domingo, 28 de noviembre de 2021

Algunos apuntes sobre Espiritismo

    INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Algunos apuntes sobre Espiritismo

2.- El "tener" y el "ser" en los desafíos de la convivencia

3.- Reflexiones: La muerte ante el enigma de la vida






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          Algunos apuntes sobre Espiritismo          


   Esta doctrina apareció en el año 1857 de la mano del pedagogo francés Hipólito León Denizard Rivail, cuyo sinónimo fue  Allán Kardec, el cual, según le propusieron  los propios espíritus, corresponde al nombre que tuvo en una vida anterior en la que fue sacerdote druida .

Este fue un hombre de ciencia y de método, alumno aventajado de Pestalozzi,  que en su interés por hallar respuestas a los fenómenos de las llamadas "mesas danzantes", y mediante consultas con Espíritus Superiores, a través de diversas mediumnidades colaboradoras, fue conformando un conocimiento espiritual y una  filosofía  de consecuencias morales y éticas  válidas para toda la Humanidad.

El trabajo de Kardec, ordenando y clasificando las respuestas obtenidas, con los conocimientos vertidos en ellas, tuvo la característica de una Ciencia de observación,  naciendo así la Doctrina Espírita, que hasta hoy se ha ido ampliando poco a poco con la aportación de otros muchos espiritistas y médiums,  observadores y estudiosos de la Doctrina, así como  de otros muchos Espíritus comunicadores que nos han ido dejando sus enseñanzas de vida y experiencias, ampliando y mejorando el sentido general del hombre sobre la faz de la Tierra.

El Espiritismo  tuvo sus antecedentes en el médium y clarividente sueco Emmanuel Swedemborg, en cuyas obras quedó plasmada la idea espírita que luego ampliarían los Espíritus de la Codificación y divulgaría más tarde Allan Kardec.

La corriente del nuevo espiritualismo fue denominada en un principio “Moderno Espiritualismo”, y  más tarde el propio  codificador le llamó Espiritismo,  para así diferenciarlo de las demás corrientes espiritualistas; este  nació previamente  a partir de los sucesos extraordinarios (paranormales) de Hidesville, en el Estado de Nueva York, en donde por primera vez quedó constancia de las manifestaciones de un Espíritu  en casa de la familia Fox, en donde por medio de un código establecido de golpes que se repetían en la pared , las tres chicas que en ella vivían se comunicaban  con el espíritu de un hombre allí fallecido anteriormente, cuyos restos, a indicación de él mismo,  aparecieron más tarde enterrados bajo el sótano.

El fenómeno de las “mesas danzantes”, se divulgó y extendió en  muchos salones sociales por toda Europa. Allán Kardec se interesó por el estudio de esos fenómenos  que proliferaron y se popularizaron en aquella época como entretenimientos o juegos de salón , por lo que se pusieron de moda este tipo de fenómenos paranormales que se da ban por doquier y fueron motivo de divertimento  en muchos sitios.  El efecto de mover las mesas era atribuido a una fuerza natural de atracción entre elementos materiales, descubierta un siglo antes por el alemán Franz Antón Mesmer;  a dicha fuerza la  llamó magnetismo por similitud con la atracción magnética; pero cuando informaron a Kardec de que estas mesas contestaban a preguntas que les hacían mediante un número  de golpes previamente concertados con las "mesas", capaces de elevarse en el aire solas, sin apoyo, golpeando sobre el suelo con alguna de sus patas, inmediatamente dedujo que un efecto inteligente como lo era aquel, que producía respuestas inteligentes,  solo podía proceder a su vez  de una causa inteligente. A partir de entonces  se interesó seriamente por estos fenómenos y pronto obtuvo, gracias a su constancia y a su método de análisis y de investigación, los fundamentos de esta doctrina filosófica de bases universales, en la que Kardec tuvo el mérito de clasificar y ordenar las enseñanzas de los Espíritus Superiores que a través de hasta diez médiums diferentes, intervinieron en tan magna obra, según los temas y preguntas efectuadas a los mismos , quedando finalmente estructuradas y registradas en sus obras "El Libro de los Espíritus", que vio la luz el 18 de abril de 1858; obra de carácter filosófico, científico y moral,  fue el primero de una saga de cinco libros que fueron apareciendo después:  Un opúsculo extractado titulado “¿Qué es el Espiritismo?"; “El Libro de los Médiums” en donde trata la mediumnidad como el carácter experimental del Espiritismo; “El Evangelio según el Espiristismo” de carácter moral, en donde profundiza y aclara muchos temas del Evangelio de Jesús y sus  enseñanzas ; “El Cielo y el Infierno” de corte filosófico y testimonial; “El Génesis” de carácter más científico y todo ello completado con  la “Revista Espírita “ que Kardec dirigió y editó hasta el final de sus días, así como otros muchos escritos doctrinales y biográficos que se recogieron después de su muerte en la obra titulada “Obras póstumas”.

