el racionalismo y en el libre
pensamiento. Su predicamento moral es el Amor y su necesaria característica es la Caridad y la tolerancia para con todas las otras ideas y
doctrinas.
El conocimiento científico y filosófico de la
Reencarnación son dos de los pilares
básicos y fundamentales del Espiritismo; el otro pilar es el de la comunicación
entre los vivos y los llamados muertos, como
fenómeno posible y real, a través de la Mediumnidad, como vía y medio normal y natural para llevarlo a cabo. Además
de estos pilares mencionados, el
Espiritismo en su aspecto filosófico adopta el determinismo de la Ley de Causa y Efecto. Asimismo por el
conocimiento de la reencarnación, admite la lógica de que haya otros muchos mundos
habitados en el Universo,
El Espiritismo siempre ha
constituido una corriente espiritual cuya temática e interpretación siempre han
sido y aun son tan lamentablemente desvirtuadas por sus grandes enemigos: el
materialismo, las religiones y la ignorancia que tantas veces nos pone a
prueba con los preconceptos.
Al cabo del tiempo, también ha sido a veces
mixtificado y falsificado por ciertas corrientes
esotéricas, auténticos Caballos de Troya, en donde se mezclan otras filosofías y
corrientes espiritualistas distorsionadas, procedentes de posibles comunicados
del mundo espiritual, pero de muy dudoso contenido moral y filosófico, con las
que se trata de poner en entredicho las enseñanzas de la legítima Doctrina
Espírita codificada por Allan Kardec.
Desde sus orígenes, siempre ha sido muy
vilipendiado, sobre todo por el materialismo al que no interesa la existencia
de lo espiritual, y aunque parezca un
contrasentido, sobretodo por las religiones cristianas que han tratado de
hacerlo aparecer como una doctrina satánica para que las gentes temerosas no se
acerquen a sus enseñanzas que muchas veces contradicen algún dogma religioso. Nada mas contrario a la realidad que las
difamaciones y absurdos que le han
achacado sus enemigos, pues rechazar el Espiritismo es rechazar su moral y
rechazar su moral es rechazar la Moral común a todas las religiones
espiritualistas del mundo, porque el sentido ético y moral de la Humanidad, es
uno solo, aunque manifestado en diversas creencias y religiones. Sin embargo, como
ya se ha dicho, el Espiritismo no es una religión, en cuanto que no es una
organización religiosa, ni tampoco una secta en la que existan sacerdotes o
pastores, ni jerarquías eclesiásticas, ni sacramentos, velas, inciensos,
ceremonias, cánticos o rituales.
En el “Evangelio según el
Espiritismo”, ya se define este como la tercera Revelación o como el Consolador
prometido por Jesús, que sería enviado para aclarar y ampliar los conceptos que
Él había enseñado, porque entonces “no lo dijo todo”. Las anteriores
revelaciones fueron , primeramente la dada a Moisés en el monte Sinaí, con los
Diez Mandamientos y las enseñanzas de
Jesús reflejadas en los Evangelios la
segunda; finalmente ha habido una tercera que como una continuación o ampliación de la
segunda, viene a ser precisamente el Espiritismo que no recayó sobre una sola
persona enviada para tal fin revelador, sino que ha sido transmitido por muchos
Espíritus Superiores que participaron en la llamada Codificación de Allan
Kardec y que sentaron las bases sobre las que se ha desarrollado la enseñanza
espiritual y moral que iniciaron para impulsar la evolución espiritual del ser
humano de nuestra época.
Allan Kardec imprimió al Espiritismo el
carácter de “Ciencia Experimental” y lo definió como la Ciencia que trata la
naturaleza, origen y destino de los espíritus, y sus relaciones con el mundo
corporal. Es por lo tanto, una ciencia de observación y una doctrina
filosófica, de la que se desterró el carácter de lo utópico o de lo
sobrenatural que sostienen las religiones.
La base de su filosofía es el razonamiento, y
el carácter ético y moral que se deduce
de esta filosofía y da mayor sentido y
ampliación a las enseñanzas contenidas en el Evangelio de Jesús; tanto es así
que Kardec llegó a afirmar que al verdadero espiritista se le debe
distinguir por su transformación moral.
