INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- ¿ Qué es Dios?, o ¿ quien es Dios?
2.-r La vida del Más Allá revelada por sus moradores
3.- Los seres intermediarios entre el hombre y Dios
4.- Para que haya renovación. antes es necesaria la destrucción.
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¿Qué es Dios?, o ¿ quién es Dios?
Hay personas que alguna vez se han podido hacer el planteamiento de que si Dios existe, y lo hizo todo, ¿ quién a su vez lo ha hecho a Él?. Otros solo lo consideran una idea abstracta hacia algo superior, indescifrable e indefinido, con lo cual, persiste la duda de si en realidad existirá o no algún Dios y cómo será este. En ese “ancianito de larga barba” que nos contempla desde las alturas ya nadie cree. Desde luego ese dios no existe.
Sin embargo nadie puede tratar de definir algo tan grande e infinito que se intuye como la Causa Perfecta de toda la Creación y todos los mundos.; la Causa de todo lo creado; el Principio y la Meta de todas las cosas. No obstante yo voy a tratar de exponer aquí las ideas y conceptos que soy capaz de admitir y comprender, siendo consciente de que no puedo intentar definir a Dios, porque sería limitarlo, y sin embargo mi idea de Dios es un concepto ilimitado e indefinible, pero,-para mí-, sin duda alguna, es una realidad muchas veces evidente.
Particularmente yo lo siento como una Energía Perfecta, Grandiosa, Poderosa e Inteligente; sin duda ha de ser una vibración de Amor que gobierna todo el Universo; es sutil e infinita en todos los atributos posibles que le podamos imaginar; continuamente presente en todo cuanto me rodea y en lo más recóndito de mi alma, así como en el alma de toda la Creación en los espacios infinitos, con los seres que los pueblan, y con todos los demás humanos que lo buscan fuera de ellos mismos, sin darse cuenta de que “esa Grandeza Todopoderosa y Perfecta que llaman "Dios”, solo la pueden encontrar por dentro de sí mismos y de los demás Seres humanos. Porque todos los Seres humanos en esencia, somos Espíritus, energías creadas de Su propia Esencia; es por eso que llegamos a la conclusión de que todos los Espíritus, encarnados y desencarnados, somos hijos de Dios. De ahí que se haya dicho que somos Templos vivos del Espíritu Divino, concretado en nuestro Ser, que lo madura y lo manifiesta durante un proceso evolutivo a través de muchas experiencias humanas obtenidas en muchas y muy variadas vidas, y reguladas por las Leyes del Amor y de Consecuencias.
Dios no tiene forma ni imagen física; Él es la Inteligencia origen de toda inteligencia; es un Ser Perfecto e ilimitado en todas las perfecciones y atributos y por eso se podría tal vez, imaginar, como el Ser Supremo que desde una infinita cúspide como Mente Creadora Suprema, irradia su vibración de Amor a todo el Universo que late como un gran corazón inmerso en un enorme proceso evolutivo de aproximación hacia la Perfección infinita de esta Fuente Creadora, Y este Ser tan inconmensurable e inabarcable para la mente humana, y que es Energía y Vibración, alcanza con su vibración a todos los mundos y a los seres que los habitan.
Este Ser Perfecto y origen de todo lo creado, ha sido denominado de muchos modos, según las diversas filosofías, tradiciones, culturas y pueblos: Para unos es “El Gran Arquitecto”; para otros “el Alfa y el Omega”; para otros “el Todo”; y para otros, sencillamente "Dios" . Jesús de Nazaret nos lo presentó sencillamente como “El Padre”, o sea, Su Padre y nuestro Padre, de ahí que cuantos creemos y aceptamos las enseñanzas del Maestro Jesús, nos sentimos o nos debiéramos sentir como hermanos porque todos somos hijos de ese Gran Padre común..
Se le podría considerar también a Dios como la conciencia colectiva de todos nosotros juntos ( el gran “Yo Soy” ), lo cual viene a significar que cada Ser humano por nuestra parte espiritual, somos como una “Chispa Divina” salida de esa gran Llama de Energía cósmica. La realidad, tal como nos la han explicado a través del Espiritismo, es que somos esas Chispas Divinas, pero no somos partes del Todo, sino creados por la inteligencia y voluntad de este mismo Todo que comprendemos como Ser Omnipotente, que nos hizo a Su imagen y semejanza, o sea con Sus atributos latentes, que deberemos cada uno ir desarrollando, para poder ir acercándonos a Él. Por eso comprendemos que somos hijos de Él o creación de Él, pero no somos una partícula del mismo Dios. Esto supondría admitir al Ser Supremo Perfecto, formado por todos los Espíritus humanos imperfectos, salidos de Él, y todas las imperfecciones humanas no sumarían nunca la perfección absoluta, sino una imperfección mayor.