Siendo el Espiritismo una doctrina espiritualista, es de consecuencias morales, pero no religiosas, y es por ello que para su diferenciación con las demás doctrinas espiritualistas o religiosas,  Allan Kardec le dio la denominación  actual.  Por tanto, se puede afirmar  que el Espiritismo  no es una religión, ni  menos aún una secta, pues no tiene las características que tienen en común las diversas religiones ni las sectas religiosas.

El Espiritualismo engloba toda doctrina que admite, como lo hacen las religiones, la existencia de Dios y del alma o espíritu, por eso, todo espiritista es espiritualista, pero sin embargo, todo espiritualista no es espiritista cuando ignora o rechaza  principios espíritas, tal como las leyes espirituales, la pluralidad de existencias, la posible y real  comunicación con los Seres desencarnados y la existencia de otros mundos planetarios.

 El Espiritismo  no busca  hacer competencia a ninguna religión, pues ni lo es ni pretende serlo, aunque su práctica lleva a algunos espíritas a integrarlo en sus vidas, haciendo de él su religión  particular, natural e íntima. Su aspecto religioso se podría equiparar por ejemplo, con un gran aficionado al deporte o a la música, del que se dice que puede hacer de su extraordinaria vocación  su religión, pero el deporte en sí mismo ni la música, no son ninguna religión.

 Por otro lado esta filosofía, llamada "Doctrina Espírita", adopta y amplifica los elevados conceptos morales enseñados por Jesús de Nazaret y otros grandes enviados que han pasado por la historia de la humanidad dejando sus huellas morales y sus enseñanzas. Por tanto para el espírita el conocimiento de la doctrina  supone un compromiso íntimo de coherencia con su comportamiento ético , según las enseñanzas de Cristo.

 El Espiritismo  nos señala el camino de nuestra evolución y de progreso moral, viviendo normalmente en el mundo material, pero sin estar apegados a las cosas de este mundo en el que estamos de paso, porque  sabemos que todos somos Espíritus inmortales y  que nuestro destino final  lo será en el mundo espiritual.  El Espiritismo, en cuanto a su sentido ético y  moral,  viene a ser como el  Cristianismo en su primitiva esencia, libre de dogmas y de ritos,   impulsándonos  a ser cada día mejores  para con nosotros mismos  y con los demás ayudándoles  a evolucionar  con nuestro apoyo y ejemplo.

Siendo los Espíritus comunicantes  Seres que existen en otro plano de existencia, antes ellos también fueron  seres humanos que ya atravesaron el umbral de la muerte y continuaron su existencia sin el componente material que nos caracteriza a los humanos. Bien puede decirse que la grandeza de esta filosofía está en la constatación y comprobación de que la muerte del ser humano, entendida como la extinción total del Ser,  no existe. Por eso, el Espiritismo es la única Ciencia y filosofía  de la que  se podría decir que  “ mató a la muerte.”

 La filosofía y moral  espíritas se basa en las observaciones y comprobaciones  de carácter científico y racional  sobre  las relaciones que se pueden establecer con el mundo de los Espíritus, tal como lo estableció Allan Kardec, formando así, a través de esas relaciones, una doctrina filosófica y moral basada en el laicismo, en el racionalismo y  en el libre pensamiento. Su predicamento moral es el Amor y su necesaria característica es  la Caridad y la  tolerancia para con todas las otras ideas y doctrinas.

 El conocimiento científico y filosófico de la Reencarnación son dos de los  pilares básicos y fundamentales del Espiritismo; el otro pilar es el de la comunicación entre los vivos y los llamados muertos, como  fenómeno posible y real, a través de la Mediumnidad, como vía y medio  normal y natural para llevarlo a cabo. Además de estos pilares  mencionados, el Espiritismo en su aspecto filosófico adopta el determinismo de  la Ley de Causa y Efecto. Asimismo por el conocimiento de la reencarnación, admite la lógica de que haya otros muchos mundos habitados en el Universo,

El Espiritismo siempre ha constituido una corriente espiritual cuya temática e interpretación siempre han sido y aun son tan lamentablemente desvirtuadas por sus grandes enemigos: el materialismo, las religiones y la ignorancia que tantas veces nos pone a prueba  con  los preconceptos.