Uno de los argumentos que algunas
religiones aducen en contra del Espiritismo es el de que las invocaciones a los
Seres de ultratumba son algo negativo porque son hechas al utópico personaje de Satanás. En efecto, a
los Espíritus se les invoca llamándolos en auxilio o ayuda, solicitando su
protección o la de nuestros ángeles guardianes; pero ¿ acaso no es eso mismo lo
que hacen las religiones en sus respectivas iglesias cuando oran?, ¿acaso en
las oraciones de esas religiones no se pide la ayuda o intervención de algún
Santo que ya no está en este mundo?. Al
respecto es de subrayar que en las sesiones mediúmnicas del Espiritismo, no se
evoca concretamente a ningún ser
fallecido porque si está en fase de adaptación y recuperación de sus facultades
en el más allá, eso supondría la posibilidad de perturbarlo y perjudicarlo.
Ellos cuando se comunican lo hacen voluntariamente, sin que se les llame
específicamente y con el permiso de otros Espíritus Superiores. Por otro lado, si los espíritus malos o demonios son libres para acudir al llamado de los hombres, ¿por qué los buenos iban a carecer de ese derecho a la comunicación con el mundo de los que nos llamamos vivos?
Los enemigos del Espiritismo en su ignorancia
o mala fe, siempre han tratado de confundir a la gente haciendo creer que el
Espiritismo es algo así como un juego algo macabro y misterioso con sesiones
mediúmnicas para hablar con los "muertos", o sesiones de brujería, de
magia y misterio , que contacta con el Más Allá y utiliza para ello el mal llamado “juego de la Oüija”, o que es
cosa del demonio. Sin embargo, como ya se ha explicado, el Espiritismo nada
tiene que ver con esos conceptos supersticiosos. Algún día la humanidad
reconocerá todo el bien que esta doctrina ha hecho y hace a las gentes, por las
aclaraciones y las orientaciones que ofrece, y comenzará a ser respetado y
tenido en cuenta en el lugar que le corresponde, pues ya nadie podrá tener en
contra de él ningún prejuicio.
A veces al Espiritismo se le ha confundido con
la mediumnidad, y sin embargo son dos conceptos bien diferenciados. Se puede
ser médium y hacer sesiones mediúmnicas sin ser espírita, - ya hemos dicho que
el Espiritismo es una doctrina filosófica de consecuencias morales- por lo que también se puede ser espirita y no ser medium, ni participar nunca en sesiones
mediúmnicas. La mediumnidad solamente es un “medio”, un elemento de
comprobación y utilidad dentro del Espiritismo, que nada tiene que ver con
demonios, ni ritos satánicos, ni brujerías, ni otros cuentos de terror para
niños. Las prácticas mediúmnicas en si mismas, no son Espiritismo; si acaso se
las debería llamar “mediumnismo”; por otro lado les achacan a las mismas una
intervención exclusivamente demoniaca, pero los intereses “antiespíritas”
ocultan cuidadosamente los conceptos filosóficos y éticos que contiene el
auténtico Espiritismo y que se obtuvieron a través de las mediumnidades.
El Espiritismo no pretende ser
una doctrina cerrada ni dogmática, pues está abierto a los nuevos conceptos y
afirmaciones que vaya comprobando la Ciencia al paso del tiempo. El mismo
Kardec advierte en uno de sus escritos, que en donde haya que adoptar, corregir
o modificar algún concepto por este motivo, se hará, porque el Espiritismo
siendo una filosofía progresista, siempre deberá marchar de la mano de la
Ciencia. Finalmente el Espiritismo, siendo una filosofía espiritualista y no
una religión, debe llegar a ser algún
día el lazo que deberá unir a la Ciencia y a la religión, tanto tiempo
divorciadas.
El Espiritismo desde su formación con la
Codificación espírita de Allan Kardec, investigó y definió los mismos fenómenos
que actualmente estudia la Parapsicología moderna. Esta tuvo su antecesor en la
Metapsíquica, pero el Espiritismo se diferencia de ambas en que adopta una
posición doctrinaria definida, de carácter filosófico y moral, mientras que la
Parapsicología no contiene ninguna filosofía ni moralidad consecuente, aunque
hay parapsicólogos que a título personal sustentan la filosofía y moral
espíritas.