Hay mucha gente que considera que la creencia de que cada uno tenemos en potencia el poder de Dios es ridícula, pero para aquellos que creen o respetan las Sagradas Escrituras, vemos como en el Evangelio de S.Juan (1-12), cada uno tiene el poder de convertirse en “hijo de Dios” cuando lo comprende y lo acepta, al igual que lo afirmó Jesús de sí mismo.
Ante la idea de Dios debemos comenzar por comprender que es el Principio, la Causa y el Origen de todo cuanto existe y a su vez es también la meta infinita a la que todos los seres aspiramos.
Él es el Principio increado de todo cuanto existe en el universo, porque si Dios a su vez pudiese haber sido creado por otro, ya no sería el Ser Supremo y este otro Principio Creador estaría por delante de su criatura, por tanto este último sería el verdadero Dios .
Dios es Espíritu con una personalidad real, aunque sin límite ni forma física de ninguna clase. Es el único Ser que engloba en Sí mismo a toda la Creación y a todo el espacio, con los mundos de todos los universos infinitos y a todos los seres creados por El, que existen en todos los universos, conocidos y desconocidos por el hombre.
Su presencia está tanto en lo más grande o macrocosmos con una infinidad insondable de galaxias que se organizan en el espacio infinito, como también en lo más ínfimo o microscópico: el microcosmos.
En realidad no es un Ser o algo exterior a nosotros, sino que al mismo tiempo lo tenemos dentro y fuera. Él es infinito, universal e ilimitado en el espacio y en el tiempo, por lo cual todo lo abarca, todo lo interpenetra, todo lo vitaliza, y no tiene principio ni final. Quisiéramos abarcar su definición y comprensión, pero no cabe en nuestras imperfectas mentes.
Partamos de la base de que definir es limitar, y nos encontramos aquí, tratando de definir con nuestras pequeñas y limitadísimas mentes, lo que es infinitamente grande e ilimitado.
Debo reiterar el concepto de que lo que dentro de nuestra limitada capacidad humana llamamos Dios, no es ningún ser concreto contenido dentro de una forma o delimitado, semejante a nosotros, con una forma humana tal como lo concibieron las religiones creadas en épocas en las que el ser humano no podía concebir otra idea más grandiosa y más abstracta. Esta idea del Dios con figura humana, es producto de la fantasía del Ser humano que para concebir algo superior a él solo fue capaz de hacerlo mediante la imagen y forma concreta de un Ser semejante a él y con un físico semejante al humano, aunque mucho más poderoso, bello y perfecto..
Considerado bajo el prisma de nuestros sentidos físicos, Dios es un Ser múltiple, o sea que se manifiesta en todas las fuerzas de la Naturaleza que falsamente vienen a parecer que son otros tantos dioses; así nació el Politeísmo. Dios tiene, en efecto, muchos atributos que son parte de Su Naturaleza, pero que por sí solos ninguno de estos atributos por si mismos son Dios.
De esta Suprema Energía Creadora, emanan unas sabias leyes inmutables porque son perfectas, y rigen permanentemente todo cuanto existe, siendo la Ley Suprema la Ley del Amor, porque el Amor es su propia Esencia, siendo este Amor- Vibración nada menos que el motivo y el origen de toda la Creación.
De todos modos, llegamos a un punto en que nos tenemos que rendir finalmente a la evidencia de que nuestra limitada mente humana es incapaz de llegar más allá para comprender o definir la idea de lo ilimitado. Abarcar en su totalidad la idea de Dios, es imposible; lo único que con respecto a este concepto podemos hacer los humanos, es sentirlo y amarlo en mayor o menor medida, según seamos más o menos capaces.
Lo podemos
comprender también como una constante vibración
que se proyecta en todo el Universo infinito y afecta a
cada criatura por medio de unas leyes que rigen en forma
de orden, equilibrio, impulso y armonía. Por eso sabemos que Dios es
Amor que se manifiesta según sus propias normas, en forma de
Ley; por eso, también podemos concebirlo como como Amor y
Ley al mismo tiempo.
Científicamente,
ya vimos que no se puede demostrar su existencia, si hablamos de una
demostración empírica de laboratorio, pero sin embargo cada persona, aun sin
poder definirlo, lo siente de un modo personal y subjetivo, y por
ello puede comprenderlo y sentirlo en sí
misma. ¿ Cómo lo pequeño y limitado podría medir en su
totalidad a lo infinitamente grande e ilimitado?.
Aunque sabemos que
solo podemos comprenderlo parcial y limitadamente, si
podemos comprender la realidad de su existencia,
desprendiéndonos de pensamientos y preceptos mezquinos, y rechazando las formas
materiales y groseras con que las religiones han revestido a
este Supremo Ideal.