 Al cabo del tiempo, también ha sido a veces mixtificado y falsificado  por ciertas  corrientes esotéricas, auténticos Caballos de Troya,  en donde se mezclan otras filosofías y corrientes espiritualistas distorsionadas, procedentes de posibles comunicados del mundo espiritual, pero de muy dudoso contenido moral y filosófico, con las que se trata de poner en entredicho las enseñanzas de la legítima Doctrina Espírita codificada por  Allan Kardec.

 Desde sus orígenes, siempre ha sido muy vilipendiado, sobre todo por el materialismo al que no interesa la existencia de lo espiritual, y  aunque parezca un contrasentido, sobretodo por las religiones cristianas que han tratado de hacerlo aparecer como una doctrina satánica para que las gentes temerosas no se acerquen a sus enseñanzas que muchas veces contradicen algún  dogma religioso.   Nada mas contrario a la realidad que las difamaciones y absurdos  que le han achacado sus enemigos, pues rechazar el Espiritismo es rechazar su moral y rechazar su moral es rechazar la Moral común a todas las religiones espiritualistas del mundo, porque el sentido ético y moral de la Humanidad, es uno solo, aunque manifestado en diversas creencias y religiones. Sin embargo, como ya se ha dicho, el Espiritismo no es una religión, en cuanto que no es una organización religiosa, ni tampoco una secta en la que existan sacerdotes o pastores, ni jerarquías eclesiásticas, ni sacramentos, velas, inciensos, ceremonias, cánticos  o rituales.

En el “Evangelio según el Espiritismo”, ya se define este como la tercera Revelación o como el Consolador prometido por Jesús, que sería enviado para aclarar y ampliar los conceptos que Él había enseñado, porque entonces “no lo dijo todo”. Las anteriores revelaciones fueron , primeramente la dada a Moisés en el monte Sinaí, con los Diez Mandamientos y las enseñanzas  de Jesús  reflejadas en los Evangelios la segunda; finalmente  ha habido  una tercera que  como una continuación o ampliación de la segunda, viene a ser precisamente el Espiritismo que no recayó sobre una sola persona enviada para tal fin revelador, sino que ha sido transmitido por muchos Espíritus Superiores que participaron en la llamada Codificación de Allan Kardec y que sentaron las bases sobre las que se ha desarrollado la enseñanza espiritual y moral que iniciaron para impulsar la evolución espiritual del ser humano de nuestra época.

 Allan Kardec imprimió al Espiritismo el carácter de “Ciencia Experimental” y lo definió como la Ciencia que trata la naturaleza, origen y destino de los espíritus, y sus relaciones con el mundo corporal. Es por lo tanto, una ciencia de observación y una doctrina filosófica, de la que se desterró el carácter de lo utópico o de lo sobrenatural que sostienen las religiones.

 La base de su filosofía es el razonamiento, y el carácter ético y moral  que se deduce de esta filosofía y  da mayor sentido y ampliación a las enseñanzas contenidas en el Evangelio de Jesús; tanto es así que Kardec llegó a afirmar que al verdadero espiritista se le debe distinguir  por su transformación moral.

Uno de los argumentos que algunas religiones aducen en contra del Espiritismo es el de que las invocaciones a los Seres de ultratumba son algo negativo porque son hechas al utópico personaje de Satanás. En efecto, a los Espíritus se les invoca llamándolos en auxilio o ayuda, solicitando su protección o la de nuestros ángeles guardianes; pero ¿ acaso no es eso mismo lo que hacen las religiones en sus respectivas iglesias cuando oran?, ¿acaso en las oraciones de esas religiones no se pide la ayuda o intervención de algún Santo que ya no está en este mundo?.  Al respecto es de subrayar que en las sesiones mediúmnicas del Espiritismo, no se evoca concretamente  a ningún ser fallecido porque si está en fase de adaptación y recuperación de sus facultades en el más allá, eso supondría la posibilidad de perturbarlo y perjudicarlo. Ellos cuando se comunican lo hacen voluntariamente, sin que se les llame específicamente  y con el  permiso de otros Espíritus Superiores. Por otro lado, si los espíritus malos o demonios son libres para acudir al llamado de los hombres, ¿por qué los buenos iban a carecer de ese derecho a la comunicación con el mundo de los que nos llamamos vivos?