Allan Kardec en el Libro de los Espíritus,
dejó claro que la fuerza del Espiritismo radica en la universalidad de las
informaciones, pues él se sirvió de diversos
médiums, personas de diferentes creencias, clases sociales etc. En su
estudio de la mediumnidad dejó claro que todos somos mediums en diferentes
grados y formas, y precisamente este fue el mérito de esta doctrina que
transformó así en ley natural lo que a lo largo de la historia había sido considerado
como misterioso, sobrenatural, brujería, alineación mental y atraso cultural.
Por eso el Espiritismo ha rasgado el velo de los misterioso y de lo
sobrenatural, mostrando que esto último en realidad no existe, pues absolutamente todo
en el universo esta regido por leyes naturales. Lo que ha sucedido es que el
ser humano cuando ha observado ciertos efectos de los que no ha podido ver las
causas, enseguida ha colgado en estos casos el cartel de “sobrenatural” o "milagroso"
En conclusión, el conjunto de fundamentos históricos y
morales del Espiritismo, constituyen una serie de razonamientos y de hechos que
deben abrir nuestras mentes a la comprensión y hacernos conscientes de que
estamos comprometidos a ser de algún modo protagonistas en la evolución del
planeta, evolucionando nosotros mismos y ayudando a los demás.
- Jose Luis Martín-
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EL "TENER" Y EL "SER" EN LOS DESAFÍOS
DE LA CONVIVENCIA
REFLEXIONES
La muerte ante el
enigma de la vida
La muerte en octubre de 2011 del exitoso emprendedor
norteamericano Steve Jobs, dio lugar al rescate de aspectos interesantísimos de
su vida.
La amplia divulgación de un discurso pronunciado por él en el año
2005 a graduados de la Universidad de Stanford, reveló su profundo discernimiento
acerca del fenómeno de la vida y de la muerte.
Contó que al saberse portador de un cáncer que le acometió
relativamente joven, decidió poner en práctica la enseñanza de que se debe
vivir cada día como si fuese el último de la vida. Recordando que nadie quiere
morir, incluso aquellos que creen que irán al Paraíso, su discurso, no
obstante, sugiere que la muerte debe ser tema de reflexión diaria, más allá de
estímulo a una vida correcta y útil.
Anteriormente a Jobs, el importante filósofo compatriota suyo,
George Santayana, escribió que el verdadero valor de una filosofía debe ser
medido por la forma como ella encara la muerte. Tal vez esté ahí la razón por
la cual la filosofía espiritista, busque, legítimamente, entre nosotros, asumir
merecida relevancia cultural y social. Como acostumbraba decir el insigne
escritor, orador e investigador espiritista brasileño, HenriqueRodrigues, a la
luz de la filosofía espiritista, muerte no es lo contrario de vida.
Si quisiéramos buscar un antónimo para muerte, podremos
encontrarlo en el término nacimiento, pues, en verdad, tanto el nacimiento como
la muerte son meros episodios inherentes a la vida.
Concebir la muerte en el contexto de una filosofía dinámica y
evolucionista es más de lo que es verla sólo como continuación de la vida, tal
como predican las religiones. Es contemplarla dialécticamente como
nacimiento-muerte-renacimiento, etapas de la necesaria y permanente renovación
del espíritu.
En ese sentido, fue, igualmente preciso, el mensaje dejado por
Steve Jobs a los universitarios de Stanford, al definirles la muerte como “el
agente de cambios de la vida”, en la medida en que “saca lo viejo y
abre camino para lo nuevo”.
En fin, es preciso admitir que en la vida nada es inútil. Todo
tiene su lugar y significación, aunque, en la posición en que, eventual y
provisionalmente, nos encontremos, no siempre podamos evaluar la importancia de
un evento. No es diferente con la muerte. El ser humano sólo podrá aquilatar su
significación cuando estuviere en condiciones de descifrar el aún, para la
mayoría, enigmático fenómeno de la vida.
Traducción: Pura Argelich
(Publicado en el diario “ZERO HORA”, de Porto Alegre (Brasil), el 01 de noviembre de 2011)
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