Busquemos a Dios
en donde le podemos encontrar: en nosotros mismos y en la majestad de sus
obras; quien le busca fuera de sí mismo y fuera de los
demás seres humanos no lo encontrará jamás y terminará por
hacer un ídolo falso e inexistente.
En lugar de tratar
de explicar qué es Dios, tal vez deberíamos analizar qué significa para nuestras
vidas su existencia y qué sentimientos despierta en nosotros: ¿dudas,
seguridad, temor, rebeldías, amor, escepticismo, etc?. Creo que para muchos de
nosotros, principalmente representa la seguridad de sentir que siempre
Su Presencia está cerca, como un Padre que nos ama, muchas veces por
medio de otros espíritus familiares o guías que nos inspiran y dan
fuerzas para transitar el camino de la vida.. Sentir a Dios, supone sentir que
Algo Superior e indefinible nos ama más incluso aún que nosotros mismos
y nos comprende y acepta tal cual somos, sin juzgarnos y brindándonos
continuamente oportunidades para progresar y participar finalmente de
la felicidad de Su presencia y cercanía, aunque esto a veces
supongan situaciones de dolor que en cualquier caso siempre son transitorias.
Dios no
solo es fuente de Amor, sino también de Justicia permanente, porque
la justicia para ser tal debe estar ligada al Amor y mediante la conjunción de
ambas nos podríamos hacer una idea de su Perfección y Misericordia. Toda la
Creación es la manifestación de su Amor; y la Reencarnación de sus
hijos los espíritus, en mundos físicos, es manifestación
de su Justicia.
Como el Amor y Justicia son nuestra meta más íntima, podemos vislumbrar que Dios existe dentro y fuera de nosotros, en el Universo y también en nuestra alma. Por este motivo realmente somos sus hijos y nuestro destino es la inmortalidad , por lo aspiramos acercarnos a Él en esta suprema intención de hacer nuestra Su Divina Voluntad como Padre/Madre nuestro que es, haciendo así realidad estas metas de Amor y Justicia que laten en el interior del Ser humano, porque aun sin ser conscientes de ello estas metas o ideales por si mismas son también evidencia de Su realidad existencial .
- Jose Luis Martín-
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Al establecer comunicación con las inteligencias del Más Allá que antes habitaron en cuerpos terrenales, el espiritista les pregunta con el natural interés cuál es su nueva condición y cuáles fueron los efectos de sus acciones en este mundo sobre su destino subsiguiente. Las contestaciones a esta última pregunta justifican en buena parte las creencias de la mayoría de las religiones y demuestran que el camino de la virtud es también el de la felicidad. Todas forman un sistema que aclara las vagas cosmogonías de los tiempos antiguos. Este sistema se halla expuesto en muchos libros, no escritos por escritores profesionales. Son obras debidas a los mediums llamados «escritores automáticos», los cuales reciben la inspiración del Más Allá, donde mora la inteligencia que dicta. Ahora bien, el espíritu transmisor no está, por lo general, dotado de sentido literario, ni del arte del narrador. Lo transmitido es, además, el resultado de un complicado proceso. Si pudiéramos imaginar un escritor terrenal que usara un teléfono de larga distancia en lugar de pluma, tendríamos una idea aproximada de las dificultades con que tropieza el operador. Y, sin embargo, a despecho de tales deficiencias y entorpecimientos, la mayor parte de esos relatos son claros, dramáticos e interesantes. Y mal podrían dejar de ser interesantes cuando el camino que nos enseñan es el que un día hemos de recorrer todos
Se ha dicho que tales relatos son muy desemejantes entre sí y hasta contradictorios. No lo cree así el autor. En sus largas lecturas, en las que ha agotado muchos volúmenes de comunicaciones del Más Allá, así como numerosos escritos obtenidos privadamente, en familia, ha comprobado que existe una verdadera armonía entre todos. Hay relatos sensacionales y otros que producen decepción; pero, en general, las descripciones de la otra vida son sobrias, sensatas, y aun cuando difieran en pormenores de poca monta, concuerdan en lo esencial. Las de nuestra vida terrena diferirían también en detalles ante un crítico del planeta Marte que leyera las relativas a un campesino indio, a un esquimal y a un profesor de la Universidad de Oxford. En el Más Allá no se dan tan extremos contrastes como en nuestra propia vida. La característica de ésta es la mezcla de tipos de distintos grados morales. En la otra hay una perfecta separación entre sus moradores. El cielo es diferente del infierno. Aquí el hombre hace a veces del mundo un cielo, pero también vive momentos parecidos a los del infierno y su condición normal es la del que se halla en el purgatorio
Arthur Conan Doyle “Historia del Espiritismo”, Capitulo XXV
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LOS SERES INTERMEDIARIOS ENTRE EL HOMBRE Y DIOS
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