 Los enemigos del Espiritismo en su ignorancia o mala fe, siempre han tratado de confundir a la gente haciendo creer que el Espiritismo es algo así como un juego algo macabro y misterioso con sesiones mediúmnicas para hablar con los "muertos", o sesiones de brujería, de magia y misterio , que contacta con el Más Allá y utiliza para ello  el mal llamado “juego de la Oüija”, o que es cosa del demonio. Sin embargo, como ya se ha explicado, el Espiritismo nada tiene que ver con esos conceptos supersticiosos. Algún día la humanidad reconocerá todo el bien que esta doctrina ha hecho y hace a las gentes, por las aclaraciones y las orientaciones que ofrece, y comenzará a ser respetado y tenido en cuenta en el lugar que le corresponde, pues ya nadie podrá tener en contra de él  ningún prejuicio.

 A veces al Espiritismo se le ha confundido con la mediumnidad, y sin embargo son dos conceptos bien diferenciados. Se puede ser médium y hacer sesiones mediúmnicas sin ser espírita, - ya hemos dicho que el Espiritismo es una doctrina filosófica de consecuencias morales- por lo que también  se puede ser espirita y no ser medium, ni participar nunca en sesiones mediúmnicas. La mediumnidad solamente es un “medio”, un elemento de comprobación y utilidad dentro del Espiritismo, que nada tiene que ver con demonios, ni ritos satánicos, ni brujerías, ni otros cuentos de terror para niños. Las prácticas mediúmnicas en si mismas, no son Espiritismo; si acaso se las debería llamar “mediumnismo”; por otro lado les achacan a las mismas una intervención exclusivamente demoniaca, pero los intereses “antiespíritas” ocultan cuidadosamente los conceptos filosóficos y éticos que contiene el auténtico Espiritismo y que se obtuvieron a través de las mediumnidades.

El Espiritismo no pretende ser una doctrina cerrada ni dogmática, pues está abierto a los nuevos conceptos y afirmaciones que vaya comprobando la Ciencia al paso del tiempo. El mismo Kardec advierte en uno de sus escritos, que en donde haya que adoptar, corregir o modificar algún concepto por este motivo, se hará, porque el Espiritismo siendo una filosofía progresista, siempre deberá marchar de la mano de la Ciencia. Finalmente el Espiritismo, siendo una filosofía espiritualista y no una religión,  debe llegar a ser algún día el lazo que deberá unir a la Ciencia y a la religión, tanto tiempo divorciadas.

 El Espiritismo desde su formación con la Codificación espírita de Allan Kardec, investigó y definió los mismos fenómenos que actualmente estudia la Parapsicología moderna. Esta tuvo su antecesor en la Metapsíquica, pero el Espiritismo se diferencia de ambas en que adopta una posición doctrinaria definida, de carácter filosófico y moral, mientras que la Parapsicología no contiene ninguna filosofía ni moralidad consecuente, aunque hay parapsicólogos que a título personal sustentan la filosofía y moral espíritas.

 Allan Kardec en el Libro de los Espíritus, dejó claro que la fuerza del Espiritismo radica en la universalidad de las informaciones, pues él se sirvió de diversos  médiums, personas de diferentes creencias, clases sociales etc. En su estudio de la mediumnidad dejó claro que todos somos mediums en diferentes grados y formas, y precisamente este fue el mérito de esta doctrina que transformó así en ley natural lo que a lo largo de la historia había sido considerado como misterioso, sobrenatural, brujería, alineación mental y atraso cultural. Por eso el Espiritismo ha rasgado el velo de los misterioso y de lo sobrenatural, mostrando que esto último en realidad no existe, pues absolutamente todo en el universo esta regido por leyes naturales. Lo que ha sucedido es que el ser humano cuando ha observado ciertos efectos de los que no ha podido ver las causas, enseguida ha colgado en estos casos el cartel de “sobrenatural” o "milagroso"

En conclusión,  el conjunto de fundamentos históricos y morales del Espiritismo, constituyen una serie de razonamientos y de hechos que deben abrir nuestras mentes a la comprensión y hacernos conscientes de que estamos comprometidos a ser de algún modo protagonistas en la evolución del planeta, evolucionando nosotros mismos y ayudando a los demás.

- Jose Luis Martín-

 El verdadero espírita no es aquel que cree en las manifestaciones , sino aquel que hace buen provecho de la enseñanza dada por los espíritus. Nada adelanta creer, si la creencia no me hace dar un paso adelante en el camino del progreso y que lo haga mejor con el prójimo”.  -Allán Kardec-

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EL "TENER" Y EL "SER" EN LOS DESAFÍOS 

DE LA CONVIVENCIA

                                                                   

  Esos conceptos los  reformuló completamente la  Doctrina Espírita, dando un giro de ciento ochenta grados en la interpretación que en el pasado se transmitió de generación a generación, con la cual el hombre llegó a engañarse pensando que solo sería feliz aquel que poseyera bienes materiales, sin importar su verdadera esencia.
 
  Con las enseñanzas de los Espíritus Superiores todo se modifica al descubrir que más allá del túmulo, los que dejaron este plano continúan vivos en el mundo espiritual, recogiendo aquello que plantaron en su última existencia, revelándonos con ello una verdad contundente: todo aquello que tenemos se queda en el mundo, no pasa por la aduana del mundo espiritual. Aquí muchos dejan haciendas cuyos horizontes se pierden a nuestra vista; bancos abarrotados de dinero de diversas nacionalidades; imperios financieros que servirían para enriquecer a muchas generaciones; importantes títulos que la sociedad nos confiere y que la tumba anula totalmente; una posición destacada entre los hombres cuando el cuerpo de carne regresa a la tierra.

  Lo que se tiene puede ser adquirido por la vía de la honestidad o de la deshonestidad, pero independientemente del camino por donde venga, permanecerá en el mundo, en el que solo somos simples y meros administradores de aquello que la vida nos presta2 y lo toma de nuevo cuando el vehículo físico deja de existir.

   ¿ Dónde está el poder de los grandes conquistadores que construyeron imperios temidos en los que su voluntad era la ley?

  ¿ Dónde está la felicidad que la ilusión del poder confería a aquel que creía poseerla, pero que no era tal?
    Todo lo que tenemos no nos lo llevamos al más allá, en cambio, todo lo que somos prosigue con nosotros en esa otra dimensión de la vida.

   Siento que, con la creencia de los padres de que un hijo se diseña en el horizonte de sus vidas, el "tener" lo colocan antes del "ser". Y eso, en la mejor de las hipótesis, porque muchas veces el "ser" es totalmente menospreciado e incluso olvidado por un gran número de progenitores.

  Eso se verifica desde muy temprano con la preocupación excesiva por la compra de la mejor canastilla para el bebé y del mobiliario de la habitación donde estará ubicado. El carrito del bebé también forma parte del interés básico de los padres por el "tener". Y en los tiempos modernos el implemento para transportar al hijo en el coche en forma segura no ha sido obviado. Se trata de otra posesión.

  Después viene planear el régimen de salud con el pediatra, con las vacunas, de acuerdo a cada mes de vida de criatura.

  Se hace una programación para sustentarlo con leche materna; se organizan los primeros alimentos para estimular su masticación; se prevé la edad en que comenzará a frecuentar el colegio y cual será el mejor para su hijo, además de actividades paralelas a la escuela tradicional. Al final, el niño ocupará su tiempo libre con clases de lengua extranjera, practicará algún deporte, estudiará algún área artística, todo ello con el propósito de preparar al futuro adulto para que tenga una vida exitosa.

  Pero se olvida el "ser" como componente moral e inmortal de aquel hijo de Dios colocado bajo nuestra responsabilidad, razón por la que todos nosotros volvemos a una nueva existencia aquí en la Tierra.

  Es obvio que no estamos sugiriendo que la preparación del ser para el enfrentamiento de las dificultades materiales del mundo sea algo innecesario, No. Pero la preparación del ser inmortal en relación a él mismo, no puede ni debe ser olvidada o puesta en lugar secundario. La educación moral de aquel futuro ciudadano y del propio Espíritu es el mejor recurso para que cada uno adquiera los valores del "ser" que se ponen de manifiesto en la condición íntima y que se adquieren al coste de muchas luchas, renuncias y conquistas personales.

  Muchas veces tenemos adultos extremadamente preparados en el área de la inteligencia, pero frágiles ante las presiones que el mundo físico ejerce sobre él. Cuando se presentan las elecciones , la opción por el "tener" suele imponerse siempre sobre la del "ser".

  Tener una profesión rentable, una holgada situación financiera; tranquilidad en los años de la vejez sin tener la certeza de que vamos a llegar a ella; ni sabemos si va a acontecer; suficientes r3ecursos para garantizar la seguridad de los hijos; una posición importante ante la sociedad; una bella casa para vivir; el automóvil del año; la ropa de moda; importantes títulos ante la comunidad; Todo eso son posesiones que el mundo nos confiere y que la tumba recoge, con total insensibilidad, como la aduana de extremo rigor que es.

  Ahora bien, ser un ciudadano ejemplar, una persona honesta que se sensibiliza ante los problemas ajenos; alguien que se destaque moralmente en la sociedad; un buen padre o una buena madre; un buen marido o una buena esposa; un buen hijo; un buen profesional, cuya dedicación va mucho más allá que la obtención de un suelo justo; o un ejemplo de dignidad para los demás son valores que incorporamos a nuestro espíritu y que atraviesan la barrera de la tumba.

  Este es un desafío muy grande que los padres aún enfrentan y que infelizmente, muchos desprecian en favor del "tener" sobre el ideal del "ser".

  ¿Cómo le gustará a Dios recibir al hijo que entregó bajo nuestra responsabilidad?, ¿Alguien fue muy importante en el mundo por tener mucho o  por tener un Espíritu victorioso y enriquecido por tanto "ser"?

-Ricardo Orestes Forni-
(Tomado del Anuario Espírita 2017)
  
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REFLEXIONES

                                                                                


La muerte ante el enigma de la vida

 “La muerte es probablemente la mayor invención de la vida”                                                  Steve Jobs (1955 - 2011)

 

La muerte en octubre de 2011 del exitoso emprendedor norteamericano Steve Jobs, dio lugar al rescate de aspectos interesantísimos de su vida.

La amplia divulgación de un discurso pronunciado por él en el año 2005 a graduados de la Universidad de Stanford, reveló su profundo discernimiento acerca del fenómeno de la vida y de la muerte.

Contó que al saberse portador de un cáncer que le acometió relativamente joven, decidió poner en práctica la enseñanza de que se debe vivir cada día como si fuese el último de la vida. Recordando que nadie quiere morir, incluso aquellos que creen que irán al Paraíso, su discurso, no obstante, sugiere que la muerte debe ser tema de reflexión diaria, más allá de estímulo a una vida correcta y útil.

Anteriormente a Jobs, el importante filósofo compatriota suyo, George Santayana, escribió que el verdadero valor de una filosofía debe ser medido por la forma como ella encara la muerte. Tal vez esté ahí la razón por la cual la filosofía espiritista, busque, legítimamente, entre nosotros, asumir merecida relevancia cultural y social. Como acostumbraba decir el insigne escritor, orador e investigador espiritista brasileño, HenriqueRodrigues, a la luz de la filosofía espiritista, muerte no es lo contrario de vida.

Si quisiéramos buscar un antónimo para muerte, podremos encontrarlo en el término nacimiento, pues, en verdad, tanto el nacimiento como la muerte son meros episodios inherentes a la vida.

Concebir la muerte en el contexto de una filosofía dinámica y evolucionista es más de lo que es verla sólo como continuación de la vida, tal como predican las religiones. Es contemplarla dialécticamente como nacimiento-muerte-renacimiento, etapas de la necesaria y permanente renovación del espíritu.

En ese sentido, fue, igualmente preciso, el mensaje dejado por Steve Jobs a los universitarios de Stanford, al definirles la muerte como “el agente de cambios de la vida”, en la medida en que “saca lo viejo y abre camino para lo nuevo”.

En fin, es preciso admitir que en la vida nada es inútil. Todo tiene su lugar y significación, aunque, en la posición en que, eventual y provisionalmente, nos encontremos, no siempre podamos evaluar la importancia de un evento. No es diferente con la muerte. El ser humano sólo podrá aquilatar su significación cuando estuviere en condiciones de descifrar el aún, para la mayoría, enigmático fenómeno de la vida.

 Dr. Milton R. Medran Moreira - Abogado y periodista. Editor Jefe del periódico “Opinião”, órgano de divulgación del Centro Cultural Espírita de Porto Alegre “CCEPA” (Brasil) 

Traducción: Pura Argelich

(Publicado en el diario “ZERO HORA”, de Porto Alegre (Brasil), el 01 de noviembre de 2011)


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